¡Hoy es el mejor día de mi vida! Mamá y papá han venido a buscarme al colegio. ¡Los dos juntos! Ahora vamos en el coche. Estoy merendando pain au chocolat. Me chupo los dedos cada poco para no manchar el asiento. Ya soy un niño grande. ¡Tengo casi cuatro años! Bajo la ventanilla con cuidado. No quiero molestar. Mamá está haciendo fotos a papá. Papá sonríe cuando mamá lo acaricia. Papá y mamá hoy están contentos. Yo también. ¡Me llevan de excursión a un museo de perfumes! Me gustan mucho los perfumes. El de mamá es rosa. Rosa mermelada de fresa. Dulce y pegajoso. El de papá es verde-marrón. Verde-marrón jardín en Halloween. El aire que se cuela por la rendija de la ventanilla también es verde-marrón. Más clarito. Como la hierba del campo de fútbol del colegio cuando llueve. Ahora está lloviendo. El campo estornuda gotas moradas. Se están colando en el coche. Intento atraparlas con la nariz. El morado no huele a mermelada, no es pegajoso, no es dulce. Me pica en la garganta y me cierra los ojos. Bostezo. Quiero dormir arropado con una manta suave. El morado pica y es suave, como la barba de papá. Me tranquiliza, como los besos de mamá. El morado viaja en nuestro coche hasta el museo. No me quiero bajar, quiero dormir. Pero también me quiero bajar y buscar más morado. En la calle huele a gris. Las piedras resbalan. Una señora nos da unos papeles amarillos en los que pone «Fra-gonard». La señora huele a amarillo. No es limón, no es piña, no es pis. Es la clase después de perder a las carreras con el idiota de Bastien en el recreo. El aire se lleva el amarillo y trae blanco. Hay demasiadas flores en este jardín. Los olores se juntan muy deprisa y explotan en una bomba blanca. ¡Fusión! Me gusta mucho Bola de Dragón. Papá y mamá siempre me traen un nuevo cómic cuando vuelven de sus viajes. Este señor se parece al maestro Muten Roshi. Me quita el papel amarillo, me lo rompe y me lo devuelve. Lo tiro al suelo, ya no lo quiero. Entro en el museo. Hay una mesa para jugar. ¡Y tiene morado! Corro a por él. Está en un bote. Ramitas secas y flores moradas muy pequeñas. Hormigas. Hormigas moradas. Me fijo en el cartel: «La-van-din». Me gusta, pero le falta amarillo. No amarillo pis, amarillo limón. Tengo que darle de comer limón a las hormigas. ¿Dónde hay? ¡En aquel jarrón! Corro a por él. ¡Crash! Oh, oh… Papá ya no sonríe. Mamá ya no quiere darme besos. El maestro Muten Roshi nos regaña. No me dejan tocar nada más de la casa de los colores. Nos marchamos demasiado pronto. Papá me dice que cenaremos guisantes. ¡Es el peor día de mi vida!