Capítulo 1
Los pilares de la sabiduría interior
Siempre sabemos. Siempre hemos sabido. Siempre sabremos.
Guru Jagat
Somos sabios.
Somos seres de luz espirituales que podemos acceder a una guía interior infinita siempre que lo necesitemos. El instinto, la intuición y la inspiración forman parte de nosotros. En este momento, nuestro ser está lleno de amor y sabiduría, guía y gentileza, ideas radicales y creatividad libre, soluciones y respuestas, protección y cuidado. Nuestra inteligencia interior reside en nuestro cuerpo, energía, espíritu y mente. ¡Somos tan sabios! No hace falta encontrar o crear esa inteligencia: basta con fortalecer la conciencia y la conexión con nuestro ser interior. Cuanto más fuerte sea ese vínculo, con más claridad veremos nuestra guía interior.
Cada uno de nosotros posee una inteligencia única, que es la fuerza guía más amorosa, suprema y precisa de todas. Siempre nos acompaña, esperando que nos abramos a ella y la escuchemos. Es una parte intrínseca, tangible y visceral de quienes somos.
Muchas veces, el caos y la aceleración del día a día nos distrae, abruma, desalienta y agota. Sin embargo, la brújula interior sigue allí, omnisciente, serena, feliz. Cuando bajamos el ritmo y nos volvemos hacia el interior, transitamos el mundo exterior con una presencia, facilidad y gracia más profundas. De ahí que sea tan importante aprender a escuchar.
Al principio, accedemos a nuestra fuente de sabiduría de vez en cuando, cuando encontramos un buen sitio en el autobús, tomamos zumo de frutas recién exprimido, volcamos nuestros pensamientos en un diario, hacemos una meditación guiada o consumimos alimentos que nutren las necesidades únicas de nuestro cuerpo. Esa sabiduría va y viene. Gracias a ella, entendemos las «coincidencias», recordamos sueños vívidos y comprendemos su significado, recibimos con alegría una inspiración extraordinaria, sentimos que la sabiduría nos brota del cuerpo y comenzamos a reconocer nuestra voz interior, que todo el tiempo nos invita a acercarnos a la verdad y la armonía. Después de un tiempo, estos momentos comienzan a ser más regulares y nos acostumbramos a vivir en comunión con el espíritu.
Más allá del camino que sigamos para fortalecer nuestra preciosa conexión interior, lo más importante es aceptarla y cuidarla a fin de que se haga extensiva a todas las áreas de nuestra vida. Si nos habituamos a nutrirla, veremos cómo se manifiesta cada vez más.
El instinto, la intuición y la inspiración: atributos esenciales
Nuestra voz interior es sutil, positiva, coherente y pacífica; cobra vida cuando le prestamos atención, cuando mostramos gratitud y confiamos en lo que nos dice. Esta voz nos ayuda a tomar tanto las grandes decisiones —sobre el trabajo, las relaciones, la crianza de los hijos, la salud y las finanzas— como las decisiones del día a día, como elegir qué ropa ponernos, planificar las comidas, ir de compras, charlar, viajar, hacer ejercicio, llevar un diario, usar las redes sociales, ver a nuestros amigos y disfrutar del ocio.
El instinto se encarga de la seguridad: todos los días busca cuidarnos y mantenernos a salvo. La esencia de la intuición es la expansión del corazón: quiere abrirnos al amor y a una vida sin barreras. Por su parte, la inspiración nos ayuda a recibir nueva información a medida que abrimos la mente al universo que nos rodea. Muy a menudo, estas guías trabajan en conjunto para que transitemos nuestro camino en armonía. Para identificar la voz que proviene de esa sabiduría colectiva (y no del ego), tenemos que concentrarnos en estas tres características claves:
◆ Ejercicio ◆
Sintonizarnos con el amor y la luz del alma
Tómate un momento para familiarizarte con cómo habla tu propia sabiduría. Responde estas preguntas en un diario o, si lo prefieres, cierra los ojos y contémplalas.
¿Qué quiere el amor que sepas ahora mismo? Si te sintonizas con el sentimiento del amor propio divino, ¿recibes algún mensaje? Si no escuchas ni visualizas ninguna palabra, ¿sientes algo? ¿Qué sensaciones te invaden?
Pon una mano en el corazón y háblale como si fuera un amigo, un compañero sabio que conoce de forma íntima el importante camino de tu alma. Si no sabes bien qué decir, comienza con unas pocas palabras de gratitud por la forma en que te guía desde la intuición. ¿Cómo te sientes al entablar este diálogo?
¿Qué sentirías al estar en sintonía con tu esencia (es decir, tu parte eterna, tu alma)? Piensa en la última vez que sentiste que todo en tu vida estaba bien de verdad: ¿sentías alegría y felicidad? ¿Te encontrabas a gusto, en paz y con energía? ¿Te resultaba sencillo concentrarte? ¿Te sentías libre? ¿Cómo describirías esa sensación de armonía, de estar viviendo la mejor versión de tu vida?
¿Qué verdad se abre paso en tu vida que ya no puedes ignorar? ¿Qué necesitas hacer para reconocer la sabiduría que ya tienes en el corazón? Comprométete a realizar una acción concreta esta semana para honrar tu sabiduría interior.
¿Qué personas o situaciones te traen alegría y te hacen sentir bien? ¿Y qué o quién te abruma? ¿Tienes que hacer algo o entablar alguna conversación al respecto?
¿Qué es para ti vivir a conciencia? Imagina cómo sería vivir así y responde en detalle en las páginas de tu diario o al meditar. Para que esta vida se manifieste en tu mundo, vuelve a esta descripción todos los días y pon en práctica una o dos cosas que te ayuden a darle forma a esto que estás creando. Si tu forma de ser más autoconsciente es escribir un diario con regularidad, crea un espacio propicio y agradable para tal tarea. Si necesitas comenzar el día meditando, pon una alarma con un tono suave que te despierte cada mañana. Si quieres destinar más tiempo al cuidado personal intuitivo, busca formas de integrar esos momentos a tu rutina.
Cómo vivir desde la intuición
Para llevar una vida intuitiva, no hace falta complicarnos con pensamientos. Dar el paso es sencillo. El ego busca distraernos y enmarañar todo. Si logramos ver más allá de este engaño cotidiano, más allá de nuestros miedos y creencias obsoletas, descubriremos la pureza y la facilidad de vivir desde el interior. A continuación, veremos los conceptos principales de esta forma de transitar la vida.
Serendipia
La vida intuitiva significa estar abiertos a las sincronicidades y ser conscientes de ellas. Cuando forjamos un vínculo sólido con nuestro mundo interior, la vida fluye sin problemas y manifestamos lo que pensamos más rápido, como cuando un amigo nos llama justo cuando estamos pensando en él o cuando elegimos un libro al azar y nos da la palabra justa para lo que estamos atravesando en ese momento. La serendipia es esa sensación que nos dice lo que nuestros hijos, mascotas, familiares o amigos necesitan cuando están enfermos o no pueden resolver algún problema. Es aquella conversación «espontánea» que conduce a un encuentro «casual» que se convierte en una nueva carrera, relación o camino de curación. Es la dulce sucesión de momentos fortuitos. Cuando estamos en armonía con nuestra alma, estamos en armonía con el todo.
Sintonía
Vivir de forma consciente implica vivir en sintonía con nuestra verdad. La sintonía es la comunicación fluida y la conexión con el alma, nuestra verdad más elevada. La sintonía es una vibración, un movimiento de energía anclado, centrado e iluminado que nos impulsa con gracia hacia lo que nos hace bien, hacia aquello a lo que estamos destinados.
Comunión
La autoconciencia supone vivir en comunión con nosotros mismos. La comunión es un estado constante de conexión amable y consciente con el cuerpo, las emociones, la energía y el entorno. Por eso, es importante que miremos hacia adentro de forma regular a partir de preguntas como «¿cómo estoy hoy?», «¿cómo me hizo sentir tal o cual situación?» y «¿qué necesito?». Llevar un diario, meditar y cultivar la atención plena nos ayuda a construir una comunicación curiosa con nosotros mismos que nos permite tener más control sobre nuestra vida y nos conduce a un estado en el que las conexiones fluyen. Así, notamos una comunión inquebrantable y continua con nosotros mismos.
Cuidado personal
La autoconciencia significa priorizar nuestro bienestar y confiar en que sabemos qué es lo mejor para nosotros. Es importante ser curiosos y estar abiertos a los consejos de los sanadores holísticos, pero tenemos que escuchar a nuestra intuición a la hora de decidir cuáles seguir. Siempre hay que trazar límites sanos.
Conciencia
Para vivir de forma consciente, tenemos que ser responsables y compasivos. Asumir plena responsabilidad por nuestra vida es un claro ejercicio de autonomía; ser compasivos con nosotros mismos y con los demás nos abre a una alegría y conexión más profunda. La conciencia también implica no aferrarse a una opinión y negarnos a cuestionarla, sino estar abiertos a ideas nuevas.
Rebelión
A menudo, llevar una vida intuitiva implica nadar a contracorriente, estar en desacuerdo con la sociedad, los amigos y la familia, dejar de lado las expectativas y los antiguos patrones de comportamiento. De pequeños, nuestros padres, familiares, maestros y compañeros nos indican cómo actuar. Estas hojas de ruta nos resultan útiles al principio, a medida que vamos encontrando nuestro propio camino, pero si no destinamos tiempo a sintonizarnos con nuestra propia guía interna en la adultez, terminaremos siguiendo los pedazos confusos y arrugados de los mapas desgastados de personas que no tienen nada que ver con nosotros y nuestro recorrido actual. Rompamos esos mapas. Quemémoslos y tiremos las cenizas. Demos gracias por todos los consejos bien intencionados que nos han dado y empecemos de nuevo. De ser necesario, vayamos en contra de lo que nos han enseñado. Quizá al principio nos cueste, ya que estamos adentrándonos en un terreno desconocido.
Verdad
Por último, la autoconciencia honesta tiene que ver con la verdad, no con la perfección. La perfección es una ilusión, algo que no existe. Solo cuando dejamos de buscarla somos libres de seguir nuestra verdad única. A veces, nuestra verdad resulta inesperada o inusual, pero mientras reconozcamos que viene del amor y nos haga sentir como en casa, será el lugar más seguro en el que podamos estar.
◆ Ejercicio ◆
Tomar conciencia de nuestra propia alma
Siéntate en un lugar cómodo, respira hondo y reflexiona sobre estas preguntas con una curiosidad amorosa y sin emitir juicios de valor. Puedes escribir lo que vayas pensando o charlar con algún amigo usando estas preguntas como disparadores.
¿Cómo definirías la serendipia? ¿Recuerdas algún día en el que todo salió perfecto de manera hermosa y fortuita sin ningún tipo de planificación? ¿Qué sentiste? ¿Confiaste en el proceso divino, sentiste que tenías buena suerte o creíste que la vida estaba de tu lado? ¿Cómo puedes ayudar a que haya más serendipia en tu vida?
¿Qué es la sintonía para ti? ¿Qué haces para que las cosas fluyan? ¿Sientes que hay algo fuera de sintonía? ¿Qué es lo que está causando que sientas que tu energía está descentrada? ¿De qué manera tu corazón, el centro de tu ser, desea llevarte de vuelta a un estado de calma y sintonía?
¿Cómo te sientes hoy? ¿Te cuidas? ¿Podrías hacer un ritual de celebración saludable por las noches para darle un bonito cierre al día, como encender una vela o escribir por qué quieres dar las gracias?
¿Qué puedes hacer para ser más responsable y asir las riendas de tu vida? ¿Hay conversaciones que necesitas tener o cambios que debes hacer para sentir que tomas tus propias decisiones y te responsabilizas por ellas? ¿A qué cambios te resistes? ¿De dónde viene esa resistencia y cómo puedes resolverla para dar lugar a ese cambio que sientes desde el corazón?
¿Contra qué expectativas sientes que se te invita a rebelarte? ¿En qué aspectos de tu vida estás siguiendo lo que otras personas o la sociedad esperan de ti? ¿Cómo puedes alejarte de esto y entrar en tu verdad? ¿Cómo puedes expresar tus deseos ocultos para que tu corazón sea tu brújula? ¿En qué espacio tranquilo podrías escuchar tu voz rebelde?
¿Cómo puedes ver más allá de la búsqueda de la perfección y encontrar la verdad en cualquier situación? La perfección es un estado que nunca podemos alcanzar; la honestidad y la paz son estados superiores que vale la pena perseguir. ¿Dónde puedes dejar de lado la perfección hoy? ¿Qué puedes hacer para aceptar la maravilla del caos y encontrar la paz?