Para mi maravillosa madre, que siempre ha sido mi mayor admiradora, mi crítica más dura, y la mujer que es la única responsable de mi desconfianza en los idiotas de la industria del calzado. Gracias por dejarme leer bajo las sábanas cuando en realidad debería haber estado durmiendo.
Y para mi querido padre, quien pudo ver la cubierta, pero jamás llegó a leer el libro. Le habría encantado la escena de Stella’s, y se habría acordado del kétchup.
D. E. P. Jerry Painter
(17/05/1939 – 18/05/2020)
—L. P.