Introducción a Abraham

por Esther Hicks

 

Hola, me llamo Esther y soy la traductora de la vibración de Abraham. Abraham me ha explicado que soy capaz de recibir en un nivel subconsciente de mi Ser humano, su intención vibratoria. Me han dicho que, en un nivel inconsciente, recibo señales como las que emite una emisora de radio, y que luego las traduzco con las palabras de mi mundo físico; que soy un puente entre el mundo físico, en el que estoy centrada, y el mundo No-Físico en el que ellos están centrados.

También me contaron que cuando empecé a recibir era una traductora especialmente buena para ellos porque no tenía opiniones o tendencias muy marcadas que obstaculizaran la recepción. No se trataba de que yo no perteneciera a nada en concreto, sino de que no iba en contra de nada. Casi siempre tomaba la vida tal como venía, y me encontraba en una situación vibratoria especialmente favorable cuando tuve mi primer contacto con Abraham.

Abraham ha explicado que todas las personas tienen la capacidad de recibir información de lo No-Físico, como me pasa a mí. Del mismo modo que todos podemos componer música o pintar hermosos cuadros, todo está allí para que cualquiera conecte con ello en cualquier momento desde cualquier lugar ventajoso físico en que nos encontremos. Al igual que existe una enorme variedad de formas en que las personas interpretan la música o el arte, también hay una enorme variedad de formas en que las personas interpretamos la Energía No-Física. Esto es para aclarar que siempre firmamos lo que yo interpreto de Abraham como Abraham-Hicks, para distinguir mi interpretación única de la de cualquier otra persona.

Al principio de traducir para ellos, me sugirieron que no leyera lo que otros habían escrito o escribían, puesto que querían que mi interpretación de ellos (Abraham) no estuviera contaminada por las opiniones ajenas. No querían que me preocupara de estar recopilando información inconscientemente de los libros. Querían que estuviera segura de que era una traductora pura de lo que ellos estaban ofreciendo.

Ahora, después de todos estos años, de vez en cuando ojeo algo de lo que alguien nos haya mandado, y siempre puedo notar la compatibilidad vibratoria o la falta de la misma cuando lo leo. Abraham me ha asegurado que ahora ya no corro el riesgo de interferir en mi habilidad de escucharlos por leer, pero noto que a veces me cuesta más tiempo sintonizar con su pensamiento puro. Así que, aunque muchas personas nos envían libros, manuscritos o información en formatos varios con toda su buena voluntad, prefiero no leer nada, pues mi intención es traducir con la mayor claridad posible lo que Abraham está canalizando a través de mí.

Abraham me ha explicado que, pensamiento a pensamiento, frase a frase, conversación a conversación, nosotros (Abraham y Esther) hemos hallado formas únicas y precisas de explicar sus enseñanzas que siguen expandiéndose y aclarándose. Cuando ofrecen un bloque de pensamientos, hago todo lo que puedo (inconscientemente) para encontrar las palabras que más se adecuen a su significado. Cuando mis palabras y los significados de Abraham convergen, arrasamos con un torrente interesante, poderoso y aclarador. Cada vez que hablan de un tema, lo aclaran más.

¡Qué divertido ha sido esto para mí! Puedo sentir el amor, la fuerza y la dicha que siente Abraham en su proceso de hablar a través de mí. Casi cada día recibimos alguna propuesta de alguna parte del mundo para dar algún seminario sobre Abraham-Hicks, y nuestra agenda se engruesa un poco cada año. Sin embargo, en este momento no nos es posible hacer más cosas salvo que sea dejando de hacer otras.

Jerry y yo creemos que nuestro trabajo es conocer a tantas personas como podamos (en el formato de preguntas y respuestas) para que el mensaje de Abraham siga expandiéndose, y no hay nada que nos guste más que estar en una sala llena de personas que asisten al taller de El Arte de Permitir que han venido a vernos con sus nuevas preguntas para Abraham.

Las preguntas que las personas plantean a Abraham, así como las que surgen de sus vidas privadas, son lo que hacen que el mensaje de Abraham siga aclarándose y expandiéndose. Siempre que Abraham da una sugerencia de cualquier tipo, Jerry y yo hacemos todo lo posible para comprenderla y aplicarla en nuestras vidas. Con el transcurso de los años, Abraham ha ofrecido muchos procesos, nos dicen amorosamente que son eternos arrojadores de procesos. De modo que cuando nos ofrecen otro, siempre busco la oportunidad para aplicarlo en mi vida, y recibo resultados inmediatos y satisfactorios. Cuando observo nuestra maravillosa forma de vida y veo los sorprendentes resultados que estamos experimentando en todas las áreas, siento la seguridad que procede del entendimiento de saber que creamos nuestra propia realidad y siento la satisfacción de haber creado esta hermosa realidad, quiero que todo el mundo comparta lo que hemos descubierto.

Damos unos sesenta talleres cada año y vamos de ciudad en ciudad en nuestro sorprendente autocar al que Abraham hace referencia cariñosamente como el «autocar monstruo». Seguimos encontrando lugares preciosos para aparcar, pasear y escribir nuestros libros. Pues encontrar un lugar donde nos sintamos bien es esencial para relajarnos y poder recibir de Abraham. Cuando estamos en casa, en Texas, puedo elegir entre muchos lugares tranquilos, privados y bellos donde puedo sentarme a recibir el mensaje de Abraham. Pero mi lugar favorito es nuestra maravillosa casa del árbol. Siempre siento una gran expectación sobre lo que dirá Abraham cuando trepo hacia la copa del árbol con mi ordenador portátil y me establezco en la deliciosa Energía de Abraham.

 

 

Cuando cerré los ojos y me relajé a la espera de recibir lo que sabía que iba a ser un nuevo y maravilloso libro, Abraham me dijo: Esther, estas palabras fluirán con facilidad. Mucha gente está leyendo Pide y se te dará, y sus preguntas para pedir aclaraciones ya nos están llegando. Por lo tanto, escribir este libro, que aunque distinto, es una continuación del primero, será fácil para ti. Disfruta de este proceso. Estamos disfrutando de tu felicidad en tu casa del árbol. Ahora, empecemos…