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¿Qué es Dinámica Mental?
«El único y verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos».
ANÓNIMO
Desde hace más de 30 años me he permitido afirmar que en este mundo sólo hay dos clases de personas, las que se preocupan y las que se ocupan. Las primeras consideran que una crisis es catástrofe y las segundas reconocen en la adversidad la oportunidad. Los que se preocupan, ante los problemas, se sienten impotentes, y los que se ocupan, ante los retos, desafían a su potencial.
Nuestra capacidad para resolver problemas y mejorar nuestra calidad de vida es mucho más grande de lo que solemos pensar. La mente humana continúa siendo el gran enigma, para muchos la gran desconocida, ya que no se le pueden practicar disecciones ni ubicar en un sitio específico. Sin embargo todos reconocemos que ella es nuestro gran recurso, el gran don que Dios mismo nos ha dado para superar nuestros retos y utilizar nuestra inteligencia. Descubrir nuestra mente es descubrir lo que nos mueve, desconocerla es lo que nos genera muchos de nuestros problemas o nos paraliza en tantas ocasiones.
¿Qué significa Dinámica Mental? Lo dinámico es aquello que produce movimiento y que se aplica a la persona que tiende a hacer o emprender cosas. En cuanto a la mente, la podríamos definir como el conjunto de facultades que hacen del ser humano un ser pensante. Desarrollar nuestra Dinámica Mental significa tener la capacidad de ejercer un pensamiento que emprende y alcanza sus objetivos.
Los seres humanos hemos logrado sobrevivir, entre otras cosas, gracias a nuestra capacidad de adaptación. Únicamente cuando generamos «movimiento», podemos generar cambio y sólo el cambio permite adaptarnos. Dinámica Mental favorece esta capacidad manteniéndonos activos en la búsqueda de nuevas alternativas y soluciones.
Para desarrollar nuestra Dinámica Mental, es decir, un pensamiento emprendedor, una forma de pensar que nos genere acción para resolver problemas y mejorar nuestra calidad de vida, necesitamos aprender a controlar la mente.
¿Qué quiere decir control? y ¿por qué lo necesitamos? En la introducción vimos que de acuerdo a nuestro propio idioma, la palabra control se refiere a ser conscientes y vigilantes, razón por la cual debe desaparecer la idea de que control signifique reprimir, componer o manipular, controlar nuestra mente es saber dirigir y manejar nuestros pensamientos convirtiéndolos en un proceso dinámico que nos lleve a lograr eficacia en todas las tareas que emprendemos. Sin control nuestro pensamiento puede convertirse en nuestro peor enemigo, alterando nuestras respuestas emocionales y en ocasiones desquiciando nuestra conducta.
Por ello es indispensable la autodisciplina, un términoconcepto que suele no gustarnos, especialmente en una sociedad donde parece que la mayoría de nuestras acciones tienen como finalidad la búsqueda del placer por el placer mismo, perdiendo la perspectiva de que nuestras más genuinas satisfacciones son siempre el resultado del esfuerzo.
Dinámica Mental es el conjunto de técnicas del Método Silva que, con autodisciplina, nos da el control adecuado para convertir a nuestro pensamiento en el gran promotor de la más importante de nuestras empresas, nuestra propia vida. El control de nuestra mente nos hace posible manejar el estrés utilizando la relajación no sólo con ese fin, sino también con un propósito creativo para la solución efectiva de problemas.
A partir del manejo del estrés, la metodología nos brinda herramientas para que en un estado de reposo podamos discernir mejor, motivarnos en dirección a nuestras metas y mejorar nuestra calidad de vida a través del desarrollo de nuestras facultades mentales, incrementando el potencial interno y el de nuestra inteligencia; afirmar que podemos alcanzar estos logros, por medio de la práctica, podría parecer muy pretencioso; sin embargo, existen estudios con estricto control y plenamente validados en instituciones académicas que lo han demostrado.[4] Aunque ciertamente el conocido IQ (cociente intelectual) no deba considerarse como medición determinante para nuestras capacidades, lo que sí resulta relevante es demostrar que puede incrementarse en la población adulta. Esto nos obliga a recordar que nunca es tarde para seguir aprendiendo, poder cambiar, alcanzar nuestras metas y mejorar nuestra calidad de vida.
¿Son el cerebro y la mente/conciencia lo mismo? La respuesta a esta pregunta representa una de las polémicas científicas que parece estar siempre presente. Sin embargo, las últimas décadas del siglo XX fueron inclinando la balanza cada vez más a una respuesta que parece afirmar que cerebro y mente/conciencia no son lo mismo.
Sir John Eccles, Premio Nobel de Medicina, afirmaba: «No debemos pretender que la conciencia no es misterio», y el gran físico David Bohm, de forma más atrevida decía: «No es el cerebro el que crea la conciencia sino la conciencia lo que crea al cerebro, la materia y a todo aquello que nos gusta llamar realidad».
Independientemente de la visión que cada uno de nosotros tenga respecto a esta polémica es indudable que nuestra mente-pensamiento tiene la autonomía para modificar el funcionamiento de nuestro cerebro, como se puede constatar por medio de lo que se conoce como mapeo cerebral y la más reciente investigación de las neurociencias, la neuroplasticidad que es la habilidad del cerebro para reorganizarse a sí mismo formando nuevas conexiones neuronales, a través de la actividad mental y de la conducta.
A pesar de que a la mente no la podamos ubicar, y la mayor parte de los neurocientíficos de vanguardia no afirmen más que la conciencia sea un simple subproducto de las funciones cerebrales, conocer nuestro cerebro es importante para comprender el porqué las técnicas del Método son efectivas.
Entre las muchas funciones que el cerebro realiza, una de las más conocidas e investigadas, es su producción de frecuencias de tipo eléctrico que se pueden medir a través del electroencefalógrafo, el cual nos da como resultado lo que todos conocemos como un electroencefalograma, o sea un registro de la función cerebral.
Las frecuencias cerebrales fueron descubiertas en la década de los 20’s, en el siglo pasado, por un psiquiatra alemán llamado Hans Berger, considerado como el padre de la electroencefalografía.

La frecuencia más lenta que el cerebro produce es aquella que oscila de 0 a 4 ciclos por segundo y ha recibido el nombre de onda Delta; la frecuencia que oscila entre 4 y 8 ciclos por segundo es conocida como onda Theta. Una frecuencia que oscila entre 8 y 12 ciclos es la conocida como onda Alfa, llamada también Onda de Reposo, la cual ofrece un gran y especial potencial para los seres humanos. La frecuencia de 13 ciclos en adelante recibe el nombre de onda Beta, y en la más reciente investigación, a las frecuencias superiores a los 35 ciclos se les denomina ondas Gamma, las cuales no son fáciles de medir con precisión.
La frecuencia Beta de nuestro cerebro es la que predomina cuando estamos despiertos y activos. Su promedio nos revela el grado de ansiedad que podemos tener. Aquellas que oscilan por encima de los 21 ciclos denotan una ansiedad considerable en el individuo.
¿Qué relación existe entre las frecuencias del cerebro, la actividad del cuerpo y los niveles de la mente?
La frecuencia Beta está relacionada con la dimensión objetiva, es en ésta donde nos encontramos plenamente activos y nos relacionamos a través de nuestros sentidos físicos con el entorno que nos rodea, limitados por el tiempo y el espacio. En la dimensión objetiva percibimos los estímulos que llegan de fuera y que habrán de constituir nuestra base de información para determinar lo que está ocurriendo. A lo largo de nuestro día de actividad la frecuencia Beta será la dominante y hará que nuestra mente se mantenga en un nivel de conciencia exterior. En otras palabras, estamos conscientes de lo que pasa fuera pero casi siempre con un pobre contacto con lo que ocurre dentro de nosotros mismos.
Cuando en el estado de vigilia aparece una mayor producción de ondas Alfa, significa que la actividad, más que objetiva, se torna subjetiva, haciendo uso de los sentidos internos, no limitados por el tiempo y el espacio, como la memoria, la imaginación, la visualización, la intuición y la creatividad. La onda Alfa se relaciona con un proceso de conciencia interna que, aun despiertos, nos pone en contacto con nuestra interioridad. Este nivel está relacionado a la relajación, a la meditación y a la oración silenciosa.
Durante mucho tiempo se consideró que la producción de ondas Alfa implicaba un estado de «no pensar». Sin embargo hoy sabemos que a pesar de que ésta tiende a desaparecer al deslizarnos al sueño o al estar por completo alertas y despiertos, existe una región entre estos dos extremos que involucra un estado de alerta en donde la actividad de Alfa se relaciona a la actividad cognitiva, pensante.[5] Esto fue lo que José Silva llamó atención interna. La más reciente investigación comprueba que su propuesta y afirmación eran totalmente correctas.
Lo objetivo es todo lo que puedo ver, oír, oler, gustar, tocar, medir y pesar. Para que puedas seguir con la lectura de este libro requieres de la vista y requieres también de estar en el aquí y el ahora. Lo subjetivo se refiere más a la valoración que hago desde mi percepción interna.
Con tu memoria puedes revivir el recuerdo de algo que leíste anteriormente y con tu imaginación puedes anticipar el sentimiento de expectativa por algo que vendrá. Es nuestra subjetividad la que hace posible que sin estar aquí y ahora podamos evocar emociones de sucesos pasados y anticipar sentimientos por sucesos futuros.
¿En cuántas ocasiones te has sorprendido a ti mismo sintiendo tristeza por estar rememorando algo del pasado, y en cuántas ocasiones te has sentido motivado o entusiasmado por algo que aún no ocurre pero que con la imaginación te ha creado expectativa? Lo importante de todo esto es darnos cuenta que a través de nuestra subjetividad generamos cambios físicos en nuestro cuerpo y que por ello el control que tengamos de la onda Alfa y de nuestra mente, es indispensable para nuestra propia salud física y mental.
La producción de ondas Theta en los adultos está más asociada con los niveles del dormir. Sin embargo, al igual que con la onda Alfa, ésta se relaciona con aspectos subjetivos, con niveles muy profundos de relajación y cuando es evocada consciente y controladamente nos brinda la posibilidad de manejar efectos fisiológicos en el cuerpo, como el dolor. En las clínicas médicas para el control del dolor la relajación constituye una técnica de primer orden, así como el desvío de la atención. Su propósito es capacitar al paciente para que tenga acceso a estos niveles de conciencia interna y pueda manejar de manera más eficiente su problema.
La producción de ondas Delta no está relacionada a ningún tipo de actividad con el entorno, aparece en los niveles más profundos del dormir que se relacionan con la inconsciencia y en el que habitualmente no hay actividad de sueños. Aunque se ha llegado a observar una producción de este tipo de frecuencias en algunos individuos estando despiertos y sin padecer ningún trastorno neurológico, no hay suficientes datos que concluyan una relación con algún tipo de actividad consciente y específica. El nivel Delta es de suma importancia en el dormir y en los efectos que produce favoreciendo el descanso biológico.
Si comprendemos un poco mejor la relación entre las frecuencias del cerebro, el tipo de actividad que desempeñamos y los niveles de conciencia de la mente, comprenderemos mejor los enormes beneficios que el Método Silva puede aportarnos.
La metodología nos da herramientas para manejar nuestra subjetividad a partir de la práctica de la relajación, la cual está relacionada con la producción de las ondas Alfa. En la medida en que nuestro nivel de ansiedad aumenta habrá cada vez una menor cantidad de ondas de reposo, por lo que aprender a manejar nuestro nivel subjetivo no es un lujo sino una necesidad para la vida que hoy llevamos. Este nivel, donde accedemos a una mayor conciencia interior, nos permite mejorar el exterior, ya que la calidad de nuestras relaciones con el entorno siempre dependerá de la calidad de nuestra interioridad, de lo que pasa dentro de nosotros mismos.
En el curso de Dinámica Mental se tienen propósitos generales muy claros que se concretan en la práctica a través de las técnicas que cada uno de ellos conlleva, propósitos de una gran importancia para nuestra calidad de vida.
| • | Conservar, fortalecer o mejorar nuestra salud. |
| • | Potenciar nuestro aprendizaje. |
| • | Alcanzar nuestras metas. |
| • | Desarrollar nuestra intuición y creatividad para resolver problemas. |
| • | Autoconocernos y descubrir una forma efectiva de servirnos y servir mejor. |
4 Vacca, Lilia Alcira, El Método Silva y los factores psicológicos del aprovechamiento académico en la Universidad, Universidad Autónoma de Tlaxcala, México, 1986
5 Shaw, John C,. The Brain´s Alpha Rhythms and the Mind, Elsevier Science, Amsterdam, 2003