Aquí me siento muy inquieta. Se supone que la zona de los Cotswolds es campestre, pero aquí nada es agreste de verdad, todo parece más bien una urbanización, lleno como está de Range Rovers conducidos por esposas de gestores de fondos. Y el calor está siendo implacable. Todos los setos están muriéndose, y el cielo lleva semanas obstinadamente blanco. Los prados están chamuscados y la tierra reseca. Me muero por algo de agua, por un poco de verde, azul y violeta.

No he escrito aquí en una semana. Acabo de regresar de Cornualles. He pasado ahí diez días después de haber dejado a J en Oxfordshire; apenas lo veo de todos modos. He nadado y trabajado y hablado y hablado y hablado. Frances está realizando unas esculturas de cerámica increíbles: unas criaturas marinas misteriosas y amenazadoras, esmaltadas con celestiales tonos azul y púrpura.

Me está costando pintar.

Anhelo la soledad, y sin embargo me siento muy sola. ¿Cómo funciona esto? Me siento sola si no estoy con nadie, pero todavía más cuando Julian está aquí. Nunca hablamos, solo nos peleamos y follamos.
La última pelea ha sido a causa de algo tan rematadamente aburrido como los planes para Navidad. Yo quiero volver a Cornualles, él insiste en pasarla con la familia y luego, para Año Nuevo, ir a Courchevel con Izzy y los demás. (A eso sí que me niego: puede ir sin mí.)
Estoy intentando terminar la pieza final para la exposición en la galería Cube de Londres, pero el cielo está demasiado apagado y la luz es demasiado plana. Me siento asediada por los coches, las personas y los setos.

No he vendido nada en la galería Cube. Julian dice que estoy perdiendo el tiempo.
¡Pero en un artículo de la revista Art Review me mencionan como alguien a tener en cuenta! «Vanessa es lo opuesto a todo lo que representa el grupo de los Jóvenes Artistas Británicos.» De modo que soy... ¿anticuada? Me parece bien, a mí no me van las camas sin hacer. También dicen que soy «intensa, conmovedora».
Eso no está tan mal, ¿no?
No he pintado nada desde que comenzó el año, aunque he estado haciendo algo de cerámica. He encontrado un estudio en Oxford que puedo usar. Voy casi cada día, incluso cuando me toca trabajar. Cualquier cosa por salir de casa.
Pronto estaré sola. Julian se marcha a Nairobi la semana que viene por un «negocio de viajes» que están planeando Izzy y él, y luego irán a Lamu. Celia Gray ha alquilado una casa ahí. Izzy me dice que «no es más que un lío tonto».
No estoy segura de que me importe. No, sí que me importa. A veces me importa. Una parte de mí quiere que se vaya y no vuelva. Otra quiere encerrarlo en una habitación y no dejarlo salir nunca más.