LA ILUSTRACIÓN CIENTÍFICA EN LA ACTUALIDAD

Desde el origen del hombre, la naturaleza ha sido objeto de múltiples representaciones. Estas han cumplido a lo largo del tiempo diferentes objetivos (religiosos, totémicos, científicos, educativos o tecnológicos) y actualmente se han convertido en una herramienta indispensable al servicio de la sociedad, sobre todo en lo que a los estudios científicos se refiere. La sinergia entre naturaleza y arte se ha visto fortalecida en el transcurso de la historia hasta consolidarse como un tándem inseparable en la transmisión de conocimiento. Traducido en un lenguaje universal, este modo de (des)codificar el discurso científico ha vuelto el mensaje más accesible y apetecible. La ilustración constituye una forma indispensable de representación, a pesar del uso de nuevas herramientas de comunicación visual como la fotografía o el vídeo. La rápida evolución de la tecnología en plena era digital podría hacer pensar que la ilustración científica es fácilmente reemplazable por nuevos formatos de imagen que no precisan de un operario especializado. Nada más lejos de la realidad, entre otras razones por el principio básico de que la ilustración científica representa el arquetipo o idea intangible que subyace en un fósil, un objeto cultural, un mineral o una especie en cuanto concepto organizado y conocido. Como veremos, en la ilustración de un organismo no se hace referencia a un ejemplar en concreto, sino a un representante ideal de todos los individuos de una misma especie.

Dos Alalcomenaeus cambricus luchando antena contra antena

Román García Mora

3D y overpainting digital

ILLUSTRACIENCIA 4

2016

La ilustración nos ofrece incontables posibilidades a la hora de interpretar y reconstruir lugares y especies inexistentes, así como fenómenos astronómicos o partículas que todavía no se han podido observar, superando escalas temporales e incluso dimensionales. Ocurre lo mismo con la representación de procesos macrobiológicos (la cadena trófica, los sistema de mareas, la erupción de un volcán, etc.) y procesos microcelulares (la fotosíntesis en los cloroplastos de una célula vegetal, el intercambio de gases en los alveolos pulmonares, la emisión y recepción de feromonas por las antenas de los insectos, etc.). Se trata de procesos imposibles de representar con otro medio que no sea el dibujo.

Biofilm bacteriano

Podemos observar dos tipos bacterianos, cocos, de forma redondeada y bacilos, en forma de bastoncillo, formando una comunidad que se caracteriza por la excreción de una matriz extracelular, generalmente conformada por exopolisacáridos, que van a formar canales por donde circulan las células flageladas, agua y nutrientes para abastecer a la comunidad.

María Lamprecht Grandío

Digital

2018

Otra de las grandes ventajas que brinda la ilustración es la posibilidad de sintetizar y simplificar información, eliminando aquella superflua que pueda desviar la atención y entorpecer la comprensión del modelo, como por ejemplo la sangre que mana de un corte en una ilustración médica. Y, a la inversa, permite destacar determinados elementos en detrimento de otros que resulten irrelevantes para el estudio en cuestión; por ejemplo, dibujando únicamente el sistema circulatorio y omitiendo todos los órganos y tejidos de alrededor.

Uno de los errores más comunes que se cometen a la hora de enfrentarse a una ilustración científica es ser demasiado subjetivo. Evita anteponer lo estético frente a lo funcional.

Lo que sí pueden hacer, y sin duda hacen, el progreso y la consecuente evolución tecnológica es cambiar y mejorar las técnicas, ofrecernos nuevas herramientas o métodos para realizar ilustraciones científicas, incluso modificar el lenguaje pictórico, como de hecho llevan haciendo a lo largo de toda la historia. Sin embargo, las bases de la ilustración científica nunca cambiarán.

La ilustración científica es una disciplina científico-artística cuyo fin es transmitir un conocimiento. De ahí su condición de herramienta imprescindible para establecer un diálogo, para tender un puente, entre los científicos y el público, ya sea este una comunidad de especialistas o el público en general (visitantes de un museo, lectores de una revista divulgativa, usuarios de libros de texto, etc.). Se trata, por tanto, de una aproximación visual precisa a un concepto científico, siempre al servicio de la transmisión de conocimiento. Su cometido es contribuir a simplificar y objetivar conceptos científicos que a veces resultan oscuros o de gran complejidad. El trabajo del ilustrador consiste en observar, comprender y hacer más sencillos los conceptos que el investigador o la persona que encarga la ilustración tienen en mente, eliminando ambigüedades del lenguaje o la cultura, o cualquier elemento que no aporte nada al discurso científico que se desea transmitir. Durante este proceso, el ilustrador debe crear imágenes de gran rigor científico, así como otras imágenes gráficas (iconos, diagramas, etc.), que ayuden al especialista en la materia a comunicar conceptos de manera agradable y atractiva, es decir, que motiven el aprendizaje más que la mera contemplación.

Disección evidenciando un aneurisma cerebral

Daniel Lisboa Sánchez

Digital

Práctica del curso Ilustra Disecciones

2020