Si yo quedara abandonado en una isla desierta y solo pudiera tener un libro conmigo, es muy posible que escogería Tú puedes sanar tu vida, de Louise L. Hay.
Este libro no solo constituye la esencia de una gran maestra, sino que también es la poderosa y muy personal declaración de una gran dama.
Louise comparte algo de su viaje al lugar donde se encuentra en su actual evolución, en este maravilloso nuevo libro. Resoné con admiración y compasión a su historia —esbozada demasiado brevemente aquí, en mi opinión, pero quizá ese sea otro libro.
Lo que trato de decir es que todo está aquí. Todo lo que se necesita saber acerca de la vida, sus lecciones y cómo trabajar con uno mismo, se encuentra aquí. Y esto incluye las referencias de Louise a los probables patrones mentales detrás de las enfermedades, lo cual resulta verdaderamente notable y singular —de acuerdo con mi experiencia, una persona que se encontrara en una isla desierta y hallara este manuscrito en una botella podría aprender todo lo que necesita saber para obtener resultados en esta vida.
Se trate o no de una isla desierta, si tú encontraste tu camino hacia Louise Hay, quizá incluso «accidentalmente», entonces vas ya rumbo a estos conocimientos. Los libros de Louise, sus notables grabaciones para sanar y sus inspirados talleres son maravillosos dones en un mundo turbulento.
Debido a mi profunda implicación en el trabajo con personas víctimas del sida, tuve oportunidad de conocer a Louise y utilizar algunos conceptos de su trabajo curativo.
Cada una de las personas con sida con quien trabajé y para quien reproduje la grabación de Louise, «Un enfoque positivo para el sida», captó el mensaje de Louise al escucharla por primera vez —y muchos enfermos hicieron que parte de su ritual cotidiano para curarse fuera el de escuchar esta grabación. Un hombre llamado Andrew me dijo: «¡Me acuesto con Louise y me levanto con ella todos los días!».
Mi respeto y amor hacia Louise fue creciendo en la medida en que fui observando que mis amadas personas con sida hicieron sus transiciones enriquecidas, en paz y completas —más llenas de amor y perdón hacia sí mismas y hacia todos los demás por haber contado con Louise en sus vidas—, y con un respeto tranquilo por haber creado esa precisa experiencia de aprendizaje.
Durante toda mi vida he tenido el regalo de muchos maestros maravillosos, algunos de ellos santos, estoy seguro, e incluso quizá arquetípicos. Y, sin embargo, Louise es una gran maestra con quien uno puede hablar, con quien uno puede estar, debido a su enorme capacidad para escuchar y amar, mientras está lavando los platos (de la misma manera, otra maestra a quien considero maravillosa hace una espléndida ensalada de papas). Louise enseña con el ejemplo y vive lo que enseña.
Es un honor para mí invitarte a hacer de este libro parte de tu vida. Tú y el libro valen la pena.
Dave Braun