SANGRE HELADA

No soy ni la más imponente, ni la más rápida, ni la más fuerte, pero, en este preciso instante, creo que soy la que más cabreada está de todos nosotros. Estoy empezando a recordar y, aunque todavía se me escapan ciertos detalles, sé que no es justo que nos ataquen de esta manera. Julie no me caía demasiado bien, pero no debería haber acabado así. No es la primera de nuestro grupo en morir, pero pienso asegurarme de que sea la última.

El resto me miran como si estuviese en mi mano encontrar una solución y no entiendo por qué. Yo no soy su líder y nunca he tenido intención de serlo. Les devuelvo la mirada y me pregunto si se dan cuenta de que puedo verlos. Me pregunto si son conscientes de que estoy empezando a recordar el aspecto que teníamos antes.

Nosotros somos quienes hemos cambiado y alguien acaba de matar a una de las nuestras. No estaremos a salvo hasta que descubramos al asesino.

La tristeza se encarga de diluir la ira que siento una vez que me paro a contemplar el cadáver de Julie. Estoy segura de que fue el desprecio lo que motivó el crimen, pero no entiendo de dónde surgió una cantidad tan desproporcionada de odio. Aprieto los puños a ambos lados de mi cuerpo para evitar arrancarme la máscara de cuajo y repito la pregunta de la forma más lenta y pausada que puedo:

—¿Quién ha sido?

—No lo sabemos —responde Sissy con voz temblorosa.

El resto guardan silencio. El tentáculo de Sissy se desliza por una de sus mangas en busca de un buen escondite. A alguien le sisean las articulaciones; emiten un sonido similar al de un circuito hidráulico en funcionamiento. La luz que proyectan unos ojos de bombilla es tan intensa que oscurece las facciones de su propietaria, mientras que la piel de otro parlotea como una ardilla hasta que el chico se abraza a sí mismo. Nadie sabe nada. No sabemos por qué estamos aquí. No tenemos ni la más mínima idea de por qué hemos cambiado.

Miro a Jeffrey.

—Oímos un grito y también el sonido que hizo Julie al impactar contra el suelo —susurra al tiempo que baja la vista para mirar su cadáver—. Sissy, West y yo llegamos aquí antes que nadie. El patio estaba desierto.

—Podría ser… —West comienza a hablar, pero se detiene. Cuando vuelve a intentarlo, su voz suena ahogada—: Podría ser cosa de Láser.

—A lo mejor fue uno de los errantes o alguien de jefatura —interviene El.

—La podría haber matado cualquier cosa —sentencio con tono cortante y todos callan de inmediato.