Capítulo III

LLENA DE GRACIA

“FUE ENVIADO EL ÁNGEL GABRIEL A UNA CIUDAD DE GALILEA LLAMADA NAZARET, A UNA VIRGEN DESPOSADA CON UN HOMBRE LLAMADO JOSÉ DE LA CASA DE DAVID; EL NOMBRE DE LA VIRGEN ERA MARÍA. Y ENTRANDO DONDE ELLA ESTABA DIJO: ALÉGRATE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO. ELLA SE CONTURBÓ POR ESAS PALABRAS Y DISCURRÍA QUÉ SIGNIFICARÍA AQUEL SALUDO. EL ÁNGEL LE DIJO: NO TEMAS, PORQUE HAS HALLADO GRACIA DELANTE DE DIOS, VAS A CONCEBIR EN EL SENO Y VAS A DAR A LUZ UN HIJO A QUIEN PONDRÁS POR NOMBRE JESÚS” 76.

EL ángel Gabriel saluda a María como portavoz del proyecto que Dios tiene para Ella. Él expresa dos atributos de predilección del Padre. El primero, el Señor es contigo atributo que habían recibido los profetas Jacob y Moisés. Característica necesaria para las misiones que Dios les había encomendado. En María, la expresión el Señor es contigo expresa que Dios le entregaba la misión de cuidar a su propio Hijo.

Sin embargo, después de la salida del paraíso, se escuchó por primera vez, llena de gracia o colmada de gracia77.

Adán y Eva eran llenos de gracia pero no habían respondido a este orden de ser rompiendo el vínculo con Dios Padre, dejando como herencia el desorden de la maldición de la tierra. Con este privilegio en María, Dios reformulaba la creación, ya que la gracia es la participación en la vida de Dios. Es un don que Dios quiere compartir y regalar a sus criaturas. El alma en gracia se llena de conocimiento, ciencia y sabiduría, posee el amor y, poseyendo el amor, posee a Dios, fuente de la verdadera alegría y felicidad.

Mar ía, detalle de la Anunciación

Ilustración de la Historia Sagrada

Este llena de gracia comienza con la concepción inmaculada78. María concebida como todos los seres humanos79 en el vientre de Ana, su madre, casada con Joaquín, Dios interviene preservándola del pecado80 original, heredado de Adán y Eva.

El dogma81 de la Inmaculada Concepción dice: “La bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano. Ella es redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo”82.

El Catecismo lo comenta: “El Padre la ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos y en Cristo83 más que ninguna otra persona creada. Él la ha ‘elegido en él, antes de la creación del mundo para ser Santa e Inmaculada en su presencia en el amor’ ” 84.

San Bernardo ya antes la había visto como “la obra que supera ampliamente a todas las demás creadas por Dios; que sólo es superada por el Maestro de la Obra” 85.

La expresión llena de gracia se ha definido con dos expresiones: Inmaculada y toda santa.86 Con la expresión inmaculada, la Iglesia de Occidente resalta la ausencia de pecado; con la expresión toda santa, la Iglesia de Oriente se refiere a la presencia de las virtudes en ella87.

Juan Pablo II reflexiona: “La concepción inmaculada de María es el signo del amor gratuito del Padre que eligió para Él, entre los hombres, a su Madre, haciéndola digna de la maternidad divina. La hizo la primera heredera de la santidad de su propio Hijo”88. Este momento es decisivo en la historia de la salvación, porque es la expresión perfecta de la redención realizada por Cristo. La primera entre los redimidos con su sangre, recibida de ella humanamente. El punto de partida de una vida totalmente disponible a la acción del Espíritu, ya que jamás tuvo un pensamiento o una decisión que contrariara a Dios, ninguna resistencia a lo divino, ni a los instintos del Espíritu89. “Más aun, fue totalmente disponible a su acción” 90.

Inmaculada pintada por el Padre Eterno

Anónimo. s. XVIII

El ser inmaculado de María no es sólo una necesidad de Dios para su Encarnación y para vivir nueve meses en ella, sino que también es una necesidad del ser humano como modelo de la reconquista de la más alta dignidad con el cultivo y crecimiento de la vida, en la gracia de Dios. “En María, Dios muestra la nobleza, la perfección de la imagen del ser humano, como Él lo había pensado. Con una vida natural en armonía, con la inteligencia, el corazón y la voluntad, dirigidos hacia lo alto, traspasados por el Sol de lo divino. En su pureza y belleza como de azucena, es noble, transparente, espiritualizada; está ante nosotros como reflejo de la Belleza eterna. Esta imagen maravillosa será realidad un día en nosotros, en la eternidad. Sin embargo, María muestra el camino que se puede alcanzar viviendo según el Espíritu, trabajando por lo bello de la pureza de los limpios de corazón” 91. En ella la pureza refleja la armonía del cuerpo, del alma y del corazón, con una vida que tiende siempre hacia lo alto.

Las expresiones llena de gracia o como toda santa se refieren a su actitud permanente ante Dios. Aunque no tuvo que luchar contra el pecado. Como todas las personas, debió librar en su corazón inseguridades e incertidumbres, trabajando por la obediencia en la fe, adentrándose profundamente en la voluntad de Dios y en la entrega de sí misma para amar a Dios sobre todas las cosas. Ella, de modo ejemplar, superó la incertidumbre de la inteligencia por el heroísmo de la fe, y el miedo y la angustia del corazón, por el heroísmo de la confianza y del amor.

El señor está contigo. Dios está con María, miembro elegido de la familia humana para ser madre del Emanuel. “Dios con nosotros” Dios desde este momento en adelante ,estará siempre sin arrepentimientos, sin retracciones con la humanidad, uno con ella para salvarla y darle su Hijo, el Redentor y María es la garantía viviente y concreta de esta presencia salvífica de Dios92.

“La fuente más profunda de su ser inmaculada, es su unión con el Salvador, María Eucarística”. 93 “Estuvo llena de gracia de tres modos: en primer lugar, en el alma, toda de Dios; en el cuerpo, para dar al Verbo Eterno su carne purísima; y, en tercer lugar, llena de gracias, para provecho común, de modo que todos los hombres pudieran participar de su plenitud. La gracia entendida en su sentido santificante, que lleva a cabo la santidad personal, realizó en María la nueva creación, haciéndola plenamente conforme al proyecto de Dios”94.

Ella es, de manera especial, la hija del Padre, porque ha participado de su naturaleza. Es el signo de su amor gratuito, la expresión perfecta de la redención cumplida por el Hijo.

La representación iconográfica de la llena de gracia es todo un desafío para los artistas, ya que se hace difícil traducir en forma visible un misterio tan profundo y abstracto. Esta iconografía partió con la imagen de Joaquín y Ana en la puerta de oro, hasta llegar a lo que hoy es la iconografía de la Inmaculada.

Se representa a María como una Virgen de pie en plenitud de edad juvenil, cabello suelto descubierto, de color castaño o moreno, vestida con túnica blanca y manto azul. Suele tener las manos juntas en actitud orante. En ocasiones, se la representa coronada con doce estrellas, con la luna bajo sus pies y, muchas veces, pisando una serpiente.

La luna bajo los pies: la luna representa la volubilidad, la inconstancia humana. La Madre de Dios está por encima de todos estos defectos porque está arraigada y fundamentada en Dios, en las virtudes teologales de la fe, esperanza y caridad.

La Inmaculada también se presenta pisando la cabeza de una serpiente. “Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; ésta te pisará la cabeza mientras tú acechas su talón”95.

Esta acechanza en el talón se da en la persona que tiende hacia lo alto y siente el peso de la Cruz. Este peso son los sufrimientos, las consecuencias del desastre de Adán y Eva en el Paraíso y se manifiestan en la fragilidad de la propia naturaleza de la persona, en las inseguridades de lo que hizo, de lo que está haciendo y de su futuro; en los problemas de salud física y mental, de convivencia, de entendimiento con otros, de falta de tiempo y no poder estar y amar a todos los que se quisiera.

Inmaculada

P. Rubens. 1628

Cuando la Virgen se aparece en París96 a Sor Catalina Labouré, ella relata que “había una serpiente de color verdoso con manchas amarillas”. A veces el lugar de la serpiente es ocupado por un dragón97. Jesús obtuvo la victoria definitiva sobre Satanás, anticipando esta victoria en su Madre, al preservarla del pecado. Como consecuencia de ello, le dio el poder de resistir al demonio, realizando así en el misterio de la Inmaculada Concepción, el más notable efecto de su obra redentora98.

Cuando María se aparece en México, en el año 1531, como Nuestra Señora de Guadalupe, se refiere a sí misma usando la palabra “Tecoatlaxopeuh”, que significa que abolirá, aplastará y erradicará la serpiente99además de haber dicho de si misma “yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María”.

Llamar y practicar la devoción a la Virgen como la Inmaculada ha sido un arduo y completo trabajo y de larga historia, en el que participaron los estudiosos, el pueblo y la misma Virgen. Primero, se hablaba de la concepción de santa Ana. Luego, en el año 373 san Efrén alaba a Jesucristo diciendo: “Tú y tu Madre sois integralmente hermosos”. En las diversas Iglesias orientales se celebra el 8 de diciembre, desde el siglo VII. Antes del año mil, esta fiesta se empezó a celebrar en distintos sectores aislados de Europa. En 1263, en la orden de los franciscanos, se declaró fiesta obligatoria. En 1471, el Papa Sixto introdujo la fiesta en el calendario romano100. En 1491, se construye el primer templo de las concepcionistas franciscanas, en Toledo, donde se encuentra la primera iconografía: El abrazo de Joaquín y Ana en la puerta de oro. En el año 1531, el obispo Zumárraga, de México, construye una catedral dedicada a la Inmaculada Concepción. En el año 1570 se extiende la oración a la Inmaculada y San Pío V da término a las calurosas disputas por este tema. En 1749, el título de Madre Inmaculada se incorporó a las letanías lauretanas. En 1770, España la nombra su patrona101.

En 1830, en Francia102, la Virgen se aparece a Sor Catalana de Labouré, vestida con túnica blanca, manto azul desde los hombros a los pies y velo blanco sobre la cabeza coronada de doce estrellas, pisando una serpiente y sobre la luna, con sus brazos extendidos. Le pide que mande hacer una medalla que, entre otras cosas, dice: Sin pecado concebida. A la Virgen le interesaba que la medalla se difundiera y para eso promete milagros al que la porte, con lo que se logra difundir rápidamente esta devoción. Veinticinco años después, en 1854, el Papa Pío IX promulga el dogma de la Inmaculada Concepción.

Cuatro años después de la definición del dogma, en el año 1858, María se aparece en Lourdes,103 otro lugar de Francia, vestida de blanco con un lazo celeste, las manos juntas en expresión de oración y con un rosario colgando de las manos. A una campesina le dice en su dialecto bigourdan: Que soy, era Inmaculada Concepción,104 confirmando explícitamente el dogma.

En Fátima, Portugal, el año 1917, la Virgen se aparece a los pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta. Ella les indicó la devoción a su Inmaculado Corazón como un camino seguro hacia la misericordia divina, pidiéndoles además oración, penitencia y conversión105.

Después de la proclamación del dogma de la Inmaculada en el año 1856, Pío IX consagró un monumento a la Inmaculada en la Piazza di Spagna en Roma106. Los días 8 de diciembre de cada año, día en que se celebra107 el Santo Padre peregrina hasta el monumento y le entrega flores en su mano108.

En 1904, al cumplirse cincuenta años de la proclamación del dogma, en Santiago de Chile se levantó la estatua de la Inmaculada en el Cerro San Cristóbal, para que resplandezca su imagen como ideal para los chilenos109.

Toda hermosa eres, amada mía,

en ti no hay mancha alguna110.

Como lirio entre los cardos

así es mi amada entre las jóvenes111.

Yo salí de la boca de Dios112.

Yahvé me creó al proyectar sus obras,

antes que sus obras más antiguas113.

El Señor santificó ésta su habitación

al brillar el alba114.

Porque quien me encuentra,

encuentra la vida,

y obtendrá el favor de Yahvé115.