INTRODUCCIÓN CHI É PINO?

Si estáis leyendo esto, puede ser por dos motivos: o bien os vuelven locos las pizzas (cosa que no me extraña en absoluto) o bien sabéis quién soy. Puede que me hayáis visto en algún vídeo de algún canal de cocina y gastronomía o puede que me sigáis en YouTube. A lo mejor habéis venido a mi restaurante, habéis probado mis pizzas y habéis flipado con lo buenas que están, y al ver mi libro hayáis pensado: ¡ahora yo también las podré hacer en casa!

Por si no tenéis ni idea de quién soy, o por si me conocéis pero sentís curiosidad por saber más de mí, he pensado empezar por contaros quién soy. Podéis pasar de todo, saltaros estas líneas y buscar directamente las recetas, no os culparé si lo hacéis. ¡Probablemente es lo que yo haría!

Pero si no es el caso y además de ser unos locos de las pizzas resulta que sois muy curiosos, aquí tenéis un resumen de quién soy.

¿Quién es Pino?

Pino soy yo: un hombre de 58 años que ha dedicado toda su vida a hacer pizza y ha experimentado con todo tipo de masas y fermentaciones. Al final, de tanto probar, he creado mi propia masa. Es evidente que no va a gustar a todo el mundo, pero me da igual, porque yo sé que es una masa buenísima: para mí, la mejor.

¿Qué pienso del tópico de “el secreto está en la masa”? Pues que es totalmente cierto. ¡¡¡Sí!!! La masa es muy importante, y el sabor también. Yo os puedo dar la fórmula para una auténtica masa de pizza: 1 kilo de harina, 3 gr de levadura, 600 cl de agua, 30 gr de sal y un chorro de aceite. ¿Fácil? ¡Claro! Pero con eso no basta, falta lo más complicado: el tiempo de fermentación y de maduración, el tipo de horno y la temperatura.

Hay muchas maneras de hornear o hacer pizza, todo depende de lo que cada uno tenga a su disposición. Tenéis que aceptar que nunca llegaréis a hacerlo tan bien como un pizzero profesional, pero os aseguro que en casa podéis hacer una pizza muy buena y completamente natural. Yo os voy a explicar cómo hacer una pizza buona, buona. ¡Nada de pizzas precocinadas!

Volviendo a mí, soy Pino Prestanizzi, el Puto Amo. ¿Por qué soy el Puto Amo? Porque me lo he ganado.

Llevo muchos años defendiendo la pizza, y al principio todos pasaban de mí. Pero al final tuve suerte, porque si te lo curras la vida acaba por premiarte (bueno, reconozco que no a todos), y entre risas y de cachondeo monté un canal en YouTube con mi hijo y mi sobrino y triunfó. En mis vídeos aparecía enfadado, diciendo a la gente que dejara de comer pizza de mierda, que con poco dinero y un poquito de ganas todos podían comer algo bueno.

Empecé a dar recetas y a criticar a todas las grandes empresas de pizza a domicilio que son carísimas y encima no te dan buena pizza. Y a la gente le gustó, supongo que porque tengo razón y porque digo lo que pienso y lo que me da la gana.

En mis vídeos también critico al cocinero español de estrella Michelin que no tiene ni idea de pizza. Defiendo a todos los pizzeros, me da igual si son italianos o españoles o catalanes, siempre que sean pizzeros de verdad y hagan pizzas de verdad. Lo más importante es que amasen, y que tengan el horno delante de la gente, ¡no hay que esconder el horno! La gente tiene que ver que todo se hace al momento.

Si queréis saber algo más de mí, os diré que mi nombre es Giuseppe Prestanizzi, Pino es un diminutivo. Solo mi padre y mi madre, que en paz descansen, me llamaban Giuseppe. Vine a Barcelona en 1986, fui de vacaciones a San Carlos de la Rápita con tres amigos (¡puto treh!) y todos nos enamoramos. Uno de esos amigos y yo, enamorados de dos hermanas, decidimos montar una pizzería. Los otros dos encontraron otro trabajo, pero el caso es que todos dejamos Italia. ¡Por amor lo que haga falta! Nos instalamos en Barcelona, y con dos cojones mi socio y yo abrimos un local pequeñito y nos pusimos a hacer auténtica pizza italiana. En aquella época, en 1987, no había pizzerías italianas en Barcelona. Lo bonito es que abrimos sin hablar ni castellano ni catalán, fue muy divertido, y al final la aventura salió bien.

A los que hayáis llegado hasta aquí, os doy las gracias por vuestro interés. Ahora ya podéis meteros en la cocina y convertiros en pizzeros.

Pero antes de que os ensuciéis las manos, y volviendo a mi restaurante, esperad un momento. No puedo acabar sin decir algo muy importante (y si alguno de vosotros tiene o ha tenido un local, seguro que me entenderá).

Tengo que agradecer a todos la ayuda que nos han dado, especialmente a mis clientes: ¡gracias! Sin clientes, por más que seas un cocinero increíble, no hay negocio que funcione.

Comparto con vosotros estas recetas de pizzas auténticas y espectaculares, espero que las disfrutéis y, sobre todo, que no me culpéis si no os quedan como a mí: ¡yo llevo muchos años haciendo pizza y por algo soy el Puto Amo!