EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS
Personajes principales: John Keating (Robin Williams), Todd Anderson (Ethan Hawke), Neil Perry (Robert Sean Leonard).
¿Quién soy? ¿Quién deseo ser? ¿Los demás quién desearían que fuera yo? En la vida, tarde o temprano todos nos hemos hecho o nos haremos estas preguntas. El club de los poetas muertos nos impulsa a mirarnos a la cara sin filtros, a reconocer nuestras debilidades y hacer las paces con ellas, pero también a no dejar de luchar nunca para encontrar nuestra voz.
«¿Cuál es tu verso?», pregunta John Keating, el nuevo profesor de Literatura Inglesa, a sus alumnos y a ti. La pregunta revoluciona la vida de un grupo de chicos de la Welton Academy, en Vermont, donde en 1959 reinaban el honor, la disciplina, la excelencia y la tradición. Keating, que había ido a la misma academia, se convierte en el «capitán» para sus alumnos y los incita a pensar por sí mismos, aunque eso los lleve a seguir el camino menos transitado. Lo importante es que no despierten un día y se den cuenta de que no han vivido. Siete de ellos fundan «el club de los poetas muertos» y de noche se reúnen en una cueva a recitar poemas y componer versos. Así pues, considerando el mundo desde otra perspectiva, empiezan a luchar con pasión para cumplir sus sueños: Neil decide actuar en el teatro; el tímido Todd descubre su talento poético; Knox trata de conquistar a la chica de la que está enamorado. Pero la verdad es como una manta que deja fuera los pies y a menudo los adultos no entienden las decisiones de los jóvenes.
Un profesor especial puede cambiarte la vida y ser para ti un auténtico «capitán» gracias al cual aprenderás a navegar aunque haya tormenta.
RECOMENDADA A PARTIR DE 12 AÑOS.
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1. El indomable Will Hunting (1997)
2. Esperemos que me las arregle (1992)
3. El show de Truman (1998)
4. Una mente maravillosa (2001)
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El director
«Siempre odié la escuela —declaró el director Peter Weir—, por eso pude rodar esta película. Yo habría sido miembro del club de los poetas muertos.» Weir, australiano y amante del arte y la naturaleza, ha experimentado con distintos géneros cinematográficos, como el drama, con Picnic en Hanging Rock, o la fantasía, con El show de Truman. Todos sus largometrajes se caracterizan por un deseo de rebelarse ante el pensamiento común.
El truco del DIRECTOR
Weir rodó en la St. Andrew’s School de Middletown, en el estado de Delaware, respetando el orden cronológico del guion. Casi nadie rueda siguiendo el orden de la historia; normalmente se juntan escenas que hay que hacer en el mismo plató para optimizar los costes. Pero Weir quiso que los actores vivieran en primera persona el cambio que se producía en sus relaciones, hasta el punto de que prohibió al actor Robert Sean Leonard que volviera al plató después de haber terminado de rodar sus escenas en la historia. Un director inconformista hasta en la manera de rodar.
¿Sabías que...?
¡Que levante la mano quien no habría deseado un profesor como John Keating! Pues bien, ese docente de Literatura en cierto modo existió de verdad. Para crear al personaje, el guionista Tom Schulman y el actor que lo interpretaba, Robin Williams, se inspiraron en dos profesores poco convencionales. Al de Schulman le gustaba explicar de pie sobre la mesa, y el de Williams seguía el mismo ritual al principio de cada curso: tiraba a la papelera el libro de texto y explicaba improvisando. Igual que John Keating.
Una película de Oscar
El club de los poetas muertos ocupa el puesto 52 en la lista de los filmes estadounidenses más conmovedores de todos los tiempos del American Film Institute. Además, consiguió varios premios y numerosas candidaturas: el Oscar al mejor guion y la nominación a mejor película, dirección y actor protagonista (Robin Williams); el premio BAFTA como mejor película y banda sonora; un David de Donatello y un premio César al mejor filme extranjero.
Carpe diem, aprovechad el momento, chicos, haced que vuestra vida sea extraordinaria. 
Más allá de la película
«Disfruta el momento, coge la rosa mientras puedas.» Así invitaba el «capitán» en la película a vivir intensamente y a dar lo mejor de nosotros mismos. Una lección que llega de lejos. Carpe diem, «aprovecha el momento», escribió el poeta latino Horacio hace más de dos mil años. Y «Oh, capitán, mi capitán, nuestro viaje terrible ha terminado» es el primer verso del poema que Walt Whitman escribió tras el asesinato del presidente Abraham Lincoln, a quien tenía en alta estima.
