UNA DEFINICIÓN DIFÍCIL

El estudio del documental tiene una complejidad difícil de abarcar. Así, este libro pretende sintetizar la historia del documental y señalar a sus protagonistas más destacados y las formas discursivas que se han utilizado. En el centro de la cuestión se encuentra el viejo debate sobre la realidad, sobre lo que se entiende al hablar de realidad. La evolución de las formas de representación documental ha generado un discurso teórico sólido, que se enriquece constantemente. Se ha pasado de la pretensión de registrar la realidad tal cual es, a la situación de que algunos de los documentales más actuales nos proponen: asumir la subjetividad para llegar a comprender la realidad social.
Las dificultades teóricas, incluso, llegan a la propia definición de documental y los autores que escriben a fondo sobre el tema dedican muchas páginas a esta cuestión. Casi todas las definiciones dicen que el documental, mediante una interpretación creativa de la realidad, nos aporta conocimiento y nos ayuda a comprender la condición humana. Como muy bien afirma el profesor de cine Bill Nichols, las ideas sobre cuáles son los temas que el documental debe tratar cambian constantemente. Para algunos especialistas, todas las obras audiovisuales son ficciones, para otros, todas son documentales. Nichols clasifica las obras audiovisuales en dos grandes grupos: documentales of wishfulfillment –cumplimiento de un deseo– y documentales de representación social.
Los dos cuentan historias pero de diferentes clases y utilizando diferentes narrativas. El primer tipo correspondería a lo que llamamos ficciones y el segundo a lo que llamamos no ficciones. El documental de representación social nos ofrece una representación tangible del mundo que habitamos y compartimos. El documentalista, mediante la selección y la puesta en escena, organiza y visibiliza el material de la realidad social. Nos muestra lo que la sociedad ha entendido, entiende o entenderá por realidad. Nos ofrece nuevos puntos de vista para explorar y entender el mundo que compartimos. El profesor Àngel Quintana considera que uno de los grandes retos del realismo es interrogarse sobre la realidad y sobre cómo se inscribe esta realidad en la esfera de lo visible. Frente a la cultura del simulacro que nos rodea, aconseja contemplar el realismo como una actitud ética.
Sólo resta animar a continuar investigando y leyendo bibliografía sobre el tema. Una vez se empieza, no se puede parar, porque estamos hablando de la vida de las personas y de un medio que intenta mostrarla.
Para finalizar esta pequeña introducción se quiere informar que, la elaboración de este libro se ha basado, principalmente, en la aportación inestimable de las obras de los profesores Erik Barnouw y Bill Nichols.