De voces y palabras. Segundo Moyano, Jordi Planella
«[…] el contemporani és qui percep la foscor del seu temps com quelcom que el concerneix i que no para d’interpel·lar-lo, quelcom que, més que cap altra llum, se li adreça directament i singularment»
Giorgio Agamben (1)
«[…] el contemporáneo es aquel que percibe la oscuridad de su tiempo como algo que lo concierne y que no cesa de interpelarlo, algo que, más que cualquier otra luz, se le dirige directa y singularmente»
Voces de educadores y educadoras con ánimo de provocar nuevas escrituras en un campo habituado a la palabra, pero con poca voz. No es un grito, pero tampoco un susurro. Es una voz, son unas voces que pretenden iniciar una conversación y que, por lo tanto, dan la palabra. Ésta sería la intención, el propósito de convocar a un trabajo y promover una toma de la palabra para la construcción de unas prácticas en permanente estado de ajetreo.
Aquello que tiene que ver con el trabajo educativo y social conlleva un movimiento propio de los tiempos, de aceleraciones y frenos, de navegaciones más o menos fluidas por el campo social, por las ciudades y los barrios, pero también por los descampados universitarios, faltos en ocasiones de las palabras de aquellos que cotidianamente transitan por los proyectos, por las acciones y por las políticas que otros promueven.
En este coro polifónico de voces, el lector encontrará diferentes profesionales vinculados a la educación social, desde recién llegados hasta antiguos educadores sociales que ahora dedican sus esfuerzos a otros menesteres (aunque nunca del todo alejados); otros, que dedican algo de su saber a la formación de estudiantes del campo social y educativo; y algunos que, vinculados de diversas maneras y desde disciplinas diferentes, también habitan encuentros con las prácticas a las que nos referimos.
Así pues, junto a estos profesionales la ubicación de múltiples formatos y estilos textuales: utilizando casos, dando cuenta de experiencias particulares, aproximaciones conceptuales, testimonios, textos provocadores, más prudentes, textos contrapuestos, desde diferentes posicionamientos teóricos, textos de y con diferentes trayectorias, partiendo de un concepto, de una idea o de una palabra se han multiplicado los recorridos… Todos, sin embargo, con el interés se sumar, aportar y ofrecer visiones y voces de la educación social. Puntos de vista, desde las prácticas, para seguir profundizado en los marcos teóricos y conceptuales de la construcción de la educación social como práctica y como profesión.
Convocar a todos estos autores no ha sido tarea fácil. No obstante, la respuesta en todos y cada uno de los casos ha sido unánime: ¿para cuándo lo quieres? Meses de trabajo, correcciones, cambios de los títulos y de la estructura del texto, retornos, conversaciones, intercambio de apreciaciones,… han supuesto un ir y venir de ideas, un conocimiento mutuo y, sobretodo, un acto colectivo de escritura. En estos malos tiempos para lo colectivo, y parafraseando las palabras de Agamben que encabezan este inicio, conviene dejarse atrapar por algo de la oscuridad contemporánea y dejarnos interpelar, ya que en la permanente conversación entre lo colectivo y lo educativo, aquellos que han decido asumir la responsabilidad de ejercer prácticas educativas son convocados a establecer acciones de pensamiento y de reflexión acerca de ellas, con vistas también a vislumbrar algo de los efectos que producen en el conjunto de la ciudadanía. Este trabajo colectivo se articula en ese propósito.
Este año 2011 se conmemora el 20 aniversario de los inicios de la Diplomatura de Educación Social en las universidades españolas. Por lo tanto, asistimos a unos momentos, los actuales, considerados al menos como controvertidos con la llegada del Grado en Educación Social y lo que supone (y puede suponer) en el terreno académico, laboral, educativo y social. Estas voces han asumido el compromiso de seguir induciendo al pensamiento crítico acerca de las prácticas que llevamos a cabo, de continuar induciendo a la lectura y la escritura en un terreno abonado para ello pero, reconozcámoslo, demasiado poco regado. Por tanto, esta invitación a leer la voz y a recorrer, cada uno desde el punto que desee, las treinta y cinco propuestas realizadas.
Segundo Moyano
Jordi Planella
Barcelona, marzo de 2011