
Mesopotamia 2500 a. C.
Poema de Gilgamesh
Egipto 1700 a. C.
Historia de Sinuhé
Grecia 750 a. C.
Homero. Odisea
China siglo V a. C.
Lao Tse. Tao te king
India siglo III a. C.
Vishnú Sharma. Panchatantra
Roma siglo I a. C.
Virgilio. Eneida

La «Edad Antigua» abarca el periodo de la historia en el que surgieron y se desarrollaron las primeras civilizaciones. Comprende desde el inicio de la escritura (hacia el 3000 a. C.) hasta la caída del Imperio romano de Occidente (476 d. C.).
Se denomina «literatura antigua» al conjunto de obras escritas durante la Edad Antigua. Se puede hacer una primera clasificación teniendo en cuenta dónde surgieron las obras, ya que no lo hicieron al mismo tiempo en todo el mundo. De hecho, pese a que se desarrolló en territorios muy diversos, lo hizo, sobre todo, en Asia y Europa.
La literatura mesopotámica integra aquella que surgió de las culturas de los pueblos sumerio, acadio, asirio y babilónico, que habitaron la región entre los ríos Tigris y Éufrates, una zona que en la actualidad ocupan Irak y Siria. En un primer momento, los escribas tenían la necesidad de comunicarse con fines puramente comerciales y poder así registrar las mercancías. Hubo una evolución a una escritura cuneiforme (realizada con un cálamo con la punta en forma de cuña) de unos 600 caracteres que permitió componer obras originales a partir del 2600 a. C. aproximadamente. Las inscripciones, que aparecieron en primer lugar, dieron paso más tarde a gestas, oraciones, relatos y todo tipo de escritos. Una de estas primeras manifestaciones escritas fueron los kudurrus, unas tablas de piedra talladas en lengua acadia con textos sobre transacciones de tierras. Cabe destacar una de las primeras narraciones épicas de la humanidad, el Poema de Gilgamesh (2500-2000 a. C.), poema épico que cuenta la historia del rey de Uruk. Se trata de una de las primeras leyendas conocidas.
La civilización egipcia se desarrolló a orillas del río Nilo. La literatura del Antiguo Egipto engloba diversas formas narrativas y poéticas que no suelen definirse como literatura en un sentido más actual, pero que podemos destacar por su antigüedad: inscripciones, mitos, textos religiosos, sapienciales, cartas… Estaban escritas con jeroglíficos, un sistema de escritura que combina tres tipos de símbolos: unos representan conjuntos de palabras; otros, significados; y otros, sonidos. Junto a la escritura jeroglífica surgió una segunda más fácil de usar, llamada hierática, que solía emplearse en los papiros. Los primeros ejemplos de escritura egipcia proceden del periodo dinástico temprano (6000-3150 a. C.) en forma de listas de ofrendas.
La época de esplendor de la literatura egipcia se corresponde con el Imperio medio (2040-1782 a. C.) y es entonces cuando se concibió una de las narraciones más célebres de la literatura egipcia, la Historia de Sinuhé. Sin embargo, el texto más conocido y mejor conservado data del Imperio nuevo (1782-1570 a. C.): el Libro de los muertos. Se trata de un compendio de instrucciones para la vida después de la muerte, una especie de guía para el más allá.

Papiro de Hunefer, una de las versiones del Libro de los muertos.
La literatura india nació en el valle del Indo, zona que se corresponde con los actuales Pakistán e India (noroeste del país). Los cuatro textos conservados más antiguos datan del periodo védico y se escribieron en sánscrito. Estos cuatro textos se denominan «vedas» («conocimiento») y fueron la base de las creencias védicas, el pilar de la actual religión hinduista. Se trata de textos religiosos, himnos y colecciones de oraciones. El más antiguo de ellos es el conocido como Rig-veda y se remonta aproximadamente al año 1500 a. C.
Las dos grandes epopeyas de la literatura india datan del periodo clásico, aunque se recogieron por escrito en el siglo II a. C. Se trata, por una parte, del Mahabharata, atribuido a Viasa (siglo IV a. C.): contiene 220 000 versos y se considera una de las obras más extensas de la literatura universal. Y, por otra, del Ramayana, atribuido a Valmiki (siglo II a. C.), obra que cuenta las hazañas del príncipe Rama. En el género narrativo destaca el Panchatantra, colección de fábulas atribuidas a Vishnú Sharma que se remontan al siglo III a. C. Varias centurias más tarde, Alfonso X el Sabio mandaría traducir esta obra bajo el título de Calila e Dimna.
La literatura china es una de las más antiguas del mundo. Las primeras manifestaciones de poesía datan del siglo XI a. C.
El Shi jing es una recopilación de poemas compuestos entre los siglos XI y XI a. C., algunos de los cuales vienen acompañados del nombre de su autor, en su mayoría, nobles. Según el célebre historiador Sima Qian (149-90 a. C.), el Shi jing original contenía unos tres mil poemas, de los cuales se dice que Confucio seleccionó los trescientos cinco que conforman la versión actual. Shi significa «poemas», mientras que jing, «cánones», motivo por el que también se lo conoce como El libro modelo de poemas; de hecho, ha ejercido una gran influencia en generaciones posteriores.
Qu Yuan (340-278 a. C.) fue el primer poeta reconocido en China. Escribió una colección de poemas conocida como Chu ci, cuyo origen se remonta a canciones populares, mitos y leyendas locales. Li sao es uno de sus más célebres poemas y, junto con otros, fue editado por sus discípulos.
Cabe destacar a dos grandes filósofos, Confucio (siglo VI a. C.) y Lao Tse (siglo V a. C.). Las enseñanzas de Confucio las recogieron sus discípulos en la obra Lun yu. Las ideas filosóficas y también religiosas de Lao Tse se encuentran en el Tao te king y son la base de la religión taoísta.
La literatura hebrea antigua abarca las obras escritas en esta lengua que provienen tanto de autores judíos como no judíos y que tiene su origen en los primeros textos bíblicos, que se remontan al siglo X a. C. La obra más destacable es la Biblia, una colección de escritos —la Sagrada Escritura— en los que se fundamentan las religiones judía y cristiana. La Biblia está formada por el Antiguo Testamento (siglos X-I a. C.), escrito en su mayoría en hebreo; y el Nuevo Testamento (siglo I a. C.), escrito en griego.
Los libros del Antiguo Testamento son de diverso tipo: históricos, poéticos, proféticos y sapienciales. La Torá es el conjunto de escrituras sagradas del judaísmo, que incluye los cinco primeros libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Destacan también los Salmos y el Cantar de los Cantares, obra que influyó en la mística cristiana.
Entre los libros del Nuevo Testamento destacan los cuatro evangelios de los apóstoles, los Hechos de los Apóstoles y el Apocalipsis.
La antigua Grecia es la cuna de la civilización occidental. La fuente principal de inspiración de su literatura es la mitología, en la que los dioses se presentan como seres próximos a los humanos, con debilidades y virtudes.
Los griegos destacaron en diversos géneros, sobre todo en poesía épica, poesía lírica y teatro. A su vez, la literatura griega se divide en cuatro grandes periodos: arcaico, clásico, helenístico y bizantino. La época arcaica (siglos IX-V a. C.) y la clásica (siglos V-IV a. C.) son las de mayor desarrollo literario.
Homero (siglo VIII a. C.) fue el autor más célebre de la epopeya griega. La Ilíada narra episodios de la guerra que mantuvo Grecia con la ciudad de Troya. La Odisea narra las aventuras de Ulises (Odiseo) en el viaje de regreso a Ítaca tras el fin de la guerra de Troya. Coetáneo a Homero fue Hesíodo (siglo VIII a. C.), autor de Los trabajos y los días, obra didáctica en la que se hace apología del trabajo.

Ilustración de la fábula «El oso y la miel», de Esopo.
En poesía, destacan Safo (630-570 a. C.), considerada la poetisa del amor, y Anacreonte (582-485 a. C.), creador de sátiras y poemas breves dedicados a la alegría de la vida y del amor.
Esopo (siglo VI a. C.) escribió fábulas moralizantes que durante siglos han sido adaptadas con gran éxito y han tenido una gran influencia en generaciones posteriores de escritores. Algunas de ellas son «La zorra y las uvas» o «La rana y el escorpión».
Esta época destaca por la creación de dos grandes géneros en teatro: la tragedia y la comedia. Las tragedias tenían como protagonistas a dioses y héroes, pero también al coro, que era una especie de personaje colectivo. Los tres grandes autores de tragedias vivieron en el siglo V a. C.: Sófocles, con obras como Antígona, Electra o Edipo rey; Eurípides, autor de Medea y Electra; y Esquilo, con Prometeo encadenado. Aristófanes destacó como autor de comedias con obras como Lisístrata, historia de corte feminista y pacifista en la Grecia del siglo IV a. C.
Cabe destacar otros géneros, como la didáctica, la filosofía, la oratoria o la prosa histórica. Otros autores de este periodo fueron los grandes filósofos Platón (427-349 a. C.) y Aristóteles (384-322 a. C.), que, en su Poética, modelo de referencia literaria durante siglos, fundamenta las bases de los géneros dramáticos.
La literatura latina hizo difusión de la literatura griega y tuvo gran dependencia de ella y de su mitología. Aunque se extendió en el tiempo debido a que el latín fue lengua de cultura en la Edad Media e incluso durante el Renacimiento, estrictamente comprende las obras escritas en latín por autores del Imperio romano de Occidente (27 a. C.-476 d. C.). La literatura latina se divide en cuatro grandes periodos: arcaico, clásico, posclásico y tardío. Destacan, desde el punto de vista literario, la época arcaica (siglos III-I a. C.) y la clásica (siglos I a. C. y I d. C.).
En el periodo arcaico, dos de los dramaturgos más célebres fueron Plauto (254-184 a. C.), con comedias como La olla o El soldado fanfarrón, y Terencio (185-159 a. C.). En prosa histórica cabe mencionar a Catón el Censor (234-140 a. C.), primer autor latino conocido en prosa.
El periodo clásico comprende desde la época del filósofo Cicerón (siglo I a. C.) hasta la del primer emperador de Roma, Augusto (siglo I d. C.), por lo que abarca desde el final de la República hasta los primeros años del Imperio.
En poesía, dos fueron los poetas más destacables: Lucrecio (99-55 a. C.) y Catulo (84-55 a. C.), célebre por los poemas de amor dedicados a Lesbia. Plubio Virgilio Marón (70-19 a. C.) destaca en poesía lírica con sus Bucólicas, conjunto de poesía idílica pastoril en forma de églogas, pero también con la Eneida, poema épico inspirado en la Ilíada y la Odisea, de Homero, que cuenta los orígenes míticos de la creación de Roma. Quinto Horacio Flaco (65-8 a. C.) da lugar en sus Épodos a la creación del tópico beatus ille (alabanza de la vida retirada). Plubio Ovidio Nasón (43 a. C.-18 d. C.) fue el poeta latino por excelencia del amor con su Arte de amar, aunque las Metamorfosis es su obra más célebre, ya que en ella combina mitología e historia de la antigüedad romana. En sus páginas se explican cientos de mitos y leyendas en los que se producen transformaciones de dioses, animales, seres animados e inanimados.
En prosa, El asno de oro, de Apuleyo (125-170 d. C.), es la única novela de literatura latina que se conserva completa; se trata de una colección de historias y fábulas concebidas con gran ingenio. Julio César (100-44 a. C.) y Salustio (86-35 a. C.) cultivaron, por su parte, la prosa histórica. La época del emperador Augusto (63 a. C.-14 a. C.) se considera la de mayor esplendor de la literatura latina. El propio Augusto y algunos nobles actuaban como mecenas de escritores, dando así impulso a la literatura.

El rey Licaón transfomado en lobo por Zeus. Ilustración de una edición de 1589 de las Metamorfosis de Ovidio.
Se denomina «literatura antigua prehispánica» a aquellas manifestaciones anteriores a la llegada de los colonizadores europeos (1492) al continente americano y a las que surgieron durante el primer periodo tras el contacto colonial.
Durante la época prehispánica, las obras se transmitían oralmente y estaban vinculadas con ceremonias y rituales relacionados con las propias culturas autóctonas y también con historias de su imaginario mitológico. Cronistas como el español Cristóbal de Molina (1529-1585) transcribieron estas manifestaciones, dejando por escrito bellas composiciones líricas, narrativas, épicas e incluso textos de tipo legal.
Las tres culturas principales fueron la de los aztecas (lengua náhuatl), mayas (lengua maya) e incas (lengua quechua).

Página del Libro IV del Códice Florentino escrito en lengua náhuatl con caracteres latinos (siglo XVI).