Introducción
Los mundos virtuales para los adolescentes y los preadolescentes ofrecen juegos online, chats y algunas actividades lúdicas, en algunos casos, con claro enfoque educativo. Los niños, que están en Internet desde edades tempranas, están utilizando estos medios para relacionarse entre ellos, aprender y para hacer nuevos amigos y, se sienten más cómodos en un entorno online que sus padres.
Dada la abundante proliferación de mundos virtuales para niños, donde éstos pueden vestir a su avatar, cuidar animales, y relacionarse, básicamente a través del chat, y también comprar objetos y aprender, cabe preguntarse por la utilidad didáctica de los mundos virtuales. Pero, además, los adultos, padres y formadores, deben ayudar a los menores asegurándose y garantizándoles experiencias positivas y constructivas dentro de estos entornos tridimensionales.
Padres y formadores se preguntan cómo están utilizando los niños los mundos virtuales, y necesitan información que les permita decidir, junto con el niño, lo que resulta apropiado y ofrece garantías de seguridad en su utilización, así como conocer e inculcar un comportamiento responsable con respecto a estos.
La principal preocupación en relación a los mundos virtuales es la seguridad de los niños tanto los menores de 7 años como los de edades comprendidas entre los 8 y los 12 años, y cómo prevenirlos de sus posibles riesgos.
En este libro se conceptualiza el concepto de mundo virtual 3D y se distinguen diversos tipos de mundos virtuales, todos ellos enfocados al público infantil y adolescente.
Padres y formadores encontrarán información clara y relevante sobre los mundos virtuales que les permitirá aprovechar los beneficios que ofrecen, y conocer y evitar los riesgos potenciales.
Ofrecer un marco de referencia, describiendo algunos de los principales mundos virtuales y, en general, los aspectos que deben tenerse en cuenta en la utilización de estos, con el fin de mejorar la seguridad de los niños, es el objetivo de este libro.
De modo genérico se tratan los mundos virtuales destinados a un público adolescente comprendido entre las edades de 12 a 16 años, y se aportan algunas experiencias prácticas y significativas en cuanto a la utilización didáctica de los mismos.
Por último, hay que aclarar que este libro no debe verse como una recopilación exhaustiva de todos los mundos virtuales existentes destinados al público infantil, algo que, dada la proliferación prevista de éstos en los próximos años, no resultaría útil ya que pronto se quedaría obsoleta. Tampoco resuelve la obra cuestiones técnicas ni abarca aspectos legales o propone soluciones en este sentido, más bien recopila y sugiere una serie de recomendaciones que deben tenerse en cuenta, como un primer punto de partida, que permitan evitar, en la medida de lo posible, los riesgos asociados a la utilización de los mundos virtuales.
La información, la formación y el compromiso de padres y formadores son imprescindibles para que la participación online de los niños resulte totalmente positiva.