POEMA PRIMERO

Al norte, una miasma

descendió sobre la capital

e hizo de la emperatriz su esclava.

Al sur, una cigarra

entonó un cántico de venganza

mientras el pueblo lloraba a su difunta reina.

Entre los territorios, una dama

sin nada

trató de cambiar su destino.

Y arriba, en los cielos,

el paraíso perdió una deidad.