Capítulo 1
Conceptos básicos sobre seguridad y salud en el trabajo
5. Consecuencias y daños derivados del trabajo
6. Marco normativo básico en materia de prevención de riesgos laborales
7. Organismos públicos relacionados con la seguridad y salud en el trabajo
Un elevado porcentaje de la vida de las personas transcurre en su trabajo, pues este provee al individuo del dinero que necesita para su sustento y, además, crea un espacio en el que sus relaciones personales y su autoestima pueden desarrollarse. Sin embargo, el entorno laboral también puede perjudicar a la persona dañando su salud. Los accidentes de trabajo, las enfermedades profesionales y las derivadas del trabajo deben ser evitadas a toda costa y el responsable directo de ello es el empresario.
Los poderes públicos también juegan un papel importante, ya que deben velar por la seguridad e higiene en el trabajo. Con este objetivo, impulsados por la incorporación de España en 1986 a la Comunidad Económica Europea, han desarrollado un marco jurídico que se sustenta en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
El trabajo constituye el medio fundamental de vida de la mayoría de la población. A través del trabajo, el hombre obtiene los recursos necesarios para vivir, pero paradójicamente la salud puede verse dañada como consecuencia del trabajo que se realiza.
Es frecuente encontrar noticias en los medios de comunicación en las que se relata la muerte de alguna persona mientras estaba trabajando, por lo que resulta evidente que el trabajo puede dañar la salud.
Un trabajador de 21 años de edad ha fallecido en la madrugada de este viernes tras quedar atrapado en una máquina de una empresa de plásticos situada en el Polígono Llanos Mazuelos de la localidad jiennense de Alcalá la Real.
Según informa el servicio unificado de emergencias 112 Andalucía, un compañero de la víctima llamó sobre las 04.10 horas para pedir ayuda porque el fallecido había quedado atrapado en una máquina bobinadora.
Acto seguido se movilizó de inmediato a Bomberos de Alcalá la Real, Guardia Civil, Policía Local, Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), Inspección de Trabajo y Centro de Prevención de Riesgos Laborales.
Los servicios sanitarios desplazados al lugar han confirmado el fallecimiento de un joven de 21 años. Por su parte, la Guardia Civil ha indicado que se trata de un accidente laboral y que ha quedado activado el protocolo para este tipo de sucesos.
Por otro lado, también es cierto que el trabajo proporciona recursos indispensables para alcanzar y mantener la salud: recursos económicos, habilidades personales, motivación, autoestima, redes sociales, equilibrio psíquico, etc.
Sin embargo, antes de continuar, cabría preguntarse “¿qué es la salud?”. A pesar de que se trata de un término de uso común, definir qué es la salud es algo ciertamente complejo. De hecho, normalmente se habla de ella cuando se pierde o se deteriora.
En el Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que entró en vigor el 7 de abril de 1948 y no ha sido modificada desde entonces, se establece que:
La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

Son tres las dimensiones que garantizan la salud, y el trabajo puede afectar a cada una de ellas. En la noticia anterior, la integridad física del trabajador ha resultado dañada, hasta el punto de fallecer como consecuencia de una descarga eléctrica. En otros se ve afectado el equilibrio mental como consecuencia, por ejemplo, de la elevada carga de trabajo que soporta un individuo, lo que hace que aparezca el estrés negativo.
Este manual muestra cómo ciertos aspectos del trabajo pueden perjudicar a la salud de los trabajadores y/o al medio ambiente (y cómo minimizar ese impacto). Por ello, es muy importante no olvidar a lo largo del mismo que el trabajo es fundamentalmente beneficioso para el trabajador y, por tanto, debe ser considerado como un bien.

Recuerde
El trabajo proporciona recursos indispensables para alcanzar y mantener la salud: recursos económicos, habilidades personales, motivación, autoestima, redes sociales, equilibrio psíquico, etc.
Si se quiere comparar la siniestralidad en carretera de España y Portugal no basta con conocer el número de accidentes de tráfico acaecidos en uno u otro país en un determinado periodo de tiempo. No es suficiente saber que, en los últimos 12 meses, en España se han registrado, por ejemplo, 800 accidentes y en Portugal 200. Se precisa más información, los accidentes no pueden ser comparados sin más cuando la población de España es varias veces superior a la de Portugal. Conocer el número de conductores que hay en ambos países o el número de desplazamientos por carretera que se producen podrían ayudar. Con la siniestralidad laboral ocurre lo mismo, para comparar un año con otro, no basta con saber si los accidentes han aumentado o disminuido; es preciso saber el número de personas que han trabajado ese año o el número de horas que se han trabajado entre todos.
En los medios de comunicación, cuando se habla de siniestralidad, se hace frecuentemente referencia al número total de accidentes y no al índice de incidencia o al de frecuencia. Este artículo que se muestra es una excepción.
El número de accidentes laborales supera los 500.000 por primera vez desde 2011 Construcción, el sector con mayor tasa de incidencia
27/04/2018 Randstad ha analizado los últimos datos sobre siniestralidad laboral publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social de la última década, de 2007 a 2017, en función del sector de actividad y comunidad autónoma de residencia del profesional, así como la tasa de incidencia de cada uno de ellos, con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra el próximo 28 de abril.
Randstad revela que la tasa de incidencia, que mide el número de accidentes laborales por cada 100.000 trabajadores, ha registrado la cifra más alta de los últimos seis años. En concreto, en 2017, la tasa subió 1% respecto al año anterior, aunque al analizar la serie histórica, fue en 2007 cuando se alcanzó el índice más elevado con 5.914. “Tras ese punto, este indicador del mercado laboral encadenó cinco años de descenso consecutivo hasta situarse en la cifra más baja (2.949) de la serie histórica, para después encadenar cinco años de incrementos”, indica el estudio.
Asimismo, en términos absolutos, en 2017 ocurrieron 503.749 accidentes laborales durante la jornada, la cifra más elevada desde 2011. Al igual que la tasa de incidencia, los accidentes laborales durante la jornada alcanzaron su mayor cifra en 2007 para descender de forma consecutiva hasta 2013 para luego crecer hasta 2017.
Dos son los índices estadísticos que se utilizan:
Índice de incidencia
Tiene como objetivo establecer el número de accidentes en relación con el promedio de personas que trabajan. La expresión que lo define es:

Suele establecerse para un periodo de un año y se refiere a accidentes con baja. Con un ejemplo se entiende mejor la causa de que el ministerio, con la competencia de trabajo, utilice 100.000 trabajadores de referencia para calcularlo.

Ejemplo
Supóngase que en una determinada empresa en la que trabajan 90 personas se han producido 5 accidentes con baja durante el último año. Si se calcula el índice de incidencia como:

El resultado es un número inferior a la unidad y no da la impresión de que haya muchos accidentes por trabajador, solo 0,056. Por el contrario, si se calcula con la fórmula propuesta, el resultado es 100.000 veces mayor, es decir, 5555,6. Ahora parece claro que los accidentes son demasiados.
Índice de frecuencia
Tiene como objetivo establecer el número de accidentes en relación con el número de horas trabajadas. Por convenio, se ha acordado que se relacione con un millón de horas trabajadas, de forma que la expresión que lo define es:

Para calcular el número de horas trabajadas es preciso sumar las horas que trabaja cada trabajador en un determinado periodo.
A continuación, puede observarse el índice de incidencia correspondiente a los diferentes sectores de actividad de la economía española. Queda de manifiesto que las actividades con mayor siniestralidad son el sector servicios o la industria, seguidas de lejos por el sector de la construcción y el agrario.


Aplicación práctica
En una imprenta trabajan 25 personas a jornada completa y 3 a media jornada. Durante el último año se han producido 3 accidentes de trabajo con baja. Si el número de días trabajados al año es de 230 y la jornada diaria media es de 8 horas, calcula el índice de frecuencia y el de incidencia de la referida empresa.
SOLUCIÓN
Para calcular el índice de frecuencia es necesario conocer el número de horas trabajadas por persona, lo que se realiza multiplicando el número de trabajadores por el número de días del año y por el número de horas que se trabaja cada día. Distinguiendo entre jornada completa y media jornada, se obtienen los siguientes resultados:
El número total de horas hombre trabajadas es de 48.760 horas. A partir de aquí basta con aplicar la fórmula:

Sabiendo que el número total de trabajadores es 28, el índice de incidencia se calcula directamente aplicando la fórmula:

El daño para la salud del trabajador viene generado por el encadenamiento de una serie de sucesos que acontecen ante unas determinadas circunstancias, por la existencia de diferentes factores de riesgo o peligros. Se puede denominar factor de riesgo a todo objeto, sustancia, forma de energía o característica de la organización del trabajo que puede contribuir a provocar un daño en la salud del trabajador.
Por otro lado, el riesgo viene determinado por dos conceptos clave: los daños que este puede ocasionar y la probabilidad de que se materialicen. Ambos conceptos son difíciles de valorar de una forma precisa, pero existen métodos de evaluación que permiten hacerlo con bastante eficacia.

Recuerde
El riesgo se produce cuando el trabajador entra en contacto con el factor de riesgo.
La ley de Prevención de Riesgos Laborales establece en su artículo 15 que lo primero que hay que hacer con los riesgos es eliminarlos y evaluar los que no se puedan evitar. Estos han de ser combatidos en su origen y se ha de adaptar el trabajo a la persona teniendo en cuenta la evolución de la técnica. En el caso de que sea preciso proteger al trabajador, se debe recurrir en primer lugar, a equipos de protección colectiva y, por último, a equipos de protección individual.

Definición
Evaluar
Es determinar si el riesgo es tan pequeño que el trabajador puede convivir con él o, por el contrario, si es necesario actuar.

Ejemplo
En un taller de artes gráficas se encuentra instalado un equipo de impresión que produce un ruido que, cuanto menos, resulta molesto a todos los trabajadores que se encuentran trabajando en las inmediaciones. La solución óptima que evita que la salud del trabajador resulte dañada no es dotarlo de protecciones auditivas. Lo que se debe hacer es aislar ese equipo, por ejemplo encerrándolo en una habitación específica, de modo que el ruido se aleje de la mayoría de los trabajadores. Sólo en última instancia, si se han puesto en práctica todas las medidas preventivas razonables y el riesgo persiste, se planteará el uso de protecciones auditivas por los trabajadores.
La evaluación de riesgos es clave en la lucha contra el riesgo. A continuación, se presenta un método de evaluación basado en los cuestionarios que el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene ha elaborado para la evaluación de riesgos en la PYME.
Las condiciones de trabajo que pueden menoscabar la salud de los trabajadores se pueden agrupar en cuatro grandes bloques, dentro de los cuales se ubican los agentes materiales a los que se asocian los diferentes riesgos. Son los siguientes:
1. Lugares de trabajo.
2. Máquinas.
3. Elevación y transporte.
4. Herramientas manuales.
5. Manipulación de objetos.
6. Instalación eléctrica.
7. Aparatos a presión y gases.
8. Incendios.
9. Sustancias químicas.
10. Contaminantes químicos.
11. Contaminantes biológicos.
12. Ventilación y climatización.
13. Ruido.
14. Vibraciones.
15. Iluminación.
16. Calor y frío.
17. Radiaciones ionizantes.
18. Radiaciones no ionizantes.
19. Carga física.
20. Carga mental.
21. Trabajo a turnos.
22. Factores de organización.
Para cada uno de los veintidós agentes materiales, el INSHT ha elaborado un cuestionario que está pensado para ser contestado por una persona que no sea técnica en prevención y que sólo tenga unos conocimientos básicos sobre seguridad y salud. La idea es simplificar el cumplimiento de los deberes en materia preventiva a los empresarios y, de paso, facilitar la integración de la prevención en todos los niveles jerárquicos de la empresa, implicando a todos los trabajadores.

Nota
En la misma línea, se ha creado el portal web prevencion10.es que incorpora la herramienta evalua-t® que permite evaluar de forma completa actividades con menos de 10 trabajadores empleados.
En el cuestionario de máquinas, por ejemplo, las cinco primeras preguntas (de verdadero/falso) son las siguientes.
Resulta evidente que cualquiera de esas preguntas puede ser respondida por la persona que utiliza el equipo en cuestión. Además, cada una de ellas va acompañada de un texto que orienta sobre la medida preventiva a tomar en caso de que la pregunta se responda de forma negativa. Para la pregunta cuarta, por ejemplo, el texto es:
Deben garantizar la inaccesibilidad a la zona peligrosa.
El cuestionario termina con una valoración del riesgo que se realiza en función de las respuestas negativas. La situación se clasifica como muy deficiente, deficiente o mejorable.

Ejemplo
En el caso de los cinco primeros puntos expuestos a modo de ejemplo, la valoración sería:
En muchos casos, la cumplimentación de los cuestionarios da una idea clara de los lugares en los que hay que actuar, pero en otras ocasiones la valoración del riesgo que de ella se deriva no puede considerarse definitiva. Es preciso plantear un estudio más profundo. Para ello, se puede recurrir al método simplificado del INSHT que está desarrollado en la Nota Técnica de Prevención 330.

Nota
A lo largo de este manual se usará con frecuencia el acrónimo INSHT, que son las siglas de Instituto Nacional de Seguridad e Higiene.
Llega el momento de profundizar en los daños derivados del trabajo y las consecuencias que estos producen. En primera instancia se ha de decir que cuando el daño se origina de forma rápida e inminente se produce un accidente. Por el contrario, si el perjuicio se produce poco a poco hasta alcanzar un nivel en el que se hace patente, se presenta una enfermedad profesional o una derivada del trabajo.
Al estudiar los accidentes de trabajo se ha de distinguir entre el concepto legal que tiene como fin resarcir al accidentado y el concepto preventivo cuyo fin es la eliminación de los accidentes.
Concepto legal
La definición legal de accidente de trabajo no se encuentra en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, sino en la Ley General de la Seguridad Social. Dicha norma, en el apartado primero de su artículo 115, indica:
Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena.
Queda claro que, para que se produzca un accidente, se deben dar tres condiciones:
Según esto, los trabajadores autónomos no tienen accidentes laborales. La justificación, bastante discutible, es la siguiente. Un trabajador autónomo es su propio jefe y si pone en riesgo su salud lo hace por propia voluntad; por el contrario, un trabajador por cuenta ajena tiene un jefe y si pone en riesgo su vida, será por el jefe.
En 2007 esta situación cambió con la aprobación de la Ley del Estatuto del trabajo autónomo que reconoce a los trabajadores acogidos a este régimen el derecho a percibir las prestaciones correspondientes por accidente laboral.
El artículo 115 continúa con cuatro apartados más. El segundo enumera una serie de supuestos que podría parecer que quedan fuera de la definición anterior, pero que sí son accidentes. Los más interesantes son los siguientes:
a. Los que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo.
Es lo que se denomina accidente in itinere, que se produce cuando el trabajador, en su recorrido habitual para ir o volver del trabajo, sufre una lesión. Esto incluye desde un accidente de tráfico hasta que, subiendo al autobús para ir al trabajo, se produzca una torcedura de tobillo. No hay que confundir este tipo de accidentes con otros que también ocurren en desplazamientos ocasionados por el trabajo, pero no al ir o al volver. Por ejemplo, si un trabajador sufre un accidente durante el transcurso de su jornada laboral, al desplazarse para realizar la entrega de unos carteles de la imprenta en la que trabaja, lo ocurrido no es un accidente in itinere, sino un accidente laboral normal.
c. Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun siendo distintas a las de su categoría profesional, ejecute el trabajador en cumplimiento de las órdenes del empresario o espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa.
Sirva el siguiente ejemplo para aclarar este punto:

Ejemplo
Un trabajador de una imprenta se da cuenta de que el offset con el que trabaja no funciona porque se ha producido un fallo en el cuadro eléctrico. Aunque hay un encargado de mantenimiento que se ocupa de ese tipo de asuntos, se dirige al cuadro que alimenta y protege su máquina y acciona un magnetotérmico que está desconectado, lo que origina una pequeña explosión con la que resulta dañado. Pues bien, aunque el trabajador se extralimita y asume tareas que no le son propias, lo hace por agilizar la solución de su avería y en beneficio de la empresa, por lo que sus daños tienen la consideración de accidente de trabajo.
Concepto preventivo
Aparte del concepto legal, hay un concepto técnico que entronca directamente con la visión preventiva. Según esta otra definición, accidente de trabajo es todo hecho o suceso anormal, no querido ni deseado, repentino, inesperado, previsible y normalmente evitable que se presenta de forma brusca en el entorno de trabajo, paraliza la acción productiva e interrumpe la continuidad del trabajo y puede causar lesiones a las personas.
Además de los accidentes de trabajo, en los que se produce un daño o lesión al trabajador, pueden tener lugar ciertos hechos, conocidos como incidentes, en los que, sin que ningún trabajador sufra lesión alguna, se produzcan daños materiales de diversa consideración, llegando a alterar el proceso productivo.
La importancia de este concepto más amplio del accidente laboral fue puesta de manifiesto a lo largo del siglo XX por diversos estudios sobre el tema. Los más conocidos son los de Heinrich, Frank Bird y Tye-Pearson. Esta última pareja de autores estudió alrededor de un millón de casos de accidentes e incidentes acaecidos en las industrias del Reino Unido, tras lo que llegaron a la siguiente conclusión: por cada accidente fatal o con lesión grave, se producen 3 accidentes leves con ausencia del trabajo de al menos tres días, 50 lesiones que requerirán tratamiento de primeros auxilios, 80 incidentes con daños a la propiedad, 400 incidentes sin daños, ni lesiones.

Para evitar los accidentes que entran dentro de la definición legal es preciso conocer y controlar los incidentes, porque estos suministran mucha información acerca de las causas posibles de los accidentes.
La definición de enfermedad profesional es bastante más escueta y mucho más restrictiva. Según el artículo 116 de la Ley General de la Seguridad Social:
Se entenderá por enfermedad profesional la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley, y que esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional.
Según lo anterior, para que una enfermedad tenga la consideración de profesional, aparte de ser consecuencia del trabajo, debe encontrarse recogida en un cuadro y el agente que la provoca también debe estar en el cuadro. El cuadro de enfermedades profesionales que está actualmente en vigor se aprobó en noviembre de 2006.

Nota
La única enfermedad profesional que los docentes tienen reconocida son los nódulos de las cuerdas vocales a causa de los esfuerzos sostenidos de la voz por motivos profesionales.
Desde el punto de vista de la prevención, es mucho más interesante hablar de enfermedad derivada del trabajo y no de enfermedad profesional. Se entiende como tal, aquel deterioro lento y paulatino de la salud del trabajador, producido por una exposición crónica a situaciones adversas, ya sean producidas por el ambiente en que se desarrolla el trabajo o por la forma en que este está organizado. Aquí la causa del daño no ha de ser exclusivamente el trabajo, basta con que este tenga una influencia significativa.
El burnout o síndrome del quemado es un tipo de estrés prolongado que está causado por la realización de esfuerzos que no se ven compensados, que no está reconocido como enfermedad profesional. Estos esfuerzos no son físicos, sino afectivos y esta patología se presenta en trabajos que requieren una implicación de las emociones grande.

Ejemplo
Los oncólogos, por ejemplo, se dedican a tratar a personas con cáncer. Por muy bien que hagan su trabajo, un significativo número de sus pacientes morirá. Es evidente que todos los oncólogos no padecen burnout, pero esta circunstancia, unida a otras derivadas de las condiciones de trabajo y también a cuestiones de carácter personal, pueden conducir a la enfermedad.
Para situaciones como la anterior, la legislación deja una puerta abierta a su reconocimiento legal, ya que establece que las enfermedades que contraiga el trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del mismo, serán reconocidas como accidentes de trabajo. La dificultad, en este caso, estriba en demostrar que el trabajo fue la causa exclusiva.
Al hablar de las repercusiones económicas y de funcionamiento de los daños causados sobre la salud de los trabajadores, se ha de tener en cuenta que en ningún caso se está planteando comparar el ahorro que produce la prevención a una empresa con el coste que la prevención lleva aparejado.
De acuerdo con la Teoría del Óptimo Económico, será rentable invertir en seguridad y reducir accidentes, mientras los costes de prevención sean inferiores a los costes de los accidentes y no será rentable en caso contrario.
Sin embargo, resulta evidente que la prevención de riesgos laborales nunca debe plantearse en términos estrictamente económicos. Las razones fundamentales son dos:
Uno de los primeros métodos para contabilizar el montante de los costes que supone un accidente laboral fue propuesto por Heinrich en la tercera década del siglo pasado. Este método resulta interesante debido a su extrema sencillez y a la clara visión de la verdadera magnitud de los costes de los accidentes que aporta.
Determinar los costes que conlleva un accidente no es tan fácil como puede aparecer a primera vista. Los costes directos aparecen reflejados en la contabilidad de la empresa, en las facturas, son fácilmente determinables. Los otros, los indirectos, exigen un estudio exhaustivo. El ejemplo siguiente lo muestra.

Ejemplo
Saber lo que ha costado trasladar a un accidentado al servicio de urgencias es sencillo, si va en taxi o en ambulancia, se puede mirar en la factura. Calcular el coste que tiene el compañero que le acompaña es bastante más complicado. Este compañero ha dejado de realizar su trabajo por el que se le está pagando, eso tiene un coste; si la labor que realiza en la empresa exige que sea temporalmente sustituido, la momentánea adaptación del sustituto también supone una pérdida; la impresión que produce en el acompañante la situación de contacto con el accidentado que ha vivido disminuirá inconscientemente su rendimiento cuando vuelva al trabajo, más costes; el tiempo empleado en atender a la curiosidad de los compañeros que le preguntarán para interesarse por el accidentado, etc. Como puede verse, la enumeración es prolija y calcular cualquiera de esos costes es mucho más complicado que comprobar la factura de un taxi.
Pues bien, Heinrich, después del estudio de numerosos accidentes, afirmó que el valor de los costes indirectos, los que son difícilmente calculables, es cuatro veces mayor que el de los costes directos, los que se calculan fácilmente. Expresado en una fórmula, queda así:

Dicho de otro modo, según Heinrich, cualquier accidente es cinco veces más costoso para la empresa de lo que parece.

La preocupación por los riesgos laborales no empieza, como tal, en España hasta finales del siglo XIX con la publicación de leyes sobre el trabajo de las mujeres y niños. A mediados del siglo siguiente se incrementa el ritmo de los avances en prevención, que culminan con la publicación en 1971 de la Ordenanza de General de Seguridad e Higiene en el Trabajo. La Constitución de 1978 y la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea obligan a un revisión global del marco normativo de la prevención de riesgos laborales que se plasma en la Ley 31/1995 y en los reales decretos que la desarrollan.
El derecho a la salud es una concreción del derecho del trabajo. Así, y con la consideración de legislación laboral, se aprueba la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales que configura el marco general en el que habrán de desarrollarse las distintas acciones preventivas en nuestro país.
La LPRL pretende lograr una visión unitaria de la política de prevención de riesgos laborales y actualizar regulaciones concernientes a ella. Consta de 54 artículos, organizados en VII capítulos. El capítulo III recoge los artículos (14 a 29) referidos a los derechos y obligaciones en la materia.

Nota
A lo largo de este manual se usará con frecuencia el acrónimo LPRL, que son las siglas de Ley de Prevención de Riego Laborales.
Derechos y deberes de la empresa
Obligaciones del trabajador
El marco normativo de la prevención de riesgos laborales en sus años de vigencia ha demandado reformas para la adecuación de la normativa a la realidad laboral. La más importante fue la acometida por la Ley 54/2003, de 12 de diciembre, de reforma del marco normativo de la prevención de riesgos laborales.
Los objetivos básicos de esta reforma son cuatro:
La última reforma de la Ley de PRL entró en vigor el 27 de diciembre de 2009. Lo más significativo de ella, y que pone de relieve la intención del legislador por adecuar la normativa en materia de prevención de riesgos laborales a la realidad organizativa empresarial, es que a raíz de esta reforma, en las empresas de “hasta diez trabajadores, el empresario podrá asumir personal-mente las funciones de prevención y protección de riesgos laborales”, siempre que desarrolle de forma habitual su actividad en el centro de trabajo y tenga la capacidad necesaria, en función de los riesgos a que estén expuestos los trabajadores y la peligrosidad de las actividades.

Importante
Hasta la citada reforma, el límite estaba fijado en hasta 6 trabajadores.
La participación de los trabajadores
El artículo 18 de la ley establece que el empresario deberá consultar a los trabajadores, y permitir su participación, en todas las cuestiones que afecten a la seguridad y a la salud en el trabajo.
Los Delegados de Prevención son los representantes de los trabajadores en materia de prevención de riesgos en el trabajo y son designados por y entre los representantes del personal. Sus competencias, según el artículo 36, son las siguientes:
Además, según los artículos 38 y 39, en todas las empresas o centros de trabajo que cuenten con 50 o más trabajadores, se constituirá un Comité de Seguridad y Salud, que es un órgano paritario y colegiado de participación destinado a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la empresa en materia de prevención de riesgos. Está formado por los Delegados de Prevención, de una parte, y por el empresario y/o sus representantes en número igual al de los Delegados de Prevención, de la otra. Sus competencias son fundamentalmente dos:
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales vino a dar un nuevo enfoque, a la seguridad y salud laboral, ya que la nueva concepción legal no se limita a un conjunto de deberes de obligado cumplimiento por parte del empresario o a la subsanación de situaciones de riesgo ya manifestadas. La idea es integrar la prevención en el conjunto de actividades y decisiones de la empresa, formando parte desde el comienzo del proyecto empresarial.
La prevención se articula en torno a la planificación de la misma a partir de la evaluación inicial de los riesgos propios del trabajo, y la consiguiente adopción de las medidas preventivas adecuadas a los riesgos detectados.
El artículo 6 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece que el Gobierno procederá a la regulación, a través de la correspondiente norma reglamentaria, de los procedimientos de evaluación de los riesgos para la salud de los trabajadores y de las modalidades de organización, funcionamiento y control de los servicios de prevención, así como de las capacidades y aptitudes que han de reunir dichos servicios y los trabajadores designados para desarrollar la actividad preventiva.
Al cumplimiento del mandato legal responde el Real Decreto 39/1997, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, como actividad integrada en el conjunto de actuaciones de la empresa y en todos los niveles jerárquicos de la misma, a partir de una planificación que incluya la técnica, la organización y las condiciones de trabajo, presidido todo ello por los mismos principios de eficacia, coordinación y participación que tiene la Ley.
En primer término, aborda la evaluación de los riesgos, como punto de partida de la planificación de la actividad preventiva que sea necesaria, a través de alguna de las modalidades de organización que, siguiendo al artículo 31 de la Ley, se regulan en el RSP, en función del tamaño de la empresa y de los riesgos o de la peligrosidad de las actividades desarrolladas en la misma.

Nota
A lo largo de este manual se usará con frecuencia el acrónimo RSP, son las siglas de Reglamento de los Servicios de Prevención.
En relación con las capacidades o aptitudes necesarias para el desarrollo de la actividad preventiva, el RSP parte de la necesaria adecuación entre la formación requerida y las funciones a desarrollar, estableciendo la formación mínima necesaria para el desempeño de las funciones propias de la actividad preventiva, que se agrupan en tres niveles: básico, intermedio y superior, en el último de los cuales se incluyen las especialidades y disciplinas preventivas de medicina del trabajo, seguridad en el trabajo, higiene industrial y ergonomía y psicosociología aplicada. Estas especialidades están relacionadas con los diferentes daños que puede sufrir el trabajador. En el siguiente cuadro se esquematiza el contenido de cada especialidad.

La medicina del trabajo no se encuentra en el cuadro porque no se ocupa de ninguna incidencia en la salud en particular, sino de prevenir y tratar los problemas de salud relacionados con las condiciones de trabajo, con la finalidad de proteger y promover la salud de los trabajadores.
Modalidades preventivas
Los distintos modelos organizativos de la prevención de riesgos en la empresa no son excluyentes. Esto significa que una empresa puede optar por asumir sólo una parte de la acción preventiva -por ejemplo, la correspondiente al área de ergonomía y psicosociología- y concertar el resto de las actividades con uno o varios servicios de prevención ajenos.
Una variedad de los servicios de prevención propios, está constituida por los servicios de prevención mancomunados. Las empresas que formen parte del mismo deben desarrollar de forma simultánea su actividad en un mismo centro de trabajo, edificio o centro comercial; o bien, pertenecer a un mismo sector productivo o grupo empresarial; o, por último, desarrollar su actividad en un polígono industrial o área geográfica limitada.

Aplicación práctica
¿Cuáles de los distintos modelos organizativos de la prevención puede adoptar una empresa de 9 trabajadores? ¿Y una de 30 trabajadores? ¿Y otra de 1000 trabajadores?
SOLUCIÓN
La primera empresa tiene disponibles todas las opciones posibles.
La segunda empresa tiene disponibles las opciones b, c, d; aunque la c tampoco es planteable para ese tamaño de empresa.
La tercera empresa, debido a su dimensión, sólo tiene una opción, constituir un servicio de prevención propio donde la actividad preventiva es desarrollada por trabajadores de la empresa que se dedican exclusivamente a esa tarea.
Los organismos relacionados con la prevención de riesgos laborales pueden clasificarse en dos grandes grupos: los que surgen de la Ley de Prevención y los que son anteriores a ella. Entre los primeros se puede destacar la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo. Entre los segundos, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo
Según indica el artículo 13 de la Ley de Prevención, la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo es un órgano colegiado asesor de las Administraciones Públicas en la formulación de las políticas de prevención y órgano de participación institucional en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo.
La Comisión está formada por un representante de cada una de las Comunidades Autónomas y por igual número de miembros de la Administración General del Estado y, paritariamente con todos los anteriores, por representantes de las organizaciones empresariales y sindicales más representativas. Según esto, hay 19 representantes de las comunidades (incluidas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla) y 19 representantes de los ministerios, lógicamente el ministerio que más representantes tiene es el que tiene atribuidas las competencias de trabajo. Paralelamente, las organizaciones empresariales tienen también 19 representantes y las organizaciones sindicales también.

Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo
Según el artículo 8 de la Ley de Prevención, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) es el órgano Científico-Técnico especializado de la Administración General del Estado que tiene como misión el análisis y estudio de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, así como la promoción y apoyo a la mejora de las mismas. Para ello, establece la cooperación necesaria con los órganos de las Comunidades Autónomas en la materia. Como es un órgano técnico, está integrado por trabajadores especialistas que son funcionarios de carrera.
Sus funciones se pueden resumir en los siguientes apartados:
Inspección de Trabajo y Seguridad Social
Este organismo, que ya existía antes de la aprobación de la Ley de Prevención, tiene encomendada la vigilancia y control de la normativa sobre prevención de riesgos laborales. Sus trabajadores son también funcionarios de carrera y, de forma resumida, sus funciones según el artículo 9 de la LPRL son las siguientes:

Nota
En la Comunidad Autónoma de Andalucía, por ejemplo, la autoridad laboral competente es la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio.
El trabajo es un bien que procura al trabajador lo que necesita para vivir y no solo en un sentido material. Pero el trabajo también puede menoscabar la salud del propio trabajador. Cuando se habla de salud no sóolo se debe considerar su dimensión física, sino además la mental y la social. El trabajo, por tanto, presenta riesgos: unos que son comunes con otros trabajos y otros que son específicos de él.
Si se quiere medir qué consecuencias tienen los riesgos en los trabajadores se recurre a la estadística que utiliza fundamentalmente el índice de incidencia y el índice de frecuencia para comparar la siniestralidad entre los distintos sectores económicos o entre las distintas empresas dedicadas a una misma actividad.
El primer objetivo ante un riesgo debe ser su eliminación, pero no siempre es posible. Entonces se ha de evaluar para determinar si su presencia puede causar un daño significativo en la salud del trabajador a él expuesto. Muchos son los métodos de evaluación y algunos como el de cuestionarios del INSHT está pensado como un primer paso que puede ser aplicado por personal no experto en prevención.
Cuando un riesgo se materializa se puede producir un accidente, si el daño se produce de forma brusca; una enfermedad profesional o una enfermedad relacionada con el trabajo.
Los poderes públicos tienen el deber de velar por la seguridad y salud de los trabajadores. Para ello, crean normas que fijan las condiciones mínimas en las que los trabajadores deben desarrollar su tarea y además vigilan que estas condiciones se cumplan. Para cumplir con esta tarea existen una serie de organismos públicos. La meta es que ningún trabajador ni ninguna trabajadora pierda su salud en el trabajo, ni siquiera que su salud se deteriore como consecuencia del mismo.

Ejercicios de repaso y autoevaluación
1. ¿Por qué modelos organizativos puede optar una empresa de 300 trabajadores que no se dedica a una actividad especialmente peligrosa?
2. ¿Cuál es el índice de frecuencia de una empresa en la que trabajan 100 trabajadores, 235 días al año y 8 horas al día, si ha habido en el último año 5 accidentes?
3. ¿Quién es el responsable de seguridad e higiene de las condiciones de trabajo?
4. Para que un trabajador esté sano es necesario que tenga...
5. ¿Cuál es el sector productivo con más siniestralidad?
6. ¿Qué organismo público tiene como función el asesoramiento técnico en la elaboración de la normativa legal?
7. El método de evaluación de cuestionarios del INSHT que se aplica a las PYME, clasifica las condiciones de trabajo en...
8. Un hombre camina, como todos los días, hacia su trabajo y, cruzando un paso de peatones, es atropellado por un ciclista, lo que le produce ciertas lesiones. ¿Qué afirmación es verdadera?
9. Señale la afirmación falsa entre accidente e incidente.
10. Según el método de cálculo de costes de Heinrich...