El soporte vital básico es el conjunto de medidas que se han de llevar a cabo para conseguir la apertura de la vía aérea de un individuo y aportarle un soporte respiratorio y un soporte circulatorio, en caso de que este presente parada cardiorespiratoria.
Estas medidas se llevan a cabo sin disponer de material específico de reanimación (desfibrilador, ventilador mecánico, etc.) e independientemente de la causa que haya desencadenado la parada.
Dichas técnicas, dirigidas a preservar la vida del paciente, se deben iniciar antes de cuatro minutos tras sufrir la parada, ya que, trascurrido dicho periodo de tiempo, las posibilidades de supervivencia disminuyen considerablemente. Por este motivo, es de suma importancia que todos los ciudadanos sean formados para reconocer una parada cardiorespiratoria e inicien precozmente dichas técnicas.
Ante una situación de parada cardiorrespiratoria extrahospitalaria, se pone en marcha un proceso conocido como cadena de supervivencia. Este proceso se desarrolla con diferencias sustanciales según se trate de un paciente adulto o niño. A continuación, se describen ambas formas del procedimiento.
En la cadena de supervivencia en el adulto se han de dar los siguientes pasos:
El correcto desarrollo de los eslabones de la cadena de supervivencia puede aumentar la supervivencia del individuo entre un 50 y un 75%. En caso contrario, la supervivencia puede disminuir entre un 10 y un 12% cada minuto de retraso en la desfibrilación.
Debido a que la mayoría de las paradas cardiorrespiratorias en un adulto se deben a una causa de origen cardiaco, se considera como punto clave y fundamental para la supervivencia el punto 3 del eslabón de la cadena (iniciar una desfibrilación precoz), por lo que es necesario, por tanto, la obtención de un desfibrilador.
Desfibrilación
Es una terapia que, con la aplicación de un choque eléctrico, consigue revertir alteraciones del ritmo cardíaco. Actualmente, debido a su eficacia, así como a la importancia de su rápida aplicación tras la parada, cada vez están más extendidos los desfibriladores eléctricos, hasta el punto de existir desfibriladores de tipo automático situados en lugares públicos y que pueden ser usados por personal no sanitario.
En el niño y en el lactante existen modificaciones en la cadena de supervivencia y esta es secuencialmente diferente a la del adulto, puesto que no adquiere tanta importancia la obtención de un desfibrilador y sí el inicio precoz de la RCP. Según esto, los eslabones quedan descritos de la siguiente forma:
En el caso del niño y el lactante, las principales causas de parada cardiorespiratoria en la edad infantil están causadas principalmente por fallos respiratorios progresivos. Debido a que la parada respiratoria va a preceder a la parada cardiaca, es de suma importancia iniciar la RCP precozmente, por lo que se considera como punto clave de esta cadena el segundo eslabón.
Tras presenciar la caída fulminante de un individuo de unos 50 años de edad, decidimos poner en marcha las maniobras de RCP como primera medida a adoptar. ¿Es correcta la actuación?
SOLUCIÓN
No. Tras comprobar la inconsciencia y ausencia de respiración del individuo, debemos llamar a los servicios de emergencia y, posteriormente a esta llamada, es cuando se deben iniciar las maniobras de RCP básica hasta la llegada de un desfibrilador.
El soporte ventilatorio es uno de los dos grandes bloques en los que se dividen las maniobras de resucitación cardiopulmonar. Las maniobras de soporte ventilatorio, así como las de soporte circulatorio, van a procurar la supervivencia de la víctima hasta la llegada de los equipos de emergencias con los medios suficientes para iniciar el soporte vital avanzado.
El aportar ventilación a la víctima en parada cardiorrespiratoria busca el fin de mantener una oxigenación adecuada durante el periodo de parada.
Las recomendaciones del aporte de oxígeno, según las guías de 2005 del European Resuscitation Council, engloban los siguientes aspectos:
El European Resuscitation Council, en sus guías de actuación frente a la parada cardiorespiratoria del año 2005, establece los puntos de actuación frente a la parada cardiorrespiratoria que se presentan a continuación:
Tras una parada cadiorrespiratoria, durante los primeros minutos, la sangre circulante tiene aún un alto contenido en oxígeno y el intercambio miocárdico y cerebral de oxígeno está más limitado por la insuficiencia del corazón de bombear sangre que por una falta de oxígeno en los pulmones. Por este motivo, se inicia con compresiones torácicas la reanimación y las respiraciones se realizan en un segundo lugar.
En caso de que la víctima sea un niño (más de un año de vida) o un lactante (menor de un año de vida), las maniobras de resucitación se verán modificadas, así como las técnicas de permeabilización, aporte ventilatorio y circulatorio. Dichas modificaciones se concretarán en cada punto de actuación.
Es importante subrayar que, como ya se ha hecho referencia, las causas de parada en la edad infantil son diferentes a las causas más frecuentes de parada en el adulto. Por tanto, la actuación ante la parada también lo es. De este modo, los puntos de actuación serán los siguientes:
A continuación se procede a explicar cada uno de los pasos a seguir ante la presencia de un individuo inconsciente al que hay que proporcionarle reanimación cardiopulmonar. Inicialmente, se expondrán los mecanismos y técnicas de apertura, permeabilización y aporte de oxígeno a la vía aérea y, posteriormente, se describirá la secuencia cardiacopulmonar a seguir en dicha reanimación.
El manejo adecuado de la vía aérea de un paciente, su correcta apertura y permeabilización es el primer punto esencial en la atención de todo individuo. Si además existiese sospecha de lesión cervical, es necesario realizar una correcta manipulación y una apertura de vía manteniendo el cuello en posición neutra.
La principal causa que provoca una obstrucción de la vía aérea de un individuo con su nivel de consciencia disminuido es el atragantamiento con su propia lengua, ya que en este estado se pierde el tono de la musculatura glosofaríngea.
Se entiende por Soporte Vital Básico Instrumental (SVBI) aquel en el que las técnicas llevadas a cabo para favorecer la supervivencia del individuo se optimizan con el uso de instrumental que nos va a facilitar maniobras como la apertura de la vía aérea (con el uso de cánulas), la oxigenación y ventilación, así como un tratamiento inicial de las arritmias, con el uso de desfibriladores semiautomáticos. Estas técnicas y medidas pueden ser llevadas a cabo por cualquier persona formada para dicho fin y todo el personal paramédico, incluyendo en este punto a los técnicos de transporte sanitario. Sin embargo, en el ERC (European Resuscitation Council) no queda descrito dicho término.
Es descrito así por unos autores, aunque por otros recibe el nombre de soporte vital intermedio, por estar entre el básico y el soporte vital avanzado.
A continuación, se expondrán los mecanismos llevados a cabo para abrir una vía aérea con la única herramienta de las propias manos del reanimador.
En el adulto
Existen dos maniobras usadas principalmente y una tercera de apertura de vía aérea usada excepcionalmente. La elección entre una y otra vendrá determinada por la sospecha de existencia de lesión cervical en caso de ser personal sanitario. Si no se está adiestrado en las técnicas de apertura de vías aéreas, usar siempre la maniobra de frente-mentón a fin de garantizar la correcta apertura de la vía aérea independientemente de la sospecha o no de lesión de tipo cervical. Esto se establece según las recomendaciones de la European Resuscitation Council.
Maniobra frente-mentón
Es la técnica empleada si no hay sospecha de lesión cervical. Para su empleo, se sitúa al individuo en decúbito supino. La persona que realiza la maniobra apoyará una de sus manos en la frente del individuo y los dedos de la otra mano debajo de su mandíbula. Posteriormente, desplazará la frente hacia atrás y, al mismo tiempo, traccionará la mandíbula hacia delante y hacia arriba. De esta forma, la vía aérea quedará abierta y la lengua se vendrá hacia delante impidiendo que tapone la vía aérea.
Decúbito supino
Posición en la que el cuerpo quedará tendido sobre la espalda.
Maniobra de elevación mandibular
Esta técnica es la de elección en caso de posible lesión cervical. Con el individuo en decúbito supino, realizaremos una tracción del maxilar inferior con ambas manos. De esta forma, no se pierde la alineación cervical pero sí que abrimos la vía aérea e impedimos la caída de la lengua puesto que, al estar unida a la mandíbula, al realizar esta técnica estaremos desplazando también la lengua hacia delante.
Maniobra de elevación del mentón
Es una técnica también empleada en pacientes con lesión cervical, útil cuando el individuo presenta fractura mandibular bilateral y entonces la maniobra anterior no es efectiva.
Para realizar la maniobra, colocaremos el pulgar de una mano dentro de la boca del individuo y el resto de la mano en la mandíbula y procederemos traccionando hacia arriba y abriendo por tanto la vía aérea.
Las maniobra usada en la apertura de la vía aérea de un individuo dependerá del adiestramiento por parte del reanimador en este tipo de técnicas. Según esto:
En el lactante y en el niño
En el lactante, la apertura de la vía aérea se realizará con la colocación del cuello en posición neutra. La apertura de la vía se produce con la colocación alineada de la cabeza del lactante en decúbito supino.
Cuando el niño tiene una edad superior a 1 año, la apertura de la vía aérea se realiza igual que en el adulto.
La apertura de la vía aérea dentro del soporte vital básico es, como ya se ha explicado, una medida prioritaria para poder proceder al aporte ventilatorio de un individuo. Dentro de los instrumentos que el SVBi incluye para dicha permeabilización están las cánulas orofaríngeas y nasofaríngeas.
Cánulas orofaríngeas
Es la opción comúnmente más empleada en el medio extrahospitalario para permitir la apertura de la vía. Existen dos tipos de cánulas orofaríngeas: la cánula de Guedel y la cánula de Berman. Aunque ambas están destinadas al mismo fin, son diferentes en cuanto a la forma ya que la cánula de Guedel es tubular y la de Berman, acanalada a ambos lados.
Son tubos de plástico rígido que, tras su colocación, permiten la apertura de la vía aérea y evitan que la lengua caiga hacia atrás. Si disponemos de una cánula orofaríngea no será necesaria la aplicación de las técnicas de apertura manual.
Es necesario seleccionar el tamaño de cánula correcto, para lo que colocaremos la cánula en la cara del paciente, debiendo ocupar esta desde su boca hasta el ángulo de su mandíbula, o también se puede medir desde la comisura de la boca hasta el lóbulo de la oreja. La numeración de las cánulas tipo Guedel que son las de mayor uso, va desde el 000 hasta el número 6. En adultos, normalmente se usan los números 3, 4 o 5 atendiendo a si el adulto es pequeño, mediano o grande. Los número 0, 00, 000 son los más pequeños y se utilizan para lactantes y niños.
Es muy importante colocar una cánula adecuada al tamaño del individuo ya que una cánula pequeña no abrirá correctamente la vía, al no llegar esta al final de la lengua, y una cánula muy grande irritará la faringe llegando a producir vómitos.
Colocación
Dentro del procedimiento de colocación se debe distinguir, según se trate de adulto o lactante:
Este procedimiento presenta algunos inconvenientes, ya que no se aísla la vía aérea con su colocación, así que en caso de vómitos existe riesgo de broncoaspiración. Por lo tanto, si el paciente presenta vómitos, hemorragias o cuerpos extraños no se puede introducir y es necesario proceder a la limpieza o desobstrucción de la vía aérea cuya descripción se presenta posteriormente.
Broncoaspiración
Es la entrada de cualquier tipo de sustancia, bien sea líquido o sólido, en las vías aéreas.
Medir la cánula orofaríngea antes de su colocación es un paso necesario para adecuar la longitud de la misma a la del individuo y obtener una correcta apertura de la vía aérea.
Introducción del Guedel con la concavidad de la cánula hacia arriba y, posteriormente, giro de 180º
Dentro de estas, se encuentran las cánulas orofaríngeas con balón. Presentan un balón distal que va a permitir al inflarse sellar la vía y, en el extremo proximal, tiene un adaptador para conectarlo a un sistema de ventilación. Sin embargo, no se recomienda su uso para ventilación controlada, por no realizar un sellado completo de la vía, pero sí se pueden usar en las maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Cánulas nasofaríngeas
Realizan la misma función que las cánulas anteriormente descritas pero son usadas en individuos cuyo nivel de consciencia no está muy disminuido y conservan el reflejo del vómito. En este caso, una cánula nasofaríngea es mejor tolerada que la orofaríngea. También es usada si el paciente presenta limitación en la apertura oral.
Colocación
Se inserta, previa lubricación, por uno de los dos orificios nasales, que previamente se habrá seleccionado por ser el orificio más grande, el menos desviado y el que menos obstrucciones aparentes presente. Para ello, se colocará la cánula en dirección anteroposterior a través del orificio y, dirigiéndose hacia la nasofaringe (por el suelo del orificio) y no hacia arriba. Si nos ofrece cierta resistencia en la progresión, realizar un pequeño giro con la cánula facilitará la inserción. No debemos insertarla si se nos ofrece mucha resistencia al intentarlo.
Estas cánulas están numeradas en milímetros de su diámetro interno. La longitud de la cánula también va a aumentar en función de su diámetro interno. Se usa la cánula de 8.0-9.0 mm en adultos de tamaño grande y 7.0-8.0 y 6.0-7.0 mm, en adultos de medianos y pequeños respectivamente. Para escoger el tamaño, medir desde la punta de la nariz del individuo hasta su pabellón auditivo.
También presentan inconvenientes, ya que este tipo de cánula, al tener menos diámetro, puede limitar la aspiración de sangre o vómito.
Colocación de cánula nasofaríngea
Ante la presencia de un individuo inconsciente al que vamos a proceder a realizar la apertura de su vía aérea y que encontramos junto a su moto en el suelo, ¿cómo se realizará la apertura de la vía aérea sin instrumental por un equipo sanitario con conocimientos avanzados del manejo de estas situaciones?
SOLUCIÓN
Con la maniobra de tracción mandibular sin hiperextender el cuelo del individuo, pero garantizando una correcta apertura de la vía aérea.
Si se sospecha de fractura de base del cráneo, evitar esta cánula y, en caso de ser imprescindible su colocación, extremar las precauciones en la colocación.
La vía aérea tiene que estar permeable para favorecer una adecuada ventilación. Por este motivo, es necesario valorar la presencia de sangre, vómitos o algún cuerpo extraño que esté obstruyendo la vía. También hay que resaltar que, si el individuo presenta algo en la boca, puede producirse una broncoaspiración y complicar la ventilación.
Limpieza de las vías
La limpieza de las vías aéreas se realizará manualmente si no se dispone de instrumental. Si disponemos de instrumental, en caso de ser contenido líquido (sangre, moco, vómitos) emplearemos sondas de aspiración para evacuar que procederemos a explicar en el próximo epígrafe y si existe algún cuerpo extraño nos ayudaremos con una pinza de Magill para su extracción.
Pinza de Magill
Es un tipo de pinza con forma angulada y extremos romos que, al introducirla en la boca, debido a su forma, nos permite ver el extremo de la pinza. Se usa para dirigir el tubo en las intubaciones endotraqueales, en colocación de sondajes nasogástricos y para extracciones de cuerpos extraños de la boca y faringe.
La limpieza manual se realizará mediante un barrido digital con la introducción de los dedos índice y medio. Se puede realizar también con los dedos envueltos en una torunda o pañuelo. Si el cuerpo extraño es sólido, los dedos de introducirán a modo de garfio para facilitar la extracción.
Existe controversia en la realización de dicha técnica por la posibilidad de introducir aún más el cuerpo extraño en la faringe. Con lo cual, solo se realizará dicha técnica si se observa claramente el objeto sólido a extraer.
Desobstrucción de la vía aérea
Para llevar a cabo los pasos de la reanimación cardiopulmonar de un individuo, debemos estar seguros de que no existe obstrucción de la vía aérea. En caso de cuerpo extraño, es necesario proceder a la desobstrucción a fin de favorecer la permeabilidad de la vía aérea.
En edad adulta, la principal causa de obstrucción por cuerpo extraño es por ingesta alimentaria, y en edad infantil, a esta causa se suma la ingesta de objetos como juguetes y monedas.
Según se trate de un adulto o un niño, la desobstrucción de la vía aérea de realizará como a continuación se describe:
En el adulto
Inicialmente, procederemos valorando la severidad de la obstrucción comprobando si la vía aérea está totalmente obstruida o parcialmente, existiendo, por tanto, las siguientes posibilidades:
Cianosis
Es la coloración azulada de la piel, mucosas y lechos ungueales, usualmente debida a la existencia de, por lo menos, 5 g % de hemoglobina reducida en la sangre circulante o de pigmentos hemoglobínicos anómalos en los glóbulos rojos. En esta situación hablaríamos de cianosis central porque está causada por una afectación de la función pulmonar (debido a la obstrucción de la vía).
Actuación ante la obstrucción
Maniobra de Heimlich
Es una técnica empleada para la desobstrucción de la vía aérea mediante la compresión del epigastrio de la víctima y elevación del diafragma, con lo que se creará una presión positiva en la vía que, originando tos artificial, hará que se expulse el cuerpo extraño.
Con la persona sentada o de pie, el reanimador se colocará por detrás y procederá rodeando la cintura de la víctima con sus brazos hasta situar su puño en el epigastrio del individuo. El puño se colocará con el pulgar hacia dentro, en la línea media abdominal y algo por encima del ombligo. Con la otra mano, se agarra el puño y se presiona con movimientos rápidos dirigidos hacia dentro y hacia arriba.
En caso de que la víctima sea obesa o bien que el rescatador sea pequeño, existe una variante a las compresiones torácicas descritas que consiste en realizar las compresiones abdominales con el individuo en decúbito supino y el reanimador realizando las compresiones directamente sobre su epigastrio desde arriba.
En lactantes y niños
Se realizará la misma secuencia que en adultos, pero con algunas diferencias que, a continuación, se procederán a explicar.
Valoración de la obstrucción
Realización de las palmadas en la espalda en un niño o lactante
Para ello, se colocará al niño boca abajo con el cuerpo sobre el antebrazo del reanimador y situando la cabeza de este más baja que el resto del cuerpo. Proceder con las 5 palmadas entre las escápulas del niño con el talón de la otra mano comprobando en cada una la efectividad de la misma y finalizar en caso de que alguna sea efectiva.
Realización de la Maniobra de Heimlich a niños mayores de un año
La Maniobra de Heimlich es la técnica recomendada para niños mayores de un año. En caso de tratarse de un lactante menor de esta edad, se realizarán compresiones torácicas para desobstruir una vía aérea.
Tras las palmadas en la espalda:
Soporte ventilatorio: técnicas manuales de aporte de oxígeno
Tras la apertura de la vía aérea y permeabilización de la misma, se iniciarán las maniobras de RCP en las que se incluye el aporte de oxígeno al individuo (soporte ventilatorio).
Maniobra del boca a boca
Consiste en una técnica de aporte de oxígeno sin disposición de ningún instrumento auxiliar para aportarlo. Dicha técnica es a veces desagradable ante algunas situaciones como sangrados o vómitos. Entre la víctima y el rescatador hay que establecer un contacto directo de sus mucosas (bocas) para la realización de dicha maniobra, aunque existen algunos accesorios simples que se usan para evitar dicho contacto directo entre el rescatador y la víctima. Consiste en una mascarilla unidireccional para el aporte ventilatorio que incluiríamos dentro de los accesorios que nos facilitan el soporte vital básico.
En adulto
En caso de estar empleando la maniobra frente-mentón en la apertura de la vía, lo realizaremos con los dos primeros dedos de la mano que tenemos situada en la frente sin dejar de abrir la vía.
En el lactante
En el lactante existen diferencias con respecto a la técnica descrita para el adulto:
Maniobra boca-nariz
Dicha maniobra se emplea en casos de imposibilidad de apertura de la boca de la víctima, cuando se presenta afectación en la boca o cuando no podemos sellar correctamente para dar la ventilación por la maniobra anterior. Los pasos a seguir son iguales a la técnica del boca a boca con las siguientes modificaciones:
Ventilación boca-mascarilla con válvula
Consiste en la ventilación aportada a la víctima a través de una mascarilla que se fijará al rostro del individuo y que presenta una válvula que hace que el paso de aire sea unidireccional.
Mascarilla con válvula para ventilación
La mascarilla suele ser de color trasparente para permitir la observación de vómitos o sangre.
También dispone de un conector lateral y así, en el caso de disponer de una fuente de oxígeno, esta se puede conectar a él y conseguir concentraciones de hasta un 50% de aporte de oxígeno.
Se sella la boca del individuo con la mascarilla y se insufla oxígeno a través del tubo a un ritmo similar a los descritos anteriormente y siguiendo las recomendaciones de ventilación (no hiperventilar, correcta elevación torácica, etc.)
La aspiración de sustancias y cuerpos extraños de las vías aéreas formaría parte de lo anteriormente descrito como SVBi (soporte vital básico instrumental) y va a facilitar en gran medida la limpieza de la vía aérea, para así obtener una correcta permeabilización de la misma y conseguir por tanto que las maniobras de RCP sean efectivas.
Aspirar una vía aérea consiste en la extracción de las secreciones que se presentan en las vía respiratorias. Dicha extracción se puede realizar a través de la boca, de la nariz o de una vía aérea artificial (intubación endotraqueal).
Un sistema de aspiración consta de los siguientes elementos:
Pueden ser sistemas fijos o portátiles. Si se dispone de red eléctrica, mantener el aspirador conectado a la red incluso durante su uso. Usar a modo de batería solo en caso de no disponer de red eléctrica.
Realización de la técnica
Para la realización de este procedimiento deben seguirse los siguientes pasos:
Posición semifowler
Es cuando el paciente está semisentado, con la cabeza y los hombros ligeramente levantados en un ángulo de unos 30º.
Existe también la posibilidad de que aparezcan complicaciones, ya que si se realiza una aspiración durante un tiempo prolongado puede producirse hipoxemia. Para prevenir este hecho, es adecuado preoxigenar a la víctima y, posteriormente, aspirar.
Hipoxemia
Disminución de la cantidad de oxígeno de la sangre arterial.
El uso del balón resucitador, también conocido como ambu (marca comercial), facilita el aporte de soporte ventilatorio a la víctima en sustitución de la ventilación sin ningún dispositivo como es el boca a boca.
Balón resucitador
Consiste en un sistema con una bolsa autohinchable que posee una válvula para que el sistema sea de tipo unidireccional y al cual se puede ajustar una mascarilla.
Se puede usar con mascarilla o directamente conectándolo a tubos endotraqueales u otros dispositivos para aislar la vía aérea.
En caso de usar la mascarilla para realizar la ventilación, debemos elegir una mascarilla cuyo tamaño se adecue al tamaño del individuo.
En la parte opuesta a la válvula, presenta una toma para poder conectarlo a una toma de oxígeno. También puede presenta un reservorio en su parte trasera para intentar alcanzar concentraciones de oxígeno cercanas al 100% durante su uso.
Uso de balón resucitador con reservorio y conexión a oxígeno
En caso de no disponer de conexión a oxígeno, la bolsa del balón aporta aire con una concentración del oxígeno del 21% (igual que la concentración del aire ambiente).
Es necesario mantener la vía aérea permeable. Si anteriormente se ha colocado una cánula (bien sea orofaríngea o nasofaríngea), la vía permanecerá abierta y, si no disponemos de ellas y la apertura de la misma se está llevando a cabo de forma manual, debemos continuar con la maniobra (tracción mandibular, frente-mentón) para que permanezca abierta durante la ventilación con el balón resucitador.
Realización de la técnica
Para la correcta realización de este procedimiento deberán seguirse los siguientes pasos:
Técnica de sellado de mascarilla
Diferentes tamaños de balón resucitador. Adecuar el tamaño a la víctima
La oxigenoterapia queda definida como el aporte de oxígeno a un individuo con fines terapéuticos.
El aire atmosférico, en condiciones normales, contiene un 21% de oxígeno. Cuando se realizan ventilaciones a una víctima se le está aportando alrededor de un 16-17% de oxígeno (concentración de oxígeno en aire espirado). Este aporte de oxígeno nos va a permitir la supervivencia del individuo hasta la llegada de los equipos de emergencias con sistemas que posteriormente se utilizarán para la administración de dicho oxígeno.
Las indicaciones de aporte de oxígeno con un individuo están relacionadas con la hipoxemia, que, como ya anteriormente definimos, es la disminución del oxígeno que transporta la sangre, independientemente de la causa de esta, como, por ejemplo, la afectación respiratoria o por afección cardíaca que no permita el adecuado bombeo de la sangre oxigenada. También se emplea el oxígeno como antídoto del monóxido de carbono en caso de intoxicación por este.
Existen varias formas de disponer del oxígeno medicinal:
La administración de oxígeno medicinal se realiza mediante unos sistemas de suministro de oxígeno y estos se pueden clasificar según se trate de sistemas de alto o bajo flujo:
A continuación, se detallan los principales sistemas de administración de oxígeno.
Mascara Venturi
Es un sistema de alto flujo que permite obtener concentraciones estables de oxígeno (a 24, 28, 31, 35, 40 o 45%). A simple vista parece una mascarilla simple, pero en su parte inferior incorpora un dispositivo que nos permite regular la concentración de oxígeno que se quiere aportar al individuo.
Gafas nasales
Es un sistema cómodo para el paciente, puesto que no hay que retirarlo para hablar, comer, etc. Es un tubo de plástico con dos vástagos que se introducen cada uno en un orificio nasal y, posteriormente, se fija el tubo en las orejas del individuo.
El individuo incorpora al respirar tanto el aire aportado por las gafas como el ambiental. Por eso, no se puede concretar la concentración de oxígeno administrado, pero se sabe que oscila entre el 24 y 44%.
Se aconseja no sobrepasar los 6 litros/minuto con este sistema ya que es incómodo para el paciente y seca la mucosa nasal.
Gafas nasales
Por encima de 4 litros/minuto es necesario humidificar el oxígeno que se está aportando.
Mascarilla simple
La mascarilla simple es un sistema de bajo flujo. A flujos altos sí que se puede conseguir un aporte de un 60% de oxígeno pero para flujos menores, es igual en eficacia pero menos cómoda que las gafas nasales.
Se puede administrar hasta 8 litros/minuto.
Presenta dos agujeros laterales para facilitar la expulsión de aire espirado.
Mascarilla simple
Mascarilla con reservorio
Sistema de administración de oxígeno en el que se alcanzan concentraciones de oxígeno superiores al 60%. Pueden llegar a alcanzar 100% de concentración en oxígeno.
Debe de ajustarse el flujo de oxígeno a fin de conseguir que la bolsa del reservorio se mantenga hinchada durante todo el tratamiento con oxígeno.
Con un flujo de 6 litros/minuto, se consigue un aporte de oxígeno del 60% aproximadamente.
La bolsa reservorio va a acumular oxígeno durante todo el proceso respiratorio en que el individuo no está realizando inspiración. Por tanto, se acumula un mayor volumen de oxígeno en este y, cuando se realicen las inspiraciones, el aire inspirado acumula una alta concentración de oxígeno.
Mascarilla con reservorio
Debido a que el contenido de oxígeno que presenta una bombona portátil de oxígeno es limitado, los equipos sanitarios deben conocer la cantidad de oxígeno del que disponen para realizar la atención extrahospitalaria y el traslado al centro sanitario.
Inicialmente, es necesario conocer la cantidad de oxígeno que queda dentro de la botella. Para realizar este cálculo se hará una multiplicación de la capacidad en litros de la botella (este dato lo suele poner en el lateral de la misma, normalmente contienen entre 0,5 y 1,5 litros) por el número que indica el manómetro de la botella (indica por tanto la presión de la misma).
Ya conocida la cantidad de oxígeno del que disponemos, se puede calcular la duración que este nos puede proporcionar conociendo los litros/minuto de administración que fijemos.
Si se necesita emplear gran parte del contenido de oxígeno de la botella según el cálculo inicial, es necesario contar con otra botella en la ambulancia, ya que pueden existir complicaciones del traslado que nos hagan aumentar la cantidad necesaria del mismo.
La parada cardiorrespiratoria es una situación de emergencia en la que la actuación rápida y efectiva en un corto espacio de tiempo tras la instauración de la misma es vital para favorecer la supervivencia de la víctima.
El soporte circulatorio que se le proporciona a la víctima en las maniobras de soporte vital básico se lleva a cabo mediante la aplicación de compresiones torácicas sobre el individuo a fin de intentar sustituir la función cardiaca y conseguir con dichas compresiones la salida de sangre del corazón para la oxigenación de todos los tejidos.
Características de las compresiones torácicas en el adulto:
Características de las compresiones en niños y lactantes:
A continuación, se presentan, en forma de algoritmo de actuación, los pasos a seguir ante la parada tanto en adulto como en el niño y lactante.
Algoritmo de actuación frente a la parada cardiorrespiratoria en adulto
No solo se actuará en caso de ausencia de ventilación. Si ésta no es eficaz también se actuará como si hubiese ausencia de ventilación.
Posición decúbito lateral izquierdo
En la parada cardiorrespiratoria en el adulto, es fundamental la obtención de un desfibrilador a fin de volver a la normalidad el funcionamiento del individuo. Por este motivo, se realiza incluso antes la llamada a los servicios de emergencias y, posteriormente, se inicia el masaje cardiaco.
Algoritmo de actuación frente a la parada cardiorrespiratoria en niño y lactante
Pulso
Número de latidos del corazón en un minuto de tiempo. Es cada una de las pulsaciones que se siente en una arteria por la expansión provocada al paso de la sangre que bombea el corazón.
Pulso carotídeo
Cuando la medición se realiza en la arteria carótida. Localización: cuello.
Pulso braquial
En el brazo, entre el bíceps y el tríceps, en el lado medial de la cavidad del codo.
El soporte circulatorio, como ya se ha descrito, pretende administrar compresiones en el tórax de la víctima para intentar preservar la vida de este hasta su recuperación o hasta el inicio de la RCP avanzada.
Las compresiones que van a presentar las características anteriormente descritas se aplican de la siguiente forma, según se trate de una víctima adulta o infante.
Masaje cardiaco en adulto
Tras comprobar la ausencia de respiración, y tras realizar la llamada a los equipos de emergencia, sin comprobar el pulso del individuo nos arrodillamos junto a él y realizaremos los siguientes pasos basándonos en las guías del European Resuscitation Council de 2005:
Para la correcta aplicación del masaje cardíaco, debemos colocar al individuo en una superficie rígida y plana y, cuando se estén aplicando las compresiones, los brazos deben permanecer rígidos y no doblarlos al realizarlas.
Masaje cardiaco en niño y lactante
Las instrucciones del masaje cardiaco en niños y lactantes son las siguientes:
Niños (más de 1 año de edad)
Para localizar dónde dar las compresiones a un niño y evitar alguna compresión en abdomen o costillas, localizar el apófisis xifoides del esternón. Es el punto donde las últimas costillas no flotantes se unen en el centro del tórax (porción inferior del esternón). Dar las compresiones un dedo por encima de este punto.
Lactantes (edad inferior a 1 año)
Nos encontramos frente a un individuo inconsciente, de unos 30 años de edad, al que se le ha realizado correctamente la apertura de la vía aérea. Tras realizar la llamada a los servicios de emergencias, es necesario proceder al soporte circulatorio. ¿Qué pasos se deben seguir?
SOLUCIÓN
Inicialmente, se colocará sobre una superficie dura y rígida para poder proporcionarle las compresiones. Estas se realizarán previas a las respiraciones de rescate. Se darán 30 compresiones y, posteriormente, 2 respiraciones y continuaremos con la secuencia.
Las compresiones se realizarán con los talones de ambas manos entrecruzadas en el centro del pecho.
Presión de compresión ejercida: 4 o 5 centímetros de compresión del tórax. Dar 100 compresiones en un minuto e igualar la duración de la compresión con la relajación.
Es necesario valorar la presencia de hemorragias en la víctima, ya que si presenta una hemorragia considerable con afectación arterial, al realizar la maniobra de compresión torácica, y por tanto bombeo de sangre a todo el cuerpo, el circuito que sigue la sangre por las arterias, venas y capilares estaría dañado y de esta manera favoreceríamos aún más la hemorragia.
Ante la presencia de una víctima en parada cardiorrespiratoria y que además presente una hemorragia significativa, es imprescindible la llegada precoz a un centro sanitario útil. Las funciones, por tanto, del equipo sanitario son las siguientes:
Realización de un torniquete
Esta técnica es de elección en caso de disponer de un manguito, ya que en caso de urgencia es más fácil retirar el manguito que el paño anudado.
En las guías de recomendación de actuación frente a la parada cardiorrespiratoria elaboradas por el European Resuscitation Council en el año 2010, se establece como punto fundamental en la cadena de supervivencia de un individuo la obtención de un desfibrilador para poder normalizar la situación. Para garantizar la supervivencia del individuo dicha desfibrilación debe de darse en menos de 3-5 minutos tras la instauración de la parada.
Debido al corto espacio de tiempo disponible para los equipos sanitarios de llegar a la víctima en ese periodo de tiempo y debido a la eficacia y facilidad de uso de los desfibriladores automáticos y semiautomáticos, actualmente cada vez son más los lugares públicos en los que estos desfibriladores favorecen la supervivencia de las víctimas de las paradas cardiorrespiratorias.
Desfibrilador de uso externo realizando el análisis de un ritmo cardíaco
En España, un 30% de los individuos que sufre un infarto de miocardio muere antes de poder llegar a un centro hospitalario.
La principal causa inicial de una parada cardiorrespiratoria es la fibrilación ventricular. Esta se da en el 85% de los casos. Si una fibrilación ventricular se trata en el primer minuto de evolución, la supervivencia del individuo asciende hasta un 90%. El tratamiento inicial consiste en la aplicación de un choque con desfibrilador a fin de revertir la situación caótica del miocardio durante la fibrilación. A partir de este minuto, las posibilidades de supervivencia descienden entre un 7 y un 10% cada minuto.
Fibrilación ventricular
Es una alteración del ritmo normal del corazón que cursa con un aumento de los latidos ventriculares por minuto, con irregularidad y que origina una situación caótica en el miocardio. Este, debido a esta situación, no bombea sangre al resto de los tejidos y en un corto espacio de tiempo el individuo entrará en parada cardiorrespiratoria.
Existen dos tipos de desfibriladores:
Indicaciones del uso del DEA
Precauciones para el uso del DEA
Actuación para el uso de un desfibrilador
Una actuación precoz, adecuada y ordenada frente a la parada cardiorrespiratoria es vital para garantizar la supervivencia de las víctimas. Por eso, la difusión y enseñanza de conocimientos de RCP básica en ámbitos no sanitarios, así como el uso de desfibriladores externos automáticos y semiautomáticos, son una buena alternativa que favorecerá el mantenimiento de la vida de individuos en parada hasta la llegada de equipos sanitarios e inicio de RCP avanzada.
Todo el personal sanitario debe conocer las técnicas y manejar los materiales, así como intentar anticiparse (en la medida de lo posible) a las diferentes situaciones anteriormente descritas a fin de controlar la situación sufrida por la víctima y evitar complicaciones.