En 1918, el gran psicólogo estadounidense William James escribió: «La naturaleza, en sus insondables designios, nos ha mezclado de arcilla y llama, de cerebro y mente, de modo que ambas cosas están indudablemente unidas y se determinan mutuamente, pero ningún mortal puede saber cómo o por qué». Esta cita es la imagen perfecta de la promesa y el desafío de la neurociencia. Nosotros somos la llama, brillante, parpadeante, lambiscente y siempre cambiante. Es lo que sentimos que somos: el yo consciente, y lo protegemos. La arcilla material lo sostiene, no es glamurosa, pero sí esencial. La llama depende de la arcilla. Nuestra naturaleza es llama y arcilla. Este libro trata de cómo ambas funcionan juntas. Seremos la llama más brillante si comprendemos nuestras raíces materiales: la biología de la mente. Nuestra razón para escribir este libro es dar una comprensión más profunda de cómo funciona el cerebro para crear experiencia. Para dar nuevas herramientas que ayuden a crear una realidad más satisfactoria para ti y para los demás.
Este libro aplica la neurociencia cognitiva al coaching. La neurociencia cognitiva explora las bases biológicas de la mente, la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso y el cerebro, y su relación con el comportamiento y el aprendizaje. El coaching está bien establecido como una forma poderosa de ayudar a las personas a cambiar, crecer y rendir mejor, especialmente en el contexto empresarial. Este es un libro sobre las ideas, la investigación y las perspectivas de la neurociencia cognitiva y sobre cómo utilizarlas para ayudar a las personas a experimentar una vida mejor, a desarrollar su potencial y a ser más felices. Este es nuestro trabajo como coaches, y, aunque este libro está escrito principalmente pensando en los coaches, estos conocimientos pueden utilizarse en cualquier profesión que ayude a las personas a cambiar y a trabajar para mejorar: la formación, la terapia y el liderazgo, por ejemplo. Este libro es para ti si quieres comprender más profundamente el pensamiento, el sentimiento, la decisión y el bienestar.
Empezamos a hacer coaching hace más de veinte años. La psicología, el estudio de la llama, estaba muy avanzada. La neurociencia cognitiva, el estudio de cómo la arcilla produce la llama de la conciencia, estaba mucho menos desarrollada. Ahora la neurociencia es popular y crece rápidamente, otorgando credibilidad a todo lo que toca; las investigaciones demuestran que incluso una imagen de un cerebro en un artículo de psicología le da más credibilidad en la mente del lector.
Aquí nos centraremos en el cerebro, que es la parte más grande, compleja y especializada de nuestro sistema nervioso. A medida que la neurociencia va comprendiendo mejor el cerebro, este resulta ser más extraño de lo que pensábamos. Quizás más extraño de lo que podemos imaginar.
Si nos centramos en el cerebro, podemos aprender más sobre nuestros pensamientos, emociones y comportamientos, y sobre cómo se generan, moldean y cambian. Sin embargo, no podemos olvidar el cuerpo: nuestro cerebro necesita a nuestro cuerpo, ha evolucionado como parte de nosotros. Todas nuestras facultades mentales están personificadas. Por último, el cerebro no existe de forma aislada. Nuestro cerebro es moldeado por otros desde el nacimiento, por nuestros padres, cuidadores, comunidad y cultura.
Nuestro cerebro está implicado en todo lo que hacemos. Todos los que trabajan ayudando a las personas a cambiar y aprender necesitan saber cómo funciona. Los coaches trabajan con la experiencia subjetiva del cliente. Hacen preguntas, exploran e indagan en la experiencia del cliente y le ayudan a comprender sus objetivos y valores y a avanzar hacia una vida más satisfactoria. No intentamos reducir la experiencia a las funciones cerebrales. Observamos el cerebro para ver cómo crea nuestra experiencia y luego volvemos a explorar esa experiencia con esos conocimientos. Así podremos comprender mejor nuestra experiencia subjetiva y obtener conocimientos prácticos sobre cómo dirigir nuestra vida.
Hablamos con nuestros clientes y escuchamos su respuesta. Desde el punto de vista neurocientífico, nos comunicamos con una parte muy pequeña del cliente, la que es consciente y tiene acceso a la parte del cerebro dedicada al lenguaje. Hay muchas partes que no tienen voz y necesitan ser escuchadas, y muchas partes de nuestro pensamiento y toma de decisiones no son conscientes. No sabemos lo que no sabemos. Necesitamos entender y comunicarnos con más partes del cliente, para rastrear las complejidades del pensamiento y la emoción. Ver cómo estas se entretejen en el cerebro nos da una visión diferente que enriquece nuestra comprensión. Podemos hacer coaching y ayudar a nuestro cliente de forma más eficaz. Es una nueva perspectiva de la experiencia, otra lente que podemos usar para entendernos a nosotros mismos.
El coaching sigue basándose en gran medida en pruebas anecdóticas de éxito. El coaching debe basarse en la investigación, y la investigación neurocientífica le dará más credibilidad. Los coaches necesitan conocer la psicología y la neurociencia (aunque no todos los detalles anatómicos) para guiar la experiencia de sus clientes de la manera más útil. La neurociencia ofrece una hoja de ruta mejorada. Prevemos que, dentro de unos años, los coaches que no conozcan la neurociencia básica estarán en desventaja.
Queremos que este libro sea práctico, por lo que lo hemos organizado en torno a la experiencia y no a las partes o funciones del cerebro. Las aplicaciones del coaching están en cada capítulo. Hay notas a pie de página con referencias y derivaciones interesantes del texto. Léelas a medida que avanzas, no las dejes para el final.
El primer capítulo presenta a nuestro cliente neurocientífico: el cerebro. Los nombres en latín no son obligatorios, y no es necesario tener un título de anatomía para este (o cualquier otro) capítulo. Se trata de una explicación básica de cómo está organizado el cerebro y qué hace.
El capítulo dos trata de la neuroplasticidad, es decir, de cómo el cerebro cambia a través de la experiencia. El cerebro se adapta a nuevas ideas y circunstancias. Refleja tus cambios en el aprendizaje, los intereses y las acciones reforzando las conexiones, creando nuevas o debilitando otras, dejando que decaigan y desaparezcan.
El capítulo tres trata de los objetivos, la planificación, las habilidades de pensamiento y la cognición fría. Abarca la neurociencia de los objetivos, desde la planificación hasta la acción.
En el capítulo cuatro, encontrarás el sistema 1 y el sistema 2: cómo nuestro pensamiento a menudo está apresurado, es egoísta y se ve influenciado por nuestro entorno. Es un material fascinante sobre la facilidad con la que nuestro pensamiento se desvía.
El capítulo cinco trata de las emociones y de la llamada cognición caliente, el pensamiento basado en las emociones. Exploraremos la felicidad, los perfiles emocionales, el secuestro de la amígdala y cómo podemos regular nuestras emociones. Estas impregnan nuestro pensamiento como una gota de tinta en el agua, influyendo en todo lo que hacemos.
El capítulo seis explora cómo tomamos decisiones y cómo podemos tomarlas mejor. La vida es, básicamente, una serie de decisiones, ya que nos abrimos camino eligiendo una vía en lugar de otra, sin poder volver nunca sobre nuestros pasos. Nuestro cerebro hace simulaciones del futuro, las compara, integra la información y la emoción y luego elige. Las elecciones que hacemos dejan cambios en nuestro cerebro.
El capítulo siete trata de la memoria, de cómo equilibramos constantemente nuestro yo que experimenta y nuestro yo recordado. La memoria no es un registro de lo que ha sucedido, sino una nueva reconstrucción que hace el cerebro cada vez que recordamos. Los clientes cuentan sus historias desde su memoria. ¿Cómo de reales son?
El capítulo ocho trata del aprendizaje, las recompensas y la creación de hábitos. ¿Cómo aprendemos? Nuestro cerebro crea predicciones y expectativas y las actualiza constantemente. Nos fijamos en el circuito de recompensa, la dopamina, las adicciones y la rueda hedonista.
El capítulo nueve trata de los modelos mentales: los hábitos de pensamiento, los surcos mentales trazados por el uso continuado. Los circuitos cerebrales desgastados conducen a pensamientos y comportamientos desgastados. Los modelos mentales que nos limitan son el mayor obstáculo para la felicidad y los logros. Aquí veremos cómo sacar el pensamiento del cliente de sus surcos (y ayudar al cliente a crear surcos más valiosos).
El capítulo diez analiza nuestro cerebro social: las relaciones y la empatía, la confianza y la equidad.
El capítulo once trata de la identidad: ¿quién eres tú y cómo crea el cerebro el sentido y la continuidad? El cerebro se parece más a un agente de prensa que a un testigo ocular.
El último capítulo une los hilos para ver dónde estás tú en todo esto. Con suerte, con más conocimientos y éxito que cuando empezaste el libro.
Cuando escribamos de forma genérica sobre coaches o clientes, lo haremos sin género, utilizando el pronombre ellos para evitar una narración patosa.
Escribimos sobre lo que nos entusiasma. Han pasado más de cinco años desde que escribimos nuestro último libro, y este campo ha aflorado desde entonces. Ahora podemos compartir este apasionante campo contigo. Esperamos que lo disfrutes y te beneficies de él.
Son muchos los que han contribuido a este libro. Queremos dar las gracias a David Eagleman, que nos inspiró por primera vez en la neurociencia y que supone un modelo de escritura excelente y accesible sobre este campo.
También a nuestra editora en Routledge, Susannah Frearson, por tener fe en la idea. Gracias a Anna Lages, que ha dibujado muchos de los diagramas que ilustran este libro. Nuestros clientes nos han aportado muchas ideas, y en estas páginas contamos algunas de sus historias. Nuestro especial agradecimiento al doctor Acary Souza Bulle Oliveira y al doctor Fabiano Moulin de Moraes por escribir el prólogo. Gracias a Warren Zevon, Iron and Wine y J.S. Bach por proporcionarnos buena música para pensar y escribir. Creemos que habrían disfrutado de una sesión de improvisación juntos.
Por último, a nuestra hija Amanda, que siempre hace las mejores preguntas.
Joseph O’Connor y Andrea Lages
Junio de 2018