PRÓLOGO

Nuestro don más preciado es nuestro cerebro.

Es lo que nos permite aprender, amar, pensar, crear e incluso experimentar la alegría. Es la puerta de entrada a nuestras emociones, a nuestra capacidad de experimentar profundamente la vida, a nuestra capacidad de tener una intimidad duradera. Nos permite innovar, crecer y lograr.

Sin embargo, pocos de nosotros nos damos cuenta de que, aplicando un puñado de métodos prácticos, podemos mejorar nuestro cerebro y potenciar nuestra capacidad de aprendizaje. La mayoría sabemos que podemos mejorar nuestra salud cardiovascular a través del ejercicio y de la dieta, pero no nos damos cuenta de que también podemos mejorar en gran medida nuestro cerebro y, al hacerlo, nuestra vida.

Desafortunadamente, este mundo no fomenta un entorno saludable para nuestro cerebro. Antes de que Jim Kwik proporcione una hoja de ruta para volverse ilimitado, acusa a los cuatro villanos que están desafiando nuestra capacidad para pensar, concentrarnos, aprender, crecer y ser completamente humanos.

El primero es el diluvio digital, el flujo interminable de información en un mundo de tiempo finito y expectativas injustas que conduce al agotamiento, a la ansiedad y al insomnio. Ahogados en datos y cambios rápidos, anhelamos estrategias y herramientas para recuperar algo de productividad, rendimiento y tranquilidad.

El segundo villano es la distracción digital. El sonido fugaz del placer de la dopamina digital reemplaza nuestra capacidad de mantener la atención necesaria para una relación, un aprendizaje o un trabajo profundos. Hace poco me senté junto a una amiga en una conferencia y me di cuenta de que contestaba a su teléfono varias veces en unos pocos minutos. Le pedí su teléfono y abrí la aplicación de tiempo de pantalla. Había contestado su teléfono más de mil veces y tenía mil notificaciones en un solo día. Los mensajes de texto, las notificaciones de redes sociales, los correos electrónicos y las alertas de noticias, si bien son importantes en el contexto, pueden descarrilar nuestra concentración y hacer que nos distraigamos de lo que más importa en el momento.

El siguiente villano es la demencia digital. La memoria es un músculo que hemos dejado que se nos atrofie. Si bien hay beneficios de tener un superordenador en el bolsillo, considéralo como una bicicleta eléctrica. Es divertida y cómoda, pero no te pone en forma. La investigación sobre la demencia demuestra que cuanto mayor sea nuestra capacidad para aprender, cuanto más «ejercicio mental» hagamos, menor será nuestro riesgo de demencia. En muchos casos, hemos subcontratado nuestra memoria en detrimento de nosotros mismos.

El último villano que daña el cerebro es la deducción digital. En un mundo donde la información es accesible en abundancia, quizá hemos ido demasiado lejos en la forma en la que utilizamos esa información, incluso llegando al punto en el que permitimos que la tecnología desarrolle por nosotros gran parte de nuestro pensamiento crítico y razonamiento. En Internet hay tantas conclusiones extraídas por otros que hemos comenzado a renunciar a nuestra propia capacidad de sacar conclusiones. Nunca dejaríamos que otra persona piense por nosotros, pero nos sentimos muy cómodos dejando que los dispositivos tengan ese mismo poder.

Los efectos acumulativos de estos cuatro villanos digitales nos roban nuestro enfoque, atención, aprendizaje y, lo más importante, nuestra capacidad para pensar de verdad. Nos roban nuestra claridad mental y eso resulta en fatiga cerebral, distracción, incapacidad para aprender fácilmente e infelicidad. Si bien los avances tecnológicos de nuestro tiempo tienen el potencial de ayudar y dañar, la forma como los utilizamos en nuestra sociedad puede conducir a una epidemia de sobrecarga, pérdida de memoria, distracción y dependencia. Y eso va a empeorar.

El mensaje de este libro no podría ser más oportuno. Hemos nacido con la última tecnología y no hay nada más importante que la salud y el estado físico de nuestro cerebro: lo controla todo en la vida. Aprender a filtrar todos los datos, a desarrollar nuevos métodos y habilidades para prosperar en un mundo distraído que se ahoga en una avalancha de información, es lo que se necesita para prosperar en el siglo xxi. El aprendizaje y la capacidad de aprender más rápido y más fácilmente hacen posible todo lo demás en la vida, lo que significa que nunca ha sido un mejor momento para entrenar tu cerebro de la misma manera que lo haces con tu cuerpo. Del mismo modo en que deseas un cuerpo sano, deseas un cerebro flexible, fuerte, energizado y en forma. Eso es lo que hace Jim para ganarse la vida: es el entrenador personal de la mente.

Los cuatro supervillanos son solo un ejemplo de los límites que aprenderás a superar en este libro. La clave para vivir una vida excepcional, como dice Jim, es un proceso por el cual no nos limitamos a nosotros mismos. Y ha descifrado el código para la transformación personal con su modelo ilimitado. Si estás esforzándote por alcanzar una meta en cualquier área, primero debes preguntarte: ¿dónde está el límite? Lo más probable es que estés experimentando un límite en tu mentalidad, motivación o método, lo que significa que no es un defecto o fallo personal que indique una falta de capacidad percibida. Y, contrariamente a lo que tendemos a creer, nuestras barreras no están puestas. Tenemos el control total y podemos traspasarlas en cualquier momento.

Si nuestra mentalidad no está alineada con nuestros deseos u objetivos, nunca los alcanzaremos. Es fundamental identificar creencias limitantes y no limitantes, historias, actitudes y suposiciones profundamente arraigadas en ti y aquello que es posible. Examinar, excavar y borrar esas creencias es el primer paso para tener una mentalidad ilimitada. Mi madre me dijo que podía hacer cualquier cosa, que era inteligente, capaz y que podía ser el mejor en todo lo que intentara. Esa creencia profundamente arraigada me permitió tener éxito más allá de mis sueños más locos. Pero también tenía la creencia de que las relaciones eran duras y estaban llenas de dolor y drama al presenciar el divorcio y los posteriores matrimonios de mis padres. Tardé casi cincuenta años en borrar esa creencia y encontrar la verdadera felicidad en mi matrimonio.

El segundo secreto para una vida sin límites es tu motivación. Jim describe tres elementos clave para la motivación. Primero, tu propósito, la razón por la que importa. «Quiero envejecer bien y me comprometo a levantar pesas y hacerme más fuerte aunque no sea mi actividad favorita.» El propósito reemplaza la incomodidad.

La segunda clave es la capacidad de hacer lo que quieras. Eso requiere energía, y la energía requiere algo llamado «gestión energética». La ciencia del desempeño humano es fundamental para lograr tu propósito: comer alimentos integrales sin procesar, hacer ejercicio, administrar el estrés, tener sueño de calidad y habilidades para comunicarse y construir relaciones saludables (y eliminar las tóxicas). Y, por último, las tareas deben ser breves, pequeños pasos que conduzcan al éxito. Utiliza hilo dental en un diente, lee una página de un libro, haz una flexión de brazos, medita durante un minuto, todo lo cual te llevará a la confianza y, en última instancia, a mayores éxitos.

La última clave para ser ilimitado es utilizar el método correcto. Nos han enseñado las herramientas de los siglos xix y xx para funcionar en el siglo xxi. Sín límites nos enseña los cinco métodos clave para lograr lo que queramos: enfoque, estudio, mejora de la memoria, lectura rápida y pensamiento crítico. El uso de estas técnicas de aprendizaje mejoradas nos permite aprovechar nuestra mentalidad y motivación para alcanzar nuestros sueños de manera más fácil y efectiva.

Jim no es ajeno a los límites. Después de que una lesión en la cabeza cuando era niño afectara a su enfoque, concentración y capacidad de aprendizaje, una maestra insensible lo señaló y dijo: «Ahí está el niño con el cerebro roto». Jim ha pasado su vida aprendiendo a superar y a curarse de esa lesión y a convertir sus desafíos en una superpotencia de aprendizaje. Todos sufrimos de cerebro roto en algún grado u otro. Sín límites es la receta para sanar nuestro cerebro, reformular las creencias limitantes y mejorar nuestra vida. Aprender a aprender es el superpoder supremo, el que hace posible cualquier otra habilidad y capacidad, y el objetivo de este libro es enseñarte eso.

En Sín límites Jim Kwik proporciona una hoja de ruta para hacer exactamente eso. La mayoría de nosotros no crecimos con las herramientas que necesitamos, pero Jim comparte generosamente en este libro todo lo que ha aprendido. Ha pasado tres décadas trabajando en las trincheras con personas de todos los ámbitos: estudiantes, maestros, celebridades, trabajadores de la construcción, políticos, empresarios, científicos… Ha trabajado con algunos de los sistemas educativos más avanzados del mundo, capacitando en sus métodos a educadores, directores y estudiantes. Sus enseñanzas realmente funcionan y pueden beneficiarnos a todos.

No existe una píldora para el genio, pero hay un proceso para llegar hasta allí, y lo encontrarás en estas páginas. Sín límites es un plan para mejorar tu cerebro, no solo para aprender a aprender más rápido, mejor y más eficazmente, sino también para sanar tu cerebro físico a través de la nutrición, los suplementos, el ejercicio, la meditación y el sueño, y sobre todo para aumentar la creación de nuevas células del cerebro y las conexiones entre ellas.

Jim entrega tres libros en uno. Si tu mentalidad, motivación y métodos actuales limitan tu capacidad para alcanzar tus sueños, entonces Sín límites es el manual del usuario de un cerebro y un futuro mejores, más brillantes y lúcidos. Tu aprendizaje y tu vida nunca volverán a ser los mismos.

Mark HyMan, MD

Jefe de Estrategia e Innovación del Centro de Medicina Funcional de la Clínica Cleveland.

Autor de doce éxitos de ventas

de la lista del New York Times.

Diciembre de 2019