El Blog del Narco, la red social de los criminales

A principios de 2010, empezó a causar revuelo una página web que era el lugar ideal para cualquiera que quisiera saber un poco acerca de lo que estaba pasando con la llamada “guerra contra el narco” emprendida por el entonces presidente mexicano Felipe Calderón, pero también para quienes querían saciar su sed de morbo. La declaración del inicio señalaba: “el Blog del Narco no está en contra o a favor de ningún grupo delictivo, tampoco tiene la intención de ofender o incomodar a la sociedad, solo publica notas de manera periodística”, y agregaba:

un factor clave para que naciera Blog del Narco, ha sido lo que han decidido ocultar diversos medios de comunicación: el terror que se sufre en el país. Nosotros damos a conocer los actos violentos que han hecho que la sociedad mexicana vive una realidad, que hasta hace poco tiempo se encontraba en sombras. Los medios y el gobierno seguirán diciendo que en el país no pasa nada, nosotros continuaremos con nuestra labor.14

Con ello se daba a entender que la misión fundamental del sitio era dar a conocer lo que los medios de comunicación tradicionales querían ocultar. El blog, además, contaba con otros canales de difusión, como Twitter, Facebook y YouTube, que contribuían a esa expansión de la información.

Independiente de las intenciones originales con que este blog nació, lo que teníamos eran hechos concretos. En él se subían, a diario, videos de asesinatos, interrogatorios o torturas grabados con cámaras caseras, amenazas de un cártel a otro y, en esencia, casi cualquier cosa que los narcotraficantes quisieran compartir de manera pública para amedrentar a los enemigos, para enfrentarse al gobierno o para hacer alarde de su poder de fuego y sangre. En este blog no había filtro alguno, por lo que se transformó en un canal de difusión para todos los grupos criminales que quisieran utilizarlo y nos convirtieron a nosotros en espectadores cautivos.

Según quienes más adelante se descubrirían como los creadores,15 la intención original de la página era mostrar, en México, lo que no se decía ni se visibilizaba con respecto a la llamada “guerra contra el narco”. Por eso cualquier persona podía subir información y “colaborar” con el blog con datos no oficiales. El punto es que casi ninguno de nosotros, habitantes de a pie, teníamos información que no fuera la oficial. Televisa y TV Azteca todavía tenían el monopolio absoluto de los canales y, a menos que vivieras en una zona dominada por el narcotráfico y sufrieras de primera mano la realidad criminal, era poco lo que podías aportar. Así, fue sencillo que los narcos coaptaran el medio para sus propios fines.

Las imágenes eran atroces. A menudo se veía a miembros de algún cártel torturar y asesinar, de las maneras más horribles, a los enemigos. Todo eso se filmaba y subía a la web. Este tipo de acciones violentas se conoce como snuff, porque las víctimas son “apagadas”, es decir, asesinadas frente a las cámaras. Todo lo que es filmado está ocurriendo en la realidad y los espectadores podemos ser testigos directos no solo de la violencia, sino también de la sangre. Por estas razones, este blog fue sumamente polémico, principalmente en el medio periodístico. Algunos consideraban que era un nuevo tipo de comunicación que se revelaba contra las versiones oficiales difundidas por los principales medios y que, incluso, inauguraba un nuevo tipo de periodismo comunitario (como los investigadores Andrés Monroy-Hernández y Luis Daniel Palacios).16 Otros, en cambio, como colaboradores de la reconocida revista Letras libres, alegaban que esto no era periodismo, sino una forma irresponsable de darle voz a los narcos e incentivar el morbo en la población.17

Hoy ya ni siquiera es necesario un blog o una página específica para que los narcotraficantes se envíen mensajes. De hecho, actualmente el Blog del Narco no presenta el nivel de violencia de antes ni es utilizado mayoritariamente por los cárteles. Hoy, los criminales se pueden filmar en cualquier momento y popularizar sus videos en cualquiera de las redes sociales. No es raro encontrar en Twitter mensajes de narcotraficantes agradeciendo porque el negocio les funcionó bien o alabando al cártel al que pertenecen. También se sabe que algunos cárteles ocupan las redes sociales, como Facebook, para reclutar a nuevos miembros o para vender distintos tipos de drogas. Instagram o TikTok, incluso, son utilizados simplemente para exhibir los lujos de los jóvenes narcos, quienes se sacan fotos o bailan mientras ostentan lo que han conseguido. Joyas, armas, dinero, animales exóticos, autos o fiestas, casi como cualquier joven normal, lo que les gusta es que todos vean lo que poseen, cómo viven. Y lo hacen a diario.

Hoy, en el narcomundo, todo es visibilidad y ostentación. El anonimato ya no está de moda. En México, los narcos usan todo tipo de redes sociales para mostrar sus lujos. En Chile, los videos han sido utilizados mayormente para amedrentar a los enemigos y de paso poner en jaque a las autoridades, tal como se puede leer en la grabación casera que se popularizó en octubre de 2020, o como ha ocurrido en ciertos casos en los que se cometen asesinatos a plena luz del día y los criminales ya no temen ser captados por las cámaras de seguridad (recordemos, por ejemplo, el asesinato del trabajador venezolano en el barrio Meiggs en diciembre de 2022). Todo esto para demostrar también que no tienen miedo de las represalias, una afrenta a la justicia misma. Los narcotraficantes, lejos de temer ser reconocidos, ahora quieren serlo.