I

El recién nacido

1. ¿Qué deben tener claro los padres cuando deciden tener un niño?

Es mi deseo que, al criar a vuestro hijo, os pongáis a desarrollar vuestras propias ideas acerca de lo que es realmente importante para vosotros en la vida, y que esta comprensión os guíe en las decisiones que toméis acerca de cómo criar a vuestro hijo. Por tanto, lo que debéis tener claro en primer lugar es vuestro sentido de la vida en común y cómo transmitírselo a vuestro hijo.

En el mundo actual, criar a un niño no deja de ser un verdadero laberinto para muchos padres. Se están perdiendo muchas convicciones, algunas un poco trasnochadas, acerca de una clase de moral, un tipo de carácter y de logros, que nosotros deseábamos para nuestros hijos y que hemos tratado de poner en práctica en el pasado, antes de que nuestro mundo cambiase tanto. Existe cierta incertidumbre y estamos preocupados por el tipo de mundo que les espera cuando sean adultos. El ritmo de los cambios sociales, religiosos y técnicos es abrumador. Nos cuesta trabajo seguir ese ritmo acelerado para ponernos al día y comprender los riesgos y oportunidades que comportan todos estos cambios para el bienestar de nuestros hijos. Entre todas estas cuestiones destacan las referidas a violencia, sexo, drogas y, muy en particular, al acceso a una información exhaustiva a través de los medios de comunicación y sobre todo de Internet.

En un mundo con tanta incertidumbre ante el futuro, deberíamos preguntarnos qué es lo que debemos tener claro acerca de nuestras metas al traer un niño a este mundo y poner en orden nuestras prioridades: la escuela y los estudios, la capacidad para mantener relaciones humanas aceptables, un fuerte sesgo competitivo para sobrevivir en la agresiva sociedad de hoy día, la cooperación con los demás y el trabajo en beneficio de los otros. Estas cuestiones u otras similares bullen en el interior de muchos padres que cuidan y crían a sus hijos en el momento actual. Criar a un niño es un continuo proceso de elección y de toma de decisiones. Y para ello deberíais pensar en estas importantes preguntas antes de tomar esas decisiones. De lo contrario, podéis quedar, como muchos padres, tan atrapados en las dificultades que surgen a diario en relación con el modo en el que están criando a sus hijos, que llegan a perder la perspectiva de cuál es la razón primera por la que lo están criando.

En general, el objetivo final de criar a un niño debe ser conseguir un adulto con una formación completa, para que llegue a ser un miembro feliz y productivo en nuestra sociedad.

2. Aquí está; y ahora ¿qué hacer?

Antes de llegar a casa, e incluso antes de que nazca vuestro hijo/a, debéis tener arreglado el tema de la ayuda en casa; en lo que respecta bien a la colaboración mutua en el cuidado del bebé, o bien a las faenas domésticas: eso te permitirá centrarte mejor y de una manera más descansada en el bebé. La persona más adecuada para esta ayuda es el padre, quien, si puede, debe pedir un permiso en esas primeras semanas, aunque sea tomándolo de las vacaciones anuales.

Con frecuencia, para muchas mamás las primeras semanas en casa son una de las épocas más duras de su vida. Es posible que te sientas con exceso de trabajo y superada por las circunstancias. Unos días sin dormir te pueden producir sensación de fatiga. Al principio te parece que lo puedes sobrellevar, pero, poco a poco, al repetirse siempre lo mismo, se van acumulando las horas sin dormir y el cansancio se apodera de ti, por lo que todo puede parecerte mucho más difícil de lo que es en realidad. Cuidar de un bebé puede llegar a ser una situación solitaria y una responsabilidad estresante. Puedes llegar a plantearte si te será posible llevar a cabo todo el trabajo. La solución es pedir ayuda o tenerla concertada de antemano.

Nadie puede pensar en que va a ser capaz de atender a su bebé sin ayuda. Todos los bebés despiertan por la noche una o más veces, sobre todo durante el primer mes.

La única manera de evitar estar siempre con sueño es intentar saber qué horas necesitas dormir cada día y tratar de conseguir ese sueño con pequeñas siestas.

Trata de acostarte pronto por la noche. Cuando veas que tu bebé duerme durante el día, intenta hacer lo mismo, ya que tu hijo no necesita que estés observándolo todo el día por si pasara algo. Si estuviera malito, cosa que no es frecuente, tendrá síntomas que puedes detectar sin necesidad de estar mirándolo mientras duerme. Durante estas siestas, desconecta tu teléfono y pon un cartelito en tu puerta: «Estamos descansando». Ahora bien, si consideras que con estas medidas no consigues un sueño adecuado y sigues cansada y sobrepasada, procura que alguien te ayude y te permita descansar durante esas siestas.

Debes tener siempre presente que, si no cuidas de ti misma, no serás capaz de cuidar de tu bebé.

3. ¿Es cierto que si el niño nace con fórceps puede sufrir daños?

Aunque nunca ha sido bien visto por los profanos, el fórceps rinde unos beneficios inestimables cuando se cumplen los requisitos necesarios para su aplicación —dilatación completa del cuello y cabeza fetal encajada—, y cuando existe una indicación justificada. La extracción con fórceps se realiza cuando es necesario acortar la duración del parto en beneficio de la madre o del feto.

Las cucharas o las ramas del fórceps agarran de forma simétrica la cabeza del feto sobre una parte dura muy resistente: los huesos parietales situados a ambos lados de la cabeza. Para realizar la tracción de salida se proporciona a la madre algún tipo de anestesia para que la maniobra no resulte dolorosa.

Por otra parte, ha de quedar claro que las espátulas son una variante de fórceps y consisten en dos palancas metálicas parecidas a las del fórceps con las que también puede extraerse el feto. Tienen una aplicación más fácil y las mismas indicaciones que el fórceps.

Así pues, no es cierto que el niño deba sufrir daños por el fórceps, excepto por el hecho de que, en ocasiones, aparecen sobre la cabeza, y más raras veces sobre la cara, unas marcas amoratadas relacionadas con la zona de la presa. Debéis pensar que cuando se realiza un fórceps o cualquier otro tipo de parto instrumental es porque existe alguna indicación de que algo no transcurre normalmente y, si llegara a haber problemas, estos podrían estar relacionados más con la causa que hace necesario el uso del fórceps que con el instrumento en sí mismo y la forma de aplicarlo.

4. ¿Qué daños puede sufrir el niño que nace con una cesárea de urgencia?

La cesárea de urgencia se realiza por problemas de la madre o del propio feto. Esta circunstancia hace que el neonato pueda tener problemas, pero serán los derivados de la causa que ha motivado la cesárea. Por ejemplo, si la madre tiene una placenta previa y está sangrando, el neonato puede nacer anémico. Si se trata de un parto prematuro, tendrá los problemas comunes relacionados con una menor edad gestacional y estos serán mayores cuanto menor sea la duración de la gestación.

En España cerca del 20% de los niños nacen actualmente por cesárea. Según algunas estadísticas, en Estados Unidos más del 24% de los niños nacen por cesárea.

En una cesárea el bebé sale directamente del útero sin atravesar el canal del parto. La mayor parte de las veces se efectúa una cesárea porque la madre ha tenido otro niño por cesárea o porque el obstetra cree que si el bebé nace por vía vaginal puede haber daño. En otros casos, se comprueba que los latidos del feto son anormalmente lentos o se hacen irregulares y se lleva a cabo una cesárea de urgencia en vez de correr el riesgo de permitir progresar el parto.

La experiencia de un nacimiento por cesárea es muy diferente a la del parto vaginal. La operación dura aproximadamente una hora y en ella se puede utilizar anestesia general o epidural.

A causa de los efectos de la anestesia, los bebés nacidos por cesárea tienen a veces una ligera dificultad para respirar y en los primeros momentos necesitan algo más de ayuda.

Los niños que nacen por cesárea parecen más «guapos» que los nacidos por parto vaginal, ya que no tienen que pasar a través del canal del parto. El resultado es una cabeza perfectamente redonda en vez de alargada y «apirulada».

No debe sorprender que el bebé esté ligeramente adormilado por la anestesia durante seis o doce horas. Si lo vas a amamantar, debes tratar de empezar a hacerlo tan pronto como te encuentres bien. Aunque esté adormilado, este primer alimento proporcionara al bebé un motivo para despertarse y tomar contacto contigo y con el mundo.

La césarea en sí misma, urgente o programada, no suele provocar problemas en el bebé.

5. Lesiones de parto

Las lesiones que pueden producirse en el niño en el curso del parto son muy variadas, aunque, por suerte, cada vez son menos frecuentes. Aparecen más habitualmente si el parto es muy largo o difícil y también si el niño es grande.

Una de ellas es la fractura de clavícula, que curará por sí sola con una simple inmovilización del brazo. Después de unas semanas puede palparse un bultito en la zona de la fractura: se trata de un signo positivo de que se está formando un nuevo hueso para corregir la fractura (callo de fractura), que puede mantenerse durante unas semanas.

También es posible que se note cierta debilidad de los músculos del brazo, causada por otra lesión de parto debida a la presión o el estiramiento ejercidos durante el parto en un lado de la cara, en el hombro o en el brazo; esta tensión produce una parálisis braquial que, en general, no suele durar más que unas semanas. Durante este tiempo consulta con tu pediatra como manejar al niño para acelerar la curación.

6. ¿Cómo se debe coger al bebé?

Los recién nacidos controlan mal la cabeza; el tono del cuello todavía no está lo bastante desarrollado. Por ello es muy importante cuidar el modo en el que se coge al bebé, prestando atención especial a la cabeza. A partir del mes ya tiene un mejor tono del cuello y sostiene algo mejor la cabeza, pero todavía necesita que se la sujetes con la mano cada vez que lo coges o lo transportas.

Para levantarlo de la cuna debes sostener su cuerpo con un brazo desde las nalgas a la cabeza. Coloca tu brazo al lado del bebé, paralelo a su cuerpo, antes de alzarlo con ese brazo. Al mismo tiempo, con la otra mano, sujeta la parte alta de la espalda, junto con el cuello y la cabeza, de manera que el occipucio (parte posterior de la cabeza) quede apoyado en la palma de la mano. Debes levantarlo lentamente, de una manera suave, para que no tenga la sensación de caerse (reflejo de Moro), al mismo tiempo que le hablas dulcemente, para que se acostumbre a tu voz y para que le disminuya la sensación de movimiento al levantarlo.

7. ¿Cómo se limpia el cordón umbilical?

El cordón umbilical es el último vestigio de la comunicación del niño con su madre en el útero. Es necesario prevenir la infección manteniendo esa zona seca y expuesta al aire. En el momento del nacimiento, el cordón está brillante y húmedo y poco a poco se va secando, se torna negro y llega a caerse entre la primera y la cuarta semana de vida. Esta situación puede darse mucho antes, pero también mucho después. Algunos bebés parece que nunca quieren deshacerse del cordón. Hasta que suceda debes mantener la zona seca, evitar los baños y dejar el cordón expuesto al aire. Es muy prudente doblar el pañal hacia abajo y la camisetita hacia arriba, dejando el cordón por encima del pañal, sobre todo en varones, así como limpiarlo con alcohol u otro antiséptico, clorhexidina por ejemplo, aunque siempre tratando de proteger la piel de alrededor con alguna crema o loción infantil antes de limpiar el cordón.

Si se ha hecho una cuidadosa limpieza y se ha mantenido la higiene del cordón siguiendo las instrucciones de tu pediatra, es difícil que el cordón esté infectado, aunque tarde en caerse. Pero si, a pesar de todo, te parece que está infectado porque tiene la piel roja alrededor —hecho que también puede deberse al alcohol—, o porque se produce en el cordón o en su base una secreción, que puede tener mal olor, debes avisar al pediatra. La infección necesita tratamiento.

Si el cordón ya se ha caído, pon alcohol o clorhexidina (cristalmina) en el hueco. Con la exposición al aire y la sequedad que se produce se contribuye a la cicatrización. Esa es la razón por la que conviene asegurarse de que el pañal queda doblado por debajo de la región del ombligo.

No debes poner nunca polvos de talco ni otro tipo de polvos en el ombligo, ya que pueden causar irritación y reacción del tejido produciendo un abultamiento conocido como granuloma.

Evita las pomadas o cremas, ya que retrasan el secado y la cicatrización.

8. ¿Qué pruebas se le hacen al recién nacido en el hospital?

Hoy la realización de muchas pruebas de detección de enfermedades (screening o despistaje) en el nacimiento no es económicamente rentable. En la mayoría de los países, al igual que en el nuestro, solo se detectan tres enfermedades: fenilcetonuria, hipotiroidismo e hiperplasia suprarrenal congénita (una enfermedad metabólica, la más frecuente, y dos enfermedades endocrinológicas). Actualmente se ha añadido la detección de hemoglobinopatías. Si se detectaran muchas más enfermedades, se encarecerían los costes y ello podría ir en detrimento de otras necesidades.

Algunos niños son portadores de alguna de estas tres enfermedades, consecuencia de defectos enzimáticos y que producen o bien la falta de sustancias importantes para una vida normal, o bien la acumulación de otras nocivas que pueden dar lugar a defectos importantes, sobre todo a nivel del sistema nervioso central (SNC), provocando retraso mental.

El método de screening que usamos permite detectar precozmente esas enfermedades. Se obtienen unas gotas de sangre por medio de un pinchazo en el talón, a las 48 horas de vida, para la detección del hipotiroidismo y la hiperplasia suprarrenal, y otro segundo pinchazo a partir del quinto día de vida (dos horas después de la última toma) para la detección de la fenilcetonuria. En el caso más frecuente, de parto normal, solo se realizará en la clínica el primer análisis, ya que la mayoría de recién nacidos solamente permanecen dos días en la maternidad. El segundo análisis deberá ser llevado a cabo por el pediatra de cabecera después del quinto día, o bien en la maternidad si aún permaneciera allí después de cinco días.

A las dos o tres semanas se recibirán en el propio domicilio los resultados. Por ello es muy importante que en la tarjeta de recogida de la sangre vayan bien cumplimentados los datos personales. Cada comunidad autónoma proporciona el teléfono de contacto para solicitar los resultados si a las tres o cuatro semanas no se hubieran recibido.

En caso de que se presente alguna de las patologías, la correspondiente consejería de sanidad se pone en contacto de inmediato con el centro hospitalario y con la familia para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento, si fuera preciso.

9. ¿Qué significan estas enfermedades y cómo se actúa tras el screening?

La fenilcetonuria se da en uno de cada 10.000 ó 20.000 recién nacidos. Es una enfermedad en la que se detecta en la sangre fenilalanina, una sustancia tóxica para el cerebro en cantidad superior a 4 mg/l. Si la prueba resulta positiva, se establece contacto con los padres para confirmar el diagnóstico y, en caso de que esta confirmación sea positiva, se inicia el tratamiento de modo inmediato, con una dieta pobre en fenilalanina, a ser posible antes de los veintiún días de vida.

Los niños que padecen hipotiroidismo congénito, presente en uno de cada 4.000 recién nacidos, son clínicamente normales al nacer; sin embargo, a los siete o diez días pueden aparecer signos típicos de la enfermedad

El 90% de los casos de hipotiroidismo congénito se debe a una ausencia parcial o total de la glándula tiroidea. Por este motivo el tratamiento debe aplicarse de por vida. La hormona tiroidea es mucho más importante en la infancia que en la edad adulta, y en los primeros meses de vida resulta esencial para el desarrollo cerebral normal, además de actuar en otras importantes funciones.

La hiperplasia suprarrenal congénita incluye un grupo de trastornos que conducen a un punto único que es la falta de síntesis de cortisol. En Europa la frecuencia con la que se da esta enfermedad oscila entre 1/5.000 y 1/20.000 recién nacidos. La sustancia que se detecta en esta prueba es la 17-hidroxiprogesterona; valores de ella superiores a 35 ng/ml son indicativos de la presencia de la enfermedad y de la necesidad de instaurar un tratamiento sustitutivo.

La dificultad para reconocer el síndrome en recién nacidos y su gravedad ha hecho que esta enfermedad haya quedado incluida en las pruebas de screening.

10. ¿Qué tipo de reconocimiento se le hace al recién nacido?

En la sala de partos se actúa para lograr que toda parturienta tenga un recién nacido saludable con el máximo potencial de crecimiento y de desarrollo para el futuro. Al ponerse en contacto con el mundo exterior, el recién nacido, mojado en el ambiente del que procede y debido a la labor del parto, puede tener una bajada de temperatura y dificultades para iniciar la respiración. Con el fin de prevenir o solucionar estas situaciones, se procede según los pasos que a continuación se exponen.

Al salir del canal del parto y hasta que se corte el cordón umbilical, el recién nacido debe estar a la misma altura que la placenta, para evitar innecesarios trasvases de sangre desde él a la placenta, o viceversa.

Se coloca al bebé bajo un ambiente de calor (en una cuna radiante o un foco calorífico), se le seca con toallas calientes, se aspiran las secreciones que presenta en la boca y en las vías aéreas y, al minuto y a los cinco minutos de vida, se realiza el test de Apgar, que evalúa el estado del recién nacido a partir de cinco parámetros: frecuencia cardiaca, respiración, tono muscular, color y reflejos.

Una vez realizadas estas maniobras y comprobado que el bebé está bien, se le entrega a la madre para que lo ponga sobre su cuerpo y se inicie el contacto madre-hijo

Tras la atención en paritorio se aplican otra serie de cuidados comunes a todo recién nacido:

En las primeras seis horas, o fase de transición, se controlan la actividad general, la actitud, el tono, el pulso, la respiración y la temperatura, así como el modo en el que el bebé efectúa la primera toma de alimento.

Al salir de la sala de partos es importante el intervalo comprendido entre las seis y las doce horas siguientes, pues en ese lapso de tiempo, además de recuperarse la madre, el recién nacido está sometido a unos cambios importantes para continuar la adaptación a la vida extrauterina que inició al nacer. Las adaptaciones más importantes son la del sistema cardiorrespiratorio y la de la regulación de la temperatura. Por ello, durante esas primeras seis horas se mantiene en una observación más detallada por parte del personal, que estará, siempre que sea posible, atendiendo a la madre. En aquellos casos en los que la madre no está consciente —cesárea o parto instrumental—, esa observación se hace en una unidad de transición por medio del personal de enfermería. A veces esta estancia se prolonga hasta doce horas.

11. ¿Qué exploración se realiza en las doce horas siguientes al nacimiento?

Durante estas horas es cuando, con motivo de esa adaptación extrauterina, pueden aparecer algunos problemas neonatales que no se han detectado al nacer, tales como exceso de secreciones, obstrucción de las vías aéreas, posturas anormales, movimientos anormales o dificultad respiratoria…

En esas horas se controlan las constantes (pulso, respiración, temperatura), se realizan las maniobras de la cadera (Barlow y Ortolani) para comprobar si la cadera es luxable o no, se evalúa la clavícula, para comprobar que no existe fractura, y se valoran la actividad general, el control de los reflejos, la vista, el oído y la aceptación de la primera toma, que suele ser de agua.

Una vez estabilizado el bebé, se le da un baño a temperatura adecuada, se le viste y se le coloca en una cunita al lado de su madre para que continúe el amamantamiento.

También es en esta etapa cuando se desarrollan las medidas profilácticas del cuidado de los ojos para evitar una infección ocular, con unas gotas de nitrato de plata o de un antibiótico (profilaxis de Credé); la administración de vitamina K, para evitar la enfermedad hemorrágica del recién nacido; el cuidado del cordón umbilical, la toma de la primera muestra del talón para la detección de enfermedades metabólicas (hipotiroidismo e hiperplasia suprarrenal) y la administración de la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B.

12. ¿Por qué hay tantos mitos acerca de que en las clínicas privadas atienden mejor al bebé y a la mamá?

La diferencia fundamental entre las clínicas privadas y las maternidades públicas radica en la diferente concepción del cuidado de los niños y de sus madres. Las maternidades públicas suelen estar englobadas en la estructura de un hospital general con todo tipo de servicios o, en su defecto, conectadas con otros hospitales de mayor nivel para el caso de la existencia de problemas. Así, por ejemplo, ante un parto prematuro las maternidades públicas disponen de unidades neonatales con todo tipo de medios. Asimismo, si en cualquier caso la madre tiene algún problema, siempre dispone del personal sanitario de cualquier especialidad para su atención y tratamiento.

En el momento actual el régimen de visitas, que era más restrictivo que el de las clínicas privadas, ya no lo es tanto, y la familia, en especial el padre, puede estar con la madre y el bebé durante todo el ingreso.

Quizá las supuestas ventajas de la sanidad privada están relacionadas con el contacto directo con el mismo ginecólogo en todo momento, durante el embarazo y el parto, lo que no siempre es posible en la pública, y con el hecho de disponer de una habitación individual, lo que por el momento tampoco se da en la pública. Sin embargo, son muchas las ocasiones en las que un mismo ginecólogo de la sanidad pública sigue a la paciente todo el tiempo, aunque, debido a las guardias o a otros motivos, es posible que le atienda otro miembro de la plantilla en algunos momentos. El personal de que dispone la sanidad pública no es comparable con el de la privada, en la que es menor el número de facultativos de guardia fuera de las horas habituales de trabajo.

En muchos casos, desde la sanidad privada se trasladan embarazadas o recién nacidos a la pública, al no disponer de medios para atender cierto tipo de casos como los partos múltiples, los embarazos o partos de alto riesgo, o el nacimiento de prematuros muy pequeños o con riesgo de malformaciones congénitas.

En resumen, en una clínica privada, con garantías, se atienden bien los partos normales; en caso de problemas se recurre más frecuentemente a la sanidad pública. Actualmente muchas clínicas privadas tienen una organización similar a los hospitales públicos.

13. ¿Qué es el calostro?

El calostro es la leche segregada en los primeros días de lactancia hasta que es sustituida por la leche madura. Tiene una consistencia más ligera que esta y una coloración amarillo-anaranjada; es producido por la mayoría de las mujeres aproximadamente a partir del quinto mes de embarazo. Una madre lactante produce entre 15 y 50 ml de calostro.

Es una sustancia rica en proteínas y contiene también anticuerpos, que protegerán al bebé contra las infecciones hasta que a partir de los seis meses desarrolle su propia inmunidad. Puede decirse que es un concentrado de factores inmunológicos, por lo que se le llama «la primera vacuna». Con respecto a la leche madura, el calostro proporciona más sales minerales y anticuerpos —inmunoglobulinas, lisozima y lactoferrina—. Esta última sustancia controla la absorción y excreción de hierro.

Tiene un contenido muy bajo en grasas y lactosa y, por tanto, menos calorías, lo que facilita la digestión y también, por su efecto laxante, la eliminación del meconio, es decir, de las primeras heces de color negruzco.

El recién nacido en estos primeros días no necesita nada más que el calostro, ni siquiera agua o suero glucosado Para comprender mejor su importancia, debes saber que si en los primeros días ingiriese 100 ml de calostro, tomaría más proteínas y 5 veces más inmunoglobulinas que ingiriendo leche madura.

14. ¿Cómo controlar si el bebé toma suficiente alimento?

La leche, materna o de fórmula, es la fuente fundamental de la nutrición, tanto en la etapa de recién nacido como durante los doce primeros meses. Debes determinar un horario de tomas y estar segura de que tu hijo ingiere suficiente cantidad y calorías para su crecimiento. El establecimiento de un horario no significa que deba ser muy rígido ni en la hora ni en la cantidad que debe tomar. Es más importante atender a las señales que proporciona el bebé y cubrir sus necesidades.

Si se alimenta con fórmula, probablemente llorará al final de la toma si no ha tomado suficiente. Si toma demasiado en los primeros diez minutos, parará y se quedará dormido.

Los niños alimentados al pecho se comportan de forma diferente, porque no siempre lloran si tienen hambre, y la única forma de saber si toman suficiente es observar su curva de peso. Durante las primeras cuatro semanas debe alimentarse cada tres horas, y es conveniente procurar que no se duerma durante las tomas. Los primeros quince días se debe dejar que se alimente a demanda, procurando que transcurran al menos dos horas entre toma y toma.

Una manera objetiva de controlar su alimentación es pesar al bebé cada una o dos semanas. Durante la primera semana suelen perder peso, incluso hasta el 10% del registrado en el momento del nacimiento, pero después debe ganar de forma constante.

Al comienzo de la segunda semana debe pesar al menos lo mismo que al nacer.

Si ya has lactado a otros hijos, la leche subirá antes, de manera que el nuevo bebé perderá menos peso y lo recuperara mucho antes, en dos o tres días. Con cada niño la leche subirá antes y el volumen aumentara más rápidamente.

La leche, materna o de fórmula, es la fuente fundamental de la nutrición, tanto en la etapa de recién nacido como durante los doce primeros meses.

15. ¿Necesitan agua los bebés?

Está bien documentado el hecho de que los recién nacidos alimentados al pecho no suelen necesitar agua de bebida añadida al líquido que ya proporciona la leche materna. En la mayoría de las clínicas u hospitales se proporcionan unos biberones de suero glucosado para ofrecerle al recién nacido en las primeras horas de vida, durante el tiempo en el que la madre no tenga leche o no esté con el niño. No obstante, esta práctica deberá utilizarse lo menos posible si se sigue la norma de que el bebé esté siempre con la madre y de que esta, al menos en los primeros días, lo ponga al pecho a demanda.

En la actualidad la tendencia de poner al pecho al niño lo antes posible se ha extendido y es una medida muy beneficiosa, tanto para el niño como para la madre. El contacto precoz estimula el establecimiento del vínculo y el contacto piel con piel de madre e hijo es fundamental en este sentido. La estimulación muy precoz de la glándula mamaria por parte del recién nacido permite que se inicie antes la producción de leche, por lo que es menos necesaria la utilización de otras bebidas. Sin embargo, también está indicado que en la exploración del recién nacido se compruebe si succiona y deglute bien, para lo cual lo más adecuado es la utilización de agua, no de suero glucosado. Así comprobamos si el niño no tiene ningún trastorno de la deglución, se atraganta, tose, etc., lo que obligaría a realizar una serie de pruebas. Una vez superada esta prueba se pone al niño con su madre.

Aparte de esta primera etapa que puede transcurrir en las clínicas donde se le pone suero glucosado en un biberón, de ahí en adelante lo más indicado es ofrecer al bebé agua del grifo hervida. La mayor parte de las veces no la tomará porque no la necesita. Si el niño se está criando con alimentación artificial, también se ofrece este tipo de agua, aunque en la primera etapa de la vida, primer mes, raras veces la necesita si toma cantidades adecuadas de leche.

El neonato con lactancia materna no necesita ingerir agua en el primer mes de vida, ya que la leche de su madre, cuando está bien alimentado, le proporciona las calorías, principios inmediatos, sales y agua necesarios para un correcto desarrollo.

Una buena muestra de ello es la constatación de que un niño criado al pecho presenta unas deposiciones semilíquidas por las que aparentemente «pierde» una cantidad de agua que no necesita.

Cuando haga calor, se le puede ofrecer al niño un biberón con agua entre las tomas, pero sin forzarle ni preocuparse si lo rechaza. Los recién nacidos alimentados al pecho generalmente no necesitan agua extra.

Bien diferente es la situación del bebé que no está bien alimentado al pecho, ya que no solo no gana peso, sino que tampoco hace sus deposiciones regularmente. En estas condiciones, el problema puede no ser solo de falta de agua, sino también de falta de alimento. En cada caso deben estudiarse las posibles causas y, en todo caso, se ha de ofrecer agua suplementaria.

El niño con alimentación con fórmula adaptada (lactancia artificial) está en otras circunstancias y puede necesitar agua entre tomas en caso de encontrarse en un ambiente caluroso, si tiene fiebre o si se le administran biberones de fórmula más concentrados de lo normal. Esta última circunstancia debe vigilarse estrechamente: ofrecer agua entre horas puede resolver el problema si al mismo tiempo se vuelven a preparar los biberones a concentraciones normales.

16. ¿Es recomendable que algún pariente cercano esté en casa con la mamá y el bebé en los primeros días tras el parto?

Al llegar a casa, los primeros días te encuentras agobiada por mil razones y sobre todo por la gran responsabilidad de cuidar a tu hijo. Te parecen muchas cosas las que tienes que hacer, pero evidentemente lo más importante es el niño. Por eso es muy importante que alguien de la mayor confianza esté contigo para que, siempre que sea posible, te ayude en las tareas de la casa, para que tú puedas dedicarte más y mejor a tu hijo.

El bebé nota perfectamente, ya desde recién nacido, si lo estás cuidando de una forma mecánica, automática, con la mente puesta en otra cosa: la comida, el trabajo, la cena de esta noche, etc., como puede suceder en muchas ocasiones; o si, por el contrario, estás plenamente dedicada a él.

Tu hijo es «egoísta» y exige que cuando lo atiendes pongas tus cinco sentidos en él. Puede parecer difícil cuando tienes otras cosas en las que pensar o hacer, pero intenta concentrarte en esos momentos en los que lo alimentas, lo bañas o lo vistes. Le gusta que le hables, así que cuéntale con todo detalle todas esas cosas que tanto te preocupan y te distraen mientras lo cuidas. Verás cómo diriges más tu atención a tu hijo a medida que responde a tu voz, mientras le cuentas a él las causas de tu distracción.

Sin embargo, hay días en los que no puedes escapar a tus preocupaciones o a tus ocupaciones. En esos días tan conflictivos sería conveniente que te tomaras un descanso de madre, si fuera posible. Consigue que alguien de confianza (tu madre, tu hermana, tu vecina) lo cuide y vigile durante un par de horas. Durante ese tiempo puedes hacer algo que te distraiga o que tienes necesidad de hacer. Esta salida te ayudará a relajarte y verás que, al poco tiempo, sentirás que estás deseando volver a estar con tu hijo.

No debes pensar que tienes que dejar en otras manos a tu hijo cada vez que no estás en las mejores condiciones posibles, ni tampoco has de creer que por unos cuantos cambios de carácter vas a provocar un daño irreparable en el niño. Tu hijo no va a sufrir por unas cuantas alteraciones tuyas.

17. Peso y medidas al nacer

Uno de los factores que más preocupan a las familias es el peso y la longitud de los niños a cualquier edad. Y ello es mucho más significativo en el momento del nacimiento. Entre los elementos que te permiten valorar la salud de tu hijo al nacer están sus medidas: peso, longitud y perímetro craneal. Una de las primeras preguntas de la madre y del padre es cuánto pesa y cuánto mide su hijo. En el momento actual, si durante el embarazo se han realizado ecografías seriadas, es habitual que los padres ya tengan una idea aproximada de lo que va a pesar el niño. Sin embargo, puede haber sorpresas y, además, los padres siempre quieren confirmar las previsiones y compararlas con el peso real al nacer.

Para la mayoría de los recién nacidos de un embarazo a término (de 40 semanas), las cifras estándar de peso y longitud se encuentran entre 3 y 4 kg y entre 48 y 52 cm. Las medidas se relacionan con una serie de factores como la duración del embarazo, la talla de los padres, las complicaciones durante el embarazo, la nutrición de la madre y, de manera especial, factores por otra parte evitables como el consumo de tabaco o alcohol durante el embarazo.

El peso y la longitud deben relacionarse en las curvas de crecimiento, en las que se valora la relación del peso o la longitud con la edad de gestación. Con esas curvas, denominadas percentiles, se valora el bienestar y el desarrollo de tu hijo.

18. Cambios de peso, longitud y perímetro craneal del niño en el primer mes

Al nacimiento, en el peso total se incluye un exceso de líquido que va perdiendo durante los primeros días. Los recién nacidos pueden llegar a perder hasta el 10% de su peso de nacimiento en los primeros cinco días. Esa pérdida se recupera en otros cinco días, de manera que hacia los diez días suelen pesar lo mismo que al nacer.

Iniciando la alimentación más precozmente se evita una pérdida de peso tan grande y la recuperación del peso del nacimiento es más precoz.

Tras recuperar el peso del nacimiento, algunos niños crecen muy rápidamente, en especial con unos aumentos de peso que tienen lugar entre el séptimo y el décimo día y de la tercera a la sexta semanas de vida. La ganancia media es de 20 a 30 g de peso al día, de manera que al mes suelen pesar unos 4 kg, y aumenta de 2,5 a 4 cm durante el primer mes. Los niños tienden a pesar algo más que las niñas (unos 400 g más) y también tienden a ser algo más largos (1,25 cm).

El pediatra suele controlar el perímetro craneal porque es un fiel reflejo del crecimiento del cerebro. Crece mucho más rápidamente durante los primeros cuatro meses que en el resto de su vida. Al nacer, la media es de 34 a 35 cm. Al igual que el peso y la talla, el perímetro craneal de los niños es algo mayor que el de las niñas (1 cm de media).

Estos datos no siempre son iguales para todos los niños. No todos nacen con los mismos pesos y tallas ni llevan el mismo ritmo de crecimiento.

El pediatra orientará a los padres sobre el aumento adecuado de cada niño en particular y por ello cada niño debe compararse solamente consigo mismo.

19. ¿Goza un neonato con peso superior a la media de una salud particularmente buena?

No siempre. El exceso de peso al nacer puede estar relacionado con la presencia de enfermedades metabólicas maternas, principalmente la diabetes, que puede ser gestacional (transitoria) o verdadera. La diabetes materna puede tener repercusiones importantes en el estado de salud del recién nacido, tales como hipoglucemia o distrés respiratorio, debido al intento del neonato de compensar la alteración metabólica de su madre.

En todo niño que nace con un peso excesivo para su nacimiento, al que se denomina «grande para su edad gestacional», sin que tenga una relación directa con las características de los padres (padres de un tamaño grande), siempre se investiga la posibilidad de que exista una diabetes o prediabetes en la madre.

Por otra parte, un excesivo desarrollo del feto antes del parto puede provocar una desproporción pélvico-cefálica, si su cráneo es demasiado grande para las dimensiones de la pelvis de la madre. Ello puede dificultar el parto o incluso dar lugar a una cesárea.

20. ¿Pueden tener problemas los recién nacidos con peso bajo al nacer?

El peso y la longitud del recién nacido se comprueban en las tablas de crecimiento. Todos los niños que están por debajo del percentil diez se consideran de bajo peso para la edad gestacional.

Los recién nacidos de bajo peso pueden tener problemas de alimentación en los primeros días y, en ocasiones, necesitan una cantidad extra de alimento para prevenir la hipoglucemia, es decir, el bajo nivel de azúcar en la sangre. También pueden tener problemas para mantener su temperatura.

Estos valores de peso y de longitud al nacer no son indicativos de que el niño vaya a estar en el futuro por debajo de los percentiles normales, pero durante los primeros días ayudan al pediatra a determinar los posibles tipos de actuaciones especiales.

Por otra parte, los recién nacidos de bajo peso, aunque sean a término, responden a los estímulos algo peor que los demás bebés. Al principio pueden estar un poco más adormilados y parece que no están tan atentos como los nacidos con peso adecuado. Al cabo de unas semanas parecen despertar y empiezan a comer de una forma exagerada, como si quisieran recuperar en poco tiempo el peso perdido. Sin embargo, se mantienen irritables e hipersensibles a la estimulación que se le hace entre las tomas. Esta irritabilidad puede mantenerse hasta que el niño crezca y madure algo más. El periodo de irritabilidad pasará más rápidamente si se lo protege de un exceso de estimulación y se le tranquiliza de manera adecuada.

21. ¿Qué significan los cambios en el ritmo respiratorio?

Normalmente tu hijo respira entre cuarenta y sesenta veces por minuto. Este patrón es más regular cuando está dormido. Cuando está despierto, puede respirar con rapidez por un corto periodo de tiempo, produciéndose una pausa breve, de unos diez segundos o menos, antes de volver a la respiración normal. Si el niño tiene fiebre, su respiración se incrementa alrededor de dos respiraciones por minuto por cada grado de temperatura que supere la normal. Una nariz obstruida con secreciones también puede interferir con la respiración, porque los conductos nasales son estrechos y se llenan con facilidad. Este tipo de problema se puede resolver con un humidificador de aire y succionando la nariz con un aspirador nasal. En ocasiones es útil aplicar unas gotitas de suero fisiológico para conseguir que el moco se haga más fluido y se pueda aspirar mejor.

22. ¿Es cierto que escuchar ruidos es positivo para el niño y que no es conveniente acostumbrarlo al silencio?

Algunos padres mantienen un ambiente extremadamente silencioso cuando su hijo está durmiendo y así lo están preparando para que solo pueda dormir en esas condiciones ambientales programadas. A la larga, resulta imposible mantener esas condiciones de forma permanente y todo ese esfuerzo puede resultar contraproducente.

La cantidad y el tipo de ruidos que un bebé puede tolerar para dormir dependen en gran parte del tipo de ambiente al que se ha acostumbrado ya antes del nacimiento, al que se le acostumbra después del nacimiento y también a su propio temperamento individual. Como los niños tienen una actitud diferente respecto al ruido, debéis comprobar hasta dónde es conveniente protegerlo del ruido. Si el pequeño es sensible a los sonidos y se despierta constantemente, se debe disminuir la intensidad del ruidos. Pero si el niño duerme bien en cualquier ambiente, es innecesario aislarlo y debe aprender a convivir con los ruidos cotidianos de su casa. Es evidente, no obstante, que hay casas excesivamente estrepitosas, en las que debería moderarse el ruido por el bienestar de toda la familia, no solo del niño.

Como norma general se debe acostumbrar al niño al ruido ambiental habitual en la casa en la que va a vivir, es decir, acostumbrarle a su vida real.

23. ¿Cómo son los primeros contactos entre la madre y el niño?

Durante su primera hora u hora y media de vida el niño, además de estar alerta, responde a los estímulos y ello resulta especialmente atractivo para sus padres. Estas manifestaciones no son más que una parte del amplio margen de habilidades sensoriales y motoras del bebé, que evoca respuestas en la madre y que es el comienzo de una comunicación especialmente útil para el establecimiento de vínculos y la iniciación de una serie de interacciones madre-hijo.

Es muy interesante en esta primera relación madre-hijo el contacto visual, el modo en el que los niños fijan las miradas, según lo que van expresando las madres. Estas grabaciones indican que la inmensa mayoría de las cosas que la madre dice a su bebé están relacionadas con sus ojos: «déjame ver tus ojitos», «abre tus ojos y así sabré que me quieres». Las madres intentan con gran interés mirar cara a cara a sus bebés, mantienen su cara alineada con la del niño poniendo los ojos en el mismo plano, para lo cual, cuando el bebé está acostado ponen su cara pegada a la cunita. Ante esta situación, el bebé se mantiene alerta y activo, y es capaz de seguir la mirada de la madre durante la primera hora de vida (no sucede así si se ha sedado a la madre o al niño le ponen el colirio protector en los ojos).

Tras el parto, todas las madres presentan unos patrones similares de conducta cuando comienzan a prestar sus cuidados a su recién nacido. Cuando, con consentimiento previo, se ha grabado el contacto entre madre e hijo en países de diversas culturas, se ha podido comprobar que una madre sola con su hijo recién nacido desnudo realiza una especie de rito que comienza por tocar las puntas de los dedos y sigue con un masaje con palmaditas acompasadas en el tronco del bebé. También se ha podido observar que las madres de los recién nacidos prematuros siguen las mismas rutinas, aunque a un ritmo más lento. Si la grabación se ha hecho a los padres, se ha comprobado que, en las mismas situaciones, hacen exactamente lo mismo.

24. Masajes al niño

La mayor parte de los conocimientos maternos para el cuidado de su hijo derivan de sus experiencias previas con otros hijos, de las costumbres familiares o étnicas o de las enseñanzas recibidas en los cursos de preparación al parto. En el momento actual, estos cursos son escasos y alcanzan a un corto número de madres. Además, por desgracia, en la escuela no se imparten cursos de puericultura.

En la actualidad la transmisión directa de experiencias de las madres a las hijas para cuidar a los bebés es muy escasa, en especial en las grandes urbes. Por otra parte, el establecimiento del vinculo madre-hijo, que debe suceder en los primeros días de la vida del niño, se ve en ocasiones dificultado por circunstancias del parto o por problemas de la madre o del niño, con lo que la madre tiene más inconvenientes a la hora de cuidar a su hijo.

Por todo ello, cualquier tipo de maniobra que se aprenda para establecer una unión madre-hijo en forma de masajes, gimnasia del bebé, etc., a través de cursos, libros o revistas, tiende no solo a mejorar esta relación, sino también a tranquilizar y relajar tanto a la madre como al niño y a estimular los sentidos del bebé, mejorando extraordinariamente su desarrollo psicomotor.

Tanto para los padres como para los bebés, las ventajas del masaje van mucho más allá de lo que es una mera experiencia agradable o un tipo de terapia física. El masaje ayuda a los padres a sentirse útiles, recibiendo como contrapartida una respuesta positiva de su hijo. Por otro lado, la estimulación sensorial natural del masaje acelera el proceso de mielinización del sistema nervioso. Además, un masaje regular proporciona a los niños un programa temprano de prevención contra el estrés, muy útil para los años siguientes.

Las ventajas del masaje van más allá de los que constituye una experiencia agradable, tanto para el recién nacido como para los padres.

25. ¿Cuál es la capacidad de visión del recién nacido?

La visión de tu hijo sufre muchos cambios a lo largo del primer mes de vida. Nace con una visión periférica, es decir, con capacidad para ver a los lados, y gradualmente adquiere la capacidad de enfocar con precisión un punto único en el centro de su campo visual.

Está preparado para mirar objetos situados de veinte a treinta centímetros de su cara. Esta es la distancia aproximada a la que se encuentra la cara de la madre cuando un niño está mamando, y lo comprobamos al ver cómo el bebé dirige su mirada hacia la cara de su madre cuando mama.

Hacia el mes de edad ya puede enfocar durante un corto espacio de tiempo a objetos situados a unos noventa centímetros de su cara.

Cuando se enciende la luz de la habitación, se puede comprobar que el bebé frunce los párpados. Si movemos una linterna a derecha e izquierda, puede mantener los ojos fijos en ella. Sin embargo, aunque pueda fijarse en un punto luminoso, no ve más que una imagen bastante borrosa. Alrededor de las dos semanas, las pupilas empiezan a agrandarse permitiéndole experimentar un rango mucho más amplio de gradaciones de luz y oscuridad.

Atraen más su atención las figuras o dibujos que tienen más contrastes. Esa es la razón por la que, cuando un recién nacido mira fijamente el rostro de su madre, mira más atentamente a los ojos porque en ellos existe un gran contraste de colores entre la esclerótica blanca, el iris de color y la pupila negra. También por eso lo atraen más los dibujos en blanco y negro o los dibujos muy contrastados, como los que tienen barras blancas y negras alternativas, dianas y tableros de ajedrez.

Al final del primer mes los datos más importantes acerca de la visión del bebé se pueden resumir en los siguientes puntos:

  1. Enfoca su visión a una distancia de entre 20 y 36 cm.
  2. Sus ojos están erráticos y a veces existe estrabismo ocasional.
  3. Tiene preferencia para ver dibujos en blanco y negro o de gran contraste.
  4. Tiene más interés por la cara humana que por otros dibujos.

26. ¿Tienen los bebés sensibilidad ante la temperatura y el dolor?

Durante mucho tiempo se pensó que los recién nacidos eran meros sujetos pasivos a merced del ambiente en el que se encontraban. Sin embargo, las más recientes investigaciones indican todo lo contrario: el recién nacido sabe hacer muchas más cosas de lo que creemos.

El bebé es muy sensible al calor, que es un estímulo muy fuerte, y se han comprobado alteraciones en el oxígeno y la glucosa que se pueden deber al frío o al calor.

También presenta una gran sensibilidad al dolor, aunque dado el largo periodo de latencia entre el estímulo y la respuesta se ha extendido la idea de que no sienten el dolor como se percibe en otras etapas de la vida. Ese periodo de latencia es el tiempo que transcurre entre, por ejemplo, un pinchazo y el llanto al que da lugar. Como el lloro no se produce de inmediato, parece que el niño no siente dolor.

Poco a poco se ha comprobado que la estructura neurológica del recién nacido es más compleja de lo que suponíamos y, por ejemplo, los niños de dos semanas son capaces de imitar algunas acciones de los adultos, como sacar la lengua o abrir y cerrar las manos cuando ven que se hace esto delante de ellos.

27. ¿Cómo evolucionan los sentidos desde el nacimiento?

Vista. En los primeros diez días de vida el bebé percibe la claridad y no le gustan las luces fuertes. Puede fijarse en un punto luminoso, pero no ve más que una imagen borrosa. La distancia focal fija del neonato es como media de 23 cm (entre 20 y 30 cm), lo que quiere decir que esa es la distancia ideal para que el niño nos siga con la mirada y a la que se encuentra la cara de la madre cuando lo está amamantando.

Oído. Al principio los ruidos le llegan atenuados, puesto que la trompa de Eustaquio está llena de liquido amniótico que elimina lentamente. Percibe los ruidos, pero no los escucha ni los localiza en el estricto sentido de la palabra. Es muy sensible a la intensidad de los sonidos y reacciona mejor a los agudos. Quizá por eso, las madres, que intuitivamente lo saben, suelen hablarle en falsete.

Olfato. Cada persona tiene un olor corporal y el niño reconoce el olor del pecho de su madre y lo distingue entre los de otras madres. Ante distintos olores se ha comprobado que, a los dos días de nacer, el niño experimenta cambios del ritmo cardiaco, de la respiración y de los movimientos.

Gusto. Es el sentido más desarrollado, puesto que es el más necesario para su nutrición. Cuanto más dulce es un alimento, más despacio chupa el niño y más acelera su pulso. Chupa despacio para saborear mejor y por más tiempo, y el pulso se acelera por la excitación que produce el sabor. Prefiere el sabor dulce a los sabores ácidos, amargos o salados. Si acercamos un dedo con azúcar, lo succiona y al retirarlo lo sigue. Si lo hacemos con sal, no solo no succiona, sino que le provoca una mueca de disgusto y no sigue el dedo cuando se le retira.

Tacto. Es un sentido de gran trascendencia, ya que a esta temprana edad equivale al lenguaje. A través de la piel el bebé capta las vibraciones de la madre y puede experimentar gran parte de ese lenguaje sin palabras por el que la madre le transmite la mayor parte de sus sentimientos.

28. ¿Varía mucho el patrón de conducta de un recién nacido?

El patrón de conducta del neonato es muy restringido. Los estados de quietud y sueño son sus conductas más frecuentes, ya que, cuando está en buenas condiciones, duerme la mayor parte del día, mientras que el estado de inquietud o llanto es la respuesta frecuente y cotidiana a un estado de frío, hambre, dolor o cualquier otra situación desagradable.

29. ¿Debe tomar algo el neonato antes de iniciar la lactancia?

Actualmente se considera que es preferible que la primera toma para probar la succión y deglución del recién nacido sea de agua, y no del suero glucosado que se empleaba tradicionalmente, puesto que, en caso de que el niño se atragante y aspire el liquido al pulmón, tiene menos riesgo el agua. Una vez efectuada esta toma de agua se le debe poner al pecho lo antes posible, para que estimule la secreción láctea y se inicie la relación madre-hijo. Incluso se puede poner el niño al pecho en el paritorio. El recién nacido alimentado al pecho (una vez que «sube la leche») no suele necesitar agua ni suero glucosado.

30. La distensión abdominal

Después de una gran comida, el abdomen, la tripa, de la mayor parte de los bebés permanece algo prominente. Sin embargo, entre las tomas, la tripa suele estar completamente blanda. Si el abdomen se nota hinchado y duro y si además no ha hecho deposición en uno o dos días o está vomitando, debes llamar a tu pediatra. Lo más probable es que solo sea la manifestación de exceso de gases o un estreñimiento, pero podría ser la señal de un problema intestinal algo más importante.

31. ¿Tiene importancia que se note algo azulado a un recién nacido?

Si solo observamos una coloración azul en las manos y los pies de un recién nacido, el hecho no debe preocuparnos, ya que en los primeros días el aparato circulatorio no funciona al cien por cien y las partes más distales del organismo —las más alejadas del centro del cuerpo—, es decir, las manos y los pies, no se oxigenan adecuadamente; esta coloración desaparece en los primeros días a medida que el aparato circulatorio madura. En ocasiones también se pueden poner de color azul la cara, la lengua o los labios si el bebé llora fuerte, pero una vez que se calma vuelven a su color sonrosado normal. De la misma manera, se pueden ver las manos y los pies algo azulados si está frío, aunque una vez que se calienta al niño volverán a su color normal.

Sin embargo, el color azul persistente es un signo importante de que el corazón o los pulmones no funcionan adecuadamente y el bebé no recibe oxígeno suficiente en su sangre. Este es un motivo de consulta médica inmediata.

32. ¿Es preocupante la tos en el periodo neonatal?

Si el bebé come muy rápido o trata de beber agua por primera vez, puede atragantarse, toser y echar algo de saliva; pero la tos se parará cuando el niño se ajuste a una rutina de alimentación normal. Si la tos es más persistente o tiene atragantamiento con frecuencia, debes consultar a tu pediatra. Estos síntomas pueden ser indicativos de que existe un problema subyacente en el aparato respiratorio o en el tracto digestivo.

33. ¿Qué hacemos cuando el llanto del niño parece excesivo?

Todos los recién nacidos lloran y, en muchas ocasiones, lo hacen sin razón aparente. Si has comprobado que ha comido bien, ha eructado, no está frío y se le ha puesto un pañal limpio, la mejor táctica es cogerlo en brazos y hablarle o cantarle y acunarlo hasta que se calle. Proporcionándole mucha atención es imposible que malcríes a tu hijo. Si esto no funcionara, envuélvelo muy ceñido en una sabanita y proporciónale todo el cariño que puedas.

En poco tiempo reconocerás el patrón normal de llanto de tu propio hijo. Si alguna vez el llanto te suena peculiar, con rasgos poco frecuentes en él como, por ejemplo, con chillidos de dolor, o si se mantiene durante un tiempo mayor de lo habitual, debes consultar a tu pediatra porque puede existir un problema médico.

34. ¿Son importantes el sueño continuado o el adormilamiento excesivo?

Todos los bebés pasan la mayor parte del día durmiendo. Siempre que se despierte cada cierto tiempo, coma bien, parezca contento y esté alerta parte del día es completamente normal que duerma el resto del día. Pero si está alerta pocas veces, no despierta por sí mismo para comer o parece que está demasiado desinteresado en la comida deberías consultar a tu pediatra. Este tipo de letargia, en especial si surge como un cambio brusco en su patrón habitual, puede ser síntoma de una enfermedad.

35. ¿Cuándo debemos considerar que un bebé tiene diarrea?

Un bebé tendrá diarrea si tiene deposiciones sueltas, líquidas, en un número mayor de seis u ocho al día. La mayor parte de las veces la causa es una infección vírica. El peligro en esta temprana etapa de la vida es la pérdida excesiva de líquidos, que puede llevar al niño a una deshidratación. Los primeros signos de deshidratación son una boca seca y una disminución importante en la producción de orina, que se notará con un menor número de pañales mojados. No debes esperar a que aparezca la deshidratación.

Llama a tu pediatra o acude a urgencias si las deposiciones son muy líquidas o aparecen en un número superior a una después de cada comida (de seis a ocho veces al día) en el recién nacido al pecho, o si aumenta llamativamente el número si está con biberón de fórmula.

36. ¿Cuáles son las medidas de seguridad más importantes a esta edad?

En cada situación o lugar deben seguirse unas determinadas medidas de seguridad, pero el primer mandamiento es no dejar nunca desatendido a un bebé.

Cuando lo bañes en bañerita, pon una toalla en el fondo para prevenir el deslizamiento y sujétalo por debajo de los brazos. Ajusta la temperatura del baño a menos de 37 °C antes de introducirlo, de manera que no se queme.

Al ponerlo sobre el cambiador debes tener en cuenta que nunca debes dejar al niño solo, sin control, en ninguna superficie que esté por encima del nivel del suelo. A cualquier edad, incluso desde recién nacido, en un momento, puede súbitamente extender su cuerpo, rodar y caer al suelo.

Se debe también prevenir la prevención la sofocación (el ahogo), procurando que su cunita esté vacía de objetos pequeños como imperdibles, trocitos de juguetes, etc. Nunca dejes bolsas de plástico o envoltorios allí donde el niño pueda alcanzarlos.

Para la prevención del fuego, lo ideal sería instalar detectores de fuego en los sitios adecuados a lo largo de la casa.

Debes evitar los lazos y cordones: No le sujetes chupetes, medallas u otros objetos en la cunita o el cuerpo con un cordón o cadena. Nunca le pongas un collarcito alrededor del cuello.

Ten cuidado y no agites la cabeza del niño demasiado vigorosamente y sujétala con cuidado siempre que lo muevas.

Es fundamental que en una época de tantos desplazamientos vaya en el coche en un asiento que cumpla las normas vigentes de seguridad; hasta el año y medio siempre debe ir mirando hacia atrás.

37. El distrés respiratorio neonatal

El término distrés es un anglicismo que se introdujo hace años en la literatura médica y que, aplicado a la respiración de los bebés, podría traducirse por dificultad respiratoria del recién nacido.

En realidad empezó a aplicarse a un tipo de distrés respiratorio grave que afecta a los recién nacidos y que hoy se conoce como distrés respiratorio de tipo I o enfermedad de las membranas hialinas. Esta patología afecta casi exclusivamente a los nacidos antes de término y con corta edad gestacional, y se debe a la ausencia de un factor presente en los pulmones maduros que se llama surfactante. Este factor se ha sintetizado en forma de medicamento, utilizándose para el tratamiento de esta enfermedad y contribuyendo de forma decisiva a la reducción espectacular de la mortalidad neonatal por este motivo. Existe otro tipo de distrés respiratorio de tipo II, llamado también pulmón húmedo, que es benigno y que suele darse más frecuentemente en los niños que nacen por cesárea o en los hijos de madre diabética. La afección se debe en gran parte a que el líquido que tiene el pulmón cuando está dentro del útero no se expulsa de los pulmones y no se absorbe en los primeros días de vida. Se suele expulsar con más facilidad al pasar el niño por el canal del parto, lo que no hacen los niños que nacen por cesárea. Este tipo de distrés, también llamado transitorio, es, como su nombre indica, pasajero, y no tiene repercusión posterior alguna.

38. ¿Cuándo puede salir de paseo el recién nacido?

Si, una vez que ha nacido, el niño ha podido salir del hospital y ha dado un pequeño paseo hasta el coche, también puede salir a pasear, a menos que el tiempo sea exageradamente caluroso o haga frío, lluvia, viento, etc. Puedes dar con él pequeños paseos, visitas a la casa de los abuelos o al parque. Cuando lo saques, debes vestirlo adecuadamente y llevar siempre ropa extra por si el tiempo cambia bruscamente. Debes evitar también la exposición directa al sol, incluso aunque la temperatura sea suave. En los inicios de la primavera es cuando se ven más quemaduras de primer grado (eritemas) en los bebés muy pequeños a causa del descuido, ya que la exposición al sol, aunque sea muy breve, puede afectar a la sensible piel de de estos niños. En verano es obligatorio ponerle una crema solar de alta protección.

Durante el primer mes deben evitarse los sitios excesivamente llenos de gente, como supermercados o grandes superficies con el fin de evitar contagios.

Si el tiempo es frío o húmedo, el paseo debe ser más corto; piensa que si tú notas frío, el niño también lo notará. Si el tiempo es agradable, un paseo de media a una hora será muy beneficioso para los dos.

39. ¿Tienen utilidad y son seguras las mochilas para transportar a los bebés?

Un recién nacido o un lactante muy pequeño, que no ha desarrollado el control de su cabeza, necesita que se le transporte de forma que pueda mantener firme la cabeza sin que se vaya moviendo de lado a lado o cayéndose hacia delante o atrás.

Este tipo de transporte, como son las mochilas o canguros, permiten transportar a los niños pegados al cuerpo de los padres. Tradicionalmente se llevaba al niño a la espalda con una sábana atada al cuerpo de la madre. Esta posición facilitaba la labor de las madres que tenían un excesivo trabajo corporal, permitiéndoles al mismo tiempo cuidar de sus hijos. Una ventaja derivada de esta costumbre es la ausencia de luxación congénita de cadera en los bebés que se llevan en esa posición, pues se mantienen sus caderas con las piernas abiertas y separadas una buena parte del día.

En la actualidad la mochila anterior (canguro) no solo permite transportar al niño, sino que además tranquiliza su inquietud por medio del intercambio padres-hijo; al ver a su madre, al oírla cuando le habla y al percibir los latidos de su corazón. Cuando una madre coge a su hijo, de forma instintiva, se lo lleva siempre a su lado izquierdo, donde tiene el corazón.

En esta postura la madre puede ejercer algunas labores domésticas no demasiado violentas, al mismo tiempo que vigila y atiende a su hijo. Esto también tranquiliza a la madre, dándole la impresión de que no «pierde el tiempo» calmando a su hijo, y completa una mayor sedación del niño.

40. ¿Qué condiciones deben reunir estas mochilas (canguros) para niños pequeños?

Debe comprobarse que la mochila tenga un apoyo para la cabecita y sea rígida en la parte posterior. Ha de llevarse, además, lo suficientemente pegada al cuerpo de la madre como para que el bebé no se quede encogido o arqueado, lo que podría llegar a producir una desviación de la columna vertebral si se utiliza durante un periodo de tiempo prolongado.

Teniendo en cuenta estas recomendaciones no hay problema en usarla, ya que tiene otra ventaja: estimula al niño, lo tranquiliza al oír los latidos del corazón materno y facilita el vínculo entre la madre y el hijo, ya que permite que la madre le hable mientras lo lleva y, cuando el niño está despierto, pueden mirarse mutuamente.

41. ¿Es razonable la costumbre de poner pendientes a las recién nacidas?

Existe la costumbre de llevar un tipo de pendientes para los que es necesario practicar un orificio a través del lóbulo de la oreja. Lo habitual es que dichos orificios se practiquen en el periodo neonatal y en la propia clínica donde nace el bebé. El personal de enfermería, convenientemente entrenado, lo suele hacer muy bien, con aguja e hilo o con el propio pasador que queda colocado y, en apariencia, no es doloroso para la niña. El inconveniente de realizarlo en esta época de la vida es que puede quedar descentrado y, si el agujero está muy al borde del lóbulo de la oreja, este puede desgarrarse al realizar maniobras bruscas o al engancharse el pendiente.

Existen unos artilugios que al mismo tiempo que perforan la oreja por medio de un dispositivo mecánico, similar a una pistola, dejan colocado el pasador en el propio orificio.

42. ¿Cuál es el momento más correcto para decidir tener otro hijo?

No existe un momento más correcto que otro para tener otro hijo. Si el periodo de tiempo entre nacimientos es muy corto, puede tener inconvenientes como el hecho de estar constantemente con pañales, biberones o dando el pecho de manera casi continua; sin salir de la servidumbre que supone atender a niños pequeños y manteniendo durante demasiado tiempo la misma rutina. Pero también es cierto que, cuando los partos son muy cercanos, terminan antes estas situaciones de dedicación completa sin que quede tiempo libre para otras cosas. Por otra parte, si los partos están más separados, la madre puede recuperarse por un cierto tiempo de las noches sin dormir. Pero es posible que, cuando lleguen de nuevo esas noches sin dormir, los padres se sientan menos preparados para aceptarlas.

Teniendo niños de edades muy próximas se puede deducir que van a tener buenas relaciones y que podrán jugar juntos. Si los embarazos están más distanciados, no jugarán juntos, pero tampoco se pelearán tanto. Estos últimos argumentos, sin embargo, no son demasiado significativos, ya que, en general, el hecho de que unos hermanos se lleven más o menos bien depende más de su carácter y de la suerte que de la planificación familiar.

Los expertos sugieren que una separación entre embarazos menor de año y medio podría resultar una carga mayor para el organismo de la madre y podría reducir en el primer niño el privilegio de ser el bebé de sus padres durante suficiente tiempo. También está generalizada la opinión de que una separación de dos y medio a tres años es la ideal, porque permite al primer niño ser el número uno durante un tiempo suficiente y, sin embargo, no es demasiado para que los padres se hayan desacostumbrado a cuidar a un niño cuando llegue el siguiente.

Las decisiones deben tomarse según la situación de la pareja, sus edades y su salud. Ha de tenerse en cuenta cómo ha sido la recuperación del parto anterior y cómo lleva la madre el embarazo; qué necesidades tienen los hijos de la pareja y cuáles son las circunstancias familiares de trabajo, vivienda, etc., para los próximos diez o quince meses. Cuando una pareja decide tener un hijo, si la madre no se queda embarazada inmediatamente tiende a pensar que existe algún trastorno o un fracaso personal. Es importante saber que la mayor parte de las parejas, con todos los condicionamientos favorables, necesitan de tres a seis meses para que se produzca un embarazo. A pesar de todas estas consideraciones, lo más importante son los padres, y si ellos consideran que ya es hora de tener otro hijo, ¡adelante!, sin necesidad de darle muchas vueltas. Cualquier tipo de separación entre embarazos siempre ha funcionado en cualquier pareja y en cualquier tiempo y lugar.