Nuestro mundo y la Tierra de los Dioses han cambiado de manera considerable a lo largo de los años. Y aunque tengo muchos muchos siglos de edad, en verdad no estaba viva durante la época de los dioses. Sin embargo, mis poderes de vidente me dan una visión de algunas cosas del pasado que muchos no poseen, y he combinado eso con conocimientos de primera mano obtenidos a lo largo de mi vida para compilar la siguiente lista de datos que deberían ayudar a poner algunas cosas en perspectiva. No obstante, ten en cuenta, por favor, que la comprensión evoluciona, siempre surgen nuevas verdades y las cosas cambian a medida que los destinos se desvelan.
Al principio:
Muchos creen que los Primigenios crearon el aire, las tierras, los mares, los mundos y todo lo que hay entremedias. Después de todo, se sabe poco acerca del principio, y era mejor así para que la gente tuviese fe. Más fácil. Más seguro. La verdad era mucho más complicada y peligrosa porque todo nuevo principio conlleva el riesgo de un nuevo final.
Nuestro principio empezó cuando solo había estrellas hechas de esencia cruda en estado libre, y permaneció así hasta que Orsus, la más grande y brillante de todas ellas, entró en erupción. La explosión lanzó ondas de poder en todas direcciones que creó tierras yermas y montañas donde antes no había existido nada más que una enorme vaciedad.
A lo largo de los siguientes milenios, las estrellas comenzaron su descenso hacia los mundos no tan yermos. Algunas cayeron en zonas donde grandes criaturas aladas gobernaban los cielos, y otras en tierras separadas por enormes extensiones de agua. Esas estrellas se enterraron muy hondo en la tierra creada por Orsus, y alimentaron a la tierra mientras esta los alimentaba a ellos hasta que se levantaron para caminar convertidos en los Antiguos.
Con los ojos llenos de todos los colores de sus orígenes, eran seres de un poder absoluto, ni buenos ni malos, pero las grandes bestias aladas que gobernaban el cielo no los recibieron de buena gana y sus batallas casi destruyeron los mundos, hasta que se estableció una tregua precaria. Llegó la paz, pero durante ese tiempo, diez de los Antiguos empezaron a soñar con lo que estaba por venir. Vieron la verdad en el poder absoluto. Era inevitable que corrompiera. En su intento por prevenirlo, los diez crearon a los primeros Primigenios, con lo que dividieron su poder compartiendo partes de su energía entre sus descendientes, que se diseñaron para estar más allá de toda necesidad o deseo a fin de garantizar que siempre hubiese un equilibrio inmaculado.
La paz continuó y comenzó la concepción, a medida que los Antiguos crearon preciosos seres elementales y criaturas pesadillosas nacidas de las partes más oscuras y profundas de los mundos. Se crearon Primigenios nuevos de la tierra, mientras otros entraban en Arcadia para su tiempo de descanso. Durante este tiempo, jamás se plantearon siquiera pelearse o matarse los unos a los otros, y la procreación era solo por afán de multiplicarse. Los Primigenios engendraron a los dioses y las tierras prosperaron de manera armoniosa, pero esos diez Antiguos aún soñaban. Sabían lo que se avecinaba.
Hay quien podría decir que la caída de los Antiguos y lo que estaba por venir empezó con el joven Primigenio de la Vida y su curiosidad insaciable. Fue él quien creó a los primeros seres duales, lo cual consolidó la tregua entre los que caminaban y los que gobernaban los cielos. Fue él quien creó a los mortales, no a imagen y semejanza de los Primigenios y los dioses, sino al modo de los Antiguos, que nacieron de las estrellas.
El desarrollo de los mortales no estaba tan restringido como el de los Primigenios. El joven Primigenio de la Vida quería que tuvieran lo que ellos no tenían: libre voluntad. Y con ella vino la capacidad para sentir emoción. Así que, a medida que pasaba el tiempo y los Primigenios y los dioses interactuaban con los mortales, se volvieron más curiosos y cautivados por todas las cosas que sentían los mortales.
Se volvieron más como ellos.
Los Antiguos no estaban tan vinculados a los mortales como los Primigenios, pero de todos modos les gustaban. Verás, durante muchísimos milenios, los Antiguos vieron la belleza que había en todo, pero eran tan viejos como el tiempo mismo y, por benévolos y equilibrados que hubiesen sido, empezaron a ver solo el duro precio de la creación sin límites. A medida que los mortales se reprodujeron y se extendieron, atestando las tierras y destruyendo cada vez más de lo que había antes que ellos, los Primigenios mismos se volvieron más parecidos a los mortales y acabaron por desarrollar la propia voluntad y la capacidad para sentir un afecto profundo. Y nada es más poderoso que la capacidad para sentir y amar.
Muchos de los Antiguos empezaron a ver a sus creaciones, desde los dioses hasta los mortales, como parásitos egoístas. Al darse cuenta de que los mortales no podían coexistir con la tierra, y de que los Primigenios empezaban a estar desequilibrados por influencia de los mortales, los Antiguos decidieron retirar lo que habían dado. Decidieron purificar los mundos. Sin embargo, los Primigenios se rebelaron, junto con los mortales, y los Antiguos cayeron. Y aunque algunos se marcharon a lugares donde descansar, otros permanecieron atrás para garantizar el equilibrio y se convirtieron en los Arae. Los Hados.
Y la evolución continuó.
El primer Primigenio se enamoró. Y los Arae también empezaron a sentir emociones. Esto preocupó a los Hados. Temían que esos sentimientos pudiesen utilizarse como armas, así que intervinieron, con la esperanza de disuadir a los otros. Pero cometieron uno de sus mayores errores.
Convirtieron el amor en la verdadera debilidad de los Primigenios.
No obstante, para entonces ya era demasiado tarde. Otro Primigenio se había enamorado. Y luego otro. Con el tiempo, los Primigenios empezaron a sentir otras emociones. Alegría y tristeza. Emoción y miedo. Esperanza y amargura. Empatía y celos. Y por supuesto, amor y odio. Empezaron a vivir, y al igual que con todos los seres que tienen elecciones, algunos se volvieron corruptos, incontrolables y obsesivos.
Y lo que los Antiguos habían soñado hacía tantísimo tiempo continuó adelante a pesar de su interferencia. El equilibrio de los mundos se volvió cada vez más inestable a medida que los Primigenios luchaban entre sí, aunque nunca fueron más que escaramuzas, nunca una guerra sin cuartel.
Nunca nada que amenazase la mismísima estructura de los mundos.
Hasta ahora.
Para empezar nuestro viaje de descubrimiento, echemos un vistazo a los Antiguos…
Nota: parte de esta información ya se aportó en el glosario, pero si no lo has leído antes de tener acceso a este archivo, dicha información se reitera y expande aquí.
Antiguos:
Estrellas caídas que crearon los mundos y se levantaron para caminar por sus tierras. Con el tiempo dividieron su poder entre creaciones de su propia carne: los Primigenios. A medida que avanzaba el tiempo, se cansaron de ver cómo cuidaban los Primigenios, los dioses y los mortales de lo que les habían dado, y decidieron purificar los mundos. Los Primigenios unieron fuerzas con dioses, mortales, drakens y sus antepasados, los dragones, para luchar contra ellos.
Arae/Los Hados:
Los Hados: Antiguos que permanecieron atrás para garantizar el equilibrio. Hechos de energía pura, se limitaron a existir durante muchísimo tiempo. Al final, adoptaron forma mortal. Les preocupaba lo que no podían predecir y las posibilidades desconocidas o no vistas. Sin embargo, nada los preocupaba más que el poder Primigenio desequilibrado. Querían contar con algo en el caso de que un Primigenio tuviese que elevarse pero no hubiese Primigenio de la Vida para Ascenderlo. Es obvio que vieron de antemano lo que estaba por venir, pero ninguno predijo que la mismísima cosa que crearon provocaría justo lo que ellos trataban de evitar.
Entra en escena el diamante La Estrella: un recipiente lo bastante poderoso para almacenar brevemente y transferir brasas tanto volátiles como impredecibles en su estado crudo y desprotegido. Se desenterró de las entrañas de las Colinas Eternas, pero retirar el diamante hizo que la tierra quedase inhabitable. Los Arae hicieron saltar por los aires la mitad de la montaña para encontrar La Estrella, y las rocas y gases recalentados cambiaron el paisaje de manera irrevocable.
Creado por las llamas de los dragones que solían habitar el mundo de los dioses mucho antes de que los Primigenios fuesen capaces de derramar lágrimas de alegría (que también producen diamantes), era el primero de su tipo y conocido por su fuerza indestructible, su belleza irregular y serrada, y su pátina plateada.
En realidad, se trata de un Antiguo petrificado.
Se suponía que nadie excepto los Arae debían saber de su existencia. Aunque La Estrella tiene muchos usos, es probable que el más importante sea su capacidad para almacenar brasas para una transferencia, aunque solo un Arae o un Primigenio tienen el tipo de poder necesario para forzar algo semejante.
Después de los sucesos relacionados con Sotoria (detallados más abajo), un Hado le entregó La Estrella a Kolis, pero no se sabe quién fue ni por qué lo hizo. Kolis la utilizó para atrapar el alma de Eythos y la guardó en la parte superior de una jaula dorada fabricada con los huesos de los Antiguos. Al final, Sera la rescata, libera a Eythos y después la utiliza para guardar el alma de Sotoria.
Ahora, retrocedamos solo un pelín y hablemos un poco más acerca de los Primigenios, ¿te parece?
Diosas/Dioses primigenios:
Aspecto: parecen mortales, pero su aspecto preternatural varía.
Habilidades: solo diez Primigenios pueden desgarrar los mundos. Algunos Primigenios notan el sabor de las emociones. Todos los Primigenios pueden cambiar de forma. Son capaces de vincularse con drakens de sus cortes y eso les permite llamarlos en tiempos de necesidad. La mayoría de los drakens considera esto un honor, aunque algunos Primigenios fuerzan el vínculo, como Kolis. Tienen la habilidad de curarse con facilidad y pueden percibir la magia. Mientras se alimentan, son capaces de acceder a los recuerdos. Pueden sombrambular, cosa que consiste en emplear eather para transportarse al instante a donde quieren ir. Cuando están en el mundo mortal, la esencia de un Primigenio puede afectar a la actitud y la mente de los mortales y del entorno. También pueden producir electricidad.
Biología: la piedra umbra no los mata a menos que estén debilitados por el amor. Los huesos de los Antiguos pueden sumirlos en una estasis de años si se utilizan para herir. Siempre se creyó que los Primigenios no podían tener hijos con mortales. Envejecen como los mortales hasta los veinte años más o menos, momento en el cual el proceso se ralentiza muchísimo. Los Primigenios pueden pasar bastante tiempo sin alimentarse, pero si es un tiempo excesivo, se vuelven, bueno… primigenios y primitivos. Es muy difícil que les queden cicatrices y, para que la tinta permanezca en un tatuaje, deben echarle sal de inmediato. Los Primigenios son virtualmente inmortales. En el momento en que nacen o Ascienden, su esencia empieza a cambiarlos. Pueden encender fuegos y moverse a una velocidad increíble, pero todo ello está propiciado por la voluntad, no por el pensamiento. Las cadenas y celdas de hueso sí pueden contener a un Primigenio debilitado. Se sumen en una estasis si su cuerpo se ve sobrepasado o necesita curarse o recargar energía; si lo hacen, multitud de raíces crecen a su alrededor y los cubren para protegerlos. Cuando los Primigenios se enamoran, desarrollan una graeca, que en la lengua antigua significa «amor» o «vida».
Organización: cada Primigenio gobierna sobre una corte en Iliseeum, con dioses menores que los sirven (no obstante, Attes y Kyn compartían la corte de Vathi, aunque veremos más sobre las cortes más adelante). Cada corte es un territorio dentro de Iliseeum, con la tierra suficiente para que su Primigenio y sus dioses puedan hacer lo que les parezca oportuno. Todo Primigenio tiene el poder suficiente para hacer lo que le plazca, pero siempre quieren más, y sus acciones siempre tienen consecuencias. Los Primigenios no pueden hacerles exigencias a los Hados, ni tocarlos; está prohibido para mantener el equilibrio, aunque los Arae tampoco pueden ver el destino de un Primigenio elevado. Hablar siquiera de ir a la guerra con el Rey de los Dioses sería invitar al conflicto y significaría una condena en los lugares más oscuros del Abismo. Cuando el Primigenio de la Muerte se lleva un alma, nadie más puede tocarla.
Hábitos/Costumbres/Fortalezas/Debilidades: los Primigenios no necesitan sangre a menos que estén muy debilitados. Rara vez entran en el mundo mortal (si es que lo hacen); algunos van con mayor frecuencia que otros pero son conscientes de las consecuencias. No es fácil para un Primigenio percibir a un viktor. Descanso: para algunos es dormir; para otros es como un retiro. Si no desean entrar en estasis, pueden elegir entrar en Arcadia, lo cual propicia que un dios Ascienda para ocupar el lugar del Primigenio. Si adoptan su verdadera forma cuando se enfadan, se convierten en algo distinto: una personificación de la ira. Las emociones intensas pueden causar cambios físicos, como que su piel se afine, el eather brille de distintos colores, etcétera. Los Primigenios pueden ver o percibir lo que el otro está pensando o sintiendo durante los intercambios de sangre; algunos son más hábiles en esto que otros. En el mundo mortal, los Primigenios no pueden sentir la presencia de otros con la misma intensidad. Hasta que completan su Sacrificio, utilizar eather los debilita. Los Primigenios rara vez mueren; si lo hacen, eso crea un efecto dominó que puede sentirse a través de los mundos. La única manera de evitar esto es que el eather vaya a alguien que pueda soportarlo.
Durante la época de Seraphena y Nyktos, estos eran los Primigenios existentes:
Nyktos: Dios Primigenio de la Muerte; gobernaba sobre las Tierras Umbrías.
Kolis: falso Dios Primigenio de la Vida; gobernaba sobre Dalos.
Attes y Kyn: hermanos gemelos. Dioses Primigenios de la Guerra y la Concordia y de la Paz y la Venganza, respectivamente; gobernaban sobre Vathi.
Embris: Dios Primigenio de la Sabiduría, la Lealtad y el Deber; gobernaba sobre Lotho.
Maia: Diosa Primigenia del Amor, la Belleza y la Fertilidad; gobernaba sobre Kithreia.
Keella: Diosa Primigenia del Renacimiento, gobernaba sobre las llanuras de Thyia.
Hanan: Dios Primigenio de la Caza y la Justicia Divina; gobernaba sobre Sirta.
Veses: Diosa Primigenia de los Ritos y la Prosperidad, también conocida como La Diosa Eterna; gobernaba sobre las islas Callasta.
Phanos: Dios Primigenio del Mar, la Tierra, el Viento y el Cielo; gobernaba sobre las islas Triton.
No debo olvidar a los otros dioses…
Dioses:
Los dioses sirven en la corte de un Primigenio o se convierten en Primigenios ellos mismos en algún momento. Mientras están con un Primigenio, no pueden abandonar la corte en la que nacieron sin el consentimiento expreso del Primigenio gobernante. Si lo hacen sin permiso, la deserción es castigable con la muerte. Del tipo definitivo.
Durante la época de Poppy y Casteel, estos eran los dioses restantes:
Aios: diosa del amor, la fertilidad y la belleza.
Bele: diosa de la caza.
Ione: diosa del renacimiento.
Lailah: diosa de la paz y la venganza.
Penellaphe: diosa de la sabiduría, la lealtad y el deber.
Rhahar: el dios eterno.
Rhain: dios del hombre común y de los finales.
Saion: dios del cielo y la tierra / de la tierra, el viento y el cielo.
Theon: dios de la concordia y la guerra.
Aspecto: parecen mortales, pero algunos tienen eather que brilla en sus ojos.
Habilidades: los dioses no pueden sombrambular como los Primigenios, y solo los más fuertes pueden ocultar su aspecto a los demás. La neblina y el eather son extensiones de su voluntad. Algunos pueden utilizar la coacción. Otros pueden hurgar en las mentes y leer recuerdos. Y aun otros pueden proyectar pensamientos. Los dioses poderosos pueden detectar la magia. Pocos (aunque algunos) pueden cambiar de forma. Algunos son capaces de acceder a los recuerdos al alimentarse, como hacen los Primigenios. Solo los dioses más mayores y fuertes pueden producir electricidad.
Biología: la piedra umbra clavada en el cerebro o en el corazón los mata, pero si los apuñalan en cualquier otro sitio y la hoja no se retira, eso puede paralizarlos. Si sufren la más mínima herida con los huesos de los Antiguos, eso significa su muerte instantánea. Todos los dioses necesitan alimentarse, pero hacerlo de un mortal no tiene el mismo efecto para ellos que alimentarse de otro dios. Los dioses pueden pasar periodos largos sin alimentarse, pero con el tiempo eso los degenerará. El Sacrificio los lleva hasta la madurez, la cual ralentiza el proceso de envejecimiento e intensifica el eather en su interior. Su sangre es de un centelleante rojo azulado.
Hábitos/Costumbres/Fortalezas/Debilidades: ver a un dios en el mundo mortal no es inusual; se aburren en su mundo o van ahí para encargarse de algún asunto para su Primigenio. Cuando los dioses matan a algún mortal, suelen dejar los cuerpos como advertencia. Los dioses encuentran fascinantes a los mortales.
Parentesco: las deidades son descendientes de tercera generación de los Primigenios o los hijos de los dioses más allá de eso. Las divinidades son hijos de mortales y dioses. Los atlantianos elementales son los descendientes más cercanos y puros de las deidades. Muchos creen que los cambiaformas, como yo, son el resultado del emparejamiento entre un wolven y una deidad, aunque no está del todo claro. Quizá baste con tener esos linajes en alguna parte de la familia.
Y estas son solo algunas de las estirpes descendientes de los dioses. ¿Qué pasa con las otras surgidas por aquel entonces? Puesto que los drakens fueron el producto de la colaboración entre un Primigenio y los dragones, propongo que empecemos por ahí.
Drakens:
Hace muchísimo tiempo, existían dragones en ambos mundos, incluso antes de los Primigenios y los dioses en la época de los Antiguos. Cuando aparecieron los Primigenios y los dioses, Eythos entabló amistad con los dragones. Quería aprender sus historias y leyendas, así que, como era poderoso, joven e impulsivo, les ofreció darles forma mortal para que pudiesen comunicarse. Algunos aceptaron esa vida dual (el primero fue Nektas), y los descendientes de aquellos primeros se conocen como los drakens. A continuación, Nektas y Eythos crearon a los mortales.
Aquí tienes algo más de información acerca de los drakens:
Aspecto: en su forma de dios, parecen mortales, excepto por unas tenues crestas en la piel que parecen escamas. Estas escamas aparecen en distintas partes del cuerpo en cada momento, según lo cerca que están de transformarse. En otros momentos, los drakens parecen dragones: cola con púas, cuernos, alas, una gorguera alrededor de la cabeza, ojos con pupilas verticales y escamas de tacto correoso. Los ojos de todos los drakens eran de un brillante tono zafiro hasta que Kolis alteró el equilibrio. Después, se volvieron color rojo sangre. Cuando Sera adquirió todo su poder, se volvieron azules de nuevo.
Habilidades: saben cuándo el Primigenio con el que tienen una relación más estrecha ha resultado herido y siempre pueden sentir a los Primigenios. Los drakens son inmunes a los cambios que la esencia de un Primigenio impone a los que están a su alrededor. Pueden herir a los Primigenios de gravedad, pero no pueden matarlos. Al igual que los Primigenios, los drakens son virtualmente inmortales. Su fuego quema a través de cualquier cosa.
Biología: tienen los sentidos muy aguzados. Los drakens pasan los seis primeros meses de su vida en forma mortal; después se transforman y suelen permanecer en sus formas de draken durante los primeros años (la forma en la que se encuentran más cómodos). Maduran igual que un dios durante los primeros dieciocho o veinte años, después dan un estirón en su forma de draken. Comparan el hecho de transformarse con quitarse una ropa demasiado apretada. La reproducción es complicada, y pueden pasar varios siglos sin que nazca una cría.
Hábitos/Costumbres/Fortalezas/Debilidades: durante la adolescencia y principios de la veintena, pueden morir a causa de una herida en la cabeza o en el corazón, igual que un dios. Muchos drakens perdieron la vida cuando Kolis se convirtió en el falso Primigenio de la Vida. Los drakens no siempre son del todo conscientes de su entorno, lo cual hace que con frecuencia los muebles y los que están a su alrededor reciban golpes o empujones (aunque a menudo me pregunto si en realidad sí lo saben y simplemente eligen parecer no darse cuenta). Para la mayoría, el vínculo con un Primigenio es una elección y un motivo de orgullo. Los vínculos no se transfieren de manera automática; así, cuando su Primigenio muere o entra en Arcadia, el vínculo se corta. Los drakens tienen prohibido atacar a un Primigenio, pero no a miembros de su corte. Cazadores por naturaleza, comen prácticamente de todo, incluidos dioses y mortales. Las cadenas de hueso no tienen ningún efecto sobre ellos. Solo los drakens, y aquellos que han Ascendido, pueden entrar en el Valle. Las crías pueden dormir en medio de un gran estruendo, incluso en medio de una guerra.
Cultura: los drakens no celebran ceremonias en honor de sus muertos porque saben que han seguido su camino. Cuando es posible, alguien cercano al fallecido quema el cuerpo pocas horas después de la defunción y cada uno lo llora como le parece adecuado. Los emparejamientos son muy parecidos a un matrimonio mortal, aunque no se realizan a la ligera, pues el vínculo solo puede romperlo la muerte.
Bueno, ¿y qué pasa con los wolven y otras criaturas de naturaleza dual?
Wolven:
Los lobos kiyou eran salvajes, feroces y leales a sus manadas, pero impulsados por el instinto, la supervivencia y una mentalidad de manada. Todo era un desafío para ellos y muchos no vivían demasiados años. Estaban a punto de extinguirse cuando un Primigenio (casi todo el mundo piensa que fue Nyktos) se presentó ante la última gran manada y les preguntó si querrían proteger a los hijos de los dioses en el mundo mortal. A cambio, el Primigenio les ofrecía forma humana para que pudiesen comunicarse con las deidades y tener unas vidas largas. Se lo preguntó, no se lo ordenó, y no era un acuerdo de servidumbre sino más bien una asociación. Algunos kiyou rechazaron la oferta porque no se fiaban del Primigenio, y otros solo porque querían quedarse como estaban.
Una vez que pasaron a formar parte de dos mundos, crearon vínculos con las deidades. Esos vínculos eran instintivos y pasaban de generación a generación. Con el tiempo, sin embargo, los atlantianos elementales empezaron a superar en número a los hijos de los dioses y esos vínculos acabaron por transferirse a ellos. El número de wolven se redujo de manera drástica durante la Guerra de los Dos Reyes, razón por la cual están tan empecinados en recuperar tierras ahora.
No todos los atlantianos elementales o los wolven están vinculados. Para los que sí lo están, aunque no pueden leerse la mente, el vínculo les permite percibir las emociones del otro. Si un atlantiano resulta herido de gravedad, puede obtener energía de su wolven vinculado. Si uno de ellos muere, el otro queda debilitado, pero sobrevivirá. La Unión cambia esas cosas un poco, pues las intensifica todas (más detalles abajo). Dadas las razones para la asociación en primer lugar, el vínculo significa que los wolven deben obedecer y proteger al o a los atlantianos en todas las cosas, incluso si hacerlo supone la muerte del wolven; nada sustituye al vínculo. Aunque los atlantianos no están obligados a dar la vida por su wolven, la mayoría lo haría.
¿Qué más puedo contarte acerca de los wolven?
Aspecto: parecen lobos extragrandes en su verdadera forma, y tienen la temperatura más elevada de lo normal.
Habilidades y biología: los wolven se curan deprisa, gracias a la velocidad a la que se repone su sangre. Tienen vidas muy largas; algunos han vivido incluso tanto como yo misma. Los wolven son los únicos seres con sentidos más finos que los de los atlantianos. Son vulnerables a cualquier herida en el corazón o la cabeza. Los wolven son capaces de percibir la agitación, a los vamprys y las emociones de los Primigenios.
Cultura: en su cultura, las cicatrices se veneran y nunca se esconden. Las muestras de afecto en público son habituales.
Hábitos/Costumbres/Fortalezas/Debilidades: harán cualquier cosa para proteger su hogar y a su familia. Los wolven tienen su propio lenguaje. A la mayoría le parece que la ropa es una molestia. Los dioses ocupan un lugar especial en sus corazones, puesto que uno de ellos los hizo de dos mundos, razón por la cual se sienten honrados de estar en presencia de un hijo de los dioses. Ningún wolven ha gobernado nunca; su instinto de manada es demasiado fuerte.
La Unión: es una antigua tradición que ya no se realiza demasiado a menudo. Consiste en que un par vinculado extienda ese vínculo a la pareja del atlantiano y las vidas de todos ellos queden atadas las unas a las otras. Requiere un intercambio de sangre por todas las partes. El ritual pueden volverse muy íntimo e incluir sexo, pero no necesita ser así. No es algo que se realice a la ligera, puesto que el vínculo de sangre funciona en ambos sentidos para todos los implicados. Si uno muere, los otros también mueren. No funciona con mortales, pues todas las partes deben tener al menos algo de sangre atlantiana. El ritual debe llevarse a cabo en la naturaleza y todos los participantes deben estar desnudos. Se pronuncian unos votos y se intercambia sangre: el más fuerte del grupo bebe primero de los otros, después beben los otros dos el uno del otro, y por último, estos beben del más fuerte. Se emplea una daga atlantiana para marcar el centro del pecho, cerca del corazón, para que los que no tengan colmillos puedan extraer la sangre. La sangre se extrae del cuello del wolven, pues este es una especie de conducto, un puente para vincular la duración de las vidas, y después se extrae sangre de manera simultánea del miembro más fuerte para garantizar que este sustenta las vidas de los otros y se convierte en la base.
Otros: hacen falta décadas para criar a un wolven; por ello, es normal que los hermanos nazcan con varias décadas de diferencia. Los wolven necesitan al menos dos décadas para adquirir el control de sus formas. Los wolven jóvenes son muy propensos a sufrir accidentes en su forma alternativa y, si resultan heridos, deben transformarse lo antes posible para evitar daños permanentes. En una boda entre wolven, solo estos pueden bailar alrededor del fuego; o su Liessa. Los wolven son relativamente saludables, aunque sí existen varias enfermedades que pueden acabar con ellos (por ejemplo, la enfermedad degenerativa que se llevó a Elashya y a su abuela).
Ahora, profundicemos un poco más en lo que Kolis le hizo a Eythos y cuáles fueron las consecuencias:
El intercambio de destinos:
La historia empieza con una mortal llamada Sotoria.
Kolis, el entonces Primigenio de la Muerte, solía entrar en el mundo mortal. Los que lo veían se acobardaban y se negaban a mirarlo a los ojos. En una de esas ocasiones, vio a una preciosa mujer joven que recolectaba flores para la boda de su hermana. La mujer era Sotoria.
Kolis la observó y se enamoró de ella al instante. Estaba absolutamente cautivado y, al cabo de un rato, salió de entre los árboles para hablar con ella. Sotoria sabía quién era (por aquel entonces, los mortales sabían qué aspecto tenía el Primigenio de la Muerte, pues sus rasgos se representaban en pinturas y esculturas). La joven huyó y la persecución acabó con ella cayendo desde un acantilado.
A pesar de morir joven y demasiado pronto, Sotoria aceptó su destino, por lo que su alma llegó a las Tierras Umbrías, pasó entre los Pilares de Asphodel y entró en el Valle en cuestión de minutos después de su fallecimiento. No se demoró. Estaba en paz con la idea de comenzar la siguiente etapa de su vida.
Décadas después de su muerte, Kolis seguía obsesionado con traerla de vuelta a la vida y estar con ella. Eythos, el entonces Primigenio de la Vida, le advirtió de que no debería insistir en ello, pero su hermano no escuchó y, consciente de que el Dios Primigenio de la Vida tenía el poder para hacer lo que él quería hacer, Kolis encontró una manera de lograrlo.
Solo Eythos y él saben con exactitud cómo lo logró. El uno se niega a hablar de ello y el otro ya no está aquí para contarlo. Sí sabemos que involucró al diamante Estrella. Kolis logró cambiar de lugar y de destino con su gemelo. No obstante, el acto en sí tuvo repercusiones catastróficas, pues mató a cientos de dioses que servían en ambas cortes y debilitó a muchos otros Primigenios, e incluso mató a unos pocos, lo cual forzó a que la siguiente generación se elevara de la divinidad al poder Primigenio. También murieron muchos drakens, y el mundo mortal sufrió terremotos y tsunamis devastadores. Muchos lugares fueron arrasados y pedazos enteros de tierra simplemente se partieron para formar islas, mientras que otros se hundieron.
Eythos le advirtió a Kolis de que no trajese a Sotoria de vuelta, pues ella estaba en paz y había transcurrido demasiado tiempo. Dijo que si Kolis hacía lo que planeaba, ella no regresaría como era antes. Sería un acto antinatural que alteraría el ya de por sí inestable equilibrio entre la vida y la muerte. Aun así, Sotoria regresó y, como había predicho Eythos, no era la misma. No estaba agradecida de que Kolis le hubiese devuelto la vida; estaba asustada, era infeliz y estaba horrorizada por lo que le habían hecho.
Kolis no podía entender por qué se mostraba tan taciturna y nada de lo que hacía conseguía que ella lo quisiera. Nadie sabe cuánto tiempo vivió la segunda vez, pero acabó por volver a morir. Hay quien dice que se dejó morir de hambre. Otros creen que puede haber empezado a vivir de nuevo y haber luchado contra su captor, a pesar del poder de este.
Callum dice que Eythos la mató esa segunda vez.
Aún tengo que ver más información que confirme esto en un sentido u otro.
En el momento de esa segunda muerte, Eythos hizo algo para asegurarse de que su hermano no pudiese alcanzarla nunca… algo que solo el Primigenio de la Muerte podía hacer. Con la ayuda de Keella, la Diosa Primigenia del Renacimiento, Eythos marcó el alma de Sotoria, lo cual significaba que estaba destinada a renacer y nunca pasaría entre los Pilares. Su alma regresaría una y otra y otra vez, aunque los recuerdos de sus vidas anteriores nunca serían demasiado sustanciales, si es que conservaba alguno en absoluto.
Debido a lo que hicieron Eythos y Keella al marcar su alma, Sotoria renacería envuelta en un velo (como sabéis que nacieron tanto Poppy como Sera, las más Elegidas de las Elegidas). Kolis sabía esto, por lo que continuó buscándola en el mundo mortal. Incluso sepultado, buscó, usando su poder para extender su voluntad. Lo que hicieron Eythos y Keella no fue perfecto, y hay quien podría decir que fue aún peor que lo que había hecho Kolis, pero era lo único que se les ocurrió para mantenerla a salvo.
Tanto Eythos como Keella pagaron caro lo que hicieron. Kolis acabó por despreciar a su gemelo y juró hacerle pagar; al final, mató a Mycella, la consorte de Eythos, cuando estaba embarazada. Kolis lo hizo porque creía que lo más justo era que su hermano perdiese a su amada igual que la había perdido él. También destruyó el alma de Mycella, lo cual provocó su muerte definitiva.
Perderla destruyó una parte de Eythos.
Kolis también destruyó todo registro o archivo con la verdad, tanto en el mundo mortal como en Iliseeum. Ese fue el momento en que el Dios Primigenio de la Muerte ya no volvería a representarse en el mundo del arte o la literatura. Kolis hizo grandes esfuerzos por ocultar que no debía ser el Primigenio de la Vida, aun cuando empezó a ser evidente que algo iba mal en el equilibrio de poder. Kolis empezó a perder la capacidad para crear vida y mantenerla. Nunca había habido intención de que ese fuese su destino, igual que los poderes del Dios Primigenio de la Muerte nunca deberían haber sido de Eythos.
Hicieron falta siglos para que los poderes se diluyeran y, para entonces, Eythos estaba muerto (asesinado y capturado dentro del diamante Estrella por su gemelo) y Kolis había aprendido a dominar otros poderes, con los que creaba Ascendidos y Retornados como manera de demostrar que todavía era capaz de crear vida.
Las consecuencias de lo que sucedió fueron amplias y variadas. A pesar de que Ash naciera para desempeñar el papel de Primigenio de la Muerte, lo que había hecho su tío reformuló su destino e hizo que el equilibrio se desplazase aún más hacia la muerte. Hacia el final de todo en ambos mundos. Y aunque deberían haber hecho falta varias vidas para que la destrucción fuese absoluta, ya había empezado. Dos Primigenios de la Muerte nunca deberían haber gobernado, y eso era justo lo que pasó porque, en lo más profundo de su ser, Kolis era el Primigenio de la Muerte, no el de la Vida.
Antes de su muerte, Eythos había decidido encargarse de darles a Nyktos y a los otros una oportunidad de salvación. Depositó una brasa de vida en la estirpe mortal de los Mierel, así como la chispa de poder que había heredado Nyktos en el momento de nacer. Una vez hecho esto, se limitó a cruzar los dedos y esperar que todo saliese bien. Aun así, el desequilibrio de poder continuó con su destrucción y provocó la Podredumbre, que incluso se intensificó cuando nació Sera, debido a que ese nacimiento ponía a las brasas en un recipiente vulnerable con una fecha de expiración para su eficacia.
Las partes en las que Sera empieza a darse cuenta de que era la verdadera Primigenia de la Vida, el alma de Sotoria se almacena dentro del diamante Estrella y nace Penellaphe Balfour no son del todo nítidas, pero adquiero más información todo el rato y continuaré actualizando mis archivos mientras pueda. Lo que sí sabemos es que Poppy por fin es consciente de que desciende de Sera y de Nyktos y que, por tanto, es la verdadera Primigenia tanto de la Vida como de la Muerte. Y solo podemos suponer que el alma de Sotoria volverá a estar en juego, pues Isbeth ha despertado a Kolis. Quiero decir, ¿has visto alguna imagen de Poppy y Sotoria? Está claro que ahí hay un parecido inquietante. Sea como sea, las cosas están a punto de ponerse muy interesantes para todos nosotros.
Perdóname si doy un salto atrás en un punto y luego corro hacia delante otra vez. Intentaré volver a relatar la línea temporal de la historia de un modo un poco más lineal.
¿Por dónde íbamos? Ah, tal vez debamos hablar de la Ascensión, que en la época de los dioses significaba algo completamente distinto a lo que significa ahora.
Ascensión:
Al principio, el acto de la Ascensión requería drenar la sangre de un mortal de su cuerpo y luego sustituirla por sangre de un dios o de un Primigenio. Sin embargo, no siempre estaba garantizado que el mortal completase la Ascensión (veremos más detalles sobre esto más adelante). Los Elegidos en la época de los dioses nacían envueltos en un velo y siempre tenían un poco de esencia primigenia en su interior, lo cual les permitía Ascender.
El Rito existía ya entonces y era una tradición que se honraba. Los Elegidos (terceros hijos e hijas) cruzaban a Iliseeum para servir a los dioses. Se les daba la elección de Ascender y convertirse en inmortales o no. Todo eso cambió cuando el poder se alteró en Iliseeum. Kolis les arrebató a los Elegidos su libre voluntad y los llevaba a Iliseeum para ser tratados como objetos: utilizados, intercambiados, maltratados y, al final, desechados. Si se les Ascendía, no se hacía como es debido. Kolis o bien utilizaba la sangre de los dioses de su corte para transformar a los Elegidos y convertirlos en lo que conocemos ahora como los vamprys (seres casi inmortales que viven en la oscuridad y tienen una sed de sangre casi insaciable), o bien la esencia retorcida de Kolis se combinaba con la muerte mortal de los Elegidos y los convertía en algo ni vivo ni muerto, lo que conocemos como Retornados.
En tiempos más recientes, el Rito se convirtió en algo muy diferente. Los vamprys necesitaban una fuente de alimento, una que no fuese cuestionada, así que convencieron a los mortales para entregar a sus hijos a fin de honrar a los dioses. Crearon incluso toda una religión alrededor del tema, con la que forzaban a las familias a volverse las unas contra las otras si una se negaba a entregar a sus hijos.
Durante el Rito, los Ascendidos se llevan a los terceros hijos e hijas para alimentarse con ellos. Si no los drenan y matan, se convierten en Demonios (aunque la mayoría muere antes de aprender a hablar siquiera). Todos los segundos hijos e hijas se utilizan para crear más Ascendidos; esto es diferente de la época de los dioses, cuando los terceros hijos e hijas eran Elegidos para Ascender. Sin embargo, el secretito retorcido de los vamprys es que se requiere sangre atlantiana para completar una Ascensión; por lo tanto, los Ascendidos siempre mantienen a un atlantiano prisionero como fuente de sangre.
Toda la historia de los atlantianos se erradicó en Solis, y los Ascendidos no le dicen a la gente que es perfectamente posible sobrevivir fuera de los Adarves. Una parte crucial de su control es crear una brecha entre los mortales que tienen dinero y los que no, a fin de que los pobres concentren su odio en los ricos y nunca en los Ascendidos. Creen que los Ascendidos son su acceso directo a los dioses que duermen y, por tanto, a una respuesta a sus oraciones. En consecuencia, consideran que están más allá de cualquier reproche.
Echemos un vistazo mejor a cómo la Ascensión se convirtió, en definitiva, en el comienzo de los vamprys.
La primera Ascensión después de la época de los dioses:
El rey atlantiano Malec O’Meer se enamoró de una mujer mortal llamada Isbeth. Cuando esta resultó herida de muerte, Malec cometió el acto prohibido de Ascenderla en una apuesta para salvarla. Bebió de ella, paró solo cuando sintió que el corazón de su amada empezaba a fallar y luego compartió su sangre con ella. Aunque esto debería haber creado al primer vampry, en realidad la convirtió en una demis porque Malec era mucho más que un rey, e Isbeth era una tercera hija. Malec era un dios, y los dioses no pueden Ascender a mortales, en el sentido tradicional de la palabra.
Después de la Ascensión de Isbeth, el rey Malec levantó la prohibición sobre la Ascensión y muchos otros hicieron lo mismo que él, lo cual produjo a los primeros vamprys. A medida que se creaban más, muchos de ellos eran incapaces de controlar su sed de sangre, con lo que crearon la pestilencia conocida como los Demonios y diezmaron a la población mortal. Los Demonios se crean cuando un vampry se alimenta de un mortal casi hasta la muerte (o hasta la muerte), pero no completa el proceso. Al principio, se creía que era consecuencia de que el vampry no le diese al mortal su sangre, pero desde entonces hemos llegado a entender que es porque les falta la pieza mágica: la sangre atlantiana, sangre con la esencia de los dioses.
Cuando Malec fue exiliado y después sepultado, la reina Eloana volvió a prohibir la Ascensión y ordenó la destrucción de todos los Ascendidos para proteger a la especie mortal, lo cual provocó la enemistad entre Solis y Atlantia. Los Ascendidos de Solis se rebelaron y así dio comienzo la Guerra de los Dos Reyes, que cambiaría la historia. Como ya mencioné, la historia registrada por Solis es muy diferente a la registrada por Atlantia, y está llena de mentiras, detalles engañosos y medias verdades.
Existen diferentes tipos de Ascensión:
Dios y mortal
Si un dios Asciende a un mortal, en especial a uno que no sea un tercer hijo o hija, no puede crear a otro dios (un dios solo puede nacer, no hacerse). En lugar de eso, crea a un demis, razón por la cual esto siempre estuvo prohibido. Los demis son cosas que no deberían existir: seres con poderes divinos que nunca estuvieron destinados a tener tales dones ni a cargar con tales responsabilidades. Son abominaciones.
Dios y divinidad
Si un dios Asciende a una divinidad, eso da lugar a una divinidad que vive. La mayoría de las divinidades no pueden soportar el proceso del Sacrificio porque sus cuerpos siguen siendo mortales. Para sobrevivir, una divinidad debe beber de un dios durante su Sacrificio. No está del todo claro si esa es una Ascensión completa o si solo beben como manera de ayudar en su curación. Si no reciben la sangre inmortal, el eather acabará por matar a su cuerpo mortal. El Sacrificio ocurre entre los dieciocho y los veintiún años más o menos.
Atlantiano elemental y Dios que aún no ha terminado su Sacrificio
Esta es la situación de Poppy… o al menos parte de ella. Poppy es una amalgama de piezas completamente diferente.
Atlantiano y mortal
Si un atlantiano Asciende a un mortal, este se convierte en un vampry. Es lo mismo que cuando un Ascendido Asciende a un mortal, pues se requiere sangre atlantiana para facilitar el cambio.
Vampry y mortal
Si un vampry Asciende a un mortal, este se convierte en Ascendido (un vampry), siempre que tenga acceso a sangre atlantiana para completar el cambio. Si no tiene sangre atlantiana, el mortal se convierte en un Demonio.
Primigenio que aún no ha terminado su Sacrificio y Dios
Este es el caso de Sera y Bele. Sera Ascendió a Bele, pero esta no se convirtió en una Primigenia. Recibió los ojos plateados y el aumento de poder de un Primigenio, pero no contabilizaba como una Primigenia completa. En cualquier caso, sí pudo desafiar a un Primigenio para hacerse con la autoridad de la corte y convertirse en un recipiente latente para el poder primigenio si este necesitaba algún lugar adonde ir (cosa que sucedió cuando Ash mató a Hanan).
Como comenté con anterioridad, algunas creaciones únicas no encajan del todo en el molde de la historia estándar. Aun así, merece la pena registrarlas aquí en aras de la posteridad.
Los mencioné antes, pero echemos un vistazo a los Retornados.
Retornados:
Un Retornado, igual que un demis, es una abominación y algo que no debería existir. Fueron un experimento de Kolis y su mayor logro, y utilizó su magia primigenia para crearlos. Después se convirtió en un pasatiempo de Isbeth cuando Callum le contó cómo se realizaba el proceso. Para crear a la mayoría de los Retornados (excepto a Callum y a Millie), hace falta un tercer hijo de dos mortales, uno que lleve una brasa no latente en su interior, la muerte, y la sangre de un dios, un rey o alguien destinado a convertirse en rey. Sin embargo, no todos los terceros hijos tienen el rasgo que permite la transformación y, como podemos ver en el caso de Callum y Millie, en las circunstancias adecuadas, un primer o segundo hijo puede convertirse en un Retornado, aunque no son del todo iguales a los otros.
Kolis dice que las diferencias en Callum se debieron a la intención y la motivación. Yo creo que es posible que eso sea cierto, combinado con el poder y las circunstancias de los elementos utilizados para crearlos. Estoy segura de que averiguaremos más sobre esto en algún punto.
Cuando los Elegidos se convierten en Retornados, ya no son mortales. No tienen alma. Y son inmunes por completo a las enfermedades o las heridas, incluidas aquellas infligidas por el poder divino. Tampoco necesitan comer comida ni beber sangre, ni otras comodidades. Existen para complacer a su creador.
La única manera de matarlos es mediante la ingesta de sangre de draken, aunque solo hace falta una gota de esta.
Ahora echemos un vistazo a los gyrms.
Gyrms:
Los gyrms son seres creados con la tierra de Iliseeum y eather, que puede encontrarse en la sangre de un dios o en los huesos de una deidad. Existen distintos tipos de gyrms. Los Cazadores y los Buscadores son mortales que invocan a un dios para ver cumplido su mayor deseo. A cambio, ofrecen su servidumbre eterna al dios. Cuando mueren, se convierten en gyrms y sus bocas se suturan para mantenerlos leales al dios o al Primigenio al que juraron lealtad. Los sacerdotes se consideran gyrms. Si un Cazador o un Buscador es destruido y se convierte en cenizas, va al Abismo.
Los Centinelas pasan a la servidumbre al morir y negarse a pasar por los Pilares de Asphodel para que sus almas sean juzgadas. En lugar de la posibilidad de que los condenen al Abismo, se convierten en gyrms como manera de expiar sus pecados. Sirven durante un periodo de tiempo preestablecido y son más mortales que los Cazadores o los Buscadores, pues conservan la capacidad para pensar. Si los Centinelas se convierten en polvo, pueden elegir entre regresar con el dios al que sirven para continuar con su servidumbre o pueden ir al Abismo.
Hay unas cuantas cosas más que me gustaría repasar también aquí, aunque están un poco fuera de contexto, por lo que te ruego que me perdones.
Dakkais
Primero, los dakkais. Los dakkais eran mascotas en la corte de Dalos. Se desconoce si algún otro Primigenio los utilizaba, pero Kolis era aficionado a hacerlo. Son una raza de agresivas criaturas carnívoras que se rumoreaba que habían surgido de algún abismo insondable en alguna parte de Iliseeum. Son del tamaño de caballos, muy musculosas, y están entrenadas como sabuesos para percibir y seguir el rastro del eather. Una herida en la cabeza puede matarlos y, cuando mueren, se convierten en cenizas igual que les pasa a los gyrms.
Y en último lugar, si bien no menos importantes en absoluto, tenemos a los viktors.
Viktors
Los viktors nacen con un objetivo: proteger a alguien que los Hados creen que está destinado a propiciar un cambio significativo o a servir para algún propósito extraordinario; incluso los mortales que están destinados a hacer cosas terribles pueden tener viktors. Algunos no son conscientes de su deber y se limitan a toparse con sus protegidos en el lugar adecuado en el momento adecuado, pues los Hados se encargan de que sus caminos se crucen. Otros sí son conscientes y se arraigan en la vida de la persona que los han enviado a proteger. Se cree que solo puede haber un viktor por individuo a proteger, pero sabemos que eso no es del todo cierto porque Poppy tuvo tanto a Leopold como a Vikter, aunque en momentos diferentes. Los viktors no pueden revelar su naturaleza ni las razones para estar donde están.
En su mayor parte, son mortales porque viven y sirven como mortales. Sin embargo, cuando mueren sus almas regresan al Monte Lotho (donde viven los Arae). Cuando se reciclan y regresan para su siguiente encargo, no recuerdan sus vidas pasadas. No obstante, cada vez que regresan al Monte Lotho sí recuerdan. En cualquier caso, algunos están predestinados a averiguar qué son y a quién los enviaron a proteger incluso después de regresar al mundo mortal, mientras que otros, como Vikter Ward/Wardwell, lo recuerdan todo.
Bueno, creo que esta es una buena compilación de datos acerca de la evolución de la Tierra de los Dioses y el mundo mortal. Como ya he dicho, todo está en constante cambio, pero siempre trato de anotar las cosas para poder llevar un seguimiento de lo que ha pasado y sus consecuencias. Tal vez no sea una historiadora oficial, pero soy buena para llevar algo más que solo un diario sexy (aunque si le preguntas a Poppy, a Cas, o a cualquier otro que lo haya leído —y disfrutado—, puede que no estén del todo de acuerdo).