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PSICOLOGÍA POSITIVA:
ORIGEN Y DEFINICIÓN

A la hora de definir el origen de una disciplina, y sobre todo de las que nacen dentro de otras más extensas, surgen varios escollos. Algunos autores distinguen entre antecedentes (los eventos que favorecen el germen que facilite que años después surja una disciplina de ellos), distantes o recientes, e hitos fundacionales (las acciones concretas que dan por constituido el nuevo campo o área).

Origen de la Psicología Positiva

Antecedentes distantes

La filosofía oriental y occidental clásica ha generado un conocimiento tan valioso que ha trascendido todo este tiempo, sentando una magnífica base para todo lo que ahora sabemos sobre el arte de vivir y la Ciencia Psicológica. Por ejemplo, Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, nos habla de la eudaimonia, refiriéndose a la Felicidad que emerge del uso cotidiano de nuestras virtudes, lo que llamaba una vida bien vivida. Verás un gran paralelismo entre esto y la segunda vía del modelo de Felicidad de Seligman del capítulo 3, así como con el modelo de Fortalezas del capítulo 4. Séneca, también en su texto Sobre la Felicidad plantea modos de usar la razón (logos) de tal forma que podamos vivir en armonía, no claudicando en la trampa de los placeres, sino elevando nuestro modo de vida con la sabiduría que nos lleva a la Felicidad.

En Oriente encontramos enfoques bastante diferentes. Desde el Budismo, podemos hallar múltiples sistematizaciones bastante completas acerca de cómo vivir con plenitud. Tanto la filosofía que se atribuye al Buda Gautama, como los principios del Confucianismo, o los enriquecedores trabajos de las técnicas de meditación, han supuesto una gran fuente de inspiración para la Psicología Positiva. De hecho, resulta curioso que la ciencia no pare de ratificar la conveniencia y eficacia de muchas de las propuestas provenientes de esta sabiduría ancestral.

Antecedentes próximos

De entre los hitos promotores del surgimiento de la Psicología Positiva, el más claro parece la gran influencia que ha tenido la Psicología Humanista, por las propuestas más relacionadas con el bienestar y el desarrollo personal como son:

Carl Rogers y la Aceptación Incondicional. Rogers (1902-1987), considerado junto con Maslow el máximo exponente de la Psicología Humanista, desarrolla una corriente conocida como Terapia Centrada en la Persona. En ella, establece las que llamaba las tres condiciones necesarias y suficientes para el cambio terapéutico: a) Empatía, b) Autenticidad y c) Aceptación Positiva e Incondicional. Con estas ideas, y muchas otras transmitidas en el libro de El proceso de convertirse en persona abre una puerta en la que puntos como las relaciones personales, la bondad y el aprender a verse a uno mismo de modo positivo adquieren un nuevo cariz e importancia.

Abraham Maslow y su profundo estudio de las principales necesidades humanas, plasmado a través de su famosa pirámide.

En ella, Maslow (1908-1970) establece un campo de estudio en el cual nos invita a llegar a niveles más profundos de los previamente establecidos en la Psicología. Se muestra muy crítico con el exceso de “patologización” en los estudios y propuestas de la disciplina, y genera alternativas en las cuales la autorrealización está en el foco principal, por ser el punto más elevado. La define como el impulso de convertirse en lo que uno es capaz de ser. El crecimiento y el desarrollo del potencial propio.

Frankl y la voluntad de sentido y el Sentido de la Vida. Esta cuestión, claramente esencial para nuestro bienestar, le debe mucho a la influyente persona de Víktor Emil Frankl (1905-1997), superviviente de los campos de concentración nazis. Tras su liberación, escribe El hombre en busca de sentido, traducido a más de 50 idiomas, y considerado uno de los diez libros de mayor influencia en Estados Unidos. Es una lectura que recomiendo a todo el mundo: en ella combina el relato de su experiencia trágica a través del Holocausto con su puesta en valor de nuestro deber de crear una estructura clara de trascendencia en nuestra vida. Un buen ejemplo es esta gran frase:

A un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino.

—Viktor Frankl, 1946

Funda su propia corriente, la Logoterapia (Terapia basada en el Sentido), desde la cual invita a cada persona a explorar tres supuestos dentro de sí: a) la libertad de voluntad, b) la voluntad de sentido y c) el sentido de la vida. El sentido, a su vez, se desarrolla a través de los valores, que divide en creativos, vivenciales y actitudinales.

Estos tres autores favorecieron los primeros atisbos de un cambio de foco en la Psicología. Es más, parece que el término Psicología Positiva se revela por primera vez en 1954 en un libro de Maslow: Motivación y Personalidad, como título de uno de los capítulos1. Por azar he encontrado una reseña que lo contiene en su propio título: Maestre, T. (1905). Introducción al estudio de la Psicología Positiva. Madrid. Bailly-Baillere, prologada por el ilustre Nobel Santiago Ramón y Cajal. Aún no he conseguido acceder a ese volumen para comprobar si hace referencia a lo que planteamos o más bien (sería lo lógico) a un enfoque de la Psicología desde el Positivismo Filosófico.

Hitos fundacionales de la Psicología Positiva

Parece haber bastante consenso en considerar tres hechos clave:

El discurso de nombramiento de Martin E. P. Seligman en 1998 como presidente de turno de la Asociación Americana de Psicología (APA). Seligman era ya por aquel entonces un prestigioso psicólogo, dedicado desde hacía muchos años al estudio de la depresión y a cómo esta aparece, muy conocido por su modelo de la Indefensión Aprendida y posteriormente por sus estudios sobre los estilos cognitivos pesimistas y optimistas. Aprovechando su nombramiento, decidió hablar de Psicología Positiva, proponiéndola como:

Una reorientación de la ciencia que enfatiza la comprensión y construcción de las cualidades más positivas del individuo: Optimismo, coraje, ética laboral, consciencia del futuro, habilidades interpersonales, capacidad para el placer y el insight y responsabilidad social. Opino que desde el final de la Segunda Guerra Mundial la Psicología se ha apartado demasiado de sus raíces originales, que consistían en hacer las vidas de todas las personas más plenas y productivas, y acercado demasiado a la importante (pero no la única importante) área de la curación de la enfermedad mental.

La reunión y conferencia promovida por Seligman que tienen lugar en Akumal (México) en enero de 1999, donde se firma un manifiesto por parte de Ken Sheldon, Barbara Fredrickson, Kevin Rathunde, Mihály Csíkszentmihályi y Jon Haidt, con el objetivo de definir el movimiento y trazar un compromiso a través del cual se promovería la investigación de los aspectos positivos del ser humano.

La publicación del primer monográfico dedicado a la Psicología Positiva en la American Review of Psychology en 2000, que, por ser la revista de referencia internacional de la Psicología, supone una gran puerta de entrada y reconocimiento de las propuestas, así como una inmejorable oportunidad para darse a conocer y ganar adeptos.

Aun siendo estos tres puntos los principales indicios del nacimiento formal como disciplina independiente, con anterioridad a los mismos existían ya varios trabajos en esta línea. Por ejemplo, el manuscrito de Seligman Aprenda Optimismo de 1990, y en España el Optimismo Inteligente de Carmelo Vázquez y María Dolores Avia, de 1998, o Fluir (Flow): una Psicología de la Felicidad de Csikszentmihály en 1990. Desde entonces, el camino recorrido por la Psicología Positiva ha sido muy amplio y variado. No exento de problemas ni de críticas, como todas las disciplinas noveles, pero sí con un indiscutible rápido crecimiento y difusión. Desde mi punto de vista, esto ocurre por existir en la Psicología partes no cubiertas que están siendo implícita y explícitamente demandadas por la sociedad.

Como dice Maddi en 2006: Dicha práctica [refiriéndose a la evaluación y la psicoterapia practicada por psicólogos y psiquiatras] requiere cierta consciencia acerca de qué trata la vida, cómo los individuos están fallando a la hora de llegar a ese punto, y qué se puede hacer para ayudarles. Es un gesto de consciencia y honradez reconocer que en la Psicología hasta entonces prácticamente solo se consideraba lo negativo y patológico. De hecho, al estudiar Psicología en sus vertientes clínica, sanitaria o educativa, parece como si no tuviésemos otra alternativa que regirnos por los criterios dados por el manual DSM y la clasificación CIE. Los temas relacionados con el florecimiento personal eran y siguen siendo prácticamente inexistentes.

Pero, ¿pueden las personas clasificarse en base a dichos criterios patológicos? Si no existe un trastorno psicopatológico, ¿no hay nada que podamos hacer los psicólogos con las personas y su bienestar? Está claro (aunque no rodeado de discusiones más o menos lícitas) que estos manuales terapéuticos son muy útiles y beneficiosos en el contexto clínico para la comunicación interdisciplinar. Pero incluso en este contexto ¿el clínico solo debe atender, clasificar y comunicar a otros profesionales lo que está mal? Llama la atención que fuera del ámbito clínico, sí nos encontramos con que prolifera un sinfín de terapias, cursos y estrategias de crecimiento personal no basados en los hallazgos de la ciencia y la profesionalidad. De este modo estamos cultivando tendencias imprudentes en el campo del desarrollo humano, que pueden acabar no solo perjudicando a los receptores, sino también a la “imagen” o “confianza” en el campo. Hay mucha gente desencantada con la Psicología, convencida de que no funciona ni aporta procesos confiables ni efectivos. Qué lástima que la sociedad no esté sabiendo distinguir entre la Psicología real y las pseudoterapias y pseudoconocimientos, ya que la demanda es muy elevada en diversos entornos. Cada vez más personas sienten que algo no encaja, que no saben cómo gestionar las dificultades que viven, y por supuesto quieren aprender cómo hacerlo. Te invito a que descubras que la Psicología basada en la ciencia lleva décadas ofreciendo resultados de elevada y comprobada eficacia.

El crecimiento en España

Beatriz Vera comenta en su revisión bibliográfica de 2006 que no existía en España por aquel entonces un manual de Psicología Positiva de carácter global, sino varios de áreas separadas. Ella misma escribió en 2008 Psicología Positiva: una nueva forma de entender la Psicología, con carácter divulgativo. Carmelo Vázquez y Gonzalo Hervás editaron dos manuales que sin duda alguna son la referencia del campo incluso más allá de nuestras fronteras. Éstos, Psicología Positiva Aplicada y La Ciencia del Bienestar: Fundamentos de una Psicología Positiva, son más bien de carácter científico/profesional, y constituyen un material imprescindible para profundizar y comprender la disciplina, de mano de los mayores expertos. También en 2008 aparece, coordinado por el catedrático Enrique G. Fernández-Abascal, el manual Emociones Positivas.

En 2012 se organizó desde la Sociedad Española de Psicología Positiva el primer Congreso Internacional de la materia en Madrid. Nos sorprendió contar con aforo completo al poco de abrir las inscripciones, ante más de cuatrocientos académicos, profesionales e interesados en el campo, procedentes de múltiples países. Desde entonces, se han seguido realizando congresos cada dos años y jornadas nacionales en los años intermedios, aportando diversas líneas de investigación, innovadoras aplicaciones, que no paran de generar un valioso conocimiento teórico y práctico a nuestra sociedad. Creo que tenemos que estar muy agradecidos a este colectivo que trabaja arduamente por mejorar el bienestar de todos a través del desarrollo científico y humano.

Definición de la Psicología Positiva

Aunque en el capítulo 1 ya introdujimos varias observaciones importantes para empezar a entender lo que es la Psicología Positiva, es inevitable dedicar al menos una pequeña sección a definir el concepto.

Comenzaré con la reseña propia del manifiesto Akumal: Psicología Positiva es el estudio científico del funcionamiento óptimo del ser humano y su misión es tratar de descubrir y promover aquellos factores que permiten prosperar tanto a los individuos como a las sociedades (Akumal Manifesto, 1999).

Un año después, los principales promotores del movimiento, Seligman y Csíkszentmihályi, también comentan aspectos interesantes: El propósito de la Psicología Positiva consiste en comenzar a catalizar un cambio en el foco de la Psicología, superando la preocupación única en reparar las peores cosas de la vida, en pos de la construcción de cualidades positivas.

Beatriz Vera aduce que estamos ante una rama de la Psicología de reciente aparición que busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano, durante tanto tiempo ignoradas por la Psicología.

Resulta claro que la base científica es un requisito para considerar cualquier contenido o intervención como algo propio de la Psicología Positiva. Incorpora factores que apenas se estaban estudiando previamente al inicio del movimiento. Y esto no supone en absoluto una alternativa excluyente a la Psicología tradicional, sino un complemento. Desde esta disciplina buscamos que tanto a nivel individual, a nivel colectivo (asociaciones, empresas, equipos, etc.) e incluso a nivel sociedades enteras, se alcancen los máximos grados posibles de plenitud y funcionamiento óptimo. Ciencia al servicio del bienestar. Para Seligman, todo esto se sustenta en tres pilares principales, sobre los cuales el campo debe desarrollar investigaciones e intervenciones:

Las emociones positivas.

Los rasgos positivos (para quien no esté familiarizado con el término, por rasgo nos referimos a una característica más o menos estable en el individuo, que con frecuencia se equipara a lo que se denomina comúnmente “personalidad”).

Las instituciones positivas: refiriéndose a todas aquellas que contribuyen a la salud y el bienestar psicológico de individuos y sociedades.

Desde mi visión, la Psicología Positiva es el campo de investigación y práctica que crea multitud de:

a) Conceptos teóricos o áreas de estudio: son puntos de observación y desarrollo. Siendo capaces de conocer y comprender cada uno, tendrás infinidad de oportunidades para enriquecer tu vida. Por ejemplo, si empiezas a conocer más sobre la Creatividad, cómo se estructura, palabras técnicas que definen sus modos o características, cómo puede influir en tus diferentes áreas vitales, etc., estarás llenando tu vida de pensamientos, emociones y conductas basadas en ella. Eso seguro mejorará tu practicidad, tu orientación a resultados, tu sensación de autoeficacia, y con ello vendrán grandes efectos positivos para tu Autoestima y Felicidad general. En vez de estar dándole vueltas continuamente a tus problemas, sintiéndote sobrepasado por ellos, y agobiándote en espiral sobre tu vida, tu mente se llena de conceptos y modos de poner en marcha la Creatividad, percibiendo tu inteligencia, madurez y capacidad resolutiva, a la vez que observas cómo se solucionan al menos alguno de ellos. Qué buen enfoque, ¿no?

Aunque no existe un gran consenso sobre qué áreas de estudio componen la Psicología Positiva, aquí propongo una lista de las principales:

1. Felicidad

2. Emociones Positivas

3. Fortalezas del carácter

4. Mindfulness o Atención Plena

5. Inteligencia Emocional

6. Optimismo

7. Gratitud

8. Sentido del Humor y Risa

9. Creatividad

10. Flow

11. Engagement/motivación

12. Resiliencia

13. Crecimiento Postraumático

14. Relaciones positivas

15. Amor

16. Valores

17. Sentido Vital

18. Entusiasmo

19. Compasión

20. Instituciones positivas

21. Autoestima

Podríamos considerar dentro del marco de la Psicología Positiva cualquier campo que estudie alguna faceta importante para el bienestar, pero no incluyo todas para no saturar la extensión del libro así como evitar ciertos solapamientos que pueden encontrarse entre algunas de ellas. Asimismo, de las anteriormente mencionadas ya poseemos cierto cuerpo de conocimiento, investigación y aplicación, por lo que podremos tratarlas con más confianza y detalle,

b) Ámbitos de aplicación: teniendo en cuenta los diferentes campos de intervención, las divisiones por grupos de trabajo, etc., hay acuerdo en considerar los siguientes ámbitos como los seis principales:

Psicología Positiva en el ámbito Clínico.

Psicología Positiva en el ámbito de la Salud.

Psicología Positiva en Educación.

Psicología Positiva en las Organizaciones.

Psicología Positiva en el ámbito Social.

Psicología Positiva para el Bienestar General.

c) Técnicas: esta parte deseo que te resulte de las más interesantes, ya que implica cómo transformar los conceptos teóricos en algo que puedas practicar en cada uno de los ámbitos; esto es, cómo aprender a poner en marcha mecanismos que lleven tu vida a su máximo potencial. Lo que solemos llamar “Crecimiento Personal” está basado en un buen entendimiento de esos conceptos teóricos que nos explican el funcionamiento de las principales situaciones difíciles de nuestra vida, pero sobre todo dan cuenta de cómo podemos actuar ante ellas. El ejercicio de las tres cosas positivas, las diferentes prácticas de Atención Plena, el diario de Gratitud o los ejercicios para aprender a utilizar nuestras Fortalezas de modos innovadores, etc.: encontrarás estas técnicas y muchas más dentro de cada capítulo; gracias a la investigación científica podemos distinguir qué estrategias generan efectos positivos de modo sostenible, y no solo en qué grado, sino también cómo irlas optimizando según la situación, la persona o el modo en que se aplican. Creo tremendamente valioso que la ciencia nos esté proporcionando cada vez más y mejores modos de hacer de nuestra vida lo que queremos que sea.

Funciones de la Psicología Positiva

Este punto es subjetivo, dada la influencia de las diferentes culturas, contextos o intereses, pero te comparto mi visión de lo principal que te puede interesar de la disciplina:

1. Aportar a los individuos conocimientos y técnicas científicamente validados que les acerquen a su plenitud.

2. Generar una barrera preventiva potente y eficaz ante la psicopatología. Obviamente, la gente más feliz sufre mucho menos de ansiedad, depresión, etc.

3. Contribuir a la mejora de múltiples índices físicos: a mayor Felicidad, más conductas de autocuidado, mejores niveles fisiológicos, más años de vida y de mejor calidad, entre otros.

4. Ampliar el alcance y utilidad de la Psicología: generar nuevos conocimientos permite que temas tan importantes como la Creatividad, la Motivación, las Emociones, el Amor y demás no solo funcionen mejor, sino que se enriquezcan los modos y situaciones en que se aplican. Aunque parece poco discutible que, como decía Seligman, en los inicios de la Psicología había que centrarse en lo más urgente (depresión, suicidio, trastorno de estrés postraumático…), ahora que ya hay buenas intervenciones para todo ello podemos comenzar a desarrollar los aspectos positivos de nuestra psique.

5. Proteger de falsos mitos a la población: la autoayuda no fundamentada, los artículos escritos por no expertos, las charlas divulgativas no siempre bien intencionadas o las formaciones impartidas por profesionales insuficientemente cualificados están generando mucha confusión en la población, promoviendo con frecuencia propuestas insalubres.

6. Optimizar la Educación: si aplicamos y transmitimos todas estas teorías y técnicas de bienestar científicamente validadas (cosa que no entenderé por qué no ocurre ya: si los Psicólogos nos dedicamos a estudiar y a mejorar el funcionamiento humano, ¿por qué no se tienen en cuenta estos conocimientos a la hora de diseñar e implementar las propuestas educativas?) conseguiremos cosas tales como:

Niñas con un nivel de Felicidad mayor, más estable, mejor estructurado.

Que los niños se sientan más felices hace que a su vez estén más motivados, contribuyan al bienestar de sus compañeras, obtengan mejores resultados, aporten más a la sociedad, tengan un comportamiento más positivo, generen menos conflictos con el profesorado y con sus madres y padres, entre otros.

Profesores con más herramientas para la gestión del aula y para manejar sus propias dificultades. Con el elevado índice de burnout (síndrome de estar quemado) que experimentan en nuestro país, este punto generaría importantes mejoras sociales. En nuestro centro, y creo que en muchos otros, el educativo es el gremio que más acude a consulta. Como te contaré hacia el final del libro, a través de la Educación creamos muchas propuestas que condicionan a la cultura en la que vivimos, para bien o para no tan bien. El conocimiento sobre el máximo potencial de bienestar personal y social debe estar en todos los estratos y figuras del campo educativo.

7. Crear sociedades más felices y sostenibles: los problemas que están trayendo el individualismo, los desastres ecológicos que estamos causando, los conflictos bélicos, la desigualdad, las batallas económicas, etc. son algo que tenemos que abordar. Los ciudadanos que saben cómo generar Felicidad dentro y fuera de sí mismos, crean la política y la sociedad que todos queremos, permitiendo vivir inspirados por los valores humanos fundamentales.

Tres cosas positivas (3CP)

Cada día, por tranquilo que sea, recibimos miles de estímulos a través de nuestros sentidos, y creamos millones de pensamientos como consecuencia de los primeros o en función de nuestras experiencias, sentimientos o pensamientos pasados. En este proyecto, te invito a aprender a identificar las cosas positivas que ocurren en el día a día.

Objetivos:

Crear una consciencia y conciencia de lo bueno que ocurre en cada uno de tus días.

Aprender por qué los sucesos positivos ocurren, y la influencia que tienes en ello; de este modo irás descubriendo cuáles de tus acciones tienen consecuencias favorables, y por lo tanto, potencias la tendencia natural a ponerlas en marcha.

Crear rutinas positivas a la hora de acostarte: acostumbrarte a pensar en lo bueno que ha sucedido cada día mejora la calidad del sueño y a la vez reduce la posibilidad de que caviles en las cosas que han podido salir mal, los temas pendientes, frustraciones, potenciales problemas que tendrás mañana… Esto es muy importante, porque si te “dejas ir” en esos hábitos negativos de la mente, crecerán en tu cerebro. Aprender este hábito, te protegerá.

Aumentar la presencia de lo positivo en tu mente: cuanto más tiempo esté tu cerebro ocupado pensando en eventos, sensaciones o sentimientos positivos, mayor capacidad tendrá para trabajar desde el Optimismo, la Motivación y la Felicidad. Irás comprobando que cada vez es más fácil recordar lo positivo que ha ocurrido cada día. ¿Por qué? Porque tu memoria va teniendo en su almacén cada vez más elementos positivos, lo que favorece que tus sentidos se vean atraídos más directamente por las cosas agradables (facilito la atención hacia ello), y esto a su vez causa que el cerebro procese cada vez más rápido y durante más tiempo esta información porque tiene más estructuras relacionadas.

Pasos:

1. Cada día, justo en el momento de irte a la cama, anota en un cuaderno o dispositivo electrónico lo siguiente:

– Mínimo tres cosas positivas que te han sucedido a lo largo del día.

– Por qué ocurrieron(describe si has tenido algo que ver, el proceso gracias al cual sucedieron…).

2. Para favorecer el cumplimiento de la tarea, deja en la mesilla de noche, en la almohada, o en el lugar más visible y accesible en el momento de acostarte, el dispositivo donde anotarás todo: cuaderno y bolígrafo, móvil, Tablet

3. Si consideras que te costará acostumbrarte a esta rutina, comenta a tu pareja o a alguien de confianza a quien veas frecuentemente en qué consiste tu proyecto para que te ayuden a verificar que lo estás cumpliendo concienzudamente (no hay necesidad de desvelar el contenido, solo el proceso para favorecer el recuerdo).

Día

Eventos positivos

¿Por qué ocurrieron?

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4

 

 

 

 

 

En las investigaciones sobre esta técnica aparece que su nivel máximo de eficacia se alcanza cuando la realizamos tres o cuatro días por semana, así que si algún día te olvidas no pasa nada. Aunque… ¡también he visto que mucha gente se engancha y no quiere dejarlo ni un solo día! Es lógico: acostumbrar a nuestro cerebro a tomar consciencia de lo positivo de nuestra vida es muy reforzante, como un gran premio al final de la jornada. Te anticipo un dato curioso: la Fortaleza del agradecimiento es la que más se relaciona con la Felicidad.

Te recomiendo que leas: Vera Poseck, B. (2008): Psicología Positiva: una nueva forma de entender la Psicología. Madrid, Calamar.

Bibliografía del capítulo 2

Hervás, G. “Psicología positiva: una introducción”. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado. 2009; 23(3):23-41. [fecha de Consulta 21 de octubre de 2021]. ISSN: 0213-8646. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27419066003.

Maestre, T. (1905). Introducción al estudio de la Psicología Positiva. Madrid, Bailly-Baillere.

Seligman, M. E. P. y Csikszentmihalyi, M. (2000). “Positive psychology: An introduction”. American Psychologist, 55 (1), 5–14. [fecha de Consulta 21 de octubre de 2021]. Disponible en: https://doi.org/10.1037/0003-066X.55.1.5

Vázquez, C. y Hervás, G. [coords.] (2009). La ciencia del bienestar: Fundamentos de una Psicología Positiva. Madrid, Alianza.


1 Hallado en Vera Poseck, B. (2008). Psicología Positiva: una nueva forma de entender la Psicología. Madrid. Calamar.