Psicología y características del signo

 

 

«La única verdad es que es necesario crearse, crear. Y es entonces cuando nos encontramos de nuevo.»

(en Encontrarse de L. Pirandello)

 

La personalidad

El conjunto de las actitudes temperamentales y de carácter de los Piscis dan vida a una personalidad fuertemente definida por dudas, incertidumbres y una sensibilidad emotiva aguda, preparada para captar con sutiles intuiciones los estados de ánimo de los demás y la atmósfera que les rodea. Existe una necesidad íntima y profunda de participación absoluta, cósmica.

Cada nativo del signo, sobre todo si está fuertemente determinado por valores Piscis en su propio tema natal (Luna, ascendente, Neptuno dominante), vive la sustancial e íntima contradicción simbolizada por el glifo de los dos Piscis que nadan en sentidos opuestos: el de la izquierda hacia abajo, enredado en la materia, el de la derecha hacia arriba buscando la evolución espiritual. Si encuentran espacio las valencias menos positivas del signo, el sujeto se realizará en la materialidad absoluta negando cada principio espiritual. O todavía peor, si no consigue establecer una unión, un fluir armónico de su personalidad en el mundo real, puede verificarse la huida de la consciencia y de las responsabilidades.

El inconsciente difuso puede sumergir todos los principios evolutivos relacionados con la naturaleza humana: es otro mundo que vive y no nos está permitido comprenderlo. Las dos hipótesis representan casos extremos, como podemos considerar rara la plena manifestación de la naturaleza Piscis, capaz de liberarse de la dualidad y sobresalir a estados de consciencia iluminados. Es el camino del espíritu que permite alcanzar la Luz evolutiva absoluta.

La potente receptividad del Piscis y la capacidad de expansión psíquica originan la exigencia interior de formar parte de un todo, de alcanzar la unificación absoluta para realizarse; es una tarea difícil de ejecutar cuando coexisten tendencias opuestas: las ganas de ser (Júpiter) y el deseo de no ser (Neptuno).

Por ello encuentran espacio en los Piscis estados de confusión e incertidumbre que no permiten definir los contornos de la realidad con lucidez absoluta. Es como si tuvieran un pie en este mundo y el otro en el universo...

Júpiter y Neptuno son los dos regentes del signo. En la mitología, estos dioses (Zeus y Poseidón) tienen en común el carácter caprichoso e imprevisible si se les irrita; he notado muchas veces en los exponentes Piscis en estado de cólera la actitud de casi absoluta irracionalidad, el clásico decir cosas que no piensan y omitir otras serias y clarificadoras.

En efecto, Mercurio, que preside las capacidades organizadoras del intelecto, está en exilio en Piscis. Por ello los nativos se las arreglan mal en los asuntos prácticos y tienen problemas para poner orden en lo mental y en lo material.

En su Agua, la Luna se sumerge exaltando las propias potencialidades: de ello resultan seres de fantasía febril, de ánimo destacadamente musical puesto que silabean en ellos ritmos cósmicos que resuenan de armonías universales. No es casualidad que sean poco habladores pero capaces de expresiones poéticas sugestivas: con la gracia del toque lunar las palabras son imágenes tomadas del inconsciente, símbolos puros. El humor es mutable y los sentimientos profundos. Es difícil no naufragar en la incoherencia, en la duda y rozar la ambigüedad, para quien posee un bagaje tan rico y dominante, de receptividad, emotividad y sometido a influencias externas.

Evasivos e incomprensibles como espíritus que no quieren darse forma y materializarse. Los conocemos bien en la vida diaria: amantes que tardan en declararse definitivamente y en cambio aman; personas que no alcanzan puestos relevantes y en cambio son intelectualmente capaces; individuos sensibles y fecundos reacios a aceptar responsabilidades precisas. Definirse quiere decir fijar la imagen, limitar la creatividad, tener que decidir el futuro. Su tiempo es indefinido, espacio abierto en el que es posible crearse a cada instante. Fascinantes Piscis-sirenas que encantan con tanta dulzura y disponibilidad; se cree que se pueden tener en un acuario, dóciles y tranquilos, seguros de poder contar con ellos cuando sea necesario... y nos damos cuenta con alarma e inquietud que ya no están allí cerca. Detrás de la más pura y grande disponibilidad, sensibilidad y el espíritu de participación, existe un fuerte e imprevisible impulso de autoafirmación que parece falso en cuanto está oculto y es insospechable. Ni siquiera ellos mismos tienen claro qué hacer hasta un momento antes, pero queda el hecho de que a un paso de la entrega total o de aquello que los oprime saben retroceder, girarse y cambiar de ruta y de intenciones... aunque con las lágrimas en los ojos y algún sentimiento de culpa por haber querido o podido dar sólo la idea de una completa y total disponibilidad. Estas fugas, egoístas y autodefensivas, o con las dos valencias, pueden no ser precisamente concretas y absolutas, pero forman parte de las vivencias de cada Piscis, aunque en distintos porcentajes.

También existen personas que no saben reaccionar a los acontecimientos, que no reúnen las fuerzas para afirmarse a sí mismos y se dejan llevar por la vida, frustrados y arrastrados por el masoquismo moral. Según si en el tema individual predomina Júpiter o Neptuno serán expansivos, optimistas y con sentido de la realidad o introvertidos, místicos, confusos o en estado de iluminación, y negarán los valores individuales.

Una vida interior tan fecunda y una naturaleza esencialmente tan huraña no encuentran en el lenguaje verbal, que nosotros los occidentales utilizamos esencialmente para comunicar, un medio de expresión eficaz a nivel de contenidos emotivos. Por ello creo que una clave de acceso a su intimidad sea prestar atención a lo que no dicen y buscar en sus ojos, más que nunca espejos válidos del alma.

De todos modos, resultarán ser criaturas incomprensibles e imprevisibles: para encontrarlos de verdad es necesario dejarse conducir por el fluir del Agua.

 

El niño

Por mi experiencia personal, puedo definirlos como niños fantásticos. Con ellos se vuelve siempre de alguna manera a nuestra infancia, a algo que nos puede haber afectado de forma imborrable, ya que son un concentrado de todo lo que es típicamente infantil. Fantasiosos y creativos, viven las ganas de sorprender a los demás y de entrar en sintonía con todo lo que les rodea. La ficción y el juego les ayudan a vencer el pudor y la timidez, creando un entendimiento armónico que les es tan necesario para sentirse cómodos y aceptados. Por lo tanto, es importante proponerles juegos y situaciones que les permitan que su naturaleza, un poco solitaria y arisca, se exprese libremente. Se interesan mucho por las fábulas, sobre todo si en los libros aparecen muchas ilustraciones, puesto que las imágenes colman sus expectativas fantásticas y hacen que la lectura sea más agradable. Si es usted quien las cuenta, identifíquese, mediante gestos y voces adecuadas, con los distintos personajes y verá cómo sueñan con los ojos abiertos y fascinados. Luego tiene que saber hacerles regresar dulcemente pero con firmeza a la tierra. Este es un trabajo muy importante para los padres de niños Piscis; dependerá mucho de las primeras experiencias vividas con los padres su capacidad futura para mantener contactos satisfactorios con la realidad sin perderse en la imaginación, tan completa en ellos que se convierte en un bagaje artístico de gran potencialidad. Como siempre, y como para todos los niños, será el amor familiar y la presencia de los padres lo que realizará la mejor parte de la obra educativa. Precisamente porque son receptivos y plásticos, además de hipersensibles, será muy importante ofrecer ejemplos válidos de conducta y principios morales. Absorberán todo lo que ustedes les sepan dar, incluso la claridad y la decisión, si aprenden a respirarla con naturalidad.

En el futuro serán espléndidos adultos porque están dotados de una gran sensibilidad y, si se sienten tranquilizados por el amor, rechazarán cualquier posible ambigüedad.

 

La mujer

En el signo, la Luna está exaltada y creo que buena parte de este ser está en analogía con características lunares. Incluso cuando no lo manifiesta abiertamente, su sensibilidad aguda y temerosa sabe captar todas las atmósferas y estados de ánimo de los demás sintiéndolos ella misma. Es inevitable que esta hipersensibilidad le haga vivir a menudo en los extremos provocándole grandes molestias o perfectas sensaciones acogedoras. De esto deriva lo que normalmente se dice de ella: que es lunática, imprevisible, que juzga con parcialidad para escoger o valorar. Y aquí es válida su intuición, muy desarrollada y eficaz si consigue separarla de las emociones que con frecuencia la embargan.

Con una apariencia más frágil de lo que es en realidad, consigue casi siempre hacer que alguien se ocupe de lo que a ella le resulta intolerable, esencialmente asuntos prácticos. ¿Oportunista? Seguramente, un poco, pero preparada para pagarlo con afecto, amor y sobre todo participación absoluta en caso de necesidad. Incluso, si desea hacerla realmente feliz tiene que declararle lo que necesita de ella y sabrá darle lo mejor de sí misma. Pero no para siempre: el mundo es tan grande por lo menos como su disponibilidad.

Tal como es, receptiva y soñadora, se encuentra con muchas experiencias y desilusiones en los distintos campos de la existencia. No es que no sepa defenderse del todo, pero tiene que encontrarse entre la espada y la pared para decidir una reacción eficaz. Es muy buena escapando. Desde niña sabe escapar de las realidades desagradables o difíciles refugiándose en el mundo de la fantasía. Es afortunada si las experiencias de la vida tienen la justa medida, de tal forma que le permitan conservar las ganas de fantasear y hacer que sea capaz de afrontar la realidad con suficiente interés y seguridad.

 

El hombre

Sensible, voluble, generoso, sensual, influenciable... y mucho más todavía. Este es el hombre Piscis. Muy a menudo en vilo entre sueño y realidad, fantasía y acción. Se trata de un actor nato, al que le iría mucho mejor calcar las escenas interpretando personajes que aun siendo muy distintos entre sí, todos tienen algo de su personalidad. Es difícil que se defina, escapa de cualquier posible papel que pueda etiquetarlo de alguna forma. La gran plasticidad psíquica, la receptividad, lo hacen sentir parte de un todo, matizando los perfiles de la individualidad, creando muy a menudo confusiones, actitudes ambiguas y estados de inercia. Nos encontramos con los defectos típicos, las características que acaban luego, inevitablemente, haciendo de él un ser distinto entre los demás. El propio hecho de no aceptar papeles acaba por convertirse en forma de ser, mientras su deseo, la necesidad de pertenencia cósmica, se hace añicos contra la evidencia de la realidad.

A menudo huye, pero mientras está, sabe darse completamente. Para muchos es incomprensible cómo puede comprometerse emotivamente con una mujer... y luego desaparecer para entregarse a otra en cuerpo y alma. Este proceder que lo hace fascinante es un misterio que forma parte de su naturaleza.

Cuando muestra su lado que goza de la vida (Júpiter es uno de sus regentes) es una persona que contagia su simpatía. Sabe entretener de mil maneras, a menudo realizando imitaciones muy acertadas, tocando la guitarra o contando chistes y verdaderas historias con insospechable humor. Por lo tanto, sabe vencer la timidez y desterrar las actitudes hurañas interpretando. También sabe interpretar el otro papel de sí mismo que lo muestra como poeta decadente, solitario, melancólico y a punto para el masoquismo moral. Su personalidad no corresponde con exactitud a ninguna de estas dos facetas, porque es uno y otro al mismo tiempo. Puede ser fantástico o... exasperante. O los dos.

 

La amistad

En este sector de la existencia, los Piscis dan lo mejor y lo peor de la inconstancia, de lo imprevisible. Podrían aparecer en el horizonte precisamente en el momento de la necesidad, y desaparecer de imprevisto sin avisar. Pero esto sucede más en las relaciones amistosas que en las verdaderas amistades; para ellos, los verdaderos amigos son ante todo muy limitados, tienen uno o dos, nunca más, y además para que se les considere como tales, tienen que serlo desde hace mucho tiempo. La casi total ausencia de superficialidad los empuja a vivir relaciones únicas, comprometedoras y totales. Para ellos un amigo y una amiga los tiene que conocer muy bien, no tiene que haber entre ellos secretos e hipocresías. Si se verifica este entendimiento un poco mágico, la amistad es para una vida o casi. El ser femenino del signo se ve favorecido en este tipo de relaciones respecto al hombre que tiende siempre a no abrirse completamente, seguramente consciente de la propia vulnerabilidad. Para la mujer Piscis la amistad es algo en lo que entregarse sin reservas; puede ser la experiencia del abandono emotivo sugerido por la Luna, siempre necesario para que se realice un entendimiento verdadero. Muy a menudo con ellos no hacen falta tantas palabras, saben entender a fondo, saben participar y respetar a los demás por lo que sienten en ese momento. Esperan lo mismo cuando tienen problemas para expresar estados de ánimo, sean alegres o dolorosos, y se tendrá que buscar en sus ojos claros, o grandes y profundos, la esencia emotiva intraducible.

Yo no puedo hacer más que agradecer a Fiorenza, una vieja amiga del signo Piscis, que ha sabido darme tanto en términos de participación verdadera y total.

Si desaparecen un día de nuestra vida, no se podrá borrar o negar todo lo que han sabido dar durante ese tiempo. No hablo de falsas amistades, de las que parecen tales pero no lo son. Creo que la amistad es una experiencia privilegiada, que merece este apelativo cuando desarrolla el mejor de los valores.

 

Evolución

Como ya hemos visto, el glifo del signo representa dos Peces que nadan en sentidos opuestos, poniendo de manifiesto la polaridad, las tendencias opuestas que coexisten en la naturaleza de cada nativo Piscis.

El hilo de plata que une de forma inseparable a las dos criaturas, símbolo de fecundidad y de la unificación salvadora con el Divino, les impide liberarse para seguir una u otra vía y condena a nuestros exponentes a la ya conocida confusión, a la indecisión, a los conflictos interiores.

Se ponen de manifiesto en Piscis la naturaleza humana y los ritmos universales de las energías opuestas. Tomar consciencia es el primer paso hacia la evolución, y la psicología de lo profundo nos lleva a considerar el proceso de localización como camino necesario a recorrer para evolucionar. Consciencia de los propios límites, de los potenciales, del trabajo necesario a realizar con el objetivo de integrar el propio Ego y alcanzar la unificación. No vivir el conflicto psíquico punzante, aceptar ir más allá de lo racional, el objetivo, para aclararlo de forma absoluta.

Y los potenciales evolutivos del signo son grandes puesto que ser Piscis significa poder convertirse en Ser universal, poder manifestar el todo a través de sí mismo y sentirse célula del universo.

En la claridad los Piscis viven sus mejores lados humanos: la generosidad, el espíritu altruista, la intuición aguda como brújula sensible para las elecciones propias y ajenas; la fecundidad, la creatividad exaltada en el espíritu artístico poético-musical; la gratificación que deriva del amor sin reservas, con total entrega. En la confusión o en la oscuridad se mortifica el ánimo sensible, predomina la materia, la desenfrenada autoindulgencia, el egoísmo, la huida de las responsabilidades, la negación del espíritu creativo, la ambigüedad, el replegarse pasivo sobre uno mismo. En general claridad y confusión coexisten mostrando a personalidades complejas, cambiantes en el ser cotidiano.

Si predomina Júpiter en el tema natal individual tendremos a sujetos más comunicativos, que gozan de la vida, extrovertidos y autoindulgentes; si Neptuno es dominante, se expresará mejor la parte artística del signo, la naturaleza soñadora, la introversión y la exigencia de impulsos idealistas gratificantes. Para algunos puede ser fuerte la tendencia a dejarse llevar, a no tomar posiciones; por lo tanto, sería importante integrar y reforzar las valencias zodiacales en analogía con la voluntad y la autoafirmación: Marte es un planeta de máxima importancia en este sentido.

Saturno puede reforzar las exigencias de evolución y es un presagio óptimo si resulta importante en el tema. Importante no quiere decir necesariamente positivo, porque está muy claro que evolucionamos sobre todo a través de las pruebas.

El tema de la huida pertenece, más o menos, a cada exponente Piscis, pero es sólo a través de la aceptación de las deudas kármicas que se permite el pasaje más allá. Es en este signo que se decide retomar el camino con el bagaje de las deudas a asumir o volver al Principio, a la Unidad cósmica. Dorothèe Koechlin de Bizemont dice que los Piscis están relacionados con un karma emotivo. El ser debe aprender a dosificar las emociones y a aceptar sacrificios y limitaciones. No creo que a los Piscis les pertenezca estrechamente la temática del sacrificio. La clave evolutiva creo que se encuentra principalmente en renunciar a la tentación de huida de sí mismos; la fuerza, en la plena aceptación de los opuestos. Quizá los dos Peces del glifo se detienen un instante en equilibrio y fijan el momento eterno.

 

La casa

La primera sensación entrando en una casa en la que vive un Piscis es la del ambiente recogido y vivido. Es fundamental para ellos encontrarse entre objetos que hablen, que cuenten una historia pasada, que inviten a recuerdos recientes y lejanos. Reúnen uno tras otro objetos de todo tipo: tazas, tacitas, platos decorados colgados, viejas fotografías, marcos de plata con las fotos de los abuelos, del perro y del gato de casa. Viejas lámparas con pie de cerámica que encuentran su lugar en cualquier rincón, desde donde difunden su cálida luz; los Piscis no podrían vivir nunca entre luces cegadoras, sin la penumbra que permite la relajación que invita a la confidencia y a la intimidad.

Estoy segura de que ha sido mi espíritu neptuniano el que me ha empujado a coleccionar conchas desde cuando era niña; ahora tienen su sitio en cualquier rincón recogido de la casa: en un cesto de mimbre de color en el baño, en el viejo aparador en la sala y, lo confieso, escondidas por todas partes en los cajones de la habitación: pequeñas presencias que me hacen estar alegre, capaces de suscitar recuerdos de azul, de arena, de mar y de color en los días fríos y oscuros del invierno. Desafío a un típico sujeto Piscis a declarar que no le gustan las conchas...

Si existe en la casa una habitación pequeña con una ventana desde la cual filtrar la luz, la convertirán en un estudio o en una habitación bohemia, con cortinas de puntillas, escritorio de madera y libros en las repisas; la mecedora con cojines provenzales está allí, en el rincón, preparada para acogerles. A falta de tales espacios, sabrán hacer acogedor también el salón, con sofás de tonos pastel, tapetes cálidos y cojines, cojines y más cojines. Las paredes casi no se ven porque están cubiertas con fotografías y cuadros de flores, animales o paisajes que dejan claro cómo es. La cocina es... caótica, a menudo arreglada, pero no faltan las cosas superfluas. Adoran el cobre colgado, los ramos de guindillas; en la ventana o en el balcón no falta nunca la planta de albahaca, menta u orégano. En el baño podemos perder un tiempo incalculable admirando botes de cremas y botellas de perfumes de todo tipo. El azul puede utilizarse como color dominante para recrear la idea del mar.

Esta es la casa de un típico Piscis y sobre todo de una típica exponente femenina del signo. Por lo tanto, son más que posibles las tendencias y gustos que se aparten un poco de las representaciones ideales. Pero estoy segura de una cosa, el ambiente en el que vive un exponente Piscis está siempre envuelto en música; la cadena musical no puede faltar, dispensa emociones y sensaciones a las que estos seres no sabrían renunciar nunca.

 

Las aficiones y los viajes

Prefieren el modelismo de barcos si son hombres y coleccionar viejos objetos de cualquier tipo si pertenecen al sexo femenino.

Les gustan los puzzles y escuchar mucha música, de cualquier tipo siempre que sea válida. Saben tocar el piano o simplemente acompañarse con la guitarra durante las veladas que suelen pasar con los amigos.

Aunque no son generalmente tipos dinámicos y rápidos, les gusta frecuentar las piscinas para mantenerse en forma o para seguir cursos de inmersión acuática.

Les gusta leer y muy a menudo, como sucede con los otros dos signos de Agua, Cáncer y Escorpio, se dedican a argumentos esotéricos y a la astrología. En su librería no faltan ediciones sobre música y libros de ilustraciones estupendas sobre el mar y de encantadoras islas tropicales.

Y ya hemos llegado a los viajes. Nada puede tranquilizar más la moral de los nativos de Piscis que la posibilidad de viajar, de descubrir nuevos puertos y escoger estancias en el mar y relajados. Les desafío a encontrar alguno que prefiera la montaña a lo que es su elemento natural, el mar.

 

Regalos, colores y perfumes

No son personas a las que sea difícil hacer un regalo. Será suficiente con un poco de fantasía, de buen gusto y de mucha cordialidad y afecto sincero en el momento de proponerlos. Seguramente aceptarán, con estos presupuestos, cualquier cosa que se pueda regalar, pero en particular algunos objetos les harán sin duda felices: por ejemplo, si tuvieran la posibilidad de tenerlo con ellos y todavía no se hubieran decidido, un bonito gato o un perro podría ser una estupenda compañía. Pero entendámonos, se trata de regalos que realmente son muy especiales y que es necesario estar seguros de que serán acogidos de la forma correcta; creo que la sensibilidad de los Piscis y el amor que sienten por los más indefensos los hace muy adecuados para sorpresas de este tipo. También les van muy bien las joyas de plata, especialmente los pendientes, que normalmente saben llevar con gracia y elegancia inigualables. Adoran la seda tanto para las blusas como para la lencería íntima. Libros que hagan soñar, que transporten lejos de la vida cotidiana; la música es siempre un regalo que agradecen los dos signos y si les gusta la música clásica apreciarán sin duda a Chopin (Piscis), al pasional y romántico Beethoven y a Vivaldi, que también fue Piscis.

Si quiere hacer feliz al hombre Piscis, botellas de vino caras e increíblemente añejas le harán brillar los ojos; para un joven, el primer equipo de música como regalo será un recuerdo inolvidable. Los colores más adecuados son el azul y el violeta; en general, también van bien los tonos pastel. La piedra que mejor les va para un regalo es la amatista violeta. Tanto a ella como a él les gustan los perfumes, posiblemente frescos y ligeros; si se compran en la herboristería, son indicados para ella la glicina y el jazmín.