CAPÍTULO I

La producción de programas de TVE Cataluña

1. La llegada de TVE a Barcelona

La concepción centralizadora con la que nació la televisión en España condicionó su desarrollo y configuración. Un modelo que, en forma de red, se extendió desde el centro peninsular hasta la periferia. Como había adelantado Sánchez Cordovés, la primera ciudad en recibir las emisiones después de Madrid sería Barcelona. La llegada a la capital catalana estuvo condicionada, entre otras razones, por la dificultad para que llegara un enlace hertziano mediante una irregular orografía.

A finales de 1958, se anunció el inicio de Televisión Española en Barcelona y la puesta en funcionamiento de unos estudios propios en el antiguo Hotel Miramar, en la montaña de Montjuïc, cedido por el ayuntamiento. Miramar ocupaba un restaurante de la Exposición Internacional de 1929 abandonado y en estado ruinoso. La firma oficial de la concesión municipal se realizó en julio de 1959 en el despacho del alcalde Porcioles. En enero de 1961, el ayuntamiento autorizó la aportación de 300.000 pesetas para obras de reparación y adaptación de Miramar. La cesión gratuita municipal sería mientras lo ocupara TVE. Tres años antes, Sánchez Cordovés había manifestado que la televisión en España solo sería posible si Madrid y Barcelona disponían de centros de transmisión de imágenes y de sonido en las dos ciudades para poder transmitir simultáneamente desde cualquiera de ellas. Eran necesarios dos centros de producción y distribución de televisión capaces de emitir programas de manera independiente en un único programa estatal.

Al acabar 1957, Telefónica finalizó la conexión entre Madrid, Zaragoza y Barcelona a través de un cable coaxial con capacidad para transportar un canal de televisión y 960 telefónicos. Este cable disponía de cuatro tubos: dos se utilizaban para las comunicaciones telefónicas y los otros dos, para enviar la señal de un programa de televisión. El nuevo servicio televisivo debía llegar simultáneamente a Barcelona y Zaragoza porque disponía de suficiente ancho de banda para transmitir un programa de televisión completo. El enlace era reversible y se podía invertir desde las estaciones extremas sin intervención en los repetidores intermedios.

2. Los estudios de Miramar

En otoño de 1958, se construyó en el Tibidabo la emisora de la Torre de les Aigües, que recibía y distribuía las imágenes provenientes de los enlaces y centros reemisores. A finales de noviembre, ingenieros y técnicos de Philips Ibérica finalizaron la colocación de la antena. El coste de las obras (una instalación de más de tres toneladas de peso) se calculó en 15 millones de pesetas. Cuando autoridades del Ministerio de Información y Turismo y del consistorio la visitaron, todo hizo pensar en su inminente puesta en marcha en Navidad. En Miramar se instaló el centro de producción, con un solo plató, salas de pintura y carpintería, maquillaje, oficinas, control de realización, equipos de telecine y almacenes de utillaje.

El 4 de febrero de 1959, se ejecutaron con éxito pruebas del enlace hertziano entre Madrid y Barcelona. Durante dos horas y media, algunos afortunados siguieron el programa que se emitía desde Madrid, que estuvo precedido de una imagen de la Sagrada Familia sobre un fondo donde aparecía una cobla sardanista. Se creó un enlace reversible y automatizado que permitía la emisión desde Madrid o Barcelona, aunque no podían utilizarse simultáneamente (Baget i Herms, 1974). La emisión consistió en un saludo desde Madrid, un reportaje sobre un partido entre el Athletic de Bilbao y el Fútbol Club Barcelona, un Telediario, el documental Misterios de la Ciencia, un programa sobre el desarrollo de la electricidad en España, un espacio de variedades (Aeropuerto Telefunken) y una película policíaca de la serie Identificación criminal, entre otros espacios. Antes de la primera recepción de la señal, y sin previo aviso, Juan Manuel Soriano y Federico Gallo saludaron a los telespectadores barceloneses para darles instrucciones sobre el control de la carta de ajuste. A continuación, el presentador más emblemático de TVE, Jesús Álvarez, saludó a los telespectadores catalanes. Después de cuatro días de pruebas técnicas, la imagen y el sonido llegaron a Barcelona en perfectas condiciones.

La mayoría de los estudios realizados sobre la televisión en Cataluña acostumbran a datar la primera emisión en este territorio el 14 de julio de 1959 con la retransmisión de Balcón del Mediterráneo. Sin embargo, lo fue la retransmisión el domingo 15 de febrero de 1959, a las 16:15, del partido entre el Real Madrid y el FC Barcelona, que llegó a 20.000 espectadores de Barcelona que disponían de un aparato, aunque sufrió problemas técnicos que impidieron ver la primera parte en la que los azulgranas perdieron por un gol a cero. La expectación que levantó aquel evento fue enorme. Algunos comercios instalaron televisores para que los peatones siguieran el partido desde la calle. La Guardia Urbana tuvo que intervenir para mantener el orden y evitar la interrupción del tráfico por las aglomeraciones. Todos los televisores que se encontraban a la venta se agotaron en pocas horas porque una semana antes se había extendido el rumor de que el partido podría verse en Barcelona. Del 12 al 14 de febrero, se compraron unos 6.000 receptores (Baget i Herms, 1993).

Días antes, la empresa cervecera Damm ofreció al Real Madrid 500.000 pesetas por los derechos de transmisión, pero el Gobierno, por medio de la dirección general de Radiodifusión, lo impidió porque consideró que el partido era «de interés general», y no podía estar supeditado a intereses particulares. Este organismo acabó pagando 150.000 pesetas al Real Madrid y una cantidad inferior al Espanyol, que jugaba esa misma tarde en Barcelona y se podía ver perjudicado porque podría mermar la asistencia al campo de Sarrià. La incorporación de filmets y spots contribuyó a resolver los problemas económicos de esta retransmisión. El Gobierno aprobó un decreto sobre retransmisión por televisión de espectáculos públicos que facultaba a TVE a adquirir los derechos de un evento deportivo de interés público, obligándola a indemnizar a los clubes por daños y perjuicios económicos (Palacio, 2001).

3. La primera emisión desde Barcelona

La XXVII Feria Oficial e Internacional de Muestras de Barcelona se inauguró a principios de junio de 1959 y, en una visita, el director general de Radiodifusión y Televisión, José María Revuelta, informó al alcalde Porcioles que haría algunos programas especiales dedicados a la feria, como ensayos de cara a la inauguración oficial, que sirvieron para ajustar el funcionamiento técnico y acabar la formación del personal en Barcelona. En enero, un grupo de profesionales realizó algunas prácticas en los estudios de Madrid para que desde Barcelona se asumiera la realización y producción de programas para toda España y comenzara una nueva etapa.

Cuatro días antes de iniciar las emisiones, José María Revuelta regresó para inspeccionar el funcionamiento de las instalaciones y los enlaces, y para firmar la cesión de Miramar mediante la que el ayuntamiento daba su conformidad para que TVE dispusiera de instalaciones en la ciudad. A las 17:00 del 11 de julio, se realizó la última prueba, que el ministro Arias Salgado siguió desde Madrid. Se trató de un programa experimental en directo que se envió por un enlace de microondas, sin pasar por los enlaces intermedios, consistente en varias entradillas, un noticiario local y una actuación musical. Al finalizar, Arias Salgado telefoneó a Luis Ezcurra, director de Miramar, para decirle que la prueba había resultado positiva y preguntarle si podrían preparar un buen programa musical para el martes 14 de julio.

La inauguración se realizó en directo con la presentación de José Luis Barcelona y la participación de Federico Gallo, Ramon Solanes, Enrique Rubio y Jordi Arandes. Su ubicación frente al mar y los jardines adyacentes sirvieron de escenario. Durante toda la mañana había caído una intensa lluvia, y a las 13:00 se hicieron los ensayos de Balcón del Mediterráneo, que comenzó a las 16:00, cuando el presentador Jesús Álvarez dio paso desde Madrid. El espacio duró unos treinta minutos y se hizo desde una unidad móvil desplazada desde Madrid. Con realización y dirección de Enrique de las Casas, guion de Enrique Rubio y Federico Gallo, y presentación de José Luis Barcelona, el programa comenzó con unas panorámicas del puerto y de lugares emblemáticos de la ciudad ofrecidas por el cámara Gonzalo Martorell. Después, actuó el grupo de trompetas de la sección montada de la Guardia Urbana, que realizó un carrusel con sus caballos, el Esbart Verdaguer interpretó unas sardanas alrededor de la fuente situada frente a los estudios, la orquesta del portaaviones Franklin D. Roosevelt interpretó tres temas, y actuó la pareja de humoristas Kim y Kiko. De esta manera, los estudios de Miramar se incorporaban en periodo de pruebas a la programación estatal. Miramar evidenció la necesidad de TVE de disponer de unos estudios en Barcelona que permitieran técnicamente la conexión con la red de Eurovisión y garantizar su financiación mediante la publicidad que se generaba. Pese al interés que existía en poner en marcha los estudios de Miramar, no asistió ninguna autoridad política ni ningún directivo de Madrid.

4. La conexión con Eurovisión

La incorporación oficial de TVE a la red de Eurovisión se produjo el 2 de marzo de 1960, con el partido de fútbol de la Copa de Europa entre el Real Madrid y el OGC Niza, desde el Santiago Bernabéu. La conexión con la red de la Radiodiffusion-Télévision Française (RTF) se pudo establecer gracias a la construcción de un enlace en la ermita de Sant Bartomeu del Grau durante cuatro días con la colaboración de técnicos franceses, para que las imágenes llegaran hasta Le Perthus y, de allí, a Montpellier, desde donde se distribuyeron por la red de la televisión francesa. El partido lo pudieron seguir unos cincuenta millones de espectadores de varios países europeos. La primera conexión para recibir programas de Eurovisión en España también se hizo a través de Sant Bartomeu del Grau, el 18 de junio de 1960, aunque solo se vio el segundo tiempo de la final de la Copa de Europa entre el Eintracht de Fraknfurt y el Real Madrid, en Glasgow, debido al fuerte temporal que descargó sobre el enlace y una chispa eléctrica lo inutilizara totalmente. El partido fue seguido por unos cincuenta millones de espectadores de diez países europeos.

Sin embargo, la retransmisión de la boda del rey belga Balduino con la aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón, el 15 de diciembre de 1960, con comentarios de Federico Gallo y Eduardo Sancho, se convirtió en la primera conexión oficial de TVE con Eurovisión mediante el enlace Madrid-Barcelona-Le Perthus. La señal, que llegó desde Bélgica hasta la emisora del Tibidabo, pasó por Italia, a través de la República Federal de Alemania y de Suiza. Lo más lógico hubiera sido una transmisión directa Bruselas-París-Barcelona, pero esta opción exigía una conversión de líneas y peor calidad de imagen (Baget i Herms, 1974). Aquella retransmisión supuso salir del aislamiento internacional. TVE era consciente de que el intercambio internacional de imágenes y programas requeriría de progresos y mejoras en su infraestructura técnica. La segunda conexión oficial con Eurovisión fue la misa de Año Nuevo oficiada por el papa Juan XXIII desde el Vaticano. A partir de entonces, este tipo de conexiones fueron más frecuentes.

5. Los primeros programas desde Miramar

El 17 de julio de 1959, se emitió para toda España el programa especial Música y humor realizado desde Miramar. Durante media hora, actuó la pareja cómica Kim y Kiko, además de la orquesta Abalat. Una semana después, se repitió el mismo esquema con un segundo programa de Balcón del Mediterráneo. Participaron el Esbart de Sarrià, la Banda Municipal de Barcelona y los Bomberos de Barcelona, que realizaron simulacros y una demostración atlética. El concurso X-O da dinero, presentado por Joan Viñas y realizado por Ramon Solanes, fue una adaptación de Tic-Tac-Dough, emitido por la NBC en 1956, basado en el juego de tres en raya. Fue el primer programa en la historia televisiva española donde el ganador se llevaba un premio en metálico, 500.000 pesetas por respuesta acertada. Este espacio lo patrocinaba Nescafé, por medio de Jorge Leman, seudónimo de Jordi Garriga, que era su jefe de publicidad y el cual había copiado e incorporando los formatos más exitosos de otras televisiones, lo que supuso una competencia para los programas realizados en el paseo de La Habana. Garriga envió a los responsables del programa (Federico Gallo, Eugenio Pena y Juan Valentín Vila-Sanjuan) a Londres para que aprendieran cómo se realizaba la versión británica para adaptarlo y producirlo en España. De esta manera, se inició una tradición de concursos que caracterizó y especializó Miramar y Sant Cugat.

La producción de programas desde Miramar se aceleró gracias al aumento de la financiación publicitaria que permitía asumir los gastos por la gestión de patrocinios. Aumentó la confianza en el equipo de Barcelona y era necesario descongestionar los estudios de Madrid. El torero y actor Mario Cabré presentó Club Miramar, un espacio de variedades (entrevistas, actuaciones musicales, humor, y concursos) con una escenografía y una iluminación espectaculares para la época. Estaba patrocinado por Víctor Sagi y se puede considerar como el primer talk show hecho en España. El espacio de reportajes de actualidad Panorama fue el primero de su género producido desde Barcelona, presentado por Federico Gallo y Enrique Rubio. El Telediario estaba compartido por las redacciones de Madrid, que asumía la primera parte, y de Barcelona, que se hacía cargo de la segunda y desde donde intervenían Federico Gallo y Enrique Rubio. Me casé con la música lo presentó la locutora radiofónica y actriz Maria Matilde Almendros, y el cantante y músico Dodó Escolá.

El verano de ese año, se estrenaron los programas infantiles No apto para mayores y Programa infantil, del que solo se emitió un capítulo. No muy diferente fue el caso de Variedades infantiles que se emitía los sábados por la tarde y que coincidió en antena con Parque infantil. Antes de acabar el año, se estrenaron Marionetas y payasos y Gente menuda; este último se emitía los domingos en directo con público infantil en el plató. Lo presentó la titiritera austríaca Herta Frankel, de la compañía Los Vieneses, junto a Artur Kaps, Gustavo Re y Franz Joham. Ninguno de aquellos espacios disfrutó de una larga y exitosa trayectoria, pero iniciaron una colaboración con TVE que perduró muchos años. Herta Frankel ya tenía una breve experiencia en TVE con «Lo que cuenta la tía Cristina», una sección con títeres que se emitía desde Madrid en un contenedor infantil los domingos por la tarde. Tiovivo fue un espacio infantil en el que Herta Frankel dio a conocer a la perrita Marilin, un títere que, con un carácter rebelde e impertinente, replicaba a su ventrílocua y adquirió gran popularidad. A continuación, vendrían Herta Frankel y sus marionetas y Compañía de marionetas de Herta Frankel.

En el último trimestre, se retransmitieron algunas óperas desde el Gran Teatre del Liceu. También se apostó por otros estilos musicales como Música en su pantalla y Programa musical. RNE y TVE organizaron y produjeron la señal internacional de la primera edición del Festival de la Canción Mediterránea, presentado por Laura Valenzuela y Alberto Oliveras. El certamen se celebró del 25 al 27 de septiembre en la Sala Oval del Palacio Nacional de Montjuïc, y contó con la participación de veintiséis cantantes de España, Francia e Italia. Coincidió con las fiestas de La Mercè para acercar la televisión a los barceloneses y demostrar la capacidad de producir un evento internacional. La unidad móvil número 1 se desplazó desde Madrid para realizar los tres programas, dirigidos por José Lombardía. El ganador fue el italiano Claudio Villa, que interpretó el tema Binario. Torrebruno quedó segundo y la actriz y cantante Mary Santpere, tercera con Mare Nostrum (más conocida como «Ola, ola, no vengas sola»), con música de Augusto Algueró y letra de Gasa y Guardia. El público pudo votar y una canción cantada en catalán, Les velles places de Barcelona, de Joan Serracant Manau y Llorenç Torres e interpretada por Rosita Ferrer y Joan Barberà, acabó octava. Alberto Oliveras interpretó en catalán Mariona, con letra de Joan Oliver y música de Miquel Xicota.

Programa teatral desde Barcelona fue un dramático que emitía fragmentos u obras completas que se representaban en la ciudad. El primer espacio dramático realizado desde Barcelona en este programa fue En el último minuto, protagonizado por Julia Martínez y Francisco Piquer. Semanas después, TVE sustituyó la emisión prevista del programa Luna de verano por la primera retransmisión deportiva realizada desde Barcelona: el partido de vuelta de la primera ronda de la Copa de Europa entre el FC Barcelona y el CDNA de Sofía. Por esas mismas fechas, se comenzaron a emitir los programas Estilo y Noticiario femenino, con gran aceptación de público. Estilo lo presentaron Maruja Fernández, María Amparo Soto, María Julia Bice y Conchita Roig, que interpretaban a un grupo de redactoras de una revista que explicaban las noticias que «podían interesar a las mujeres».

6. Concursos, programas infantiles y musicales

Al año siguiente, se produjo un crecimiento significativo de programas producidos en Miramar pasando de 28 a 37 y especializándose en concursos, infantiles y musicales. Adivine su vida, presentado por Federico Gallo, se inspiró en el concurso estadounidense What’s my line? de la CBS. X-0 da dinero sustituyó a Adivine su vida, presentado por Estanis González, moderado por Juan Felipe Vila San Juan, y con producción de Jorge Leman y realización de José Carlos Garrido. X-0 da dinero fue reemplazado por Ayer noticia, hoy dinero, dirigido por Eugenio Pena y presentado por Mario Beut y Estanis González, con realización de José Carlos Garrido y producción de Jorge Leman. Fue una adaptación de un formato con preguntas y respuestas emitido en varias televisiones europeas. Los concursantes respondían sobre noticias publicadas en diarios y rebicían ayuda telefónica de expertos. Carrusel, presentado por Joaquín Soler Serrano, ofrecía una sucesión dinámica de música, juegos y retos que se alternaban continuamente. Con ¡Gane su viaje!, presentado por Jorge Arandes, los concursantes convertían los puntos obtenidos en kilómetros para un viaje. La fórmula que, dos décadas más tarde, Sergi Schaaff adaptó en Si lo sé, no vengo. Gane con OMO, presentado por Alberto Nadal y realizado por Enrique de las Casas, recibió muchas críticas por el tipo de pruebas. De las Casas también realizó Las letras pagan, presentado por Juan Manuel Soriano, quien repitió en ¿Quién dice la verdad?, en el que los participantes adivinaban si un personaje que tenían delante no decía mentiras. El concurso infantil Sobresaliente, presentado por Joan Viñas, se emitió en el contenedor Hoy es domingo. Era necesario disponer de más espacio para acoger programas con presencia de público. TVE buscó un nuevo plató en el teatro que la Caja de Jubilaciones y Subsidios de la Industria Textil tenía en la calle Aragó de Barcelona, con capacidad para setecientos espectadores.

El 1 de mayo de 1960, Miramar retransmitió desde el Camp Nou la III Demostración Sindical, un acto al que asistió Franco. La Obra Sindical de Educación y Descanso era la organizadora de unas grandilocuentes y fastuosas exhibiciones gimnásticas, bailes tradicionales y folclóricos de la Falange Española y de los Coros y Danzas de la Sección Femenina. En junio, se realizó la primera transmisión en directo de un partido de tenis. Fue la final masculina del Trofeo Conde de Godó entre Andrés Gimeno y el italiano Giuseppe Merlo, que acabó ganando el tenista catalán. La narración la hizo Carlos Pardo, redactor de El Mundo Deportivo. En el último trimestre, se estrenaron el magacín Orbe, presentado por José Luis Barcelona, y el concurso infantil Matrícula de honor, que presentó Luis Pruneda.

Club del martes fue un programa de variedades presentado por José Luis Barcelona, con actuaciones musicales, con la intervención de Franz Joham y Gustavo Re, guion de Artur Kaps y realización de Ramon Solanes. Después del verano, se sustituyó Amigos del martes con los «vieneses» (Kaps, Joham y Re), una compañía que alcanzó gran popularidad por su comicidad y sus peculiares acentos cuando intentaban hablar en español. Amigos del martes tuvo éxito por su formato, replicando fórmulas exitosas de otras televisiones europeas. A principios de octubre de 1962, cambió de día, llamándose Amigos del lunes. Una de las actuaciones que más expectación y revuelo provocó fue la que protagonizó Marlene Dietrich, a quien Cola Cao pagó su desplazamiento y actuación. Esta marca asumió los gastos de todas las estrellas internacionales que actuaban en el programa, mientras que el publicista Víctor Sagi se encargaba de las retribuciones de los miembros de la compañía Los Vieneses (Balsebre, 2001).

El año 1961 comenzó con Mundo insólito, un divulgativo que se emitía antes del Telediario y que contó con la presencia de Carlos Pérez de Rozas, Juan Antonio Sáenz Guerrero, Ramon Dimas y José Luis Barcelona. Sólo para hombres, presentado por Ana María Solsona y Montse Cierco, y realizado por Ramon Solanes, se dirigía a las mujeres, pero con un lenguaje machista. Cada semana, una historia ofrecía reportajes, presentados por Federico Gallo y Enrique Rubio, y realizados por Luis Ciges. Jardín de verano fue un musical presentado por Ramon Solanes y realizado en los jardines de Miramar. Torneo fue un concurso infantil que presentó Joan Viñas y realizó Enrique de las Casas, que posteriormente fue sustituido por José Carlos Garrido. ¿Sí o no? fue un concurso presentado por Joaquín Soler Serrano con guion de José Carlos Garrido y José María García-Gastón, en el que los concursantes descartaban las posibilidades que les ofrecía el presentador hasta quedarse con un solo regalo. Esta mecánica se incorporó años más tarde al Un, dos, tres... responda otra vez. También se estrenaron los concursos Visto, oído y… y As de diamante, presentado por Ana María Solsona y José Manuel Soriano, y realizado por Eugenio Pena. Asimismo, se estrenó el informativo Domingo, E. extra, presentado por Federico Gallo y realizado por Eugenio Pena, y el cultural Nueva época, presentado por el divulgador científico Luis Miravitlles, en colaboración con Jaume Picas, que fue el realizador. Sus intervenciones le hicieron muy cercano al público, gozando de mucha credibilidad que se repitió en posteriores programas. TVE despidió 1961 con dos especiales de variedades realizados desde Miramar y que se emitieron durante dos sábados consecutivos: II Navidades Philips 1961, galas dirigidas por Artur Kaps y presentadas por Franz Joham, con el patrocinio de la multinacional neerlandesa y una audiencia estimada de dos millones de espectadores.

En enero de 1962, se estrenó Fin de semana, presentado por Juan José Castillo y Juan Segura Palomares, y realizado por Ricardo Soria. Siempre hay una canción lo presentó Jorge Arandes, con guion y realización de Eugenio Pena. Un jurado y las votaciones de los telespectadores decidían cuál era la canción ganadora. Al programa se incorporó una de las primeras realizadoras de TVE Cataluña, Clara Ronay, que procedía de la televisión cubana, y realizó y dirigió Aquí el segundo programa, presentado por Joaquín Soler Serrano. El primer dramático hecho en Barcelona fue El tribunal de la Historia, de José M. de la Cruz, que se estrenó en junio. Fue una serie interpretada por Fernando Ulloa y Arseni Corsellas que dramatizaba un hecho histórico que era juzgado.

Después del verano, se estrenó el primer contenedor infantil Fiesta con nosotros, con Herta Frankel y sus títeres, como había hecho en Herta Frankel y sus marionetas o Compañía de marionetas de Herta Frankel. Joan Viñas y Luis Pruneda fueron los presentadores, Manuel Segura el guionista y Artur Kaps el realizador. Los últimos cinco minutos fue un dramático emitido en directo, realizado por Ramon Solanes y Enrique de las Casas con Esteve Duran como ayudante, en el que los espectadores debían descubrir el culpable de un asesinato. También se estrenó Ésta es su vida, presentado por Federico Gallo y realizado por Enrique Pena, con guion de Federico Gallo, Manuel del Arco, Juan Felipe Vila San Juan y Jorge Leman. El programa se inspiró en This is your life, creado por Raph Edwards, de la NBC. Federico Gallo entrevistó a famosos que explicaban su vida, ilustrándolas con fotografías e imágenes, y a los que sorprendía con familiares, amigos o colegas con los que habían tenido alguna relación en el pasado. Ésta es su vida se convirtió en una brecha ideológica ante el clima de inmovilismo político y social que se vivía en España por la calidad de la mayoría de los invitados (Joan Miró, Salvador Dalí, Antoni Tàpies, Fernando Rey, Alberto Oliveras, Julia Gutiérrez Caba, Federico Martín Bahamontes o Manolo Santana).

Enviado especial, realizado por Manolo Rato y presentación a cargo de Enrique Rubio, ofrecía reportajes de actualidad. Canciones de su recuerdo, un musical que rememoraba canciones que habían sido un éxito y del cual Eugenio Pena fue su director y realizador, y Jorge Arandes, el presentador, sustituyó Siempre hay una canción. Bazar fue un magacín de sobremesa presentado por Ana María Solsona y María Asunción Victoria, con realización de José Carlos Garrido. Antes de finalizar 1962, se oyó hablar en catalán en TVE por primera vez para toda España. El 25 de septiembre, la comarca del Vallès sufrió los efectos catastróficos de las riadas, que ocasionaron la muerte de setecientas personas, además de destrozos en viviendas y fábricas, al desbordarse los ríos Besòs y Llobregat. La actriz Núria Espert, que se encontraba trabajando en un teatro de Madrid, fue entrevistada; el presentador le pidió que se dirigiera a los telespectadores de todo el Estado en catalán para expresar sus condolencias y su solidaridad (Baget i Herms, 1999). En noviembre, finalizaron las obras de un nuevo plató de Miramar con una superficie superior a los doscientos metros cuadrados para realizar programas en interiores, y se instaló un nuevo equipo transmisor y una antena en la cima del Tibidabo para aumentar la cobertura y ofrecer una mejor calidad de imagen.

7. La producción de Miramar aumenta

Al finalizar Los últimos cinco minutos, Ramón Solanas realizó Sospecha, una adaptación de la serie Suspense de la BBC. Sonría, por favor, presentado por Juan Carlos Mareco, Pinocho, y realizado por Gerardo N. Miró, sirvió de plataforma para cantantes. Concertino fue un concurso musical basado en el programa Il musichiere, de la RAI, con variedades y canciones infantiles famosas; lo realizó José Carlos Garrido y lo presentaron Torrebruno, que debutó en TVE, y la actriz Marta Padován. Suspenso fue un dramático que realizó Ricardo Soria y presentó José Luis Barcelona. Salto a la fama fue un talent show que se emitía alternativamente en Barcelona y Madrid para dar a conocer a artistas de varias disciplinas; Ricardo Soria fue el director y realizador, y Ana Maria Solsona, Irene Mir, Asunción Victoria y Javier Foz, los presentadores. Para vosotras lo presentaron Maruja Fernández, una de las voces del personaje radiofónico Elena Francis, y María Amparo Soto. El realizador fue Esteve Duran y el guionista, Ramon Coderch. Secuencia, presentado por Jorge Arandes, con guion de Joan Munsó Cabús y realización de José Luis Mendizábal, ofrecía la actualidad cinematográfica y los telespectadores elegían su secuencia preferida. Mundo ligero lo realizó Esteve Duran, con reportajes sobre temas intrascendentes para completar la programación antes del cultural Tengo un libro en las manos, y más tarde del dramático Estudio 3, que dirigió Narciso Ibáñez Serrador.

Biografía del recuerdo tenía como tema central las costumbres y la cultura de una época; lo dirigió y realizó Eugenio Pena y lo presentó Jorge Arandes. Enigmas, realizado por Ramón Solanas, fue un espacio dedicado a la intriga y al misterio. En ¿Quién tiene la palabra?, presentado por Juan Manuel Soriano y realizado por Pablo de Sárraga, los concursantes respondían preguntas que habían enviado los telespectadores por correo. La rueda gira ponía a prueba a dos concursantes sobre la geografía española. El ganador conseguía un viaje para dos personas y 5.000 pesetas en metálico; lo presentó José Luis Barcelona y lo realizó Eugenio Pena.

Visado para el futuro fue la continuación de Nueva época, dirigido y presentado por Luis Miravitlles, un científico que expresaba con base científica y de manera gráfica y comprensible sus ideas sobre el futuro del ser humano, su entorno o los inventos. Planteaba temas que interesaran a la mayoría del público, lanzando un elemento insólito y sorprendente para persuadir y atraer su interés. Misterios al descubierto sustituyó a Visado para el futuro, otro espacio de divulgación científica. ¡Al fútbol! lo presentaron Juan José Castillo y Federico Gallo, que informaban sobre los partidos de la Liga española de fútbol. La vida y el juego fue un concurso sobre noticias, realizado por Luis Ciges, con guion de Juan Antonio Sáenz Guerrero y presentación a cargo de Enrique Rubio.

El primer programa en estrenarse en 1964 fue Discorama, un musical presentado José Luis Barcelona, con realización de José Carlos Garrido, y guion y dirección de Pepe Palau. Fue el primer programa de TVE dedicado íntegramente al jazz, que destacó por las actuaciones de figuras internacionales como Dionne Warwick, Nina Simone o Wes Montgomery. Rumbo Sur ofreció reportajes de aventura, realizado por Luis Ciges, que también redactaba el guion con José María Tey, y presentado por Luis Pruneda. Busque su pareja fue un concurso presentado por Mario Beut y realizado por Eugenio Pena. Federico Gallo presentó Llamada al corazón, el primer reality show de la historia de la televisión en España y que apelaba a la generosidad del telespectador para ayudar a personas que lo necesitaban. Fue una adaptación televisiva del espacio radiofónico Ustedes son formidables, dirigido y presentado por Alberto Oliveras en la cadena SER, y de Investigación en marcha, un espacio de sucesos que alertaba de estafas y casos no resueltos por la policía con dramatizaciones para exponerlos, y pedir la colaboración de los telespectadores.

El concurso Baraja musical lo presentó Félix Benito con realización de Eugenio Pena, que fue sustituido por Jaume Picas y, después, por Esteve Duran. Tarjeta de visita fue otro concurso presentado por Juan Manuel Soriano y realizado por Pablo de Sárraga. En octubre de ese año, se incorporó como sección en Sonría, por favor, presentado por Mario Beut. Lección de ocio, realizado por Jaume Picas y presentado por José Luis Barcelona (al que sustituyó José Cruset), presentaba propuestas de tiempo libre y aficiones. Sábado 64 fue un espacio de variedades que sustituyó a Gran Parada. Para reemplazar a Amigos del lunes, llegó Noche de estrellas, con Franz Joham, Artur Kaps y Gustavo Re, y que inauguró los estudios de TVE en L’Hospitalet. ¿Quién es quién? fue un concurso presentado por Juan Manuel Soriano y realizado por Pablo de Sárraga que se emitía después de Reina por un día. Adelante inventor fue realizado por Eugenio Pena y presentado por Enrique Rubio, con inventos curiosos de los telespectadores. Eurofestival elegía la canción y el intérprete que representarían a España en el Festival de Eurovisión; lo presentaron José Luis Barcelona y Montse Cierco, y lo dirigió y realizó Ricardo Soria.

8. El inicio de los dramáticos: Teatro catalán

Dos meses antes del inicio de Teatro catalán, se estrenó Teatro de hoy, un dramático dirigido y realizado por Ramon Solanes que se emitía los viernes por la noche el verano de 1964. Teatro catalán inició sus emisiones con una adaptación televisiva de La ferida lluminosa; se optó por esta obra por sus textos difíciles de malinterpretar. Las primeras emisiones de los programas en catalán, y en concreto de los dramáticos, no tuvieron ninguna promoción; no se anunciaban ni se publicitaban en la prensa. Teatro catalán fue el único programa en catalán que se pudo ver por TVE hasta 1967 y ninguna de sus emisiones fue anunciada en Tele Radio. La presentación la realizaba una locutora de continuidad en español, al igual que la rotulación y los créditos de los profesionales. En Teatro catalán se emitieron adaptaciones televisivas de clásicos de la literatura catalana como Solitud, de Víctor Català, El comiat de Teresa, de Prudenci Bertrana, La filla del mar, de Àngel Guimerà, o Nausica, de Joan Maragall, realizadas en su mayoría por Antoni Chic y Esteve Duran.

Dos semanas después de la emisión de La ferida lluminosa, la revista Tele Radio publicó una carta firmada por «un grupo de universitarios catalanes» que se felicitaban por la iniciativa de ofrecer una emisión en catalán y de un espacio dedicado al teatro catalán, pero dejaban constancia de su malestar por no haberlo anunciado, esperando que este ciclo no se interrumpiera. Aquella primera emisión, dirigida y realizada por Jaume Picas, con Mercè Vilaret como ayudante de realización, se «encajó» al finalizar la programación de la sobremesa (a las 17:00 con la serie Enfermeras) y el inicio de la tarde (a las 19:00 con Avance de Telediario). Antes de finalizar el año 1964, Teatro catalán programó Romeu, de cinc a nou, con Joan Capri, y Els Pastorets unos días antes de Navidad. Ambas emisiones también fueron dirigidas, realizadas y adaptadas por Jaume Picas. La mayoría de las obras seleccionadas no representaban ningún tipo de problema para los censores, ya que se evitaban autores discrepantes o «conflictivos» con el régimen y, así, se conseguía emitir un dramático en catalán.

Reina por un día fue una adaptación del formato de la NBC Queen for a day. Se grabó en los estudios de L’Hospitalet y se convirtió en un fenómeno que despertó el interés por la vida de mujeres que querían hacer realidad sus sueños. José Luis Barcelona y Mario Cabré, bajo la dirección de Eugenio Pena, fueron los presentadores. La audiencia se identificaba con las protagonistas, mujeres con historias duras relacionadas con la pobreza, las injusticias o las enfermedades, y con las que el público empatizaba fácilmente. La ganadora era coronada simbólicamente como una reina sentada en un trono. Encuesta fue un informativo que se emitía antes de la edición nocturna del Telediario para generar opinión en la audiencia a partir de un tema.

9. Los otros estudios: L’Hospitalet y Esplugues

Ante la falta de espacio en las instalaciones de Miramar, a finales de 1964, se recurrió al teatro Ópera de L’Hospitalet de Llobregat para grabar programas con una unidad móvil. La superficie útil del estudio era de 420 metros cuadrados, que se destinó principalmente para dramáticos y variedades. Originalmente, había sido una sala de cine y se alquiló a su propietario (que se había arruinado) con la única condición de no reformarlo ni sacar las butacas de la platea. Sin embargo, se adaptó para la realización de programas, cubriendo parcialmente el patio de butacas y retirando la pantalla para despejar el escenario. Dos años más tarde, el envejecimiento de Miramar obligó a realizar una profunda reforma y, en 1972, otra que lo convirtieron en la sede con las mejores instalaciones de TVE en Barcelona. Era necesario finalizar la itinerancia y dispersión de sedes para concentrar toda la producción en una única y definitiva instalación.

Las instalaciones de Esplugues, situadas en los antiguos estudios cinematográficos de Isasi-Isasmendi, sirvieron para reducir el colapso en Miramar y la sobreocupación en L’Hospitalet. Desde el principio, se consideró una solución provisional y de emergencia mientras no se construyeran otros definitivos. Estas instalaciones se alquilaron en septiembre de 1973 por unas 600.000 pesetas mensuales, contaban con dos platós de 450 metros cuadrados cada uno, despachos y camerinos, además de almacenes de carpintería y decoración. Desde TVE en Barcelona, se asumía que los nuevos estudios no incidirían en la producción de programas, pero tampoco se podía prever hasta cuándo duraría la provisionalidad ni cuándo se construirían las nuevas y definitivas instalaciones. Tanto L’Hospitalet como Esplugues fueron una solución transitoria y evidenciaron la necesidad de una nueva sede concebida para la actividad televisiva.

10. Renovación constante de programas

En los primeros cinco años de Miramar, se constata una estrategia de renovación de programas por otros de características similares para nutrir la parrilla estatal con espacios del mismo género, mismos equipos, e idénticos contenidos con ligeras variaciones, como la mecánica del programa o el cambio del día de emisión, y, a menudo, sin dejar prácticamente tiempo entre la finalización de uno y el inicio del otro. Miramar quería demostrar su capacidad para asumir más producción, apostando por fórmulas que aseguraran éxito de audiencia. Sábado 65 tomó el relevo «natural» de Sábado 64 a la semana siguiente de finalizar este último, manteniendo la misma fórmula. Del hilo al ovillo se emitió como sustitución de Tarjeta de visita, que presentó Federico Gallo y realizó Pablo de Sárraga. También se estrenó El rincón de las aficiones, con entrevistas y reportajes, presentado por Luis Pruneda, realización de Luis Ciges y guion de José María Tey. A pesar de la falta de medios técnicos, de recursos humanos y del escaso margen de decisión, se pudo trabajar con cierta iniciativa propia que derivó en una especialización en géneros, predominando las variedades, los concursos, los musicales y los infantiles.

Se puso en marcha un transmisor en el Tibidabo que incrementó hasta doscientos kilovatios su potencia, se amplió el edificio, y se mejoraron los enlaces para reducir las interrupciones y las condiciones de emisión. Manuel Fraga y el director general de Radiodifusión y Televisión, Jesús Aparicio Bernal, inauguraron las nuevas instalaciones, que permitieron la llegada de la segunda cadena de TVE a Barcelona durante las fiestas de La Mercè de 1965. Fraga manifestó públicamente que la televisión debía formar, informar y entretener, y debía influir en la sociedad española y en los contenidos. El día antes, se emitió simultáneamente por los dos canales un programa especial dedicado a la llegada de la segunda cadena a Barcelona en el que intervino Aparicio Bernal, para quien debía ser un instrumento para difundir contenidos culturales.

Panorama de actualidad, con Joan Armengol, José Luis Barcelona y Jordi Bonet Rovira como reporteros, ofrecía reportajes y entrevistas, y se emitía antes del Telediario del mediodía. Noche del sábado tomó el relevo de Noche de estrellas. Y, al acabar Fiesta con nosotros, llegó Día de fiesta, un espacio infantil con los títeres de Herta Frankel, música, circo y juegos copresentado con Gustavo Re, que fue sustituido por la actriz Anna Maria Barbany, y realización de Artur Kaps y Julio Herrero. Aquí el segundo programa fue uno de los primeros espacios que se emitieron por la segunda cadena de TVE. Este musical fue presentado por Joaquín Soler Serrano, con realización de Eugenio Pena y Clara Ronay, guiones de Artur Kaps y la participación de humoristas como Miguel Gila, Cassen, Torrebruno o los hermanos Calatrava. Hombres que dejan huella fue presentado por Federico Gallo y realizado por Esteve Duran (sustituido por Eugenio Pena), con guion de Carles Sentís, Sebastià Gasch e Ignacio Agustí. Cada semana rememoraba la vida de un personaje de la cultura y la sociedad española, la mayoría ya desaparecidos.

Con el inicio de las emisiones del segundo canal de TVE en 1966, se incrementó la producción de géneros mayoritarios que se producían desde Barcelona después de dos años (1964-1965) de descenso generalizado, excepto en los dramáticos (figura 1). Se apostó por divulgativos y culturales, que se incrementaron con las retransmisiones operísticas desde el Liceu y los dramáticos en catalán, que se emitían los martes de la última semana de cada mes. Cayó el peso de los concursos, entretenimiento y musicales, una tendencia que perduraría en las siguientes décadas, configurando la especialización del centro.

FIGURA 1. Evolución del número de programas por género televisivo (1959-1966)

Fuente: elaboración propia a partir del histórico de ABC, La Vanguardia y Tele Radio

Las fronteras de la ciencia, de Luis Miravitlles, con realización de Jaume Picas, siguió la estela de Visado para el futuro. El primer programa lo supervisó personalmente en el plató el jefe de programas culturales de TVE, el párroco Jesús García Jiménez. Su presencia coincidió con el encierro de medio millar de estudiantes, profesores e intelectuales en el convento de los Padres Capuchinos de Sarrià para constituir la asamblea del Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB) y que la policía franquista reprimió con un asalto. Aquella revuelta estudiantil iba más allá de la reclamación de mejoras del sistema universitario y de la lucha contra el fascismo. La acción represora de la policía suscitó inmediatamente un movimiento unitario de solidaridad ciudadana y política. A la semana siguiente, Miravitlles estrenó Misterios al descubierto, un espacio innovador en la presentación y exposición de los contenidos que buscaba la espectacularidad escenográfica para atraer la atención sobre temas científicos. Protagonista el hombre, presentado por Federico Gallo y guion de Juan José Castillo y Joaquín Marroquí, quiso despertar vocaciones profesionales entre los más jóvenes con entrevistas a trabajadores de diferentes sectores. Luz verde mostró aspectos de la vida cotidiana por medio de reportajes. Kilómetro lanzado quiso demostrar el conocimiento de las rutas turísticas de España, en el que se enfrentaban habitantes de pueblos y ciudades. Federico Gallo y José Luis Barcelona estuvieron al frente de la presentación, y Eugenio Pena, de la realización. Luces en la noche fue un musical realizado por Gerardo N. Miró, que prescindió de presentaciones y permitió a los invitados que explicasen su trayectoria y su música. El juego de la oca, con Joaquín Soler Serrano como presentador y Ricardo Soria como realizador, combinó espectáculo, preguntas, habilidad y una actuación musical. El ganador podía llevarse un coche o 250.000 pesetas. El mundo del deporte, presentado por José Félix Pons y Vicente Martínez, y realización de Manolo Rato, ofrecía información polideportiva sin una estructura regular y de duración variable, poniendo la atención en los deportes minoritarios; fue sustituido por ¡Más lejos! A todo gas lo presentó José Ferrer, lo realizó Esteve Duran y el guion fue obra de Miguel Torelló, ingeniero y especialista en motor. El programa ofreció entrevistas y reportajes en un momento de desarrollo del sector automovilístico.

En Autores invitados, intelectuales españoles explicaban su vida cotidiana, y el guionista y presentador, Juan Felipe Vila San Juan, adaptaba fragmentos literarios del autor invitado en breves telecomedias. Pantalla grande fue una revista de actualidad cinematográfica presentada por Luis Pruneda, con realización de Luis Ciges y guion de Joan Munsó Cabús, con entrevistas a intérpretes, reportajes de los rodajes de películas y fragmentos de la historia del cine. Gama 67, dirigido y realizado por José Carlos Garrido, y guion de José María García Gastón, estuvo dedicado a todo tipo de géneros musicales, con predominio del jazz y del blues.

En octubre, durante una visita de Aparicio Bernal a Barcelona para presentar la programación de la nueva temporada, Federico Gallo tomó posesión como delegado del primer canal de TVE en Barcelona, y Ramon Solanes, de la segunda cadena en Miramar. Aparicio Bernal anunció que cada canal emitiría programas diferenciados, con producción independiente y diferentes características. Salvador Pons, director del segundo canal, se comprometió a realizar la mitad de la producción desde Barcelona y a ajustar los horarios de los programas de la cadena a los de la primera para adaptarse a los gustos de la audiencia. Desde entonces, se segmentaron los contenidos y la tipología de las dos programaciones, con preferencia por la primera en detrimento de la segunda, potenciando determinados géneros en el primer canal, mientras que en el segundo se emitirían contenidos menos comerciales.

En 1967, Mare Nostrum divulgaba tradiciones y costumbres catalanas, con actuaciones musicales, reportajes, entrevistas y un breve dramático para resolver dudas lingüísticas en catalán, presentando expresiones incorrectas o en desuso, y que eran corregidas por los actores Maria Matilde Almendros y Rafael Anglada. Los temas tratados evitaban cualquier conflicto político (Baget i Herms, 1994). Se emitía para Cataluña y las Islas Baleares el segundo martes de cada mes, una vez finalizada la programación estatal, y después de que sonara el himno español y apareciera la carta de ajuste que anunciaba el cierre de la programación del mediodía. El periodista y escritor Andreu Avel·lí Artís, Sempronio, fue su director (Antoni Serra lo sustituyó en 1971), y Pablo de Sárraga, su realizador. El guionista fue Josep Maria Lladó, y la presentación la compartían Joan Lluch y la actriz Àngels Moll. Como redactores participaron Carles Sentís, Daniel Giralt-Miracle y Xavier Foz, entre otros. El título, de origen latino y no en catalán, salvaba cualquier problema lingüístico con la censura que el propio Sempronio justificaba «porque en latín pasaba más de escondidas». Esta argucia es un ejemplo de las dificultades que comportaba realizar una programación en catalán que se podría considerar casi clandestina. Para Baget i Herms (1993), este programa fue una compensación de Fraga por su negativa a editar un periódico en catalán. Había aparecido Tele/Estel, una revista semanal en catalán con voluntad de convertirse en publicación diaria. Fraga rechazó la petición de su director, Sempronio, que, a cambio, dirigió Mare Nostrum junto a Josep Maria Lladó, un periodista que había vivido varios años en el exilio y a quien se había negado reiteradamente ejercer su profesión. Tele/Estel fue uno de los pocos proyectos privados de prensa en catalán que quiso llegar a la sociedad después de la Guerra Civil. Lo editó la misma empresa que Tele/eXprés y fue la primera publicación no eclesiástica impresa totalmente en catalán durante el franquismo.

Cuestión urgente se caracterizó por ofrecer reportajes y entrevistas con un compromiso inédito en TVE. Abordaba temas poco frecuentes que las autoridades intentaban esconder para no distorsionar la imagen «oficial», dando voz a personas y colectivos discriminados y marginados, con una alta dosis de realismo social. Trató el alcoholismo, la delincuencia juvenil, la pobreza infantil, las madres solteras, la sexualidad, el suicidio, los enfermos mentales, la prostitución, el analfabetismo, el celibato en la religión católica, el hambre en el mundo, el movimiento obrero, el mercado negro de niños o la precariedad del sistema educativo español. Se demostró que era posible realizar un programa con valentía cuando parecía imposible salvarse de la censura, a pesar de las protestas y presiones que recibió. La segunda cadena permitía espacios para experimentar nuevos formatos, alejándose del control de los censores, con una audiencia minoritaria y sin una difusión total por todo el Estado. Fue paradójico que sus máximos responsables fueran dos personas vinculadas a la iglesia católica. El director fue el padre Joaquim Martínez Roura, que escribía los guiones con el jesuita Lluís Espinal, el cual dimitió por presiones de la censura y emigró a Bolivia, donde fue asesinado. Arseni Corsellas y Miguel Ángel Valdivieso, dos actores de doblaje, fueron los redactores del programa y, algunos de sus realizadores fueron Mercè Vilaret, Esteve Duran y Ramon Marcet.

Algo más que un nombre mostró la geografía española a partir de la historia de una calle o de una plaza. El guion era de Juan Felipe Vila San Juan y la dirección y la realización, de Antoni Chic. La carretera es de todos fue un divulgativo de Sergi Schaaff, que también fue su realizador, y presentado por Enrique Rubio quien, con estilo irónico, aconsejaba sobre seguridad vial. Lo patrocinó la Jefatura Central de Tráfico y transmitía valores propios del régimen, como el comportamiento cívico de la población o los riesgos de la conducción. Barcelona, otros tiempos y La mar, ese mundo maravilloso fueron dos programas documentales que estuvieron poco tiempo en antena. Cita a las siete, presentado por Joaquín Soler Serrano y realizado por Esteve Duran, combinó el magacín, el entretenimiento, actuaciones musicales y entrevistas. Canciones de la mar fue un concurso realizado y dirigido por Eugenio Pena, y presentado por Enrique Rubio y Mari Francis (Paca Gabaldón), que presentaba corales que interpretaban temas marineros. El programa se realizó desde las instalaciones del Club Nàutic de Barcelona.

En enero de 1968, un par de días después del día de Reyes, se inició la emisión de Un millón para el mejor, cuya popularidad se tradujo en un extraordinario seguimiento que la audiencia hacía cada lunes por la noche, convirtiendo a sus participantes en famosos. El concurso tuvo su origen en Medio millón, un programa de Radio Madrid que le proporcionó prestigio y ofreció una imagen culta y rigurosa a la emisora (Balsebre, 2001). Sin embargo, desde TVE se insistió en la originalidad del concurso nacido de una idea original de Enrique de las Casas, quien asumió la realización, y Fernando García de la Vega, la dirección. Los concursantes respondían preguntas que incrementaban en dificultad, mientras Joaquín Prat les insistía en si querían continuar. La popularidad del programa radicaba en la dinámica de las pruebas, los retos inverosímiles, la puesta en escena, la identificación con los concursantes, que destinaban el dinero que ganaban a un fin solidario, u obtenían un millón de pesetas, cantidad fuera del alcance de la mayoría de los españoles a finales de los sesenta. El único concursante que se llevó el premio fue el físico catalán Xavier Mateu, que en la primera fase ganó medio millón y en la gran final se llevó un millón más.

En mayo, se estrenó Hilo directo, presentado y dirigido por Federico Gallo, el cual daba paso a conexiones en directo con los corresponsales de TVE para mostrar la actualidad internacional. Federico Gallo había acabado Ésta es su vida y se puso al frente de este proyecto con el que demostró que se podían hacer programas de complejidad tecnológica en directo. Manos al volante tomó el relevo de La carretera es de todos. También fue presentado por Enrique Rubio, acompañado de Rafael Escamilla, y realizado por José María Bemejo. En el programa, se daban lecciones de conducción y consejos de seguridad vial. Escamilla se encargaba de hacer pruebas espectaculares y arriesgadas, poniendo incluso su vida en peligro.

En Clan familiar, cuya presentación corrió a cargo de Joaquín Soler Serrano, participaron familias numerosas. Pepe Palau, que fue su realizador y director, consiguió los derechos de algunos concursos norteamericanos como este que adaptó para TVE. Noches de Europa fue un musical dirigido y realizado por Artur Kaps, con actuaciones en diferentes ciudades europeas con la presencia de emigrantes españoles entre el público. A partir de octubre, y con una periodicidad mensual, se produjeron algunos dramáticos fraccionados en cuatro o cinco capítulos que se emitían durante la semana en el espacio Novela. Fueron espacios seriados que permitían rentabilizar los presupuestos destinados a este tipo de producciones, ofrecer una programación estable y mantener una fidelización de la audiencia. Medio siglo de imagen, dirigido por Joan Munsó Cabús y realizado por Antoni Chic, Manuel Esteban y José Luis Monforte, fue un programa sobre la historia del cine español, con fragmentos de películas y testimonios de sus protagonistas. El año 1969 comenzó con la declaración del estado de excepción durante tres meses en España, cinco días después de que el estudiante Enrique Ruano fuera asesinado y unos policías lo lanzaran por la ventana desde un séptimo piso mientras lo custodiaba la brigada político-social de la policía española. Para ocultar el asesinato, los policías dieron la versión de que fue un suicidio, filtrada a la prensa por el Ministerio de Información y Turismo, dirigido por Fraga Iribarne, quien contactó con el padre de Ruano para amenazarlo en caso de continuar con sus protestas y recordarle también que todavía tenía una hija.

En Miramar se estrenó Ayer, hoy, mañana, con guion de Antoni Serra y Juan Felipe Vila San Juan, presentación a cargo de Antoni Serra, Alberto Nadal y Enrique Rubio, y realización de Pedro Balañá. Opinión pública, presentado por Federico Gallo y realizado por Eugenio Pena, ofrecía reportajes de actualidad. Ritmo 70 se emitía en directo, lo presentó Pepe Palau y lo realizó José Joaquín Marroquí; los viernes se presentaba desde Prado del Rey, con José María Íñigo como presentador y Pilar Miró como realizadora. Cada programa se realizaba desde una localización diferente y los telespectadores votaban sus canciones favoritas a través de Tele Radio. Esta noche con… fue un espacio de variedades dirigido y realizado por Artur Kaps, y presentado por la cantante Conchita Bautista, dedicado a un artista popular que interpretaba sus temas más conocidos. El conde de Montecristo fue uno de los éxitos más celebrados de la historia de TVE, que se grabó en Miramar y en L’Hospitalet, y en exteriores en Altafulla, Hostalric, Maó, Tamarit y Les Franqueses del Vallès. Lo realizó Pedro Amalio López, con experiencia en dramáticos en Madrid, lo adaptó Pedro Gil Paradela y lo protagonizaron Pepe Martín y Emma Cohen. Los quince capítulos de veinticinco minutos, que se emitieron en el espacio Novela, alcanzaron un éxito sin precedentes y se demostró la capacidad de asumir producciones ambiciosas. Antes de acabar el año, se estrenó Puesta a punto, un espacio deportivo presentado por José Félix Pons, que cada semana trataba monográficamente un deporte.

11. L’Escola Miramar

Desde Miramar se hicieron programas que representaron una manera de hacer y de entender la televisión diferente de la de Madrid. Desde el punto de vista de la realización, eran el resultado de una combinación de múltiples factores que confluían en una innovación constante, con aires de renovación y nuevos lenguajes audiovisuales que marcaron un nuevo estilo de hacer y entender el medio, y que Baget i Herms (1976) definió como «Escuela Miramar» o «Escuela de Barcelona». Incorporó nuevas rutinas profesionales, tendencias de otras televisiones y medios técnicos novedosos, orientando los programas a la audiencia y no para satisfacer los gustos de altos cargos del régimen o de la propia TVE. Muchos de estos profesionales aprovecharon las grietas que presentaba el régimen para introducir no solo la lengua catalana, sino también temas que interesaban y preocupaban a los ciudadanos.

Desde sus inicios, Miramar se benefició de la relativa distancia respecto de Madrid, lo que le permitió gozar de una cierta independencia para explorar y expresar su espíritu crítico a través del diseño, del enfoque y de los contenidos. Ante la necesidad de encontrar nuevos modelos como referentes, realizadores, escenógrafos, decoradores y periodistas, se inspiraban en otros programas con formatos ya experimentados de televisiones europeas gracias a la proximidad geográfica. La competencia y la rivalidad, también en lo televisivo, entre Barcelona y Madrid mejoró el nivel de la producción y su espectacularidad con la incorporación de nuevos elementos visuales, de ambientación y de estrellas internacionales por las que los programas luchaban para que aparecieran en ellos. Una parte importante de la producción de Miramar se emitía por el segundo canal, que aún no tenía una cobertura de todo el territorio. Eso permitió que los jóvenes realizadores pudieran experimentar nuevas fórmulas y formatos sin que Madrid se opusiera ni se limitara su creatividad.

Los primeros años, la audiencia percibió los programas de Miramar como un hecho extraordinario en sus vidas cotidianas y descubrió lo que podía ofrecerle con programas identificables y diferenciados. Hubo una voluntad de ofrecer a la sociedad un trabajo honesto con valores culturales y democráticos. Un compromiso social surgido de las ganas de cambiar y de innovar sobre lo que se hacía en Madrid, y lo que se había hecho en Miramar hasta el momento. Esta denominación sirvió para identificar a un grupo de profesionales que trabajaron con medios precarios y pocos recursos, pero que dieron lo mejor, alcanzaron reconocimiento y prestigio profesional. Fueron capaces de unificar una idea visual y transmitirla con un estilo propio, caracterizado por su calidad. Desde Cataluña, se llevó a cabo una nueva manera de hacer y de entender la televisión, y de mirar hacia Europa, «convirtiéndose en paradigma de la modernidad adoptando una concepción más cosmopolita del medio» (Luzón y Binimelis, 2011).