
Concepto: Propulsión
Las botellas plásticas de un solo uso son un enorme problema para nuestro mundo, pues tardan miles de años en descomponerse. En la actualidad incluso existen islas compuestas por los residuos plásticos que desechamos. Este experimento es una oportunidad de reutilizar una botella mientras aprendes sobre la propulsión. Es muy importante que estés en un espacio abierto.
¿Qué vas a necesitar?
— Botella plástica
— Bicarbonato de sodio
— Vinagre de cocina
— Servilletas
— Corcho
— Palitos de madera, por lo menos de 10 cm
— Trozo de cuerda delgada o hilo, por lo menos de 6 cm.

¿QUÉ DEBES HACER?
1 A la botella pégale tres palitos de esta manera :

2 Pon una cucharada de bicarbonato de sodio en una servilleta y amárrala con la cuerda delgada. Deja un extremo de la cuerda más largo, de por lo menos 5 cm.
3 Enrolla las puntas de la servilleta para que quede un paquetico que quepa en la boca de la botella.
4 Echa vinagre hasta la mitad de la botella.
5 Pon el paquetico de bicarbonato de sodio en la boca de la botella, deja el extremo más largo de la cuerda por fuera y pon el corcho. Asegúrate de que no vaya a caer en el vinagre.

6 Con cuidado, gira la botella para que quede apoyada en el piso sobre los palitos. La reacción es muy rápida, así que ¡corre!

EL BICARBONATO DE SODIO y el vinagre producen una reacción química que libera un gas muy conocido: el dióxido de carbono (CO2). Este gas ocupa más espacio que el que tiene en la botella, entonces busca salida por el punto más débil: el corcho. La presión expulsa el tapón y genera una fuerza suficiente para elevar tu cohete a una gran altura. Este es el principio básico de los cohetes que van al espacio: la generación de fuerza y presión suficientes que venzan el peso del aire y desafíen la gravedad.
