El amor

 

 

Ella

La mujer Capricornio está sometida a la influencia sofocante de Saturno: es tímida, introvertida, sobre todo en las primeras aproximaciones, tiene miedo de amar, de que la desilusionen, la traicionen o la dejen de lado.

Posee un encanto particular que no se nota durante el primer encuentro, sino sólo cuando se tiene la paciencia de conocerla mejor. Tiene muchos intereses y sabe mantener una discusión si se siente implicada aunque inicialmente no toma nunca la palabra y espera que los demás den su opinión.

Cuando tiene la sensación de estar a punto de enamorarse su primer impulso es el de alejar este sentimiento tan comprometedor. Sabe amar con una profundidad de ánimo que podrá hacer feliz a cualquier hombre que no busque sólo una aventura.

Se trata de una óptima madre y mujer de casa, pero es extraño que se conforme con este papel. Con los años, su personalidad crece, sobre todo si se siente amada, buscando la autorrealización en actividades que le interesen.

Es igual de fiel que el hombre Capricornio y quiere lo mismo para ella. Aparentemente, podría olvidar una traición o perdonar por los hijos, por todos los familiares, por su posición social, pero en realidad ya no la ataría ningún sentimiento al hombre que la ha hecho sentir tan profundamente ofendida.

La mujer Capricornio sabe dar más amor puro, afecto y ternura que satisfacción sexual. Es como una madraza que protege con todo su ser a los que ama, a veces incluso demasiado, con una protección exagerada, sobre todo en el papel de madre.

Su seducción es muy sutil: es ella la que escoge directamente a la pareja, no dejándose escoger, por lo tanto, envuelve a la persona que le interesa con diplomacia, elegancia y aparente indiferencia, siempre preparada para tomar la iniciativa, pero sin llegar a ser entrometida. Cuando ya se encuentra entre los brazos de su hombre, sabe mostrarse muy tierna y altruista. Tiene una única pretensión: que no se la descuide nunca.

No se apasiona fácilmente, pero cuando se enamora se convierte en una mujer devota, a menudo incluso eficiente colaboradora profesional del propio compañero; hará cualquier cosa para allanarle el camino del éxito, así como lo hará por los hijos cuando llegue el momento.

Da de sí una imagen de mujer refinada pero a menudo extremadamente fría, que parece inalcanzable. Si su pareja sabe darle tanto amor y la rodea de muchas atenciones, superando sus iniciales barreras de resistencia, se convierte lentamente en una amante exquisita.

La mujer Capricornio sabe lo que quiere desde muy pequeña. En la elección de la pareja quiere formarse primero un cuadro completo, es decir que no lo juzgará sólo por sus palabras o por su actitud, sino también por la relación que tiene con los demás. Desea que la pareja le deje su libertad, que no quiera transformarla en una persona que no corresponde a su verdadero ser. Necesita poder admirar a su compañero, que debe saber sujetar las riendas en su mano, sin tirar demasiado de ellas.

Finalmente, un hombre que obtenga el amor de una Capricornio podrá considerarse afortunado, porque tendrá a su lado a una verdadera compañera en cualquier circunstancia de la vida, y además tendrá a una mujer que posee un gran encanto, que continuará aumentando y que permanecerá con el paso de los años.

 

Él

Siempre tan lógico y racional, cuando se trata de sentimientos pierde terreno y se pone nervioso: el amor es algo que lo asusta, de lo que tiene miedo. Si se enamora, algo nada fácil, adquiere un compromiso para toda la vida, por ello tiene que pensárselo mucho antes de tomar una decisión; se siente confuso porque sus pensamientos contradicen a su corazón.

En su inconsciente tiene miedo del amor, teme desilusionarse, que no le correspondan como querría. Una traición sería para él el fin, no conseguiría perdonarlo nunca, puesto que es la fidelidad en persona.

No debería unirse nunca a una nativa de un signo de Fuego: Aries, Leo y Sagitario, seres brillantes, pasionales, que pueden cansarse muy pronto de la escasa afectuosidad demostrada por la pareja y buscar nuevas emociones en otro lugar.

Tiene una gran necesidad de afecto, de ternura y de calor, pero no lo demuestra, le parecen debilidades, y no se da cuenta de que a menudo deja helados a los demás con esta actitud.

Cree que las palabras no le sirven y demuestra su amor con hechos, por ello quiere que su mujer viva cómodamente, que vaya bien vestida y la lleva con placer a veladas mundanas. Su pareja, en cambio, renunciaría sin problemas a algún objeto caro para tener palabras dulces de su compañero.

La vida sexual es muy importante para él, en algunos momentos de dulzura se convierte en un amante ardiente, pero a menudo se asusta de su propio apasionamiento y enseguida se recubre de hielo. Para que pueda abandonarse completamente y la unión con él sea serena y llena de vitalidad, se necesita mucho tiempo.

El hombre Capricornio no se deja arrastrar fácilmente en un torbellino de pasión o guiarse por el instinto, se mantiene casi siempre a la defensiva pero, cuando se desbloquea, su carga de erotismo sorprenderá a su mujer. En el fondo tiene siempre miedo de perder a la persona amada por culpa del destino o porque ella dirija su interés a otra parte.

Él es realmente el marido por antonomasia, pero sólo después de muchos razonamientos y titubeos le pedirá la mano a ella.

De hecho, considera el matrimonio como una cosa sagrada y muy importante y, sobre todo para él como hombre, también una enorme responsabilidad por la familia que pretende formar. En este ámbito tiene pocas pero claras pretensiones: absoluta seriedad, honestidad y fidelidad.

Su mujer tendrá que cuidarse, ser graciosa, amante de la casa, capaz de mantener cualquier diálogo. La mujer guapa pero tonta no le gusta para nada; ni siquiera aceptaría una aventura con ella. Quiere a una mujer culta, de sentido común, que sea una buena madre para sus hijos y los sepa hacer crecer bien.

A escondidas va en busca del gran amor y no está dispuesto a aceptar compromisos; más bien enterrará su gran secreto y se aislará, hablando mal de todas las mujeres, sobre todo si le han desilusionado o le han abandonado.

Es raro que el hombre Capricornio se case joven puesto que para él lo más importante es el éxito profesional y no quiere, hasta que no tiene la seguridad económica y una posición social, tomarse las responsabilidades que comporta el matrimonio. Si se enamora hasta el punto de seguir el instinto y no la razón, se casará joven; pero esta unión está destinada a no durar durante demasiado tiempo porque es muy posible que llegue a desatender las obligaciones para con su mujer a causa del trabajo.

La unión triunfadora de un Capricornio en cambio se parecerá a un fuego intenso que no se apaga nunca.

 

Relaciones con los demás signos: las parejas
Capricornio - Aries

El Capricornio puede sentirse fascinado al principio por el Aries, tan excéntrico, optimista y seguro de sí mismo, pero tendrá que intentar conocerlo más a fondo antes de unirse a él, puesto que con el tiempo lo que primero admiraba se convertirá a sus ojos en un defecto. De hecho, viviendo juntos juzgará muchas actitudes del Aries como superficiales, pensará que no es de confianza y, sobre todo, encontrará que no tiene un temperamento adecuado al suyo, mucho más serio. En cambio, el Aries considerará a la pareja monótona y sin empuje. El Fuego del Aries no se combina con la Tierra del Capricornio y, por lo tanto, una vida en común puede hacerse fácilmente imposible. Una amistad basada en el intercambio recíproco de ideas, o una colaboración de trabajo, tendrá mejores probabilidades de resistir con el paso de los años.

Capricornio - Tauro

Se trata de una combinación astrológica positiva: los dos signos pertenecen al elemento Tierra y se sienten útiles el uno al otro. La relación se basa en la admiración instintiva, la sana atracción física y la comprensión recíproca. Los caracteres son muy diversos, de hecho Venus domina al Tauro y lo hace más atractivo y sensual de lo que lo es el Capricornio. Sin embargo, se completan bien recíprocamente porque Venus enseña el optimismo y los lados buenos de la vida al Capricornio que, a su vez, hace que Tauro sea más consciente. Los dos aman una vida serena y buscan una buena posición económica, una sólida inserción social y profesional. Lo importante es que descubran también valores espirituales e intelectuales comunes o su vida se vuelve árida.

Capricornio - Géminis

El Géminis puede aprender mucho del Capricornio; se trata de una unión que lo hace más estable y consciente puesto que a este signo de Aire le gustan los viajes, la gente y es bastante inestable en sus afectos. A su vez, el Capricornio que está a su lado se vuelve más sociable y cuando la pareja pasa bruscamente de un estado de ánimo al otro le puede ofrecer un sólido apoyo. Aunque su unión no es fácil, pueden obtener de ella un enriquecimiento recíproco; de hecho, la versatilidad del Géminis la capta bien el Capricornio y la encamina positivamente. Para hacer durar su amor tienen que tener los dos muy buena voluntad porque entre sus caracteres existe una gran diferencia: cuando se presenta un problema, cada uno de ellos lo quiere resolver de forma distinta.

Capricornio - Cáncer

En esta combinación encontramos signos opuestos, pero el Cáncer corresponde a la Casa del matrimonio para el Capricornio; además los dos elementos son compatibles entre sí: la Tierra del Capricornio absorbe con placer el Agua del Cáncer. El gran problema está representado por la extrema susceptibilidad del Cáncer, siempre deprimido, desconfiado, ceñudo y que se retira en el mutismo, un comportamiento que el Capricornio no agradece, que tiene que convencer siempre a la pareja de cuánto lo ama, de la propia voluntad de ayudarlo en cualquier circunstancia, como consejero atento.

Si se confían el uno al otro, la unión puede ofrecerles muchas alegrías; juntos gozarán del propio nido; óptimos padres los dos, pueden dar tranquilamente el gran paso.

Capricornio - Leo

El Capricornio se siente inmediatamente atraído por la destacada personalidad del Leo, a su vez inmediatamente fascinado por la elegancia y por la actitud altiva del Capricornio. Pero los dos elementos, la Tierra del Capricornio y el Fuego del Leo, después del entusiasmo inicial, se apagan de forma recíproca. Entre ellos podrá ser muy satisfactorio un breve flirteo durante el cual podrán vivir sensaciones nuevas, pero se desaconseja el matrimonio. Si el amor es tan fuerte como para desembocar en un vínculo legal, entonces con buena voluntad el Leo podrá aprender del Capricornio cómo afrontar la vida con coraje, y este último, seguro del amor de la pareja, aprenderá a superar muchas de las dudas que le vienen a la cabeza si no se siente amado.

Capricornio - Virgo

Especialmente en amor, la unión entre estos dos signos es una de las mejores; de hecho, los dos pertenecen al elemento Tierra. Pueden contar sobre una vida en común serena, se comprenden con una mirada, con un gesto, al estar mucho en sintonía. Tienen los mismos gustos y persiguen las mismas metas; construirán juntos, como dos hormigas, incansables y orgullosas de sus éxitos. Nadie quiere el mérito sólo para él: los dos piensan que sin la ayuda mutua, los consejos y el interés de la pareja no habría sido posible obtener tanto. Íntimamente inseguros, se ayudan de forma recíproca. No les gusta la vida tumultuosa, dividen su felicidad con los pocos amigos que han escogido con el paso de los años. Para ellos sería tremendo perder pronto a la propia pareja.

Capricornio - Libra

El Aire del Libra no se une a la Tierra del Capricornio, subiendo se aleja, pero una parte suya vuelve siempre sobre la tierra vivificándola. Es más fácil que entre estos dos signos se cree una profunda amistad, o una buena colaboración profesional que no que se centre en el matrimonio. Si en cambio sucede esto, entonces será el Libra el que aportará el equilibrio interior que necesita el Capricornio y lo ayudará a ser menos pesimista. El Libra considera muy importante el propio aspecto físico, haciendo que la pareja se sienta orgullosa por la admiración que despierta. El Capricornio consigue, en cambio, con dulzura, hacerle entender la inutilidad de ciertas cosas y le lleva hacia nuevos valores. Si cada uno de ellos acepta la guía y los consejos del otro, la unión se hace más sólida con el tiempo, en caso contrario fracasa.

Capricornio - Escorpio

La Tierra del Capricornio acepta con alegría el Agua nutriente del Escorpio, pero los planetas dominantes de estos dos signos, Marte y Saturno, no se aman y sus tendencias se oponen. En cambio, tienen en común la conciencia de que la vida es una lucha continua y los dos son muy orgullosos. Todo esto permite a esta pareja triunfar, pero la unión sufre constantes altibajos, los litigios (o el mutismo, si evitan ofenderse) están a la orden del día.

El Capricornio ama la vida tranquila y tiende a la autonomía propia, el Escorpio, posesivo y celoso, no lo acepta y se pone furioso. La clave de su éxito matrimonial consiste en saber amar a la pareja de la forma que necesita.

Capricornio - Sagitario

Aquí encontramos dos elementos que no se combinan, es decir, el Fuego y la Tierra, por ello el denso elemento del Capricornio sofoca el entusiasmo fogoso del Sagitario. El Capricornio no comprende los sueños del Sagitario, su sociabilidad, las ganas de divertirse, de viajar y lo considera demasiado superficial, reacio a los sacrificios que él cumple a diario. Pero si se aman, el Capricornio puede aprender mucho del Sagitario que le enseña la alegría de vivir, obligándolo de vez en cuando a realizar una pausa en su carrera anhelante hacia el éxito; a su vez, el Sagitario admira la constancia y la seriedad de la pareja. Intercambiando sus dotes positivas, pueden ser una pareja muy unida e instaurar una unión basada en la compensación de caracteres.

Capricornio - Capricornio

Realmente no se puede decir que estas dos personas se pierdan entre sueños y proyectos fantasiosos. Pertenecientes los dos al elemento Tierra, se centran en lo concreto y en la lógica; son introvertidos, construyen en silencio. En esta unión falta el empuje y la alegría de vivir; pero no son infelices puesto que esta es su forma de ser. Si tienen hijos, la vida de estos niños no será fácil porque sus padres les exigen mucho y son poco propensos a adular y son poco afectuosos, pero les crearán un futuro seguro, particularmente en el ámbito social y económico. Si un Capricornio se une con un nativo de su mismo signo, es porque se quieren recíprocamente y porque se entienden intelectualmente, a veces incluso por conveniencia, pero difícilmente por un amor a primera vista, de hecho les falta la atracción física.

Capricornio - Acuario

Existen muchas parejas Capricornio-Acuario aunque sus elementos son inarmónicos entre sí; el Aire del Acuario no comprende la esencia de la Tierra, pero tienen los mismos planetas dominantes, es decir Saturno y Urano. El comportamiento del Acuario, tan caprichoso y desinhibido atrae mucho al Capricornio que cae rápidamente en sus redes. Por otro lado, el Acuario se siente apoyado, protegido por la pareja, tan seria, sobria, y se divierte despertando en ella el amor y la pasión.

Finalmente, el Acuario posee la fantasía, el optimismo, los ideales que le faltan al Capricornio pero, en cambio, le falta el pragmatismo y la estabilidad para alcanzar sus metas. Si no se casan demasiado jóvenes pueden, como en los cuentos, vivir juntos y felices hasta el final de sus días.

Capricornio - Piscis

Estos dos caracteres, extremadamente distintos el uno del otro, combinan bien sus elementos, es decir la Tierra con el Agua. Inicialmente, el Capricornio se enamora de la sensibilidad y del romanticismo del Piscis, pero a la larga precisamente esas dotes le chocarán al ser él tan práctico y realista. Puede nacer entre ellos una fuerte atracción física, un afecto profundo porque el Capricornio necesita la sonrisa radiante y la ternura del Piscis, pero le faltará el apoyo en la lucha de cada día. El Piscis intenta alejar el cansancio, los sacrificios, sólo admite los lados buenos de la existencia y se apoya totalmente en la pareja, fuerte, seria y capaz. A pesar de los numerosos roces, pueden establecer una unión constructiva y alcanzar por amor la comprensión recíproca.

 

Conquistas y abandonos
Cómo conquistar a un Capricornio

Si espera conquistarlo en un abrir y cerrar de ojos, se equivoca totalmente. Él se encuentra sobre lo alto de la montaña, sintiéndose perfectamente cómodo y no hace nada para que los demás puedan alcanzarlo. Si quiere acercarse a él, por lo tanto, tiene que armarse de voluntad y sobre todo de paciencia.

Él tiene miedo del amor y por ello se muestra muy distanciado, aunque en su corazón se siente feliz por el interés que le demuestra. Elogie su capacidad e integridad moral, no haga nunca preguntas indiscretas, espere que sea él el que le abra su corazón. Él sabrá apreciar la inteligencia, el saberlo escuchar; además, haga que la conquiste paso a paso y, cuando esté presente, haga que todos la admiren.

Cómo hacer que un Capricornio la deje

Si esa es su intención, será fácil realizarlo. Actúe contra sus principios, no sea puntual y verá que ya eso lo pone nervioso.

Vístase de forma extravagante y comenzarán las peleas, las críticas, de hecho él no soporta llamar la atención ajena con actitudes frívolas.

Critíquelo, sobre todo, diciéndole que no es inteligente, que no sabe divertirse, que está cansada de hablar siempre de sus trabajos. Y si quiere darle el golpe final, agóbielo con llamadas cuando sabe que no quiere que le molesten. No tardará en llegar el momento en el que le dirá: «Ya basta, se acabó».

Cómo conquistar a una Capricornio

No cree en el amor a primera vista, así que tendrá que armarse de paciencia. Muéstrese como su admirador, su sincero amigo y luego, cuando note que empieza a tener confianza en usted, déjele intuir que siente mucho más que pura amistad y que piense que sólo ella podría ser la compañera ideal para usted.

Sea puntual, llámela a menudo para tranquilizarla constantemente sobre sus sentimientos, disipando así su eterno miedo a las desilusiones. Busque el entendimiento intelectual, muy importante, pero déjele sus momentos de soledad, de los que no puede prescindir, y muéstrese sensible.

De esta forma, se convencerá de sus serias intenciones y de su amor y caerá como una manzana madura a sus pies.

Cómo hacer que una Capricornio le deje

Muéstrese inestable, voluble, un día trátela con cariño y otro manteniendo las distancias. Hágale muchas promesas y finja luego haberlas olvidado. Tardará poco en explotar criticándolo por ser una persona poco seria y en la que no se puede confiar.

Use la táctica de mostrarse ofendido y dígale que es dura con usted, que no le comprende, que es una persona que no sabe amar. Se sentirá profundamente ofendida y, orgullosa, se alejará de usted.

O también puede rodearla de efusiones amorosas en público: se sentirá ridícula. De hecho no quiere que los demás sepan nada sobre su vida privada.

Si desea realmente que le deje una mujer Capricornio es muy fácil: no correrá nunca tras usted, se esconderá enseguida en su caparazón.