CAPÍTULO 4

Nosotros y ellas: o el equipo local y el visitante

Los medios de comunicación tienen una perspectiva de género . La que corresponde al género masculino y la cosmovisión androcéntrica que la sustenta. Por eso es tan complicado definir exactamente qué es informar con perspectiva de género. La información, aparentemente neutra, universal, está sesgada por la cosmovisión de género dominante, que no es otra que aquellos valores, creencias, actitudes e ideas que han conformado la identidad masculina frente a la femenina. Gráficamente, un director de diario alegaba que en su periódico el género se quedaba colgado en la puerta de la redacción, como si fuera un abrigo. Esta metáfora, creída de buena fe por profesionales del periodismo –hombres y mujeres– ayuda a entender exactamente lo que ocurre: que al ingresar en el periódico (o en el medio de comunicación de que se trate) se entra en el territorio de lo considerado neutro , de lo no contaminado por cuestiones humanas. Allí deja de haber mujeres y hombres para transformarse en profesionales abstractos que manejan la información, los datos, los hechos, la realidad. Y en ese espacio teóricamente neutro , esas emanaciones abstractas de energía – fatalmente, sin embargo, dotadas de sexo y de género– han configurado una auténtica cultura pergeñada con todos los instrumentos, categorías, procedimientos y rutinas necesarios para representar la universalidad y la sacrosanta –hoy desenmascarada– noción de objetividad. Afortunadamente, ya también sabemos que no existen los hechos, los datos y la información sin unas personas que los interpreten, que les den significado y sentido. Y que en tanto sujetos no puede existir la objetividad, una manera pura de trasladar la realidad a las formas escritas u orales que necesariamente ha de adoptar la información. En todo caso puede existir una subjetividad más o menos honesta, más o menos imparcial, más o menos neutra, más o menos sesgada, más o menos bien o malintencionada, más o menos tendenciosa o decididamente perversa. Como en todas las esferas de la vida, mujeres y hombres profesionales no están exentos de vicios y virtudes, de tendencias ideológicas, de actitudes y comportamientos. Unos achacables a su propia idiosincrasia particular, otros a los valores y creencias de la sociedad en la que han crecido. Y naturalmente, también están sometidos a las pautas culturales que se derivan de la pertenencia a un sexo u otro, de los condicionantes del género. En ese santuario de la objetividad, a cuya entrada había que dejar el género colgado, domina, como no podía ser de otro modo, la constelación de valores del género masculino. Por ello la perspectiva de género globalmente utilizada en la información ha sido la masculina. Y las mujeres, que son las que tienen que dejar colgado su género en la puerta, no pueden sino adoptar tres posturas, según he comentado que sostiene Margareta Melin-Higgins15: (i) asumir los valores dominantes en las redacciones, es decir, ser “una de ellos”, una profesional que integra los postulados de género de ese santuario ; (ii) luchar por imponer e introducir temas y asuntos de interés para las mujeres y estar por tanto dispuesta a ser cuestionada en su profesionalidad (“ya está la feminista otra vez”), o (iii) automarginarse dedicándose a temas periféricos o en otros ámbitos profesionales (por ejemplo en la prensa femenina) donde pueda trabajar sin los sometimientos a los valores dominantes. En este caso debe renunciar al prestigio, la promoción profesional o la consideración por parte de sus superiores o sus iguales.

Porque el pequeño micro-cosmos que conforman las redacciones funcionan –como cualquier otro colectivo humano– mediante diversas y complejas interacciones simbólicas, donde la actuación de cada uno en relación con los demás define con mayor o menor precisión la posición social de cada cual16. Se es más o menos respetado, más o menos tenido en cuenta, las opiniones influyen en mayor o menor medida, el valor que se otorga a cada persona varía en función de todas esas sutiles y a veces casi imperceptibles actitudes que sólo ese colectivo, desde dentro, puede interpretar. Las mujeres periodistas, por tanto, se integran en ese entramado de relaciones y despliegan como pueden sus intereses en una tensión constante entre su condición de profesionales y el universo de valores del género en el que han sido socializadas, y que, como hemos dicho, deben dejar colgado a la entrada de la redacción.

La actividad desempeñada en las redacciones, por tanto, no es que carezca de género, sino que el género dominante (el masculino) se enseñorea del espacio, otorga naturaleza a la redacción y eclipsa a su contrario, auto-otorgándose la categoría de neutro universal. Así tenemos un colectivo formado por hombres y mujeres profesionales de la información, que comparten un espacio y una actividad donde domina la cosmovisión androcéntrica, pero que actúa como si pudiera existir la más pura neutralidad humana: ni sexo ni género, ni hombres ni mujeres, sólo profesionales .

Muchas profesionales viven, no sin tensión, esta ambivalencia. Durante la estancia que realizamos para la investigación ya reseñada, no fueron pocas las mujeres periodistas que declaraban: “yo soy antes que nada una profesional” o “si no tengo el tema muy bien trabajado no gasto pólvora”, refiriéndose a las dificultades para llevar al consejo de redacción temas relacionados con mujeres o relativos a las cuestiones de género. No pocos profesionales contestaban “la información no tiene sexo” cuando intuían que se les estaba reprochando la asimetría que se produce en la representación de hombres y mujeres en la información.

Presencia cuantitativa asimétrica

Hasta aquí hemos visto cómo se tienen que adaptar las mujeres periodistas a un entorno donde domina con mucha fuerza la constelación de valores de género masculino, –presentada, además, como lo neutro y universal– y cómo ellas tienen que despojarse de los valores asociados al género en el que han sido socializadas para asimilar los procedimientos, valores y creencias del otro género para producir, juntos, un discurso que pretende no tener ni uno ni otro. Espinosa, compleja y nada fácil cuestión, desde luego. De aquí que no sea suficiente para cambiar los contenidos de los medios, como ya he comentado en el capítulo anterior, con la mayor presencia de mujeres en las redacciones, ni siquiera en los puestos de responsabilidad.

Porque, como hemos dicho, los y las profesionales no son emanaciones abstractas de energía, sino personas con cuerpos sexuados, y educadas en los universos de valores en los que cristaliza la dicotomía sexual: los géneros masculino y femenino. Y el discurso que se elabora no puede sino ser el resultado de esta difícil tensión entre la realidad y el deseo: individuos que pertenecen a un sexo y un género pretendiendo abstraerse de ellos y producir un discurso neutro y universal. Vano empeño.

Basta un análisis somero, y ya se han realizado muchos análisis con mucho rigor y profundidad, para darse cuenta de que la representación que se hace de los hombres y las mujeres en la información es muy asimétrica, tanto cuantitativa como cualitativamente, desigual, injusta y, en no pocas ocasiones, peyorativa y discriminatoria para ellas.

Este grupo humano formado por hombres y mujeres profesionales conforman una privilegiada atalaya desde la que contemplan e interpretan el mundo. Y en ese contemplar desde una perspectiva androcéntrica, los hombres protagonistas de la información (no lo olvidemos, discurso producido por ellos y ellas) son representados como el sujeto que actúa, mientras que las mujeres son representadas como los objetos observados que son. Ellos son verbo. Ellas atributo17.

La información puede centrarse en temas y asuntos muy diversos, pero fundamentalmente podemos afirmar que suelen reflejar cuestiones individuales (referidas a personas concretas, con nombres y apellidos) o cuestiones colectivas y abstractas que afectan a diferentes grupos humanos. Considerando que la población española estaba formada en un 50,6% por mujeres y un 49,4% de hombres en 2010, no parece que la representación informativa sea muy simétrica según los datos de los que disponemos. Por ejemplo, de 30.794 menciones de personas que contabilizamos en un estudio realizado en 199718, correspondían a nombres masculinos el 88,1%, mientras que las menciones femeninas eran el 11,9%.

Según los datos de las previsiones informativas recogidas para el estudio que ya he mencionado, hasta un 40,4% de las cuestiones son publicadas de manera abstracta, sin ninguna referencia a personas concretas; un 50,4% de los temas se plantea con presencia masculina (con genérico masculino, nombre común o con nombre propio) y un 4,6% de las noticias contenían presencia femenina (genérico, nombre común o propio). La presencia mixta se reducía a un 2,4% y el resto (un 2,2%) podríamos decir que se clasificaba dentro de lo que habíamos definido como “componente de sexo/género o perspectiva de género”. En un reciente artículo19 que elaboré sobre presencia femenina en el ámbito de la información cultural se puede comprobar que las menciones de mujeres en los diarios avanzan muy lentamente. Desde 1984 año en que las menciones femeninas eran ínfimas (apenas un 8%), se pasó en 1998 a un casi 12% para llegar en el 2011 a un 22,6 y eso en las secciones de cultura que es una en las que más mujeres aparecen (en 1998 en la información cultural ya había un 18,7% de media).

Tabla 5. Cuadro comparativo del porcentaje de menciones femeninas en tres momentos diferentes

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Como se puede ver con una superficial mirada, y aunque sólo sea en su versión cuantitativa, la presencia masculina resulta todavía abrumadoramente representada, mientras la presencia femenina es todavía insuficiente, y eso sin hablar de las secciones de deportes, donde la presencia femenina es casi irrelevante, o en Economía, donde según un estudio reciente20 hay una presencia de un 17% de mujeres en las secciones económicas de los diarios españoles y una media del 19,3% si se incluyen los internacionales.

En el monitoreo de los medios a nivel internacional que se realiza cada cinco años (Who makes the news, 2010) se pone de relieve que las menciones femeninas apenas si representan el 24%. Este porcentaje fue del 17% en el informe de 1995, y del 18% en el informe del año 2000; en el 2005 ascendió al 21% y el 2010 ha llegado al 24%. Si como vimos en el apartado anterior las mujeres periodistas (sobre todo en la televisión) alcanzan una presencia significativa, y en todos los soportes hay una presencia femenina rayando casi la paridad ¿cómo es que en la información siguen apareciendo tan pocas mujeres? ¿Cómo puede entenderse que en 15 años la presencia de mujeres que son objeto de información periodística haya pasado del 17% al 24%, es decir, sólo 6 puntos más, que hace que las menciones masculinas sigan siendo abrumadoras (76%)?

En el informe Who makes the news? ya citado se documenta que las mujeres suelen recurrir a más fuentes femeninas y los hombres a más informantes masculinos, y parece que las mujeres periodistas se sienten más atraídas por algunos temas referidos a salud y ciencia, juventud e infancia o problemas legales, todos ellos del ámbito de lo social . Mientras que los hombres parecen más interesados en los ámbitos internacionales, económicos y deportivos.

De todas formas, creo que la producción del discurso va más allá del sexo o género de los profesionales que lo producen (según defiendo en el capítulo anterior), y me parece importante no confundir las cosas: un tema es la situación profesional de hombres y mujeres periodistas, y otra la producción del discurso periodístico. En las líneas que siguen voy a intentar profundizar, cualitativamente, en cómo se representan los individuos, tanto en sus actuaciones personales cuanto en las colectivas, porque las diferencias en la representación de mujeres y hombres se dan en las unas y en las otras.

Ella, nombre común. Él, nombre propio

El grupo profesional que elabora el discurso mediático establece, pues, dos grupos humanos: el nosotros, que es el colectivo con quienes se identifican los profesionales del periodismo (ya sean hombres o mujeres) y las otras, ellas, las que no somos nosotros. Como he puesto de relieve en algún otro texto anterior, aparecen como dos equipos deportivos: el local (nosotros) y el visitante (ellas). Naturalmente, no hace falta decir quién goza de mejor representación. Este mismo mecanismo podría observarse si se aplicara al análisis de otras categorías o variables: la raza, etnia, condición social, países, etc.

La primera observación importante que podemos realizar es que a las mujeres se las representa como perteneciente a un género (incluso en sus actuaciones individuales), mientras que a los hombres se les representa en su acción concreta y personal. Sería impensable encontrar un titular que dijese “El parlamento gallego dirigido por un hombre”, o “Un hombre se perfila como el decano de los abogados” o “Un hombre para dirigir Alemania”, titulares que carecerían de sentido y entrarían dentro del absurdo. Si sustituimos el genérico masculino (singular o plural) por el genérico femenino, los titulares adoptan otra dimensión y son perfectamente interpretables: El parlamento gallego dirigido por una mujer (Metro, 18-07-2005). Una mujer se perfila como la decana de los abogados (El País, 30-05-2005), o Una mujer para gobernar Alemania (El País, 21-08-05). Sólo una mujer desafía a Zuma (El País , 25-04-2009). Los titulares tienen sentido, es indudable, pero no información: ¿Quién es la mujer que dirige al Parlamento gallego? ¿Quién se perfila como decana de los abogados?, ¿Cómo se llama la mujer que va a gobernar Alemania? ¿Quién es la mujer que desafía a Zuma? Esas serían las informaciones que aparecerían en el caso de que los protagonistas fuesen hombres. Como son mujeres, domina el factor género , es decir la excepcionalidad ; lo que se supone es normal en el caso de los hombres, se convierte en excepcional, luego en información, en el caso de las mujeres. Por eso el uso del genérico femenino, tanto en singular, como en plural, alude a todo el colectivo de mujeres, a cualquier mujer. Este mecanismo es el que hace que las mujeres se sientan aludidas como género con tanta frecuencia en los medios de comunicación, cosa que no ocurre con los hombres. Ellos son representados en su individualidad, por eso difícilmente se sienten concernidos o identificados como género. Ellos raras veces se ven reflejados en la acción de otro hombre, que siempre es representado como un logro o una carencia individual, mientras en el caso de la o las mujeres, siempre se trata de un logro o una carencia colectiva. Una mujer al ataque , titulaba El País (18-11-2006) el triunfo de Ségolène Royal en las primarias del partido socialista francés. Una mujer hacia el Elíseo (ADN, 27-11-2006); Una mujer llega al poder en África (El País , 12-11-2005); Segura inicia los cambios en la CNMV con la designación de dos mujeres (El País , 18/05/2007) o Interior elige por primera vez a una mujer para dirigir una región policial (El País, 07-10-2007).

Si los titulares anteriores pueden parecer muy antiguos (empecé este texto hace unos años lo cual viene muy bien para hacer un seguimiento diacrónico) mostraré ejemplos más recientes que nos dicen que la tónica sigue siendo prácticamente la misma. Veamos: Ahmadineyad refuerza su poder en Irán, titula este mismo diario (El País, 04-09-2009) el nuevo gobierno de Teherán, y en la siguiente página referida al mismo tema: La mujer que aceptan los ayatolás , para referir que “una mujer ocupará un ministerio por primera vez desde la revolución de 1979”. Pero ni en el subtítulo aclaratorio, ni el título específico se sabe ni cómo se llama esta mujer ni qué ministerio ocupará, por lo tanto, podemos decir que no importa qué mujer sea, sino que lo verdaderamente significativo es el hecho mismo de ser mujer. Obama designa el diálogo con Irán como su prioridad internacional dice El País (12-01-2009) para en la columna de al lado advertirnos que Una mujer dará el sermón del primer día del cambio, el cambio que representó Obama, se entiende, y al que se llama por su nombre en la noticia principal. La mujer concreta que dará ese discurso no importa, porque lo informativo para el diario es que sea una mujer. Perestelo dice adiós al cabildo y cede el paso a la primera mujer presidenta (Diario de Avisos de Tenerife , 8-05-2009) Una mujer sustituirá al vilipendiado Derek Walcott (El País , 19-05-2009), El día de la mujer directora (El País, 9-03-2010), El día en que el Cervantes fue mujer (El País , 25-11-2010) muy emotivo, muy justo pero muy poco informativo; bastaría decir que Ana María Matute gana el Cervantes para saber que es una mujer, si es eso lo que se quiere resaltar.

Una mujer... o sea, cualquier mujer, la mujer como representativa de todas las mujeres. Estos titulares, en el caso de ser hombres los protagonistas, serían sencillamente un sinsentido. Insisto, en los titulares que destacan el protagonismo femenino hay sentido, pero no hay información. Una mujer, favorita para la presidencia de Costa Rica (El País, 7-02-2010), anuncia el diario dando el nombre de la candidata en el subtítulo, pero poniendo de relieve que lo más importante (el título) es que sea una mujer. A la que dos días después, una vez celebradas las elecciones el mismo diario califica como Una mujer de ordeno y mando (9-02-2010). ¿Ha sido elegida para mandar o para fregar los platos? Yo creía que cuando una mujer es elegida como presidenta es para mandar, por tanto ¿a qué viene esta expresión que tanto nos recuerda a las que antaño se denominaban mujeres sargento ? La renuncia de Bárcenas “facilita las cosas” al PP (ADN 20-04-2010) dice la noticia principal, y en un despiece o “apunte”: Dos mujeres en el lugar de los dimitidos. Qué dos mujeres sean no reviste la menor importancia, lo destacable es que sean mujeres. DIA será el mayor grupo español presidido por una mujer remarca El País (15-05-2011). Se podría objetar que en los titulares mencionados lo que se ha querido poner de relieve es el logro femenino, el hecho de que por primera vez una mujer o unas mujeres hayan conseguido algo importante. Pero lo conseguido o lo obtenido no es en realidad un logro colectivo, es un logro individual, que ha obtenido esa mujer concreta, con nombre y apellidos, que por otra parte queda ignorada ya que no se la nombra. Por lo tanto, sería justo reconocerle el mérito a ella, no diluirlo en un mérito colectivo atribuible a todas las mujeres. Eso en el caso de que lo que se destaque sea un mérito. Si es una crítica ocurriría lo mismo: hay que destacar qué mujer ha hecho tal cosa, para pedirle responsabilidad a ella, y no a todas las mujeres. Al César lo que es del César. Además, ese reconocimiento a todo el colectivo femenino, a estas alturas del siglo XXI, creo que es contraproducente, y opino que es importante que se abandone este mecanismo, porque el resultado es que a las mujeres individualmente consideradas no se las recuerda y, colectivamente, parece que siempre estén empezando. Pareciera que no hay progresión, que siempre están comenzando, que no hay continuidad. Se sigue insistiendo en el discurso excepcional. Y este hecho, posiblemente resaltado con fines elogiosos, lo que hace es reforzar que se continúe considerando a las mujeres como pioneras. Y hablar de pioneras a estas alturas creo que no beneficia en absoluto la normalidad ni la ya irreversible incorporación de las mujeres a todos los ámbitos de la sociedad. Así que el “Parlamento gallego esté presidido por una mujer” o cualquier otro parlamento o institución ya no es ninguna novedad, y por tanto no es información. Y cuando decimos, “una mujer se perfila como decana de los abogados” ya no sólo no es novedoso, sino ridículo y humillante. ¿Se imagina alguien que algún periodista pueda escribir sin sonrojo “Segura inicia los cambios en la CNMV con la designación de dos hombres ? O “Dos hombres en el lugar de los dimitidos”. En estos casos ni habría información ni habría sentido, y por lo tanto ningún periodista en su sano juicio titularía así. Otras veces el genérico femenino se utiliza para realzar algo pintoresco, (por tanto, excepcional) accesorio, ornamental: Un palco de mujeres destaca un texto complementario de la noticia principal, que reza así: “Messi deberá descansar algún día” El País (6-03-2011) y al mismo hecho se refiere La Vanguardia (5-03-2011) igualmente en un texto complementario (Las mujeres toman el palco) dentro de la noticia principal, que reza: Un esfuerzo por Guardiola . Como se puede ver, el hecho de que las mujeres coparan ese día el palco del Camp Nou era un dato anecdótico con motivo del Día Internacional de la Mujer. El resto del año de las mujeres en el Camp Nou, ni como espectadoras, entrenadoras, dirigentes o jugadoras no se dice ni mu.

He mantenido líneas más arriba que los hombres, al ser representados en su acción individual, no se sienten identificados en la acción de otro hombre ya que sienten que el responsable de esas acciones es ese individuo concreto con nombres y apellidos, y no ellos singularmente considerados. Los hombres nunca se han visto a sí mismos como grupo, como colectivo, como una parte, porque ya he dicho que ha sido el todo . Pues bien, hay un tema en el que sí han empezado a sentirse concernidos colectivamente, y es en el tema de la violencia de género. Mientras estos acontecimientos fueron tratados como sucesos aislados, protagonizados por hombres concretos en situaciones concretas, por ejemplo: “Un hombre mata a su mujer en un ataque de celos”, “X asesina a su esposa en presencia de sus hijos”, etc. los hombres no sintieron que estos hechos fueran con ellos. Se trataba de unos individuos que actuaban, pero cuyos actos no les concernían, porque el tratamiento tampoco ponía de relieve que esos hechos tuviesen una vertiente colectiva. Sin embargo, cuando esos hechos han dejado de ser tratados aisladamente, y abordados como un problema social que tiene raíces estructurales y que hay que tratar colectivamente, entonces empiezan a sentirse un poquito ofendidos e incluso injustamente tratados. Parece como si pensaran: “nos tratan como si todos los hombres fuéramos maltratadores”. De hecho hubo movimientos de rechazo contra la Ley Integral contra la Violencia de Género, que se aprobó en el año 2004, incluso con manifestaciones por parte de magistrados o colectivos que se sienten “injustamente criminalizados”21. La violencia contra las mujeres ha sido la norma durante siglos, pero cuando se empieza a corregir esta forma de dominación masculina socialmente tolerada, rápidamente se pone de relieve que las mujeres están abusando.

Claro que no todos los hombres son maltratadores, pero lo que sí que hay que comprender –y los hombres los primeros–, es que la violencia ha sido un componente esencial de la masculinidad y que todos han estado legitimados por la sociedad para ejercerla, lo hayan hecho o no. Toda la socialización de los hombres se ha basado precisamente en inocular desde pequeños aspectos de la violencia como parte del “ser hombre”. Desde “los niños no lloran y tienen que ser fuertes”, pasando por la ocultación de sus sentimientos, hasta “si te pegan pega tú más fuerte”, “no seas gallina, nos vemos en la calle”, el morir con valor, defender la patria, hacer la guerra, etc. etc. toda nuestra cultura ha ido dirigida, en el caso de los hombres, a aceptar la violencia como una parte fundamental de la identidad masculina. Y cuando eso ha sido así durante siglos, y esa violencia ha sido incentivada, tolerada, arropada e incluso legitimada por las instituciones sociales (escuela, justicia, ejército, gobiernos, religión, etc.) ahora esas pulsiones inoculadas desde la infancia constituyen un aspecto intolerable. Ese discurso sobre la violencia que ha definido hasta hace muy poco tiempo el ser hombre ha quedado bruscamente interrumpido y esas pulsiones salen ahora descontroladamente en forma de asesinatos para pasmo y escándalo de la sociedad, que se pregunta estupefacta, ¿pero qué está pasando? ¿los hombres se han vuelto locos? Ignorar todo eso no beneficia en absoluto ni desvela las raíces profundas de la violencia. Los hombres, sobre todo, tienen que aprender a gestionar esas pulsiones violentas de otra manera. A canalizar sus impulsos de otra forma. Hay que empezar a elaborar un nuevo discurso sobre lo que es “ser hombre” en la sociedad actual. Los hombres tienen que aprender que hay otras maneras de mostrar la hombría, otras formas de masculinidad. Y tienen que responsabilizarse de la cuota de responsabilidad que les ha correspondido colectivamente, porque aunque muchos no hayan ejercido nunca la violencia contra las mujeres, socialmente han estado legitimados para ello.

Otro aspecto importante que no se debe olvidar es que el periodismo es, por antonomasia, el discurso de la excepcionalidad, y que tiende a poner de relieve aquello que se aparta de la norma. Y por lo que parece las mujeres aparecen todavía en muchas ocasiones porque son excepcionales , y entonces el resultado son títulos tales como: Una mujer preside por primera vez el Constitucional (16-06-2004); Pakistán: La primera mujer presidenta del parlamento, (20-03-08); Chacón, primera mujer al frente de Defensa (12-04-08); Ángela Murillo, primera mujer al frente de los juicios de ETA (16-04-08); La primera general de EEUU (1-07-08); El Nobel de Economía premia a Elinor Ostrom, la primera mujer en lograrlo (13-10-2009), Una mujer llega a la cúpula de Interpol por primera vez (8-11-2012) todos ellos aparecidos en el diario El País, diario del que he extraído multitud de textos, aunque debo reconocer que soy una lectora incondicional de este periódico, y de ahí que me sea tan fácil encontrar ejemplos. Reconozco que de otros diarios incluyo menos ejemplos, pero no porque no existan, sino porque los leo menos y se me pueden pasar por alto más fácilmente. Pero también utilizan el mismo recurso, por ejemplo: La Unesco elige por primera vez a una mujer como directora (La Vanguardia, 21-09-2009); Mujer y Nobel de Economía anuncia La Vanguardia (13-10-2009) en portada con la foto de... Elinor Ostrom. Y en páginas interiores vuelve a la carga: El Nobel de Economía distingue por primera vez a una mujer. O este otro cortado por el mismo patrón: Julia Guillard, primera jefa del Gobierno de Australia (El Mundo , 25-06-2010) Núria de Gispert, primera mujer al frente del Parlament, se anuncia en portada (El País, 17-12-2010) y en el interior La primera presidenta del Parlament . Nou Parlament, primera presidenta , destaca también el diario catalán Avui (17-12-2010). En el interior del diario hay una entrevista con la nueva presidenta donde ella misma dice “que una mujer sea presidenta del legislativo es muy importante para la democracia”. Y yo suscribo sus palabras. Es verdad, es importante que más mujeres accedan a los cargos de poder. Pero hay que informar de ello como de un acontecimiento normal, sin el añadido que supone “la novedad”, porque que una mujer sea elegida presidenta de un parlamento, ya no es tal. Si lo que se trata es de poner de relieve que es una mujer ¿no es suficiente con su nombre y su fotografía? El 3 de junio de 2006 todos los diarios se hacen eco de que Jill Abramson será la primera directora de The New York Times (La Vanguardia ), o Una mujer dirigirá The New York Times por primera vez en su historia (El País ) lo que vuelve a otorgar más importancia al hecho de ser mujer que a la mujer concreta que alcanza tal posición, que no obstante me parece muy importante. Puestos a elegir prefiero el titular de La Vanguardia ya que es más informativo: dice el nombre de la mujer que ostentará el cargo y a la vez pone de relieve que es la primera en ejercerlo. En el de El País el nombre de la mujer concreta queda opacado por ese genérico femenino que creo habría que desterrar a la hora de referirse a las acciones individuales protagonizadas por mujeres con nombres y apellidos.

El discurso periodístico es por definición, ya se ha dicho, el discurso de la excepcionalidad, y todo lo que en principio vulnera la cotidianidad, invierte el estereotipo o va contra la norma se convierte en significativo, informativamente hablando. De ahí que también se pueda titular Un hombre dirigirá la lucha contra la violencia machista (El País , 18/04/08), uno de los pocos titulares en que se utiliza el nombre común masculino para subrayar lo extraordinario que es que un varón esté al frente de un departamento que, en teoría, sería propio que estuviese en manos femeninas. Al poner de relieve la ruptura de la norma, se afirma implícitamente que eso no debería ser, que constituye una excepción y que habría que restaurar la norma o, al menos, estar a la expectativa, vigilantes, a ver qué ocurre. Creo que no debería aplicarse el mismo esquema cuando el excepcional sea un hombre. Abogo porque hombres y mujeres puedan ocupar cualquier puesto o lugar sin señalar implícitamente que lo normal sería lo contrario. De no ser así caeríamos en el mismo error: sancionar lo que no es normal, lo que es excepcional.

Es evidente que lo que es femenino o masculino ha sufrido una transformación acorde con la evolución social. Las identidades de género han cambiado, y van a continuar cambiando, de tal manera que lo que es propio de hombres o mujeres va a dejar de tener trascendencia en un futuro próximo. Por eso, porque creo que ya no podemos seguir hablando de un primer sexo (los hombres) y un segundo (las mujeres). Ni de un sujeto, el hombre, que define el mundo y un objeto, la mujer, que es definida por aquél, sino que el nuevo estado de conciencia de las mujeres nos lleva a considerar que ellas se perciben a sí mismas como sujetos de pleno derecho, ciudadanas con plena capacidad para actuar y diseñar su propio proyecto de vida. Por todo ello, los medios de comunicación deberían hacer un esfuerzo por modificar los viejos esquematismos, replantear sus procedimientos y elaborar un discurso que sirviera como acicate para la plena equiparación entre los hombres y las mujeres. En lugar de ello, parece que deseen seguir siendo perpetuadores y reproductores de viejos clichés que no se corresponden con la realidad, clichés que a veces son anacrónicos, otras ridículos, siempre insidiosos, y, con frecuencia, injustos y discriminatorios.

De todas formas, esto de ser la primera no agota el recurso, porque la excepcionalidad se vuelve a plantear con el mismo asombro que la primera vez cuando es la segunda vez que ocurre. Por ejemplo, Una mujer volverá a dirigir Israel (El País , 18-09-2008) ¿Cuándo se considerará normal que una mujer ejerza cualquier cargo sin que ello sea una excepción? ¿Quizá cuando sea la decimosexta mujer que accede al mismo puesto?

Leamos este título con su subtítulo: Las mujeres triunfan en las superprimarias de EE.UU. Dos empresarias republicanas se imponen en California (La Vanguardia , 10-06-2010): Y este otro del mismo día y referido al mismo hecho: Dos ejecutivas de Sillicon Valley saltan a la política en EEUU. La ex-consejera delegada de eBay optará al puesto de Schwarzenegger (El País , 10-06-2010). En el siguiente titular España pide el plácet del Vaticano para su primera embajadora (El País , 16-02-2011) no se nombra a la susodicha ni siquiera en el subtítulo, con lo cual no sabemos de qué mujer concreta se trata hasta que leemos la noticia. El destino de Il Cavaliere, en manos de tres mujeres (El País , 16-02-2011); Un triunvirato femenino para Brasil (El País, 15-96-2011). De los títulos anteriores no sabemos quiénes son las mujeres ejecutivas que triunfan ni quiénes son estas empresarias republicanas, ni en manos de qué mujeres se encuentra el futuro de Berlusconi ni quiénes son esas tres mujeres que forman el triunvirato brasileño. Si se nombra a alguien por su nombre (propio) es a Schwarzenegger. Por tanto, podrían ser unas como otras, individuas que quedarán en el anonimato disueltas en ese genérico femenino mujeres que nos engloba a todas, tanto a estas políticas americanas como a cualquier otra mujer de cualquier otra raza, pueblo u ocupación. Tampoco sabemos quién es la primera española embajadora en el Vaticano. ¿A quién se le ocurriría titular Un triunvirato masculino para Brasil ? Repito lo dicho, en el caso de las mujeres tiene sentido, pero no información. En el caso de que se refiriera a tres hombres no tendría ni sentido ni información.

Como vemos, no es sólo el hecho de que sean las primeras en algo, sino también el hecho de que forman parte de las otras, ellas las que no somos nosotros, es decir, el colectivo de profesionales que elabora los contenidos y cuyos procedimientos y valores se han constituido como una ideología profesional compartida por toda la plantilla, tanto hombres como mujeres. Ellas son muy peligrosas (Metro 25-05-2005) o Ellas hacen guardia (El País 4-04-2007) Ellas tienen el control (Portada EP3 , 9-02-08); Ellas no tienen más riesgo de cáncer de pulmón (El Mundo, 25-04-2008), Ellas no tienen más riesgo de cáncer de pulmón (El País , 14-06-2008); Ellas ya pueden pegarse olímpicamente (El Mundo 14-08-2009); Ellas son las más poderosas (El País , 28-08-2008) o el más reciente Ellas toman el poder (La Vanguardia , 19-02-2012).

“Ellas” sólo tiene sentido si se opone a un “nosotros”. Las palabras no se utilizan gratuitamente, sino que tienen sentido, tanto si nos damos cuenta de su alcance como si se produce inconscientemente. Mujeres al mando (El País Domingo, 16-10-2005), Mujeres en el ejército (ADN , 21-05-2008), Las mujeres dan el salto , (El País, 13-03-2006) si no fuese por la competencia comunicativa de la audiencia y el contexto donde tal noticia puede aparecer, no entenderíamos de qué mujeres se trata, ni de qué salto se trata. Podría referirse a cualquier acción o avance llevado a cabo por cualquier grupo de mujeres. El Open Británico, sin mujeres (La Vanguardia , 10-07-2005) podría querer decir que no había camareras, limpiadoras, o sencillamente no habían asistido mujeres a presenciar las competiciones. Ellas, contra las cuerdas (ABC , 21-04-2010) podría querer decir que son púgiles boxeando o mujeres acosadas por alguien, a saber a qué se refiere este texto y el del día siguiente en el mismo periódico, que titulaba Habilidades de mujer (ABC, 22-04-2010) que hablan los dos del IX Congreso sobre Mujer, Familia y Trabajo y de las dificultades de la conciliación laboral-familiar, pero que podría referirse a las habilidades para hacer ganchillo o para conducir, tanto da, porque las habilidades femeninas son muchas y diversas. El poder femenino conquista el espacio. Cuatro mujeres convivirán en la ISS durante la misión del Discovery (El Mundo 6-04-2010). ¿Alguien puede decirme al leer este titular de qué habla esta noticia? ¿formo yo parte de este poder del que se habla? ¿Estoy yo entre esas cuatro mujeres?

Volvemos a lo mismo, sin la competencia contextual de la audiencia muchos titulares no serían comprendidos. Tienen sentido, pero no aportan información.

Leamos este texto de presentación de una cómica estadounidense:

“Primero nos dijeron que ellas no eran graciosas. Después que podían serlo siempre que no fueran demasiado guapas. Tina Fey abandera una generación de actrices cómicas que fulmina los tópicos más trasnochados...” (Portada EP3 18-07-08).

¿Quiénes son ellas y a quien representa ese “nos”? La respuesta no puede ser nada más que nosotros , los hombres que elaboramos este discurso y estamos hablando de una de las otras, de ellas . Lo bueno, sin embargo, es que el texto del interior en el que se habla de la actriz está escrito por una mujer (Bárbara Celis, desde Nueva York). No sabemos si la misma persona que escribió la entradilla de la portada, aunque eso no importa, según lo que he explicado en el apartado 3.

Las mujeres son representadas como género, colectivamente. Ellas frente a nosotros. Por eso mantengo que el diario se produce, en su totalidad, desde la perspectiva de género masculino. Ese punto de vista es lo que permite que la representación de las escasas mujeres que aparecen sea tan estereotipada, siempre formando parte de un colectivo ajeno , siempre mediatizadas por su pertenencia al equipo visitante (es decir, al otro sexo y/o género) y observadas minuciosamente en su aspecto exterior : actitudes, comportamiento, apariencia, vestuario, gestualidad etc.

Pero hay algo más importante que el hecho de presentar a las mujeres como género: que nunca sabemos de qué mujer concreta se está hablando, qué ha hecho, nunca recordaremos quién es, porque no se la nombra, y por tanto no se crea genealogía o historia, no hay continuidad. Da la sensación de que las mujeres siempre están empezando. No es un recurso exclusivo de España, y así, la agencia de noticias Euronews difundió que el 18 de mayo de 2009 Dalia Grybauskaite, primera mujer que llega a la presidencia de Lituania , noticia que de un modo similar recogerían después numerosos periódicos. Para que no se diga que son títulos atrasados y que ese recurso ya no se utiliza, pongo a continuación algunos muy recientes: Una mujer toma las riendas en África (La Vanguardia , 18-07-2012) para referirse a Dlamini Zuma, presidenta de la Unión Africana; La mujer despierta en España (El País , 3-08-2012) donde pareciera que se refiere a que todas estuviésemos dormidas, pues se utiliza ese genérico femenino mujer que apela a todas las mujeres, aunque en realidad se refiere al triunfo de algunas deportistas en Londres-2012, a las que el mismo diario denominará Épicas mujeres (El País, 12-08-2012). Y para que se vea que el recurso es utilizado aunque la información no sea elogiosa, sino crítica, vemos este título: Condenada a cinco años de cárcel la mujer clave en la política balear a la que no obstante sus prácticas delictivas el diario no puede dejar de tratarla “como a una reina”: El ocaso de “la Princesa” (El País , 17-07-2012) toda una página para explicar la sentencia condenatoria a María Antonia Munar, que es la mujer concreta de la que se habla22.

Ellos hacen. Ellas son

Comparemos estos dos títulos de un mismo evento y publicados en una misma página de El País (8/06/07): Tenis Roland Garros: “Nadal evita la técnica porque es el más fuerte” ; en el faldón de abajo: La reina de París contra la princesa del agua . Es fácil darse cuenta de que en el primer caso es un sujeto con nombre propio que actúa, y en el segundo dos títulos honoríficos que se enfrentan, pero no sabemos ni quiénes son ni por qué se enfrentan esa reina y esa princesa. Las consecuencias de este lenguaje metafórico (cursi, por lo demás) es que se escatima el esfuerzo realizado por, en este caso, las tenistas Justine Henin y Anna Ivanovic, a quienes se les otorga graciosamente una prebenda. A la audiencia se le escatima la información básica. El prodigioso Michael Phelps suma su séptimo oro y entra en la mitología del deporte mundial, reza en El País (2-04-2007) el título bajo una gran fotografía del nadador. En página superior un pequeño breve que remite a una página interior donde podemos leer: “En el aire me siento como un ángel” frase atribuida a Yelena Isinbayeva. Él hace, sujeto, verbo y complementos. Ella es un ángel, aunque también se advierta en un antetítulo que es campeona olímpica, mundial, europea y plusmarquista de salto con pértiga con 5,01 metros. Se dice, sí, pero lo que llama la atención es ese sentimiento que expresa, que bien podría ser atribuido a cualquier persona que vaya por los aires. “He jugado mi mejor torneo, esto es un sueño” (El País 11-06-2007) dice un eufórico Rafael Nadal tricampeón de Roland Garros. “Yo sólo quiero ser feliz” dice una Venus Williams en el mismo diario como podría ser una Isabel Pantoja o cualquier ser humano. Yo también quiero ser feliz, pero no aparezco en la sección deportiva de un diario de tirada nacional para proclamarlo.

En el titular Hamilton arrasa en el caos vemos un sujeto que hace algo. En La sirena de Europa (ambos títulos en El País, 17/03/08) no sabemos de quién se habla ni qué gesta ha protagonizado. A doble página se da cuenta del enfrentamiento entre Rafael Nadal y Federer y Murray en el Open de Australia de 2009, bajo el epígrafe Dos protagonistas en las antípodas y el título Dos rivales de ayer y de hoy para Nadal (El Mundo 18-01-2009), mientras en un recuadro secundario se titula: Las guapas también lloran . Hay que leer el texto si queremos saber quienes son esas guapas y por qué lloran. Resulta que es “la final más bella jamás vista” porque se enfrentan María Sharapova y Ana Ivanovic. Indomable Del Potro, califica El País (14-09-2009) al jugador de tenis en el abierto de EEUU, y en el faldón de abajo Serena se va de la lengua , es decir, la actitud de la jugadora protestando ante una juez de línea (además, fijémonos que él está nombrado por su apellido, ella por su nombre de pila).

Nadal sale del atasco , dice la noticia superior de El País, 7-09-2009, y en el faldón de abajo: Una niña contra el tenis fuerza para referirse a una jugadora de 17 años, los mismos que tenía Arantxa Sánchez Vicario cuando ganó Roland Garros por primera vez.

Exactamente el mismo mecanismo se produce en los siguientes ejemplos: David Meca cuadra su sueño , decía un titular (El País, 17/07/2003) para referirse al éxito de un nadador en unos Campeonatos de Natación, título que se complementaba con un despiece titulado El milagro de la voluntad ; La princesa de Barcelona , decía el mismo periódico (19/07/2003) para referirse a los éxitos de Gemma Mengual en el mismo evento. La bella recupera el trono , titulaba El País (27/07/2003) la consecución de una medalla por parte de Inge de Bruijn en los 50m mariposa, mientras en un despiece en la parte inferior aludía al fracaso de un nadador como La gran decepción de David Ortega. Quinta “pole” consecutiva de Alonso decía el titular superior de una noticia de El País (25-06-2006), mientras en el faldón de abajo de la misma página consignaba Marion Jones vuelve a reinar. O esta otra página de El País (25-01-2010): Nadal y el “modelo Federer” en la parte superior de la página. En el faldón de abajo: Las pequeñas también son peligrosas. Murray pasa al ataque ante Nadal encabeza El País (3-06-2011) la información sobre el Roland Garros, y en el faldón de abajo, el mismo día: La final de las arrugas , despectivo título de Juan José Mateo que quedará en los anales de la historia de la información deportiva como uno de los de peor gusto que yo haya leído en mucho tiempo, ya que se refiere a la final de dos jugadoras de 29 y 31 años.

“He luchado mucho por esto ” dice Rafael Nadal en el título de El País del 3 de agosto de 2011, y dos páginas más adelante encontramos a La “guerrera” del agua de la que no sabemos cuál es su hazaña, y ni siquiera quién es esa guerrera, pese a la hermosa foto que aparece de una chica posando en bañador, que corresponde a Yurema Requena, una nadadora bronce mundial en aguas abiertas. Las fotos de Nadal, en pleno esfuerzo tenístico contrasta con el posado ad hoc de la nadadora. En particular, del deporte femenino se informa casi siempre en segundo lugar, con menos espacio y con titulares menos dinámicos. “Estaré aquí el año próximo para ganar” (La Vanguardia, 23-07-2011) dice un retador Contador en el 98 Tour de Francia pese a su derrota. En la página siguiente leemos Un tango de bronce para relatar la medalla obtenida en sincronizada por Andrea Fuentes y Ona Carbonell en los XVI campeonatos del mundo de natación. El bronce es pura rutina dice El Mundo (23-07-2011) para referirse a la misma noticia, lo que no parece connotar ninguna alegría o entusiasmo ante el logro deportivo de las nadadoras.

Veamos todos los ejemplos que siguen de El País : Un duelo de números uno (2-07-2011, dos páginas menos una columna), La vuelta a la vida de Sharapova (2-07-2011 columna restante de la noticia anterior). Gebre ayuda a derribar su récord (26-09-2011, página superior). Maratonianas con liebre (misma página, faldón inferior). Caos en la NBA (12-10-2011, casi toda la página). El equipo femenino de Estados Unidos gana el oro mundial (misma página, breve en la parte inferior). Nueva Zelanda se cita con Francia (17-10-2011 página superior) Komova, por los suelos (misma página, faldón inferior). Los sumarios que encabezan la sección de deportes de El País (3-08-2012) hablan por sí solos: Gabrielle Douglas, reina de la gimnasia , dice uno, (ella es) Phelps cubre de oro su vigésima medalla olímpica reza el otro (él hace). Y en las páginas siguientes se vuelve a retomar la misma cantinela: Una reina feliz (El País , 3-08-2012) es la campeona de gimnasia por haber batido a Komova, pero en la página anterior del mismo diario hemos leído Phelps de principio a fin, donde no se oculta el nombre del ganador, mientras hay que rebuscar en el subtítulo para saber quién es esa nueva reina de la que se afirma que es feliz.

Él hace. Ella es. Ellos son verbo, las mujeres atributo. Ellos consiguen resultados. Ellas obtienen prebendas. Ellos obtienen con su esfuerzo. A ellas se les escatima bajo la forma de un regalo o un don. De ellos se informa en primer lugar y con amplitud. De ellas de forma secundaria y fijándose casi siempre en los errores y defectos, cuando no con titulares metafóricos que ocultan la acción. De ellos se destaca el afán de ganar, de ellas su aspecto o sus circunstancias.

Son reinas

Y así volvemos a los reinados. La reina del fondo (El País, 13-06-2004) era Erika Villaécija al ganar su segundo oro en los 800 metros libres. Las reinas de París eran Virginia Ruano y Paola Suárez, campeonas de dobles en Roland Garros (20 Minutos, 7-06-2004), mientras que en el mismo diario Valentino Rossi vuelve a lo más alto (Gran Premio de Motociclismo de Italia). Pero ese reinado es muy efímero, ya que Ruano y Suárez son “desalojadas” de su reinado por Una rusa de 17 años, nueva reina del tenis (El País , 4-07-2004) según reza en su portada, a quien en la sección Deportes volveremos a encontrar bajo el título de La “catedral” corona nueva reina . En el cuerpo de la noticia leeremos: “... un halo de juventud, de frescura, de glamour , invadió el aire del vetusto estadio londinense, que proclamó al unísono que la nueva reina había sido coronada”. Grandilocuente entrada literaria de estilo decimonónico, pero nada sobre el buen o mal juego de la tenista.

La Vanguardia no podía dejar de consignar la coronación de la nueva reina, y, efectivamente, en su portada del 4-07-2004 anuncia: Reina de 17 años , para en su sección de deportes especificar que María Sharapova ya es la nueva reina de corazones , noticia que nada tiene que envidiar al estilo que hemos visto antes: “La princesa de hielo ganó a la de ébano, e Inglaterra tiene una nueva reina de corazones...”. Oh, qué romántico. Creo que hace falta decir que la princesa de hielo es la ganadora de Wimbledon, y la de ébano Serena Williams, pero bien podría ser su hermana Venus, puesto que las coronas se otorgan y se deponen con tanta facilidad. El diario gratuito Metro, en su página 21 también reincide en el mismo cliché: La nueva reina María Sharapova , sin que sepamos por qué es reina ni de dónde hasta que no leemos el texto que acompaña la foto-noticia. Ya no sabemos cuál de todas es la última reina, título que el 8 de agosto se otorgó a la saltadora de vallas Jana Pittman (La reina mundial de vallas, casi descartada (La Vanguardia, 8-08-2004) deportista a quien le duró poco el título porque el 6-09-2004 El País se lo concedía a Yelena Isinbayeva, La reina de la pértiga. Unos años después, sin embargo, en El Mundo (13-07-2009) decían de ella Regresa la zarina al obtener una nueva marca en el salto de pértiga (no sabemos si zarina representa mayor o menor categoría que reina). Pero entre medios tenemos a Radcliffe, reina de Nueva York (El País, 8-11-2004) a Ellen McArthur, la reina de los mares en (20Minutos 9-02-2005) y a La reina del Himalaya que no podía ser sino Edurne Pasabán en El País, (21-05-2005). Los reinados se suceden uno a otro con una velocidad vertiginosa. El 8-08-2005 el mismo diario coronaba una nueva reina del atletismo, La reina Kluft, pero el título pasaba en 2007 a Justine Henin como La nueva reina del tenis (El Universal , 18-11-2007) por pocos días, ya que Regina Halmich se despedía de su deporte con un Adiós a la reina del boxeo, (El Mundo, 3-12-2007) aunque no de la vida, en un texto que hay que leer con los ojos bien abiertos, porque no tiene desperdicio: “su explosiva ropa interior, desde las braguitas transparentes con el triángulo de Venus rasurado, a unos sostenes con escote de infarto se han convertido en habitual noticia en el país”. Por muy explosivo que fuera su “contorno natural”, como el periódico denomina su figura, la corona volvía de nuevo a Justine Henin (Henin es la reina, El País, 13-11-2008). Los reinados pueden serlo incluso de actividades ilegales, como por ejemplo La reina de la coca entre rejas o Nadia, la reina de los niños rateros (El País , 1-10-2007 y 22-03-2009, respectivamente). La enésima reina la catapulta El Mundo , La heredera, en el trono (02-06-2008) aunque no sabemos qué hereda ni de qué reino se trata. Por último, a veces no sólo hay que poner de relieve el reinado, sino consignar las características del mismo, en el caso de Tina Fey –humorista– EP3 del 18 de julio de 2008 hay que añadir que se trata de La extraña reina de la comedia estadounidense . Título que al cabo de pocas semanas, en el Suplemento Domingo del 7-09-2008, se otorgaba a Sandra Ávila, Reina entre dos fuegos. Novia, amante y esposa de capos y policías, Sandra Ávila habla desde la cárcel en México. Como se puede ver, es un recurso muy literario, como podemos observar en el título de la novela de Arturo Pérez-Reverte, La reina del sur , que podría estar inspirada en esta conocida narcotraficante.

Pero la narcotraficante era despojada de su corona en menos de dos semanas porque en el Magazine de El País Semanal aparecía una nueva reina, en este caso La reina del ajedrez (28-09-2008), a quien además se presentaba así: “se la conoce como la Kourninova del ajedrez, pero al contrario que su compatriota tenista y modelo, es campeona del mundo”, pero la presenta de forma tan glamorosa como si tuviera que hacerse perdonar su seriedad: “esta rusa de 24 años ha agitado el mundo de un deporte muy cerebral”. El mismo diario El País ya había detectado tres nuevas reinas de la literatura chic lit (16-11-2008), a saber: Marian Keyes, Helen Fielding y Candace Bushnell.

En los primeros meses de 2009 había nacido otra “reina” de más calado: Michelle Obama reina en Europa” (El País, 5-04-2009) a quien en no pocas informaciones se la llama simplemente “Michelle” (Michelle, la chica de Suat y la Otan, El País, 5-04-2009). Pero si alguien creía que Michelle Obama se iba a instalar en el cargo por mucho tiempo dada su preeminencia se equivocaba, porque La Vanguardia (29-08-2009) decía que La música virtual ya tiene a su reina, y el mismo diario el 12 -01-2010 ya nos anunciaba del Dorado retiro de la reina del Covent Garden. En esta competencia enloquecida por el reinado volvía a cargar El País primero hablando del Ocaso de la “reina” de Mallorca la incombustible María Antònia Munar (14-12-2010) pero como esta estaba entre comillas para advertir que era un título “prestado”, el 19-02-2010 coronaba a Carmen March, reina del “off” Cibeles (19-02-2010) entrando en contradicción consigo mismo, ya que al mes siguiente advertía que La reina de la canción protesta recorre España (3-03-2010). A todo esto entra en acción El Mundo (8-04-2010) que no podía ser menos y nos habla de una mujer que lleva Cuatro décadas como reina de la vanguardia. Poco después se nos presenta La reina al desnudo (El País, 19-04-2010) a lo que contraataca de nuevo El Mundo (20-04-2010) hablándonos de La reina árabe de las nieves. Pero no contábamos con ABC (22-04-2010) que nombra a Isabel Preysler, la reina del baldosín aunque El País Semanal no quiere perder su privilegiada posición y nos ofrece un Trio de reinas en su portada de 29-08-2010, que sigue en páginas interiores con un despliegue de fotos seductoras de las tres Reinas de Hollywood : Angelina Jolie, Julia Roberts y Eva Mendes. Pero como los reinados siguen sucediéndose vertiginosamente, ahora tenemos otra reina, Vuelve la reina de lo frívolo (El País , 28-11-2010) que para más inri no sabemos ni quién es. Y en medio de todo eso un diario gratuito y mindundi como 20 Minutos nos había advertido que Las niñas ya no quieren ser princesas (9-06-2010). En la portada de La Vanguardia (9-06-2010) con una foto de una mujer de aspecto oriental se lee: Más dudas sobre la reina de los ochomiles , de quien tenemos que averiguar el nombre si queremos saber de qué va la noticia. Y después de anunciar que La cofradía del Cava presenta su semana , se dice que Carla Goyanes es la reina y Jordi Alumnà firma el cartel (La Vanguardia 22-09-2010). Gisele Bündchen aparece espectacular como Reina del sambódromo en la sección Gente de El País (8-03-2011) y El País Semanal (20-03-2011) publica en portada una sensual y erótica foto de Rihanna bajo el contundente título de Matriarcado Pop, y en el interior amplía cómo se ejerce este matriarcado musical agrupando a las matriarcas bajo el original título de... Las reinas del pop. El mismo diario que ha hecho que Arianna Huffington entre en su consejo de administración en mayo de 2011 ya le preparaba el trono al anunciar que AOL agita el mapa de los medios con la compra del “Huffington Post” que como se sabe es propiedad de la Reina de la blogosfera y gran dama de la izquierda , según la denominaba El País (8-02-2011). Es de suponer que el grupo haya decidido nombrarla también como “reina” de su Consejo de Administración.

¿Estarán los diarios compitiendo, además de como empresas periodísticas con identidades y características diferentes, por tener su propia reina? Nunca hubiera sospechado que los diarios fueran monárquicos hasta el tuétano.

Nada –o muy poco– parecido ocurre con la información que se refiere a los hombres. Ellos son deportistas, ellas estrellas ¿Tenistas o estrellas? Precisamente así presentaba El País, el 25 de abril de 2009 a toda página un anuncio de las mejores tenistas del mundo a las que iba a dedicar un gran reportaje en el Semanal: ¿Adivinan cómo tituló este diario el reportaje, en primera página con una espectacular fotografía de Dinara Safina, la en aquel momento número uno del mundo?...Sí, señores: Reinas de la pista. Deporte, glamour y lujo con las mejores tenistas del mundo (El País Semanal , 26-04-2009).

Bueno, parece que hemos avanzado algo. A las jugadoras que triunfaban en el mundo del tenis a finales del 99 se las denominaba Las tenistas picantes y se las calificaba de “mitad top-models mitad deportistas; muy ricas, muy jóvenes y muy descaradas” (El País semanal, 17-01-1999) mientras en página contigua se hablaba de Pete Sampras “como el número uno mundial. Quiere ser el mejor tenista de la historia” y se destacaba su declaración, a modo de título: “El tenis me roba la vida, pero el sacrificio ha valido la pena”. Si hace diez años eran las tenistas picantes, en 2010 las profesionales del tenis son reinas y al menos han subido de categoría. Esperemos que en el 2019, más allá de ser chicas picantes o reinas se hable de ellas por ser simplemente “profesionales del tenis”. Sin más. El diario 20 Minutos también apostilla que Las españolas reinan en el desierto (1-03-2011), aunque hay que leer el subtítulo para saber qué españolas son estas, porque cada una de nosotras podría querer atribuirse el trono. Pero no, son Dolores Jiménez y Alicia Pérez, que ganan la maratón del Sáhara. El verano de 2011 en El País hay una verdadera maratón de “reinas”: empieza el 7 de junio con También reina de la escena; Las seis reinas del Reina (21-07) ya han destronado a Kristin Scott Thomas, la primera, que a su vez será destituida diez días después: Y Phelps bendice a Melissa, la nueva reina (El País, 31-07-2011) donde coinciden tres rasgos de los que vengo hablando: tratamiento vicario (Phelps és más importante) tratamiento irreverente (Melissa, sin más) y estereotipado (es la reina). Pero el 10 de agosto se informa sobre Blanca del Rey con un inquietante Adiós a la reina del mantón , que prevé lo peor, aunque en esta ocasión podemos agradecer que la protagonista “sólo” deja el baile. El 12 de agosto tenemos una Nueva reina de la comedia en Kristen Wiig que lucirá la corona ¿por cuánto tiempo? Por poco, porque el 23 de agosto de 2011 Verónica Boquete la destronará al ser propuesta como Verónica, la princesa del fútbol , y ya se sabe que antes de ser reina se es princesa. El 19-02-2012 El País anuncia que La princesa del imperio Zara se casa y el 3-08-2012 el mismo diario describe a Una reina feliz pero que no es ninguna de las anteriores, sino Gabrielle Douglas, primera campeona individual de raza negra que ha batido a Komova. Pero a finales del año 2012 ya había perdido el trono, pues Europa había descubierto otra reina: Carlota Ciganda, la golfista de 22 años a la que todos los medios se refirieron como La reina de Europa (Ciganda, reina del golf europeo, El País, 9-011-2012, o La golfista Carlota Ciganda reina en Europa con 22 años, As 9-01-2013). De qué poco tiempo disponen las reinas para gozar de su corona, pues el 31-03-2013 ya tenemos sustituta de la anterior, Reina de la aventura , que podría ser deportista, escaladora, exploradora o aventurera, pero que simplemente se queda en escritora fantástica, la joven Laura Gallego.

Bien es verdad que también puede haber algún “rey” o “príncipe” entre los varones, (París corona al príncipe brasileño (El País, 3-12-2007) aunque en este caso la mayor parte de las veces se entrecomilla el título para que quede claro que es un recurso simbólico: “El “rey” de la mafia ceutí ” (en un despiece de El País 25-04-2008) o Muere Yves Saint-Laurent “príncipe de la moda ” del siglo XX” (El Mundo , 2-06-2008) o queda relegado a un segundo plano, identificando debidamente a la persona de la que se habla: Saint Laurent viste París de luto, completando la importancia del fallecido en el subtítulo: Francia llora la pérdida del rey de la moda como parte de su patrimonio nacional (El País, 3-06-2008). El rey del pop era Michael Jackson y Elvis Presley era “el rey” a secas, pero las coronas, en el caso de los hombres se otorgan con mucha menor frecuencia. Bien es verdad que también algunos deportistas han sido laureados como “rey” (El Rey Messi se exhibe en el día de Reyes (El Mundo (7-01-2009); El Rey de Roland Garros vuelve a la tierra y París se queda sin rey (El País 1-06-2009) Federer sigue siendo el rey (El País, 24-08-2009), Michael Sumacher, El retorno del rey (El País , 10-03-2010), Nadal recupera el trono (El Mundo, 7-06-2010), Lorenzo es el nuevo rey (El País 11-10-2010) o Marc Gasol, el rey de la defensa (El País, 25-04-2013) pero en muy pocas ocasiones, comparado a la fulgurante destitución y nombramientos de los reinados femenino. Y, en cualquier caso, esos “reinados” masculinos, como vemos, destacan su nombre propio, y generalmente en la sección de deportes, lo que no suele ocurrir en el caso de las mujeres cuya identificación tenemos que buscar en el subtítulo o en el cuerpo de la noticia para saber de quién se habla y se extiende a cualquier ámbito social y a cualquier sección, ya sea deportes, política, cultura, sociedad o economía. Si sólo leemos el título de estas noticias veremos que no se sabe de qué mujer se está hablando. ¿Cómo es posible que los periodistas recurran de manera tan redundante a esta metáfora fosilizada, además de cursi? Sin pretender que haya una conjura judeo-masónica, creo que por dos razones: una porque como las mujeres aparecen tan poco olvidan que ya calificaron de reina a la mujer que obtuvo un logro en un acontecimiento anterior. Y dos, porque a las mujeres se las representa como objeto observado y no como sujeto que actúa. De ahí la facilidad con que los títulos que se ponen a las actividades realizadas por las mujeres sean con mucha frecuencia nominales, sin verbo, meramente descriptivos, como corresponde a alguien que observa cómo son, y no lo que hacen.

Son sirenas

Otra metáfora muy utilizada, sobre todo para atribuirla a mujeres que... nadan. En el caso de los nadadores nunca he leído una metáfora tan cursi. Cuando a los hombres se les compara con animales suelen ser con leones, leopardo, tigres o tiburones, en los que se destaca la fuerza, la vitalidad, la rapidez (Internet está llena de alusiones al Tiburón Phelps ). A las mujeres se las compara con sirenas o con gacelas donde prima sobre todo el factor elegancia. En 1995 ya hablaban Del calentamiento de la bella sirena (El Periódico ) para referirse a Franziska von Almsick, que además era “la estrella más rutilante de la natación”. Era “la bella sirena de 17 años con cuerpo de modelo”, cosa que opacaba que había conseguido seis medallas de oro y una de plata en los campeonatos de Europa de 1993. Diez años después Tanya Streeter era La sirena con record masculino , (El País , 28-07-2003) porque se había sumergido en apnea a 122 m. Virginie Dedieu era La sirena del mundo, mientras que Gemma Mengual fue La mujer pez, ambos títulos de El País (18-07-2003). Las sirenas también lloran (El País 20-07-2003) sobre la derrota del equipo español de sincronizada. Las sirenas estarán en Atenas , volvía a titular El País el 16-06-2004 para referirse a la participación de España, por primera vez en unos Juegos Olímpicos, de la modalidad de natación sincronizada por equipos. Como Una sirena de oro volvía a ser definida Gemma Mengual en la portada de la revista Ronda Iberia, (julio 2004) Gemma Mengual, una sirena en Zagreb , volvía a repetir otra revista aérea, y en la portada de El País (17-04-2008) volvía a ser anunciada como Mengual, la gran sirena de Europa. Exactamente igual que hacía la revista femenina Yo Dona , en el verano de 2008 al hablar de Mireia Belmonte, a la que calificaba de Sirena de agua y hierro. La metáfora no es exclusiva del agua ni de España. En la entrega de los Globos de Oro de 2009 El País denominaba Desfile de sirenas la llegada de las actrices a la gala. Y una chica que participó en un seminario que impartí en México en octubre de 2010 me envió una noticia de una agencia mexicana donde también se decía: Las sirenas van a selectivo refiriéndose al proceso de selección al que se iban a someter las nadadoras de sincronizada. En la revista que Spanair ofrece a sus viajeros Spanorama, número 173, de abril de 2011 se volvía a hablar de Gemma Mengual y se decía que “Si las sirenas tuvieran piernas practicarían la natación sincronizada. Gemma Mengual lo sabe”. El corresponsal Diego Torres desde Londres volvía a la carga durante los Juegos Olímpicos para hablar de la medalla de plata de Dos sirenas excepcionales (El País, 08-08-2012) igual que el suplemento S Moda en su número del 11-08-2012 en el que en portada, al lado de una sugerente foto de Vanesa Lorenzo nos recordaba que Las sirenas son para el verano, aunque yo creía que eran las bicicletas. Al mismo tiempo que El País Semanal (30-09-2012) decía que Teresa Perales es La sirena paralímpica y La Vanguardia ponía en su portada del 7-06-2013 Adiós a la “sirena” Esher Williams. Y es que la tentación por la semejanza es mucha, pero los periodistas deberían intentar ser más creativos y buscar metáforas más innovadoras.

Son estrellas

Brillan en el firmamento con luz propia. Con frecuencia las mujeres son estrellas , valiosas luminarias que desprenden energía incandescente. Pero tanto destello lo que hace es ensombrecer el nombre propio y el esfuerzo de esas mujeres concretas e individuales a las que tanto les cuesta sobresalir por su propio esfuerzo, diluido en un colectivo lumínico tan desbordante. Cuando las estrellas llegan de Rusia (La Vanguardia , 11-07-2004). Como Nueva estrella del socialismo francés fue saludada en El País Ségolène Royal a la que no obstante La Vanguardia calificaba de La estrella muda . Y digo yo que después de haber sido ministra francesa tres veces (Medio Ambiente, Enseñanza Escolar y Familia) algo habría dicho. Tras los varapalos que le dieron cuando se dio a conocer, en esta ocasión aparece Una estrella sin maquillaje (El País 8-11-2007) refiriéndose a una María Sharapova que ha dejado un poco de lado la promoción y la moda para centrarse en el deporte. El 25 de marzo de 2009 Nace una estrella en la izquierda italiana (El País ) de la que, como se ve, tampoco sabemos el nombre si no leemos (que ya es mucho) el subtítulo o la entradilla. No sabemos a quienes se refieren ni cuál ha sido su hazaña, solo que nos deslumbran sin que sepamos por qué. Y así hasta la próxima aparición de un nuevo astro que nos ilumine.

Son damas

Un nombre que no existe aplicado a los hombres. Su correlativo podría ser Caballero o Galán , pero puedo prometer y prometo que nunca he leído un título donde se apele a ningún acontecimiento protagonizado por “caballeros”. Dama es una palabra antigua, que viene del latín dómina , según el María Moliner; pero también es un término cursi, ñoño, que se remonta al lenguaje relamido del siglo XIX para referirse a una mujer distinguida, o a las señoras que asistían a las reinas o a las princesas en la corte. En cualquier caso palabra engolada que pretende poner de relieve la distinción de una mujer. Las damas de los “ocho mil ” (08-08-2005), La primera dama en el parqué de París (11-09-2006), La primera dama (01-06-2008), El G-20 de las primeras damas (01-04-2009) El día de las primeras damas (29-04-2009), Repóquer de damas (del jazz) (27-08-2009), Una primera dama de viaje a Venus (6-09-2009) todos en el diario El País. El tratamiento no es privativo de este diario, claro está, y ya he dicho que he encontrado más ejemplos en El País que en los demás porque lo leo cada día, mientras no suelo adquirir cotidianamente otros diarios. Pero cuando lo hago siempre encuentro algún ejemplo: Más trabas para las Damas de Blanco (El Mundo , 20-04-2010).

Se suele denominar así a la cónyuge del primer mandatario de un país. Pero da la casualidad de que cada día son más las mujeres que acceden a la jefatura de un país, y en cambio no existe título honorífico para los consortes de las jefas de estado o de gobierno, pues nadie llama así a los cónyuges de Ángela Merkel (Alemania), Cristina Fernández (Argentina, ahora ya viuda) o Michelle Bachelet, mientras fue presidenta de Chile o a los cónyuges de otras mujeres Jefas de Gobierno. ¿Por qué tiene que haber un papel especial para la primera dama y no para el primer caballero ? Parece que las mujeres deban “acompañar” a sus esposos representando un papel en especial, cosa que no se exige ni se demanda a los esposos de las jefas de estado. ¿Qué estatus tienen los hombres en estos casos? ¿O es que ellos no tienen obligaciones para con sus esposas cuando éstas ejercen el máximo cargo de responsabilidad en un país? ¿Por qué casi nunca se habla de los consortes de las mujeres Jefas de Gobierno? Esta denominación tiene un regusto arcaico que debería irse desterrando y encontrar una manera democrática de denominar (si es que hay que hacerlo) al cónyuge de un mandatario. Si no se hace así se sigue reproduciendo la idea de la primera dama como si sólo los hombres pudieran ser los jefes de gobierno de un país y las mujeres sus acompañantes. En un Kit didáctico denominado Portraying Politics23, elaborado en Europa con la participación de diversas televisiones se compara, entre otros muchos casos, el trato dado en la información a dos candidatos de la CDU (Christian Democratic Party) en unas elecciones en el land Baden-Württemberg en 2004, Günther Oettinger y Annette Schavan: en algunas de las informaciones él va repartiendo saludos acompañado de su esposa, mientras ella va sola y es mostrada casi siempre sin compañía. Como decía, dama, salvo casos aislados, es tan anacrónico como cuando alcaldesa quería decir “la mujer del alcalde”. Pongamos el idioma a la altura de la realidad y desterremos viejos conceptos que lo único que hacen es seguir insistiendo en un orden de cosas que, afortunadamente, ya no existe.

Son Damas de Hierro

Si las damas de las que he hablado en el epígrafe anterior dan muestras de un carácter fuerte, si las damiselas dulces y complacientes tienen ambición y se muestran firmes la seda se transforma en hierro. Y ahí tenemos las diferentes “damas de hierro” que se han ido sucediendo. La “dama de hierro” sale de su escondite (El País , 18-12-2000) para referirse a la hija del narcotraficante gallego Charlín; La nueva mujer de hierro fue Condoleezza Rice, la asesora de seguridad del Presidente Bush: fría, dura, seductora e implacable ... decía la carta de presentación en El País Semanal (2-02-2003). Y más adelante, en un texto titulado La mujer más poderosa del mundo (El País, 17-11-2004) se volvía a insistir: “Condolezza Rice tiene fama de mujer dura, y lo es” pese a lo cual, dice la noticia, “no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas” al oír a su amigo Bush decir que sus padres estarían orgullosos de ella. También se dice más adelante que es “mano de hierro en guante de seda”, acartonada comparación para referirse al estilo femenino de mostrar firmeza; ya antes Madeleine Albright había sido La dama de hierro de Bill Clinton (El Mundo 27-06-2004) igual que Margaret Thatcher, que fue la que inauguró ese título mientras fue primera ministra del Reino Unido, a la que naturalmente todos los medios despidieron en su muerte el 8 de abril de 2013 como La Dama de hierro por antonomasia, aunque algunos diarios fueron más “creativos” al denominarla La revolucionaria de hierro (El País, 9-04-2013).

Ana Patricia Botín fue La banquera de hierro, “la mujer más poderosa de España” a quien también se calificaba de dura, ambiciosa y hermética en el dominical de El País del 21-02-1999. Y hasta Irene Sáez fue La Barbie de Hierro (La Vanguardia, 01-02-98) porque aspiró en su momento a la presidencia de Venezuela, aunando en el mismo estereotipo su condición de “muñeca” (fue Miss Universo en 1981) con la dureza del metal, es decir, la ambición de pretender ser presidenta de su país. Y las mujeres de hierro se van sucediendo sin solución de continuidad: La dama de hierro llega a los juzgados (El País , 29-11-2006) para referirse a la Consellera Montserrat Tura, o Rita, una dama de hierro , (El País , 14-12-2006) para hablar de la ministra de inmigración holandesa Rita Verdonk. Parecidos titulares que apelan a la dureza, y que incorpora cierto tono irónico o impertinente es Legionaria “Superstar” en El Mundo del 13 de julio de 2008, para hablar de Ingrid Betancourt al ser condecorada en París. O El regreso de la Zarina (La Vanguardia, 13-07-2008), que también tiene resonancias autoritarias sin justificar. La Dama de Hierro vende su preciada arma (El País , 29-06-2011) sobre el bolso de Margaret Thatcher, que como he comentado fue la primera mujer a la que se aplicó tal calificativo y de la que se ha hecho una película precisamente llamada The Iron Lady , protagonizada por una soberbia Meryl Streep. Christine Lagarde, una dama de acero y seda califican en El País (3-06-2012) a la presidenta del Fondo Monetario Internacional aunando la suavidad de un tejido con la dureza del metal, muy al estilo de lo que, como he dicho más arriba a propósito de Condolezza Rice, se suele decir de una mujer que muestra cierta firmeza. El poder de “Madame Átomo” (La Vanguardia, 10-11-2009) donde no sabemos si se refiere a la poderosa hormiga o a la presidenta de una gran compañía nuclear francesa. En la larga entrevista de 3 páginas que Juan Luís Cebrián hizo a Dilma Rousseff (El País , 18-11-2012) bajo el título de Dilma, la fuerte el veterano periodista no puede evitar decir de ella que “si no existiera ya en la Historia una Dama de Hierro, quizá alguien se hubiera atrevido a sugerir este apodo para ella”. En toda la entrevista se refiere a la presidenta de Brasil como Dilma , mientras que al anterior presidente lo llama Lula, no Luiz Inácio. De “guerrera” califican a la líder del sindicato más importancia de América latina (La “guerrera” que retó al presidente en El País, 28-02-2013), que casi es tan contundente como ser de hierro.

Como se puede observar, de entrada se oculta la acción concreta por la que estas mujeres son noticia, aunque se ponga de relieve en el subtítulo o antetítulo, con lo que de leer sólo el título nos quedaríamos sin saber de qué mujeres se habla y por qué se habla de ellas. ¿Y por qué a estas mujeres se las cataloga como damas de hierro ? Porque tienen que hacer frente a decisiones duras o porque ejercen su mandato con lo que se considera cierto “carácter”, lo que no es ni más ni menos que reforzar los atributos convencionales atribuidos a las mujeres: sensibilidad, comprensión, menor dureza, flexibilidad, etc. Si estas mujeres son fuertes y firmes, y no responden al cliché convencional, es porque en cierta manera esas mujeres duras están traicionando la naturaleza que se les adjudica por el hecho de ser mujeres.

Las mujeres gobernantes (o en cualquier otro ámbito con responsabilidades) están para mandar en un mundo con un sistema patriarcal de ejercer el poder inventado por los hombres, y por tanto ya es hora de que no se continúe insistiendo en estas trasnochadas metáforas que lo que hacen es seguir reproduciendo los viejos y caducos estereotipos sobre las mujeres. Señora presidenta. Fría, preparada, calculadora, Hillary Clinton es la primera mujer que planea concurrir a la jefatura de la superpotencia planetaria El País, (21-01-2007) ¿Y cómo debería ser, dulce, sumisa, mojigata y complaciente?

Son viudas negras

Esto de ser viuda da para mucho. Yo siempre he mantenido que es el estado civil ideal de la mujer. Este recurso a la viuda negra se ha utilizado en otros momentos, siempre que ha habido un crimen (o intento de asesinato) cometido por una mujer con evidentes intenciones de aprovecharse de la muerte del marido, como por ejemplo: La viuda negra portuguesa (El Mundo , 25-04-08). En el caso que reproducimos, nada se dice de la acción concreta protagonizada por esa araña, salvo que es portuguesa, o La “viuda negra” de Mont-Roig (El País , 12-09-2009) para hablar del triste y patético caso de una mujer a la que se acusaba de estafar y maltratar a ancianos. En 2010 dos muchachas suicidas provocaron un brutal atentado en el metro de Moscú con un resultado de 38 muertos. A estas mujeres todos los medios las apodaron “las viudas negras”, escudándose en que son “esposas, hermanas o hijas” de los insurgentes chechenos abatidos por el gobierno ruso: Las “viudas negras” desafían a Putín con atentados suicidas (El Mundo , 30-03-2010). Los días siguientes continúan los titulares: Las “viudas negras” escaparon al cerco (31-03-2010), o Las viudas negras del metro de Moscú eran unas adolescentes, se titula en portada mientras que en el interior se reitera: Los maridos de las “viudas” fueron abatidos por Rusia hace pocos meses (3-04-2010). Dos mujeres suicidas causan una matanza en el metro de Moscú , titula en primera página El País , (30-03-2010), aunque el páginas interiores recurre también a la misma fórmula: Las “viudas negras”, la nueva arma de los terroristas. Hay que recordar que estos atentados no son los primeros cometidos por mujeres chechenas: Dos mujeres comenten el primer atentado suicida en Chechenia contra las tropas rusas (La Vanguardia 8-06-2000), y entonces nadie las llamaba “viudas negras”.

Si se recuerda bien, la viuda negra es una araña que a veces se come al macho después del apareamiento, por lo que esta metáfora (también fosilizada, como tantas otras) tiene unas connotaciones sexuales e incluso sancionadoras evidentes.

Son muñecas, niñas, novias ...

Buscando metáforas elogiosas con las que comparar a las mujeres protagonistas de la información aparecen con frecuencia las palabras niñas , chicas , muñeca , mamá , novia, vedette, sex-symbol etc. Todo lo cual me parece como una especie de juego donde se utilizan los ingredientes más obsoletos para hablar de actuaciones de mujeres aquí y ahora. Por ejemplo, Mamá Jones acelera de nuevo (El País, 17-07-2006). La Mamá Clijsters gana el Open de EEUU (El Mundo.es, 14-09-2009), La niña prodigio del golf (El País, 5-10-2005), Tutoras para las niñas prodigio (El País, 9-11-2007) en la que se apuesta por madrinas para evitar que “las jóvenes tenistas se descontrolen”, y, entre otras, se habla de Ana Ivanovic, que tiene 20 años a la que se alude como “una niña metida a tenista”. Si a los 20 años las jóvenes tenistas, que están en la cúspide de la profesión, son niñas y a los 29 son viejas (Recordemos el ignominioso titular de La final de las arrugas ) ¿cuándo se las va a considerar simplemente jugadoras de tenis? En cualquier caso la edad de estas deportistas está en consonancia con la tendencia actual, en la que las grandes figuras del deporte cada vez son más jóvenes. Edurne Pasabán es La novia de las altas cumbres (20 Minutos, 8-10-2008) y como Una sex-symbol al volante , presentaban a Danica Patrick (El Mundo.es 22-04-2008) de la que dicen que “ha generado más portadas por su físico que pos sus éxitos en la pista”.”Morena, atractiva, mirada dura, coqueta ante las cámaras” la corredora ha tenido que luchar mucho – dicen– para que la tomen en serio en su deporte, ya que hasta ahora era sólo una imagen de reclamo habitual en las revistas masculinas de Estados Unidos. A Madeleine Albright, a la que ya se refirieron como “la mujer de hierro de Clinton” la comparan ahora con Una maestra de la diplomacia del broche en un enigmático título que se aclara para explicar que “las joyas en la solapa de la ex-canciller de EEUU tenían mensaje” (El Mundo, 8-10-2009). ABC (9-05-2009) dice que hay Una “Cicciolina” contra el republicano libertino, y es “una estrella porno demócrata” que se plantea competir en Lousiana con un ultraconservador” que además frecuenta prostíbulos de lujo. La chica que dibujaba portadas que dan miedo (El Mundo , 08-04-2010) es una ilustradora y cantante que no merece permanecer en el anonimato al que la condena el diario al no utilizar su nombre propio en el titular. Digamos que esa chica se llama Carmen Burguess. La pantera se come al cisne (El País 14-11-2011) para hablar del enfrentamiento de gimnastas con estilos diferentes. Vivan Girls: las chicas son guitarreras (El País, 20-01-2011) o Guerreras esculpidas en bronce (El País, 12-08-2012) donde se da cuenta de la victoria de la medalla obtenida por el equipo de balonmano en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Por no hablar de La Madonna de Silicon Valley (El País, 22-07-2012). Niñas, muñecas, estrellas, panteras, cisnes, guitarreras, guerreras, madonnas...

Lo que se puede colegir de todo lo que llevo dicho hasta ahora es que a las mujeres se les escatima el nombre propio al hablar de ellas, buscando metáforas y comparaciones sugerentes (aunque muy reiterativas y recurrentes) que lo único que consiguen es ocultar la acción de esas protagonistas en concreto, que desaparecerán de la escena pública sin permanecer en la memoria de los lectores, ya que apenas si pueden recordarlas. Ellas no hacen nada. Ellas simplemente son algo.

Información con sanciones de género

Ella es. Él hace. Ella permanece. Él se mueve. Ella es atributo. Él verbo. Ella es objeto estático. Él sujeto dinámico. Ella recibe un don, una prebenda. Él consigue con su esfuerzo, con su afán. A ella se lo regalan.

Pero ser representado (o juzgado, que viene a ser lo mismo) por lo que se es o por lo que se hace es diferente. La acción implica cambio, posibilidad de rectificar, evolución, dinamismo. El ser no cambia, permanece, no permite la posibilidad de rectificar. La reina siempre sigue siendo reina, independientemente de los logros que haya obtenido.

Fijémonos, por ejemplo, cómo el verbo puede inducir a pensar algo que en realidad no ocurrió: Así acabó Kristen con el Sheriff Spitze (El País 16/03/08), donde todo parece implicar que la protagonista (una prostituta) con su acción planificada hace caer al político estadounidense. Sin embargo, quien hace caer al político (vean el verbo que se utiliza, acabó ) no es la prostituta, como parece implicar el verbo, sino una investígación llevada a cabo por el FBI y la fiscalía. ¿Mero recurso periodístico o una clara sanción de género? A todo esto, en la segunda página hay un despiece titulado Cuerpo de 7 diamantes , donde se da cuenta de la entronización de la prostituta a raíz del escándalo, con una foto sexy de su web.

Detengámonos ahora en la noticia de El País (7-03-2010) titulada: Catherine Asthon, ese error. Como subtítulo lleva esta aclaración: “A los tres meses de hacerse cargo de la política exterior de la Unión Europea los Estados ya se plantean limitar los daños de su trabajo y reconducir la situación”. Ese contundente título con el que se juzga su elección proviene de lo dicho por una fuente, que además se mantiene en el anonimato. Es decir, el periodista eleva a la categoría de título (y por tanto lo asume como propio además de convertirlo en un hecho objetivo) lo que no es sino la opinión que del trabajo de “la baronesa Asthon” como no dejan de identificarla, tiene una de las fuentes que ha utilizado. De ese modo la descalificación trasciende la opinión personal de un individuo para constituir un hecho incuestionable. Por otra parte, “ese error” ha sido percibido sólo tres meses después de su nombramiento. El mismo día fue nombrado también Herman van Rompuy como Presidente del Consejo Europeo, pero sobre él no hay ningún balance ni positivo ni negativo. Por tanto la pregunta es ¿tan nefasta ha sido la gestión de esta mujer en sólo tres meses de ejercicio del cargo? ¿O es que las mujeres tienen que satisfacer inmediatamente las mayores expectativas sin posibilidad de error? ¿Se juzga más severamente a las mujeres en los cargos, o es que realmente “no están” preparadas para ejercerlos? como defienden aquellos que tras nombrar a una mujer siempre dicen que “no se trata de que sean mujeres u hombres, sino si están preparadas o no para ejercer esos puestos”. ¿Por qué esa pregunta nunca se formula cuando son los hombres los designados? ¿Se da por supuesto que todos los hombres lo están? ¿Quién determina, además, que el nivel de “preparación” necesario para ejercer un cargo sea suficiente? ¿Estuvieron suficientemente preparados para ser presidentes de gobierno Bush, Berlusconi, Putin, Sarkozy, Aznar, Zapatero. ¿Lo está Rajoy? El problema no es que se exija que las mujeres tengan que estar preparadas, sino que la exigencia de la preparación sólo se pone de relieve en el caso de las mujeres, cuando se trata de hombres no se plantea nunca esta objeción. Y eso sólo quiere decir una cosa: que a las mujeres se les cuestiona su legitimidad para ocupar cualquier cargo mientras a los hombres se da por supuesto que los pueden ejercer sin tener que demostrar nada.

A veces la sanción de género no es por la apariencia, y va más allá, rozando la grosería o el insulto, poniendo de relieve la inadecuación, la incompetencia o haciendo explícitas comparaciones peyorativas sobre el aspecto: ¿Tenistas o boxeadoras? se cuestionaba el diario 20 Minutos (9-02-2005) ante una fotografía de Jennifer Capriati en la que se le marcaban los músculos durante un partido de tenis, o Los músculos como arma (20 Minutos, 9-02-2005) donde se hablaba con cierto retintín de las sospechosas masas musculares de las tenistas. O esta perla ya citada que debería entrar en los anales de la historia de los titulares: La final de las arrugas (El País, 3-06-2011) para referir el encuentro entre las tenistas Francesca Schiavone de casi ¡31 años! y Na Li de 29. Si esto no es una sanción de género o un puro insulto para estas dos mujeres tenistas que venga Dios y lo vea. Roger Federer tiene también 31 años y nadie se ha referido a él como si fuese un anciano. La izquierda también viste de Gucci (El País, 17-09-2011) da cuenta de las críticas hacia Helle Thorning-Schmitd, una política que presidirá el gobierno danés, de la que se dice casi de todo menos que ha ganado las elecciones. Para enterarse de esto hay que leer casi todo lo relativo a la desconfianza hacia “aquella joven rubia de tacones altos y trajes caros que no había pasado por los cauces normales en el partido” de la que no obstante se destaca que “será la primera mujer que presidirá un gobierno danés”.

Y qué decir de la manera en que se habló de Wendy Deng Murdoch el verano de 2011 en relación al escándalo del magnate de la prensa: La bella ambiciosa que llegó de China (La otra crónica de El Mundo 23-07-2011) o La tigresa de los comunes (La Vanguardia 2-07-2011).

Tratamiento irreverente

Mención aparte (aunque relacionado con lo anterior) merece el tratamiento familiar o irreverente que reciben las mujeres, no importa el nivel político, cultural o social al que hayan llegado. Como ejemplo, veamos estos titulares: (por orden de antigüedad)

El estilo Ségolène (El País Semanal , 9-07-2006), Todo vale contra Ségolène , (El País , 12-11-2006), Ségolène se lanza a lo grande (El País 19-11-2006) Todos contra Ségolène (El País , 27-09-2006), Ségolène comienza su carrera hacia el Elíseo (ADN, 27-11-2006) títulos previos a la campaña por la presidencia francesa, y ya antes de las elecciones El chic de Ségolène y la sobriedad de Sarkozy (El País , 29-04-2007); No hay compasión con Marion (El País , 7-10-2007), Cristina tiene el viento a favor (El País , 28-10-2007). Un misterio llamado Cristina (El País , 28-10-2007), Cristina, presidenta de Argentina (El País , 29-10-2007); Sonsoles entra en escena (El Público 26-11-2007), Ségolène comienza su carrera hacia el Elíseo (ADN , 27-11-2007), Condi modera a Bush (El País , 2-12-2007) Los demócratas se plantean si hay que votar a Hillary sólo por ser mujer (El País , 4-02-2008); Hillary se la juega en Tejas y Ohio (El País , 5-03-2008), El “huracán” Cristina se enfrenta a su gran reto (El País , 30-03-2008), Las armas de seducción de Carla (El País , 30-03-2008), La potencia de Michelle (El País , 09-04-2008), La amenaza es Esperanza (El País , 13-04-2008), ¡SOS 1ngrid sigue viva (El País , 13-04-2008), La ambición de Hillary puede arruinarlo todo (El Mundo , 25-04-2008), La reinvención de Hillary (Suplemento Cultura/s de La Vanguardia , 28-05-2008), Hillary anuncia que mañana retirará su candidatura (20 Minutos , 6-06-2008), Hillary anunciará mañana su retirada en Washington (Qué , 6-06-2008), “Si Hillary se va, votaré a McCain ” (El País , 25-06-2008), El huracán Ingrid sorprende al mundo (El País Domingo , 27-07-2008), Annika deja los palos (El País , 24-11-2008), Carla, de sorpresa en sorpresa (El Mundo , 28-04-2009), La comida de Sonsoles y Carla (El Periódico , 29-04-2009), Camilla se suma al frente de acoso contra el “premier” Gordon Brown (ABC , 7-05-2009), Michelle y “la presidenta Clinton” (El País , 12-03-2010), Samantha vuelve a ser el símbolo del cambio tory (El Mundo , 23-03-2010), El cumpleaños de Naomí (El País , 29-03-2010), Dilma se lanza a la carrera presidencial (Público , 01-04-2010), Dilma baja en las encuestas, pero sigue por delante (Público 28-09-2010) Michelle recoge lo que siembra (El País , 3-04-2010). El Universal (México) del 7-10-2010 titulaba Michelle, la mujer más poderosa: Forbes , para referirse a la lista de las 100 mujeres más poderosas del mundo, cuyo primer lugar estaba ocupado por Michelle Obama. Eso por no hablar del familiar Dilma con el que se refiere toda la prensa mundial a la presidenta de Brasil: Dilma ya lidera la carrera por la sucesión de Lula (El Mundo , 25-06-2010), O Superpresidenta Dilma (Suplemento Domingo de El País, 16-10-2011). Incluso en diarios extranjeros se usa el mismo estilo: Dilma estreia-se ao lado de Lula entre os principais líderes mundiais (en el portugués Público , 11-11-2010), Gana Dilma, pero irá con Serra en segunda vuelta (en el mexicano La Jornada, 4-10-2010) y Dilma sale a la calle a recabar votos (en el también mexicano El Universal, 7-10-2010).

Por otra parte, es curioso que hasta dos columnas de opinión publicadas en el diario ABC (21-04-2010) recurren la una al título “metafórico” de La princesa enjaulada , y justo al lado la otra columna titulada Desenjaulemos a Sonsoles . Marta declarará como imputada (El País, 16-10-2010) sobre los problemas judiciales de Marta Domínguez; A Cristina le sienta bien el negro (El País , 3-07-2011), El último desafío de Mireia (El País, 31-07-2011) reza un titular sobre la participación de Mireia Belmonte en los mundiales de natación de Shangai u otros en el mismo diario sobre Natalia Rodríguez: Natalia, una luz entre las tinieblas (29-08-2011) y Natalia y la justicia poética (20-09-2011) o Pepa también es de cemento (El País, 26-11-2011) . Y en un despiece de El País (4-02-2011) a propósito del acuerdo entre gobierno y sindicatos en España, que era elogiado por la Canciller alemana, se introducía un despiece que decía El “efecto Ángela” llega a las academias . Mireia contra el miedo (El País 24-07-2011); Catalina pasa revista a las tropas (El País 26-06-2011), La redención de Marta, la gran opción para el estadio (El Mundo , 26-07-2011). Cristina en su apogeo (El País, 23-10-2011), La papeleta de Ana y Elena (El Correo , 5-11-2011), La confesión de Condoleezza (El País, 7-11-2011), Letizia rediseña la corona (El País , 15-09-2012). El nombre propio se utiliza incluso en textos de opinión y entrevistas: Cristina fracasa (editorial de El País , 19-07-2008), Los retos de Dilma, Sale Lula, entra Dilma artículo de opinión y editorial, respectivamente de El País (2-01-2011) Dilma, la fuerte (El País, 18-11-2012) una muy correcta entrevista de Juan Luís Cebrián a la presidenta de Brasil, pieza que, sin embargo, se encabeza con ese informal nombre propio.

En todos estos titulares Hillary, Condi, Condoleezza, Esperanza, Ingrid, Cristina, Carla, Camilla, Marion, Sonsoles, Ségolène, Michelle, Annika, Marta, Ana, Elena, Mireia, Natalia, Pepa, Ángela o Dilma son mujeres o bien con importantes cargos políticos o con cierto peso en la escena política, cultural o deportiva de alto nivel. Y todos tienen en común que además de la irreverencia que significa nombrar a estas mujeres por su nombre de pila, en la mayoría de los casos no se informa de nada , ya que al utilizar estos titulares metafóricos, nominales, se escatima qué es lo que ha ocurrido y por qué es noticia el hecho sobre el que se informa.

¿Hace falta aportar más pruebas? ¿Hace falta señalar que a ningún político se le llama Bill, ni Nicolás, ni Silvio, ni Juan José, ni José María, ni José Luís, ni Mariano, ni George, ni Vladimir? El único hombre al que he visto llamar en la prensa sólo por su nombre ha sido a Luís (Aragonés) con motivo de la victoria de España en la Eurocopa 2008.

Esto es lo que yo denomino un tratamiento irreverente, donde incluyo las noticias que dan un trato familiar y casero a mujeres con cargos importantes, y las que introducen un tono jocoso y frívolo improcedente. Esta manera informal de referirse a las mujeres que ostentan cargos preeminentes lo que hace es introducir un clima familiar, que en definitiva implica una menor deferencia y respeto, ya que se las trata como si fuesen conocidas nuestras, vecinas o amigas a las que se les da un trato cordial y amistoso.

Este tratamiento irreverente no es exclusivo de la prensa de nuestro país. Con motivo de la visita de Nicolás Sarkozy a Inglaterra en 2008 toda la prensa europea se hizo eco de los encantos de Carla Bruni, y concretamente en The Sun (26-03-2008) titulaban Mrs. Starkerzy arrives in Britain, donde además publicaban una foto de Carla Bruni desnuda de cuando era modelo.

Se introduce una manera de infantilizar a las aludidas, con lo cual se le resta importancia a su cargo. De alguna manera es como considerarlas siempre menores de edad, personas asequibles que no nos merecen el mismo respeto que les otorgamos a sus homólogos masculinos, a quienes nunca se refieren los medios de esta manera. “Papá, me van a nombrar ministra” titulaba El País (13-04-2008) el nombramiento de Bibiana Aído. ¿No es como la niña a la que le compran unos zapatos nuevos y llama alborozada a su padre para decírselo? ¿Estaba allí el periodista para afirmar que fue esa la frase que dijo a su padre? y aunque así hubiera sido, ¿era la frase más relevante para situar en la cabecera de una página entera junto a la foto de la ministra hablando por teléfono?

La selección de futbol de Zahia (El País, 25-04-2010) da cuenta del caso de dos jugadores de futbol que supuestamente tuvieron relaciones con una mujer, a la que el periódico llama “prostituta” y “meretriz”, y que al parecer era menor de edad.

El País no es el único diario que utiliza esta práctica reiteradamente, más zafio aún es el titular y el reportaje que El Mundo (2-05-2010) dedica al mismo caso: Escándalo con dos balones . Ambos textos se ilustran con una foto de la joven donde destacan sus promitentes pechos. ¿Era esta una información relevante y era necesaria esta comparación tan zafia entre los senos de la mujer y los balones?

Irreverente e impertinente me parece por ejemplo La mujer que susurra a Obama (El País 28-04-2010), para referirse a la labor que desempeña la secretaria personal del presidente americano, donde el verbo “susurra” adquiere unas connotaciones totalmente sibilinas, además de poner de relieve que “formada en el Wellesley College, maneja, a sus 27 años, la agencia del Despacho Oval”. ¿Es que acaso el sentido último es recordar el paso de alguna becaria por este famoso despacho? Como irreverente me parece Sarah Palin “for president” (El País, 28-11-2010). O este críptico título La crisis de la manicura francesa (El País, 28-07-2011) cuyo título nos indica que “Mireia Belmonte falla también en 200m mariposa y debe mejorar su consistencia mental” pero no sabemos si esa consistencia depende del acabado de sus uñas o no. Misterio. Por muy creativos y ocurrentes que puedan parecer, estas fórmulas que hemos visto en los párrafos anteriores introducen un tono jocoso que restan credibilidad y seriedad a los temas de los que trata la noticia, y que da la casualidad que siempre están protagonizados por mujeres, además de escatimar la información real de lo que se pretende contar.

Los periodistas aducirán que no es falta de respeto o consideración, sino recursos periodísticos para llamar la atención, ya que los titulares tienen que ser atractivos para la audiencia. ¿Creatividad? Por supuesto, pero zafiedad, grosería, irreverencia y mal gusto me parece que no son precisamente muestras de un gran talento periodístico. Desde mi punto de vista estas fórmulas periodísticas que se utilizan sobre todo para hablar de mujeres introducen un elemento claramente peyorativo, discriminatorio y si me apuran, misógino. Además, no diferencian en nada el periodismo que se supone pretende ser serio del periodismo que suele ser propio de la prensa de corazón.

Tratamiento vicario

Otro mecanismo muy utilizado por los periodistas para hablar de las mujeres es lo que se denomina “tratamiento vicario”, que es aquel que se otorga a la persona en virtud de su estatus civil, su parentesco o su relación con otra persona, que a la postre deviene más importante en sí misma que la persona de la que se habla. Es decir, sin la persona “interpuesta”, seguramente no habría noticia. Se recurre al nombre, la fama o el protagonismo de una persona para hablar de otra. En los textos que he citado antes se recurre a este tratamiento vicario reiteradamente.

Por ejemplo, también vimos el título referido a Sandra Ávila: Reina entre dos fuegos. Novia, amante y esposa de capos y policías, Sandra Ávila habla desde la cárcel en México (El País, 7-09-2008). Más que por ella misma, lo importante es la relación mantenida con todos esos hombres. Consecuencias de un idilio sonado: La mujer del líder del Ulster forzada a renunciar a todos sus cargos (El Periódico, 11-10-2010), Mrs. Robinson vive en Belfast. La esposa del exministro principal del Ulster protagonista de un escándalo político-sexual, es famosa por su extremismo religioso y puritanismo reza la cabecera completa de El País (10-01-2010), y La Vanguardia no puede quedarse atrás y titula: Crisis personal, crisis política. El “premier” del Ulster deja el cargo a causa de la infidelidad de su mujer. Y en un despiece ilustrado con una foto del matrimonio en actitud risueña Retrato de Mrs. Robinson: Puritanismo, seducción, sexo y caída. Dado el apellido de esta mujer, las referencias con la película de El Graduado (1967) y su canción fetiche, Mrs. Robinson, son más que evidentes, sobre todo si se tiene en cuenta que la infidelidad fue, supuestamente, con un chico de 19 años.

Más reciente, se habla de Clegg acerca a Cameron a Downing St. y en un recuadro: “...Y su esposa Miriam se fractura el codo” (El Mundo , 26-04-2010). El País (25-04-2010) bajo el epígrafe de Elecciones en Reino Unido tras dar cumplida cuenta de ellas, dedica una página completa a las “esposas” de los principales líderes en liza: Miriam González: El ancla espiritual del candidato ateo; Samantha Cameron: Lujo, bohemia y los pies en el suelo; Sarah Brown: la consejera que humaniza al líder. Tres amplios perfiles de tres esposas que destacan lo que ellas aportan a sus maridos, no lo que ellas hacen por sí mismas. Aún está por ver los retratos de las jefas o líderes políticas con los retratos al lado de sus esposos.

En otra ocasión, el titular en la sección de Economía dice así: Acciona ficha de consejera a la esposa de Nick Clegg (El Mundo, 9-06-2010) donde nuevamente se recurre a este tratamiento vicario que oculta el nombre de la protagonista para resaltar el de su esposo.

La viuda que hundió a Gordon (El Mundo 2-05-2010) tema al que se dedica una página entera a una mujer que tuvo al parecer influencia en la caída del primer ministro británico, pero se la presenta por su estatus civil: la viuda. Este tratamiento vicario oculta el nombre propio de la persona que protagoniza la noticia y lo sustituye por el parentesco o lazo que la une a otra persona que, en definitiva, deviene la importante. No sólo es más importante la relación con otro, sino que esta fórmula provoca lo que ya he dicho en otras partes de este texto: imposibilita recordar el nombre de esas mujeres de las que se habla por persona interpuesta. Así, una vez tras otra, nunca seremos capaces de identificar quienes son, ni qué han hecho, porque no recordaremos sus nombres.

Acumulación de vicios este Princesa de cabaret titular con el que La Vanguardia (09-06-2010) se refiere a Clotilde Courau, de la que aclara que es esposa de Filiberto de Saboya , razón por la cual seguramente ha sido noticia, porque si no ni siquiera nos hubiéramos enterado que era una “estrella del Crazy Horse”. O La batalla de las esposas (El País, 20-10-2012) donde se da cuenta de los diferentes estilos de Michelle Obama y Ann Romney (“del brócoli a los caballos”) en las elecciones americanas de 2012 donde evidentemente se enfrentaban Barack Obama y Mitt Romney, no ellas. Todo el primer párrafo del texto se dedica a explicar el atuendo que llevaban y los precios de sus vestimentas.

Un tratamiento vicario un poco diferente es aquel en el que a la protagonista se la compara con un hombre, como por ejemplo Isinbayeva, la Bubka femenina, en los Campeonatos de Europa en Madrid (2005), “Eres nuestra Gasol” (6-10-2006), La réplica femenina de Phelps en los Campeonatos del mundo de natación o Juicio a la Mandela de Myanmar (19-05-2009) todos extraídos de El País, o Faryl Smith, la pequeña Pavarotti (La Vanguardia 11-03-2009) títulos todos muy elogiosos pero con un problema: se oculta, en algún caso, de qué mujer concreta se está hablando y en todos no sabemos a quién atribuirle el mérito si a ella o a él.

Tratamiento frívolo

Se observa que a las mujeres no sólo se las trata de manera más metafórica sino que copan las secciones digamos más frívolas de los medios: las páginas de Gente están llenas de mujeres que se divorcian, que reclaman dinero a sus ex-maridos, que tienen problemas conyugales, que despilfarran fortunas, que se casan o se separan, que batallan por herencias, que son o tienen amantes etc. En estas secciones abundan mucho más las mujeres, cosa que contrasta con su escasez en otras más serias , como internacional, política o economía. Este tratamiento irreverente repetitivo y reiterado da la imagen de que las mujeres son volubles, cambiantes, ambiciosas, cargantes, manirrotas, derrochadoras, caprichosas, cotillas, infieles, veleidosas, puñeteras, y un sinfín de adjetivos más que no hacen sino reforzar los viejos estereotipos sobre la “naturaleza femenina”. Rica, sexy y mecenas. La compañera sentimental del millonario ruso Abramovich promueve el más innovador proyecto artístico de Moscú (El País Domingo, 28-09-2008); La desaprensiva Fiona (El País, 17-02-2008), Antes del anillo, mira su pasado. El FBI detiene a la prometida del jugador de baloncesto Dirk Nowitzki (El País, 10-05-2009), El tesoro escondido de los Agnelli. Margherita, hija del patrón de Fiat, niega que se repartieran 1.400 millones de la herencia repartidos en paraísos fiscales (El País, 12-06-2009); Sexo y millones en el juicio del banquero. Comienza en Ginebra la vista contra la amante del millonario Edouard Stern (El País 11-06-2009); El banquero, la amante y un millón de dólares (El País, 14-06-2009).

Jenifer Aniston, estrellato y...peluquería (Sección de Cultura de El Mundo , 31-03-2010), donde se introduce un despiece titulado “Gerard Butler, de “300” a 3.000 ” que insinúa pero no aclara a qué se refiere con esas cantidades, y que lo único que hace es especular sobre las relaciones entre Butler y Aniston. La pieza podría perfectamente estar publicada en Pronto.

El diario El Mundo ha introducido en su última página un texto cotidiano bajo el título El zoo del siglo XXI donde suelen aparecer relatos protagonizados por mujeres, entre los que extraigo los siguientes todos del 2009 a 2012: La amante del showman. Desconocida hace 15 días, protagoniza el triángulo amoroso que ha puesto contra las cuerdas a David Letterman y provocado la detención de su marido (9-10-2009) La enfermera cazafortunas , Republicana, triunfadora e ¿infiel ; Muy guapa para ser banquera o Una “vedette” entre burócratas , para referirse a la nueva ministra japonesa, que fue modelo y rompe el perfil aburrido de la política nipona con su atrevido estilo y su lenguaje franco y directo; La espía que sedujo a la oposición (ilustrada con una gran foto de la supuesta espía enseñando las nalgas); La culpable de una ruptura real , La amante del ministro hipócrita , Una “sexóloga” en potencia , El “topless” del laborismo que se amplía en el subtítulo con esta imprescindible información: “La entrevistadora favorita de Blair se presenta a las elecciones tras haber posado medio desnuda a los 15 años para una agencia de modelos” (Posó en 1988 y la información sale el 29-03-2010), La esposa perfecta se divorcia

(El Mundo 2-06-2010 ) para hablar de la ruptura de “Al Gore y su mujer tras 40 años de matrimonio”, La dominatrix más perversa (29-06-2010) para dar cuenta de la muerte de un cliente durante una sesión de sado-masoquismo. La desbordante delantera guaraní (1-07-2010) sobre el “imponente escote” de una modelo paraguaya; entre otros textos de este cariz, donde se mezcla información ligera y seria convertida en un espectáculo frívolo y vergonzoso. Demasiado “sexy” para un palco (28-06-2012) para exponer las críticas que la Federación Alemana de Fútbol dirige a la novia de un jugador por usar minifaldas o escotes atrevidos. Diva, rebelde, rica y hasta el moño : estridente, indecorosa, sexy, la reina del nuevo soul sobrevive a su corona en una espiral de excesos y genialidad” así presentaban a Amy Winehouse en 20 Minutos (25-05-2009) a la que como vemos no pueden dejar de denominar reina . Y es que este tipo de titulación no es privativa de ningún medio concreto, sino que se extiende por todos a la que les prestes un poco de atención. Desde hace un tiempo el mismo diario El Mundo incluye los sábados un suplemento que denomina “La otra crónica” que emula perfectamente la información “rosa” y sensacionalista de los programas de la mejor telebasura de televisión. En este suplemento abundan los textos protagonizados por mujeres. Concretamente, durante los meses de mayo y junio de 2010 en cuatro de los suplementos se dieron en portada estas noticias:

Primer suplemento: Samantha Cameron, la pija rebelde que ocupará Downing St. , Ibranovic/Piqué la compenetración de dos futbolistas , Naomí Campbell, la fiera indomable cumple 40 años en lo más alto y como noticia principal: Isabel Pantoja, dispuesta a pagar para no ir a la cárcel (La Otra Crónica , 8-05-2010).

Segundo suplemento: Carla Duval continúa su lucha contra el cáncer ; Lola Flores, se cumplen 15 años de su muerte ; Patricia Rato, la guerra por su divorcio no ha hecho más que empezar ; Baronesa Thyssen, Borja, las mellizas y la paternidad “secreta” ; y como noticia principal: Doña Letizia, y al sexto año, “reinó” . (La Otra Crónica , 15-05-2010)

Tercer suplemento: Lena Meyer, la niña tímida de Eurovisión, desnuda en Alemania ; Princesa Letizia, tan amiga de Isabel que hasta le busca novio ; Sara Carbonero, periodista y novia ¿Despistará al portero Casillas? Y como noticia principal: Jacob Zuma, el engañador engañado con el guardaespaldas . (La Otra Crónica , 5-06-2010)

Cuarto suplemento: Doña Sofía combate el estrés con acupuntura , Fabio Capello, el seleccionador lleva 40 años casado . Danielle Steel , “la escritora es una gran coleccionista de maridos (cinco), de hijos (nueve) y también de zapatos (6.000 pares)” que como se ve pone al mismo nivel a los maridos, los hijos o los zapatos. Luís García Cereceda, disputas familiares en el último adiós y como noticia principal Belén Esteban, 1,2 millones, gana lo que el gobierno entero. (La Otra Crónica , 12-06-2010)

Como se puede observar, presencia abrumadora de mujeres protagonistas de la información ligera, que es la misma que esa semana llevaba Hola, Semana o Diez Minutos. Por si este cúmulo de información rosa o frívola no fuera suficiente El Mundo edita El Magazine los domingos, con una gran presencia femenina tanto en portada como en el interior. A título de ejemplo, portadas de los números siguientes: Una periodista encerrada en un corsé (28-03-2010) con foto sexy de Berta Collado; Rubias, por fin sabemos por qué vuelven locos a los hombres (16-05-2010) con foto sexy de Mar Saura; Culomanía, sobre el auge del trasero, con una gran foto sexy de las nalgas de una modelo (20-06-2010) o El bikini, instrumento de tortura , con una espectacular foto de la actriz Dafne Fernández vistiendo esta minúscula prenda (20-07-2010).

La Vanguardia incluye gran información rosa en sus páginas salmón, donde también abundan los rostros femeninos, y El Periódico de Catalunya incluye con frecuencia amplia información del mundo del corazón. La sección Gente de El País empezó siendo una pequeña columna en la última página y ahora ocupa casi dos, donde como hemos visto también las mujeres son protagonistas con mucha frecuencia. Y para acabarlo de rematar, el mismo diario El País ha incorporado desde septiembre de 2011 unas páginas de “crónica social” titulada Revista sábado que se parecen muchísimo a “La otra Crónica” de El Mundo , donde “se diseccionará cada semana a las grandes personalidades” según rezaba su publicidad. Qué curioso que en estas páginas abunden “las personalidades” femeninas, envueltas casi siempre en líos amorosos, de separaciones, disputas por herencias, relaciones conflictivas con hijos o familiares, sagas empresariales con problemas etc. que contrasta clamorosamente con la ausencia de esas “personalidades femeninas” en el resto del diario y presentado con un tono ligero y frívolo que dista mucho de las pretensiones de información rigurosa y seria que nos han querido convencer han sido siempre sus señas de identidad. La última iniciativa de El País con su suplemento femenino S Moda (del que ya he hablado) y sus páginas de crónica social imitando a El Mundo era lo último que me esperaba, pero ya lo dice el refrán, vivir para ver. Como ejemplo del tratamiento en esas páginas del sábado veamos este titular: Gulnara Karimova: se acabó la fiesta para “Superbabie ” (El País, 24-11-2011) o Y la cortesana puso Francia a sus pies (El País, 25-08-2012) refiriéndose a la “exprostituta” Zahia Dohar de quien se dice que rentabiliza su nuevo estatus de diva de la moda. (Véase el mismo caso en el epígrafe sobre Tratamiento irreverente ). Si alguien piensa que todos estos titulares son antiguos, puedo acabar este epígrafe con el texto dedicado a El sable más sexi de Maduro (El País (25-04-2013) en cuyo título leemos “Modelo, esgrimista olímpica, odontóloga y ahora ministra”. ¿Quién es este dechado de virtudes? Pues hay que leer la noticia con detenimiento para saberlo, y entre otras cosas nos enteraremos de que posó desnuda, que hizo pinitos en la moda, y que quedó impactada con Hugo Chávez. Su nombre no importa porque lo único que interesa de ella es su figura.

Lo dicho, en las secciones frívolas, las mujeres son mayoría. En la información seria brillan por su ausencia. ¿Refuerza esta división los estereotipos o ayuda a su superación? ¿Son estas informaciones donde siempre se presenta a mujeres caprichosas, volubles, ricas, famosas, interesadas, influyentes de forma vicaria, centradas en el consumo, el lujo y el confort motor de cambio social? ¿Ayudan a superar estos modelos femeninos estereotipos caducos o son una rémora para la igualdad?

Mimesis o diferencia, las mujeres como objeto

Las mujeres, por tanto, narradas en la información como Objeto Observado que Es, siempre están sometidas al ojo del narrador que las observa, y éste suele remarcar la diferencia de género como hecho sancionador: la belleza, el atuendo, el aspecto, el comportamiento, los modales se convierten en factores decisivos para justificar la sanción.

Sea cual sea la actuación de las mujeres, ésta casi nunca es juzgada por lo que hace, sino por lo que es. Las mujeres tienen dos posibilidades de actuación, que proceden de elegir los comportamientos y actitudes de aquellas constelaciones de género de las que he hablado, la femenina y la masculina. Pueden elegir mimetizarse con el género masculino u optar por aquellos valores atribuidos tradicionalmente al género femenino. Puede ir de traje sastre y mocasines, o puede optar por realzar su diferencia de género –por ejemplo vistiendo medias o zapatos de fantasía, es decir, acogiéndose al universo potenciado por las revistas femeninas–. En cualquiera de los dos casos las mujeres serán sancionadas negativamente por los medios de comunicación. Si las mujeres optan por la identificación con el rol de género masculino, abandonando las características que le han sido propias hasta ahora, es decir, lo que ha constituido la identidad femenina, serán calificadas de ambiciosas, duras, frías, inflexibles e implacables. Si se adopta el rol masculino (o los medios consideran que se está ejerciendo un rol masculino, que es otra cosa) se pone de relieve su desnaturalización. Por tanto, se le recuerda a la mujer que está traicionando , en cierta medida, los valores o actitudes que le son propios (se supone que las mujeres son –o debieran ser– cálidas, acogedoras, flexibles, sumisas, comprensivas, dialogantes, etc.).

Si, por el contrario, la mujer que actúa en el escenario público opta por realzar aquellos aspectos de género que tradicionalmente les han sido atribuidos, y reivindicando el derecho a su diferencia se deja llevar por su fantasía en el vestir, sus ademanes o sus actitudes, la sanción vendrá al poner de relieve su inadecuación, su falta de rigor o seriedad, su frivolidad, su inconveniencia, y, por ende, su incompetencia. Venus Williams impresiona en Australia con la vestimenta decía un titular de El Periódico (17/01/2001) en una columna donde se hablaba de la atrevida camiseta de la jugadora, aunque nada sobre quién ganó el partido. También El País (17/01/2001) dedicaba un largo texto al tema bajo el título El escote de Venus eclipsa el tenis , donde se llegaba a afirmar que las pistas de tenis se estaban convirtiendo en pasarelas. Cames ben fetes (Piernas bien hechas) rezaba una noticia del diario catalán El 9 Nou (17-11-2004) donde además se decia que “Sharapova gana el torneo y corrobora que la belleza no está exenta de gloria”. Y bajo una foto de la jugadora, un pie de foto que aclaraba: “María Sharapova combina una esbelta silueta con la efectividad de sus golpes”. Gemma Mengual embellece la piscina se dice en 20 Minutos (2-07-2005) aunque en el subtítulo se dice que “Ha entrado en la élite mundial de la natación sincronizada con cuatro medallas en Montreal” lo que no es suficiente al parecer para que destaque por encima de su belleza. El mismo diario, el 25-01-2006 publica una foto de María Sharapova con un pie de foto que dice: Minifalda o premamá, última moda en tenis , y aclara: “En el abierto de Australia, el primer gran torneo del año las estrellas se visten a la última”, ¿algo sobre la actuación de las tenistas? Connais-pas.

Esta interpretación ha continuado en ascenso, como se puede ver con los siguientes titulares: Equiparación de diseño para una tenista con “percha” o Pasarela Wimbledon (La Vanguardia.es, 26-06-2008) donde todo el contenido de los textos se reduce a poner de relieve el interés de las marcas publicitarias por utilizar a las tenistas como reclamos, ilustrando las noticias con fotografías de María Sharapova y Venus Williams. Y ya hemos señalado antes otros titulares sobre las mujeres tenistas donde se redunda en esta idea del lujo, el glamour y por consiguiente de cierta cuota de frivolidad. Puede ser cierto, pero también lo es que los tenistas hombres son imágenes publicitarias de diferentes marcas y nadie los reduce por ello sólo a esta actividad.

Las mujeres como objeto no se limitan a las modelos o a las tenistas sino que cualquier mujer que actúe en la esfera pública es escudriñada con atención y, antes que su actuación, se pondrá de relieve su aspecto o algún detalle de su anatomía.

El Mundo (24-10-2003) colocaba en portada una gran foto de los zapatos de la ministra Ana Palacio con un título y un sumario que, en conjunto, resaltaba su inadecuación al acto: Zapatos de camuflaje para la cumbre sobre Irak . Y en El Periódico de Catalunya (1-12-2001) la comparecencia en el pleno del Parlamento vasco de la vice-lehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, bajo un grave título que decía Ibarretxe advierte a Aznar del riesgo de ruptura institucional se ilustraba con una gran foto... de los pies de la política durante su intervención. Y el pie de foto, por si quedaba alguna duda y no nos habíamos dado cuenta, lo aclaraba: “Los pies de la vice-lehendakari Idoia Zenarruzabeitia durante su intervención en el pleno del Parlamento Vasco”; o Un “cadáver” vestido de rojo (El Mundo, 30-11-2007), para hablar de la gestión de la ministra Magdalena Álvarez. Y como de zapatos va la cosa, de nuevo en El Mundo (8-10-2009) se contraponen en la sección Mundo (es decir, internacional) las fotos de dos mujeres políticas que parecían estar hablando en algún lugar público (con atril y todo) pero el título un tanto misterioso rezaba Zara “versus” Jimmy Choo : “Se ha desatado –decía el pie de foto– la guerra de los zapatos entre Samantha Cameron y Sarah Brown. La semana pasada la esposa del primer ministro lució en el congreso laborista un modelo exclusivo de Jimmy Choo valorado en unos 400 euros. Un signo de distinción convertido en exceso por la decisión de la esposa del líder tory de calzar por dos veces esta semana unos zapatos de Zara que no pasan de 35 euros”. O sea, una es una manirrota y la otra una tacaña, pero de lo que estuvieron hablando, no se nos dice nada. Y quien dice zapatos dice calcetines. Los calcetines de Esperanza (Agencias, 27-11-2008) cuando Aguirre apareció ante los medios de comunicación Con sandalias y calcetines blancos (El País, 27-11-2008), que se publicó en todos los medios, tanto escritos como digitales. Con motivo del inicio de la campaña electoral del 22 de mayo de 2011 volvía a aparecer en El País (12-05-2011) blandiendo un paraguas blanco en una fotonoticia cuyo pie estaba dedicado prácticamente a su atuendo (¡Y lo firmaba Marisa Flores!).

Los medios de comunicación se convierten en sancionadores sociales –considerando la sanción en su acepción negativa, en el aspecto punitivo del término– y por si lo que antecede no fuera suficiente, es fácil comprobarlo en los siguientes ejemplos donde más bien parece que se trate de párrafos de la revista ¡Hola! que de una crónica deportiva (titulada por cierto El regreso de la rubia glacial de un diario serio:

“Apareció Sharapova en la pista como una diva. Impecable con su nuevo modelo, la piel satinada, las piernas interminables, las zapatillas con la franja de oro de 21 quilates, el gesto frío (...) pertenece a ese tipo de chicas que siempre tienen el bronceado perfecto y el tono adecuado de rubio (...) Comparada con Kurnikova parece una de aquellas rubias glaciales que tanto motivaban a Alfred Hitchcok” (El País 22-06-2005).

El mismo diario El País se hacía eco el 24 y el 28 de diciembre de 2008 de la detención de Laura Zúñiga, a quien se denomina “bellezón de 23 años”, una supuesta traficante de armas y droga. La detenida lo fue con siete hombres más, pero en esta ocasión la noticia se centra en ella y en el primer titular se da cuenta de su aspecto: Detenida en México una reina de la belleza con un arsenal (24-12-2008), con una foto de la joven en bikini, noticia que se completa el domingo con un texto con el mismo estilo: miss 600 cartuchos. Encarcelada por narcotráfico una reina de belleza mexicana (28-12- 2008). Que las modelos venden diarios no es ninguna novedad. Cuando hay desfiles de modelos en cualquier ciudad siempre aparece una foto en portada de una chica glamourosa y un despliegue en páginas interiores, como es el caso de El diario de Valladolid (8-10-2009) con un despliegue de chicas ligeras de ropa y un título como excusa: La moda capea el temporal de la crisis con las ventas al exterior. Las exportaciones han crecido más del 6% en los últimos cuatro años. Las ventas superaron los 57 millones en 2008. La información parece de la sección de economía de un diario especializado, pero las imágenes corresponden al ¡Hola!

Otras políticas han aparecido en los medios como objetos y no como sujetos de información periodística. Por ejemplo, recordemos las famosas fotos de la ministra Carme Chacón en la Pascua Militar de 2009, cuyo traje se convirtió en la noticia del día hasta el punto de que Políticas del PP y PSOE y feministas defienden a Chacón (El Periódico 8-01-2009) de la oleada de críticas que generó su aspecto. La ministra en su pasarela titulaba El Mundo (7-01-2009) con una foto en portada de Carme Chacón con su famoso smoking , y en el interior colocó media página con el título Nuevo estilo en palacio . La ministra de Defensa sorprendió con un vestuario que se desmarca de las normas de protocolo en este tipo de eventos. El Mundo volvió a crear polémica poniendo en portada los días 16 y 18 de enero de 2009 sendas fotografías de la portavoz del Partido Popular bajo el epígrafe A solas con Soraya , donde la política posaba sentada en el suelo, con los pies desnudos y con un vestido de gasa negro: “Ser mujer y joven es una combinación explosiva” titulaba el diario el 18 de enero tras las reacciones que había desencadenado la publicación de la foto de portada dos días antes. Las fotos habían sido realizadas para el Magazine de El Mundo , pero el diario no había podido evitar la tentación de colocarlas en portada, con lo cual Mariano Rajoy tuvo que “arrepentirse” según dijo, de las críticas que vertió cuando las ocho ministras del primer gobierno de Zapatero posaron, todas juntas, en los jardines de La Moncloa para el número de Vogue del verano de 2004 que salió con el título de Ocho mujeres para la historia.

La última polémica –los trajes de Francisco Camps, expresidente de la Generalitat Valenciana, forman parte de la política y no se tratan con tono frívolo– es la provocada por el bolso de Ángela Merkel. El Mundo y La Razón (9-09-2011) se hicieron eco del tema en sendos textos: El “secreto” del bolso naranja de Ángela Merkel, y Un bolso con tirón político, respectivamente, textos que se centraban en su totalidad en el hecho de que la Canciller alemana había lucido un bolso de marca considerado demasiado caro para los tiempos que corrían. Al filo de tal notición La Razón se explayaba en dar detalles de los complementos que utilizaba la política alemana y los relacionaba con los bolsos que otras ilustres mujeres han llevado, como Hillary Clinton, Condoleezza Rice, Esperanza Aguirre, Carme Chacón o Cristina Kichner, de la que se dice que “derrocha millones en bolsos. Hace poco levantaba ampollas por llevar un Birkin de Hermès y un Dior de alta gama”. Como vemos, informaciones de la máxima relevancia política y social de cuyo tenor jamás veremos que se vea afectada la indumentaria o complementos masculinos (corbatas, zapatos, calcetines o carteras).

Desde señalar un detalle en el atuendo, aparentemente sin importancia... hasta cuestionar la legitimidad para ocupar determinado cargo político o...llamar casquivana a una tenista sólo hay que utilizar el lenguaje periodístico de una manera o de otra. Se empieza por poner de relieve una media de fantasía, un sombrero, un zapato de tacón o un bolso y se acaba por desprender que esa mujer es una frívola, una coqueta, y que, por tanto, no merece la confianza política de la ciudadanía.

Que las mujeres son el objeto observado y no el sujeto que actúa lo prueba el tratamiento que los medios dieron al encuentro entre la princesa Letizia Ortiz y Carla Bruni en la visita de Nicolás Sarkozy a España el 28 y 29 de abril de 2009. Ambas mujeres fueron el centro de todas las miradas. Todos, absolutamente todos los medios pusieron en portada o en páginas interiores la famosa foto de la princesa Letizia Ortiz y Carla Bruni, de espaldas, subiendo las escaleras del Palacio de la Zarzuela. La princesa con la primera dama, El País (28-04-2009) Bruni, de pasarela en Madrid (El Periódico, 28-04-2009), que además provocó un debate preguntando e numerosas personalidades “¿Es sexista esta foto? Carla, de sorpresa en sorpresa (El Mundo, 28-04-2009); La derrière titulaba Josep Sandoval su comentario en La Vanguardia con la ilustración de la famosa foto de las dos mujeres, que como todos pusieron de relieve, rivalizaban en “seducción y glamour ”. La fotografía era sin duda bella. Pero el problema es que ellas no aparecieron en los medios por lo que hacían o decían, porque nada tenían que hacer o decir salvo posar. No importaba lo que dijeran. Ellas no fueron representadas en su acción, sino en tanto su presencia . Había que comparar quien era la más guapa, la más delgada, la que vestía mejor o tenía mejor figura. Y para comprobarlo, lo mejor que se puede hacer es poner una foto de ellas, ni siquiera de frente, sino de espaldas, porque no tenían que hablar, y de lo que se trataba no era de verles la cara sino el estilizado trasero. He ahí la diferencia entre el verbo y el atributo. “¿Ir a la fiesta o ser la fiesta”? rezaba un gran anuncio del champagne Anna de Codorniu en las navidades del 2008, sobre una gran foto de una bella modelo. Ir a la fiesta te convierte en sujeto que actúa: ser la fiesta te convierte en objeto que concentra todas las miradas. Exactamente igual que en la información aludida. Letizia Ortiz y Carla Bruni no asistieron a ninguna cumbre, ellas fueron la cumbre.

Pero igualmente había ocurrido el año anterior cuando Nicolás Sarzoky y su esposa, Carla Bruni, visitaron el Reino Unido. Carla Bruni concitó unánimemente el interés de la prensa hasta el punto de eclipsar a Sarkozy. En España, la prensa publicó en portada la foto de la Reina Isabel II junto a una modosita Carla Bruni con un abrigo gris y zapato plano. Mr. Sarkozy arrives in the UK but we all love Carla Bruni24 (The Telegraph , 27-03-2008), con foto glamourosa de Carla Bruni, y un pie de foto donde se leía: Miss Bruni exhibió elegancia y tacto. The Times (27-03-2008) no hizo referencias a Bruni en el titular, pero puso una fotografía de la reina y Carla Bruni para ilustrar la noticia.

Y para acabar este apartado, pondré tres ejemplos: El Mundo (22-03-2010) dedica dos páginas de deportes a las jugadoras de golf con el título Contoneos en el green. Y aclara Algunas sólo lucen belleza, otras fascinan con su juego y las hay capaces de combinar ambas cosas, entre ellas las cuatro españolas que este año compiten en la LPGA, todo un logro made in Spain” . Menos mal que es una sección de deportes. El País (29-03-2010) publica una nota en Gente con una espectacular foto de Venus Williams que dice Es la ilusión del desnudo. Venus Williams diseñó su polémico traje de Roland Garros, texto que naturalmente no tiene nada que ver con la cita deportiva y se centra toda ella en el trasero de la jugadora, magnífico y sugerente, por otra parte, y los deseos de la tenista de experimentar con diferentes vestimentas. Y El Mundo de nuevo vuelve a poner en su última página una foto de los últimos Mundiales de fútbol de Sudáfrica con el título La bella y el árbitro , cuyo interés radica en que Sara Carbonero e Iker Casillas aparecen uno en cada extremo de la fotografía. Uno de los destacados dice así: “Ella le dice “hasta luego” y todo el país deduce una cita de la mantis con Casillas ” donde debemos entender que la mantis es la periodista, si no he entendido mal.

Con todos estos ejemplos que anteceden parece bastante evidente que las mujeres son tratadas de manera diferente a como lo son los hombres. No hay muchos ejemplos donde ellos hayan sido retratados de la misma manera. Incluso en un reportaje que se publicó el 21 de septiembre de 2010 en el Frankfurter Allgemeine , titulado Spanische Sozialisten in Moderausch, Zapatero Modenpüppchen (que viene a ser algo así como Las Muñecas o Maniquíes de Zapatero ) la mayor parte de las fotografías correspondían a las ministras, de las que se destacaba su afición a la moda y su elegancia. El autor, Leo von Wieland, el cronista, venía a decir que las ministras españolas eran modernas, glamourosas y que habían dejado atrás el estilo zarrapastroso de antaño. Jugaba con los nombres de las ministras y ponía de relieve las tendencias a las que se adscribía cada una de ellas. ¿Era todo lo que daba de sí la política española para un periódico alemán?

Ya estoy viendo la principal objeción: son las mujeres las que se prestan a ese papel de objeto. Son ellas las que propician que se las retrate de esa manera. Son ellas las culpables. ¿Por qué las ministras posaron en La Moncloa para Vogue en el verano del 2004 (reportaje aparecido en el número de Septiembre de aquel año)? ¿Por qué Carme Chacón se puso aquel esmoquin para la pascua militar? ¿Por qué Soraya Sáenz de Santamaría se descalzó y posó sentada en el suelo para El magazine de El Mundo en enero de 2009? ¿Por qué Venus Williams se pone un traje que marca su trasero? Si ellas no quisieran no aparecerían retratadas así. Si todas las mujeres vistieran como Ángela Merkel (sobria, contenida, discreta) no se repararía en su atuendo. Estos argumentos son los que he oído hasta el infinito.

Pues bien, he aquí mi argumentación: Las mujeres, para bien o para mal disponen de dos constelaciones de valores y tienen un pie en cada uno de ellos. También existen dos constelaciones mediáticas (hablaré de la prensa femenina en un capítulo posterior). La división sexual de la especie y su consiguiente distribución de papeles o “roles” entre unos y otras propició que para las mujeres el aspecto (vestuario, peinado, complementos) fuese más fantasioso , si se puede decir así. No hay más que ver la historia del vestido para comprobar su evolución. Toda una constelación mediática está destinada a ilustrar a las mujeres sobre cómo vestir, qué está de moda o no, qué complementos hay que utilizar. La prensa femenina hace del cuerpo femenino un templo que hay que cuidar hasta el más mínimo detalle. Ese delirio y exaltación a los que se llega permite que las mujeres puedan utilizar cualquier tipo de vestuario. Por otra parte, el mismo concepto de mujer femenina ha consistido en cierta manera en cultivar un determinado estilo caracterizado por la imaginación y la libertad. Cuando las mujeres se incorporan al mundo de lo público y son enfocadas desentonan con el estilo masculino, limitado al traje y corbata (con escaso margen para el color). No hay más que ver las fotos que se han publicado sobre las cumbres de jefes de Estado o de Gobierno celebradas en Dublin (2004) y en Bruselas (2009 y 2012): en la primera foto aparecen 31 hombres rigurosamente uniformados y en el centro con traje azul claro destaca la entonces presidenta de Letonia, Vaira Vike-Frieberga (El País, 2-05-2004), en la segunda foto aparecen 26 hombres uniformados de oscuro (traje y corbata) junto a tres mujeres (Ángela Merkel, Catherine Asthon y Dalia Grybauskaité, presidenta de Lituania) que tampoco destacan mucho, pero que dan una nota de color al monocromo oscuro (El País, 19-11-2009) y en la última cumbre de 2012 se ha unido a las tres anteriores la figura de Helle Thorning Schmitd, presidenta de Dinamarca. Si se miran las fotos de todas las cumbres políticas habidas en los últimos años, sólo se detecta, entre el negro o el azul oscuro de los trajes masculinos, dos o tres chaquetas verdes, blancas, amarillas, rosas o burdeos que llevan las ya citadas Ángela Merkel, Dalia Grybauskaité y Helle Thorning Schmitd o alguna alto cargo, como Catherine Ashton. Las mujeres han tenido –tienen– la posibilidad de disponer de mayor libertad a la hora de vestir para cada evento. Esta ha sido la tradición y la costumbre e incluso lo que dictaba la buena sociedad. Pero al entrar en la esfera pública, al vestir de colores vivos, con vestidos vaporosos, faldas de vuelo, blusas evasée, traje largo, corto o a la mitad o pantalón, zapatos de tacón o planos, de vaca o de cocodrilo, medias de fantasía o como ellas consideren oportuno aparecer...se les pide que moderen su vestuario y se adapten a la discreción masculina. Si no es así, se les sanciona por llamativas. Los ejemplos que he puesto lo corroboran. Pero si aparecen muy masculinas también son sancionadas por ello. Así que las mujeres tienen un gran dilema sobre cuál ha de ser su atuendo. Hay que ser discretas, moderadas pero femeninas y sin desentonar. Ni mucho ni poco. Hace unos años Eduardo Zaplana espetó a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega en un pleno en el Parlamento: “Cuánto ganaría la Cámara si usted, que es tan aficionada a disfrazarse de vez en cuando, un día, aunque sólo fuera un día, se vistiera de vicepresidenta de Gobierno (subrayado mío) y cumpliera con su obligación” (16-03-2006). He ahí la cuestión: ¿Qué es para una mujer vestirse de vicepresidenta (o de ministra o de jefa de gobierno o de lo que sea)? ¿Cómo tiene que vestir una mujer para ganarse el respeto de sus congéneres masculinos? ¿Tiene que ir de traje y corbata? ¿Vestir con discreción? ¿No utilizar zapatos de tacón? ¿No usar maquillaje? ¿Tiene que camuflarse entre los varoniles uniformes oscuros? ¿Imitarlos con traje? Sea cual sea su opción siempre será inadecuada. Ángela Merkel, que es un dechado de sobriedad y discreción, si en algún momento ha levantado el brazo y se le ha visto sudado... también se ha puesto de relieve. Y no sólo sus brazos, también se la ha retratado con los glúteos al aire al quitarse o ponerse el bañador (The Sun , 17-04-2006) o mientras se bañaba en una piscina durante unas vacaciones en Italia, o en la Ópera de Oslo (14-04-2008) donde se la ve con un escote donde mostraba parte de su pecho, y ya he hablado de la polvareda que levantó su bolso naranja de 310 euros de la marca Longchamp. Ni siquiera la austera Ángela Merkel se ha librado de verse escudriñada como un objeto a la mínima oportunidad. De Ángela Merkel habría que hacer, además, algunas consideraciones: Ha sido una mujer que ha pasado de ser recibida con escepticismo y prevención a ser aceptada y elogiada como estadista. Pero cuando inició su carrera, no sólo se le recordó que había sido la chica Kohl, sino que además se dijo que vivía amancebada (palabra que la mayor parte de la gente hoy día ni siquiera sabe lo que quiere decir), que los políticos la sentaban en sus rodillas entre risas, y que fue ascendida porque venía de un país del Este y además era mujer, lo que venía a querer decir que tocaba por cuota. Nada se dijo sobre sus capacidades. Poco a poco, Ángela Merkel se fue ganando la confianza y aceptación de la opinión pública como gobernante (independientemente de las críticas que puedan hacerse a sus decisiones, sobre todo al gestionar la crisis económica) y mi hipótesis es que esta aceptación se debe a que Ángela Merkel (a la que El País llamó Merkel I de Europa en un artículo del 24-06-2007) ha ejercido tan sobriamente en su aspecto, maneras y actitudes que es una mujer neutra , lo más parecido a un hombre. Por eso es aceptada en la esfera pública, porque, aun siendo mujer, casi no lo parece , salvo algunas notas de color –muy pocas– que se permite en sus chaquetas. Es decir, ha ejercido el poder como los hombres creen que las mujeres deben ejercerlo: sin hacer ostentación de su sexo ni hacer concesiones a lo que tradicionalmente se ha entendido por feminidad. Pese a ello, en algunos medios no deja de ser “Ángela” o “Angie” y la manera en que se presenta su trayectoria no es comparable de la que se suele ofrecer de los mandatarios. Bajo el informal Ángela fue una chica divertida (El País, 8-09-2012) Juan Jesús Aznárez hace un relato biografiado de la Canciller que empieza “Todas las mañanas Ángela Merkel prepara el desayuno de su marido...”; sigue refiriendo todos los momentos en que la prensa la presentó en situaciones comprometidas (escote en la Opera de Oslo, trasero al descubierto en The Sun ). Explica que cuando se separó de su primer marido lo único que se llevó a su nuevo piso fue la lavadora. Durante sus 35 primeros años, dice el autor del perfil que “dedicó más tiempo al ganchillo que al activismo anticomunista y la rebelión antisistema”. No se deja de referir que trabajó de camarera “a comisión” “una especie de descorche simpático, sin malicia” y que vivió durante años sin casarse con Joachim, su segundo marido. “Durante muchos años le redactó la lista de la compra, y el científico la cumplimentaba todos los viernes en un supermercado”. Después el autor del perfil (siempre citando libros o fuentes de periodistas que dicen haberla tratado) la describe como “trabajadora hasta la extenuación” aburrida hasta el bostezo, de desaforada ambición, desinteresada por la moda que utiliza siempre de manera práctica. “No perdió el tiempo en coloretes y estilismos en su cabalgada hacia la cancillería del Reich, siempre acechada por caimanes de corbata y gomina...”. De si estudió algo, o de sus capacidades intelectuales, de cómo se incorporó a la política y los cargos que desempeñó, de su época de ministra de Juventud y Familia, no se dice ni una palabra. Como el artículo aparece en las páginas más “entretenidas” de la Revista Sábado, donde el periódico dice que “diseccionará las personalidades más importantes”, es de suponer que el tono informal está justificado. Como no podía ser menos, el austero estilo de Ángela Merkel merece una sanción en la otra constelación de valores de género representada por la prensa femenina, donde en una portada de la revista S Moda (21-04-2012, número 31) nos advierten de que No todas las alemanas son como Ángela Merkel. Las hay con estilo . Todo ello nos ratifica en la idea que alienta este trabajo: las mujeres deben adaptarse a la esfera en la que actúan. En la esfera de lo público deben aparecer lo más neutras posibles para no ser sancionadas, camuflarse al máximo con el modelo varonil imperante. Pero esta mimesis obligatoria en la esfera pública es sancionada en el discurso de lo privado (vehiculado por la prensa femenina) donde se enaltece hasta el delirio la condición de objeto bello que debe ser toda mujer, y donde hasta el más extremo adorno es celebrado como propio de la feminidad.

Óbitos diferenciados

Incluso a la hora de morirse hay diferencias entre la representación que se hace de los hombres y de las mujeres. Y si no, veamos cómo se han tratado los finados y finadas ilustres en los obituarios del diario El País. Yo soy una gran aficionada a leer los obituarios. Lo hago como el que consulta el número premiado de la ONCE o el de la lotería primitiva. A fin y al cabo morirse también es una especie de lotería. Cada día abro el periódico con la idea de ver “a quien le ha tocado esta vez”. Pero no debo ser la única con esta atracción por la necrofilia porque es un género periodístico que ha ido ganando adeptos y espacio en las páginas de los diarios. Desde las famosas esquelas del diario La Vanguardia (el diario que convirtió la esquela en un luctuoso aunque lucrativo negocio) hasta los recordatorios en plan homenaje que actualmente incluye el diario El País bajo el título de Obituarios, las necrológicas han ganado y evolucionado mucho. A mucha gente le debe interesar la muerte de los personajes medianamente relevantes; aquellos que son conocidos pero no tanto como para merecer una noticia en las páginas de información. La necrológica va desde el deceso de una persona anónima cuyos familiares desean dar a conocer públicamente, como muestra de duelo, de reconocimiento, de recordatorio o incluso de agradecimiento por el apoyo recibido, hasta la semblanza elogiosa de finados que no han alcanzado notoriedad suficiente –aunque en algún caso, también– para ser noticia en vida, y en cambio se les recuerda en el momento de su muerte. A veces en estos obituarios subyace un tono de elegía, otros de queja, a veces un deseo de restituir al muerto la importancia que tuvo y que no se le reconoció mientras vivió. Naturalmente esta información nunca destaca aquellos aspectos menos negativos del finado (o con algunos matices) sino que son como una pequeña hagiografía póstuma con la que en ocasiones algunos lavan su mala conciencia. Lo que presento en estas líneas no es un estudio exhaustivo, naturalmente, sino una muestra elegida al azar, pero suficientemente significativa para ver que hombres y mujeres, incluso en la muerte, son recordados por y de manera diferente. Repasemos aunque sólo sea los títulos y algunos subtítulos utilizados desde 2005 a 2012 en la sección de Obituarios25 y comparemos cómo son presentados hombres y mujeres: (todas las cursivas son mías)

David Beltrán Català, fiscal y ex director de Instituciones Penitenciarias, Antonio García de Blas, economista; Esperanza de Borbón, tía de don Juan Carlos I (El País 10-05-05); Lawrence Rockefeller, inversor sagaz y conservacionista; Consuelo Larrucea, una mujer ejemplar (13-07-04). ¿Se puede imaginar alguien que en el momento de morir su necrológica recoja que fue un/a crápula?

Gladis Marín, “la Pasionaria chilena”; Sixten Ehrling, director de orquesta (07-03-05); Aurélie Nemours, reina tardía de la abstracción geométrica, Nick McDonald, el policía que detuvo a Lee Harvey Oswald (1-02-05).

Miriam Rothschild, la “reina de las pulgas ”, entomóloga; Jimmy Smith, organista de jazz (12-02-05); Blanca Meruéndano, pintora y madre del presidente del patronato del Museo del Prado; Max Velthuijs, escritor y dibujante holandés de literatura infantil; Ignacio Linares, locutor, la voz de Onda Bierzo (31-01-05); Chris Curtis, batería de los Searchers; Martha Strada, diva de la balada cubana (08-03-05); Tillie fowler, “la Magnolia de Acero” del Congreso de Estados Unidos, Jesús Alonso Santandreu, maestro y periodista, Aurelio Fierro, cantante y escritor (15-03-05). Pol Bury, pintor y escultor; Guillermina Medrano, primera mujer concejal del ayuntamiento de Valencia (29-09-05). Pastor Vega, director de cine cubano. Jon Idíogoras, el dirigente cuya biografía resume la historia de HB; Gisela Broker, viuda del arquitecto y pintor Edwin Broker (4-06-05).

Ruth Laredo, la pianista que grabó a Rachmaninov, Richard Lewine, compositor y productor de cine (6-06-05). Rafael Morales, poeta, premio Nacional de Literatura; Grete Sultan, pianista, la musa de John Cage. (30-06-05). Simone Simon, la mujer pantera (26-02-05) Brigitte Mira, cantante de cabaré y actriz de Fassbinder (13-03-05). Manuel Lloris, escritor; Constance Cummings, actriz. Trabajó junto a Laurence Olivier en los escenarios de Londres (1-12-2005); Allen Sytner, fundador de The Cavern; Shelley Winters, una genial secundaria (15-01-2006); Robert Mcferrin, barítono y profesor de canto; Claude Jade, estrella fugaz , actriz constante. “La noviecilla del cine francés” triunfó solamente en el teatro (4-12-2006); Harriet Godfrey, presidenta de honor del Museo de Arte contemporáneo de Segovia. Viuda del pintor Esteban Vicente dedicó su vida a la difusión de su obra (a la de su marido, se entiende); Matilde Salvador, compositora. Fue la primera mujer que estrenó una ópera en el Liceo (6-10-2007); Tony Roig, folclorista, músico y pintor. Veterano luchador contra el franquismo, fue miembro de la Obra Cultural Balear; Lois Maxwell, actriz, interpretó a la secretaria Moneypenny en 14 filmes de James Bond (7-10-2007); Soledad Carrasco Urgoiti, una pequeña gran mujer ; Tony Ryan, fundador de la aerolínea Ryanair (8-10-2007); Sebastián Gayà Riera, canónigo; Lydia Mendoza, reina de la canción chilena (27-12-2007); David Stohdon, diseñador de barcos de rescate. Este marinero fue pionero en la modernización de los navíos; Maryam Firouz, la “princesa roja” de Irán. Fue la precursora del movimiento feminista en el siglo XX (6-04-2008); Quico Rivas, un crítico que jamás vendió su alma al diablo; Christine Fersen, reina de la Comedie Française (6-06-2008), Jadiyeh Saghafi, viuda de Jomeini (23-03-2009); H. Edwards Roberts, creador del ordenador personal; Francisco Riberas Pampliega, empresario; Daphne Park reina de los espías británicos (6-04-2009); Alejandro Rossi, filósofo y escritor; Koko Taylor, la reina del blues (8-06-2009); Karine Ruby, la primera reina del snowboard 10-06-2009); Alejandro Doria, director argentino de radio y televisión; Hane, a la sombra de Bertolt Brecht. Actriz y bailarina, protagonizó varias obras de su padre (27-06-2009) Fernanda Pivano, la chica de la generación beat (24-08-2009); Jack Nelson, periodista, ganador de un Pulitzer, Rosanna Schiaffino, atriz italiana y símbolo sexual. En los sesenta se la consideró una de las más bellas (25-10-2009), Guennadi Yanáyev, exvicepresidente de la URSS, Ana Kiro, reina de la canción popular gallega (25-09-2010); Norris Church, la sexta y última esposa de Norman Mailer (8-12-2010); Elizabeth Edwards, la esposa del candidato infiel. (Subtítulo) Protagonizó un escándalo político en 2008 en EEUU tras saberse que su marido tenía una hija con otra mujer . (9-12-2010) ¡Menos mal que la que se ha muerto es ella, porque si no ni siquiera la nombran!

Susana York, la actriz que quiso ser más que bella (19-01-2011) (Si se dice en el subtítulo que fue una luchadora política y candidata al Oscar ¿por qué señalar como más importante su belleza?). María Mercader, la actriz catalana que amó a De Sica. Se casó con el director italiano tras 17 años de idilio secreto . Milton Rogovin, fotógrafo de los olvidados (30-01-2011). Dorian Gray, icono sexual de la Italia de los cincuenta. Trabajó en filmes de Fellini o Antonioni. (Se refiere a la actriz María Luisa Mongini, de la que además se dice que fue una fugaz estrella ). Jack LaLanne, gurú de la dieta y el ejercicio físico, Antonio Vázquez, empresario periodístico y mecenas (21-02-2011); Lyudmila Gurchenko, la musa del cine ruso. Franco Quadri, el crítico teatral más influyente de Italia (4-02-2011): Grete Waitz, reina del maratón y en la semblanza en la parte inferior, dedicada a Juan Pedro Domecq de quien se dice que tuvo “Una vida por y para el toro” (20-04-2011). Joaquín Romero Marchent, creador del western español, a un lado, al otro Phyllis Diller, primera gran reina del monólogo (24-08-1212). Poco antes había muerto Whitney Houston la voz del pop, a quien su obituario no puede dejar de denominar “la reina de la industria musical en los 80 y 90” (12-02-2012).

¿Simple casualidad o intencionalidad? De la mayoría de las mujeres ilustres fallecidas, en bastantes de ellas se nombra también el hombre con el que son relacionadas (tratamiento vicario); en otras se utilizan diminutivos o se les resta importancia personal (noviecilla, estrella fugaz, genial secundaria, chica, musa, pequeña gran mujer). En otros se utilizan las archiconocidas metáforas de reina , princesa , diva etc., en otras se apela a la belleza de la difunda, y en algunas se señala su condición de pionera (primera mujer que...) ¿Se cumple o no se cumple todo lo que hemos venido explicando sobre la asimetría de género en la representación informativa? Incluso tenemos una inversión de lo que representa la necrológica: se trata de la escrita por María Antonia Sánchez Vallejo, sobre Tran Le Xuan, la Lucrecia Borgia vietnamita (8-05-2011) donde además la propia autora explica que “La convención que rige la elección de necrológicas implica que el difunto haya destacado en algún campo concreto, y que su experiencia o contribución asimismo sea notoria. Luego el obituario podrá ser más o menos lisonjero, ensalzará al finado o, a veces, ofrecerá un contrapunto crítico si esa vida ejemplar no lo fue tanto o lo fue con matices”. Después de esta introducción que la autora cree necesaria empieza a narrar la perversidad de la biografiada, que fue primera dama vietnamita durante el régimen de Ngo Dinh Diem. La autora de la necrológica dice que “Ngo Dinh Nhu-Madame Nhu-es una excepción a la regla (otra vez la excepcionalidad, incluso en la muerte). No tuvo oficio conocido ni contribuyó de ninguna manera a la mejora de la humanidad aunque sí destacó en un ámbito: el del ejercicio del poder absoluto. Sin llegar a ser una figura histórica, sí puede decirse que fue obra de su tiempo”. Si no fue una figura digna de destacar ¿por qué hacerle una necrológica? ¿No será precisamente porque fue una mujer perversa o poco ejemplar por lo que resulta interesante rescatar su memoria? Nadie la recordaría si no fuese porque se la elige para protagonizar la necrológica. Es precisamente su carácter duro, dañino, caprichoso, autoritario, seductor, implacable. Pese a sus tejemanejes en el gobierno y sus abusos de autoridad, en realidad la necrológica la presenta más como un personaje de ficción, no se la enjuicia por sus actos o por su crueldad, sino que se la presenta como una bruja malvada, pero magnética al mismo tiempo, cuyas actuaciones son presentadas más bien como exóticas, y por ende superficiales y frívolas, siempre haciendo referencia a sus collares, su guardarropa o sus numerosos ao dai (vestidos típicos vietnamitas). Si hubiera sido un personaje político de relieve se le hubiera juzgado informativamente apareciendo en forma de noticia. Como simplemente fue una mujer pintoresca , se le hace una necrológica para que quede patente que también hubo mujeres que usaron mal su enorme poder. El mismo recurso, pero menos justificado si cabe que el anterior, volvemos a verlo el dia 16 de junio de 2011 con la necrológica dedicada a Betty Neumar, la turbia viuda múltiple que “murió siendo sospechosa de asesinar a sus cinco maridos”. Comparte página con “Gunnar Fisher, la luz fría de Bergman” el jefe de fotografía del director sueco, con el tono respetuoso habitual de estas semblanzas. ¿Para qué o por qué se le dedica un espacio a una supuesta asesina en los Obituarios, donde como hemos dicho se ensalza la memoria de los fallecidos o al menos se les recuerda con afecto? No es famosa, no ha hecho nada remarcable en ningún ámbito, no es digna de admiración ¿por qué se rompe la tónica del elogio acostumbrado? Más bien parece ser una noticia curiosa cuyo fallecimiento se ha aprovechado para hablar de una mujer de la que se cuestiona si fue una viuda negra (otro estereotipo tan trasnochado como injusto, del que ya he hablado, para referirse a las mujeres que han matado a su marido). Parece que existiera la necesidad de remarcar que hay mujeres perversas , ¿quizá como contrapunto a la violencia de que usualmente son objeto?

Conclusión: no creo que haya una conjura universal contra las mujeres, muertas o vivas, sólo que en este discurso de lo público que son los diarios de información general, las mujeres siguen siendo parte del equipo visitante, y ya se sabe que a los de fuera siempre se les trata con mayor dureza que a los jugadores locales.

Creo que con todo lo que antecede, (incluido el pequeño catálogo de obituarios) queda fehacientemente demostrado que existe una diferencia en el trato que otorgan los medios de comunicación –en este caso concreto la prensa escrita– a los hombres y a las mujeres. Los ejemplos son infinitos, y puedo aportar aún muchos más que reproducen, una y otra vez, el esquema aquí planteado. Ellas son el objeto observado del que se dice cómo son o qué son, mientras ellos son individuos que actúan y son representados en su acción individual. Ellas son representadas como parte del género femenino (una mujer, la primera mujer) ellos son representados en su individualidad. Ellas son juzgadas por tanto como parte de un colectivo de mujeres al que pertenecen, ellos son juzgados como individuos con nombres y apellidos que toman sus decisiones. Todo esto no puede más que ser interpretado como que existe una sanción informativa constante para las mujeres por el hecho de pertenecer al otro colectivo que no somos nosotros.

Y tanto más se puede observar esta sanción constante de los medios impresos cuanto más sesgado es el perfil de género del medio. Así, la prensa deportiva sanciona aún con mayor dureza a las deportistas que la prensa de información general, ya que el perfil de género de aquélla es aún más masculino que el de ésta. Lo mismo cabría decir de la prensa erótica, donde la mujer es ya reducida a mero objeto de disfrute sexual para el hombre.

Como los productores de información (hombres y mujeres) no tienen en su esquema conceptual para operar con la realidad una herramienta o instrumento con el cual abordar las cuestiones de género, la representación de ellas, en tanto objeto observado esporádico, ajeno, excepcional y genérico llama poderosamente la atención por su pintoresquismo , por decirlo con una palabra suave. Como no son representadas en su actuación individual, sino como parte de un género ajeno, son las reinas, las princesas, las estrellas, las damas de hierro, las muñecas, las sirenas, las boxeadoras, las viudas negras, las mujeres, las chicas, las niñas, las damas... y se las escudriña en busca de gestos, actitudes, señales, comportamientos, aditamentos... que delaten que son ellas, las otras, las mujeres las que no forman parte del nosotros los hombres. A veces se encuentra el adjetivo o la metáfora elogiosa y otras la peyorativa o ridícula, pero siempre esa necesidad de señalar las acciones de los unos y la apariencia o actitudes de las otras, y ponerlo de relieve.