Capítulo II

ME TENÍAS CONFIADA44

“YAHVÉ, TÚ ME ESCRUTAS Y ME CONOCES, SABES CUÁNDO ME SIENTO Y CUÁNDO ME LEVANTO, MI PENSAMIENTO CALAS DESDE LEJOS; ME HAS TEJIDO EN EL VIENTRE DE MI MADRE. MI ALMA CONOCÍAS CABALMENTE Y MIS HUESOS NO SE TE OCULTABAN, CUANDO ERA YO HECHO EN LO SECRETO, TEJIDO EN LAS HONDURAS DE LA TIERRA. TÚ ERES QUIEN ME SACÓ DEL VIENTRE. ME TENÍAS CONFIADO A LOS PECHOS DE MI MADRE” 45.

ESTE salmo relata el conocimiento y la dedicación de Dios Padre por sus hijos. Aplicado a María, reafirma que Él la eligió antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada46, anunciado en la historia de la creación47. Luego continúa anunciándola en distintas prefiguraciones.

Se simboliza a María con una montaña, una nube y una zarza, entre otras imágenes.

La montaña del Sinaí cuando se dice que Dios bendijo esta montaña y la santificó con el descenso del Espíritu Santo”48.

En la zarza ardiente que vio Moisés y se le apareció el ángel de Yahvé en forma de llama de fuego en medio de una zarza y vio que ésta ardía, pero no se consumía. Al acercarse Moisés para ver el extraño fenómeno, Dios le dijo: “No te acerques quítate las sandalias porque el lugar que pisas es tierra sagrada” 49. En esta imagen se prefiguraría el misterio del cuerpo de la santísima Virgen María el que al igual que la zarza ardía y no se consumía, así su cuerpo no sufriría cambios con el parto y no se corrompería después de su muerte50. Esta imagen de la zarza también es considerada en la antigua tradición de la Iglesia como un símbolo del fuego del Espíritu Santo, que permanece siempre encendido en María51. A lo cual en el año 1133 Gregorio de Niza, dice: “Me parece que ya en el pasado el gran Moisés debió tener conocimiento de este misterio cuando él dijo: “Quiero acercarme para observar esta gran visión”.

Continua la prefiguración el profeta Isaías, cuando habla que “germinará una vara del tronco de Jesé y de su raíz brotará una flor”52, adelantando que María concebiría sin participación de varón. La vara representa a la Virgen y la flor, a su Hijo53.

Tiempo después el profeta Elías54 sufriendo en el monte Carmelo porque la tierra estaba árida y apareció una nube que trajo muchas lluvias. La nube representa la futura Madre de Dios, y la lluvia, sus bendiciones. Otra, imagen de María como “Nuestra Señora de la luz”55, es aquella nube que, en el desierto, alumbraba al pueblo de Israel en su camino hacia la tierra prometida, de modo que pudieran caminar durante la noche56.

Profecía de Isaías

Ilustración de la Historia Sagrada

Completa la prefiguración, el Arca de la Alianza57, tesoro sagrado del pueblo de Israel58, signo de la presencia de Dios, que resplandecía con el color de oro por dentro y por fuera, memorial de la alianza del pueblo con Dios. Asimismo, María, al acoger en su seno al Hijo de Dios, se convertiría en la nueva y verdadera “Arca de la Alianza59”. Llevaría en su seno el verdadero “Templo de Dios”, a Dios-hecho-hombre, convirtiéndose en el arca siempre presente en medio del nuevo pueblo congregado por Dios, heredero del testamento, el Evangelio. El resplandor interior y exterior que tenía el arca de la alianza, en María es el resplandor de su pureza y virginidad.

Árbol de Jesé

Anónímo. H. 1550

Me tenías confiado a los pechos de mi madre60. De la misma manera que Dios preparaba la idea de cómo sería María, elige a sus padres a Joaquín y a Ana. Joaquín, de la tribu de David y Ana vivía en Séforis cerca de Caná. Sus antepasados fueron los esenios que vivían en el monte Horeb y el monte Carmelo. Éstos descendían de aquellos sacerdotes que, en tiempos de Moisés y Aarón, tenían el oficio de llevar el arca de la Alianza61. Ana, “la madre de la Mejor”, como la llama Lope de Vega en el título de una comedia, significa amor, plegaria y gracia. No era la primera que llevaba este nombre. También lo tenía una contemporánea suya, la profetisa Ana que también esperaba al Mesías y que María la encontró cuando fue al templo a presentar a Jesús. Anteriormente en el primer libro de Samuel, aparece otra Ana62, con una historia parecida a la de la madre de María. Ella rezaba ante el Señor con su alma llena de tristeza porque Dios no la había considerado digna para concebir un hijo que pudiera ser el Mesías de Israel. Ante sus peticiones la hace madre de Samuel63. De la misma manera rezaban por la llegada de un hijo Ana y Joaquín, quienes presentían la llegada del Redentor, pero estaban tristes porque no podían tener hijos64. Según cuenta la tradición sus oraciones fueron escuchadas y un ángel65 apareció a Joaquín66 en la puerta dorada del templo profetizando el nacimiento de una niña que se llamaría María y que sería la predilecta y amada del Señor.

“Santa tierra estéril que, al cabo, produjo toda la abundancia que sustenta el mundo”, expresa Miguel de Cervantes en “La Gitanilla”. Todos los antiguos anhelos se habían condensado en Joaquín y Ana; en ellos se iban a cumplir las promesas a todo un pueblo siendo los padres dichosos de la niña María.

Abrazo en la Puerta Dorada

Eugenio Cajés

Es posible que Joaquín y Ana quedaran admirados de la perfección de su hija, pero no podían suponer que era inmaculada67, ni que sería la mujer del Génesis68.

Según dicen varios autores69, especialmente Alfonso María de Ligorio70, Joaquín y Ana la habrían consagrado a los tres años de edad al servicio del templo, antigua costumbre entre los judíos que sus hijas vivieran en habitaciones contiguas al templo para educarlas con mayor esmero. Corroborado por lo narrado por la mística María Valtorta71, en que relata que Joaquín y Ana presentaron a la niña en el templo pequeñita recién nacida junto a Isabel y Zacarías sacerdote de allí y luego tiempo después la pequeña plantea su intención de entregar su vida en oración y ser sola de Dios para acelerar la llegada del Mesías. Joaquín y Ana en medio de una profunda tristeza desgarradora van al templo como subió al monte Abraham a entregar lo más preciado, teniendo la fe de que de una virgen de la estirpe de David nacerá el Mesías. En medio del consuelo de Isabel y Zacarías los padres de María se despiden y bendicen a la niña emocionada que nunca más verían.

Los años vividos allí habrían aumentado en ella el desarrollo de la gracia, de las virtudes y de los dones72. Donde el Espíritu Santo le inspiró el deseo de la unión más completa con Dios73. Podemos suponer que la opción por la virginidad, estuvo siempre presente en el corazón de María, ya que la gracia que la preparaba a la maternidad virginal influyó en toda su personalidad. Tomó la decisión de permanecer virgen, ofreciendo su corazón al Señor; realizando la vocación de la Hija de Sión74. La iglesia de Oriente lo celebra el 21 de Noviembre.

En Jerusalén cerca del templo está la iglesia de santa Ana cuya intercesión es muy importante, ya que es una santa amiga de Dios, distinguida sobre todo por ser la abuela de Jesús en cuanto hombre.

Joaquín y Ana se celebran el 26 de julio75.

Santa Ana con la Virgen y el Niño

Sansón Delli. H. 1470

 

“Mis acciones tus ojos las veían,

todas ellas estaban en tu libro,

yo te doy gracias

por tan grandes maravillas,

prodigio soy,

prodigios son tus obras”

Salmos 138, 22