El boyero de Berna es una de las cuatro variedades de la raza de los boyeros suizos, que son: el gran boyero suizo, el boyero de Berna, el boyero de Appenzell y el boyero de Entlebuch.
Cada una de estas variedades posee unas particularidades definidas y un área de actividades específicas. Todos ellos son magníficos perros de familia. Su pelaje tricolor, diseminado de unas marcas y manchas repartidas equilibradamente, constituye uno de los elementos responsables del éxito de esta raza.
Hoy en día, los boyeros suizos son conocidos y apreciados en todo el mundo, algo que se debe, entre otros, a Albert Heim y Franz Schertenleib, que fueron los promotores de la raza.
El boyero de Berna es la más conocida de las cuatro variedades. Originariamente se llamaba Dürrbachler, el nombre de una aldea del cantón de Berna en el que estaba difundido.
En 1902 se presentaron los primeros ejemplares en las exposiciones. El Club Suizo del Dürrbachler se fundó en 1907, y el primer estándar se redactó tres años más tarde. Actualmente, el Club Suizo del Boyero de Berna cuenta con diez mil miembros, y en 1994 se inscribieron 707 boyeros de Berna en el Libro de Orígenes suizo. Ese mismo año, con motivo de la Exposición Mundial en Berna, se expusieron 326 ejemplares. Sin embargo, el gran éxito de esta variedad también ha conocido la otra cara de la moneda y, como todas las razas que se ponen de moda, ha sido objeto de una reproducción intensiva que ha ido en detrimento de la calidad. Este es un hecho que he podido constatar en muchos países en los que he tenido el placer de juzgarlos.
El objetivo de un verdadero criador es producir ejemplares que se aproximen lo máximo posible al estándar y que tengan un buen carácter, además de criar una cantidad razonable de cachorros de calidad. Creo que este libro tendrá una muy buena acogida por los aficionados a la raza.
Quisiera felicitar a Sylvie Reanud y a Editorial De Vecchi por la realización de esta obra, a la que deseo mucho éxito porque, sin duda, el boyero de Berna se lo merece.
ÉDOUARD GUTKNECHT
(Juez suizo, criadero de Vernêts, bóxer y San Bernardo)

La meta de un auténtico criador es producir un ejemplar lo más parecido posible al estándar