Capítulo I. Punto de partida del e-portfolio
(1) En esta primera parte se desarrollan los marcos necesarios para ubicar y comprender en profundidad el sistema del e-portfolio dando sentido a su práctica en el ámbito formativo. Cómo nace el portfolio, cómo se adapta al sistema educativo respondiendo a nuevos entornos que combinan la psicopedagogía con las posibilidades que ofrece la tecnología y las diferentes clases de portfolios que se pueden encontrar son los ejes vertebradores de este punto de partida. Todo ello argumentado desde aspectos sociales, técnicos y tecnológicos que se vinculan con el e-portfolio como un sistema de registro y diálogo sobre la evolución del proceso de aprendizaje a lo largo de la vida de una persona.
1. Origen del portfolio
El portfolio es una herramienta que se empezó a utilizar en ámbitos profesionales, principalmente relacionados con el diseño, para mostrar la creación de obras: artistas, fotógrafos, arquitectos, etc., recogen y presentan en él lo mejor que han producido, por lo cual nace como exposición de resultados, orientados no tanto al proceso seguido sino al producto final conseguido (Barrett, 2003; Shulman, 1999).
Más adelante se importa esta idea al ámbito educativo con el fin de evidenciar cómo trabaja un docente. Ello incluye mostrar: trabajos de alumnos, preparación de clases, reflexiones y argumentaciones de conocimientos, procedimientos y actitudes docentes, etc., que permiten conocer y valorar la trayectoria de un profesional de la enseñanza.
El paso del portfolio al ámbito educativo se produjo en Estados Unidos hace unas tres décadas, cuando se detectó que el sistema de enseñanza no era satisfactorio y se pensó que la formación del profesorado no era la adecuada. Esto provocó que se iniciara una reforma del sistema educativo y que se considerara el planteamiento de una formación del profesorado más eficiente para conseguir una mejora. Para comprobar los resultados de la labor de los docentes se creó el National Teachers Examination, el cuál a través de exámenes escritos y observaciones en las aulas evaluaba a todos los profesores por igual, sin tener en cuenta el contexto o la etapa educativa.
En 1985 se creó el Stanford Teacher Assessment Project, sus miembros lo presentaron como una alternativa al sistema de evaluación que se estaba aplicando, el cual no creían que fuera el más eficaz. En 1989 Shulman y Bird, dos participantes de este proyecto, decidieron crear la National Board for Professional Teaching Standards que se ocuparía de conocer, por medio de diferentes modelos experimentales de evaluación, la manera real de cómo se enseñaba y se aprendía en las aulas; lo cual les condujo a pensar en la necesidad de que los profesores presentaran documentos concretos que acreditaran su trabajo.
En 1997, Bird creyó que el portfolio que utilizaban otros profesionales para mostrar sus obras podía ser un recurso mediante el cual los profesores recogieran y evidenciaran su labor docente. Estos trabajos se analizarían y valorarían, y serían la muestra del trabajo profesional que desempeñaban. Más tarde los portfolios se convirtieron en herramientas de análisis y reflexión para mejorar el trabajo y consecuentemente como una estrategia de aprendizaje (Shulman en Lyons, 1999).
Desde entonces el portfolio se utiliza en Estados Unidos y Canadá en el ámbito socio-educativo como un instrumento que se manifiesta muy útil para el desarrollo personal, profesional y organizacional. En el actual Espacio Europeo de Educación Superior está adquiriendo también un auge especial a partir de iniciativas globales como las del Portfolio Europeo de las Lenguas (PEL) y de algunas asociaciones como Eifel que promulga “un portfolio para todos en el 2010”.
En el contexto de la enseñanza-aprendizaje representa un cambio importante como medio para aprender y evaluar, porque la recogida sistemática y organizada de trabajos (que muestran actividades realizadas, pensamientos, ideas o reflexiones personales) evidencia procesos y productos de una trayectoria personal y laboral. Este procedimiento favorece la reflexión y la valoración individual o colectiva del proceso de enseñanza y aprendizaje y se manifiesta como un soporte documental de gran valor documental ante el objetivo de mejorar procesos de desarrollo personal, académico o laboral. Para que se pueda realizar un análisis relevante que muestre la trayectoria de un aprendiz en este caso se requiere que su elaboración siga unas pautas para su correcto almacenamiento, selección y posterior consulta.
Dentro de este marco genérico ¿qué se considera qué es un portfolio, concretamente un portfolio electrónico? Hay diferentes maneras de definirlo, lo cual puede dar lugar a crear dificultades en llegar a una comprensión o significación unívoca y transferible a diferentes contextos.
2. Aproximación al concepto de e-portfolio
Los portfolios electrónicos (e-portfolio) se enmarcan en el polisémico término referido a portfolio que tiene su traducción en el lenguaje común (carpeta, cartera, portapapeles, portapliegos, etc.). Pero de una manera específica y sin querer ser prescriptivos, en términos generales se refiere a una recopilación de documentos que pueden mostrar diferentes aspectos globales o parciales de una persona (personales, académicos, profesionales...) o de una organización (objetivos, organigrama, productos...) los cuales han estado seleccionados y organizados de forma reflexiva y deliberada siguiendo un criterio normalmente de calidad y que son presentados en formato digital (texto, imágenes, animaciones, simulaciones, audio y vídeo). Se podría decir que es una manera de presentar la identidad del aprendiz en formato digital.
Este sistema digital con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación deriva en una presentación en línea y permite a los usuarios documentar competencias, eventos, planes o productos que son relevantes para ellos, así como también dejar de manifiesto su evolución a lo largo del tiempo elegido. Esta demostración seleccionada se evidencia mediante muestras documentales (cartas, artículos, fotos, monografías, vídeos, valoraciones externas, etc.) y registros de distinto tipo y soporte (textual, audio, vídeo, etc.) y se presentan de manera organizada y meditada a una audiencia determinada. Este sistema está controlado por el usuario y permanece abierto a lo largo del tiempo por lo que permite revisiones y actualizaciones continuas y, a la vez, se puede enriquecer con retroalimentaciones de otros usuarios con los que se comparte y también se puede enlazar con diferentes fuentes informacionales (wikis, blogs, sitios web), que amplían, validan y dan fiabilidad al trabajo personal u organizacional presentado.
Acotar el término e-portfolio es el resultado de la integración de un alud de aproximaciones de distinta naturaleza. Barberà (2008) recoge un gran número de expresiones vinculadas a la definición de portfolio, entre las que se ejemplifican algunas de las más sugerentes. Un portfolio es: un conjunto de productos empresariales, una historia documentada, un currículo vitae, un motivo de reflexión en la acción, una herramienta de desarrollo personal, una narración de lo importante, una evolución evidente, un software de procedimientos acumulativos, un diario personal, un repositorio individual o colectivo, una parte de una historia, “el mejor yo”, un plan de desarrollo profesional o personal, un memorando histórico, una evidencia de mejora, una galería de experiencias, un resumen de los mejores trabajos, un sistema de gestión de la información, un breviario temático, un calendario documentado de progreso y hasta un bolso de viaje y un teatro digital, entre otras.
Sea como sea y reconociendo la versatilidad de e-portfolio como un instrumento, éste precisa de un marco referencial de definición que lo constituya y lo diferencíe de otros instrumentos. En trabajos editados sobre el tema enseñanza-aprendizaje con soporte tecnológico esta herramienta se define como:
Un e-portfolio puede ser una web de información basada en el sistema de gestión que utiliza los medios de comunicación electrónicos y servicios. El alumno construye y mantiene un repositorio digital de los artefactos que puede utilizar para demostrar la competencia y reflexionar sobre su aprendizaje. Teniendo acceso a sus registros, repositorio digital, la retroalimentación y la reflexión los alumnos pueden lograr una mayor comprensión de su crecimiento individual, la planificación de la carrera y la construcción de CV. Acreditación para antes y/o extra-curricular de experiencias y el control de acceso hace del eportfolio una herramienta de gran alcance. (E-portfolio Australia, s/f).
El portfolio educativo es un instrumento metodológico y una metodología educativa en sí misma, lo que permite la evaluación del aprendizaje como proceso (evaluación formativa) y el producto final (evaluación sumativa) del aprendizaje del estudiante. Su propietario, el estudiante, produce y selecciona ejemplos de su progresiva adquisición de conocimientos, la mejora y madurez que ha sido posible gracias a la intervención psico-pedagógica del profesor. El estudiante presenta de forma crítica y reflexiva los distintos trabajos como una experiencia importante de aprendizaje que han promovido el proceso transversal de la gestión del propio aprendizaje y, en consecuencia, del propio conocimiento. (López, 2007).
E-portfolio se ha convertido en una valiosa herramienta en línea que los estudiantes, profesores e instituciones pueden utilizar para recopilar, almacenar, actualizar y compartir información. Permitir a los estudiantes reflexionar sobre su aprendizaje, comunicarse con los instructores y presentar como documento de credenciales para posibles trabajos. (EDUCAUSE II, 2005).
Un e-portfolio es una web de información basada en el sistema de gestión que utiliza los medios de comunicación electrónicos y de servicios, donde el alumno construye y mantiene un repositorio digital de los artefactos, que puede utilizar para demostrar la competencia y reflexionar sobre su aprendizaje. (E-portfolio Portal, 2004).
Un e-portfolio es más que una simple colección de trabajos, ya que puede servir como una herramienta administrativa para gestionar y organizar los trabajos creados con diferentes aplicaciones y controlar quién puede ver o analizar la obra. (Greenberg, 2004).
E-portfolios son las colecciones de los trabajos que se eligen para presentar las habilidades personales y profesionales así como los intereses a diversas audiencias a través de un formato en línea. Son altamente personalizados y permiten a los usuarios ensamblar subconjuntos de su labor para presentar a instructores, agencias de empleo potenciales, o para otros usos. (University of British Columbia Office of Learning Technology, s/f).
Un e-portfolio personal es una colección de información digital que describe a una persona y donde ésta ilustra su aprendizaje, su carrera, su experiencia y sus logros. Los e-portfolios son de propiedad privada y el propietario tiene un control completo sobre quién tiene acceso, a qué y cuándo. (Eifel http://www.eife-l.org/portfolio/).
El portfolio educativo contiene trabajos seleccionados y recogidos por un estudiante para mostrar cómo él o ella ha crecido y cambiado con el tiempo, el componente fundamental es la reflexión del estudiante sobre los distintos fragmentos de trabajo, llamados “artefactos”, así como sus reflexiones generales sobre la trayectoria del eportfolio. (Barrett, 2001).
Un portfolio es una recopilación del trabajo del estudiante que demuestra sus esfuerzos, sus logros y progresos en una o más áreas. La colección debe incluir la participación del estudiante en la selección de contenidos, los criterios de selección, criterios de evaluación y las pruebas de los estudiantes de la auto-reflexión. (Asociación de Evaluación del Noroeste, 1990, citado en Barrett, 2001).
Estas definiciones sobre e-portfolios, y otras muchas que podríamos aportar, parten de objetivos específicos mediatizados por las concepciones de enseñanza y aprendizaje en las que se fundamentan. Aún así, encontramos que la mayoría coinciden en que el objetivo es mostrar un desarrollo o aprendizaje personal u organizacional (el estudiante evidencia qué está aprendiendo, el profesional u organización evidencia en qué es competente, la persona común evidencia el desarrollo y logros individuales –físicos, emocionales, profesionales, etc.). Por su parte en la mayoría el contenido responde a un proceso de reflexión y planificación metodológica (recogida de muestras, organización, selección y evaluación) y se expone a través de diferentes materiales. En relación al soporte técnico lo común es que sea de naturaleza digital y permita versatilidad, operatividad, flexibilidad e información rápida, concreta y atrayente.
Pero también puede resultar de interés destacar lo que realmente no es un e-portfolio. Esta negación expresa quiere resaltar las virtudes de un e-portfolio, si se nos permite, por encima de sus partes comunes y compartidas con otros instrumentos paralelos. Simplemente apuntamos dos diferencias:
Un e-portfolio no es una simple colección de trabajos o productos en sí misma si no que va acompañada de decisiones de selección relevante.
Un e-portfolio no será completo si no incluye un elemento reflexivo explícito o implícito.
Estos dos elementos, selección y reflexión, dan una idea aproximada de la dificultad cognitiva que implica este sistema basado en un proceso argumentado de toma de decisiones. También hay que salir al paso de otras denominaciones paralelas que han recibido los e-portfolio históricamente. La más utilizada es la de webfolio, que si bien se quiere distinguir del e-portfolio en el soporte físico que lo sustenta mostrando ser una herramienta más evolucionada en el caso del –e-portfolio se referiría a medios como CD-Rom, memory sticks, etc., no accesibles directamente en web– (Love, McKean y Gathercoal, 2004), en estos momentos se asimila a la propia palabra portfolio electrónico aceptando dicha evolución de manera implícita (Barberà, 2008). Algo similar sucedería con la nominación de los portfolios digitales.
Por lo tanto, una vez definido y distinguido un e-portfolio, proponemos dar un paso más para ubicarlo en el conjunto de iniciativas de apoyo al conocimiento.
Se podría afirmar que se trata de un instrumento en el sentido psicológico del término que explica las herramientas mentales como soportes y vehículos del pensamiento, pero que a su vez es un sistema dada su complejidad y puesto que alberga diferentes elementos interrelacionados en sí mismo. También se trata el portfolio como una metodología que busca hacer emerger las actuaciones más brillantes de cada individuo o como un estilo que marca una tendencia y un modo de actuar ya en los distintos estamentos de la vida.
En base a todo ello se puede considerar que el procedimiento cognitivo seguido en la construcción de un portfolio responde al esquema básico:
Comprensión del fenómeno: habilidades de observación, decodificación, análisis y síntesis.
Selección relevante: habilidades de discriminación y valoración.
Justificación explicativa: habilidades de composición y argumentación.
Para adquirir la coherencia interna que caracteriza a este instrumento, todo lo expuesto ha de ir coordinado por una toma de decisiones reflexiva y una participación de los alumnos en su propio proceso de aprendizaje responsabilizándose de la dirección que toma su formación, del nivel de profundización con el que decide tratar los contenidos y los logros conseguidos. Actualmente es necesario adquirir un conocimiento sólido y a la vez flexible para dar respuestas ajustadas a las situaciones cambiantes que se presentan (Barberà, 2005), y también adquirir una formación que fomente la responsabilidad y el compromiso a través del conocimiento. Estos son valores irrenunciables en la vida personal y social y en el marco educativo y el e-portfolio como forma de aprendizaje y evaluación marca un modo de actuar que puede colaborar a ello.
La fuerza de esta tendencia en el uso del porfolio hay que encontrarla en la forma tan rápida en que la sociedad actual genera un volumen inabarcable de información. Ello inhabilita a cualquier institución académica para hacerse cargo del archivo documental de las experiencias educativas de las personas.
Siguiendo las ideas de Barberà y cols. (2009), concretamente el e-portfolio que pretendemos divulgar es un instrumento al servicio de la promoción de una educación de calidad basada en el trabajo de competencias que propicia la construcción del conocimiento, el análisis, la reflexión de los procesos formativos desarrollados por los estudiantes y el establecimiento de un sólido puente entre la planificación y la experiencia.
Este e-porfolio tiene como objetivo común la selección de muestras de trabajo o evidencias de consecución de objetivos personales o profesionales que, ordenados y presentados de un determinado modo, cumplen la función de potenciar la reflexión sobre cada una de las prácticas (educativas, profesionales o civiles) (Barberà, 2005) convirtiéndose en una estrategia adecuada para manifestar “las concepciones y creencias implícitas de profesores y estudiantes” (Shön, 1991:43).
3. Respuestas del e-portfolio
Es evidente el crecimiento que la humanidad ha experimentado desde su aparición en volumen y desarrollo social y tecnológico. De hecho, cuando ha habido cambios impactantes en su historia se han producido cambios de época:
Inicio de la escritura (representar la realidad de forma abstracta) paso de la prehistoria a la historia.
Caída del imperio romano de occidente (la corrupción y pérdida de valores) da paso de la antigüedad a la época medieval.
Revivir el pasado y surgimiento de avances científicos (el renacimiento) entrada en la época moderna.
Revolución francesa (exaltación de valores humanos) obertura a la época contemporánea.
Las crisis y los cambios importantes en la historia han sido oportunidades para progresar ya sea social o tecnológicamente (con algunas excepciones como la entrada en la época medieval).
En el siglo XX se han producido cambios vertiginosos en el comportamiento humano y en la tecnología, lo cual vislumbra que se está iniciando una nueva era que podría albergar denominaciones como era digital, era de la ciencia y la tecnología, sociedad del conocimiento, etc. Ello provoca que aparezcan nuevos paradigmas sociales y económicos cuyo elemento convergente es estar informado y transcribir esto en conocimiento que permita prosperidad.
El e-portfolio es el resultado de un cambio social, educativo y tecnológico, utilizado para almacenar información y actualizarla continuamente, para evidenciar cómo se asimilan conocimientos e identificar y valorar el producto del conocimiento; podríamos decir que es una oportunidad para aprender y mostrar lo aprendido en contextos en continuo cambio que requieren una actualización de conocimientos y aprendizaje continuo.
En la actualidad los conocimientos se multiplican día a día. Poseer información y conocimientos y, mejor aún, saber cómo se puede adquirir se ha convertido en uno de los bienes mejor cotizados. La manera más eficaz y rápida para acceder a la información es a través del conocimiento y el dominio de los medios para adquirirlo, actualmente, las tecnologías de la información y comunicación. El cara a cara, el papel impreso, las instituciones de corte más formales están siendo reemplazados y han de compartir su existencia con iniciativas de corte más tecnológico. El número de personas que están usando la tecnología digital para relacionarse o compartir información va en aumento (como exploración potencial a la hora de encontrar un trabajo, para desarrollar una carrera profesional, al participar en comunidades en línea, etc.). La economía de los países se mide por su productividad y la competitividad con otros mercados; es necesario generar nuevos conocimientos y éstos se originan a través del acceso a la información, por lo cual el desarrollo de las nuevas tecnologías para la difusión de la información amplía las posibilidades del pensar y crear del ser humano y el desarrollo y amplitud de las culturas.
En el campo periodístico lo que hoy es una primicia, mañana ya será caduco; los diarios en papel tienden a desaparecer porque desde el momento en que se prepara la galerada para su impresión y el momento de quedar impreso y dispuesto para salir a la calle, los titulares requerirían en algunas ocasiones ser cambiados, por lo cual el diario digital parece para muchos más práctico, útil y ecológico. La digitalización se impone.
El conocimiento y uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación no es un medio económico y acesible a todos, por lo cual precisa una rentabilidad para el inversor. El binomio coste y rendimiento, el objetivo de la mejora continua y de alcanzar la excelencia, la rentabilización de la inversión en investigación, el I+D enfocado a reducir costes y el aumento del valor añadido.
En el contexto de la Unión Europea, concretamente en el plano educativo, se han iniciado hace algunos años cambios en la enseñanza y más recientemente en las instituciones de educación superior para albergar más desarrollo, diversidad, flexibilidad, transferencia y vinculación con otros campos de la sociedad del conocimiento, y así poder responder a los retos de un mundo globalizado y en constante transformación. En Bolonia, la Universidad más antigua de Europa, en 1999 se redactó una Declaración que ponía las bases para homologar titulaciones entre universidades europeas privadas y públicas como La Sorbona, Cambridge, Oxford y otras muchas, así como conjugar modelos educativos tan diversos como el alemán, el francés, el anglosajón y el finlandés en un nuevo espacio universitario y con ello facilitar el estudio e intercambio de conocimientos y personas. Seguidamente, en el año 2005, la Comisión Europea propone crear un espacio europeo de estándares para el aprendizaje a lo largo de la vida que sea coherente y adaptable al nuevo Espacio Europeo para la Educación Superior (EEES).
El EEES, comprometido con la educación y formación de personas que puedan responder a las expectativas de formación profesional para la inserción adecuada en el mercado laboral, se orienta a desarrollar competencias genéricas y específicas que permitan la adaptación a un entorno versátil y de futuro incierto como es el mundo del trabajo. Las instituciones educativas deben ser receptivas y evaluar las necesidades y servicios que requiere la sociedad y ajustar su oferta formativa según el sistema económico que es la fuente de bienes y servicios sociales. El e-portfolio está perfectamente ubicado en este paradigma socioeducativo y tecnológico que describimos y su uso y contenido se orienta específicamente a lo que hemos querido resaltar en este libro: aprender a evaluar el aprendizaje. Un ejemplo práctico es el uso que hacen del portfolio europeo de las lenguas en la Universidad Jaume I:
«Portfolio gre-PEL nació como una necesidad concreta de facilitar la entrega de trabajos en diferentes formatos (texto, gráficos y multimedia). Va dirigido a estudiantes universitarios de la Universidad Jaume I de 4 titulaciones: filología, traducción, derecho e informática. Consta de tres partes fundamentales: la primera incluye la gestión de datos personales del estudiante y su presentación; en la segunda parte, denominada Gestión de trabajos personales o Dossier, el propietario presenta y almacena muestras de sus trabajos, previamente propuestos por el profesor y que se evalúan en el mismo portfolio. Ésta es la parte de valoración y calificaciones que lleva a cabo el profesor, pero también posibilita la reflexión por parte del estudiante, que puede analizar su progresión durante el curso. [...]. El propietario se interrelaciona con otros propietarios en proceso de aprendizaje (blogs, foros). [...]. En todo momento los estudiantes son conscientes de en qué punto de su proceso de aprendizaje se hallaban y dónde querían llegar. La finalidad última del e-PEL es que pueda servir de enlace entre el mundo académico y el mundo laboral. Que el estudiante, desde el inicio de sus estudios, pueda definir, gestionar y planificar su perfil profesional en cualquier titulación y que el portfolio electrónico les ayude y guíe en este proceso de almacenamiento de evidencias pero, a la vez, de definición, planificación y presentación de su perfil académico y profesional.»
Alvarez, Pitarch, Monferrer, J. (2006:4)
Son dos las funciones prioritarias que se desprenden de la aplicación en contextos educativos de enseñanza del e-portfolio:
La de ayudar al análisis, seguimiento y posterior evaluación de diferentes aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La de recopilar, compartir e intercambiar información asociada a aprendizajes diversos.
El e-portfolio nos proporciona un gran marco con un enorme potencial formativo, aún por desarrollar, para ubicar ordenadamente nuestros procesos de desarrollo mental que conllevan la adquisición de unas competencias, producto de un aprendizaje y como resultado la creación de materiales. Personalmente proporcionará una visión de la propia evolución y colectivamente permitirá exponer y transferir a través de diversos medios de forma clara, comprensible y transparente aquello que deseamos que diferentes audiencias y contextos conozcan, es un despegue hacia un nuevo desarrollo tecnológico-social.
Tabla 1: Justificación del uso del e-portfolio educativo
4. El e-portfolio como sistema de aprendizaje y evaluación
La adquisición del conocimiento a través de un entorno virtual ¿se puede procesar de forma similar a las formas tradicionales basadas en entornos presenciales?
¿Existen evidencias de similitudes o cambios respecto al proceso de aprendizaje entre los dos entornos?
El elemento nuevo e importante como es la tecnologia informática en el aprendizaje ¿hasta qué punto puede resultar un incidente crítico en el proceso de aprendizaje?
Parte de la respuesta a estos interrogantes la describen Barberá y cols. (2001) cuando afirman que desde perspectivas próximas a la psicología de la educación posiblemente no se apreciaría un cambio real en el paradigma educativo que sustenta los procesos de enseñanza y de aprendizaje con soporte tecnológico. Incluso valorando la imprescindible contribución de las tecnologías de la información y la comunicación a la educación a distancia, se continúa propugnando que este hecho no resulta determinante para considerar que este tipo de educación, interpretado únicamente desde el punto de vista tecnológico y bajo sus criterios, necesita un tratamiento específico desde un punto de vista teórico. Esto equivaldría a afirmar que las ideas clave que deberían fundamentar y orientar la valoración de los procesos de enseñanza y de aprendizaje que se desarrollan en los entornos virtuales educativos deben originarse desde posiciones teóricas similares a las que ayudan a interpretar la construcción de conocimiento que se lleva a cabo en entornos educati