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SALT LAKE CITY, 10 DE ENERO DE 2025

DRÁCULA

Empieza cuando miras por la ventana.

No lo ves debido al reflejo del cristal tintado y oscuro como la noche. Te limitas a contemplar, a salvo en el interior, pero anhelando el exterior.

Tus rasgos se transforman cuando alguien te habla, pero borras de tu gesto la sonrisa amable cuando se da la vuelta. Una chica que lleva un disfraz que le permite sobrevivir. Le sorprende y le intriga, por lo que te sigue cuando sales.

Sientes la fría caricia de la noche. Avanzas con la cabeza gacha en dirección a casa, oculta entre los bucles castaños que te cubren el rostro y con las manos en los bolsillos del abrigo. Te apresuras para llegar a un lugar seguro y acogedor. Sosa y predecible, como todos los demás.

Él tiene todo el tiempo del mundo, un océano vasto e infinito de tiempo que lo mantiene en su lugar mientras las corrientes del mundo se agitan a su alrededor. Pero no puede desperdiciar más de ese tiempo en este lugar. Al fin está listo para continuar.

Pero…

Reduces la velocidad tan pronto como te alejas de las islas de luz eléctrica. Alzas la cabeza para apartar el pelo de tu rostro y diriges la mirada hacia los cielos como si buscases la calidez del sol. Las estrellas no te ofrecen ese consuelo, sino una elegancia lacerante y exánime. Permaneces en la oscuridad y devoras la eternidad con la mirada.

Su corazón, inerte desde hace mucho tiempo, parece estremecerse con vida cuando te ve. Eres especial. Ansía hacerse con tu sangre extraña, apoderarse de todo lo que eras, de todo lo que eres y también de lo que podrías haber sido.

Si no hubiese otros mirando, puede que no hubiese tenido la fuerza de voluntad necesaria para contenerse. Le encanta la caza, pero eres una presa por la que merece la pena esperar.

Le da igual las veces que haya empezado aquel baile a lo largo de los siglos; también le da igual con cuántas personas como tú se haya topado. La razón es que la experiencia siempre es novedosa cuando es la adecuada. Y para él solo existes tú. Cada una de las veces. Eres la única que ha existido jamás.

Es Drácula y tú eres joven, encantadora y vulnerable. Y sabe exactamente cómo terminará este baile.

Sabe que lo invitarás a entrar.