PARTE I

ESTRUCTURA FORMAL DE LA NOTICIA

El discurso formal de la noticia es el primer nivel de elaboración de esta, en el que el periodista no escribe una sola palabra, sino que se informa por sí mismo o a partir de diferentes fuentes sobre un aspecto de la realidad. Partimos, por tanto, de la realidad percibida justo en el momento en que uno de sus pedazos es planteado como digno de ser destacado por parte de una mente humana. Ese pedazo de realidad percibido es lo que llamamos «evento». Así, el editor obtendrá información primaria a partir de:

1. El propio evento si es que asiste a él.

2. Las fuentes primarias que han asistido al evento, sean protagonistas o simples testimonios.

3. Las fuentes secundarias, que reciben información de las primarias o de otras secundarias.

4. Las notas de prensa de las agencias de noticias.

5. Las noticias de otros medios, porque como indican Bandrés et al. (2000), los periodistas son ávidos consumidores de otros canales y medios, especialmente con el objetivo de complementar o contrastar información internacional de difícil acceso.

Por tanto, hasta la ocurrencia del evento, no hay nada que caracterice profesionalmente el proceso. Solo cuando este flujo de información ya existe, entra en escena el periodista para darle forma de noticia. Hay dos tipos de editores (Gans, 2004): los beat reporters y los general reporters. Los primeros están especializados en un región (Barcelona, Cataluña, España, Europa…), institución (Parlamento Europeo, la Casablanca…) o tema (economía, política…); mientras que los segundos hacen un poco de todo mientras esperan especializarse un día. El trabajo del periodista editor o gatekeeper empieza cuando ya se dispone de la información necesaria para construir la noticia en forma de nota u hoja de apuntes de prensa, más o menos estructurada, desde unos simples garabatos o una hoja con datos pesquisados hasta una nota con «forma» de noticia.

Con este flujo informativo sobre un evento noticiable, el periodista editor pone en funcionamiento un protocolo más o menos automático para dar forma a la noticia. Ese «dar forma a la noticia» constituye el eje de lo que hemos llamado «discurso formal». Tal y como se ha esbozado en la introducción, el discurso formal está constituido por una estructura en tres niveles:

1. Microestructura formal (noticiabilidad): en primer lugar, el editor debe considerar qué aspectos de un hecho o sucesión de hechos pueden convertirse en noticia, antes o después de acaecer, y cómo se recaba y gestiona la información del hecho.

2. Macroestructura formal (tematicidad): inevitablemente, una vez tomada la decisión de tratar de forma noticiosa un hecho o conjunto de hechos, se inicia la representación de este en forma de noticia. Al intentar referenciar un pedazo de realidad, inevitablemente deberá haber un criterio de organización temática que sirva para reconstruir el contexto considerado necesario para aprehenderlo.

3. Superestructura formal (ideología): desde antes de su configuración como mensaje, somos conscientes de que la realidad no puede ser transmitida de forma neutra (objetiva), por lo que al menos debemos controlar este aspecto, tanto si, desde un punto de vista ético, pretendemos minimizarlo y presentarlo públicamente, como si, desde un punto de vista interesado, pretendemos maximizarlo y enmascararlo.

Veamos estos tres pilares estructurales de la estructura formal de la noticia.