Si quieres disfrutar plenamente de las aventuras de Alex Colt, la mejor manera de hacerlo es comenzar por la primera parte, Alex Colt. Cadete espacial, seguido de Alex Colt. La batalla de Ganímedes, el tomo 2 de la colección. Ve corriendo y pídeles a tus padres que los compren, o encárgalos en tu biblioteca.
Pensándolo bien, mejor que te los compren.
Por sacar buenas notas, o algo.
Si ya has leído el primer libro (sobre todo, cómpralo, esa parte es la más importante) pero quieres recordar qué es lo que sucedía, aquí tienes un pequeño resumen:
Alex Colt es un niño humano huérfano que vive en casas de acogida. Todo lo que le queda de sus padres es una pequeña mantita azul. Una tarde, huyendo de unos matones, se cae por un tobogán, pero nunca llega a tocar el suelo.
Entonces, es secuestrado por unas setas chifladas que lo llevan a bordo de MADRE, la escuela de pilotos espaciales de la Confederación. Las setas (que se llaman chubis) le implantan un Chip Transcerebral (CT) en la cabeza, con el que puede comprender casi cualquier lenguaje extraterrestre.
Excepto las palabrotas, que son sustituidas inmediatamente por un flink.
Al principio, Alex no quiere unirse a los alumnos, ni siquiera cuando el chiflado profesor Bardurian le explica que la Confederación lleva milenos luchando contra la temible amenaza de una raza alienígena, los zarkianos, que quieren destruir toda forma de vida que no sea la suya. Estos tienen una única mente y el poder de adoptar el aspecto de cualquier otra raza.
Sin embargo, Alex encuentra en MADRE algo que hasta ese momento no tenía: amigos. Blop, Maia, Tycho y Havee (lee la descripción de los personajes al final del libro), cuatro extraterrestres de especies distintas que se unen casi por casualidad cuando el primero es víctima de los matones de la escuela y los demás hacen piña para defenderlo. A partir de ese momento, Alex comprende que su lugar está a bordo de la nave.
Alex aprende muchas cosas durante sus primeros días (que en MADRE se llaman ciclos) en la escuela. Un desgraciado incidente durante una clase de MultiCom lleva a Havee a transformarse en una bestia sanguinaria que arranca los brazos al chico.
Durante su convalecencia en la enfermería, los chubis logran volver a coserle las extremidades al cuerpo. Al despertar, sus amigos le informan de que lo sucedido con Havee no fue casual, sino un acto premeditado. Existen sospechas de que hay un zarkiano a bordo de la nave, camuflado bajo una falsa identidad, que está saboteando el motor.
Alex y los demás ven pasar frente a la enfermería a los matones de la escuela, y los siguen hasta una especie de hangar secreto, donde hay una extraña nave formada por una pieza de metal que suelta a todo el que la toca descargas que borran la memoria. Tycho informa a los demás de que quizá por eso habían desaparecido grupos de cinco cadetes durante un par de ciclos.
Allí los encuentra el profesor Diviak, que castiga a los cinco amigos (el cinco es un número muy importante, recuérdalo) a hacer el servicio de limpieza, pilotando unas aeromotos por los túneles prohibidos de MADRE, infestados de mowams.
Los cinco amigos intentan cumplir la sucia, peligrosa y desagradable tarea, pero están a punto de ser devorados por los mowams. Solo se salvan gracias a la iniciativa de Alex, que, sin embargo, acaba perdido por los túneles y estrellando su aeromoto.
Los mowams rodean a Alex, dispuestos a devorarlo, pero la intervención de un sorprendente aliado impide que el humano se convierta en flink de mowam (aquí flink significaba caca, ya sabes).
El aliado (para saber quién es, lee el primer libro) guía a Alex a través de extraños pasadizos por los que nunca había ido nadie antes. Finalmente, Alex acaba llegando al motor interdimensional de MADRE, justo a tiempo para descubrir la identidad del saboteador zarkiano.
Alex logra hacerlo huir (aunque deberías releer ahora mismo ese capítulo porque la conversación que mantienen es muy importante), con mucha suerte y la ayuda del profesor Diviak, que aparece justo a tiempo junto a Blop, Maia, Tycho y Havee.
Cuando los amigos se reencuentran, Blop dice que tiene la impresión de que todo va a salir bien a partir de entonces.
Está muy equivocado: una nave de transporte zarkiana ha aparecido en los confines del sistema solar.
Quedan 3 ciclos para que alcance a MADRE.
Quedan 4 ciclos para que destruya la Tierra.
En el segundo libro, Alex Colt. La batalla de Ganímedes, Alex está muy enfadado con sus amigos (lo has adivinado: para saber por qué, lee el segundo libro), así que se sube a una transportesfera para encontrar un poco de paz.
Por desgracia, no la encuentra. Hay muy poca felicidad para Alex a lo largo de sus aventuras, demasiada acción y no pocas desgracias. Esta es, me temo, la historia más grande, triste y emocionante que ha sucedido en el universo, así que quizá sea demasiado para ti y decidas dejar de leerla ahora.
¿No?
Bien.
Alex no encuentra paz. Ni siquiera el camino a los cilindros de sueño. La transportesfera parece perderse por los túneles de la nave, y nuestro protagonista termina en medio de la oscuridad, en el lugar más oscuro y misterioso de MADRE.
Una puerta gigantesca se abre, una luz blanca y cegadora lo inunda todo y Alex comprende que se encuentra en la Cámara Alfa, el lugar donde los últimos cinco Eternos han aguardado pacientemente durante miles y miles de años (casi un millón, tienen mucha paciencia).
Los Eternos se comunican con Alex y le insisten en que MADRE no debe marcharse de donde está. Que deben quedarse y luchar. El niño no comprende nada, puesto que no sabía siquiera que hubiese que luchar contra alguien, ni quiénes son esas figuras extrañas que ha entrevisto. Cuando regresa junto al profesor Bardurian y le cuenta lo ocurrido, Alex teme que no lo crea. Pero el anciano no solo lo cree, sino que alerta a toda la nave para que se defienda del inminente ataque zarkiano que nadie había visto venir.
También, de paso, le dice a Alex que él es el Zero del que habla la más antigua profecía del universo, el Zero que anunciaría el regreso de los Eternos en la última batalla de la guerra contra el Zark.
Alex no tiene tiempo de digerir la información, porque él y sus amigos se ven convocados a la batida de caza del zarkiano infiltrado en la nave, el que ha avisado a sus congéneres de que MADRE está indefensa y dónde se encuentra.
Alex y sus amigos se topan con el zarkiano, pero en el momento decisivo Alex no es capaz de usar su zapper para disparar, por razones que ni siquiera él mismo comprende. Tampoco hay tiempo para procesar esto, porque MADRE está a punto de iniciar un salto interdimensional y todos deben ir a los cilindros de sueño para dormir.
Nadie puede estar despierto durante un salto interdimensional o se volverá loco, su cerebro se derretirá y morirá entre terribles sufrimientos.
Pero Alex no puede dormir. Sabe que los Eternos le han dicho que MADRE debe quedarse a luchar y que, si ahora huyen del racimotransporte zarkiano que se aproxima, no habrá salvación para la Tierra, que será aniquilada.
Alex y sus amigos se juegan la vida para poder llegar al puente de mando antes de que termine la cuenta atrás del salto interdimensional. Pero el capitán Churé no está dispuesto a dejarse convencer tan fácilmente y lleva a Alex a la sala que alberga el mayor tesoro que hay a bordo de MADRE: el Holocrón.
Se trata de una biblioteca que alberga la sabiduría de todo el universo en gigantescas holoesferas. Churé le muestra lo ínfimo que es el saber de los humanos, apenas del tamaño de una fresa, comparado con el de otras muchas razas.
Pero Alex logra convencer a Churé de que el espíritu de la Confederación es defender a los inocentes, y el capitán decide quedarse a luchar.
El sargento Strogonar organiza una defensa desesperada de MADRE con las naves RXK y los cadetes más mayores en un loco intento de resistir al enjambre de interceptores zarkianos, más rápidos y mejor armados.
Es una misión suicida, y ellos lo saben. Por eso a los cadetes de primer año como Maia, Tycho, Blop, Havee y Alex se les ordena quedarse en la nave. Y además, para evitar que vuelvan a interferir con el salto interdimensional cuando a MADRE no le quede más remedio que huir, los encierran en el despacho del profesor Bardurian.
Allí, los cinco amigos encuentran un mensaje de Bardurian para ellos y llegan al hangar donde se encuentra la extraña nave que habían descubierto en el primer libro utilizando un pasadizo secreto.
Mientras tanto, en la Tierra, el telescopio del Instituto Astrofísico de Canarias, uno de los más avanzados del mundo, consigue detectar la presencia de las naves zarkianas, y un extraño protocolo se pone en marcha. ¡No dejes de releer las páginas 176 y 181 de la segunda entrega antes de empezar este libro, son importantes!
Alex y los demás consiguen acceder al interior de la nave misteriosa, que se pone en marcha cuando el chico le dice su nombre, Flecha. Entonces vienen un montón de capítulos geniales, llenos de acción, muy divertidos y que deberías recordar. Yo no te los voy a repetir.
Los cinco cadetes logran acabar con los atacantes, y Flecha regresa al interior de MADRE. Al desembarcar, los amigos reciben el aplauso y la admiración de sus compañeros. Pero los aplausos y la admiración se transforman en terror cuando la mano de Alex Colt deja de ser su mano… para convertirse en una masa de color amarillo radiactivo, translúcida y letal que desprende un olor nauseabundo.
El tercer libro empieza con Maia, Tycho, Havee y Blop muy preocupados porque Alex está a punto de ser llevado a juicio. Y seguro que quieres saber por qué, ¿verdad? Pues hazte con un ejemplar de La batalla de Ganímedes para enterarte bien de todo.
Por desgracia, Alex es desterrado de MADRE y enviado de vuelta a la Tierra. Destino al que llega más o menos sano y salvo tras un accidentado viaje y un aterrizaje aún más accidentado. Sin saber muy bien cómo, Alex acaba encerrado en una habitación dentro de la misteriosa Área 51, Nevada. Por suerte, nuestro amigo no estará solo mucho tiempo (o eso esperamos todos). Los chubis que han llegado con él a la Tierra consiguen localizarlo e intentan llegar hasta él, no sin antes tener que solucionar algún que otro problema… ¿O es que pensabais que entrar en la zona más secreta de Estados Unidos era fácil?
Un poco más lejos, en el espacio exterior, los amigos de Alex averiguan que su nave ha sufrido un accidente. Saben que está vivo, pero no en qué condiciones, así que deciden tomar prestada temporalmente a Flecha e ir a la Tierra para rescatar a Alex. Posiblemente te preguntes cómo van a robar la nave espacial, porque solo Alex puede activarla, pero, para saberlo, te tendrás que leer El secreto del Zark.
De vuelta en la Tierra, Alex tiene una conversación no demasiado agradable con un tal general Curtis, que ha encontrado a los chubis que han entrado en el Área 51. Nuestro amigo se niega a colaborar con el ejército, pero el general no está para bromas y le lanza unas cuantas amenazas que le afectan tanto a él como a los chubis. ¡Será flink! Lo único bueno de todo esto es que Alex ya no está solo… ¡Algo es algo! Y no nos olvidemos de que cuatro cadetes están de camino a la tierra para rescatar a Alex Colt… Pero el Alex Colt que encuentran no es el Alex Colt que buscaban… ¡Vaya chasco! ¿O este humano será más útil de lo que pensaban? Spoiler: ese Alex Colt que han encontrado tiene todo que ver con nuestro Alex Colt.
Los cuatro cadetes y el Alex Colt humano (y mayor) se dirigen hacia el Área 51 para rescatar a nuestro Alex Colt. Y ¡lo consiguen! Tras la huida, los caminos de los cadetes y del Alex Colt humano se separan. El humano hace planes para escapar, pero nuestros amigos quieren volver a MADRE… ¿Lo conseguirán?