A mi nieto, Juan Pedro Caetano Rodríguez.

A mi hermano, Marcos Padrón.

A Salvador, que está convirtiéndose en un gran maestro.

A mi madre, Martha Nilson, quien con mucho empeño intentó una y otra vez hacerme entender al Pepe en las sobremesas familiares.

A Mateo López Braun.