¿HAY COMUNICACIÓN EN LA COMUNICACIÓN POLÍTICA?
Uno de los referentes más claros de nuestro entorno en el estudio de la comunicación
política, María José Canel, se preguntaba en su última obra si hay comunicación en
la comunicación política. Interesante provocación, sobre todo por cómo es de interesante
la reflexión de fondo que invita a hacer en tan pocas palabras.
¿Conocemos la comunicación política? ¿O quizá demasiado a menudo nos quedamos solo
con la caricatura que hacen de ella los propios medios de comunicación, o con la sobreactuación
en la que caen un número creciente de políticos? ¿Cómo es que en sociedades como la
británica hace décadas que cuajó y se convirtió en objeto de culto una serie como
Sí, ministro, que describía perfectamente a los actores de la intrahistoria de la política, a
los estrategas que elaboran el relato? ¿Cómo es que en los últimos años ha pasado
exactamente lo mismo con series norteamericanas como The West Wing o House of Cards, con los inquilinos del ala oeste de la Casa Blanca como protagonistas? ¿Sabemos
por qué sucede esto en las sociedades anglosajonas? Y, yendo más a la raíz de nuestro
problema, ¿sabemos por qué esto no pasa aquí? ¿Sabemos por qué no hay productos audiovisuales
de este estilo en nuestro entorno? ¿O por qué los que se han hecho no han obtenido
un retorno positivo? Telecinco lo probó en 2001 con Moncloa, ¿Dígame?, una comedia de situación (sitcom) que solo duró los trece capítulos firmados para la primera temporada. La audiencia
no respondió. Y la pregunta, más allá del acierto o no de la fórmula propuesta o de
su calidad, es sobre todo saber si se puede hacer humor, o en general ficción, de
un ámbito que el conjunto de la sociedad desconoce mayoritariamente.
La pregunta de Canel, pues, adquiere especial significado en el contexto del Estado
español. En los últimos años la investigación y la producción académica en torno a
la comunicación política han dado un salto adelante muy importante, pero este entorno
todavía no ha podido dar el paso a la divulgación. No como mínimo a la divulgación
que es necesaria para un factor tan determinante de la política como lo es su vertiente
comunicativa. Robert Meadow, uno de los referentes de más prestigio en el ámbito de
la comunicación política en el Reino Unido, ha llegado a decir que ya no se trata
de hablar de repercusiones comunicacionales de la política, o de las relaciones entre
ambos conceptos, sino que se trata de presentar simplemente la política como un proceso
comunicacional. Si es así, es necesario que el papel de sus «comunicadores», de los
comunicadores de la política, sea patente, más allá de los explícitos y obvios que
ya todos conocemos, y que son evidentemente los propios políticos. Más allá de esta
primera línea ante los focos de las cámaras, existe un ámbito profesional en expansión,
el de la comunicación política, que crece en importancia y a la vez se está nutriendo
(también aquí) de un número creciente de profesionales que están configurando la política
tal y como es y como la percibimos actualmente. Es importante, pues, comenzar desde
la raíz para explicar la comunicación política, o para destacar su relevancia, como
quiere hacer este libro, que no busca enumerar las competencias de este ámbito profesional
ni hacer una lista de estas, sino sobre todo destacar la imbricación en la esencia,
en la raíz de la propia política y de su representación.
Y para ir a la raíz hay que contar con los manufactureros de este relato de la política
contemporánea. Si bien en trabajos anteriores se ha abordado el peso troncal de los
medios de comunicación en política, el relevante papel de los estrategas electorales
y finalmente el peso imprescindible de una mirada estratégica en la comunicación de
la política, hacía falta todavía poner en valor a los profesionales que trabajan el
día a día de la comunicación política. Demasiado a menudo escatimamos este protagonismo
y reconocimiento a un tipo de aprendizajes que emergen de la comunicación política
que se hace más allá de la Academia. Esta desconexión es demasiado habitual, y con
obras divulgativas como este libro que tienen ustedes en las manos, recopilación de
análisis y reflexiones que durante años he ido plasmando vía artículos, la Editorial
UOC me ha animado a enmendarlo en parte. Hemos querido hacer un enlace explícito entre
praxis y reflexión.
Con un puñado de años de experiencia en el ámbito de la estrategia electoral local
en Cataluña, el consultor Pau Canaleta es un estratega electoral a quien hay que reconocer
aportaciones muy interesantes y acertadas, fruto de su experiencia en el contacto
directo y constante con la realidad política de nuestro país. Por este motivo, abre
este libro con las quince claves de prescripción imprescindible para los profesionales
que se quieran dedicar al ámbito de la estrategia en política.