Cualquier lector habitual, cuando se planta ante un producto editorial, puede llegar a reflexionar en algún momento sobre la capacidad expresiva del autor, el esfuerzo por hacer llegar sus palabras o incluso la habilidad para trasladar sus opiniones, pero en contadas ocasiones se piensa en todos aquellos profesionales que toman parte, y que también tienen su pequeño papel protagonista, en cada una de las tareas en las que participan.
Cuando un ilustrador plasma su dibujo, un maquetador compone con habilidad los elementos, una correctora de estilo limpia con acierto las expresiones o un técnico en reprografía obtiene una prueba de impresión, dejan inevitablemente su huella profesional en el producto acabado.
Estas intervenciones tienen lugar en un entorno estrictamente coordinado y planificado en tiempo y uso de recursos, una orquesta editorial formada por multitud de profesionales con instrumentos con un sonido diferente, pero que, guiados por un buen editor, componen una sinfonía melódica donde el protagonista siempre es la palabra.
A lo largo de este capítulo, se descubrirán los entresijos de un proyecto editorial, las fases que lo forman y las tareas principales, todo impregnado por los principios de la coordinación, la planificación y la ética profesional.
La constante dinamización del sector editorial provoca que las definiciones que atienden a la descripción de los diferentes procesos que forman parte de este sector evolucionen hacia un uso más genérico de términos y acepciones, que no especifiquen formatos, plataformas o dispositivos de lectura, motivado ello en gran medida por la implementación de las nuevas tecnologías y nuevos hábitos de lectura.
El proyecto editorial se ve inmerso en un proceso de continuo cambio que implica movilizaciones de actividades y acciones que están evolucionando con las nuevas tendencias y afectan a gran parte de las fases que conforman este proceso productivo, como medios de producción, distribución y promoción, suministros de papel, sistemas de transporte, ferias, firmas de autor, etc.
Estas premisas tan dinámicas condicionan una definición concisa de proyecto editorial hacia una descripción más estándar. El proyecto editorial como tal puede ser entendido como todo aquel conjunto de actuaciones, interrelacionadas y coordinadas, que tienen lugar alrededor de la edición de un contenido que puede resultar de interés para un determinado número de personas.
Este conjunto de actividades deben ser ejecutadas en un orden determinado y tienen como finalidad la consecución de unos objetivos concretos, mediante la concurrencia de diversos recursos, dentro de un plazo y con unos costes previstos de antemano.
La eficacia de un proyecto editorial reside en gran medida en la capacidad de análisis y planificación del profesional responsable, persona que tendrá bajo su responsabilidad no solo la elaboración documental del proyecto, sino que tendrá la batuta para dirigir a los diferentes profesionales que formarán parte del mismo.
En este proceso, adquiere una gran importancia la dirección, el camino a tomar y el vehículo que se utilizará para avanzar. Esta toma previa de datos se define como delimitación de parámetros, una selección de criterios y atributos que se han de tener en cuenta a la hora de afrontar la creación del proyecto y proceder a la toma de decisiones.
Estos límites no se erigen como un camino inquebrantable, sino que cada proyecto debe contener sus propios parámetros y atender a las necesidades específicas que pretende cubrir.
El proyecto, para que pueda ser considerado como tal, debe contener una serie de parámetros:
Periodicidad: los proyectos pueden repetirse varias veces en condiciones similares (proyectos periódicos o rutinarios) o ser planificados para que solo se ejecuten una vez (monoproyectos). La periodicidad condiciona el resto de la planificación, ya que necesita de la elaboración y el desarrollo más exhaustivo de algunas fases que formarán parte del proyecto, ya que no es lo mismo planificar la edición de una revista mensual que la de un solo libro de cuentos infantiles.
División por tareas: todo proyecto debe identificar las distintas responsabilidades, funciones y tareas que se llevarán a cabo para la obtención del producto final. La identificación de las mismas permitirá delimitar los tiempos de ejecución, el reparto de tareas, el establecimiento de puntos de control, el uso de recursos, etc.
Relación entre las actividades: este parámetro permitirá identificar cuál es la conexión que se establece entre las distintas fases que componen el proyecto y, por lo tanto, también el orden de ejecución.
Programación del tiempo: el calendario se convierte en una de las principales herramientas para la coordinación de equipos. Marcar una fecha de inicio y fin de cada una de las tareas facilita la programación de los recursos necesarios y algo que se verá más adelante, la contratación de colaboradores externos.
Control del proyecto: esta característica se incluye dentro de los parámetros del proyecto, por su importancia en la obtención de un producto final que se adapte al presupuesto, sea entregado en la fecha prevista y tenga la calidad que se requería en la planificación.
Para un proyecto, existen parámetros inherentes al propio proceso de planificación, que afectan indiscutiblemente al proceso de planificación, elaboración y comercialización, como son la tipología editorial, los subsectores de edición y la clasificación de materias.
El proyecto, salvo casos en los que exista fusión y trabajo conjunto entre varias editoriales, tendrá como protagonista una sola empresa editorial, una entidad con características objetivas que posibilitarán su clasificación dentro de un marco homogéneo de editoriales.
Encasillar la entidad permitirá reconocer e identificar con mayor facilidad todos aquellos elementos que la rodean de forma externa y que le atañen en la interna, información derivada de la historia del propio sector y de las entidades que lo forman.
Las editoriales pueden ser clasificadas por multitud de criterios, atendiendo a la facturación, los ingresos, la presencia internacional, los formatos de publicación, etc., aunque para el caso de la planificación y gestión editorial se tomará como referencia el número de publicaciones, uno de los datos que más información puede aportar de cara a la creación del proyecto.
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TAMAÑO DE LA EDITORIAL |
Nº DE PUBLICACIONES |
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Grandes |
>1.000 |
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Medianas |
Entre 100 y 1.000 |
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Pequeñas |
<100 |
La amplitud del catálogo, marcada por el número de publicaciones, puede aportar información eficaz no sobre aspectos internos de la editorial, como el tamaño de la plantilla, sino sobre cualidades de la propia infraestructura, como red comercial, distribución, etc., datos cruciales que marcarán la dirección editorial.
La temática a la que pertenecerá el proyecto editorial marcará en gran medida el proceso de elaboración y comercialización, y es que no es lo mismo la red de distribución dispuesta para un libro de divulgación científica que una novela de un autor reconocido.
La mayoría de los estudios aún mantienen los estándares de clasificaciones heredados de anteriores sistemas, donde los términos y límites de los proyectos editoriales eran bien distintos a los de ahora.
En virtud de poder obtener una aproximación lo más cercana posible a la realidad, es esencial adaptar el proyecto a las clasificaciones empleadas por los estudios de mercado y hábitos de lectura, para poder establecer objetivos y resultados.
Una de estas clasificaciones es la denominada subsectores de la edición, que es la que representa la temática del producto editorial, utilizando como fuente de datos los ISBN concedidos anualmente. Esta clasificación agrupa los libros alrededor de características comunes de contenido y distingue entre:
Libros infantiles y juveniles: de ficción y contenido temático.
Libros de texto: incluye solo los libros de texto y material escolar de los estudiantes, en especial enseñanza infantil, primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional.
Libros de ciencias sociales y humanidades: compuesto por libros de filosofía y psicología, sociología y estadística, ciencias políticas y económicas, derecho, pedagogía, etnografía, gestión de empresas, bellas artes, lingüística y filología, geografía y viajes, historia y biografía y obras de referencia.
Libros de creación literaria: compuesto por las obras de literatura, novela, poesía, teatro y otros géneros literarios.
Libros científicos y técnicos: agrupa ciencias puras, ciencias aplicadas y tecnológicas, medicina, comunicaciones y transportes, agricultura y ganadería.
Libros de tiempo libre: subsector vinculado a temáticas relacionadas con el tiempo libre, como caza, pesca, animales domésticos, juegos, deportes, etc.
Otros: compuesto básicamente por libros de religión, arte y ciencia militar.
La edición constituye un sector con multitud de escenarios que dan cabida a todo tipo de lectores, una heterogeneidad que no hace sino enriquecer el mundo editorial, dándole en muchas ocasiones la libertad para crear y usar la imaginación.
Cada proyecto editorial merece ser clasificado desde sus inicios según el sistema IBIC (International Book Industry Categories), un sistema internacional de clasificación de materias estándar y con orientación comercial.
Este sistema está basado en 2.600 códigos de materias que se agrupan jerárquicamente en 18 categorías, a los que hay que añadir 900 códigos, denominados calificadores, que indican, entre otras variables, la localización geográfica, las lenguas de la obra, los períodos históricos, los fines didácticos y la edad de interés.
Este sistema encuentra sus inicios en el Reino Unido, surgido para cubrir la necesidad de atender una demanda compartida por todo el sector comercial del libro. Fue en 1998 cuando se hizo pública una primera versión, en la que intervinieron los principales agentes destacados del sector.
Fue en 2011 cuando la clasificación BIC pasó a denominarse IBIC, recogiendo con esta evolución las adaptaciones del sistema a los diferentes mercados europeos, sistema de uso obligatorio desde el 1 de enero de 2012, sustituyendo de esta forma a la CDU, sistema elegido por la Agencia Española del ISBN antes del traspaso de esta gestión a la Federación de Gremios de Editores de España.

Sabía que...
En la Feria del Libro de Londres de 2013, se dio a conocer el primer piloto de Thema, un nuevo estándar internacional de materias editoriales con orientación comercial, que ofrecerá al sector internacional del libro un sistema unificado para categorizar el contenido de las obras y facilitar su integración y distribución en la cadena comercial.
A continuación, se ofrece la clasificación por categorías y calificadores de materias según IBIC.
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CATEGORÍAS DE MATERIAS |
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A |
Artes |
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B |
Biografía e historias reales |
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C |
Lengua |
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D |
Literatura y estudios literarios |
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E |
Enseñanza de la lengua inglesa (ELI) |
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F |
Ficción y temas afines |
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G |
Consulta, información y temas interdisciplinarios |
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H |
Humanidades (historia, arqueología, filosofía, religión) |
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J |
Sociedad y ciencias sociales |
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K |
Economía, finanzas, empresa y gestión |
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L |
Derecho |
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M |
Medicina |
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P |
Matemáticas y ciencia |
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R |
Ciencias de la tierra, geografía, medioambiente, planificación |
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T |
Tecnología, ingeniería, agricultura |
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U |
Computación e informática |
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V |
Salud y desarrollo personal |
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W |
Estilo de vida, deporte y ocio |
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Y |
Infantiles, juveniles y didácticos |
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CALIFICADORES DE MATERIAS |
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1 |
Geográficos |
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2 |
Lenguas de la obra |
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3 |
Períodos históricos |
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4 |
Fines didácticos |
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5 |
Nivel de lectura e interés especial |
Los elementos de la planificación, la dirección editorial, el número de publicaciones, el tipo de contenido, el subsector de la edición y la materia IBIC aportarán las primeras apreciaciones sobre el curso que deberá tomar el proyecto. Una suma que, unida a información específica de la propia editorial, como el histórico, la línea editorial, etc., configurarán los parámetros del proyecto editorial.

Actividades
1.Acceda a <http://www.dilve.es>, realice una búsqueda del listado de categorías y calificadores de materias en español y descargue la guía de uso. Realice una lectura comprensiva del contenido expuesto.

Aplicación práctica
Suponga que la editorial en la que trabaja ha decidido abandonar la clasificación de materias CDU y hacer una mudanza hacia las categorías IBIC. Le han trasladado un primer listado de cinco títulos. Indique a qué categoría de materias pertenecen los siguientes proyectos editoriales:
Facebook para empresas.
Introducción al marketing en Internet: Marketing 2.0.
Las recetas que adelgazan.
La vuelta a España del Corto Maltés. De Santander a Santander en un velero de 6 metros.
Batallas de Roma y Cartago.
SOLUCIÓN
Facebook para empresas: UBDS.
Introducción al marketing en Internet: Marketing 2.0: KJMV7.
Las recetas que adelgazan: VFMD.
La vuelta a España del Corto Maltés. De Santander a Santander en un velero de 6 metros: BJ.
Batallas de Roma y Cartago: HBLA.
El software para la planificación de proyectos proporciona al editor la capacidad para asistir en la estructuración, organización y gestión de los recursos.
Las editoriales contienen en su plantilla profesionales de diferente naturaleza que necesitan de la asistencia de este tipo de programas para la coordinación y el entendimiento con el resto de departamentos de la empresa. Sin ellos, los proyectos serían menos viables.
Estas herramientas para la planificación cuentan como principal ventaja con la gestión del tiempo. Su implementación en el proyecto permitirá dividir todo el proceso en distintas etapas, distribuirlas, coordinar las tareas asignadas a cada equipo, fijar una cronología de actividades y cumplir con los plazos de tiempo.
Este tipo de herramientas, para ser consideradas como tales, deberán cumplir con cuatro requisitos principales:
Deben permitir la planificación de actividades con funciones muy dispares y de distinta naturaleza pero conectadas entre sí.
Deben permitir la evaluación y asignación de los medios humanos y materiales necesarios para la realización de un proyecto.
Deben prever desviaciones en el tiempo y ofrecer la posibilidad de asignar prórrogas.
Deben fomentar la cooperación entre los grupos de trabajo, con valores añadidos como sistemas de comunicación, espacio para anotaciones, etc.
Según el tamaño de la editorial, el número de profesionales y la complejidad del proyecto, existen distintos tipos de software capaces de responder a las distintas necesidades.
Estos programas pueden ser clasificados en tres grupos:
Programas de planificación de proyectos personales: ofrecen funciones básicas para el trabajo colaborativo. Muy utilizados por empresas unipersonales o pequeñas editoriales.
Programas de planificación de proyectos colaborativos: incluyen funcionalidades complementarias a los personales y de naturaleza multidisciplinar, permitiendo que cualquier departamento pueda hacer un uso o bien general con el resto de la editorial o más concentrado dentro de su propio departamento.
Este tipo de programas incluyen funciones tales como edición de documentos compartidos, foros, creación de bases de información, blogs, etc.
Programas de planificación de proyectos integrados: software que ofrece soluciones de colaboración relacionadas con las áreas más complejas de una editorial, especialmente con aquellas con orientación al cliente, y estrechamente vinculadas con aplicaciones de ERP Y CRM.

Definición
ERP (Enterprise Resource Planning)
Conjunto de sistemas de información gerenciales que facilitan la integración de ciertas operaciones dentro de una empresa.
CRM (Customer Relationship Management)
Software para la administración de la relación con los clientes, para la venta y el marketing.

Actividades
2.En una simple búsqueda por Internet, es fácil encontrar software para la planificación que puede ser utilizado en el sector editorial. Realice una búsqueda y localice al menos cinco ejemplos de software gratuito o de pago y ubíquelos de acuerdo a la clasificación propuesta.
Contar con un programa específico editorial para la planificación de los proyectos supone hacer una inversión económica que sin duda reportará beneficios en la eliminación de tiempos de espera. Algunos de los más destacados son QuickGantt, Turbo Project, BIZ-E, Project Risk Analysis, Alesys Team o Predictor.
Pero si lo que le interesa al editor es incorporar simplemente una herramienta que permita controlar los tiempos de cada fase y la intervención de los profesionales, puede acudir a herramientas más accesibles, como Microsoft Project o Excel.
Estas herramientas permitirán elaborar cronogramas de trabajo simplemente completando datos de progresos y fechas, una solución que permitirá afrontar, al menos con los requisitos mínimos, la planificación editorial.

Actividades
3.Reflexione sobre las siguientes cuestiones:
Si el presupuesto de la editorial no permite la incorporación de programas específicos, ¿debería dejar de un lado la planificación y centrarse simplemente en la edición?
Las herramientas específicas tratan de solucionar diferentes aspectos de la planificación, ¿cuáles son las premisas básicas que a su parecer le deberían de aportar?
¿Por qué no es imprescindible el uso de herramientas específicas de planificación?
La heterogeneidad de las editoriales compromete a que cualquier definición, clasificación o concepción de proyectos o procesos editoriales parta de un estándar global siempre guiado por la lógica y la razón. Esto quiere decir que cada editorial funciona e identifica sus propias fases y términos adaptados a su propia operatividad, por lo que resulta imprescindible hacer una descripción genérica y luego adaptarla a cada proyecto editorial.
Partiendo de esta premisa, las fases que deberán estar presentes en el desarrollo de un proyecto editorial son las siguientes:
Preparación.
Elaboración.
Comercialización.
La fase de preparación comprende el conjunto de operaciones que tienen lugar antes de la edición del proyecto, una etapa centrada en el estudio de los atributos que contendrá el nuevo producto y el análisis económico de los recursos necesarios para su elaboración.
Todo producto editorial comienza con una idea original a la que se van añadiendo propiedades, valores y correcciones, que le aportarán solidez y forma. Hablamos de la conceptualización del proyecto.
¿Cómo saber cuál es la forma idónea que deberá tener? La respuesta es simple: hay que preguntar al consumidor. El proyecto editorial deberá ser construido en base a las necesidades y características del cliente que lo comprará.
Para ello, es imprescindible hacer un estudio de mercado lo suficientemente amplio como para extraer la información que necesita el proyecto y poder responder preguntas como:
¿Cuántos compradores podría tener el proyecto?
¿Evolucionan los consumidores a los que se dirige la editorial?
¿Dónde se encuentran?
¿Dónde compran productos similares?
¿Dónde y cómo se informan?
¿Cuáles son sus motivaciones?
El presupuesto del proyecto determinará en mayor o menor medida qué técnicas utilizar para que la extracción de la información sea más o menos efectiva, lo que también dependerá de los objetivos en la creación de este proyecto. Todo un esfuerzo que permitirá responder a una pregunta, ¿para quién se edita?

Actividades
4.Reflexione sobre qué otro tipo de preguntas puede realizar para delimitar aún más las características del consumidor.
Paralelamente a este estudio, toda preparación debe contar con información acerca del mercado en el que se mueve el proyecto, si existe competencia y cómo se está moviendo, una investigación sobre la oferta concurrente.
Para ello, vuelve a ser necesario recurrir a las técnicas de investigación y recogida de datos utilizadas en el estudio del consumidor, pero aplicadas a las editoriales competidoras y sus productos.

Recuerde
En la preparación conceptual, es esencial que el mayor número de personas se impliquen en la definición del proyecto, no tan solo aportando ideas que puedan definir y enriquecer el proyecto, sino también a la hora de producirlo tal y como se estipule en la descripción.
El director del proyecto también tiene la responsabilidad de mantener una coherencia con su línea editorial. No basta con saber quién comprará el producto y quién competirá, sino que debe aplicarse el mismo sistema que se emplea con la competencia y el mismo rigor para descubrir los errores propios, no solo los ajenos, e identificar cuál es la estrategia general a seguir.
En este sentido, en el sector editorial tiene una especial relevancia la imagen de marca. No solo los autores venden libros o los periodistas venden periódicos, la imagen de la editora de cabecera puede convertir proyectos mediocres en grandes éxitos y bestsellers en productos invisibles.
El proyecto debe ser rigurosamente incluido en la línea editorial para que sume valor al conjunto. Puede ser muy fácil caer en la tentación de editar un proyecto que emocione particularmente, pero la edición es una labor complicada, así que mejor no avivar más la llama.
La recopilación de esta información permitirá responder a una pregunta: ¿qué editar?

Actividades
5.Busque información sobre qué es la imagen de marca y cuáles son las principales cualidades y características que debería cumplir la imagen de una editorial.
Definido el proyecto, deben ser desvelados los motivos que han llevado al planteamiento inicial del mismo, identificar cuáles son los objetivos que se han formulado, los que darán sentido a la edición.
De esta forma, deben ser definidas de forma clara y sencilla todas las metas que se han planteado, a corto, medio y largo plazo. Este primer conjunto de objetivos constituye la columna vertebral que sostendrá el proyecto, una estructura resultado de la pregunta ¿por qué editar?
Llega el momento de establecer la cronología. El tipo de proyecto implica establecer tiempos de ejecución reales, pero a la vez ambiciosos y, sobre todo, adaptados a los atributos que han aportado al proyecto las preguntas formuladas con anterioridad.
En el producto editorial tiene una gran importancia la estacionalidad de la demanda. El acierto o el error en la planificación de las fechas puede dar lugar a objetivos no planificados. Es la respuesta a la pregunta ¿cuándo editar?

Ejemplo
En agosto, en pleno estudio conceptual, se sabe que el proyecto editorial será un cuento, se dirigirá al sector infantil y tendrá como objetivo mejorar la visibilidad de la colección para niños. El momento idóneo para finalizar la fase de edición y comenzar la comercialización será el 1 de diciembre, cercano a Navidad.
En la temporalización, adquiere gran importancia la cantidad de ejemplares, colecciones, títulos, etc., que saldrán a la venta con este proyecto editorial, sobre todo para la fase de producción y distribución.
Resulta una tarea minuciosa y complicada la fijación de esta cuantificación, pero forma parte de la propia estrategia editorial, y es que no es lo mismo publicar un producto de consulta universitario que un bestseller.

Actividades
6.Averigüe cuántos ejemplares necesita vender un libro para ser considerado un bestseller.
La actual configuración del mercado, con la modificación de la estrategia de venta y distribución, la introducción de las nuevas tecnologías y la implantación de tiendas on-line, está haciendo cambiar el panorama editorial.
Anteriormente, las editoriales debían calcular cuántos ejemplares debían imprimir para satisfacer la demanda real y potencial del mercado y realizar una tirada aproximada que debían distribuir por toda la cadena de venta.
Hoy en día, cualquier usuario puede comprar un libro desde cualquier lugar recóndito del mundo y para ello se acude a la impresión digital. Las grandes tiradas son sustituidas por la impresión bajo demanda. Las editoriales solo imprimen aquellos ejemplares que les solicitan los clientes y en tiempo real, lo que permite reducir significativamente el número de unidades devueltas por libreros u otros agentes que no han llegado a ser vendidos.
Esta cuantificación responde a la pregunta, ¿cuántos ejemplares se necesitan?

Actividades
7.Realice una búsqueda on-line y conozca cuáles son los principios de la impresión bajo demanda (POD-Print On Demand).
El último elemento de la conceptualización del proyecto consiste en la metodología, en el know-how. Como se ha comentado anteriormente, la coherencia de la línea editorial marca un camino a seguir no solo en la imagen del sello editorial, sino en los propios procedimientos, que condicionan e influyen significativamente en la creación del producto final. Todo un contexto que rodea el proyecto editorial alrededor del ¿cómo editar?

Actividades
8.Desde su punto de vista, ¿qué pregunta de todas las mencionadas hasta ahora tiene más importancia en la planificación del proyecto?

Ejemplo
Un nuevo proyecto editorial, basado en la edición de un libro de texto para educación secundaria, respondería a las cuestiones antes planteadas de la siguiente manera:
¿Qué editar? Un libro que sirva de apoyo a la enseñanza, con contenido adaptado a los programas formativos publicados por los organismos públicos de educación, que satisfaga las necesidades de aprendizaje requeridas en la educación secundaria.
¿Para quién editar? Para alumnos de educación secundaria obligatoria, niños sin distinción de género con una edad comprendida entre 12 y 15 años. Y para el cuerpo de profesores, profesionales sin distinción de género, con una edad superior a los 25 años y con estudios superiores.
¿Para qué editar? Para cumplir una función social y de compromiso con la sociedad, aportando valor a la educación secundaria obligatoria con un contenido veraz y efectivo para la formación del alumnado.
¿Cuándo editar? La edición terminará a finales de año, para poder iniciar la estrategia comercial a comienzos del mismo y de cara al próximo curso.
¿Cuántos ejemplares editar? La selección de libros la suele realizar el profesorado a comienzos del año, por lo que es posible calcular la tirada aproximada dependiendo del número de alumnos que pertenezcan a los centros que vayan a comprar el material.
El riesgo es algo con lo que todas las editoriales deben convivir y determinarlo y acotarlo implica realizar estimaciones acerca del futuro. El departamento financiero tendrá bajo su responsabilidad controlar el nivel de gastos y la velocidad con que estos se producen. A medida que el nuevo proyecto entra en la etapa de elaboración, analizará si las ventas reportarán suficientes ingresos para producir la amortización.
Para ello, el proyecto editorial debe contar con un estudio económico, donde, como mínimo, deben ser analizados los siguientes conceptos:
Costes directos: los que corresponden a un proyecto concreto, como por ejemplo la maquetación, la ilustración, etc.
Costes indirectos: los ocasionados por un proyecto, pero que no pueden ser plasmados en algo concreto, como por ejemplo gastos de viaje.
Costes fijos: los propios del prototipo del proyecto, independientes del número de ejemplares.
Costes variables: todos aquellos que dependen del número de ejemplares que se impriman, como el papel, la impresión, el embalaje, etc.
Costes internos: los de trabajos y recursos realizados dentro de la empresa.
Costes externos: los de trabajos encargados fuera de la editorial, como por ejemplo los servicios de traducción.
Coste total: la suma total de los costes devengados por la producción de todos los ejemplares, es decir, la suma de los costes directos más los indirectos, de los fijos más los variables, de los externos más los internos.
Coste unitario: el correspondiente a cada uno de los ejemplares. Es igual al coste total dividido por el número de ejemplares fabricados.
Ventas brutas: totalidad de los ingresos percibidos por la venta del proyecto o, lo que es lo mismo, el P.V.P. multiplicado por el número de ejemplares.
Ventas netas: cantidad bruta percibida menos los descuentos de los diferentes agentes de la cadena del libro (distribuidores, libreros, afiliados, etc.).
Costes comerciales: como su propio nombre indica, son los derivados de las actividades relativas al área comercial, como por ejemplo las comisiones descontables del coste bruto.
Costes de promoción: los costes pertenecientes a las acciones de marketing y publicidad.
Cada proyecto tendrá una composición única y, por lo tanto, costes especiales, que deben ser reflejados en una hoja de cálculo con el mayor nivel de aproximación posible, ya que la totalidad de los mismos más el coste del proyecto permitirán fijar un valor tan importante como el precio de venta al público del proyecto.
Dentro de estas variables especiales, deben tener cabida porcentajes como los derechos de autor que genere el proyecto, reflejados en % sobre el coste bruto y que irán directamente para el autor, o el % de devoluciones que se estimen sobre la totalidad de ejemplares producidos.

Recuerde
Las grandes tiradas son sustituidas por la impresión bajo demanda. Las editoriales solo imprimen aquellos ejemplares que les solicitan los clientes y en tiempo real, lo que permite reducir significativamente el número de unidades devueltas por libreros u otros agentes y que no han llegado a ser vendidas.
Para la fijación del precio, no solo hay que tener en cuenta la estimación de los costes. Como cualquier empresa, una editorial debe fijar unos beneficios económicos que se corresponderán con su estrategia empresarial. Lógicamente y por el bien de la viabilidad del proyecto, los ingresos deben ser superiores a los gastos.
Para fijar el P.V.P., la práctica más habitual en el sector editorial es la utilización de un factor multiplicador que aporte un valor superior a los costes de producción y que sea el que establezca los beneficios.
El factor más utilizado es el 4, pero dependerá en gran medida del tipo de proyecto editorial. De esta forma y a modo de ejemplo, un libro en tapa dura podría tener entre el 7 y el 10, un libro en cuatricromía desde el 10 hasta el 30, etc.
Por lo tanto, antes de poder calcular el P.V.P. del precio del producto ya finalizado, es necesario obtener en primera instancia el factor multiplicativo, dependiente del % de beneficios que se estimen. Teniendo presente la heterogeneidad de los gastos y que deben ser reflejados, la fórmula estandarizada que suele ser utilizada para la fijación del P.V.P. es la siguiente:
P.V.P. = Descuento de distribución + Derechos de autor + Coste unitario + Gastos generales + Beneficios

Ejemplo
Magda Polo Pujadas ofrece en su libro Creación y gestión de proyectos editoriales en el siglo XXI un ejemplo para el cálculo del P.V.P. y el factor multiplicativo (k):
Una editorial fija los siguientes porcentajes:
Descuento de distribución = 50 %.
Derechos de autor = 10 %.
Gastos generales = 5 %.
Beneficios = 10 %.
Si tenemos en cuenta que P.V.P. = k x Coste unitario,
Y según la descripción de los gastos:
P.V.P. = 0,50 P.V.P. + 0,10 P.V.P. + Coste unitario + 0,05. P.V.P. + 0,10 P.V.P.
P.V.P. = 0,75 P.V.P. + Coste unitario.
P.V.P. – 0,75 P.V.P. = Coste unitario.
0,25 P.V.P. = Coste unitario.
P.V.P. = Coste unitario/0,25.
K = Coste unitario / Coste unitario x 0,25 = 1/0,25 = 4.
La constante k deberá ser 4.
La edición vive de la suma de las letras, pero depende de la viabilidad de los números. Dentro de este sector económico, tiene una gran importancia el concepto de la amortización.

Definición
Amortización
Proceso de disminución o extinción gradual de cualquier valor durante un período de tiempo. El tiempo que transcurre hasta la depreciación total se denomina período de amortización.
En el caso de los proyectos editoriales, la amortización de los ejemplares se produce a medida que se va vendiendo el stock. Para hallar esta cuota de amortización, es posible utilizar la siguiente fórmula:
Cuota = (Valor inicial – valor final)/período de amortización = (Valor inicial – 0)/48 meses
Cuando la cifra de los ingresos por las ventas consiga igualar a la inversión, se habrá llegado a la amortización. Si se dividen los costes totales de la edición por la percepción neta de cada ejemplar (cantidad que percibe el editor), se obtendrá el número de ejemplares que es necesario vender para igualar la inversión o, lo que es lo mismo, el punto de equilibrio:
Punto de equilibrio = Costes totales/Percepción neta
Tanto la planificación conceptual como el estudio económico constituyen la base del proyecto editorial, todo un informe y recogida de datos que deben quedar plasmados en el llamado documento del proyecto editorial.

Aplicación práctica
Suponga que usted, como responsable económico del proyecto, debe calcular el precio de venta al público que tendrá un producto editorial. Pero antes le piden cuál es el factor multiplicativo que debe tener. Para ello, tiene a su disposición los siguientes datos sobre porcentajes:
Descuento de distribución: 40 %.
Derechos de autor: 5 %.
Gastos generales: 5 %.
Beneficios: 25 %.
SOLUCIÓN
Partiendo de la fórmula para hallar el precio de venta al público, es posible obtener la constante multiplicativa, a partir de:
P.V.P. = k x Coste unitario
El cálculo tendría el siguiente desglose:
P.V.P. = 0,40 P.V.P. + 0,05 P.V.P. + 0,05 P.V.P. + Coste unitario + 0,25 P.V.P.
P.V.P. = 0,75 P.V.P. + Coste unitario.
P.V.P. – 0,75 P.V.P. = Coste unitario.
0,25 P.V.P. = Coste unitario.
P.V.P. = Coste unitario/0,25.
K = Coste unitario / Coste unitario x 0,25 = 1/0,25 = 4.
El factor multiplicativo es 4.

Actividades
9.¿Qué significaría que hasta los cinco años del inicio del proyecto no se alcanzaría el punto de equilibrio?
La fase de elaboración comprende todas aquellas acciones que tienen lugar alrededor de la edición y producción del proyecto editorial. Esta etapa tiene como misión dotar al producto de forma física, de convertir lo que antes solo existía en una idea y un presupuesto en algo tangible. Simbólicamente, debe ser una construcción en 3D del estudio conceptual y económico.
Esta producción está compuesta a su vez por una serie de procesos comandados por profesionales de distinta naturaleza, bien sean integrantes de la editorial o colaboradores externos. Un intervalo que se inicia con la aceptación del proyecto y finaliza con la impresión de los ejemplares.
Hoy en día, la mayor parte de los trabajos de elaboración del proyecto son resueltos por profesionales autónomos o empresas de servicios editoriales, lo que permite a la editorial no tener que integrar una gran plantilla para la realización de estas tareas. La mayor parte de profesionales internos dedicarán su labor a la revisión de la subcontratación.
Los tratamientos a los que deberá ser sometido un original para convertirlo en un producto editorial acabado pueden variar en cada caso, pero, atendiendo de nuevo a una descripción estándar, los procesos generales son los ofrecidos a continuación.
Consiste en la redacción de los textos que constituirán la esencia del producto editorial. Habrá multitud de escenarios dentro de esta fase, como pueden ser autores que presenten una propuesta, escritores contratados para el desarrollo de un original, nueva edición de un proyecto de otro mercado, etc., contextos diferentes que, sin excepción, deben pasar por una etapa de preparación, con la entrega y recogida del original.
El diseño gráfico es un área muy flexible en un proyecto de edición. La necesidad del mismo marcará la especialidad de los profesionales que participen. En la mayoría de los casos, las editoriales suelen incorporar un director de arte que es el responsable de aceptar los diseños presentados por el departamento interno o los colaboradores.
La traducción solo estará presente en aquellos casos en los que se haya planificado alcanzar targets con distinta lengua. En muchas ocasiones, la traducción no forma parte del proyecto editorial en sí mismo, pero sí de posteriores ediciones o coediciones que busquen ampliar la capacidad comercial y competir con una difusión internacional.
En la elección del traductor, es importante tener presente que debe conocer completamente la lengua de partida y la de llegada, incluso esta más que la primera, ya que en muchas ocasiones requerirá de ciertas dotes creativas para realizar una reinterpretación en los casos en los que no exista una terminología similar.
Hay casos en los que el original traducido adquiere más valor que el propio de la lengua inicial y ello es debido a la calidad del traductor, pero también a su elección, resultando un aspecto clave seleccionar a aquel que además tenga conocimientos de la materia que va a traducir.
Es la primera corrección que se realiza sobre el original y el objetivo es la revisión lingüística, gramatical, ortográfica, semántica y léxica.
Es importante que el corrector de estilo se remita a la revisión y corrección objetiva. Debe ser capaz de dirimir entre su propio estilo de redacción y el de un autor, respetando la personalidad a la hora de redactar del mismo.
También llamada diagramación, la maquetación es la organización de los elementos que conforman el original, ya sean texto, imágenes o multimedia, en medios impresos y electrónicos.
El maquetador tendrá la responsabilidad de armonizar todos los elementos gráficos aportados en la fase de diseño en un mismo original, con características que respetarán la coherencia editorial y la personalidad del estilo de la colección a la que pertenezca el producto.
También denominada corrección de galeradas, es la responsable de aplicar las normas de ortografía y de tipografía que caracterizarán el libro. Todas las anotaciones realizadas por el profesional responsable deben estar de acuerdo con los signos de corrección que establece la norma UNE 54-051-74, como se verá más adelante.
Los elementos textuales ya han sido corregidos. Ahora hay que supervisar que todos los elementos formales que son parte del original ya maquetado no contienen ningún tipo de incidencia, como por ejemplo errores en la paginación, capítulos mal numerados, etc.
Todo trabajo de digitalización, fotomecánica y filmación, requiere de conocimientos específicos adquiridos a través de la experiencia profesional y la formación específica. Es una fase responsable del técnico en preimpresión.
Esta fase, normalmente en manos del jefe de producción, es la encargada de la fabricación del producto editorial. En ella, se producirá la compra de papel, la contratación de la impresión, la encuadernación y el resto de procesos industriales que necesite el acabado, atendiendo siempre a los estándares de calidad predefinidos en el proyecto.

Aplicación práctica
Suponga que trabaja en una editorial dedicada a la edición de cuentos interactivos para tablets. Desglose cuáles son las fases que debería planificar para llevar a cabo la elaboración del proyecto, teniendo presente que ya ha recibido el original.
SOLUCIÓN
Preparación del original.
Story-board que recoja el curso de las interacciones.
Corrección del story-board.
Diseño de los recursos gráficos interactivos (personajes, objetos, etc.).
Diseño del entorno interactivo (escenarios, decorados, etc.).
Traducción.
Corrección de estilo.
Maquetación/programación interactiva, con textos e imágenes enriquecidos.
Segunda corrección.
Corrección técnica.
Previsualización.
Publicación interactiva.
La comercialización en el sector editorial es un tema en sí mismo, esencial para la viabilidad del proyecto.
El autor siempre va a creer que el proyecto que está a punto de lanzar se convertirá en un clásico dentro de su temática y que tanto la crítica como el público general acogerán de primera mano las buenas vibraciones y calidad del escrito, pero, en ocasiones, estos ni siquiera llegan a leerlo.
Para el 99 % de las situaciones en las que la publicación no pertenezca a autores de éxito, la editorial debe tomar una serie de decisiones para favorecer la comercialización, a través del marketing, que comprenderá en primera instancia la política comercial y la política promocional.
En los primeros pasos del proyecto, y sin darse cuenta, ya se han comenzado a sentar las bases de la política comercial con variables como la fijación del precio, la selección de distribuidores, etc.
La política comercial implica inevitablemente extraer conclusiones del estudio de la competencia y del mercado y tomar decisiones sobre el producto, tomando como referencia los datos extraídos, para poder posicionar el proyecto en su finalización, atendiendo a una estrategia específica, como por ejemplo una basada en precios más bajos.
También se incluirá dentro de esta política la selección de los agentes que pondrán el producto al alcance del consumidor. Atendiendo al tipo de producto que se comercialice, deberá estar presente en unas zonas geográficas u otras, en librerías generalistas o específicas, en un espacio on-line o siempre físico, etc.
Todas estas variables, junto con aquellas que tengan que ver con la relación establecida entre el producto y el consumidor, formarán parte de la política comercial.
En otra instancia, el análisis del proyecto habrá reportado la información suficiente como para saber qué tipo de medios y soportes de comunicación son los más viables y mejor colocados para llegar al consumidor y además de la forma más efectiva posible, es decir, de manera rápida y sobre todo económica.
La política promocional del proyecto ayudará a decidir cuáles son esos medios, cuáles son los vehículos más seguros para hacer llegar el mensaje comercial.
Una perfecta integración entre ambas políticas augura al menos que el consumidor tendrá la posibilidad de llegar a dicho producto y tendrá la capacidad de comprar o no.

Actividades
10.Realice un mapa conceptual en forma de esquema de las fases y subfases del desarrollo de un proyecto editorial.
La valoración del tiempo es el proceso mediante el cual el director editorial realizará una estimación de la duración de las diferentes fases que formarán parte del proyecto editorial.
Esta tarea no es fácil. Para valorar el tiempo es necesario tener la formación y experiencia suficientes para conocer los entresijos y anomalías más comunes que se suelen presentar y cuál es la forma de enfrentarse a ellas para que no supongan un retraso en las tareas.
Para realizar la valoración del tiempo, hay que partir de una predefinición de las fases que finalmente contemplará el proyecto y de las principales tareas que habrá que afrontar.
Esta predefinición de las etapas más importantes tiene su base en la creación de un documento, que recogerá todas las características necesarias para la edición, elaboración y puesta a la venta del producto editorial.
Este informe o declaración de intenciones alrededor de un proyecto surge como respuesta a una necesidad, de acuerdo con la visión de la organización, de reflejar y predefinir todas las actividades y recursos por consumir para la consecución de objetivos específicos.
Este documento permitirá al editor obtener una visión general de todos los elementos que formarán parte del proyecto, un guión ya establecido que ofrecerá una retrospectiva de todo el flujo de trabajo, indispensable para poder valorar qué porcentaje del total del tiempo que se destinará al proyecto le corresponderá a cada fase.
En la siguiente imagen, se podrá comprobar cuáles son los elementos tipo que suele integrar el documento de un proyecto editorial.

La estrategia editorial marcará en mayor medida la duración estimada de ciertas fases. Hay editoriales que destinan mayor esfuerzo a la comercialización y otras que se centran en la calidad del proceso de edición.
Igual ocurre con el tipo de características del proyecto, no es lo mismo editar un libro de literatura narrativa que una tesis sobre cálculos matemáticos.
En aquellos proyectos en los que el propio flujo de trabajo muestre la complejidad en el establecimiento de la valoración del tiempo, se deberá realizar el cálculo al revés, es decir, no se calculará cuando esté terminado en función de los recursos humanos y técnicos, sino que se calculará de cuánto tiempo se dispone para el proyecto y, por lo tanto, cuántos profesionales se necesitan para cada fase. Para ello, resulta necesario hacer una exhaustiva planificación de las fases de edición.

Aplicación práctica
Su convicción religiosa y su experiencia editorial le empujan a desarrollar un proyecto editorial que represente sus propios valores, una nueva edición de La Biblia. Estime, utilizando como referencia el documento anterior, cuántas semanas dedicará a cada fase del proyecto, teniendo en cuenta que se prevé que comience en seis meses.
SOLUCIÓN
1.Definición del proyecto. 2 semanas.
2.Definición del producto. 1 semana.
3.Análisis del mercado. 1 semana.
4.Planificación. 2 semanas.
5.Análisis económico. 1 semana.
6.Estrategia comercial. 3 semanas.
7.Edición. 4 semanas.
8.Evaluación, control y seguimiento. 2 semanas.
Planificar las fases de la edición es sinónimo de planificar las distintas tareas y tratamientos que sufrirá el original. Este desarrollo es un trabajo en cadena y deberá avanzar de forma progresiva. Solo en contadas ocasiones será posible adelantar unas fases o cambiar el orden de los factores.
Para proceder a la planificación, el primer paso será completar una plantilla de trabajo para poder relacionar de la forma más adecuada y coordinada el tiempo, las responsabilidades y los profesionales, como la que puede verse a continuación.

En esta plantilla, se fijarán los tiempos de dedicación a cada una de las fases y el número de profesionales que se dedicarán a su desarrollo, además de cualquier tipo de variable que sea de interés para la coordinación de las fases de edición.
La asignación de responsabilidades de las diferentes fases no tiene por qué coincidir con las tareas. La complejidad de la estructura organizativa de una editorial la hace especialmente diferente, en el propio reparto de las funciones y de la información.
No debería ser necesario incidir en que la comunicación en cualquier proceso de planificación es indispensable. El flujo de información debe ser continuo y constante.
Como se ha visto en el apartado anterior, la adecuada planificación de tareas y una efectiva coordinación de las mismas puede dar como resultado una eliminación de tiempos de espera e incidencias derivadas, que provocarían retrasos, funciones solapadas y pérdida de tiempo y de recursos.
Para evitar en la medida de lo posible estas rupturas en la cadena de trabajo, la dirección editorial debe estimar qué tiempo se debe destinar a cada tarea. El editor es por tanto el responsable absoluto del cumplimiento del cronograma y de que el trabajo llegue a buen puerto, contando solo con el personal interno o con colaboradores externos.

Ejemplo
Se ha estimado que el 12 de enero debe haber terminado la edición de una enciclopedia. El proceso de maquetación debería haber finalizado el 15 de diciembre, pero, un día después, el proceso aún no ha acabado y, por lo que se estima, se retrasará dos días más. El editor puede acudir a un freelance colaborador para maquetar el último tomo paralelamente a la maquetación del penúltimo. Si el editor, dos días antes, hubiera previsto el retraso, hubiera ganado un día para la entrega, demostrando tener una buena gestión del tiempo y los recursos.
El editor debe ser capaz de afrontar cualquier proyecto y además hacerlo con total garantía de cumplimiento. Debe preparar a sus equipos, humanos y técnicos, para conseguir la mayor efectividad y el 100 % en cada trabajo. Y para ello solo hace falta planificar y controlar todas las actuaciones y las personas que intervendrán.
Para llevar a cabo este control, el editor puede servirse de un checklist, una enumeración de las tareas que le ayudarán en la labor.
De forma complementaria e imitando a los marinos con el diario de abordo, es necesario registrar de forma diaria dos tipos de ítems:
Anotar todas las incidencias o puntos importantes que tienen lugar a lo largo de todo el proyecto.
Marcar en un cronograma el estado de cada una de las fases.
La incorporación de estas dos labores diarias permitirá no perder detalle del histórico del propio proyecto.
Para optimizar la estimación de los tiempos, existe una serie de principios básicos para la planificación temporal:
Compartimentación: consiste en la descomposición del proyecto en un número manejable de actividades o tareas.
Interdependencia: deben ser determinadas las relaciones existentes entre cada actividad o tarea.
Asignación de tiempo: cada tarea debe llevar asignado un número determinado de unidades de trabajo, con fecha de inicio y de final.
Validación del esfuerzo: cada tarea debe llevar asignada un número suficiente de profesionales que puedan afrontar el trabajo.
Responsabilidades definidas: cada tarea debe ser asignada a un profesional, que se hará responsable de su puesta en marcha y desarrollo.
Resultados definidos: el resultado de cada tarea debe estar previamente definido.
Sucesos o hitos: todas las tareas deben asignarse a un suceso, hito o acontecimiento.
Para estimar el tiempo concreto de las tareas de edición, no existe una norma general de aplicación, pero, de forma orientativa, la duración de los procesos podría oscilar entre las siguientes estimaciones.
El tiempo destinado a la fase de diseño gráfico contempla dos acciones, la creativa, dependiente del diseñador y su velocidad a la hora de encontrar el diseño adecuado, y la de desarrollo o aplicación de la idea a las técnicas más adecuadas de vectorización y retoque fotográfico.
Esta tarea resulta más compleja para temporalizar, implica conocer más al responsable de la misma y hacer un cálculo del tiempo en base a trabajos similares que haya desarrollado en anteriores proyectos.
Como referencia, se podría decir que:
La cubierta de un libro no debería superar el día.
El contenido de un libro, de literatura narrativa por ejemplo, sin demasiados dibujos, entre uno o dos días.
Un libro de divulgación científica, con infografías, dibujos, imágenes, etc., será dependiente del número de las mismas, pero podría alcanzar fácilmente la semana de trabajo.
La identidad corporativa de una colección, por ejemplo, una semana más.
Partiendo de la base de que el traductor sea un profesional experimentado, tanto en el conocimiento del idioma como en la labor traductora de proyectos editoriales, puede ser capaz de traducir cada día cerca de las quince páginas, como estimación.
Si el contenido es muy técnico, la tarea traductora podría quedar ralentizada, pero en este caso es preferible prever un pequeño retraso a incorporar un nuevo traductor en mitad del proceso, porque la creación de frases o utilización de expresiones podría hacer ver al lector que el texto no está redactado por la misma persona y podría incluso llegar a confundirle en su comprensión lectora.
Cuando un corrector lee, lo hace a la misma velocidad que un lector asiduo, así que un texto bien construido sintáctica y semánticamente no debería suponer una labor complicada. En el extremo, un texto que haga complicada la lectura tendrá que llevar al corrector a una nueva redacción e indicaciones para el autor, lo que multiplicaría significativamente su tiempo de dedicación.
El tiempo de maquetación también dependerá del número de elementos que incluya el contenido. La importación del texto desde programas de procesadores de textos se efectúa de forma automática, así que un libro narrativo podría ser maquetado en dos o tres días.
Habrá casos en los que el proyecto editorial haya predefinido que cada página sea distinta y se componga de manera muy diferente, sin un patrón establecido. Entonces se estará ante un trabajo de diseño gráfico, no de maquetación.

Actividades
11.Reflexione sobre cuál es la opción más adecuada, contratar a personal específico o contar con una cartera de colaboradores.
Cuando se definió el proyecto editorial, la palabra utilizada para la referencia al texto original era contenido, un término genérico e intangible utilizado para no supeditar la definición a un soporte o medio concreto, dada la rápida evolución de los medios digitales en la lectura.

Recuerde
Un proyecto editorial es todo aquel conjunto de actuaciones, interrelacionadas y coordinadas, que tienen lugar alrededor de la edición de un contenido que puede resultar de interés para un determinado número de personas.
Pero un contenido no puede llegar a su destinatario sin pasar obligatoriamente por una adaptación a un soporte concreto, con unas características que lo convierten en un vehículo idóneo para alcanzar un tipo de consumidor específico. Cada soporte, por lo tanto, tiene su público.
Dentro del mercado editorial, es posible encontrar soportes tanto en papel como en digital u on-line, una doble naturaleza que hará variar y adaptar la planificación a las características del mismo, desde la planificación hasta la impresión, pasando por la edición.
Hasta ahora, en la descripción de los procesos se ha seguido la vía tradicional de la cadena del producto editorial, la del libro. Ahora bien, la conceptualización y el desarrollo de un proyecto editorial diferente requerirá una adaptación, pero siguiendo una línea similar de actuación, supeditada a los límites de cada soporte.
Afrontar por lo tanto la puesta en marcha de un proyecto editorial, con el libro en papel como formato protagonista, será seguir los pasos comentados hasta ahora.
Planificar y gestionar un proyecto editorial que tendrá como resultado un producto de prensa, por ejemplo un periódico, requiere tener en cuenta una serie de premisas en el desarrollo mismo del proyecto.
La prensa es un producto que tiene una mayor tirada acumulada a lo largo del tiempo, frente a las ediciones de un libro. La periodicidad de este soporte obliga al director a tener un mayor control sobre los tiempos de edición e impresión.
En este caso, no hay margen de maniobra entre un equipo de trabajo y otro, un retraso puede suponer que el producto no llegue a su hora a disposición del lector, un error fatal en las ventas de ese día y la pérdida de lectores en los siguientes.
Normalmente, en la ejecución diaria de las tareas suelen coincidir equipos de trabajo desarrollando el próximo número con otros que ya están elaborando los originales y diseños del siguiente.
Otra de las características principales es el escaso ciclo de vida de la prensa, es por eso que el tipo de material empleado para la edición impresa en un tipo de papel hecho fundamentalmente a base de pasta de madera triturada, muy sensible al paso del tiempo y a la exposición a variables ambientales, pero de bajo coste de adquisición.
La estimación económica en este caso debe realizar un doble cálculo de la viabilidad, con ingresos a corto plazo en cada una de las ediciones y a largo en el ciclo de vida del proyecto.

Actividades
12.Desde su punto de vista, ¿qué tipo de profesionales abundan en un proyecto editorial de tipo prensa, frente a una editorial de libros de narrativa?
En la actualidad, la labor editorial requiere de un director 2.0, un profesional que vea más allá de las páginas de un producto y proyecte un contenido adaptable a multitud de soportes y medios.
Concebir en la edición solo la maquetación en papel supone perder competitividad. Sin embargo, definir la adaptación a soportes digitales y multimedia puede hacer multiplicar las posibilidades de un solo contenido.
Cada vez es más frecuente encontrarse con proyectos que trabajan en diferentes campos, que traspasan las fronteras de la relación tradicional entre autor y lector, ofreciendo una experiencia interactiva y, lo más importante, duradera en el tiempo. Establecer una relación más longeva significa fidelizar a un consumidor que puede repetir compra y lectura en los siguientes proyectos.
La aplicación a distintos soportes implica añadir nuevas responsabilidades y tareas en los procesos de planificación, elaboración y comercialización, un nuevo escenario que no tiene por qué dilatar el calendario de edición, ya que el tiempo que un equipo de maquetación en papel tarde en su elaboración puede ser sustituido o complementado por una maquetación en formato epub.

Actividades
13.Busque información acerca de qué es un e-book y cuáles son los principales formatos que se comercializan en el mercado.
Como se verá también a continuación, plantear una hora de ruta en un calendario de actuación permitirá establecer un control más exhaustivo sobre las tareas y responsabilidades.
Esta estimación del tiempo no resulta complicada si se toma como base una descripción parcial de cada una de las tareas y procesos de forma independiente, pero sí que alcanza un alto grado de complejidad cuando toca trasladarlo a un mismo cronograma y calcular una fecha de finalización del proyecto.
El fin del mismo quedará marcado por los propios objetivos predefinidos en la conceptualización (generalmente tocará a su fin con la impresión del primer original). Para establecer esta fecha final, es recomendable hacer una planificación a la inversa, es decir, de atrás hacia delante, tanto si se sabe cuál es la fecha en la que debería estar acabado como si no, e ir dando pasos hacia atrás en el calendario, hasta llegar a la fecha de inicio, que será más fácil de establecer.
Esta inversión no implica una relajación de los tiempos de ejecución, simplemente es una técnica para el cálculo de la fecha objetivo. Si el inicio no cuadrase con la fecha que se ha estimado para que comience el proyecto, habrá que mover hacia delante la fecha de finalización y todas las estimaciones de las distintas fases.
En páginas anteriores, se presentó una plantilla de trabajo que permitía afrontar la planificación de la edición del proyecto haciendo una estimación del tiempo. Ahora bien, esa plantilla de trabajo debe ir encuadrada en un contexto mayor, dentro de un calendario global del proyecto editorial que englobe todas las fases, desde la recepción de los originales hasta la concepción del primer ejemplar.
Este cronograma debe contener como mínimo el número de acción, la fase, el número de personas que intervendrán, el responsable directo de la tarea y la temporalización. Un timing que podría quedar de la siguiente manera:

En el calendario, es muy importante dejar constancia del establecimiento de puntos de control, que el director del proyecto utilizará para realizar un análisis exhaustivo del estado en el que se encuentran los procesos. Un seguimiento indispensable que deberá tener muy cerca la relación de colaboradores y planes de trabajo, para poder sobre todo atajar las desviaciones a tiempo e intervenir en el proceso productivo, incorporando y moviendo a cada profesional.
La línea editorial constituye una pieza clave en la estrategia de una empresa perteneciente al sector de la edición, porque marcará las características y atributos que deben regir todas las publicaciones. Una suma de pequeños proyectos que, unidos, mostrarán la personalidad de la editorial.
La línea es, por tanto, el camino o trayectoria que debe seguir el editor en los proyectos en los que se vea inmerso, una posición estrechamente vinculada al área de marketing, cuyo objetivo es construir un producto editorial con las características que solicita el consumidor al que se va a dirigir.
Estas características definirán estratégicamente el carácter, la personalidad, el ángulo, el punto de vista, el tono y el posicionamiento de los contenidos que se creen.
En general, se entiende por línea editorial el conjunto de valores y criterios que guían al editor a la hora de arbitrar los diferentes proyectos desarrollados bajo una misma marca editorial y, con ellos, las diferentes tareas que toman parte en el proceso de edición: la manera de jerarquizar la información, el ángulo, el punto de vista, el tono, etc.
La línea editorial hace que la redacción y edición de un contenido sea algo más que la suma de las cualidades personales de los autores o profesionales que la componen, aportando cierta unidad a los distintos productos formativos.
Tradicionalmente, la línea editorial siempre ha estado muy presente en el medio periodístico, siendo la encargada de evidenciar la posición adoptada por la empresa con respecto a las noticias que publica, una acepción similar pero en un contexto algo diferente.
Igual que ocurre en prensa, tanto ensayos como novelas, enciclopedias, revistas, etc., contemplan una estrategia de actuación desde el momento en el que el autor presenta su obra ante la editorial hasta que finalmente llega al mercado y es comprada por cualquier lector.
Estas cualidades impregnan por lo tanto desde la entrega del original, pasando por la corrección de estilo, la maquetación, el diseño gráfico, los acabados, la encuadernación, etc., hasta llegar finalmente a la puesta a la venta.
La línea editorial debe quedar totalmente identificada y ser fácilmente reconocible, tanto por los proyectos que se editen como por todas las formas de comunicación y comercialización que contemple, por lo que encuadrar el proyecto dentro de la línea editorial de la empresa será de especial importancia en el desarrollo de la misma.
En muchas ocasiones, la coherencia con la línea editorial llevará a una contradicción empresarial, y es que, aunque existan evidencias de que un proyecto no tendrá repercusión en las ventas, deberá ser editado simplemente porque forma parte de la estrategia editorial.
Es preciso estar muy embotado por la cantidad y el corto plazo para no advertir que, aunque no son negocio para nadie, hay libros necesarios de los que sin embargo solo se venden 700 u 800 ejemplares. El mundo sería peor sin ellos. Hay editores raros que, sabedores del daño que la desaparición de estos libros produciría en el pensamiento universal, corren el riesgo y el placer de publicarlos.
“Libros”, Juan José Millás. El País, 6 de junio de 2000.
Jerarquizar las líneas editoriales no es una tarea sencilla, puesto que dependerán del medio y sector editorial al que pertenezca el proyecto, pero, de forma genérica, es posible clasificar las líneas editoriales atendiendo a un criterio que represente los objetivos de la misma:
Línea editorial de tesis: identifica aquella línea estratégica que intenta mostrar de manera clara y palpable la opinión a favor o en contra de cierta temática.
Línea editorial interpretativa: en este caso, se caracteriza porque incluye desde causas o efectos hasta conjeturas y percepciones.
Línea editorial de acción: esta estrategia trata de conseguir que el lector actúe y adquiera una conciencia muy clara acerca de lo que está leyendo.
Línea editorial explicativa: se dedica simplemente a dar una explicación, sin que en ningún momento se puedan deducir opiniones concretas.
La jerarquización no viene dada por clasificaciones al azar. Para poder ubicar una línea editorial en una posición concreta en el mapa, es posible utilizar tres criterios o valores principales:
Ángulo: enfoque que van a recibir los proyectos, una particular visión que influirá sobre aspectos tangibles y visibles, como el formato, la tipografía, los recursos gráficos y el tipo de papel.
Punto de vista: cuando un lector accede a un producto de una línea editorial, espera encontrar un contenido de una temática concreta con un tratamiento específico, un grado de especialización, un lenguaje característico, etc.; estos y otros conceptos conforman el ángulo de la línea editorial, cualidades que buscará el lector en cada una de las publicaciones.
Tono: elemento que queda reflejado por la relación que establece la línea editorial con la audiencia, sobre todo en cuanto al carácter o modo particular de la expresión y del estilo de un texto, según el asunto que trata o la sensación que pretende transmitir. De esta forma, el tono de una línea editorial podrá ser formal, informal, íntimo, solemne, sombrío, activo, serio, irónico, condescendiente, popular, amoroso, sombrío, etc. Es quizás el elemento que impregna más al lector, ya que se suele integrar dentro de la propia composición lingüística.
Una línea editorial debe estar reflejada en un documento que recoja todas las líneas y normas a tener en cuenta en el desarrollo de cualquier proyecto, una herramienta de consulta que permitirá ubicar y delimitar el camino y no tener que plantear el mismo tipo de interrogantes con el inicio de cada tarea.
Pero, ojo, este documento debe seguir el modelo conocido como work in progress, que consiste en la actualización continua para la adaptación a los diferentes cambios que se pueden presentar en el mercado. Llevar a rajatabla un documento que siga una línea editorial muy cerrada y estática puede conducir al fin no solo del proyecto, sino de toda la editorial.
El documento, junto con la línea editorial, forma parte de un concepto que abarca estos y otros anexos, denominado plan editorial, que no es otro que la descripción de los distintos proyectos y colecciones que se editarán en un período de tiempo normalmente de un año.
La profesionalidad se define como la adecuada ejecución de las responsabilidades, funciones y tareas que forman parte de un puesto de trabajo. Desarrollar una labor profesional con satisfacción implica tener formación y experiencia en las competencias que hacen falta para su desempeño.
En el sector editorial, la profesionalidad viene marcada por la responsabilidad. Participar en un proyecto engendrado única y exclusivamente por un autor compromete a todos los profesionales a utilizar todos los conocimientos y herramientas necesarias para favorecer que alcance el público al que se dirige.
Un proyecto editorial, aunque utilice las más avanzadas herramientas tecnológicas, no deja de ser un bien manufacturado, casi artesanal. Son muchos los profesionales implicados que invierten tiempo y esfuerzo en alcanzar el mejor resultado posible.
La profesionalidad a su vez viene marcada por el rigor, un conjunto de normas y directrices que todo profesional debe desarrollar de forma individual, para conseguir aplicar la máxima excelencia y calidad en su trabajo.
Este rigor no suele estar representado por ninguna doctrina genérica o reglamento corporativo, sino que se presenta en la experiencia y ética de cada profesional, valores que tratan de crear una conciencia asentada sobre la responsabilidad en el propio ejercicio de la profesión.
Dentro de esta ética, entra la honestidad intelectual. Cada vez es más frecuente utilizar los medios on-line como fuentes de consulta o de referencia, pero también hay casos en los que son usurpados por la copia total o parcial.
Cuando un profesional publica sus conocimientos, opiniones, experiencias, etc., lo hace para compartir e intercambiar con el resto de la comunidad de usuarios. Su objetivo no es comercial, sino participativo o colaborativo.
Entender y respetar este principio básico supone desarrollar una labor ética y honesta con los profesionales que trabajan en el mismo proyecto y, por supuesto, también con los creadores originales de un texto, una imagen, etc.
El entorno editorial está rodeado por un sinfín de contratos de derechos de autor y explotación, así que pasar por alto cualquier tipo de copyright o reproducir un contenido sin contar con la autorización previa puede tener no solo consecuencias éticas, sino también legales.
Este tipo de directrices suelen ser incluidas en los créditos de ciertos proyectos editoriales en soporte papel o en el footer en el caso de los on-line.

Actividades
14.Realice una reflexión acerca de cuáles son los principios básicos que debería contemplar un profesional que trabaje en el sector de la edición.

Ejemplo
Fragmento de los créditos de un libro:
Según el Código Penal vigente, ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de XXX; su contenido está protegido por la Ley vigente, que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica.

Ejemplo
El footer de una página web debe llevar información referente al copyright del contenido e incluir partes destinadas a la protección de la propiedad intelectual, como el párrafo de ejemplo que aparece a continuación:
XXXXX, como autor de obra colectiva, o cualquiera obra o prestaciones de cualquier naturaleza, es titular de los derechos de propiedad intelectual e industrial del Sitio Web, y es también titular o tiene la correspondiente licencia, autorización o cesión sobre los derechos de propiedad intelectual, industrial y de margen sobre los contenidos y servicios disponibles a través del mismo.
Para llevar a cabo la gestión de los proyectos, existe una serie de herramientas estandarizadas que proporcionarán datos precisos del seguimiento de los avances del proyecto. A continuación, se verán algunos de los más utilizados.
El método de la secuencia crítica o ruta crítica es una herramienta para la planificación de proyectos utilizada en el cálculo de los tiempos de ejecución y los plazos de entrega. Este sistema también es conocido por sus siglas en inglés (Critical Path Method).

Sabía que...
El sistema Critical Path Method (CMD) tiene sus inicios en 1957 en EE. UU. Fue desarrollado por un centro de investigación de operaciones para Dupont y Remington Rand, para controlar y optimizar los costes de los proyectos en los que estaban inmersos.
Este método de la ruta o secuencia crítica es un proceso administrativo que contempla la planificación, organización, dirección y control de todas las tareas que forman parte de un proyecto y que se rigen por una duración de tiempo y por una serie de costes.
La duración del mismo comienza incluso antes del proceso de edición, en la fase de análisis de la situación (consumidores, competencia, etc.) y finaliza cuando también lo hace el proyecto. En medio, podrá tener aplicaciones específicas para determinar tiempos y costes concretos.
La secuencia crítica consta principalmente de dos ciclos:
Planificación y programación.
Ejecución y control.
La planificación y programación, a su vez, se compone de las siguientes etapas:
Definición del proyecto.
Definición de las actividades.
Conexión entre las actividades.
Dibujo de un diagrama que conecte las actividades.
Definición de costes y tiempos estimados.
Identificación de la trayectoria más larga del proyecto.
La primera etapa finalizará cuando todas las personas responsables de los diferentes procesos que intervienen estén plenamente de acuerdo en todas las variables que se han presentado, como tiempo, costes, actividades, etc. Su aceptación permitirá construir una red de camino crítico, basada en nodos y actividades que implica el proyecto.
Es posible que se puedan producir pequeños cambios en algunos de los valores definidos, por lo que hay que volver a diseñar nuevas redes que reciban el visto bueno de los distintos responsables.
La segunda fase, de ejecución y control, finalizará cuando se ejecute la última actividad del proyecto y se hayan realizado todos los ajustes necesarios. Todas estas desviaciones y las decisiones tomadas deben aparecer en forma de gráfico, para ajustarlas a la realidad del plan.
Para representar gráficamente esta secuencia crítica, se suele utilizar el siguiente esquema:

En la definición de la ruta, se suele introducir un nuevo concepto, la holgura, que es el tiempo máximo que puede ser retrasado el comienzo de una actividad sin que se vea afectada la finalización del proyecto:
Holgura: IL – IC = TL – TC
Los beneficios de la secuencia crítica son directamente proporcionales a la habilidad con la que el método se ha aplicado a la gestión del proyecto, y es que un mal uso de este sistema puede provocar resultados adversos.
Un error muy común, no solo en la secuencia crítica, sino en el resto de herramientas para la gestión, es que se suele utilizar al comienzo del proyecto y, una vez que parece que todo estará controlado, se aparta a un lado, solo se recurre en el caso de problemas en la temporalización.
El principal beneficio que aporta es que ofrece al editor la posibilidad de condensar en un solo documento un resumen general de todo el proyecto, lo que le permitirá identificar contradicciones, descubrir omisiones, comprobar el proceso de edición en todas sus fases, el uso de recursos, etc., y todo en un espacio de tiempo más corto.
Teniendo siempre presente este documento y aplicándolo de forma dinámica, el método permitirá identificar y analizar la necesidad de replantear o reprogramar el proyecto, reduciendo así el peligro o los efectos negativos de las situaciones que se puedan presentar.
El diagrama de Gantt es, con toda seguridad, el método más empleado por las empresas para la planificación y el seguimiento de las actividades dentro de un proyecto editorial.
Esta herramienta permitirá al director del proyecto tener, en una sola representación gráfica, el tiempo que se dedica a cada una de las tareas y la carga de trabajo que supone la dedicación al desarrollo de las mismas.

Sabía que...
El diagrama de Gantt debe su nombre a su creador, Henry Laurence Gantt, ingeniero y consultor en administración de empresas. Es el creador de diagramas muy utilizados en la gestión de proyectos. Los primeros diagramas de Gantt fueron empleados en proyectos de envergadura, como la creación de la presa Hoover.
La principal ventaja del diagrama de Gantt es su buena descripción gráfica. En un solo esquema, es posible obtener una estimación del tiempo de trabajo que necesitará cada una de las fases del proyecto.
Es una herramienta que además se puede implementar independientemente de la magnitud del proyecto, para proyectos rutinarios o monoproyectos, bien para la totalidad de los mismos o por proyectos conectados que pueden formar, por ejemplo, una colección. La recomendación es que cada diagrama tenga un máximo de 30 actividades.

Recuerde
Los proyectos pueden repetirse varias veces en condiciones similares (proyectos periódicos o rutinarios) o ser planificados para que se ejecuten una sola vez (monoproyectos).
Tiene además la posibilidad de ser complementado por software especializado para la planificación y el cálculo de fórmulas complejas con condicionantes, del tipo ¿qué pasaría si…?
Por el contrario y en detrimento en comparación con la secuencia crítica, el diagrama no es capaz de identificar las relaciones que se establecen entre las distintas actividades, por lo que debe ser utilizado para proyectos que no contemplen demasiada dificultad en la planificación.
Al girar en torno al cronograma, el diagrama solo presentará datos sobre el coste, el tiempo y el alcance de las fases, pero no establecerá una relación con los beneficios, algo a tener muy en cuenta si este es uno de lo objetivos del proyecto editorial.
Una última desventaja a priori es que no es capaz de mostrar el tamaño real de las fases del proyecto, por lo que no se puede establecer la magnitud de desviaciones producidas en el tiempo que durarán las fases.
Una vez que están claros el objeto del proyecto y las tareas que van a formar parte del mismo, se puede comenzar a trasladar los datos a una hoja de cálculo, herramienta disponible para la mayoría de los profesionales, aunque también podrán ser utilizados software específicos y gratuitos, como Planner, Gantt Proyect, Redmine, etc.

Actividades
15.Acceda a Youtube y localice un tutorial sobre cómo crear el diagrama de Gantt con una hoja de cálculo.
Las filas se dedicarán a las distintas tareas, mientras que las columnas representarán la escala de tiempo, medible en días, semanas o meses, dependiendo de la duración del proyecto.
A cada tarea se le asignará el número de celdas correspondiente a la duración de la misma, que podrán ser marcadas con un color de fondo homogéneo y que serán denominadas bloques de tiempo.
Dependiendo de la coordinación y ejecución, las tareas se pueden colocar en cadenas secuenciales o pueden solaparse en algunos momentos. Si son secuenciales, es posible establecer las prioridades utilizando una flecha que desciende de las más a las menos importantes, lo que quiere decir que unas no podrán llevarse a cabo sin las otras. Cada tarea, por lo tanto, ya tendrá asignada una fecha de inicio y otra de fin.
A medida que vayan progresando, es factible cambiar el color de una sección del bloque de tiempo para obtener una visión general del estado de las mismas.
Cada vez que se realice una consulta, se puede introducir una línea vertical que marque el momento actual del proyecto y detectar posibles desviaciones.
Adicionalmente, el coordinador del proyecto puede introducir en el diagrama ciertos acontecimientos o puntos de conexión destacados que merecen de una atención más exhaustiva, pero que no tienen un bloque de tiempo asignado, simplemente una misma fecha de inicio y fin. Con acontecimientos, se hace referencia a reuniones, presentaciones, pruebas, etc.

Actividades
16.Configure en una hoja de cálculo un diagrama de Gantt que recoja las diferentes fases recogidas en el timing que se hizo en el punto dedicado al calendario, seguimiento y control.
El método PERT (Project Evaluation and Review Techniques) es un modelo utilizado para la gestión de proyectos que facilita las tareas de planificación, programación y control de los recursos y tiempo del que se dispone para la consecución de los objetivos.
Este método parte de la descomposición del proyecto en diferentes actividades, tal y como también hacen los dos sistemas descritos hasta ahora, analizando cuál es la procedencia de las mismas y cuál se espera que sea su duración.

Sabía que...
El método PERT fue creado en 1958 por la Oficina de Proyectos Oficiales de la Marina de Guerra del Departamento de Defensa de EE. UU., como parte del proyecto Polaris, para la creación de un misil balístico móvil lanzado desde un submarino, una respuesta a la crisis del Sputnik.
Al ser un método probabilístico, se suele utilizar cuando:
Se necesitan prever circunstancias futuras para tomar posibles medidas preventivas.
Se necesita mejorar la eficacia de un trabajo mediante herramientas de control rápidas e integrables.
Se necesita reducir el coste y la duración del desarrollo del proyecto.
Se necesitan métodos que permitan tomar decisiones con mayor seguridad.
La principal ventaja del método PERT es que proporciona un enfoque que permite mantener la planificación totalmente actualizada al cumplimiento de los objetivos, a medida que también van cambiando el entorno y las condiciones. Por lo tanto, permite prever el posible efecto de las desviaciones respecto al plan y realizar una acción correctiva anticipada.
Ayuda también a todos los participantes en el proyecto a conocer el momento preciso de su intervención, eliminando de esta manera puntos muertos en la asignación de las tareas, logrando con ello mayor control, identificando además las áreas más problemáticas y permitiendo la formulación de planes alternativos antes de la finalización del proyecto, gracias a su alto grado de flexibilidad.
Por el contrario, requiere de cierta experiencia y formación en el uso e implantación del sistema PERT, no solo del profesional responsable de su definición, sino de todo el personal que participará en el proyecto.
Tampoco es recomendable utilizar esta técnica dentro de un proyecto donde ya se esté utilizando otro sistema para la gestión. Además, desarrollar una red clara y lógica no es una tarea fácil, no existe una manera concisa de saber si la red está reflejando con total exactitud la situación del proyecto y la asignación de las tareas.
Para crear la representación gráfica del método PERT, es necesario recoger de manera sistematizada toda la información acerca de las relaciones que se establecen entre las distintas tareas. Para ello, existen dos métodos principales:
Matriz de encadenamientos: es una matriz cuadrada cuyo tamaño es igual al número de actividades que se han descompuesto a lo largo de todo el proyecto. Si en las celdas de cruce aparece una X, quiere decir que para poder iniciar la actividad de la fila tiene que haber terminado la correspondiente a la columna.

Cuadro de prelaciones: es una tabla con dos columnas, la primera de ellas debe recoger todas las tareas del proyecto, mientras que en la segunda deben ser insertadas todas las tareas precedentes de su homóloga de la primera columna.
|
ACTIVIDADES |
PRECEDENTES |
|
A |
|
|
B |
|
|
C |
A, B |
|
D |
A |
|
E |
A |
|
F |
D |
Recoger esta información en uno de los dos métodos facilitará la tarea a la hora de construir el diagrama, ya que aportará por adelantado las relaciones establecidas entre las distintas fases. A su vez, también permitirá clasificar las actividades en cuatro tipos, dependiendo de la relación que establezcan con la tarea que les precede:
Suceso inicio del proyecto: es el inicio de una o más actividades, pero no implica una fecha de finalización.
Suceso fin del proyecto: representa el fin de una o más actividades, pero no el inicio de ninguna.
Actividades inicio del proyecto: no tienen ninguna tarea que les preceda.
Actividades fin del proyecto: no preceden a ninguna otra actividad.

Sabía que...
Para crear la representación gráfica del método PERT es necesario recoger de manera sistematizada toda la información acerca de las relaciones entre las distintas fases.
A la hora de pasar esta información a un diagrama, hay que tener en cuenta qué actividades y sucesos deben ser representados mediante un grafo distinto:
Actividad: representada por líneas o flechas, también llamados arcos.
Suceso: representado por círculos, también llamados vértices o nodos.

La relación entre ambos ítems del diagrama queda establecida por diferentes tipos de prelaciones, que tendrán a su vez una representación gráfica específica:
Prelaciones lineales: para poder iniciar una actividad es necesario que haya finalizado una única actividad.

Prelaciones que originan una convergencia: para poder iniciar una actividad, es necesario que hayan finalizado varias actividades.

Prelaciones que originan una divergencia: para poder iniciar un conjunto de actividades, es necesario que haya finalizado una única actividad.

Prelaciones que originan convergencia-divergencia: para poder iniciar un conjunto de actividades, es necesario que hayan finalizado dos o más actividades.

En la representación gráfica de los sucesos y las actividades, no se podrán encontrar, bajo ningún concepto, círculos unidos por varias flechas.
En el margen flexible de gestión que aporta el método PERT, es posible introducir una serie de actividades ficticias (f), que no consuman ni tiempo ni recursos y que solo reflejarán prelaciones existentes entre distintas actividades del proyecto.

Ahora le toca el turno al tiempo. Antes de analizar cuál será la duración de cada una de las actividades, hay que conocer la existencia de cuatro variables temporales, que son las que permitirán aportarle flexibilidad y capacidad de prevención al proyecto. Estas son:
Tiempo optimista: tiempo mínimo en el que podría ejecutarse la actividad.
Tiempo esperado: tiempo en el que, en una situación normal, podría ejecutarse una actividad.
Tiempo probable: tiempo en que podría ejecutarse la actividad contando con la presencia de ciertas desviaciones.
Tiempo pesimista: tiempo máximo de ejecución de una actividad, en un contexto de circunstancias muy desfavorables.

Aplicación práctica
Suponga que debe representar mediante el sistema PERT la relación establecida entre tres actividades, pero sin estimación de tiempo. Represente gráficamente las tareas B y C, dependientes de la tarea A, y una cuarta tarea D que dependa a su vez de C y D.
SOLUCIÓN

Partiendo de esta información, es posible encontrar solo dos nodos o círculos a los que solo les llegará una flecha, serán el inicio y el final del proyecto.
A la hora de trasladar al diagrama la información de cada suceso o instante, hay que integrar dentro de cada círculo el inicio mínimo de las tareas que tienen su origen en dicho nodo y el inicio máximo de las tareas que finalizan en el mismo. A su vez, deberían contener un número arbitrario que los represente, reservando el menor para el inicio y el mayor para el final.

La aplicación del método PERT en la gestión de un proyecto en todo su despliegue implica realizar un cálculo pormenorizado de todos los tiempos que afectan a las tareas, así como las holguras que se puedan producir. Una labor que requerirá de cierto grado de experiencia y especialización en la implantación de este tipo de gestión de proyectos.

Actividades
17.Si tuviera que seleccionar uno de estos tres software de gestión, ¿cuál seleccionaría? Justifique su respuesta.
En el mercado, existen numerosos software o programas informáticos que tratan de asistir en el proceso de la gestión de proyectos, aportando herramientas y recursos específicos para cada una de las fases que contemplará el proceso.
Descubrir las lagunas o debilidades de los recursos de una editorial en la gestión del proyecto permitirá prever con antelación en qué punto necesita de la intervención de un programa con una utilidad específica, como por ejemplo para el manejo y control de presupuesto, asignación de recursos, software para colaboración, software para comunicación, manejo de la calidad, documentación o administración de sistemas, etc.
Decidir contar con un software que preste apoyo depende de que el proyecto editorial deba contar con un tipo de información que la entidad no es capaz de manejar o completar por sí misma. Se deberá contar con un programa de estas características cuando el coordinador no sea capaz de:
Tener un listado ordenado y cronológico de las tareas de los profesionales que intervendrán en el proyecto.
Configurar un listado de planificación de recursos.
Calcular el tiempo que se destinará a cada tarea.
Obtener advertencias de posibles amenazas o riesgos.
Calcular la carga de trabajo de los profesionales.
Recabar un histórico del progreso de las tareas del proyecto.
El entorno de trabajo del software de gestión y la flexibilidad para la coordinación y trabajo en equipo de diferentes profesionales dirimen los programas de soporte en la siguiente tipología:
Programas de escritorio.
Programas en la nube.
Programas personales.
Programas colaborativos.
Programas corporativos.
Programas integrados.
Dependiendo del tipo de funcionalidades que incorporen, es posible establecer una tipología de los software de gestión:
ERP (Enterprise Resource Planning): su principal objetivo es la planificación de los recursos de una empresa, actuando sobre las grandes áreas que necesita incorporar un proyecto, como finanzas, comunicación, logística, etc. Ejemplos son Oracle Enterprise Manager o SAP.
Project Management: permiten realizar un seguimiento más exhaustivo de los tiempos, mejorando el flujo de trabajo, la coordinación y la comunicación. Ejemplos son Project Tracker o AceProject.
Gestión del alcance: estos programas están centrados en el cálculo del trabajo que será requerido para afrontar las diferentes actividades. En el mercado, se pueden encontrar algunos como WBS Chart Pro o Method H.
Gestión del tiempo: son software centrados, sobre todo en la creación de cronogramas que faciliten la coordinación de las diferentes tareas, la creación del timing y el establecimiento de puntos de control. Estos software suelen dar como resultado la creación de diagramas de Gantt y PERT, como pueden ser los software GanttProyect, EasyProyectPlan o Pert Chart Expert.
Gestión de costes: tal y como su nombre indica, se centran en la estimación y el cálculo de los costes necesarios para afrontar el proyecto, como pueden ser BillQuick o PMPal.
Gestión de tiempos y costes: ofrecen una gestión híbrida que permite planificar el coste relacionado con cada una de las actividades y el tiempo de duración. Algunos ejemplos son Project Clock o TurboProject.
Gestión de la calidad: como se verá en páginas posteriores, la calidad debe ser un requisito indispensable en la creación de todo producto editorial. Para alcanzar unos niveles adecuados, es posible acudir a programas como SpiraTest o CATSWeb.
Gestión de la comunicación: hay herramientas que también se centran en la optimización de la información que se genera y en su flujo, facilitando la generación, recolección, distribución, almacenamiento y disposición de la misma. En el mercado, hay ejemplos como SmartDraw o BaseCamp.
Gestión de riesgos: estas herramientas permiten trabajar con el método de la secuencia crítica descrito con anterioridad, permitiendo descubrir, identificar, analizar y responder con la suficiente antelación a los posibles cambios o riesgos. Ejemplos son Deltek WelcomeRisk o Primavera Pertmaster.
No son pocas las empresas que consideran que el tiempo dedicado a la fase de planificación puede suponer un escollo que haga retrasar la puesta en marcha de un proyecto, pero aquellas que han conocido su efectividad y la realidad de los resultados no dudan de la importancia de la misma.
Sin planificación, un proyecto editorial avanza a la deriva. No existe una hoja de ruta que indique la dirección del viaje, se ignoran los peligros que pueden surgir y, por lo tanto, también las soluciones. Al no conocer la duración, se obvian los recursos materiales y personales que hacen falta para alcanzar puerto.
Una empresa que decide no invertir en la planificación, gestión y coordinación está apostando por la suposición y la fortuna. Destinar una parte del tiempo a definir los conceptos y estrategias permite reducir las distintas fases que se llevarán a cabo a lo largo de todo el proyecto.
Reducir el tiempo de producción supone reducir también el coste final del proyecto editorial, una variable repercutida en el propio establecimiento del precio de venta al público, factor que puede hacer perder competitividad y, por lo tanto, beneficios.
Planificar un proyecto editorial es crucial para toda la línea editorial. Conociendo su importancia, a lo largo de todo el capítulo se ofrece información práctica para poner en marcha un proyecto editorial real, prestando especial importancia a la fase de planificación.

1.Complete la siguiente oración.
El proyecto editorial puede ser entendido como todo aquel conjunto de ____________,
__________ interrelacionadas y ____________________, que tienen lugar alrededor de la edición de un contenido que puede resultar de interés para un determinado número de ______________.
2.¿Cuáles son los parámetros que debe contener un proyecto para que pueda ser considerado como tal?
3.Relacione los siguientes proyectos editoriales con el subsector de la edición al que pertenece cada uno.
a.Religión.
b.Comunicaciones y transportes.
c.Ficción.
d.Teatro.
__ Libros científicos y técnicos.
__ Libros de otros.
__ Libros de creación literaria.
__ Libros infantiles y juveniles.
4.IBIC es:
a.Un sistema internacional de clasificación de subsectores de la edición.
b.Un sistema internacional de clasificación de ISBN.
c.Un sistema internacional de clasificación de materias estándar.
d.Un sistema internacional de clasificación de herramientas de gestión.
5.¿Cuál es la principal ventaja que aportan las herramientas para la gestión de proyectos?
a.La conexión entre profesionales.
b.La gestión del tiempo.
c.La comunicación interdepartamental.
d.El ahorro en recursos.
6.Busque en la siguiente sopa de letras tipos de costes.
|
D |
T |
O |
T |
A |
L |
E |
S |
A |
|
B |
I |
N |
T |
E |
R |
N |
O |
S |
|
A |
A |
R |
Q |
C |
U |
B |
A |
F |
|
L |
N |
P |
E |
N |
F |
E |
C |
T |
|
M |
Q |
O |
A |
C |
U |
L |
T |
I |
|
S |
U |
Z |
L |
E |
T |
T |
O |
S |
|
E |
X |
T |
E |
R |
N |
O |
S |
V |
|
F |
I |
J |
O |
S |
E |
A |
S |
N |
7.De las siguientes frases, indique cuál es verdadera o falsa.
a.La amortización es el proceso de disminución o extinción gradual de cualquier valor durante un período de tiempo.
Verdadera
Falsa
b.Para fijar los costes, la práctica más habitual en el sector editorial es la utilización de un factor multiplicador.
Verdadera
Falsa
c.La venta neta es la cantidad bruta percibida menos los descuentos de los diferentes agentes de la cadena del libro.
Verdadera
Falsa
8.Complete la siguiente oración.
Para proceder a la planificación, el primer paso será completar una _____________ de trabajo, para poder relacionar de la forma más adecuada y __________________ el _____________, las responsabilidades y los ___________________.
9.¿Cómo se denomina a la fase de elaboración centrada en la composición de los elementos dentro de un espacio?
a.Edición.
b.Galeradas.
c.Diagramación.
d.Compresión.
10.El tipo de papel empleado para la impresión de un proyecto en prensa está hecho fundamentalmente de...
a.... material recauchutado.
b.... pasta de madera triturada.
c.... papel reciclado.
d.... desechos orgánicos.
11.Complete la siguiente oración.
Se entiende por línea editorial el conjunto de valores y ______________ que guían al editor a la hora de arbitrar los diferentes proyectos desarrollados bajo una misma __________ editorial y, con ellos, las diferentes tareas que toman parte en el proceso de ____________: la manera de __________________ la información, el ángulo, el punto de vista, el tono, etc.
12.¿Cómo se denomina al modelo que debe seguir el documento de una línea editorial?
a.Progressing.
b.Work in progress.
c.Reclunting.
d.Documentation in progress.
13.De las siguientes frases, indique cuál es verdadera o falsa.
a.La profesionalidad se define como la adecuada ejecución de las responsabilidades, funciones y tareas que forman parte de un puesto de trabajo.
Verdadera
Falsa
b.El rigor es el conjunto de normas y directrices que todo profesional debe desarrollar de forma individual, para conseguir aplicar la máxima excelencia y calidad en su trabajo.
Verdadera
Falsa
c.La honestidad intelectual implica desarrollar una labor ética y honesta con los profesionales que trabajan en el mismo proyecto y, por supuesto, también con los creadores originales de un texto, una imagen, etc.
Verdadera
Falsa
14.¿Por qué nombre es también conocido el método de la secuencia crítica?
a.Ruta crítica.
b.Camino crítico.
c.Plan crítico.
d.Trayecto crítico.
15.¿Qué es el método PERT?