LAS CINCO ZONAS MENTALES CLAVE
El pensamiento y la resolución de problemas heurísticos no tienen por qué ser completamente aleatorios o instintivos. Aplicando algunos de los hallazgos básicos de la investigación del cerebro y la psicología cognitiva, en verdad podemos dar forma al proceso de pensamiento heurístico. Podemos complementar sus patrones naturales, exploratorios y basados en el descubrimiento con un proceso consciente de gestión de nuestras estrategias mentales a medida que el problema cobra forma ante nosotros.
Un modo útil de pensar en el proceso de solución de problemas es planteándose los diversos tipos de procesos mentales a los que podemos recurrir en nuestro camino hacia la solución. Llamemos a esos patrones o procesos zonas mentales. Una zona mental es un «territorio» de la mente, un lugar del cerebro al que acuden en pos de un tipo especial de pensamiento. Existen cinco zonas mentales útiles que pueden entrar en juego cuando se encuentran en su modo de resolver problemas, como ilustra la Figura 12.1.
• La zona neutral. Éste es el terreno de juego central del proceso de pensamiento, algo así como la «plaza mayor» donde coinciden las ideas y al que no paran de regresar los participantes en una reflexión colectiva para evaluar su avance hacia la solución. En la zona neutral construimos un «modelo» del problema y juntamos todos los elementos clave en un solo sitio para poder pensar en ellos en un contexto completo. Allí también unimos los puntos; trazamos las relaciones entre diversos elementos del problema y describimos la solución a medida que se desarrolla.
• La zona de meta. Es el punto de llegada, el lugar donde estaremos cuando tengamos la solución básicamente en el punto de mira y estemos listos para definir todos los detalles: qué se hará, quién lo hará, cuándo, con qué inversión de coste y tiempo, y los criterios que usaremos para evaluar la solución y estar seguros de que resuelve realmente el problema.
• La zona de datos. Es la tierra de las evidencias: datos y cifras, «verdades» básicas, conclusiones lógicas de las que podemos fiarnos, premisas que acordamos adoptar (y contrastar), especulaciones que acordamos tener en cuenta (y contrastar), hipótesis debidamente identificadas (y contrastadas), opiniones debidamente presentadas como opiniones, juicios de expertos, informes que consideraremos válidos.
• La o-zona. Es la «zona de las opciones», el «espacio exterior» del pensamiento, la generación de ideas, el brainstorming y la cosecha de posibles opciones que puedan convertirse en ingredientes de la solución. Aquí no se permiten juicios o evaluaciones; la única actividad aceptable es el pensamiento divergente.
• La zona de juicio. Es el lugar para la evaluación crítica, donde se somete a las ideas, opciones, posibilidades y potenciales soluciones a un escrutinio imparcial e impersonal. Aquí los juicios están específicamente permitidos y oficialmente exigidos; la única actividad aceptable en esta zona es el pensamiento convergente.
Figura 12.1. Modelo de resolución de problemas de alta velocidad
Un motivo por el que tantas personas no son más diestras en resolver problemas es que tienden a embrollar sus procesos de pensamiento mezclando zonas mentales al tuntún. En vez de cobrar conciencia del proceso de pasar de una zona a la otra, muchos se limitan a deambular por el proceso, respondiendo de forma impulsiva a cualquier pensamiento que se les pase por la cabeza o cualquier opción que surja.
Primero pon en claro los hechos. Luego ya podrás distorsionarlos tanto como te apetezca.
Mark Twain
Por parafrasear el versículo bíblico, hay un momento para juzgar y un momento para abstenerse de juzgar; un momento para reunir pruebas y un momento para darles uso; un momento para plantearse ideas descabelladas y un momento para volver a la tierra y ver cuáles son prometedoras. Los expertos en resolver problemas por lo general pueden orientarse por esas cinco zonas mentales con facilidad y fluidez. También pueden ustedes.