Estoy acabando de escribir este libro a finales de julio de 2011. En los últimos meses han sucedido tantas cosas en el plano político y social que, de pronto, este relato adquiere tintes de historia, suena a lejano en el tiempo, a ya antiguo. Los años que van de 1985 a 2006, período en el que se basa este análisis, fueron años de construcción de la sociedad metropolitana y de la sociedad catalana, años de esfuerzo colectivo y de innumerables mejoras. Hoy son calificados de maneras diversas, como si hubieran sido tiempos de despilfarro, de locura colectiva. O como si todo se hubiera hecho mal, y cada persona hubiera actuado solo en interés propio. O como si se tratara de un período de amnesia generalizada, en el que solo fue importante enriquecerse y consumir. Es decir, años perdidos colectivamente que han dado lugar a una situación altamente compleja.

No comparto en absoluto este diagnóstico; al contrario, me parece más necesario que nunca reconstruir, aunque solo sea en una pequeña parcela, lo que pasó, el proceso social de esta etapa que me parece una de las más fructíferas que ha podido vivir la Cataluña moderna. De modo que no parece ocioso recordar los progresos realizados en este período. Pero paralelamente es necesario interrogarse sobre la estructura profunda de nuestra sociedad, identificar los auténticos actores, tengan o no voz en los medios de comunicación. Las clases y capas sociales, cuya existencia pareció superada en el discurso público en un cierto momento, reclaman hoy de nuevo su protagonismo. Modificadas, por supuesto, modernizadas, puestas al día, casi irreconocibles, en determinados conflictos. Pero tan vivas y tan dispuestas a imponerse o más que hace un siglo. Aunque sigamos esperando que desaparezcan un día y que el futuro esté en algún momento libre de ellas, porque se haya alcanzado una sociedad sin desigualdad.

Nos enfrentamos a una ofensiva de clase de una amplitud probablemente sin precedentes: una nueva forma de lucha de clases pero en una etapa de fuerzas tan desiguales que el conflicto apenas se esboza, no es ni siquiera institucional, aunque algo comienza a despertar en Europa. Una Europa pasmada durante casi tres años ante la ofensiva de una nueva clase social de alcance mundial y de composición transnacional, diferente a todas las configuraciones anteriores conocidas, con unos mecanismos y unos medios también distintos y poderosísimos. A la que se sigue nombrando con todo tipo de eufemismos, «mercados», «neoliberalismo», etc., para dar a su acción un carácter de ley natural e ineluctable y ocultar el hecho de que se trata de un grupo humano que acumula riqueza sin el menor escrúpulo ni preocupación por las consecuencias de sus actos.

La realidad nos muestra de nuevo que el viejo esquema de las clases sociales sigue siendo válido, tan modificado como se quiera, tan modernizado como sea necesario. Pero indispensable, finalmente, para comprender lo que sucede, lo que nos está sucediendo ahora mismo.

De lo que nos está sucediendo ahora mismo no hablaremos en este libro, que no pretende hacer predicciones sino exponer los resultados de una investigación científica y por lo tanto, no puede avanzar la reflexión sobre hechos que no están todavía suficientemente analizados y documentados. De lo que hablaremos es de la etapa anterior que, por un azar de la historia, parece ahora acabada. Pero que sucedió ayer, hace solo un momento. Y por ello y a pesar de parecer ya lejana, puede librarnos muchas claves para comprender el presente, tanto en relación a la identificación de las características del camino recorrido como en relación a los instrumentos que hemos de utilizar para descifrarlo.