PRESENTACIÓN
¿Existe algo así como una etapa de la vida que podemos llamar “adolescencia”?
Esa fue la primera pregunta que activó mi motivación a escribir este libro. Yo sé que hacerles esta pregunta es un contrasentido ya que para todos/as es más que evidente que los/as adolescentes existen en todas partes del mundo. Los vemos siempre, algunos/as tenemos hijos/as, familiares, estudiantes o pacientes de esa edad, y hay cientos y miles de libros, artículos, reportajes y estudios sobre ese periodo de la vida. Así mismo, cientos de estudios han demostrado que desde los 12 años hasta los 15-18 años se producen todo tipo de cambios biológicos, neuronales, psicológicos, sociales y culturales. Es decir, habría que estar completamente loco y delirante para siquiera atreverse a hacer esa pregunta. Todos/as ustedes saben que existe la adolescencia y tienen algunas ideas bastante definidas de cómo son aquellos seres. De más está decir que muchas de esas ideas son bastante negativas y discriminadoras.
Bueno, yo decidí hacer un acto filosófico de absoluta limpieza de todo prejuicio, teoría o propuesta de si existe la adolescencia, y eso implicó darme a la tarea de partir desde cero o, más bien, desde el inicio de los tiempos de la vida. Es decir, que si mi objetivo es mostrarles un genuino volver a mirar la adolescencia, no podía darme el lujo de partir con preconcepciones o prejuicios sobre esta etapa del desarrollo. Para lograr esa tremenda tarea solo tuve que aplicar un método de pensamiento que ya se encuentra en mí desde hace muchos años y que podemos llamar la metodología de la máquina del tiempo. Esta consiste en seleccionar un fenómeno (en este caso, la adolescencia) y empezar a retroceder en el tiempo en cientos, miles y millones de años, para saber si el fenómeno en cuestión ha emergido como una parte integral de eso que llamamos vida terrenal. Mi expectativa es que la adopción de este tipo de metodología podría arrojarme importantes luces sobre si eso que llamamos “adolescencia” se encuentra en lo más profundo de nuestra biología o si más bien es un producto de las civilizaciones y culturas modernas. Pero viajar en el tiempo no es una tarea fácil, ya que estamos hablando de un viaje hacia el centro del inicio de la vida misma y eso implica tramos de eones de temporalidad. Por eso, dichos tramos los decidí dividir en cuatro mundos temporales (ver imagen): el Animal, el Evolutivo, el Histórico y el de la Vida Mental. Les tengo que decir que los estudios actuales de la memoria han encontrado que los humanos y animales solemos viajar hacia el pasado para comprender y modificar nuestro presente y futuro. Por esto, espero que el viaje hacia el pasado de la adolescencia les ayude a mirar y cambiar el presente y futuro de nuestros/as adolescentes.
Navegar estos mundos temporales del SER de la adolescencia será el propósito de la primera parte de este libro. ¿De qué tratan y cómo se relacionan con un volver a mirar la adolescencia?
En el mundo temporal animal vamos a viajar cientos de millones de años al pasado para descubrir si una amplia gama de especies que pueblan la tierra tienen algo así como un periodo adolescente. ¿Tendrán los peces, las ballenas, los primates, las aves, los crustáceos, una etapa adolescente? En ese camino zoológico nos encontraremos con un mundo de descubrimientos maravillosos, que nos permitirá conocer lo que voy a llamar zoolescencia. Comprender la adolescencia animal no solo será útil para adentrarnos en el sorprendente mundo de una amplia gama de especies, sino que también nos alumbrará el camino para explicar cuál es la esencia existencial de la adolescencia. Esto implica que nuestros/as adolescentes modernos cargan en su psicobiología millones y millones de años de una existencia, que tienen fines adaptativos bastante claros y delimitados. A estos los voy a llamar el SER de la adolescencia. En este primer capítulo descubriremos que los animales son mucho más complejos y existenciales de lo que nos han contado, pero especialmente encontraremos que la zoolescencia está lejos de ser un mero periodo instintivo, irracional y salvaje. Los/as zoolescentes son seres expansivos y creativos que necesitan de sus adultos cuidadores para aprovechar al máximo esta etapa de la vida. Dependiendo de cómo se vive, se sufre y se protege esta etapa será determinante en el tipo de adulto que nuestros zoolescentes serán en el futuro.
Ya teniendo claro que los/as adolescentes guardan en sus células millones de años de una forma de SER zoolescente, nos adentraremos en el mundo temporal evolutivo. ¿Cuál es? Aquella vida donde el ser humano (Homo Sapiens) ha existido por el mayor porcentaje de su existencia, a saber, el maravilloso mundo de los cazadores-recolectores (C-R). ¿Existió un periodo adolescente en nuestros ancestros? Les voy ir mostrando que no solo existió la adolescencia ancestral, sino que eran unos seres dignos de admirar. La adolescencia de C-R estaba organizada bajo una forma existencial basada en la absoluta libertad, igualdad y comunitarismo, que los convirtió en personas maravillosas, cuando los comparamos con nuestra humanidad moderna supuestamente civilizada.
La adolescencia de C-R nos va a poner patas para arriba todo lo que creíamos saber de esta etapa de la vida. Esta vuelta de mirada de nuestra adolescencia evolutiva les va a hacer dudar todo lo que han sabido, conocido y leído sobre la adolescencia. Los/as adolescentes C-R nos han permitido refutar todas las teorías modernas sobre la adolescencia, y eso nos va a allanar el camino para el desarrollo de un genuino volver a mirar estos seres expansivos, libres y creativos. Así mismo, y como iremos viendo, una de las razones de por qué los/as adolescentes C-R fueron tan diferentes a los nuestros modernos radica en haber crecido desde los primeros años de vida rodeados de una esfera de seguridad basada en el respeto; la constante cercanía física y emocional, y un sentido feroz de igualitarismo comunitario.
Ya en el capítulo tres viajaremos hacia lo que se conoce como la historia escritural. Esta sección será todo un desafío ya que buscaremos comprender cómo fueron evolucionando los/as adolescentes en las diferentes etapas de la historia. Para adentrarnos en este mundo histórico vamos a revisar testimonios, imágenes y personajes que nos ayudarán a comprender si esto de la adolescencia existe realmente o si es más bien un fenómeno de este siglo (o del pasado). De a poco nos iremos sumergiendo en las formas del SER de la adolescencia en la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea.
Aunque haremos un recorrido por dos mil años, ustedes notarán que varios patrones históricos han emergido y que nos pueden dar una comprensión más completa de la evolución temporal de la adolescencia. Uno de los más significativos, que sigue hasta el día de hoy, consiste en la dialéctica de una sociedad que empieza a buscar diversas formas de controlar y domesticar a los jóvenes, por un lado, pero una poderosa fuerza adolescente que pulsa siempre por resistirse a esos mecanismos de control, educación y adultización. El retrato de esta historia de la adolescencia nos permitirá comprender de un modo mucho más profundo su esencia siempre expansiva, emancipadora y libre. De la misma manera, el tiempo histórico nos entregará una lección para el presente y futuro del bienestar adolescente, basada en una actitud de respeto y confianza más que de control y domesticación.
El capítulo cuatro estará dedicado a revisar las evidencias y modelos sobre el desarrollo cerebral, la mente, las emociones y los vínculos socio-emocionales . Los cerebros y cuerpos de los/as adolescentes experimentan una revolución psicobiológica que vale la pena conocer. Pero no solo me dedicaré a articular eso que ya muchos libros han desarrollado sobre el cerebro adolescente, sino que con ello les mostraré que no existe tal cosa como un cerebro adolescente desregulado, oposicionista y adicto al peligro y al riesgo. Todas esas son interpretaciones más bien sociales y culturales sobre la dinámica cerebral, que se insertan dentro de esa noción moderna tremendamente descalificadora del SER adolescente. Esa gran revolución psicobiológica no tiene otro sentido que preparar a nuestros/as jóvenes para aprender ese aspecto humano esencial de sobrevivencia, a saber, el complejo mundo de los vínculos afectivos. Por eso es que le daremos un volver a mirar a una serie de estudios y propuestas que suelen presentar la adolescencia como un periodo esencialmente conflictivo, rebelde y apasionado por el peligro y el riesgo. Nada de eso se puede inferir directamente de los grandes avances sobre el descubrimiento del cerebro adolescente, más allá de prejuicios históricos que empezaron a gestarse a fines del siglo XIX e incluso varios siglos antes.
Habiendo recorrido los cuatro mundos temporales, espero que puedan ir deconstruyendo toda una serie de mitos y prejuicios sobre la adolescencia que los adultos hemos ido desarrollando a través de la historia. El viaje a través del tiempo adolescente nos entrega una visión bastante diferente de lo que muchos modelos, libros y artículos buscan confirmar. Como irán volviendo a mirar, no existe tal cosa como una adolescencia rebelde, oposicionista, tormentosa y plagada de conflictos. Desafortunadamente, todas esas experiencias no están en el SER temporal de la adolescencia, sino más bien son el producto de formas de expresar lo difícil que es ser un/a joven en una sociedad plagada de expectativas, controles y educaciones adultizadas. Pero gracias a este viaje por el tiempo, ya estaremos en condiciones de iniciar un segundo trayecto hacia un volver a mirar la educación y la crianza. Esa será la segunda y última parte de este libro.
En el capítulo cinco, entonces, vamos a detenernos para volver a mirar la educación. Ya a nadie le extraña el hecho de que nuestra educación formal se encuentra sumida en una crisis que pareciera no tener salida exitosa, por el momento. Sin embargo, ya estamos tan acostumbrados a ese formato educativo que simplemente nos parece casi imposible volver a mirar una nueva educación, que sea respetuosa y humanizada del SER adolescente. Para serles sincero, mi interés en este capítulo es moverles el piso sobre nuestras creencias sobre la educación actual. ¿Cómo lo haré? Bueno, nos vamos a introducir en un tema fascinante sobre toda una amplia gama de estudios y reflexiones a nivel de la economía, sociología y psicología, sobre cuál es el verdadero sentido de que tengamos la educación formal actual. El cuento no es como nos lo han relatado, y ustedes se irán dando cuenta de que hasta puede ser que nuestra educación sea un artilugio socioeconómico para crear (le dicen “educar”) un tipo de ser humano que obedezca a un cierto perfil acomodaticio para la vida social y laboral actual. No se preocupen que iremos de a poco desmembrando, evidencia tras evidencia, que esta educación que solemos dar por hecho no se ha construido precisamente para educar y preparar a nuestros/as adolescentes para una vida plena y genuinamente exitosa. Y pueden estar tranquilos, no me quedaré solo en críticas, cuestionamientos y deconstrucciones, sino que les iré mostrando que durante los últimos 10-15 años la ciencia nos ha trazado un camino muy claro y directo sobre cómo tener una educación humanizada de la adolescencia. Es decir, les iré mostrando todo lo que sabemos de cómo corregir el camino erróneo de la educación formal, construyendo una escuela que esta vez sea genuinamente respetuosa del SER de la adolescencia.
Finalmente, en el capítulo seis volveremos a mirar la crianza, pero esta vez yendo mucho más allá y más adentro que en mis libros anteriores. Es de mi entender crítico que durante los últimos años seguimos repitiendo los mismos modelos, consejos, estrategias y recomendaciones sobre cómo criar respetuosamente a nuestros/as adolescentes. Pero la gran duda es que a pesar de que circula tanta información al respecto, la evidencia nos muestra que no necesariamente estamos cuidando más respetuosamente a nuestra infancia y adolescencia. Por esto, me voy a atrever a mostrarles un camino diferente para comprender y acompañar de un modo humanizado a nuestros/as adolescentes. Les anticipo que nos sumergiremos en ideas tan extrañas como el micromundo de la crianza, las microformas traumatizantes del cuidado o la identificación de las esferas epistemológicas de los adultos cuidadores. Lo que deseo mostrarles es que la crianza no es solo aplicar consejos, técnicas o estrategias, sino que primero y, ante todo, aprender a volver a mirarnos a nosotros los adultos. Ustedes verán que todos esos términos extraños los articularé con ejemplos y casos de la vida real. Toda coincidencia con la realidad es pura casualidad. Para terminar, abordaremos toda una amplia gama de ideas, y obviamente recomendaciones, sobre una crianza respetuosa del SER de la adolescencia, pero volviendo a los tiempos zoolescentes y de cazadores-recolectores.
Al final, creo que comprenderán que este libro es sobre la adolescencia, pero va mucho más allá de eso, ya que implica un volver a mirar nuestra sociedad, a nosotros como adultos y a la sociedad incivilizada que hemos ido construyendo. Justamente esa sociedad deshumanizada en la que nuestros/as adolescentes viven y sufren con el dolor de sus almas.
A nivel muy personalmente afectivo, mi sueño es que la información que este libro les va a entregar les ayude a crear un mundo diferente para los/as adolescentes, pero también para los adultos. Mahatma Gandhi decía: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Es decir, el cambio es y debe ser “desde abajo hacia arriba”. Ese cambio que todos deseamos en lo más profundo de nuestro ser debe empezar en nuestros círculos íntimos, o lo que los biólogos llaman nuestros “nichos de sobrevivencia”. Este libro busca que el cambio venga de ustedes, en sus pequeños círculos de vida, sea una familia, escuela o lugar de trabajo. Así, cuando pequeñas personas, en pequeños grupos, haciendo pequeños cambios se van multiplicando y creciendo como una bola de nieve, se produce un efecto de amplificación donde el cambio no se siente de modo artificial o teórico, o solo en el papel. Solo creando una esfera de seguridad comunitaria es que podemos salvarnos del mundo incivilizado que nosotros mismos hemos creado y seguimos manteniendo.
Cuando se les pregunta a los adultos qué se imaginan o qué palabras se les vienen a la mente a la hora de pensar en “adolescentes”, automáticamente surgen algunas como:
»Rebeldes.
»Impulsivos.
»Tercos y llevado a sus ideas.
»Materialistas y superficiales.
»Oposicionistas.
»Les gusta (y buscan) el riesgo y la aventura.
»Solo les importan los amigos/as.
»Viven en su mundo.
»Quieren independencia y alejamiento de los padres/madres.
»Son sensibles (todo les afecta) y les cuesta “gestionar” sus emociones.
»A veces son muy tímidos y sensibles de lo que se pueda pensar de ellos.
»Se están buscando a sí mismos (su identidad).
»No saben lo que quieren en la vida (están buscando el sentido).
»Son inmediatistas/presentistas y piensan poco en su futuro.
Si este libro cumple su propósito existencial, ustedes dudarán y volverán a pensar si realmente los/as adolescentes son así.