Mejoras sustanciales de esta edición extendida
Cuando en 2008, durante la crisis, tomé la decisión de crear un ritual matutino, lo hice porque estaba desesperado. Había perdido más de la mitad de mis ingresos y atravesaba dificultades en casi todos los aspectos de mi vida. Aunque nunca había sido una «persona madrugadora» y nunca habría imaginado que llegaría a serlo, combiné las seis prácticas de desarrollo personal más atemporales y demostradas en un intento de darle la vuelta a mi vida. No me pasó por la cabeza que un día podría llegar a convertirse en un libro y mucho menos que ayudaría a millones de personas a transformar su vida.
Llevo quince años consecutivos practicando el ritual matutino de seis pasos, que enseño en este libro, en un promedio de seis a siete días por semana (yo prefiero que sean siete, pero, cada semana, mi mujer se empeña en hacer que nos acostemos muy tarde después de nuestras citas). También llevo más de una década teniendo la suerte de poder interactuar con los miembros de la Comunidad de las Mañanas Milagrosas y aprendiendo de ellos. Como estoy ligeramente obsesionado con optimizar casi todos los aspectos de mi vida, aprendí muchísimas cosas desde que escribí el libro original y las incorporé en esta edición.
También leí y evalué la gran mayoría de las más de 50 000 reseñas del libro que hay en internet, en plataformas como Amazon, Audible y Goodreads, buscando temas en común. Siempre he querido entender qué aspectos interpelan más a los lectores y cuáles no tanto para poder abordar esas cuestiones y hacer mejoras.
Como resultado de mi evolución personal, así como de los comentarios y las peticiones de los lectores y de las personas que practican las Mañanas Milagrosas, hice revisiones sustanciales de cada capítulo y de casi cada página de este libro. Además, me centré en responder preguntas que la gente se planteaba después de leer la versión original del libro e implementar la práctica, como, por ejemplo:
•¿Qué pasa si nunca he sido una persona madrugadora y no creo que pueda llegar a serlo?
•¿Qué pasa si llevo ya bastante tiempo practicando las Mañanas Milagrosas y empiezo a sentirme estancado? ¿Qué puedo hacer para que vuelva a emocionarme?
•¿Qué pasa si no estoy motivado y me siento ya tan agobiado que no puedo ni imaginarme añadiendo algo más a mi vida/agenda?
•¿Cómo puedo utilizar las Mañanas Milagrosas para alcanzar mis objetivos concretos o para superar retos complicados a los que me tengo que enfrentar?
También incluí dos capítulos nuevos que no se habían publicado antes: «Capítulo 11: Noches Milagrosas» y «Capítulo 12: Vidas Milagrosas».
«Noches Milagrosas» te ofrecerá un plan integral, paso a paso, para establecer un ritual de noche diseñado para ayudarte a conciliar el sueño sintiéndote verdaderamente agradecido, feliz y en paz, especialmente cuando la vida es difícil y te sientes estresado y abrumado.
«Vidas Milagrosas» te enseñará a elevar tu consciencia a un estado de libertad interior para que puedas tomar las riendas proactivamente de cómo te sientes y experimentes cada momento de tu vida independientemente de tus circunstancias, y especialmente cuando la vida resulta complicada.
Tanto si eres nuevo en el mundo de las Mañanas Milagrosas como si ya leíste el libro original (incluso si lo has leído varias veces), escribí esta edición actualizada y extendida para satisfacer las necesidades y superar las expectativas de los lectores en todos los niveles. Espero que esta nueva versión y las historias y lecciones que incluí aquí te permitan amar la vida que tienes y crear la vida más extraordinaria que puedas imaginar. Es lo mínimo que te mereces.
UNA NUEVA MISIÓN DE LAS MAÑANAS MILAGROSAS: ELEVAR LA CONSCIENCIA DE LA HUMANIDAD MAÑANA A MAÑANA Y PERSONA A PERSONA
Cuando autopubliqué Mañanas Milagrosas, el 12 de diciembre de 2012 (o el 12/12/12, una fecha que incluso yo, con daños cerebrales permanentes, no olvidaría), lo hice con la convicción de que tenía la responsabilidad de compartir con tantas personas como fuera posible la única rutina matutina que me había cambiado la vida. No tenía ni idea de cuántas personas serían, pero viendo el profundo impacto que estaba teniendo el libro y, más concretamente, la rutina de las Mañanas Milagrosas en la vida de la gente, mi sentido de responsabilidad creció. Me propuse una misión personal para el año siguiente: «cambiar la vida de un millón de personas, mañana a mañana».
Aunque un millón era una cifra un tanto arbitraria, me pareció significativo que fuera más allá de mi imaginación, más allá de lo que creía probable. Siendo un autor desconocido y autopublicado, no tenía ni idea de cómo llegar a un millón de personas. Pero pensé que esto me ofrecería un objetivo significativo para el que trabajar ese año y, seguramente, durante el resto de mi vida.
Así que el 12 de diciembre de 2012 me dispuse a cambiar un millón de vidas en el trascurso de los siguientes doce meses, e hice todo cuanto estaba en mis manos para lograrlo. Trabajé seis días a la semana e implementé todas las estrategias que se me ocurrían para compartir el libro con tantas personas como fuera posible. Me puse en contacto con cientos de creadores de pódcast, les rogué apasionadamente que me invitaran a sus programas y acordé más de ciento cincuenta entrevistas. Lancé mi propio pódcast, Achieve Your Goals with Hal Elrod [Alcanza tus objetivos con Hal Elrod] y grabé 52 episodios semanales. Di 36 conferencias en diferentes ciudades de Estados Unidos. Contraté a una persona para que se encargara de la publicidad y aparecí en 13 programas de televisión matutinos, tanto locales como nacionales. Me pasé infinitas horas cada día interactuando con lectores en las redes sociales y especialmente en el grupo de Facebook de la Comunidad de las Mañanas Milagrosas.
Realmente puse toda la carne en el asador para alcanzar mi objetivo de cambiar un millón de vidas, mañana a mañana. Sin embargo, al llegar al final del año había fracasado estrepitosamente. Había vendido poco más de 13 000 libros, así que me quedaban por vender 987 000 ejemplares (un 98.7 %) para alcanzar mi objetivo. Calculé que, a ese ritmo, tardaría 76.9 años en cumplir mi misión, y en ese momento tendría 110 años. Estaba profundamente desanimado.
Quedarse a un 98.7 % de alcanzar cualquier objetivo, especialmente cuando hiciste todo lo que estaba a tu alcance para lograrlo, es desalentador. Sin embargo, vi el impacto que había tenido el libro en la vida de aquellas 13 000 personas. Leí innumerables correos, comentarios y reseñas del libro que expresaban grandes resultados, incluyendo «las Mañanas Milagrosas salvaron mi matrimonio» y «me ayudaron a superar la depresión» y «practicar las Mañanas Milagrosas cada día me permitió darle la vuelta a mi situación económica». Así que decidí que, a pesar de no haber llegado a mi objetivo del año, seguía teniendo la responsabilidad de continuar compartiendo las Mañanas Milagrosas el tiempo necesario para poder cumplir mi misión.
Me siento agradecido por el hecho de no haber tardado 76.9 años en lograrlo y en tener una influencia positiva en un millón de vidas. Necesité un poco más de seis años de fe inquebrantable y esfuerzo extraordinario para conseguir que el libro llegara a manos de más de un millón de personas. Durante ese tiempo, Mañanas Milagrosas se convirtió en un movimiento mundial, ya que la gente experimentaba profundas transformaciones personales y compartía sus experiencias con los demás. Esto conllevó que el manuscrito se tradujera y publicara en 37 idiomas y lo leyeran más de dos millones de personas de más de cien países.
La misión que empezó queriendo cambiar un millón de vidas, mañana a mañana, evolucionó hasta convertirse en algo mucho más significativo e imperativo para el futuro de la humanidad, y ya no es solo mío. Ha quedado patente que cuando dedicamos tiempo a una práctica diaria de las Mañanas Milagrosas, elevamos nuestra consciencia ganando sensibilidad e intencionalidad acerca de cómo nuestros pensamientos, palabras y acciones tienen un impacto en nuestra vida y en la de todas aquellas personas con las que interactuamos. Si cada uno de nosotros eleva su propia consciencia, elevaremos colectivamente la consciencia de la humanidad, mañana a mañana. Por tanto, el impacto colectivo de millones de practicantes de las Mañanas Milagrosas está afectando significativamente a la vida de decenas de millones, y, pronto, de cientos de millones de personas.
Ahora, más que nunca, debemos recordar que todos somos miembros de la familia humana y que tenemos infinitamente más cosas en común que las diferencias percibidas a las que se aferran demasiadas personas. Como parte de mi familia, te quiero y valoro mucho más de lo que piensas. Estoy profundamente agradecido de compartir esta misión contigo en este momento único de la historia de la humanidad. La humanidad nos necesita. Hagamos que cada mañana valga la pena.