Capítulo II

Teorías de la comunicación

El modelo de Robert T. Craig (Craig, 1993, 1999) nos ofrece una manera de ver y pensar dentro del campo de la comunicación de una manera holística. Este metamodelo o modelo de modelos nos proporciona un sistema robusto para ordenar la teoría de la comunicación, y lo usamos aquí con el objetivo de que nos ayude a comprender donde nosotros, en el presente manual, nos ubicaremos.
Robert T. Craig nos dice:
«Tengo una visión pragmática de la teoría. No hay teoría de la comunicación correcta, pero muchas teorías son útiles para problemas específicos. Mientras más teorías sabes, mayor selección de opciones para resolver problemas tienes. No obstante, la diversidad del campo también es una fuente de confusión. Mi modelo simplifica la visión global demostrando que la mayoría de las teorías de la comunicación surgen de un pequeño número de tradiciones que representan enfoques prácticos fundamentalmente diferentes.»
Craig divide el gran ámbito de las teorías de la comunicación en siete tradiciones: la semiótica, la fenomenológica, la cibernética, la sociopsicológica, la sociocultural, la crítica y la retórica.
Algunas de estas tradiciones se oponen entre sí, mientras que otras coinciden parcialmente. Tomadas en conjunto, estas tradiciones proporcionan la suficiente coherencia para permitirnos comparar las teorías en que se basan y comprender sus puntos comunes y diferencias esenciales. Aquí solamente ofreceremos una perspectiva general de las tradiciones sopciopsicológica y sociocultural, las cuales abrazan las teorías que posteriormente explicaremos. Las dos tradiciones, la sociopsicológica y la sociocultural, se ocupan de la interacción del individuo con otros. La tradición sociopsicológica enfatiza el individuo mientras que la sociocultural enfatiza la parte de la interacción social.

2.1. El enfoque sociopsicológico

Es casi seguro que pensamos en nosotros mismos primero como individuos. Tenemos cuerpo, cerebro y piel lo cual marca los límites entre nosotros y el mundo con el que interaccionamos. Tenemos una apariencia única y aunque tuviéramos una alma gemela, nuestros rostros nunca serían iguales. Lo mismo se puede decir de nuestra personalidad; nuestras características propias nos hacen diferentes a otros. Al mismo tiempo nos damos cuenta claramente de que no estamos aislados sino que formamos parte de una comunidad de personas unidas por la interacción social.
El estudio del individuo como ser social es el impulso de la tradición sociopsi-cológica. Su origen arranca del ámbito de la psicología social, y ha sido una poderosa tradición dentro de la comunicación.
Las teorías de esta tradición se focalizan hacia el comportamiento social e individual, en los factores y las variables psicológicas, en los efectos individuales, en las características de la personalidad, en la percepción y la cognición. Aunque estas teorías tienen muchas diferencias, comparten cierta preocupación referente al comportamiento y las características personales y procesos cognitivos responsables de determinados comportamientos.
El enfoque individualista que caracteriza la tradición sociopsicológica es común en el estudio de la comunicación y en las ciencias sociales, y del comportamiento en general. El pensamiento del mundo occidental desde el Siglo de las Luces (siglo XVIII) se ha centrado en el individuo; ésta es la unidad de análisis primaria en gran parte del pensamiento occidental. Esta visión psicológica percibe a las personas como entidades con características que les llevan a comportarse de manera independiente. Ve a la mente humana como el locus que procesa y comprende la información y genera mensajes, pero reconoce el poder que puedan tener los individuos sobre otros individuos y los efectos de la información sobre la mente humana. No nos sorprende que las explicaciones psicológicas hayan sido tan atrayentes para muchos estudiosos de la comunicación, especialmente en el estudio de los cambios de actitud y sobre los efectos de la interacción.
En la tradición sociopsicológica, las explicaciones psicológicas son cruciales. Considera que se pueden descubrir los mecanismos universales que gobiernan la acción a través de una investigación meticulosa. En consecuencia, esta tradición es la que más frecuentemente encontramos asociada con «la ciencia de la comunicación». La gran mayoría del trabajo actual sobre esta tradición en la comunicación se dirige hacia la persuasión y los cambios de actitud (el procesamiento de los mensajes, cómo los individuos planean estrategias en relación con los mensajes, cómo los destinatarios procesan la información de los mensajes y los efectos de los mensajes en los individuos). Una parte aún popular del enfoque sociopsicológico identifica variables en la personalidad y tendencias comunicativas que afectan la manera en que los individuos actúan y interactúan.
La mayoría de las teorías sociopsicológicas de la comunicación actuales son de orientación cognitiva y nos permiten comprender mejor la manera en que los individuos procesan la información. En esta área las tradiciones sociopsicológica y cibernética se juntan para explicar los sistemas individuales de procesamiento de la información de los humanos (Shapiro, Hamilton, Lang y Contractor, 2001). De especial interés son los inputs (información) y los outputs (planes y comportamiento) del sistema cognitivo. Algunas cuestiones de importancia en esta línea de investigación incluyen la manera cómo se representan cognitivamente las percepciones y cómo se procesan dichas representaciones a través de los mecanismos la atención, retención, interferencia, selección, motivación, planificación y estrategias.
Gran parte del trabajo realizado en esta tradición supone que los mecanismos de procesamiento de información del ser humano son inconscientes. Como comunicadores puede ser que seamos conscientes de aspectos específicos del proceso comunicativo como la atención y la memoria, y podríamos ser muy conscientes de ciertos procesos de producción como nuestros planes y comportamientos, pero los procesos internos se quedan entre bastidores (escondidos). Los científicos de la comunicación buscan descubrir y describir estos sistemas.
Dividimos la tradición sociopsicológica en tres grandes ramificaciones:
  1. la conductual (behaviorismo),
  2. la cognitiva y
  3. la biológica.
En la conductual las teorías se concentran en cómo la gente se comporta en situaciones de comunicación. Normalmente estas teorías han focalizado su atención en la relación entre el comportamiento comunicativo –lo que decimos y lo que hacemos– y variables como las características personales, las diferencias situacionales y el aprendizaje. Hasta el año 1960 aproximadamente, el énfasis en la psicología era en cómo aprendemos a comportarnos asociando estímulos y respuestas (cuando se premian ciertos comportamientos, tienden a repetirse –lo que los psicólogos denominan aprendizaje. Cuando la respuesta se castiga tiende a extinguirse). Sin embargo, actualmente los teóricos de la tradición sociopsicológica en general creen que esta descripción es una explicación demasiada sencilla para explicar el comportamiento humano.
El segundo enfoque, la teoría cognitiva es muy popular hoy en día (ver Bodenhausen y Lambert, 2003). Se centra en patrones de pensamiento; este campo se concentra en cómo los individuos adquieren, almacenan, y procesan la información para comportarse. En otras palabras, lo que hacemos en una situación de comunicación depende no sólo de estímulos y respuestas, sino también de las operaciones mentales que utilizamos en el manejo de la información.
La tercera variación general es la biológica. A medida que el estudio de la genética se ha hecho más importante, algunos psicólogos y otros investigadores de la conducta se han ido interesando cada vez más en los efectos de la función cerebral y su estructura, la neuroquímica y los factores genéticos para explicar el comportamiento humano. Estos investigadores creen que muchas de nuestras características, formas de pensar y conductas son biológicas y, por tanto, no son fruto del aprendizaje o de factores situacionales, sino de influencias neurobiológicas innatas (para una interesante exposición sobre el tema ver Tobeña, 2001).

2.2. El enfoque sociocultural

Si escribimos 20 afirmaciones que contestan a la pregunta ¿Quién soy? Y luego miramos la lista para ver qué clase de descripciones hemos escrito podremos observar lo siguiente: si hemos escrito palabras o frases como «artístico», «tímido», «buen alumno», «me gustan los caballos», y «bondadoso con otros» estamos pensando en nosotros mismos en términos de cualidades, características o diferencias individuales (todas son características sociopsicológicas). Al contrario si hemos escrito términos como «madre», «católica», «estudiante» y «mujer», nos estaremos definiendo en términos de nuestra identidad como miembros de un grupo, nuestro lugar dentro de una comunidad más grande, nuestro rol frente a otros o nuestras relaciones. Esta última idea sobre la identidad es el epicentro de la tradición sociocultural.
El enfoque sociocultural de la teoría de la comunicación aborda los modos en que nuestros entendimientos, significados (interpretaciones), normas, roles y reglas se resuelven interactivamente en la comunicación. Estas teorías exploran los mundos de la interacción en los cuales la gente vive, planteando la realidad no como un conjunto objetivo de disposiciones fuera de nosotros mismos, sino construida a través de un proceso de interacciónes entre los grupos, las comunidades y las culturas (Gudykunst y Lee, 2002).
Así pues la tradición sociocultural se centra en los patrones de interacción entre la gente en lugar de en las características individuales o modelos mentales. La interacción es el proceso y el lugar en el cual los significados, roles, normas y valores culturales se resuelven. Aunque los individuos procesan la información de manera cognitiva, esta tradición se interesa mucho menos en el nivel de la comunicación individual. Al contrario, los investigadores en esta tradición quieren entender las formas en las cuales la gente conjuntamente crea las realidades de sus grupos sociales, organizaciones y culturas. Según la tradición sociocultural, las categorías que las personas construimos para procesar la información se crean en la comunicación social.
Muchas teorías socioculturales también se centran en cómo se construyen y establecen las identidades a través de la interacción entre grupos sociales y culturales. La identidad llega a ser una fusión de nosotros mismos como miembros de comunidades y como seres culturales, con los roles sociales. Los estudiosos socio-culturales, por lo tanto, se centran en cómo la identidad se negocia de una situación a otra. También la cultura la observan como una parte muy significativa de lo que se llega a producir en las interacciones sociales. Del mismo modo, la cultura forma un contexto para la interpretación y la acción. Puesto que la comunicación ocurre entre personas, la comunidad asume una importancia tremenda en muchas de estas teorías.
Por lo tanto, y debido a la importancia de la cultura y el contexto, los investigadores socioculturales generalmente enfocan su trabajo, aunque no siempre, de un modo holístico. Los investigadores en esta tradición pueden focalizar su atención (en un trabajo particular) en un aspecto pequeño de la situación global, pero reconocen absolutamente la importancia que tiene la situación global sobre lo que ocurre en una interacción a nivel micro.
Como todas las tradiciones, la sociocultural tiene varias líneas contributivas de trabajo: el interaccionismo simbólico, el constructivismo, el sociolingüístico, la filosofía de la lengua, la etnografía, y la etnometodologia (para una reciente discusión, excelente, sobre estas tradiciones ver Tracy y Haspel, 2004).