PRIMERA PARTE

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Presentación

La idea del trabajo que tiene en sus manos surgió tras una vivencia personal que tuve con los Arcanos Mayores, y me gustaría dejar constancia de ella aquí, ya que nadie me presentó nunca el Tarot de esta forma que, a mi juicio, es muy enriquecedora.

Desde muy pequeña me fascinaron las cartas. Vivía en el interior de Minas Gerais, en Campestre, ciudad en la que nací.Ya muy pequeña iba a la casa de una señora, muy avanzada para aquel tiempo, que me echaba las cartas con una baraja corriente. Aquello me encantaba y, al mismo tiempo, despertaba mi curiosidad.

Con el paso del tiempo conocí el Tarot, los Arcanos Mayores. Aquellas cartas me gustaban tanto que llegué a soñar con ellas.

Mientras tanto empecé a estudiar, a investigar, a leer libros y más libros, interesándome por el Tarot en el ámbito terapéutico y de autoconocimien-to, convirtiéndose mi línea de trabajo en identificar en el Tarot nuestro propio camino evolutivo y, a partir de ahí, mejorar nuestro día a día, entendiendo que el camino recorrido, en el transcurso de nuestra existencia, no es más que el camino recorrido por el arcano del Loco, hasta que concluye el ciclo con el arcano del Mundo. Después, y en una escala menor, aportar a las situaciones diarias las lecciones de cada arcano; por ejemplo, si determinada situación nos remite al arcano de la Fuerza, he de preguntarme cuál es la postura de este arcano ante ese hecho. De esta forma entenderemos el Tarot como un camino de autoconocimiento y de evolución.

Mientras tanto, y para un mejor desarrollo de mi trabajo, como estoy casada, necesitaba del apoyo de mi marido para que todo se volviese más armonioso. En este punto comienza una de mis grandes experiencias con el Tarot. Tenía en la cabeza una misión: convencer a mi marido de que el Tarot era real, vivo, ya que él no lo valoraba y yo deseaba que respetase mi trabajo.

Corría el año 2003 y nos encontrábamos trabajando en Portugal y en España, en donde pasamos temporadas al año. Entonces, y bajo la orientación de amigos espirituales, le propuse vivir una experiencia con el Tarot: durante 22 días seguidos haríamos una meditación con cada arcano, comenzando con El Loco y concluyendo con El Mundo. Mientras tanto, y durante ese periodo, todas las mañanas yo mostraba el arcano de aquel día, y sugiriendo que nos mantuviésemos en la vibración de aquella carta, salíamos para llevar a cabo nuestras tareas. Al final del día, antes de irnos a la cama, yo tomaba un libro y le leía el significado del arcano de aquel día, pidiéndole que recordase los acontecimientos vividos durante la jornada e intentase establecer una relación con el arcano.

Así lo hicimos con los 22 Arcanos Mayores. Él se quedó profundamente sorprendido y se rindió ante la evidencia del Tarot, porque sintió aquellas diferentes energías como algo repleto de vida, como una rueda llena de vida. Esto, naturalmente, también le dejó preocupado. Su pregunta era: «¿Qué quiere decir la carta de La Torre y la carta de La Muerte?». Mi respuesta era siempre la misma: espera y lo verás.

Fue de este modo cómo él se convenció de la grandeza y de la profundidad del Tarot; y así es cómo yo le enseño, en la medida de lo posible. Lea, investigue, busque, pero sobre todo, vivencie el arcano; entre en su propia energía y explore cada detalle.

Buena suerte!

 

¿Qué es el Tarot?

El tarot es un oráculo compuesto por 78 láminas divididas en dos grupos, clasificados de la siguiente forma: 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores. Arcano significa «misterio», aquello que está oculto, la «llave» necesaria para comprender algo.

El tarot, como tantos aseguran, no está hecho para establecer simplemente una especulación, sino que constituye un camino de orientación personal, de estudio y autoconocimiento; un estudio que nunca se acaba dada la profundidad del tema. Expresa la transformación del individuo a partir de orientaciones y aclaraciones referentes a nuestros miedos, a nuestros bloqueos, ansiedades, objetivos, etc.

Es necesario investigar la historia del Tarot, aprender la simbología de cada carta, saber que los Arcanos Mayores muestran algo subjetivo, abstracto, la idea como un todo que podrá dar una respuesta. Estos arcanos nos remiten a un camino de evolución espiritual; es el trabajo que tiene que hacer el individuo para llegar a la comprensión delYo. Estos arcanos representan el macrocosmos, y se les considera instrumentos importantísimos de meditación, pues muestran toda la trayectoria del ser humano, comenzando con nuestro nacimiento, infancia, adolescencia y madurez; el final de un ciclo y el comienzo de otro, el grado de desarrollo del alma humana desde su descenso a la materia hasta su retorno a los reinos celestiales.

Los Arcanos Menores se subdividen en cuatro naipes representados por los símbolos: Oros, Espadas, Copas y Bastos; cada uno de ellos mantiene una relación directa con los cuatro elementos de la Naturaleza: Tierra, Aire, Agua y Fuego, respectivamente.

Estos arcanos, al ser más objetivos, nos proporcionan una visión más concreta de la situación; nos muestran las oportunidades, los desafíos que se nos presentan cada día. Es necesario aclarar que estos arcanos no pueden ser utilizados en solitario para una consulta, ya que trabajan conjuntamente con los Arcanos Mayores. Constituyen la representación del microcosmos en el macrocosmos. En realidad, no se sabe si estos dos grupos, los Arcanos Mayores y los Arcanos Menores, se corresponden. Hay quien asegura que esta unión fue desarrollada posteriormente. Lo que se sabe con certeza es que los Arcanos Menores desempeñan un papel fundamental en los aspectos adivinatorios del tarot.

La palabra tarot, al igual que su historia es un misterio que llega a nuestros días; por ello han surgido distintas teorías sobre su significado:

Por consiguiente, el origen del término Tarot es oscuro, desconocido. Existen distintas maneras de pronunciar esta palabra: Tarot, Taró, Taroco, Tarok, Taroc o Taro.

La función del Tarot es mostrar, iluminar, hacer comprender aquello que se halla implícito en nuestro yo para, partiendo de ahí, buscar una comprensión de lo que es necesario transformar, a fin de poder alcanzar una nueva conciencia.

Son muchos los que afirman que para hacer una consulta de Tarot solo es necesario dominar la técnica. La técnica es la base del trabajo, pero también es preciso saber estructurar, conocer la simbología y el fundamento de cada arcano. Además, es importante asimismo conocer la historia del Tarot.

Por todo ello el momento de una consulta es único, ya que se produce una alta concentración de energía del cliente en las láminas del Tarot, y con la ayuda de la técnica se puede orientar la dirección de esa energía. Por todo ello el Tarot es una orientación personal. Organiza las ideas, clarifica el camino y es altamente terapéutico. Por tal razón son muchas las personas que tras una consulta se sienten más felices, más «leves».

En ese momento en que se establece una interacción entre usted y su cliente ambos se verán envueltos en un flujo de energía que se convierte en una clave para la percepción y la comprensión de lo que el Tarot está transmitiendo. Esta percepción y comprensión puede llegar a niveles más profundos, dependiendo de la constancia del profesional en sus estudios, de su seriedad y honestidad en este trabajo. Durante una lectura estaremos orientando, ayudando, dando un enfoque para nuevas perspectivas que, muchas veces, no llegan a ser percibidas debido a las emociones que nos embargan.Y el cliente, a su vez, nos aporta la mejor enseñanza, esa enseñanza que no se encuentra en los libros; la gran oportunidad de vivir y de practicar la compasión, la humildad y la tolerancia. Es esa oportunidad del florecimiento de nuestra intuición lo que permite la individualización de cada consulta.

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Arthur Edwar Waite (1857-1942).

Coautor del Tarot de Rider Waite.

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Pamela Colman Smith (1878-1951).

Ilustradora del Tarot de Rider Waite.

 

Historia del Tarot

«Sabio es aquel que sabe que no sabe.»

Sócrates

El origen del Tarot sigue siendo un misterio en nuestros días, ya que nadie sabe con certeza de dónde procede. Se sabe que los registros más antiguos datan de finales del siglo XIV, época en la que las cartas llegaron de Oriente a Europa. Desde entonces se han establecido distintas teorías sobre su historia.

Se sabe también que las cartas tuvieron una notable evolución en los aspectos simbólicos, cuantitativos, oracular y lúdico.

Es posible encontrar en los museos norteamericanos y europeos cartas que muestran el desarrollo del Tarot. Un ejemplo de esto es la Baraja de Gringonneur, pintada en 1392 por Jacquemin Gringonneur para el rey de Francia, Carlos I.

Estas cartas, que suman un total de 17, carecen de números o nombres que indiquen su orden, por lo que apenas se las puede identificar con los símbolos del Tarot. Esta es la razón por la que existen controversias sobre si estas cartas fueron, o no, pintadas por Grigonneur.

Otro Tarot, cuyas cartas se pueden encontrar en museos, es el llamado Tarocchi de Mantegna, compuesto por 50 cartas divididas en 5 grupos de 10, dispuestas en un orden ascendente del Universo; es decir, que las cartas están ordenadas de forma jerárquica.

El Tarot responsable de la introducción de la figura de la Papisa, conocida como la Gran Sacerdotisa, fue el Tarocchi de Venecia, que estaba compuesto de 78 cartas.

También existió un Tarot compuesto de 97 cartas, denominado Minchiate de Florencia, y el Tarocchino de Bologna, que tenía 62 cartas.

El Tarot más antiguo que se conoce hasta el presente es el de Visconti-Sforza, de Milán, que data del siglo xv, compuesto de 78 cartas, el cual recibió este nombre en homenaje a la unión de las familias de Francesco Sforza y Bianca Maria Visconti.

El Tarot de Marsella, el más conocido del siglo xv, está considerado como un clásico y el padre de todos los tarots.

Los tarots citados apenas representan algunos fragmentos de la historia. Algunos sobrevivieron y de ellos podemos encontrar magníficas réplicas. Otros, por el contrario, se perdieron, aunque es posible localizar parte de ellos en museos norteamericanos y europeos.

El Tarot no habría llegado a nuestros días y a nuestro poder si muchos grandes hombres, escritores, investigadores y ocultistas famosos no hubiesen estudiado y penetrado en sus misterios. Cada uno de ellos, a su manera y con sus propias teorías, consiguió escribir la historia del Tarot, dejándonos este legado, este tesoro.

Seguidamente veremos lo que cada uno de estos hombres representó y significó para el Tarot.

Antoine Court de Gébelin (1719-1784). Nacido en Suiza fue sacerdote protestante, teólogo y lingüista. Gébelin quedó fascinado por el Tarot y fue el responsable de su introducción en la élite europea, ya que hasta entonces solo circulaba entre las clases más humildes como simples cartas de juego y sencillos oráculos.

Para Gébelin el Tarot era de origen egipcio y formaba parte de un ritual iniciático de la Gran Pirámide de Keops. Hasta entonces habían sido los gitanos quienes lo habían popularizado en Europa, como únicos poseedores de su simbología.

Para Gébelin la palabra Tarot está compuesta de dos vocablos, Tar, camino, y Ro, real; es decir, Camino Real.

Tras muchas investigaciones publicó sus teorías en un ensayo de nueve volúmenes denominado El mundo primitivo analizado y comparado con el mundo moderno, en donde dice lo siguiente sobre el Tarot: «Este libro egipcio existe. Es todo cuanto queda, en nuestro tiempo, de las magníficas bibliotecas de Egipto. Este libro estáformado por 77 ó 78 cuadros, divididos en cinco series, cada una de las cuales muestra cosas que son tan variadas como divertidas e instructivas. En resumen, este libro es el juego del Tarot, desconocido en París, pero mucho más conocido en Italia, Alemania e, incluso, en la Provenza».

«Los 22 Triunfos representan, de manera general, los líderes espirituales y temporales de la sociedad, las fuerzas físicas de la agricultura, las virtudes cardinales, el matrimonio, la muerte y la resurrección. Además de esto vemos que todas estas cartas son también figuras alegóricas relacionadas con las cosas de la vida, y capaces de establecer combinaciones ilimitadas. Además de los Triunfos, este juego se compone de cuatro series de naipes: Espadas, que representan a los faraones y a toda la nobleza militar; los Bastos o Varas, que también representan a los faraones; las Copas, que muestran la clase sacerdotal, y las Monedas, que representan a los comerciantes.» A pesar de las suposiciones erróneas de Court de Gébelin, su trabajo fue de extrema trascendencia, convirtiéndose en un impulsor del desarrollo del Tarot. Gracias a él el Tarot ganó importancia en los medios esotéricos de la época, permitiendo la realización de otros estudios.

Eliphas Lévi (1810-1875). Su verdadero nombre era Alphonse Louis Constant. Fue filósofo, sacerdote y cabalista; escribió varios libros considerados clásicos de la ciencia ocultista, y se le considera el mayor ocultista del siglo XIX. Su libro Dogma y Ritual de Alta Magia es su obra más conocida y constituye un verdadero tratado sobre Magia, con veintidós capítulos que tratan de los Arcanos Mayores del Tarot. Para Lévi el origen del Tarot era hebreo, y fue él el mayor responsable de la asociación de los 22 Arcanos Mayores con el Árbol de la Vida cabalístico, vinculándolos con las 22 letras del alfabeto hebreo, que para él era sagrado y universal. Relacionó los cuatro palos del Tarot con los cuatro mundos cabalísticos, estableciendo la correlación entre las cartas con las letras sagradas Iod, He, Vau, He. En sus declaraciones podemos vislumbrar que era un gran entusiasta y estudioso del Tarot:

El tarot, libro milagroso,fuente de inspiración de todos los libros sagrados de los pueblos de la Antigüedad, es el más perfecto instrumento de adivinación que pueda ser utilizado con plena confianza debido a la precisión analógica de sus figuras y de sus números. De hecho, los oráculos de este libro son siempre rigurosamente verdaderos;y hasta cuando predice alguna cosa siempre revela algo que estaba oculto, dando los más sabios consejos para aquellos que lo consultan.

Con su idea de asociar el Tarot a la Cábala, Lévi hizo de aquel un estudio más complejo, lo que, naturalmente, dota de mayor riqueza a su lectura. En este contexto quien desee leer las cartas estableciendo esta asociación deberá saber que es necesario realizar previamente un estudio profundo del trabajo hecho por Lévi. Son muchas las analogías existentes entre el Tarot y la Cábala. Los 22 Arcanos Mayores se corresponden con las 22 letras del alfabeto hebreo y con los caminos que, a su vez, se unen en el Árbol de la Vida. Las sefirot (esferas), que son atributos divinos, representan la manifestación de la voluntad de Dios; y la relación entre Cábala y Tarot expresa la emanación del espíritu que pasa por diversas etapas hasta llegar a la materia, en la cual vivirá un proceso evolutivo para retornar, posteriormente, a la fuente (Dios).

Los cuatro palos de la baraja (Oros, Espadas, Copas y Bastos) y las cuatro figuras de la corte (Rey, Reina, Caballero y Valet) corresponden a los cuatro elementos alquímicos (mercurio, azufre, sal y azoe) y con las letras del tetragramaton (iod, he, vau, he). Como se puede ver son varias las asociaciones y las similitudes.

Muchos ocultistas afirman que las cuatro ciencias herméticas (Cábala, Astrología, Alquimia y Magia) se hallan contenidas en el Tarot. El matemático y filósofo ruso Piotr Demianovitch Ouspensky dice: «... Las letras del alfabeto hebreo y varias alegorías de la Cábala; los nombres de los metales; los ácidos y las sales de la Alquimia; los planetas y constelaciones de la Astrología; los buenos y malos espíritus de la Magia; todos estos aspectos están contenidos en el Tarot, de modo velado a los no iniciados. Pero cuando el verdadero alquimista busca el oro, está buscando el oro del alma humana; cuando el astrólogo habla de constelaciones y planetas, está hablando de las constelaciones y planetas existentes en el alma humana; y cuando el verdadero cabalista habla del nombre de Dios, imagina Su Nombre en el alma humana y en la Naturaleza, no en libros muertos o en textos bíblicos, como hacían los cabalistas escolásticos. Así pues, la Cábala, la Astrología, la Alquimia y la Magia son sistemas paralelos de metafísica y psicología, representados simbólicamente por el Tarot. De este modo, cualquier Arcano del Tarot o cualquier sentencia alquímica puede ser leída de modo cabalístico o astrológico, pero su significado será siempre psicológico o metafísico».

Es importante no olvidar que el Tarot es simplemente Tarot, y que no es preciso asociarlo con otros sistemas si se quiere hacer una buena lectura. Además, es recomendable que antes de abrirse a otras informaciones de asociación con el Tarot se haga un estudio profundo del mismo para, posteriormente, hacer posibles asociaciones.

Gerard Anaclet Vincent Encausse (1865-1916). Fue conocido como Papus. Nació en La Coruña, España, hijo de una gitana española y de un químico francés. Siendo niño fue llevado a París en donde se formó como médico. Hizo justicia al significado de su pseudónimo,«El médico de la primera hora», pues fue un médico que se dedicó al prójimo, siempre dispuesto a ayudar y esforzándose siempre en encontrar la curación del ser humano como un todo, física, mental y espiritualmente (holístico).

De forma paralela a su trabajo como médico Papus se dedicó profundamente, y ya desde joven a los estudios esotéricos. Fue miembro de la Orden Cabalística Rosa Cruz y fundador de la Orden Espiritual y Masónica de los Martinistas. Asimismo fue seguidor de Eliphas Levi. Escribió una vasta obra literaria contándose entre sus libros El Tarot de los bohemios, en donde expone de forma minuciosa su estudio sobre el tarot y su profunda relación con la Cábala y los números. Según Papus, sobre esta disposición numérica y cabalística se encontraba toda una construcción del Tarot, clave para su simbolismo.

Aleister Crowley (1875-1947). Nacido en Leamington Spa, Inglaterra, Edward Alexander Crowley estaba muy dotado para los deportes de riesgo (alpinismo, canoa, montañismo), siendo además un consumado jugador de ajedrez. Sin embargo, dedicó toda su vida al estudio del ocultismo y la magia. Con una disposición de ser irreverente y polémica, Crowley dejó varias obras como El libro de Toth, que es un tratado sobre el Tarot. Bajo su orientación Frieda Harris pintó las 78 láminas de lo que hoy sería el Tarot de Toth, publicado por primera vez, en su versión de naipes, en 1971.

El año que marcó la vida de Crowley fue 1904, cuando, según sus palabras, recibió en El Cairo su iniciación de manos de un ser espiritual al que llama Aiwas. Este personaje le animó a escribir una obra que llevaría por título El Libro de la Ley. Esta obra anunciaba el fin de una Era y la llegada de un nuevo Eon (era) que se iniciaba en aquel año, con su propia iniciación personal, y que duraría dos mil años. Así pues, Crowley sería el Señor del Nuevo Eon. El Libro de la Ley aportaba fórmulas y simbolismos que forman su propio Tarot. En este «Tarot de Toth» Crowley explica todas las claves que los ocultistas anteriores habían mantenido secretas, y que él explica con esta imagen del Eon haciéndolas públicas a todo el mundo. A su criterio, por más que un simbolismo estuviese claramente expuesto solamente sería comprendido por un iniciado. El simbolismo no es algo definido, no es como el aprender a leer. Para su interpretación se requiere un estado mental que trasciende nuestra comprensión consciente, y que exige una preparación especial y constante.

Arthur Edward Waite (1857-1942). Nacido en Nueva York, Waite se trasladó a Inglaterra siendo todavía un niño, y en ese país vivió la mayor parte de su vida. Gran investigador y estudioso, escribió varios libros sobre ocultismo, entre los que cabe citar The Pictorial Key to the Tarot. Waite fue miembro de la famosa Orden Hermética de la Aurora Dorada (Golden Dawn), fundada en Inglaterra en 1888 para fomentar los estudios ocultistas. También fue el responsable de la creación del tarot más famoso de nuestros días, el Rider-Waite, en 1910, que recibió este nombre por haber sido publicado por la Rider&Co, de Londres, y que constituye un punto de referencia para la historia del Tarot.

El tarot de Waite fue el primero en crear los Arcanos Menores con figuras simbólicas, lo que facilitaba su lectura.

Oponiéndose a Lévi y a Papus, Waite consideró que la carta El Loco, representado por el 0, debía estar antes de El Mago, que aquellos autores habían situado entre los arcanos XX y XXI. Otra de las particularidades del Tarot de Waite fue el cambio de los lugares de los arcanos La Fuerza y La Justicia, que tradicionalmente ocupaban las posiciones VIII, para La Justicia, y XI, para La Fuerza. Waite invirtió esta colocación situando La Justicia en la posición XI, y La Fuerza en la VIII, sin dar explicación de estos cambios.

La ilustradora de este bellísimo tarot fue Pamela Colman Smith, americana de nacimiento pero formada en diseño e ilustración en Inglaterra. Esta ilustradora fue miembro de la Orden Hermética de la Aurora Dorada, y bajo la dirección de Waite diseñó las 78 láminas del tarot.

Pamela Colman Smith no escribió ninguna obra, pero su nombre entró en la historia del tarot por las láminas que creó. Se trataba de un trabajo innovador ya que a partir de esta obra, y hasta nuestros días, son varias las barajas que pasaron a tener los Arcanos Menores con figuras ilustrativas.

Los autores mencionados fueron algunos, de entre tantos, que estudiaron e investigaron el Tarot, permitiendo de este modo que llegase hasta nuestros días.

Hoy existen una infinidad de libros, de investigadores y también una gran variedad de barajas a disposición del mercado, lo cual crea ciertas dudas a la hora de hacer una elección. Para aquel que se inicie en el estudio lo ideal es que escoja un tarot clásico, como el de Marsella o el de Rider-Waite, tratando de profundizar en su simbología, que es muy rica, y que le permitirá comprender este gran oráculo. A partir de esta comprensión le resultará más fácil estudiar otros tarots como, por ejemplo, el Egipcio, el Mitológico, el Cósmico, u otros.

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Adivinación

«No existe ningún camino lógico para el descubrimiento de las leyes elementales. El único camino es el de la intuición.»

Albert Einstein

Del latín divinare es el arte de adivinar, de prever el futuro. Existen varios métodos para hacer una predicción, para conocer esas fuerzas ocultas, y uno de los más interesantes es el que se realiza por medio del Tarot. Pero antes de hablar sobre la adivinación es importante que sepamos que se trata de un arte milenario, ya que incluso es posible encontrar en la Biblia numerosos pasajes en donde las personas hacen uso de la adivinación.

En el antiguo Israel los sacerdotes hacían uso de dos piedras, de nombre Urim y Tumim, para obtener respuestas convencionales de «sí» o «no». La visita de María a su prima Isabel nos muestra un momento supremo de adivinación: «... En aquel tiempo María se puso en camino y fue trabajosamente a través de las montañas hasta una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que apenas Isabel había saludado a María, el niño se estremeció en su vientre, y llena del Espíritu Santo exclamó: Bendita seas entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, ¿cómo puedo merecer el honor de que venga a mí la madre de mi Señor?» (Lucas 1:39;40;41;42 y 43). Moisés condujo a todo su pueblo haciendo uso de estos poderes: «... El Señor dijo a Moisés: "Mira, yo te haré como un dios para el faraón,y Aarón, tu hermano, será tu profeta. Dirás todo lo que yo te mande..." (Exodo 7:1;2)».

La adivinación es una puerta de acceso a la otra realidad, a la que nunca accederíamos si nuestro pensamiento fuera exclusivamente racional y lineal.

Es preciso adentrarse en este mundo invisible y aceptar que existe, aunque no sea conocido por las leyes de la física clásica.

Mientras tanto hemos de reconocer que estamos presos en nuestros sentidos físicos y, de este modo, no vemos otras cosas que lo que ellos puedan percibir.

En el momento en que aceptemos la existencia de otra realidad paralela a la nuestra, todo se hace más claro. Para empezar, hemos de mirar el tiempo de una forma diferente, y no como estamos acostumbrados a conocerlo en el sentido de pasado, presente y futuro, en el que todo transcurre de una forma lineal. Intentemos mirar el tiempo como una unidad en la que el pasado, presente y futuro se dan al mismo tiempo, en una aparente aleatoriedad.

De ese modo podríamos entender que todas las informaciones ya existen dentro de un todo, y que en un determinado momento podemos acceder a una partícula de ese todo para poder atraer toda la información deseada para ponerla a disposición de nuestra percepción.

Sería como buscar informaciones en un ordenador; tales informaciones existen en algún lugar invisible para nuestros sentidos, pero cuando establecemos la debida conexión conseguimos traerlas a nosotros.

Entonces cabría preguntarse: si buscamos una información, ¿es que toda nuestra vida está trazada de antemano?

Está claro que no es así. Lo que existe son probabilidades, caminos a seguir. Podemos modificar una situación para mejorarla o para empeorarla. Sería algo parecido a encender un aparato de radio y escoger aquella música que más nos agrada.

Es de ese modo cómo hemos de entender las informaciones que nos llegan por medio del Tarot. Dichas informaciones ya existen en un archivo intemporal, al que podemos acceder por medio del conocimiento previo de la simbología y de la estructura de las láminas asociadas con nuestra intuición.

 

El ambiente ideal

Es posible hacer una lectura de Tarot sin los llamados «rituales», y hasta hay quienes no admiten semejantes procedimientos. Pero es importante adoptar algunos criterios.

En primer lugar, será necesario escoger el lugar en el que se va a hacer la lectura. Podrá utilizarse una sala en la que haya una mesa adecuada para que tanto el lector como el consultante se encuentren sentados, uno frente al otro. Es importante que el ambiente sea tranquilo y armónico; y, naturalmente, sin ruidos (teléfono, niños que griten, personas que hablen alto, etc.). También es importante que no haya ningún tipo de interrupciones durante la lectura, ya que es necesario recordar que durante esos momentos se producirá un florecer de informaciones que exigen del lector una concentración muy alta. Por todo ellos se ha de cuidar que no se rompa ese ambiente.

También es posible hacer uso de una buena música (suave) de fondo, ya que la música emite ondas que armonizan el ambiente.

La luminosidad del ambiente es algo que también se ha de tener en cuenta, ya que puede hacerlo más acogedor. Por ello es necesario que la sala no esté demasiado a oscuras ni que haya una luminosidad excesiva.

Será necesario que cubramos la mesa con un paño cuyo tejido puede quedar a su elección. Conviene, no obstante, que este paño sea de un solo color (rojo, negro, azul, violeta, etc.). Rechace todo tipo de estampas, pues cuando estas se encuentran en contacto con las láminas del Tarot producen cierto cansancio visual y mental.

Es de suma importancia para este trabajo que el lector se encuentre bien física y emocionalmente, y que no haya ingerido ninguna bebida alcohólica. También es recomendable que unos veinte minutos antes de la lectura, y tras haber preparado adecuadamente la sala para la sesión, el lector haga algún tipo de ejercicio de relajación que sea de su preferencia, ya sea meditación, yoga, reiki, etc. Yo, personalmente, prefiero la técnica de concentración en el corazón (Véase Reiki, Amor, Salud y transformación, de Johnny De Carli).

La lectura del Tarot es un trabajo sumamente terapéutico y energético, en el que se liberan diversos tipos de energías. Por lo general, el consultante llega ansioso, nerviosos, retraído, desconfiado, etc. y durante la consulta suele liberar algunas emociones, ya sea llanto, resentimiento, culpa, tristeza, u otra emoción, por lo que es conveniente que siempre se disponga de pañuelos de papel para ofrecerle. Todas estas energías liberadas quedarán cristalizadas en el ambiente como larvas mentales que pueden mantenerse vivas durante algún tiempo, y que son perjudiciales para el lector o para aquellas personas que frecuenten la sala. Por ello es importante disponer de algunos objetos que tengan la función de asimilar estas energías, por ejemplo, agua, fuego o piedras y flores rojas.

Hemos visto hasta aquí la importancia de tener un ambiente debidamente adecuado para hacer la consulta. En el momento en que llega el consultante es conveniente dejarlo a su aire, conversar con él unos minutos, o bien ofrecerle un vaso de agua antes de empezar la consulta. Puede pedirle que cierre los ojos un momento y que respire profundamente. En el caso de que el consultor —o sea, usted— conozca las técnicas del reiki, mentalice sus símbolos para lograr una mayor tranquilidad, tanto en el lector como en el consultante.

Tras esta pequeña relajación, haga en silencio una oración de apertura del trabajo; esto es algo muy personal e íntimo.

Una vez concluido este ritual pregunte al consultante si tiene alguna cuestión específica que quiera saber, para establecer el tipo de tirada que se haya de hacer.

Yo, personalmente, prefiero comenzar con la tirada de las doce casas (véase en el capítulo de las tiradas). Se trata de una tirada muy abierta que, seguidamente establecerá las preguntas específicas. Por lo general, tras esta tirada ya quedan esclarecidas muchas cuestiones.

Una vez concluida la sesión haga una oración de agradecimiento.

Es importante hacer un archivo, tipo fichero, para anotar las tiradas hechas con cada cliente, especificando el hecho de que haya podido surgir alguna duda. Estas fichas constituirán su fuente de consulta en el caso de

que el cliente quiera hacer alguna observación posterior, pues una vez concluidas las tiradas usted ya no se acordará de nada.

Cada tirada constituye un momento de crecimiento y de aprendizaje, tanto para el consultante como para el lector; por consiguiente hágalas con total honestidad, y si no entendiera algo tenga la humildad suficiente para pedirle a su cliente que le explique con más detalle lo que quisiera saber, a fin de que usted pueda entender plenamente la cuestión de que se trata; una cuestión que le aclarará posteriormente. ¡Hágalo así! No deje a su consultante sin respuestas.

¡Hágalo siempre con mucho amor! ¡Y buena suerte!

 

Las tiradas

Tras haber preparado adecuadamente el ambiente en el que se va a trabajar, el procedimiento que se sigue para todas las tiradas es el mismo; es decir, el consultante baraja las cartas mentalizando la pregunta que deberá hacerse de forma muy objetiva. Normalmente, yo prefiero trabajar con la tirada de las 12 casas, pidiéndole al consultante que mentalice su vida, de un modo general, en todos los aspectos (familia, relaciones, dinero, objetivos, trabajo, etc.). Hecho esto se procede a hacer el corte con la mano izquierda (por tratarse de la mano que está directamente relacionada con el hemisferio derecho del cerebro, en el que desarrollamos potenciales que nuestra mente consciente desconoce; y por medio del cual afinamos nuestra intuición, desarrollando nuestro aspecto sensorial). El corte se hace separando las cartas, o láminas, en tres montones; una vez hecho esto, el mismo consultante juntará los tres montones de la forma que quiera. Seguidamente, el lector extenderá las láminas en forma de abanico sobre la mesa, y pedirá al consultante que vaya cogiéndolas, una a una y de forma aleatoria, haciéndolo de nuevo con la mano izquierda y en la cantidad que exija el tipo de tirada.

 

Métodos de lectura

Lectura del método de las Tres Cartas

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Este es el método más sencillo de lectura del Tarot. Tras el procedimiento inicial se procede a la lectura con los siguientes significados:

 

Lectura del método de la Cruz Celta

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Esta es una de las tiradas más utilizadas y está indicada para cualquier tipo de pregunta.

 

Lectura del método del Punto Ciego

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Esta tirada fue establecida por el renombrado autor Hajo Banzhaf sobre el diagrama desarrollado, en 1961, por los psicólogos americanos Joseph Luft y Harry Ingam. Se la conoce como «Las puertas de Johari», titulo formado por la combinación de las primeras letras de sus nombres. Con esta tirada se puede ver la percepción que el individuo tiene de sí mismo y de los demás.

 

Lectura del método de las Doce Casas

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Este es un método muy amplio, una tirada que requiere tiempo, pero que, al final, es difícil que le quede alguna duda al consultante; si bien se puede hacer otra tirada más corta para resolver las posibles dudas que aún queden. Es una tirada que sugiere distintos tipos de lectura, ya que puede abarcar los doce meses del año, haciendo una proyección para cada mes.

También es posible asociarlo con las casas astrológicas, lo que hace la lectura especialmente enriquecedora en informaciones. Evidentemente, para ello será necesario un profundo conocimiento de astrología.

Usted también puede emplear la creatividad y desarrollar su propio método, asociando temas de la vida de la persona, o de su personalidad, con las doce casas. Una vez haya establecido su propio criterio, y antes de hacer la tirada, este funcionará con eficacia.

También podemos hacer un análisis más profundo de cada sector de la vida del consultante —utilizando el esquema que figura más abajo—, analizando su momento actual, la forma en que se desarrollan las situaciones de su vida, cómo se producen, cómo el consultante reacciona, y cómo, a partir de ahí, proyecta su futuro, utilizando el método del giro de las casas, en el que, por ejemplo, la casa 10 corresponde a la casa 1, la casa 11 corresponde a la 2, y así sucesivamente. Usted también puede seguir su propia intuición, estableciendo las correspondencias a su gusto, recordando siempre que en el Tarot toda tirada de cartas está pre-establecida.

Normalmente, para esta tirada, yo suelo separar los Arcanos Mayores de los Menores. Le pido al consultante que baraje los Arcanos Mayores y retiro doce cartas colocándolas en las doce casas, comenzando por la casa 1. Una vez hecho esto seguimos el mismo procedimiento con los Arcanos Menores. Cada casa quedará con un Arcano Mayor y otro Menor.

El Arcano Mayor nos muestra la situación en su totalidad, mientras que el Arcano Menor nos proporciona más detalles de esa misma situación. De este modo, si en determinada casa necesito más información, retiro otro Arcano Menor.

Seguidamente se expone el significado de las doce casas, con algunas modificaciones que hice yo misma siguiendo mi propia intuición, y con las cuales establezco ciertas diferencias con lo que se especifica en otros libros.

Al final de la tirada, por lo general, suelo retirar una última carta, que denominé Consejo del Tarot, y que se refiere a aquella situación en concreto. La coloco en el centro del mandala y dedico unos minutos a establecer una relación entre esta carta y el resto de las casas. ¡El resultado es maravilloso!

Se trata de una tirada compleja sin embargo; es también muy completa, aunque requiera tiempo. Haga esta tirada con calma y verá cómo le guiará la intuición y hará descubrimientos que ni siquiera se habría imaginado.

Es precisamente al hacer las tiradas e interactuar con las láminas como llegamos a comprender el Tarot y las profundidades que encierra cada arcano. Y es también de esta forma cómo podemos conectarnos con la vida que existe en cada uno de ellos.

Decídase a vivir esta experiencia.

Buena suerte!

 

Lectura del método El Camino del Ermitaño1

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«Si muestras aquello que está dentro de ti, aquello que está dentro de ti te salvará. Si no muestras aquello que está dentro de ti, aquello que está dentro de ti te destruirá.»

Evangelio de Tomás 45:30 a 33 (Apócrifo)

Considerando que el Tarot es un camino de autoconocimiento, un proceso altamente terapéutico, y valorando cuidadosamente distintas consideraciones que ya hice —en las que diversas personas buscaban la comprensión de su proceso vital y de sus conflictos internos y externos—, desarrollé personalmente este método de lectura para detectar mejor en qué momento de la vida de una persona se generó determinado bloqueo, o cuál es la importancia de ese bloqueo, y poder así encaminarla al trabajo o a la profesión más adecuada.

Esta es una tirada profunda, ya que sitúa al consultante frente a frente con los distintos aspectos de su vida por medio del Tarot, y que podría sensibilizarlo llevándolo a un proceso catártico. De este modo usted debe estar preparado para ayudar a su consultante, permitiéndole que libere todas sus emociones en ese momento sin interrumpirlo. Por lo general, esta liberación, durante la tirada, se acompaña con llanto. Por ello no se olvide de tener siempre a mano pañuelos de papel y un vaso de agua para ofrecer a su cliente en estos momentos.

Tras la catarsis de su consultante usted puede recurrir a las flores de Bach o de Minas y también al reiki, todos ellos muy eficaces. Utilice los niveles 2 y 3-A (Consúltese el «Reiki Universal», de Johnny De'Carli).

En el supuesto de que sea necesario, tras realizar este trabajo, dirija a su consultante a un profesional capacitado para que le trate los bloqueos y conflictos detectados, ya que estos solamente podrán solucionarse si se enfrenta a ellos.

Personalmente, al tratarse de bloqueos y traumas del pasado, prefiero y recomiendo las técnicas de transformación del Nivel 2 del reiki, que ofrece las condiciones necesarias para deshacer los bloqueos ocasionados por ese determinado trauma o conflicto.

¡Buena suerte y buen trabajo!