La historia de la película

Una mañana, un gatito abandonado llamado Oliver intentaba robar unas salchichas. Dodger, un perro callejero, le ofreció su ayuda.

No obstante, en cuanto Dodger se hizo con las salchichas, salió corriendo y se subió encima de un coche.

El gatito lo persiguió hasta llegar a una destartalada casa flotante, que era donde Dodger vivía con otros perros. Después de saber que Oliver había participado en el robo de las salchichas, los amigos de Dodger decidieron compartir su cena con él.

Poco después, llegó un hombre desaliñado llamado Fagin.

Los perros se alegraron mucho de ver a su mejor amigo.

Justo entonces, sonó el claxon de un coche y Fagin salió al muelle para hablar con el terrible Sykes, a quien debía dinero.

—¡Estoy harto de esperar, Fagin! —lo amenazó Sykes—.

Tienes tres días para pagarme. De lo contrario…

Muy preocupado, Fagin volvió a entrar en la casa flotante y fue entonces cuando conoció a Oliver. Como cada noche, el hombre se acurrucó en su viejo sillón para leerles un cuento a los animales.

—Pero hoy solo un capítulo —precisó.

Oliver comprendió que la banda se dedicaba a robar objetos de valor para ayudar a Fagin a pagar su deuda.

Al día siguiente, Francis, el bulldog, fingió que un coche de lujo lo había atropellado. Cuando el conductor se bajó para ver cómo estaba, Oliver se subió al vehículo. En la parte trasera, estaba una niña que se llamaba Jenny.

—¡Oh, pobre gatito! —exclamó la niña.

En ese momento, el conductor se volvió a subir al coche y arrancó.

Jenny adoptó a Oliver. El gatito estaba encantado de haber encontrado a una familia, pero Georgette, la perra de la niña, estaba celosa. Mientras Jenny estaba en la escuela, los amigos de Oliver irrumpieron en la casa.

Contenta de poder deshacerse del gatito, Georgette metió a Oliver dentro de una funda de almohada y se lo dio a sus amigos.

—¡Largaos, deprisa! —les dijo mientras abría la ventana—. ¡Salid por aquí!

De nuevo en la casa flotante, Oliver se preguntaba por qué sus amigos lo habían traído de vuelta.

Al ver que Oliver llevaba un collar, Fagin decidió pedir un rescate y así poder pagar sus deudas. ¡Era su última oportunidad!

Jenny, nerviosa al saber que Oliver había sido secuestrado, decidió utilizar el dinero de su hucha para pagar el rescate.

Quedó con Fagin en los muelles a la hora acordada, pero el hombre, conmovido, le devolvió al gatito sin pedirle nada a cambio.

—¡Mira! —le dijo Fagin—. He encontrado un gatito perdido. Tal vez es el tuyo.…

En ese momento, apareció Sykes en su coche y se llevó a la niña.

Dodger y sus amigos corrieron a liberar a Jenny, que estaba encerrada en la oficina de Sykes.

—¡Venid! ¡Rápido! —exclamó Fagin desde su vieja motocicleta.

La pandilla se subió en la moto, detrás de Fagin, y huyeron a toda velocidad, con el coche de Sykes pisándoles los talones. Tras una larga persecución por las vías del tren, finalmente Fagin consiguió despistarlo. Cuando llegaron a casa de Jenny, Oliver se acurrucó en sus brazos, y todos juntos celebraron el cumpleaños de la niña.

¡Estaban contentos de haber encontrado por fin un lugar ideal donde vivir!