Los viñedos de la Ruta del Vino de Almansa se ubican en el extremo más oriental de Castilla-La Mancha, en un altiplano que acaba en frontera con la Comunidad Valenciana por el este. La ruta hilvana un camino que, partiendo de Almansa, pasa por los municipios de Alpera, Higueruela y Hoya Gonzalo, aunando en esta ruta turística viñas y municipios que conforman el norte de la denominación de origen Almansa. Dos características clave destacan en la personalidad de los vinos de esta ruta: la altitud, que otorga frescura y tipicidad a sus vinos, y la garnacha tintorera, la reina del viñedo almanseño.
No muy lejos del Mediterráneo, pero mirándolo desde la altura, los viñedos de la Ruta del Vino de Almansa se alzan sobre una meseta que alcanza los 700 m de altitud en Almansa hasta superar los 1.000 metros de media en Higueruela. La altitud imprime al clima un carácter de fuerte continentalidad y muy seco. Las precipitaciones son escasas y se concentran en otoño y primavera. La sequía estival severa resulta primordial para conseguir la tipicidad de los vinos almanseños y su nivel de calidad.
Los viñedos se posicionan sobre terrenos llanos o con suaves ondulaciones. También se ven, aunque en menor medida, plantaciones de viña sobre laderas de cerros o montes en busca de mayor altura o distintos posicionamientos, para de esta forma esquivar los calores del cambio climático, aunque la garnacha tintorera, tras generaciones batiéndose con los tórridos veranos almanseños, ofrece una excelente adaptación a los rigores de este clima.
La viña se asienta sobre suelos calizos, pobres y con muy baja cantidad de materia orgánica, con textura arenosa y poco fondo. Un panorama que parece desalentador, pero que es capaz de hacer trabajar intensamente a las raíces de la viña para sacar lo mejor de la tierra y traspasarlo a los vinos.
La viticultura en las tierras de la D. O. Almansa se ha desarrollado sin interrupciones posiblemente desde tiempos inmemorables. Pero fue fundamentalmente a partir del contexto económico de paz y prosperidad generado en toda Europa en el siglo xviii por la Ilustración cuando comienza la historia actual del viñedo almanseño.
Los avances en las comunicaciones estimularon el desarrollo de la economía local. Se liberalizó el comercio con las colonias americanas, monopolizado en primer lugar por el puerto de Sevilla y luego por Cádiz. Y no hay que olvidar que Almansa es lugar privilegiado de paso del Camino Real Madrid-Alicante, lo que ha favorecido todo tipo de transacciones a lo largo del tiempo. La ciudad recibió de Felipe V, en pago por su fidelidad en la guerra de Sucesión, el derecho a realizar anualmente una feria franca con duración de 15 días a partir del día de la batalla de Almansa, lo que sin duda debió ser un acicate para la economía del territorio.
Vinieron luego años de abundancia con la llegada de la filoxera a Francia y la venida del ferrocarril a Almansa en 1855. No obstante, la recuperación de la producción francesa gracias al pie americano supuso el cierre de algunas empresas, pero también el nacimiento de otras. Las bodegas almanseñas se especializaron en graneles de vinos potentes, que vendían fundamentalmente a otras bodegas y territorios por el carácter colorante de la tintorera, y así se mantuvieron hasta los años ochenta del pasado siglo, cuando la saturación del mercado y la baja rentabilidad hizo imposible la viabilidad del negocio.
Comenzó entonces la regeneración y el camino hacia la calidad. Se produjo un cambio tanto en la elaboración como en la comercialización. Se comenzaron a elaborar vinos de mayor valor añadido, embotellados, que enseguida miraron con éxito hacia los mercados internacionales. Hoy la denominación de origen camina con pie firme con la bandera diferencial de su garnacha tintorera.
Los viñedos de la D. O. Almansa se asientan sobre suelos calizos, normalmente llanos o ligeramente ondulados.
La garnacha tintorera es la variedad fundamental en el territorio de la D. O. Almansa. Se la conoce también por el nombre de Alicante bouschet. Sus orígenes son confusos, pero parece que su historia comenzó en 1866 cuando el francés Henri Bouschet cruzó dos variedades: la petit bouschet y la garnacha tinta. Las uvas, como las familias, esconden secretos, hijos bastardos, viajes a París…
La tintorera tiene la peculiaridad de contar con color tanto en la piel como en la pulpa, a diferencia de la generalidad de variedades, que son blanquecinas en el interior. Esta peculiaridad otorga a los vinos de garnacha tintorera un extraordinario color oscuro, rojo picota, y de ahí viene también su adjetivo de tintorera.
La tintorera es una variedad de brotación temprana pero maduración tardía, por lo que necesita muchas horas de sol para su correcta evolución, y por eso madura tan feliz en los secos y cálidos veranos de este territorio.
Casi el 60 % del viñedo de Almansa está dedicado a la garnacha tintorera, pero también pueden encontrarse otras variedades de perfil mediterráneo. Destaca especialmente la presencia de la monastrell. El 13 % de la superficie de viñedo en Almansa corresponde a esta variedad. La monastrell almanseña ofrece un perfil de gran frescura respecto a otros vinos elaborados con esta variedad en zonas más mediterráneas. La continentalidad de la meseta le otorga además elegancia y gran expresividad.
Otras variedades tintas que pueden encontrarse en la zona son la syrah, una variedad enamorada del sol, con gran predicamento en estas tierras, además de cabernet sauvignon, merlot y petit verdot. Los vinos rosados suelen elaborarse a partir de estas variedades francesas.
Las variedades blancas tienen una presencia menos representativa en la zona. Antes era fácil toparse con vinos de airén, ahora resulta más sencillo encontrar en el viñedo almanseño verdejo, sauvignon blanc o chardonnay.
La garnacha tintorera es la variedad principal de la D. O. Almansa.
La presencia dominante de la tintorera impone el dominio de los vinos tintos. Con la garnacha tintorera se elaboran vinos de gran potencia, equilibrados en la relación de acidez y alcohol, con abundante carga aromática, en la que destacan notas de frutos negros y especias, y presenta taninos densos y un final amargo con toques vegetales. A los vinos de tintorera les sienta muy bien el contacto con la madera, ofreciendo excelentes resultados con crianzas moderadas.
Es muy frecuente encontrar la tintorera vinificada como vino monovarietal, pero resultan muy habituales también los vinos elaborados con garnacha tintorera y monastrell, o la tintorera en compañía de variedades internacionales, destacando por encima de todas la syrah.
Los vinos blancos son ligeros, de moderada graduación alcohólica y buena acidez, con notas frescas y frutales.
Los rosados de la D. O. Almansa suelen presentar tonalidades que van del rosa fresa al salmón. Son frescos, ligeros y de moderada acidez. Mantienen bien su carácter afrutado. Resultan muy fáciles de beber, muy amables en la boca.
El clima mediterráneo continentalizado junto a la escasez de precipitaciones dotan a los vinos almanseños de su tipicidad y de su alto nivel de calidad.
Caminamos por una biblioteca de vinos donde cada libro nos abre las hojas de la historia de un pueblo y de sus gentes, de una familia, una finca o una casa que atesora viejos viñedos. En cada narración, en cada bodega, el vino se expande para contarnos mil historias distintas: historias de inicios, de cambios, de familias, de sueños, de superación… La viña y el vino unen la vida de los pueblos de viticultores. Al final, caminar por una ruta del vino es una forma sencilla de vivir la memoria colectiva de los pueblos que la conforman.
Conoceremos el viñedo y los vinos de la Ruta del Vino de Almansa a través de siete visitas a otras tantas bodegas y viñedos que permitirán a los amantes del vino y los enoturistas un acercamiento a sus productores y sus caldos. Son siete bodegas, pero ofrecen una visión amplia, con enfoques muy variados, que nos permitirán conocer un presente que muestra ya fortaleza, amparado en la personalidad diferenciadora que le otorga la garnacha tintorera.
IDEAL PARA…
En la D. O. Almansa conviven bodegas de larga trayectoria con otras de más reciente creación que colaboran de forma estrecha, con el objetivo de incrementar la calidad y el reconocimiento de sus vinos.
La historia de Bodegas Cano, en Higueruela, recuerda en gran medida el camino seguido por muchas familias de viticultores. En 1860, Blas Cano fundó una primera bodega cuando el vino almanseño solo conocía las tinajas. Años más tarde, sus descendientes cerraron las viejas instalaciones para sumarse como fundadores a la cooperativa de la localidad. Tras un trayecto de 39 años sin vinificar en su casa, las nuevas generaciones decidieron mirar al futuro sin dejar de lado el pasado, retomar el negocio familiar, realizar nuevas plantaciones con nuevas variedades, construir una nueva bodega y reacondicionar la vieja instalación de Blas. Sus vinos conservan también ese mismo espíritu de tradición e innovación. En Bodegas Cano han recuperado la tinaja tradicional de barro y aquellos viejos sabores. Una visita imprescindible para conocer los orígenes del vino almanseño y sus apuestas de futuro desde la tradición.
Las Bodegas Piqueras, en Almansa, constituyen parte de la historia viva de la modernización de los vinos y las bodegas almanseñas. En 1915, Luis Piqueras había fundado una bodega familiar en Almansa. Cuando Mario Bonete, marido de su hija, se hizo cargo del negocio, configuró una nueva concepción de empresa. Se apartó de la producción de graneles, que por aquel entonces imperaba en el territorio, mejoró los sistemas de producción y pasó a embotellar vinos de calidad, que supo vender especialmente en mercados extranjeros. Su visión fue un soplo de confianza para otros productores. Este nuevo camino se consolidó en 1966 con la creación de la denominación de origen Almansa y la figura de Mario Bonete como su primer presidente. Hoy en día, la cuarta generación sigue defendiendo este legado, elaborando vinos con el espíritu de calidad e innovación que recibió de su pasado.
Durante años la familia Milán fue buscando y unificando parcelas para confeccionar una gran finca, que darían lugar a las Bodegas Hacienda El Espino en Almansa, donde la viña convive con olivos y otros productos agrícolas. Este camino preparatorio llevó a hacer desmontes en el macizo del Mugrón, una formación que tres siglos antes había contemplado desde su posición privilegiada el devenir de la batalla de Almansa. En el año 2002, construyeron su bodega y sacaron al mercado sus primeros vinos, que desde su nombre rinden homenaje a la historia que contemplaron estas tierras: Batalla de Almansa, Sierra de Mugrón o la colección de vinos 1707. ¡Da gusto brindar por la paz con un buen vino en la mano!
Un palacete del siglo xviii alberga las instalaciones de la bodega de Finca Santa Rosa-Bodegas Matamangos.
Matamangos es la bodega de Agrícolas Santa Rosa, complejo agropecuario que alberga distintas actividades y donde se cultiva la viña, el olivo, cereales, etc. Se ubica entre Almansa y Montealegre del Castillo. El corazón de la finca es una bella casa solariega, sueño de indianos. Junto al palacete se levantan la bodega, la casa de los labradores, las cuadras, los corrales, etc. En 1994 la finca pasó a manos de Cristóbal Gramage, farmacéutico, hijo de bodegueros y amante del campo y la viña, quien la compró, como él mismo dice, con más ilusión que posibles. Los sueños son una fuerza poderosa y en 2001 restauró la bodega original. Hoy el conjunto está catalogado como Patrimonio Nacional Arquitectónico. Santa Rosa cuenta con viñedos viejos, muchos de ellos con más de 60 años de edad, viñas en vaso, de pie franco en muchos casos. Abunda la monastrell, y junto a ella, la garnacha tintorera y variedades internacionales.
Una visita para conocer patrimonio histórico y cultural, patrimonio natural y siempre el patrimonio único de las viñas viejas y sus aromas y sabores.
No hay una forma más cercana de tomar el pulso a una pequeña población agrícola que visitar y conocer su cooperativa y sus vinos. ¡Allí vamos!
La cooperativa Santa Quiteria de Higueruela nació en el año 1957 para hacer frente a las necesidades y aspiraciones de los viticultores de la zona. Cuatro años más tarde vio la luz la Bodega Vieja, como cariñosamente se la conoce por aquí, hasta que en 1997, tras más de tres décadas de trabajo, la jubilaron parcialmente para pasar a ocupar, los 225 socios que conforman la cooperativa, las instalaciones actuales.
Tintoralba es un proyecto nacido en 2004 en la cooperativa Santa Quiteria con el fin de poner en valor la garnacha tintorera. Embotellaron los primeros monovarietales de la variedad y elaboraron una gama muy amplia de vinos representantes del carácter polifacético de la tintorera, desde maceraciones carbónicas a vinos de postre y diferentes tintos con distintas crianzas. Los viñedos de Tintoralba se encuentran entre los 900 y los 1.100 metros de altitud, en condiciones extremas para el cultivo de la viña, lo que favorece rendimientos pequeños pero de gran calidad y buena frescura.
La cooperativa Santa Cruz de Alpera nació en los difíciles años cuarenta, de la mano de 25 viticultores que buscaban soluciones de viabilidad económica para sus explotaciones familiares. Nació modestamente, pero después de 70 años de trabajo continuo, hoy el vino de Alpera puede encontrarse en más de 50 países de todo el mundo, paseando el patrimonio del pueblo a través de las etiquetas de sus vinos: colección Cueva del Chamán y Rupestre de Alpera, con la garnacha tintorera como bandera y el empeño creciente de la preocupación medioambiental, con más de 1.000 ha de viñedo en cultivo ecológico, y creciendo.
La cooperativa la integran actualmente 400 socios, que es como decir que todos los habitantes de este pequeño pueblo están vinculados con su cooperativa, el principal motor de dinamización económica de la población.
BODEGA DE GUARDIA
En nuestras visitas de enoturismo por la Ruta del Vino de Almansa nunca nos ocurrirá que no encontremos abierta una bodega un sábado y especialmente un domingo, cuando suelen cerrar muchas instalaciones. La bodega de guardia garantiza que siempre tendremos a nuestra disposición una visita y una cata al menos en una bodega de las que conforman la ruta. Esto no quiere decir que solo podamos visitar dicha bodega. Pueden estar abiertas otras, pero al menos una estará siempre preparada para recibirnos. La información de la bodega de guardia se encuentra actualizada en la web de la ruta.
En Alpera, gran parte de los viñedos se localizan a 1.000 metros de altitud.
Tras siete generaciones de viticultores en Chinchilla, un joven Pepe Rodríguez de Vera, farmacéutico y enólogo de formación, se decidió a dar el paso hacia la elaboración de vinos utilizando los viñedos más representativos de su familia en la Finca Casalta. Bodeguero de garaje en sus primeras incursiones, enseguida se encontró con las dificultades comerciales típicas en la distribución de vinos. Hay gente que se crece ante los problemas, y así debió de suceder con este joven productor. Creó su propia distribuidora: con un socio chino ideó un modelo de tienda de vinos que crece con éxito, y de Almansa se expandió por otras denominaciones buscando viñedos ejemplares.
Casalta es un paraje único rodeado de encinas centenarias, situado a 1.000 m de altitud. Con una edad media de sesenta años, el viñedo se cultiva en ecológico, agrupando un mosaico de variedades, suelos y exposiciones que trasladan a sus vinos las peculiaridades únicas de Casalta. ¡Hay que catarlos!
En la Ruta del Vino de Almansa premian la fidelidad de los enoturistas. En la web de la ruta puede encontrarse un pasaporte de bodegas. Aquellos viajeros que completen la visita a las siete bodegas de la ruta y sellen en cada visita su tarjeta de fidelización ¡tienen un premio al finalizar la ruta!: siete botellas de excelente vino. Cada botella lleva impreso un gracias y un te esperamos, signo de amistad y agradecimiento de los productores y agricultores almanseños.
ENOESCAPADAS
Las escapadas a la Ruta del Vino de Almansa se pueden simplificar a través de las enoescapadas, una serie de programas predeterminados que se ofrecen a los viajeros del vino con un precio cerrado. Incluyen en todos los casos una visita a una bodega y una comida en un restaurante de la población elegida. Según el programa, podremos combinar la visita y el almuerzo con la visita a un recurso histórico o natural, el alojamiento en un hotel, etc. Los paquetes pueden personalizarse. El programa funciona tanto para viajeros individuales como para grupos. En este caso se ofrecen también visitas guiadas y adaptadas al grupo. La gestión se realiza a través de la web de la ruta.
El corredor de Almansa marca el tránsito entre Castilla-La Mancha y la zona de Levante, y esa proximidad confiere el carácter también a la gastronomía de la comarca, manchega en esencia, pero con notas mediterráneas salpicadas de la cocina valenciana y de Murcia.
Encontraremos platos tradicionales de la cocina manchega calórica, contundente e invernal, como atascaburras, escabeches, gazpachos de caza o gazpachos viudos, muy bien acompañados según la época de espárragos, ajos tiernos u orugas —¡qué no cunda el pánico!, se trata de unas hierbas muy abundantes por la zona—, también migas ruleras y gachamigas, y en épocas de climatología más benigna, las mesas comienzan a vestirse de rojo con buenos tomates y pimientos en mojes o pipirranas y pistos manchegos. Son tierras donde gusta y se trabajan muy bien las carnes a la brasa, embutidos, conservas de orza, etc.
El arroz mediterráneo tiene una presencia destacada en la cocina tradicional de la Ruta del Vino de Almansa. A menudo es comida de fiesta: en días de celebración se come con carne y caracoles, y en poblaciones como Alpera, el festejo lo pone el arroz con pie de cerdo.
La influencia mediterránea y la dulcería, unas veces de origen árabe, otras de cristiano viejo goloso, tienen su presencia también en las cocinas del corredor de Almansa. En época de vendimias, los rollos de mosto y el arrope no faltan en ninguna casa. También se elabora dulce de membrillo, dulce de higos, migas con chocolate y un repertorio de postres para enfrentarse con ánimo a los rigores de la Semana Santa: rellenos dulces, rollos de Semana Santa, las socorridas torrijas, etc.
Por esta zona se elaboraba en otros tiempos un sencillo licor de nueces verdes, un vino aromatizado que comenzaba a prepararse la noche de San Juan, día en que había que recogerse el fruto del nogal aún tierno, apenas 13 o 14 nueces que, machacadas con su cáscara, se unían a cuatro litros de vino y su mitad de azúcar. Se dejaba reposar el vino y se sacaba a la mesa llegada la Navidad. La receta es de Segunda Sáenz Pérez, de Higueruela, a quien se la dio Ramón Riblanco hijo, el del bar de los jubilados del pueblo, y a él se la había contado la Valeriana de Pinchete, que a su vez la recibió de Toni, el de la casa Buscavida. ¡No queremos problemas con los derechos de autor!
La vendimia se realiza entre finales de agosto y mediados de octubre, dependiendo de la zona y el grado óptimo de maduración de cada modalidad de uva.
GUÍA PRÁCTICA
LOCALIDADES
Almansa, Alpera, Higueruela y Hoya Gonzalo.
MEJORES FECHAS
De primavera a otoño.
RECOMENDADO PARA…
DURACIÓN DE LA ESTANCIA
Una semana.
IMPRESCINDIBLES
Paseos urbanos por poblaciones de la ruta. Visitar al menos una cooperativa, una bodega histórica, una bodega familiar y una finca. Una cata de vinos y un menú maridado con vinos de D. O. Almansa.
MÁS INFORMACIÓN
BODEGAS Y VIÑEDOS
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Bodegas Cano |
Tel.: 690 273 457 |
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Bodegas Piqueras |
Tel.: 967 341 482 |
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Bodega Santa Cruz de Alpera |
Tel.: 967 330 108 |
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Bodegas Matamangos |
Tel.: 610 244 665 |
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Bodega Tintoralba |
Tel.: 967 287 012 |
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Bodegas Hacienda El Espino |
Tel.: 967 080 050 |
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Bodega Rodríguez de Vera |
Tel.: 635 690 327 |
Iglesia arciprestal de la Asunción con su magnífica portada de concepción renacentista.
La batalla de Almansa cambió la historia del mundo para siempre, pero la historia de esta población viene de mucho más atrás. La ciudad conserva múltiples recuerdos de su pasado, desde sus orígenes en el cerro del Pantano, en la Edad del Bronce, hasta las huellas musulmanas o su paso a la Corona de Castilla. Llegó 1707 y la historia continuó hablando en Almansa, muy claro y muy fuerte, y así sigue expresándose esta ciudad. Dicen en Almansa que hay que atreverse a sentir su historia, su naturaleza, su gastronomía, sus fiestas…
Torre vigía sobre la llanura, el castillo de Almansa se levanta en un cerro que preside la población. En este lugar existió en el siglo xii una fortaleza musulmana de la que nada nos queda salvo el recuerdo. Tras la reconquista, Almansa pasó a manos de Don Juan Manuel, quien mandó levantar una primera construcción en el siglo xiv. El máximo esplendor de esta fortaleza llegó un siglo más tarde con el marqués de Villena, quien añadió la torre del homenaje en estilo gótico y reforzó todo el sistema defensivo del castillo. Aunque pasó años de abandono y estuvo a punto de ser demolido para explotar una cantera de yesos, afortunadamente hoy el castillo de Almansa luce el esplendor de sus mejores días. A la visita se accede tras pasar por el centro de interpretación del castillo, un espacio museográfico que ofrece a los visitantes las claves de interpretación patrimonial y cultural de la visita. Muy cerca se encuentra la oficina de turismo y el Museo de la Batalla de Almansa. A partir de aquí podemos dejarnos llevar como vagabundos millonarios en tiempo libre, que marcan el ritmo de la marcha según las circunstancias del camino.
IDEAL PARA…
Almansa permite al viajero un largo recorrido por la historia almansina, que empieza en el castillo medieval y le conducirá cronológicamente hasta el Renacimiento y el Barroco, cerrando el círculo en 1707, año de la batalla de Almansa, una senda con alguna incursión interesante en el arte contemporáneo.
De la Edad Media, en apenas unos pasos desde el castillo, nos toparemos con el Renacimiento. Nuestro objetivo es la Casa Grande, el palacio de los condes de Cirat, donde hoy se ubica el ayuntamiento. Sorprende la portada manierista, que anuncia ya los últimos años del Renacimiento, y en su interior el patio porticado, con una magnífica galería. Fue levantado por los Pina, una familia de la aristocracia local llegada a Almansa mucho antes, con el primer marqués de Villena. En esta plaza tenía don Alonso de Pina con anterioridad al palacio un mesón que el concejo le obligó a trasladar por las molestias que causaba. «Ningún problema», debió de decir don Alonso, y cerró el chiringuito para sustituirlo por esta bonita casa.
Seguimos avanzando por el Renacimiento y enseguida encontramos la iglesia de la Asunción y su magnífica portada. Una vez conquistada Almansa por Alfonso X, su repoblación fue lenta por la inseguridad de las fronteras con los reinos moros de Murcia y Granada. La población se reunía en un pequeño templo que había sido mezquita con anterioridad. En el siglo xvi se precisaba ya una iglesia a la altura del crecimiento urbano de Almansa y el obispo de Cartagena decidió levantarla en unas tierras que pertenecían a don Alonso de Pina. El de Pina protestó, pero finalmente tuvo que ceder. Tres siglos tardaron en completar el templo, por lo que los estilos y los maestros de obras se fueron sucediendo dejando su impronta.
El magnífico castillo de Almansa, Monumento Histórico-Artístico desde 1921.
La plaza de las Agustinas supone uno de los puntos neurálgicos en el paseo histórico por Almansa. Acoge dos importantes casas solariegas y la actual Casa de la Cultura, que fue depósito para almacenar grano en el siglo xvi y luego convertida en casa del antiguo concejo.
La iglesia y convento de las madres Agustinas ofrece al visitante el encuentro rotundo con el Barroco almanseño y su portada de columnas salomónicas. El convento de las «monjicas», como dicen por aquí, ha sido testigo durante cuatrocientos años de la historia de la ciudad. Contempló la batalla de Almansa, las guerras napoleónicas y jugó un papel activo en la contienda civil como cárcel en algunos momentos y como sede de las Brigadas Internacionales que llegaron en ayuda de la España republicana.
Portada del palacio de los condes de Cirat, actual sede del ayuntamiento.
Entrada del Mercado Central, edificio que data de mediados de los años cuarenta del siglo pasado.
Quizás sea el momento de dirigirnos hacia el mercado de Almansa para mezclarnos con los parroquianos y hacernos con algún souvenir gastronómico. Por aquí discurren las principales arterias comerciales de la ciudad, así que el camino propicia el deambular entretenido. De paso hacia el mercado nos toparemos con la torre del reloj, de finales del siglo xviii. Muy cerca nos aguarda la lonja, edificio de inspiración neoclásica, que acogía bajo sus soportales la vida comercial de la población. En este edificio estuvo el ayuntamiento hasta 1990, año en que se trasladó a la Casa Grande. La lonja también se reubicó en los años cuarenta hacia su nuevo emplazamiento y allí continúa esperándonos como Mercado Central.
En esta área nos encontraremos también el teatro Regio, retrato de una época de esplendor burgués. Llegó a haber hasta cuatro teatros en la Almansa de los años previos a la Guerra Civil. Actualmente es una dependencia municipal y ofrece una agenda repleta de citas culturales. En nuestra visita a Almansa, reservar unas horas para vivir la cultura entre almanseños siempre es una gran idea, más hoy en día cuando las taquillas son digitales.
De paseo por la zona, los aficionados a la caza podrán acercarse al taller artesano del guarnicionero José Ramón Navalón, ubicado en el número 4 de la avenida José Rodríguez, un maestro del cuero que elabora a medida todo tipo de equipamiento para el mundo cinegético. Almansa cuenta con buenos expertos en el tratamiento de la piel y cuenta con una buena industria del calzado. ¡No hay que desaprovechar la ocasión!
Si aún nos queda tiempo, tenemos paseos urbanos por hacer en Almansa: el puente de Carlos IV, la ermita de San Blas, visitar el convento barroco de los Franciscanos, la «capillica» del Rosario… Tampoco puede olvidársenos visitar el santuario de Belén, la patrona de Almansa, fuera ya del núcleo histórico.
Plaza Santa María con la popular «fuente de los patos» en primer término, el ayuntamiento y el castillo al fondo.
TURISMO DE LA MEMORIA
El corredor de Almansa tuvo un papel muy temprano en el desarrollo de la Guerra Civil española como lugar estratégico para la defensa del paso desde la meseta a tierras levantinas y la costa de Cartagena. Para ello se levantó un conjunto de defensas formado por 19 búnkeres, 30 trincheras, puentes y caminos que facilitaban los movimientos de la tropa y sus vehículos con el fin de aprovisionar al ejército y a gran parte de la flota republicana. Grupos pequeños pueden revivir estas y otras historias a través de alguno de los socios de la Ruta del Vino de Almansa.
En las afueras de Almansa confluyen ramblas, vertientes y las fuentes de Alpera, que a través de la acequia llegan hasta aquí. Para gestionar estas aguas, en el siglo xvi el concejo almanseño mandó construir una presa, que fue evolucionando conforme pasaban los años. Se trata de una de las obras de ingeniería hidráulica en uso más antiguas de España.
Un proyecto reciente ha recuperado esta zona para el ocio y el disfrute de la naturaleza. Se ha creado una red de caminos y senderos, áreas recreativas, zonas de observación de fauna y un centro de actividades acuáticas que aseguran la diversión y la aventura.
Patio porticado renacentista de la Casa Grande.
Ónfalos, obra del escultor almanseño José Luis Sánchez ubicada en el patio de la Casa Grande.
MUSEO DE ESCULTURAS
Almansa se convierte en galería de arte para exhibir en distintos espacios exteriores la colección del escultor José Luis Sánchez, almanseño de nacimiento. Son obras de gran tamaño, de estética constructivista, realizadas mayoritariamente en bronce y acero Corten. Las esculturas nos saldrán al paso en distintos puntos de Almansa. Excepcionalmente intimista resulta la visita al jardín de la Casa Grande, donde mejor puede sentirse el diálogo abierto entre artista, naturaleza y el propio espectador.
Bien podría decirse que la naturaleza en Almansa nos sale al encuentro, pues a menos de 3 km de la urbe se encuentra la senda de los Molinos, en el paraje de la Mearrera. Allí nos encontraremos una zona boscosa regada por el agua de arroyos y fuentes, lo que ha dado lugar a una frondosa vegetación de ribera. Por aquí discurría el sistema de acequias para el riego de los huertos, y la fuerza del agua permitió también que surgieran en este paraje hasta nueve molinos harineros de mecanismo hidráulico. Uno de ellos, el Molino Alto, ha sido recuperado y transformado en aula de naturaleza y centro de interpretación ambiental. Aún conserva la maquinaria de molienda. Las instalaciones se pueden visitar los fines de semana en época estival.
Desde el aula de naturaleza del Molino Alto parten dos itinerarios ecológicos (PR) muy indicados para hacer con niños, incluso niños muy pequeños. Son rutas circulares cortas y muy accesibles. Están bien señalizadas y ofrecen paneles informativos sobre la flora y la fauna que salen a nuestro paso mientras caminamos. En verano resulta perfecto combinar la visita al molino con una ruta ecológica. Existen también rutas de mayor dificultad para realizar tanto a pie como en bicicleta de montaña por la sierra de Almansa.
Nos quedará por conocer el campo de batalla y la ruta por los sitios históricos que marcan esta ruta. Todos somos un paisaje de las historias que hemos vivido…
Panorámica del pantano de Almansa, un paraje con una gran riqueza medioambiental y patrimonial.
GUÍA PRÁCTICA
LOCALIDADES
Almansa.
MEJORES FECHAS
Todo el año.
RECOMENDADO PARA…
DURACIÓN DE LA ESTANCIA
4 días o más.
IMPRESCINDIBLES
Castillo, Casa Grande, iglesia de la Asunción, pantano.
MÁS INFORMACIÓN
La recreación de la batalla de Almansa es un evento que supone la implicación de toda la ciudad.
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Las experiencias sentidas directamente o recibidas a través de la memoria colectiva conforman nuestra cartografía íntima, por eso viajar, pisar geografías, conocer… alimenta el alma y nos hace crecer en conocimiento y tolerancia. No se trata de recordar una batalla desde la pasividad del espectador. Se trata de implicarse emocionalmente, de ver para aprender, de sentir para pensar, de conocer para opinar y transformar el ocio en aprendizaje y crecimiento personal.
El día 1 de noviembre de 1700 moría sin descendencia Carlos II, último rey de la dinastía Habsburgo en España. En su testamento dejaba su reino en manos del duque de Anjou, nieto de Luis XIV, lo que suponía la unión de dos coronas bajo la mano de Francia y la ruptura del equilibrio europeo a favor de los franceses. Los Austrias se revelaron y el archiduque Carlos reclamó sus derechos al trono de España. La guerra estaba servida.
Se formaron dos bandos. El bando de las Dos Coronas aunaba a Francia y España, al que se unió posteriormente Baviera. La Gran Alianza unía a los partidarios del archiduque Carlos: Inglaterra, Holanda y Austria, a los que luego se unieron Portugal y Saboya.
Siguiente capítulo: la contienda fue muy bien para el bando de Carlos de Austria, quien tomó Barcelona y recibió el apoyo a su causa de toda la vieja Corona de Aragón, estableciendo su corte en Valencia. Eso produjo una reacción de los Borbones. El de Anjou vio que o lanzaba una gran ofensiva o perdería su corona española para siempre. Cuando el austríaco salió de Valencia en dirección a Madrid para llegar a la corte, 25.000 hombres del bando de las Dos Coronas le esperaban en las proximidades de Almansa. El Austria atacó con 18.000 hombres. Cinco mil de ellos murieron ese día y sorpresivamente la victoria fue para los Borbones.
La guerra aún duró otros siete años y finalmente, con los Tratados de Utrech y Rastaff, se terminó la confrontación. Felipe V recibió su corona, España tuvo que ceder numerosos territorios a los europeos para pactar la paz y se inició un período nuevo en Europa de reparto de fuerzas. Así de trascendental fue esta batalla.
IDEAL PARA…
La batalla de Almansa, 1709. Óleo de Buonaventura Ligli sobre dibujo del natural de Filippo Pallotta, quien presenció el hecho histórico.
Alamy/Cordon Press
Da igual en qué fechas visitemos Almansa. Nuestro primer acercamiento a la batalla nos llevará hasta el Museo y Centro de Interpretación Batalla de Almansa, ubicado en el mismo edificio que la oficina de turismo. En esta visita nos darán las claves para interpretar nuestras rutas por Almansa. En sus salas se exponen documentos, maquetas, algunas armas y ¡la clave!: una reproducción de un cuadro pintado por Buonaventura Ligli sobre un dibujo al natural realizado por Filippo Pallotta, presente en el hecho histórico.
El cuadro de la batalla, de gran tamaño, más de tres metros de largo, nos otorga como espectadores una posición privilegiada junto a un grupo de oficiales que contemplan la disposición de las tropas en el campo de batalla. Almansa aparece como una gran protagonista enmarcando el escenario de la contienda. Los distintos hitos del gran cuadro han sido numerados para poder trasladar con facilidad cada uno de los rincones del cuadro a nuestros paseos por Almansa.
La Ruta Almansa en 1707 es un evento autoguiado que, partiendo del Museo y Centro de Interpretación Batalla de Almansa, nos llevará a través de 13 paneles informativos a conocer edificios y parajes que formaron parte de la preparación y el desarrollo de la batalla de Almansa. Gran parte de estos escenarios aparecen en el cuadro de Ligli como telón de fondo de la contienda. Iremos recorriendo el centro histórico y algunos puntos próximos y reencontrándonos en nuestro paseo con un entorno que ya conocimos a través del cuadro.
Esta ruta urbana coincide en gran medida con el paseo por el centro histórico que vimos en la experiencia anterior. Añade algunos viejos lugares hoy desaparecidos y otros de reciente aparición, que añaden valor y contexto al hecho histórico. Por supuesto, se trata de una ruta para hacer a pie en cualquier momento y en cualquier situación.
El fin de la Ruta Almansa en 1707 nos saca del casco urbano y nos acerca a los escenarios más próximos de la batalla y del cuadro de referencia. Continúa siendo una ruta autoguiada que en este caso nos llevará a 17 parajes, edificios o monumentos, testigos mudos de la contienda. Muchos de ellos se conservan casi como aquel 25 de abril de 1707, constituyendo un patrimonio histórico excepcional. La ruta se alarga a través de 7,5 km uniendo ida y vuelta, y puede realizarse en algo menos de dos horas.
Tanto la ruta del casco histórico como la visita al campo de batalla también pueden hacerse bajo la guía de la oficina de turismo.
GESTOS POR LA PAZ
La invitación a conocer e incluso revivir la batalla de Almansa a través de una recreación histórica no supone en ningún caso un posicionamiento político o bélico. Se trata de conocer las claves que amplíen nuestra visión histórica desde una cultura de la paz. La obra del escultor almanseño José Luis Sánchez, La paz aupada, una monumental escultura en acero Corten, ubicada en el museo abierto de esculturas al aire libre de Almansa, es una proclamación de este espíritu. ¡El conocimiento y el arte nos hacen más libres!
La Paz Aupada, obra de José Luis Sánchez. Escultura conmemorativa de la batalla de Almansa.
Cada año, en el fin de semana más próximo al 25 de abril, día de la batalla, tiene lugar en la ciudad de Almansa un acontecimiento único, invitación para revivir la historia. Se celebran una serie de actos conmemorativos de aquella fecha en la que tuvo lugar la batalla que cambió nuestra historia.
Mas de cuatrocientas personas de nacionalidades diferentes, como los soldados que se enfrentaron bajo dos mandos contrarios en Almansa, realizan una recreación histórica de las técnicas bélicas del siglo xviii. Van ataviados con réplicas de uniformes históricos y portan armas de la época. Se diría que dan vida a fragmentos del cuadro de Buonaventura Ligli.
Además de entusiasmarse con el fragor de la botella, los visitantes pueden acercarse a los campamentos históricos donde se recrea la vida de los hombres y las mujeres que participaron en la contienda. Nos encontraremos con un grupo de amantes de la historia llegados de toda Europa para participar en este proyecto cultural e histórico que celebra el valor de la paz. Nada representa mejor este espíritu de concordia que el izado de banderas de los países participantes en la contienda, unidos en torno al símbolo de Europa y agrupados todos ellos a los pies del castillo de Almansa. La celebración se completa con el recuerdo a los caídos en la batalla en una ceremonia in memoriam que homenajea a todas las víctimas de las guerras.
Las celebraciones se complementan con seminarios de patrimonio, historia y turismo, visitas especiales al campo de batalla y otros actos para rememorar y celebrar la paz. Y, por supuesto, no debemos olvidarnos del enoturismo. En Almansa nos esperan las Bodegas Piqueras, Matamangos, situada en la finca Santa Rosa, y las Bodegas Hacienda El Espino, con sus vinos Batalla de Almansa y 1707. ¿A qué se deberán estos nombres?
Una vez en la vida, al menos una vez en la vida, hay que vivir la experiencia.
En la recreación de la batalla de Almansa participan grupos llegados de toda Europa, ataviados con uniformes de la época.
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EL «VITORERO» DE ALMANSA
Antón Gil fue un molinero testigo de la batalla de Almansa. Trabajaba en uno de los molinos de Zucaña, en la rambla de los Molinos. El día de la batalla, tras haber visto en persona el triunfo del ejército de Felipe V, corrió a Almansa a pregonar la victoria a los vecinos encerrados en la iglesia de la Asunción. Dio luego vítores a la Virgen de Belén y se comprometió a acompañar a la patrona a modo de mensajero en todas sus celebraciones. Desde 1707 esa figura del «vitorero» se ha trasmitido por generaciones dentro de la misma familia y así sigue haciéndose hoy. El personaje y su vestimenta peculiar forman parte del patrimonio inmaterial que debemos sumar al legado histórico de la batalla.
GUÍA PRÁCTICA
LOCALIDADES
Almansa.
MEJORES FECHAS
Visitas todo el año. Recreación: fin de semana más próximo al 25 abril.
RECOMENDADO PARA…
DURACIÓN DE LA ESTANCIA
Recreación: fin de semana.
IMPRESCINDIBLES
Ruta Almansa en 1707 y campo de batalla, recreación, visita a los campamentos y otros actos.
MÁS INFORMACIÓN
Detalle del mural de la Casa Tano pintando por las componentes del curso de pintura de la Universidad Popular de Alpera en 2021.
Un buen libro siempre se abre con expectación y se cierra con provecho y alegría. La oficina de turismo de Alpera se ubica en la biblioteca para facilitarnos felices hallazgos. Desde allí parte el viaje, la visita guiada a una galería del tiempo que va atrapándonos mientras avanzamos. La llamada al camino quizás proceda de la cueva de la Vieja, un encuentro íntimo y doméstico con la prehistoria, pero crece conforme Alpera desvela sus secretos, y guarda buenas sorpresas: historia, arqueología industrial, arte y una naturaleza afable bendecida por el agua, ¡y el vino! Aquí manda, y mucho, la garnacha tintorera.
En tiempos en que las cuevas se visitan en recreaciones y las pinturas históricas se adivinan tras hologramas, tener el privilegio de acceder a la cueva de la Vieja y mirar sus pinturas con el único tamiz de la luz del sol constituye un privilegio. Allí, de pie, junto a las imágenes milenarias nos enfrentamos directamente a una visión del mundo que sabemos apela a las creencias y espiritualidad de quienes las pintaron hace siglos. Imposible no sentir ante esa belleza rústica, difícil no ceder ante una movilización emocional.
La cueva de la Vieja fue descubierta en 1910 y en 1998 fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Igual que nuestros templos acumulan estilos conforme los siglos y las maneras van pasando, así descubriremos aquí restos pictóricos de dos momentos distintos. Los pictogramas más antiguos corresponden al arte levantino, vestigio de los últimos cazadores-recolectores que por aquí vivieron entre 10.000 y 6.000 años antes del presente. Pintaron elementos figurativos monocromáticos, entre otros 33 arqueros, una abundante fauna e incluso aparecen las figuras de dos mujeres. En la cueva existen también pictogramas más tardíos ubicados dentro del arte esquemático. En total 37 motivos de concepción abstracta datados entre 6.000 y 3.000 años antes del presente. Las pinturas han sido intervenidas recientemente y lucen en las mejores condiciones. ¡Visita imprescindible!
IDEAL PARA…
El Pocico de nieve es una de las estructuras históricas de almacenaje de hielo más importantes de nuestro patrimonio industrial. Fue levantado en Alpera entre los siglos xvi y xviii. Corresponde a una construcción de piedra seca similar a los cucos de pastores o guardaviñas, pero de gran tamaño, con una cúpula de siete metros de altura, un diámetro de casi dieciocho metros y una profundidad bajo tierra de diez metros. El hielo se conseguía al helarse las balsas de agua exteriores y el pozo era realmente un nevero de conservación, uno de los más grandes de España y el mayor de Castilla-La Mancha. Cuenta con un centro de interpretación anexo.
Detalle de las pinturas rupestres de la cueva de la Vieja.
Darle esquinazo a la modernidad, a las prisas, al estrés… es uno de los grandes logros del paseante. Caminamos distraídamente para no llegar a ningún sitio, o quizás sí. Caminar siempre es una forma de encontrarse con uno mismo.
Vagando por el casco antiguo de Alpera, la cotidianidad secular de sus ciudadanos va desfilando ante nuestros ojos. Aquí se nos aparece la ermita de San Roque; allí nos impresiona la magnífica portada barroca de la parroquia de Santa Marina, y dentro, la capilla del lignum crucis rebosando devoción; más allá, el palacio de Alpera, y algo más lejos, los lavaderos, centro de socialización entre jabones y tiempos pasados, y hoy convertido en espacio cultural; también están las casas-cueva que fueron hogar familiar hasta que se levantaron las casas baratas… y mil historias más. Desde arriba nos observan las ruinas del castillo de San Gregorio, que perteneció al marquesado de Villena y desde donde se inició la repoblación de la primitiva Alpera.
La arteria principal del pueblo es una larga alameda cargada de vida; parece que se tratara de una avenida tematizada por momentos. Un tramo acoge el momento familia del juego infantil. Otro tramo suscita el momento nostalgia. De pronto el paseo urbano se ve interrumpido amigablemente por una gigantesca trilladora, homenaje y agradecimiento del agricultor por la complicidad de la técnica. Ante los murales que evocan escenas de la vida de Alpera llegará el momento arte. Traca final en el cierre de la alameda, momento expansivo y gastronómico, hora de la manduca y de los sabores alperinos, con concentración de bares y restaurantes.
El Pocico de nieve es una de las mayores y mejor conservadas estructuras de almacenaje de hielo.
SABORES DE ALPERA
Carnes a la brasa, buenos embutidos y dulces artesanales, estos son los tres caminos hacia los que tenemos que dirigir nuestras pesquisas gastronómicas. Las brasas las reservaremos para disfrutarlas en los restaurantes de Alpera. Para los embutidos nos dirigiremos al mercado municipal, un edificio de los años cincuenta lleno de encanto. Cuatro carnicerías nos hablan de la sabiduría local para elaborar los productos del cerdo: chorizo, morcilla, longaniza, guarra, salchichón y queso de cerdo conforman algunas de las delicias imprescindibles. La dulcería nos aguarda en los hornos de Alpera. Los productos más tradicionales son el rollo de huevo, o de mosto en tiempos de vendimia, y las tortas con sardina o jamón. ¡Hay veces que leer abre el apetito!
Iglesia parroquial de Santa Marina.
En Alpera podremos combinar el descubrimiento de la cultura y los paseos urbanos con una naturaleza amigable y muy cercana. El parque de la Mejorada es una ventana abierta a los paisajes ancestrales de esta población, una pequeña reserva de 12 ha que acoge especies de alto valor ecológico, poblada de pinos carrascos y encinas, algunas centenarias. Cuenta con senderos y caminos para quienes buscan la soledad o el paseo tranquilo, así como rutas para amantes de la bicicleta o el running. Ofrece además la compañía sonora del agua. Por aquí discurre en parte la acequia de Alpera, que en la Mejorada se divierte haciendo saltos y cabriolas. Se trata de una construcción hidráulica de tiempos musulmanes que fue clave en el desarrollo agrícola de esta zona, una obra de 13 km visible en muchos puntos de la población y que merece un paseo en exclusiva.
El Parque de la Mejorada acoge especies de alto valor ecológico como pinos carrascos y encinas, algunas centenarias.
La abundancia de agua ha caracterizado desde siempre la vida de Alpera y de sus gentes. Parece ser que en los tiempos en que era una alquería árabe vinculada a lo que luego sería Almansa, los importantes excedentes de agua de sus fuentes se canalizaron para alimentar el riego y los molinos de Almansa.
Esta acequia, que ha contemplado por siglos la vida de Alpera, nos dará pie a recorrerla a través de la senda de los Molinos. Son 10 km de caminos fáciles que nos llevarán hacia la vega de Alpera, donde se acurrucan las huertas del pueblo. A lo largo de la acequia se fueron instalando distintos molinos hidráulicos. Nuestro recorrido nos llevará por siete de estos artefactos. Lamentablemente el tiempo ha vencido a los gigantes y los molinos harineros de agua nos irán saliendo al camino en diferentes estados de conservación, rostros cansados de días pretéritos. Quizás sea el molino de San Gregorio el que ha sabido guardar mejor su compostura. Estuvo en funcionamiento hasta los años sesenta, con una estructura que se mantuvo casi sin alteración desde sus orígenes medievales. La senda está señalizada y también puede hacerse en bicicleta.
Alpera ofrece hasta seis rutas de senderismo señalizadas y bien delimitadas. Además de la ruta de los Molinos y una ruta Periurbana, se pueden realizar otros cuatro recorridos que van a permitir acercarnos a parajes próximos de interés. Toda la información sobre estas rutas puede encontrarse en la web de turismo de Alpera.
Parque de la Mejorada.
Inspiración, cultura, arte, naturaleza, gastronomía en Alpera y ¡enoturismo! Con su nombre y sus productos, la bodega Santa Cruz de Alpera rinde homenaje a su origen. Santa Cruz en recuerdo de la Vera Cruz que descubrimos en la capilla de Santa Marina, para la que el pueblo de Alpera reserva también un templete en el parque de la Mejorada, donde cada 3 de mayo llega en procesión. Los vinos de esta bodega siguen proclamando sus raíces: Cueva del Chamán, Rupestre de Alpera… Activismo de futuro, con orgullo por el pasado.
Muestra de arte urbano.
RUTAS DE ARTE
El arte es una buena excusa para conocer Alpera. Se trata de un recorrido por doce puntos estratégicos de la población a través de una colección de obras de arte urbano, fruto de un concurso de intervenciones pictóricas. Todas las obras tienen la coherencia de un soporte común que apela a la tradición enológica del pueblo, pero muestran diferentes estilos y visiones artísticas enriqueciendo el paseo urbano.
GUÍA PRÁCTICA
LOCALIDADES
Alpera.
MEJORES FECHAS
Cultura: todo el año. Naturaleza: primavera y otoño.
RECOMENDADO PARA…
DURACIÓN DE LA ESTANCIA
Escapada de fin de semana o puente.
IMPRESCINDIBLES
Cueva de la Vieja, pozo de nieve, iglesia de Santa Marina, parque de la Mejorada.
MÁS INFORMACIÓN
El templo de Santa Quiteria se encuentra ubicado en la parte alta de la población.
Dos pequeñas geografías manchegas donde encontrarse con grandes capítulos de la historia y el arte, el mundo ibero y nuestro pasado musulmán. En medio de paisajes de páramo sigue la sorpresa de una naturaleza de agua salada que protege y multiplica la vida. Los caminos hablan y cuentan historias en estas dos localidades, dignifican la naturaleza, las obras de pastores o agricultores, los caminos de trashumancia o el valor del agua en la vida cotidiana. Son rutas para descubrir cosas muy grandes contadas desde la sencillez de las vivencias.
Higueruela se ubica en una altiplanicie con zonas de montaña al norte y noroeste, por donde discurre la sierra de Higueruela, con varias cumbres de 1.245 m de altitud en el pico del Molatón, que por aquí todos llaman familiarmente el Mojinete. Esta geografía de meseta extrema ha propiciado la creación de parques eólicos en la zona. Aquí se encuentra la mayor instalación eólica del mundo, la Casa de los Molinos, que alberga el Aula de la Energía de Higueruela, todo un referente formativo para el mundo de las renovables. La visita está abierta exclusivamente para grupos.
IDEAL PARA…
Para pasar un día saludable, solo tenemos que abandonar el coche y dedicarnos a caminar y pasear por Higueruela. Mientras avanzamos hacemos ejercicio, pero también guardamos imágenes, recuperamos olores, nos llenamos la retina de colores y ese equilibrio que transmite la tierra resulta inspirador de proyectos e ilusiones.
La Higueruela más antigua zigzaguea sobre cerros y laderas, en calles empinadas y estrechas. La población actual se expande en el llano procurando espacios más amplios y organizados. El templo neoclásico de Santa Quiteria, patrona del pueblo, constituye una atalaya entre cerros en la parte alta. Ya en las alturas, merecerá la pena también pasear por el cerro Santa Barbara, donde se ubica la ermita del mismo nombre, construida en el siglo xviii sobre los vestigios de castillo árabe. También en la parte vieja encontraremos el antiguo ayuntamiento, hoy convertido en albergue de peregrinos del Camino de Santiago, así como la plaza Mayor, con su olmo, recuerdo de otro árbol ancestral que propició bajo su sombra innumerables tertulias y encuentros.
La situación geográfica de Higueruela ha propiciado la creación de la mayor instalación eólica del mundo, la Casa de los Molinos.
El patrimonio natural de Higueruela se presenta de forma muy amistosa al viajero, organizado en rutas que en ocasiones se entremezclan favoreciendo la personalización del camino.
Saliendo del núcleo urbano hacia Hoya Gonzalo comienza una ruta de árboles singulares que nos llevará a conocer 17 árboles únicos, árboles y arboledas que destacan por su tamaño unos, otros por su antigüedad o rareza, o bien porque atesoran la complicidad de los lugareños por representar valores especiales para la comunidad.
Higueruela cuenta con abundantes aguas subterráneas, algunas de las cuales acaban en la laguna de Salobralejo y otras muchas encuentran salida a través de 16 fuentes naturales unidas en una ruta bastante amplia, que podemos acortar según nuestra disponibilidad. Algunas fuentes son privadas, pero seis de ellas son fuentes concejiles, de uso común para el pueblo. Visitarlas no solo nos dará pie a surtirnos de buena agua, también podremos conocer un patrimonio histórico vinculado a la vida cotidiana de Higueruela: lavaderos, acequias, abrevaderos, la noria de sangre, etc. Un camino magnífico para días de calor por el incentivo del agua y los alrededores de muchas de estas fuentes, amigos de chopos y olmos.
Restos arqueológicos de población musulmana de La Graja.
ALQUERÍA DE LA GRAJA
Legado andalusí, La Graja fue una pequeña población musulmana. Se cree que sus 200 habitantes podrían haberse dedicado a la producción de lana, actividad habitual en la medina de Chinchilla. El entorno de inseguridad por la reconquista hizo que la alquería desapareciera a finales del siglo xi. Al yacimiento se llega a través de una ruta señalizada que parte de Higueruela y es perfectamente accesible también en coche. Está preparado para la visita autoguiada mediante paneles explicativos. Es un legado único que permitió descubrir la primera mezquita rural de Albacete. Una gran visita que no hay que perderse.
Los cucos, construcciones realizadas en piedra seca, eran utilizados como refugio por agricultores y pastores.
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El coche puede seguir estacionado. Nos valen los pies para recorrer caminos de trashumancia. La Cañada Real de los Serranos une Cuenca con el levante, pastos de verano e invierno, y atraviesa de noroeste a sureste toda Higueruela. Las cañadas eran autovías para pastores y rebaños, pues alcanzaban hasta 75 m de anchura. A su vera o en las proximidades descubriremos instalaciones pecuarias, como corrales, descansaderos, abrevaderos en las fuentes, etc. Entrando en Higueruela por la Cañada Real, nos toparemos con la cueva «Horadá» que dicen los lugareños, una cueva natural usada para guardar algún rebaño de ovejas y que hoy forma parte de las rutas de senderistas y ciclistas.
Desde Higueruela también se pueden acometer dos rutas senderistas que nos acercarán a los cucos, construcciones tradicionales de piedra seca, forma cilíndrica y remate en cúpula que eran utilizadas como refugio en medio del campo por pastores y agricultores. Otras rutas que pueden recorrerse en Higueruela con la categoría de senderos federados y señalizados nos llevarán hasta la laguna de Salobralejo o Salobrejo, el pico Molatón o la alquería de La Graja.
Toda la información está disponible en la web del Ayuntamiento de Higueruela. Desde la entidad colaboran además para ofrecer visitas guiadas a grupos tanto a la alquería de La Graja como a la laguna de Salobralejo, o también otras visitas especializadas. Antes de ir a Higueruela conviene consultar su agenda cultural, que cuenta con citas muy variadas que enriquecerán nuestra estancia.
SENDERISMO Y NATURALEZA
Higueruela cuenta con la naturaleza excepcional del humedal salino de Salobrejo, un espacio con una naturaleza diferencial en el páramo manchego, escenario privilegiado para el senderismo y la observación de aves del medio acuático. Tanto Higueruela como Hoya Gonzalo están integradas en el Área Esteparia del Este de Albacete, un zona ZEPA de especial protección para las aves. Higueruela cuenta con una ruta de senderismo y avistamiento de aves que puede realizarse a pie. Hoya Gonzalo ofrece una ruta BTT especialmente dedicada a amantes de la naturaleza y el avistamiento de aves.
El crucero del tramo de Levante del Camino de Santiago marca los mil kilómetros que restan para concluir la peregrinación.
Apenas 10 km separan Higueruela de Hoya Gonzalo. Si en La Graja pudimos retroceder hasta el tiempo de los musulmanes, en Hoya Gonzalo nuestro reloj histórico continúa hacia atrás y nos llevará al mundo de los iberos. A 4 km de la población en dirección hacia los Altos de Chinchilla se ubica la necrópolis ibera de los Villares.
Los Villares no es un yacimiento cualquiera, es uno de los grandes tesoros de la civilización ibera. Imprescindible unir la escapada a Hoya Gonzalo con una visita al Museo de Albacete, que alberga la riquísima colección de este yacimiento. Entre otras piezas, encontraremos dos esculturas que representan jinetes a caballo, una de las cuales alcanza una altura de 180 cm, la figura ibera más grande que conocemos. También de esta necrópolis proceden numerosas piezas correspondientes a un banquete funerario: cerámicas de importación, vasos de cerámica vidriada, etc.
Los trabajos de laboreo de un pequeño bancal en Hoya Gonzalo iban sacando a la luz progresivamente distintos hallazgos arqueológicos. La construcción de una carretera en la zona agilizó la excavación encontrándose una necrópolis ibérica de la que se han excavado 18 tumbas, algunas con importantes ajuares mortuorios. Muchos de estos hallazgos se deben a la voluntad de un profesional local, Santiago Núñez Delicado. Bajo su dirección se ha abierto en Hoya Gonzalo el Museo Etnológico Camino de la Cruz, guardián de la memoria de la población.
Hoya Gonzalo conserva el recuerdo de su pasado más reciente, trabajos de pastores y agricultores, arquitectos sin estudios, pero grandes constructores de piedra seca. En la localidad se pueden encontrar hasta 40 cucos y chozas tradicionales. Es fácil topárselos al paso, pero existen unas rutas específicas que facilitan la excursión y aseguran los hallazgos. Toda la información la ofrecen en el ayuntamiento.
En el núcleo urbano podremos conocer el templo parroquial de Nuestra Señora de los Remedios, de estilo renacentista, y un molino de viento de estructura tradicional levantado en tiempos de Don Juan Manuel, allá por el siglo xiv, restaurado muy recientemente. El gigantón reside en un parque con abundante vegetación que ofrece un gran espacio para el pícnic, el paseo, la lectura o el simple ejercicio del pensamiento. ¿Se puede pedir más?
¡Ah! Qué no se nos olvide de paso por Hoya Gonzalo o Higueruela pisar viñedos y sumar la sorpresa de la garnacha tintorera, además de una experiencia de enoturismo en alguna de sus bodegas. En Higueruela nos esperan Bodegas Cano y las de Tintoralba, la antigua cooperativa Santa Quiteria. Viñedos, encuentros telúricos con pueblos tocados por las musas, gentes creativas que conviene visitar para no caer en abstracciones inútiles. Ya lo decía Béla Hamvas, un filósofo húngaro del vino.
Molino de viento de estructura tradicional que data del siglo xiv.
GUÍA PRÁCTICA
LOCALIDADES
Higueruela y Hoya Gonzalo.
MEJORES FECHAS
Todo el año, excepcional: primavera y otoño.
RECOMENDADO PARA…
DURACIÓN DE LA ESTANCIA
2 o 3 días + 1 día en Albacete.
IMPRESCINDIBLES
Museo de Albacete, Museo Hoya Gonzalo, laguna de Salobralejo, La Graja.
MÁS INFORMACIÓN
Las lagunas de Pétrola y Salobralejo constituyen unos ecosistemas de gran valor ecológico incluidos en la Red Natura 2000.
Al sur de nuestra ruta del vino, principalmente a través de Higueruela, podremos acceder a un conjunto de lagunas saladas de gran valor ecológico, casi una veintena de humedales que conviven con campos de cultivo y zonas esteparias. Aportan un gran valor para la biodiversidad del territorio. La importancia de estos ecosistemas y los valores ecológicos que implican han llevado a incluir estos humedales salinos dentro de la Red Natura 2000 y han sido declaradas zonas de especial conservación (ZEC). Son tierras privilegiadas durante todo el año para amantes de la naturaleza y de la observación de avifauna.
Las lagunas se ubican en tierras de la D. O. Almansa, al sur del territorio de la ruta del vino. Estos humedales salinos se extienden a lo largo de los municipios de Herreruela y sus vecinos Pétrola, Chinchilla de Montearagón y Corral-Rubio. Los valores ecológicos que defienden estas lagunas han llevado a incluirlas dentro de la Red Natura 2000 como zona de especial conservación (ZEC). El acceso más sencillo es desde Higueruela u Hoya Gonzalo, aunque también lo tenemos muy fácil tras realizar una visita de enoturismo a las bodegas de Pepe Rodríguez de Vera, en Chinchilla.
La formación de estas lagunas saladas se debe a la presencia de cuencas endorreicas, es decir, áreas en las que el agua no encuentra una salida fluvial hacia el océano o un sistema de drenaje natural. Las precipitaciones que pueden caer en esta zona endorreica permanecen allí y su desaparición solo se produce por infiltración o evaporación, lo que contribuye a la concentración de sales en el agua. Estas sales proceden de la disolución de las rocas sedimentarias que el agua encuentra en su estancamiento. Cuando el aporte de agua de lluvia es menor que la evaporación y no existen otras contribuciones de aguas subterráneas, se producen los saladares, con la consiguiente desaparición de agua. Hablamos por tanto de humedales sujetos a una gran estacionalidad, hasta el punto de que alguno incluso podría desecarse en época estival.
IDEAL PARA…
Las lagunas de Pétrola y Salobralejo constituyen unos ecosistemas de gran valor ecológico incluidos en la Red Natura 2000.
El complejo lagunar está formado por una veintena de humedales salados que convergen en cuatro cuencas endorreicas: Pétrola-Horna, Salobralejo, Corral-Rubio y La Higuera. A partir de estas cuatro cuencas pueden eslabonarse diferentes rutas de naturaleza y ornitología. Puede encontrarse información sobre accesos a las lagunas en la web del Ayuntamiento de Higueruela, en el desplegable de la laguna de Salobralejo.
El humedal más grande es el de Pétrola, protegido además bajo la figura regional de reserva natural. Se trata de una laguna permanente, ya que la alimentación de aguas no solo procede de lluvia, también de capas freáticas. Pétrola supone el drenaje natural de una cuenca endorreica a la que pertenecen también otras lagunas más pequeñas y estacionales, como la de Horna y Hoya Usilla. Cuenta con un observatorio de aves instalado en las dependencias de una antigua salinera. En julio y agosto, podremos toparnos en una parte de la laguna con bañistas de lodo en busca del poder terapéutico de sus fangos.
La laguna de Salobrejo o Salobralejo, de ambas formas se dice, es la segunda en extensión, pertenece al municipio de Higueruela y es también un humedal permanente de gran biodiversidad. Las lagunas de Corral-Rubio se encuentran próximas a la población del mismo nombre. Son humedales de tipo estacional y poca profundidad. Las lagunas de La Higuera son las más meridionales del complejo. La cuenca está formada por multitud de pequeños humedales. El más extenso e interesante corresponde a la laguna del Saladar o San José, humedal de carácter permanente.
Las lagunas constituyen un importante lugar para la avifauna.
La presencia de lagunas en estas zonas de uniformidad esteparia aporta dinamismo al paisaje, dulcifica la aridez de las planicies y genera una vegetación peculiar en las orillas de los humedales, muy diferente al entorno, constituida por juncales, carrizos, eneas y plantas de ambientes húmedos. Además, las lagunas van cambiando de color a lo largo del año, reflejando así las diferencias de concentración salina, las variaciones en la profundidad del agua o la climatología, sumando cromatismos inesperados a estas tierras.
Y si a eso le añadimos los cambios de color de la viña según las estaciones del año, con la variación cromática de las lagunas tendremos al menos cuatro motivos cada año para hacer una escapada de enoturismo y naturaleza por estas tierras vecinas de la Ruta del Vino de Almansa.
AVISTAMIENTOS EN ÁREAS ESTEPARIAS
De forma complementaria al birding en las lagunas, se pueden hacer avistamientos de aves en las tierras parameras de los municipios de la Ruta del Vino de Almansa. Estos espacios se conocen como Área Esteparia del Este de Albacete y están amparados como zona especial de protección para las aves (ZEPA). Se extienden por los municipios de Almansa, Alpera, Higueruela y Hoya Gonzalo, entre otros. A través de la plataforma www.albacetebirding.com pueden encontrarse distintas rutas de avistamiento de aves en esta ZEPA, realizables a pie o en BTT.
Las lagunas y su entorno acogen una avifauna muy variada, en torno a 200 especies de aves a lo largo de todo el año. Abundan las aves de entornos acuáticos, pero también podremos encontrarnos especies terrestres, aves que utilizan las lagunas en la época de cría o como zona de descanso en las largas migraciones. Todo ello contribuye a la gran riqueza de estos paisajes excepcionalmente humildes, pero enormes para el medio ambiente.
Durante el verano, coincidiendo con el período de reproducción, podremos encontrarnos con aves como la avoceta, a la que parecen gustar especialmente estas lagunas por el número de parejas que aquí nidifican y su presencia en casi todos los humedales, incluso en invierno. También nos toparemos en verano con la picaza piconegra, el chorlitejo patinegro y el fumarel cariblanco. En años especialmente lluviosos llegan a crearse colonias de gaviotas reidoras.
Entre las especies invernantes en los humedales, encontramos al silbón europeo, la cerceta común, el ánade rabudo y algunas especies que realmente son residentes todo el año, como el ánade azulón, la cuchara común o el porrón europeo. También son «amigos y residentes» en la zona otras aves, como el ánade friso, el pato colorado, el tarro blanco o el avefría, aunque el número de parejas es menor que en el primer caso y, por tanto, más difíciles de encontrar.
Entre las especies de paso, podremos observar al fumarel común durante el mes de julio en migración posnupcial y, ocasionalmente y durante los inviernos, a la grulla. También podremos toparnos con rapaces vinculadas a estos humedales, como el aguilucho lagunero, residente todo el año y con nidificación de algunas parejas.
¡PAJAREAR!
No hay que ser un experto para empezar con el avistamiento de aves, pero hacen falta algunos mínimos.
El flamenco, especie vulnerable, encuentra en la laguna de Pétrola un hábitat adecuado para la reproducción y cría.
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Entre las especies de gran interés que podremos encontrarnos en las lagunas saladas destacan los flamencos. Estos humedales constituyen uno de los pocos lugares donde crían fuera de las costas. Otra especie excepcional en estas lagunas es la malvasía, en grave peligro de extinción en Castilla-La Mancha y a nivel nacional. En años lluviosos, la malvasía llega a nidificar en casi todas las lagunas del complejo. Con esta misma consideración de ave en peligro de extinción se encuentran la garcilla cangrejera, la focha cornuda o el porrón pardo.
En las lagunas no todo es ver, hay que aprender a escuchar esos silencios poblados de universos sonoros, que antes resultaban imperceptibles y que ahora pueden convertirse en miles de silencios distintos. Desde el silencio, además, es mucho más fácil escucharse a uno mismo.
GUÍA PRÁCTICA
LOCALIDADES
Higueruela y otras localidades próximas.
MEJORES FECHAS
Todo el año, excepcional: primavera.
RECOMENDADO PARA…
DURACIÓN DE LA ESTANCIA
Escapada de fin de semana o puente.
IMPRESCINDIBLES
Lagunas de Pétrola e Higueruela.
MÁS INFORMACIÓN
www.turismocastillalamancha.es (Folletos de ornitología)
ALMANSA
FIESTAS MAYORES
Fechas de celebración: del 30 de abril al 6 de mayo.
Fiesta de Interés Turístico Internacional
Fiestas en honor de la patrona de Almansa, la Virgen de Belén. La celebración tiene una doble vertiente. Por un lado, la fiesta de las calles engalanadas, los encuentros de gachamigueros, concursos de charangas, desfiles organizados por la Junta Festera de Calles, entre otras muchas propuestas. Por otro lado, las comparsas de moros y cristianos. Especial interés tiene la Embajada Mora Nocturna que escenifica la toma del castillo. El ayuntamiento promueve otros actos, como la serenata, la ofrenda floral a la patrona, la monumental mascletá de las dos de la tarde, actuaciones musicales nocturnas, etc. Junto con la Sociedad de la Virgen y la Sociedad de Pastores, se celebran también funciones religiosas y la procesión en la que participa toda Almansa.
ALMANSA
RECREACIÓN HISTÓRICA DE LA BATALLA
Fecha de celebración: fi n de semana más próximo al 25 de abril.
Para conocer todos los detalles de esta recreación consulta la ruta correspondiente.
ALPERA
FIESTAS DE MAYO Y SEPTIEMBRE
Fechas de celebración: 3 de mayo y 14 de septiembre.
Las fiestas mayores de Alpera se celebran en honor a la Santísima y Vera Cruz, patrona de la localidad. El acto más solemne de la celebración tiene lugar el 3 de mayo. Durante la mañana se entona el himno de Alpera y por la tarde se reparten los rollicos, repostería ancestral que ese día no faltará ni en la romería ni en ninguna mesa alperina. En honor a la patrona, el día 1 de mayo se bailan las manchegas de Alpera en la puerta de la iglesia, coincidiendo con la ofrenda floral, donde brilla el fervor religioso y destacan los trajes tradicionales de las jóvenes de Alpera ejecutando la danza. El día 14 de septiembre tiene lugar la Exaltación a la Santísima y Vera Cruz, una romería que en esta ocasión toma la calle como escenario de la fiesta.
HIGUERUELA
FIESTAS DE SANTA QUITERIA
Fechas de celebración: 21 al 24 de mayo.
Las fiestas mayores en honor de la patrona del pueblo se celebran cada año contando con la organización de los hombres y mujeres nacidos o residentes en Higueruela en un mismo año. Al finalizar las fiestas, el grupo cede el testigo a los miembros de la siguiente quinta. A los actos religiosos se unen otras celebraciones de carácter más lúdico, como el reparto del tradicional rollo, amenizado por la banda de música de Higueruela, la hoguera y el castillo de fuegos artificiales, los concursos de gazpachos manchegos, la verbena y las charangas. Y no falta el vino de Santa Quiteria, patrona de la cooperativa y los agricultores de Higueruela.
CARNAVAL DE HIGUERUELA Y HOYA GONZALO
Fechas de celebración: según calendario religioso.
Son fiestas muy participativas. En Hoya Gonzalo el primer sábado de carnaval se celebra un concurso de disfraces y al domingo siguiente tiene lugar el carnaval infantil. El segundo sábado de carnaval se festeja la Fiesta de la Piñata, con gran participación. Ese día, la clave no es el disfraz, es la fiesta, la alegría, pasárselo bien y optar a los numerosos premios que se establecen para quienes logren abrir la piñata.
En Higueruela también se celebra un carnaval muy animado. La fiesta comienza el sábado anterior al Miércoles de Ceniza. Hay desfile de carrozas, baile de disfraces y muchos premios. El martes los protagonistas pasan a ser los más pequeños con la celebración del carnaval infantil.
Los desfiles de moros y cristianos son parte principal de las fiestas mayores.
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