PREFACIO

Que nada es estático o fijo, que todo es fugaz y temporal es la primera señal de la existencia.

Pema Chödrön

¿Cuándo fue la última vez que un cambio alteró tu vida?

Supongo que fue no hace mucho. Lo más probable es que haya sido hoy mismo, como muy tarde ayer. Puede haber sido un gran cambio, o uno pequeño. Puede que tú lo hayas provocado, o al menos elegido, o quizá te haya impactado sin que tú supieras de dónde te venía el golpe porque era algo fuera de tu control. Cambios de horario, de trabajo, en tu salud o en el bienestar de tu familia; cambios organizativos, políticos, en el entorno, en las expectativas… todo ello te afecta de cerca.

Por un lado, el cambio es universal e inevitable. Independientemente de la edad, la profesión, la cultura, las creencias, las tradiciones, los objetivos o cualquier otra cosa, el cambio es anterior al ser humano y ha ido moldeando toda la historia. De hecho, es la principal razón por la que estás vivo. Por otro lado, es tan desorientador que a menudo te deja sin rumbo, tambaleándote y a la deriva. Por eso, demasiados cambios desvían tu capacidad de exponerte a la vida en el presente e influyen en tu percepción del futuro.

A los seres humanos nos cuesta mucho el cambio, sobre todo el que no hemos elegido. Nos resistimos a él, le tememos y creemos erróneamente que podemos controlarlo. Pero cuanto más se le intenta mantener a raya, más ocurre y más fuerte llama a la puerta. A pesar de nuestros esfuerzos por evitarlo, el cambio se produce. Y no se trata solo del cambio en sí, sino también del ritmo cada vez más cambiante de hoy en día, que hace que todo parezca implacable, a veces incluso demasiado.

Parece que a estas alturas ya deberíamos haber alcanzado la cima del cambio, ¿no? Pero la realidad es que a la vuelta de cada esquina —ya sea esta tarde, la próxima semana, el próximo trimestre, el próximo año o siglo— aguardan más cambios. El futuro no es más estabilidad ni más certeza, sino más incertidumbre, más imprevisibilidad y más incógnitas.

Para prosperar en este mundo en constante flujo, tenemos que reformar radicalmente nuestra relación con la incertidumbre y escribir otro guion (no te preocupes, aprenderás lo que significa) para mantener una perspectiva saludable y productiva. Flux: 8 superpoderes para fluir y triunfar ante el cambio constante te muestra cómo hacer exactamente esto, y también cómo ayudar a otros a hacerlo. Este es un libro para compartir, revisar y prestar cuando el cambio vuelva a golpear. No es un libro sobre la «gestión del cambio» ni sobre ningún tipo de cambio. Se trata más bien de reorientar nuestra actitud hacia la incertidumbre y lo desconocido, y de aprender a ver hoy, mañana y de aquí en adelante cada cambio como una oportunidad, no como una amenaza. En otras palabras, Flux es un libro para este tiempo y para todos los tiempos.

En parte guía personal, en parte hoja de ruta estratégica y en parte lienzo en blanco para el descubrimiento, Flux proporciona una visión refrescante y poco convencional para navegar por el flujo presente y futuro. Cada uno de los ocho superpoderes te ayudará a ver de forma diferente, te conectará con tu verdad y te permitirá prosperar, independientemente de los cambios que se produzcan.

Ya sea que estés dirigiendo una organización o un equipo, construyendo o repensando tu carrera, forjando nuevas relaciones, buscando la paz o, simplemente, sintiéndote inseguro sobre qué hacer a continuación, obtendrás herramientas y conocimientos sobre cómo pensar, aprender, trabajar, vivir y liderar mejor con una mentalidad Flux. Flux te muestra cómo frenar el ritmo responsablemente, identificar lo que realmente importa, tomar decisiones sabias y dejar ir el resto. Flux desafía tus suposiciones y expectativas de forma que te permite asomarte al futuro con esperanza en lugar de con miedo, y te da claridad y confianza papa apoyarte en lo que te hace ser tú.

¿Estás preparado?

INTRODUCCIÓN
¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI FUTURO?

«April, ¿estás sentada?».

A primera hora de la tarde del 6 de junio de 1994, me encontraba en el vestíbulo de una casa de estilo victoriano en Oxford, Inglaterra, donde vivía con un grupo de estudiantes de todo el mundo. Había pasado la tarde lavando mi ropa y haciendo el equipaje, preparándome para guiar un viaje de estudiantes durante el verano. El sol reverberaba sobre la ventana con vistas al jardín. Me quedaba un año más de universidad y estaba muy emocionada por esa próxima aventura.

La voz en el teléfono era más firme que otras veces: «April, necesito que te sientes».

Mi hermana había llamado de repente desde el otro lado del mundo. No estábamos muy unidas y no entendía por qué llamaba. ¿Es que no sabía que tenía muchas cosas que hacer antes de partir?

«April, mamá y papá murieron ayer en un accidente de coche. Tienes que volver a casa ahora».

Me senté. Los ojos se me pusieron vidriosos. El suelo cedió bajo mis pies. Intenté gritar, pero no me salió nada. Luego lo intenté de nuevo, y la casa se estremeció.

Ya te imaginarás hacia dónde se dirige esta historia: todo mi mundo se puso patas arriba (hoy diría que se puso en marcha). Me habían arrancado mis raíces y las luces que me guiaban se apagaron. En ese momento, el tiempo se detuvo: el futuro iba a ser muy diferente de lo que yo había pensado, o de lo que mis padres habían imaginado, o de lo que parecía que iba a ser un año antes, incluso, una hora antes.

En ese momento, mi hermana y yo estábamos suspendidas sobre lo desconocido, sin saber realmente qué hacer a continuación. Nunca me imaginé que tantas otras personas se hubieran sentido así en algún momento.

NUESTRA NUEVA NORMALIDAD DE AHORA EN ADELANTE

Avancemos hasta el presente, una época que se recordará en nuestro país y en todo el mundo. A nivel mundial, hemos sido testigos de la peor pandemia desde 1918, de algunas de las dificultades económicas más graves desde principios de los años 30, de la mayor inseguridad alimentaria en décadas y de una catástrofe climática sin precedentes en la historia moderna de la humanidad. En Estados Unidos, a esto se le han sumado tensiones sociales de una magnitud que no se veía desde 1968. Cualquiera de estas crisis por sí sola sería suficiente para que todo se tambaleara, pero que todas ellas ocurran al mismo tiempo… es algo totalmente distinto.

Estamos viviendo en un mundo en transformación. El lugar de trabajo está en constante cambio; el clima se transforma; las organizaciones y las carreras profesionales también. La educación, el aprendizaje y las escuelas se renuevan. La salud pública está en ese mismo proceso, al igual que la salud planetaria y la cohesión social. Los mercados financieros fluctúan. Los patrones climáticos son cambiantes. La vida familiar fluye. La democracia fluye. Los sueños fluyen. Las expectativas fluyen. Y no me cabe duda de que se podrían añadir varios ejemplos más a esta lista. Solo el alcance de lo que está cambiando y es desconocido resulta a la vez asombroso y desalentador.

Y no es únicamente lo que está cambiando, sino la rapidez con la que evoluciona el mundo que hemos conocido. El ritmo del cambio nunca ha sido tan rápido como ahora y, sin embargo, es probable que nunca vuelva a ser tan lento 1. (Haz una pausa y deja que esto se aposente en tu mente, yo esperaré).

El mundo parece estar del revés; no solo por la pandemia, los catastróficos desastres naturales, el próximo año académico o un trabajo en el limbo. Pero este libro no es una varita mágica que hará desaparecer estas cosas.

¿Qué es lo que más se está transformando en este momento?

Este es un ejercicio simple para que fluya tu corriente creativa.

  1. Sin pensarlo demasiado, escribe una lista de todas las cosas que ahora mismo están al revés en tu vida. Piensa en grande y en pequeño, desde mínimos cambios en las rutinas diarias hasta el futuro desconocido.
  2. Clasifícalos, si lo deseas. ¿Ves algún tema en común?
  3. ¿Qué sentimientos afluyen en ti? Emoción, ansiedad, curiosidad, confusión… todos son igualmente válidos.
  4. Observa si los diferentes tipos de cambios producen en ti respuestas diferentes, o si estas cambian según el momento.

Mantén esta lista mientras lees este libro.

Este libro se basa en el simple hecho de que a la vuelta de cada esquina hay más cambios esperando. El futuro no es más estable sino más incierto, porque el futuro en sí mismo es cambiante.

Los seres humanos no estamos acostumbrados a este grado de volatilidad. Podemos ser increíblemente adaptables cuando nos vemos obligados a ello, pero, en general, preferimos la estabilidad y la familiaridad. Incluso las personas que aceptan el caos tienden a hacerlo porque confían en que algunas cosas no cambiarán. Sin embargo, si la incertidumbre es nuestra «nueva normalidad», entonces debemos estar preparados para esta nueva realidad y tener las herramientas necesarias para prosperar en ella. Este libro está diseñado para ayudarte a hacerlo.

¡¿PERO QUÉ ES FLUIR?!

Flujo es un sustantivo que en español se define como la acción y el efecto de fluir 2. El verbo fluir se aplica al líquido o gas que corre, que está en movimiento y que, por tanto, no permanece igual, sino que está en constante cambio 3. De ahí que fluir se relacione con la idea de lo no permanente

Tómate un momento para observar tu vida y el mundo actual. En cierto modo, la vida corre a velocidad de vértigo. Parecías tenerlo todo planificado y ahora algo en tu vida se ha estancado o tal vez haya desaparecido; tu empresa tenía una estrategia, tu equipo tenía un plan, tu familia tenía un programa… y todo se ha puesto patas arriba de la noche a la mañana.

Sin embargo, en otros aspectos, es como si el mundo estuviera paralizado, sin que sepamos qué hacer o qué viene después. Y no es solo el mundo, quizá tú también te sientas detenido, frustrado, ansioso y en un limbo.

Tomada en su conjunto, toda esta situación—de aceleración y desaceleración simultáneas, de incertidumbre crónica e incógnitas— puede ser exasperante, desorientadora y desconcertante. Pero no hay que desesperar, es simplemente el momento de aprender a fluir.

NO TODOS LOS CAMBIOS SON IGUALES

No cabe duda de que no hay un solo tipo de «cambio». Los hay grandes y pequeños, internos y externos, personales y profesionales, familiares y empresariales, cambios en la naturaleza y en la sociedad. Pueden ser completamente visibles o casi imperceptibles, pero aun así tienen efectos importantes. Un mismo cambio puede ser maravilloso para una persona y una desgracia para otra. Puede que te guste si transforma tu vida personal, pero lo detestes si afecta a tu lugar de trabajo, o viceversa. Y, por supuesto, puede depender de circunstancias cambiantes.

Hay muchos tipos de cambio que la mayoría de gente acomete de buen grado, incluso con alegría, como iniciar una nueva relación, mudarse a otra ciudad, formar una familia, probar un nuevo deporte, etcétera. Sin embargo, elegirlo es una experiencia muy diferente a sufrir uno que viene impuesto externamente. Hace décadas, la prestigiosa terapeuta familiar Virginia Satir desarrolló un modelo de cambio en cinco etapas que subraya el hecho de que los seres humanos suelen aceptar el cambio siempre que les beneficie 4. Lo aceptamos de buen grado cuando se nos da una opción y nos gustan los resultados. O como dice el pensador sistémico Peter Senge: «No nos resistimos al cambio, nos resistimos a que nos cambien».

Pero aquí está la cuestión: en general, el flujo del mundo tiene que ver con esos cambios que no se pueden elegir, que no se puede optar por ellos; simplemente ocurren, estés o no preparado.

En un mundo ideal, por supuesto, el cambio es una elección, tanto a nivel individual como organizativo. Si tenemos mucha suerte, estaremos preparados porque es un cambio esperado. Pero este tipo de situación ordenada y fácil de afrontar, a menudo incluso bienvenida, refleja solo una parte de los cambios a los que debemos enfrentarnos hoy en día. ¿Qué pasa con el resto? De eso trata este libro.

En un mundo en constante flujo, debemos aprender a sentirnos cómodos con la realidad de que a la vuelta de la esquina hay más cambios, muchos de los cuales son inesperados, están fuera de nuestro poder de elección, o ambas cosas. Se trata de un movimiento que pasa de luchar contra ese cambio a aprovechar y desarrollar el afán por utilizarlo bien.

LA TEORÍA DE FLUX

La transformación del mundo no surgió un día por arte de magia, el cambio ha sido una constante universal desde tiempos inmemoriales. Lo que ha evolucionado con el tiempo ha sido nuestra comprensión del mismo y la forma en que se nos ha enseñado a afrontarlo (o no), ambas impulsadas en gran medida por las normas culturales, las expectativas y las tecnologías disponibles.

Como ocurre con la mayoría de las cosas en la vida, la forma en que pensamos sobre el cambio está influenciada por cómo hemos sido socializados. ¿Dónde, cómo y con quién creciste? ¿Qué te enseñaron que era importante y qué estaba mal visto? ¿Cómo te enseñaron a definir el éxito?, ¿y el fracaso? ¿Te enseñaron a temer el cambio o a aceptarlo?

Todos y cada uno de nosotros, durante toda nuestra vida, hemos seguido de alguna manera un guion. Por supuesto, no hay uno solo, hay innumerables, cada uno de los cuales es único en tu experiencia; aunque esto puede ser difícil de recordar a veces, especialmente si te sientes atrapado en tu cabeza tratando de seguir adelante con tu día a día mientras más cambios llaman a la puerta y entran sin ser invitados.

Tu guion puede estar determinado por el hecho de formar parte de una familia de inmigrantes o de una familia que lleva generaciones en tu ciudad. Puede estarlo por un privilegio inmenso o por un accidente de nacimiento que es lo contrario a un privilegio y te obliga a trabajar más que otras personas. También puede estar determinado por un dolor crónico, un trauma o una salud perfecta, o bien por un sentido de pertenencia, por ser ignorado crónicamente o por una desigualdad absoluta. O tal vez tu guion esté marcado por haber vivido una guerra, tiempos de paz o una crisis existencial.

Aunque el guion de cada persona es diferente, el de todos está conformado por el despliegue de las mismas fuerzas y por la experiencia universal del ser humano. Y, salvo raras excepciones, el tuyo está claro.

Para muchas personas, el guion les dice que trabajen duro y sigan el rumbo, sea cual sea ese «rumbo». Probablemente, te dice que saques buenas notas, que vayas a una buena universidad y que trabajes en una empresa prestigiosa; o puede que diga que sigas los pasos de tus padres. A un gran grupo de personas les dice que el éxito está en lo alto de una escalera corporativa, por lo que deben subirla peldaño a peldaño hasta convertirse en director general. Voilà, la definición y la receta para «triunfar».

Ese guion quizá también te enseñe que más es mejor, que la vulgaridad es un signo de debilidad y que el más veloz gana, por lo que debes correr rápido. Puede que te enseñe a ir adonde está todo el mundo —necesitas encajar— y que no se puede confiar en nadie (salvo quizá en la familia de sangre). A menudo te aplaude por conseguir dinero y diversiones. No suele prestar más que una atención pasajera a la Madre Tierra o a la sabiduría ancestral, aunque tiende a ver las nuevas tecnologías como una especie de panacea.

En muchos sentidos, es una guía que te anima a alcanzar los objetivos establecidos por la sociedad. En general, no te pregunta qué quieres, sino que se encarga de ello por ti. Tal vez hayas intentado consultar tu voz interior al respecto, pero el guion la ha ahogado. De hecho, para que el guion funcione, tu voz interior debe estar en silencio.

Por supuesto, estas directrices que conforman tu vida no te lo dicen todo, especialmente cuando eres joven. Por ejemplo, no te dicen que una carrera corporativa puede ser también una especie de escalera mecánica que te puede atrapar. Cuando quieres salir de allí, te encuentras con que estás atrapado, ya sea bajo una deuda de estudios, de pagos de la hipoteca, de un caro alquiler de coche para estar a la altura de tus colegas o de tu próximo ascenso. No te dice que el privilegio es una ventaja en esta escalera mecánica. No te dice por qué es tan difícil para mucha gente subirse a ella ni cuánta gente quiere desesperadamente bajarse de ella.

Para ser justos, el guion que acabo de pintar es un poco estereotipado, y eso es intencionado (hasta hace poco este era un guion abrumadoramente masculino). Entiendo que la realidad es mucho más matizada, pero la cuestión es que cada persona tiene un guion y durante mucho tiempo este se ha mantenido y se ha transmitido tantas veces que se da por sentado.

Y luego la manera en que funcionaban las cosas dio un vuelco y llegó un mundo en cambio. ¡Bum!

Algunos de estos cambios se han estado produciendo durante años, pero hemos estado (o pretendido estar) ciegos ante ellos. Otros han llegado como una locomotora a toda velocidad, dándonos un sobresalto. Algunos han sido difíciles de entender, aunque tu voz interior ya llevaba tiempo sintiéndose incómoda.

Sea como sea, los viejos guiones han llegado a su fin. Tu guion, el mío y el de muchas otras personas ya no sirven para el mundo actual, o podríamos decir que sirven para un mundo que ya no existe. Aun así, tienen una sombra muy larga, porque las antiguas formas de ser y de ver el mundo tienden a permanecer mucho tiempo después de haber perdido su utilidad. Siguen estando en nuestra conciencia y seguimos tomando decisiones de acuerdo con filtros anticuados porque todavía no los hemos cambiado.

Y aquí es donde entra Flux. Individual y colectivamente, estamos en las primeras etapas de la escritura de nuevos guiones adaptados a un mundo en cambio. Mientras que el antiguo guion fue escrito por otros para que lo siguieras, el nuevo está escrito por ti, para que te conviertas en él. Este contiene lo que te fundamenta, te orienta y te hace ser tú, incluso cuando todo lo demás cambia.

La «teoría de Flux» revela las relaciones entre los antiguos y los nuevos guiones, concretamente muestra cómo transformarlos de modo que se adapten al mundo actual de cambio constante. Esta teoría puede resumirse en tres pasos, cada uno de los cuales se explica a continuación y aparecerá a lo largo del libro:

Paso 1: Abrirse a una mentalidad Flux.

Paso 2: Utilizar esta mentalidad para desbloquear los 8 superpoderes Flux.

Paso 3: Aplicar estos superpoderes para escribir tu nuevo guion.

Recuerda: al igual que el antiguo guion es único en cada persona, tu nuevo guion reflejará lo que es único para ti. La teoría demuestra cómo se puede crear una mentalidad de cambio y desarrollar los superpoderes Flux para prosperar, independientemente de los cambios que se produzcan.

LOS ORÍGENES DE LA MENTALIDAD: SISTEMA NERVIOSO, ANSIEDAD Y CRECIMIENTO

Antes de profundizar en la mentalidad Flux, exploremos cómo nuestra mente fija el modo de pensar. ¿De dónde viene nuestra mentalidad y qué la impulsa?

Una de las respuestas proviene de la Neurobiología. Los seres humanos tenemos dos grandes subsistemas nerviosos que funcionan en tándem: el sistema nervioso simpático y el parasimpático. Ambos regulan el mismo conjunto de funciones corporales internas, pero tienen efectos opuestos. El sistema nervioso simpático controla lo que mucha gente conoce como la respuesta de «lucha, huida o congelación» y prepara el cuerpo para una acción intensa, mientras que el sistema nervioso parasimpático busca calmar el cuerpo, lo que a veces se conoce como la función de «descanso y digestión». Normalmente, los sistemas nerviosos simpático y parasimpático trabajan juntos como aliados, cada uno gobierna un conjunto de actividades. A riesgo de simplificar demasiado, si te persigue un tigre, el sistema nervioso simpático toma el control; si estás meditando, el sistema nervioso parasimpático está al mando. Sin embargo, en la mayoría de las actividades ambos actúan combinados.

Nuestro mundo siempre acelerado ha desequilibrado estos sistemas. Concretamente, percibimos cada vez más estímulos peligrosos que presentan más oportunidades para que el sistema nervioso simpático secuestre nuestra capacidad de responder adecuadamente. No nos persiguen tigres, pero nuestros cuerpos responden como si lo hicieran. Cuando percibimos demasiados tigres, perdemos la capacidad de calmarnos.

Hoy en día, no solo nuestros sistemas nerviosos individuales están secuestrados, sino que la ansiedad se manifiesta a todos los niveles: individual, organizativo y social. Muchas personas sienten ansiedad por sus carreras, su familia, su bienestar, sus cuentas bancarias, el futuro de sus hijos o por el momento en que se producirá la próxima calamidad. Sufrimos ansiedad por los valores, la resiliencia, la cultura, el panorama competitivo y la forma de hacer negocios de nuestras organizaciones. A un nivel más amplio, existe una enorme ansiedad social en torno al calentamiento global, la desigualdad, la intolerancia y la injusticia. Además, las tecnologías digitales se correlacionan con el aumento de la ansiedad; de hecho, la mera presencia de tu propio móvil reduce tu capacidad cognitiva disponible 5.

Los líderes de hoy se enfrentan a una avalancha de buenas razones para sentirse ansiosos. Según mi experiencia, la ansiedad y la preocupación forman parte de muchos líderes, si no de la mayoría, a pesar de que no lo expresen externamente. Y aunque uno no se identifique personalmente como persona ansiosa, es muy probable que tenga un colega, amigo o familiar que lo sea.

Yo me veo reflejada. Durante los primeros cuarenta y tres años de mi vida, no sabía qué era no tener ansiedad (solo me di cuenta de ello cuando me pidieron que pensara en mi primer recuerdo sin ansiedad y no tuve ninguno). No solo eso, sino que cuanto más «exitosa» era según los criterios externos, más ansiosa me sentía por dentro. Era una espiral interminable y autosaboteadora.

El miedo, la confusión y la vergüenza que sentía me llevaron a investigar más sobre la ansiedad. Lo que aprendí me bajó a la realidad. Cerca del 10 % de la población mundial sufre de ansiedad diagnosticada, lo que le cuesta a la economía mundial unos mil millones de dólares anuales 6. En Estados Unidos, esta cifra se eleva a uno de cada cuatro adultos, mientras que el 63 % de los estudiantes universitarios afirman haber sentido una ansiedad abrumadora en el último año 7.

Todo esto era así antes de que una pandemia, las protestas, los desastres naturales, los cierres patronales, la desinformación, el deshielo de los casquetes polares, las tensiones sociales o cualquier otra conmoción que elijas sirvieran para acelerar la pérdida de normalidad.

Por supuesto, hasta cierto punto es natural sentirse ansioso cuando el mundo está en vilo. Pero si nos enfrentamos a un futuro de cambios constantes, debemos tratarlo como una crisis de ansiedad de toda la sociedad: una epidemia tácita de la que no se habla porque mucha gente no quiere creer, aunque las estadísticas y las experiencias cuentan otra historia.

En mi caso, la llamada de atención sobre mi relación con la ansiedad fue también un catalizador para comprender mejor mi tensa relación con el cambio. Ya había estado indagando en el flujo, pero fue esta experiencia la que abrió las puertas a mi aprendizaje y crecimiento. Aquí es donde entra en juego la mentalidad de cambio. Una mentalidad Flux sabe cómo fluir en un mundo que fluye.

PASO 1: ÁBRETE A UNA MENTALIDAD FLUX

El primer paso para poner en práctica la teoría del flujo es ponernos en mentalidad de flujo. Esto significa ver el cambio como una oportunidad, no como una amenaza, ya que este es claro y se basa en tus valores.

Ya hemos visto que el cambio es universal, pero la experiencia que tú tienes de él es personal, contextual y está arraigada en tu guion. Por ejemplo, puede que te guste un cambio que otra persona odia; o lo que a ti te parece un cambio, a otra persona le puede parecer la misma situación anterior, o un cambio que es fácil para otra persona puede ser realmente difícil para ti, y viceversa.

El reto actual es que, en un mundo en transformación, se están rompiendo una gran variedad de guiones. No solo tú: muchas otras personas, si no la mayoría, están teniendo que replantearse radicalmente esto. Seguimos aferrándonos a un guion viejo y anticuado, cuando lo que realmente hace falta es escribir un guion nuevo. Abrirse a una mentalidad Flux es la manera de empezar a hacerlo.

Se puede pensar en esta mentalidad como ese estado de la mente, del cuerpo y del espíritu que te fundamenta y te sostiene cuando todo lo demás cambia. En la práctica, este estado tiene varios elementos esenciales, como son los valores fundamentales, la comodidad con la paradoja y la capacidad de ver la incertidumbre desde un lugar de esperanza en vez de miedo. Ten en cuenta que estos elementos se aplican a nivel personal, organizativo, de equipo, de comunidad y de sociedad. Si bien nos centramos principalmente en tu relación personal con el cambio y en tu propio guion —¿qué es lo que te motiva?—, también podemos imaginar, por ejemplo, casos de cambio organizativo en los que se ponen a prueba los valores fundamentales de una empresa. (Volveremos a examinar estas diferentes capas de flujo a lo largo del libro).

Me llevó tiempo tener mi propia mentalidad Flux y me requirió esfuerzo desarrollarla. Está arraigada en una fe inquebrantable en la humanidad y relacionada con un compromiso de servicio, así como un profundo y claro aprecio por la diversidad. (Como sabrás, estos valores se remontan a mi infancia, aunque todavía tengo que aprender a encajarlos en mi guion). Así que, cuando el cambio me golpea o la incertidumbre me carcome, yo inmediatamente busco la sabiduría de muchas culturas diferentes (no me limito a aquellas en las que me he criado), y tiendo la mano para ayudar a los demás. Estas cosas no resuelven automáticamente mi situación, pero sí le dan forma a mi relación con el cambio: mientras otras culturas me ayudan a mirar de manera diferente, incluidas mis expectativas y objetivos, el servir a los demás subraya la interdependencia de la humanidad y me hace entender mejor la historia de mi vida en su contexto. Ambas acciones tienden a llenarme de esperanza y asombro, en lugar de miedo. Ambas me recuerdan que no hay una sola manera de «hacer» el cambio. Y ambas subrayan que una relación efectiva con el cambio siempre empieza desde dentro. (De nuevo, retomaremos estas ideas a lo largo del libro).

La tabla 1 ilustra cómo se desarrollan algunos de los elementos de la mentalidad Flux de manera más amplia. ¿Cómo se suele ver o pensar en estos temas hoy en día? Si alguno de ellos hace que se encienda una bombilla en tu cabeza, o desencadena una reacción intensa (buena o mala), presta atención porque es una señal que te habla de tu guion actual y de tu relación con el cambio. Yo lo llamo tu «fluidez».

Mentalidad Flux: orientada al cambio

Una mentalidad Flux se basa en el concepto de «mentalidad de crecimiento» desarrollado por la psicóloga de Stanford Carol Dweck hace más de treinta años y aplicado principalmente a la capacidad de aprendizaje de los niños. Una mentalidad de crecimiento refleja «la comprensión de que las habilidades y la inteligencia pueden desarrollarse». Se caracteriza por la creencia de que 1) se puede ser más inteligente, y 2) el esfuerzo te hace más fuerte 8. Este entendimiento impulsa la motivación y los logros de manera profunda, pero no aborda lo que ocurre cuando se produce el cambio. Es la mentalidad Flux la que da ese paso.

Una de las claves de esta —de hecho, lo que le da un poder tan tremendo en el mundo actual— es su arraigo. Con una mentalidad Flux estás tan arraigado a tus valores y a tu nuevo guion que, cuando el cambio sacude (o incluso golpea) tu mundo, no puedes evitar verlo como una oportunidad. El cambio ya no es amenazante, sino que se espera y, a menudo, se agradece.

Ten en cuenta que estar con los pies en la tierra no es solo tenerlos sobre lo que está debajo de ti o sobre lo que te apoyas: significa tener tanta estabilidad como claridad. La estabilidad te da valor y te ayuda a que confíes; la claridad mejora tu visión, te guía y te ayuda a centrarte. Ambas forman parte de tu orientación al cambio y al mundo, la cual incluye lo que te rodea, lo que está por encima de ti y lo que está más lejos de ti. Esto incluye saber dónde está la ayuda y dónde están los peligros potenciales. Es la base de cómo te desenvuelves en un día, una situación, un lugar nuevo, una conversación delicada o ante un cambio en el mundo en general.

Tabla 1. Abrirse a una mentalidad Flux

CÓMO VES

MENTE ANTIGUA

MENTALIDAD FLUX

La historia de tu vida

Escrito por otros, para que lo sigas

Escrito por ti, para que te lo apropies

La vida

Una escalera para subir

Un río que fluye

La carrera

Un camino a seguir

Una cartera profesional que cuidar

Las expectativas

Determinadas externamente por otros

Determinadas internamente por ti

Los objetivos

Concretos, pero difíciles de alcanzar

Emergentes y a menudo borrosos, pero ricos en oportunidades

Las medidas del éxito

Peldaños de la escalera

Próximos pasos y nuevos conocimientos

El liderazgo

Gestionar y controlar a otras personas, «yo»

Liberar el potencial de los demás y el de uno mismo, «nosotros»

El poder

De arriba a abajo, controlado

De abajo a arriba, disperso

Los colegas

Competidores

Aliados y colaboradores

La visión

Certeza

Claridad

El cambio

Amenaza

Oportunidad

Las emociones asociadas al cambio

Miedo, ansiedad, parálisis

Esperanza, asombro, curiosidad

Tu punto de referencia en la mentalidad Flux

«Encontrar» tu mentalidad Flux no es tan fácil ni tan obvio como podrías pensar. Si lo fuera, no habría escrito este libro y probablemente no lo estarías leyendo. Un modo de empezar es identificando tu punto de referencia en esta mentalidad.

Este punto no es tanto una definición de tu mentalidad Flux como un diagnóstico de tu relación actual con el cambio: tu fluidez. Es una herramienta para guiarte mientras lees este libro, para ayudarte a ver lo que te desencadena (o no), y para identificar qué superpoderes te resultan más útiles. No te preocupes por obtener las respuestas «correctas»: no hay ninguna. Más bien, presta atención a todo lo que surja, incluido los «no sé» y los «nunca había pensado en eso».

Valores-brújula interior

Reacciones

Y por último:

Agárrate a lo que surja ahora. Vuelve a estas preguntas cuando leas el libro. Observa si tu punto de referencia cambia y cómo lo hace.

Piensa por un momento en cómo las diferentes culturas han aprendido a orientarse y navegar. Por ejemplo:

La Estrella Polar está por encima de ti. El horizonte está más allá de ti. Tu drishti está delante de ti. Ninguna de estas cosas está definida por la tierra física, pero todas ellas te orientan hacia tu paisaje y te enraízan en él.

Cuando nos sentimos abrumados, a menudo nos sentimos desorientados. Perdemos la orientación, la dirección y la perspectiva. Cuanto más nos afectan los cambios, más fácil es «perder el rumbo» y, a menudo, es más difícil encontrar el camino de vuelta.

Piensa en la mentalidad Flux como en tu recién estrenada brújula para el cambio: te asienta, te orienta y te guía cuando todo a tu alrededor se mueve. Es tu estrella del norte, tu drishti, tu tabla de surf y tu tierra firme a la vez. Se basa en tus valores fundamentales, refleja tu verdadero yo y te permite ser tú mismo sean cuales sean los cambios que se produzcan.

Si te estás preguntando ¿qué hago con mi mentalidad Flux?, estás en el lugar adecuado. Sigue leyendo.

PASO 2: DESBLOQUEA TUS SUPERPODERES FLUX

Una vez que has empezado a abrirte a una mentalidad de cambio, o al menos te has abierto a la idea de que es hora de forjar una relación más sana con el cambio, puede que te sientas nervioso. ¿Y ahora qué?

El siguiente paso para poner en práctica la teoría es utilizar tu mentalidad de cambio para desbloquear los superpoderes Flux: esas disciplinas y prácticas esenciales que son adecuadas para un mundo que fluye, aplicadas e integradas en tu vida.

Los 8 superpoderes Flux son:

  1. Correr más despacio
  2. Ver lo invisible
  3. Perderse
  4. Empezar con la confianza
  5. Conocer tu «suficiente»
  6. Crear tu portafolio profesional
  7. Ser más humano todavía (y servir a otras personas)
  8. Dejar ir el futuro

Cada uno de los superpoderes Flux te ayuda a ver el cambio de nuevas maneras, a desarrollar nuevas respuestas al cambio y, en última instancia, a reformar tu relación con el cambio. Juntos, te ayudan a vivir tu vida con esperanza en lugar de con miedo; con asombro en vez de con ansiedad, y con curiosidad en lugar de paralizarte. Como queda claro en cada capítulo, cada superpoder es útil por sí mismo, y juntos se amplifican mutuamente.

En muchos casos, ya tienes estos superpoderes (o al menos sus semillas) dentro de ti, pero a menudo están ocultos, enterrados o son invisibles. Las fuerzas, las personas y las instituciones que defienden el viejo guion los han sacado de ti. Con una mentalidad Flux, ahora es el momento de descubrirlos —y es sumamente posible—, redescubrirlos y aplicarlos. La tabla 2 ofrece un análisis más detallado.

Los superpoderes Flux son como una caja bento japonesa para la mente: cada superpoder es un exquisito y nutritivo manjar que puede consumirse (practicarse) por sí solo; juntos, los superpoderes proporcionan una nutritiva y deliciosa comida completa. Cada uno puntúa su fluidez de forma diferente y complementaria. Representan un menú, no un programa de estudios.

Tabla 2. Guiones, hábitos y superpoderes

VIEJO GUION / VIEJOS HÁBITOS

NUEVO GUION / SUPERPODERES FLUX

Correr más rápido

Correr más despacio

Centrarse en lo que es visible

Ver lo invisible

Mantenerte en tu carril

Perderse

No confiar en nadie

Empezar con confianza

Más = mejor

Conocer tu «suficiente»

Conseguir un trabajo

Crear tu portafolio profesional

La tecnología es lo mejor

Ser más humano (y servir a otras personas)

Predecir y controlar el futuro

Dejar ir el futuro

Para la mayoría de las personas, ciertos superpoderes Flux serán más fáciles (y más difíciles) de desarrollar que otros, dependiendo de lo que uno aporte y de la naturaleza de su guion. Del mismo modo, cada superpoder Flux puede tener un peso diferente para cada persona en diferentes momentos de su vida. Para alguien que lucha contra el agotamiento, por ejemplo, aprender a correr más despacio será probablemente más importante al principio, mientras que alguien que lucha contra la sensación de descontrol puede querer centrarse en dejar ir el futuro. (A medida que aprendas a correr más despacio, te volverás más experto en dejar ir, y viceversa). En cualquier caso, ninguno de los superpoderes Flux requiere nada que no tengas ya en tu interior: ni tecnología sofisticada, ni un coeficiente intelectual de genio, ni siquiera una aplicación.

La relación entre los superpoderes y la mentalidad Flux es similar a una estructura de un centro con radios: la mentalidad Flux es el centro y los 8 superpoderes Flux irradian desde él (véase la figura 1).

Figura 1. Mentalidad Flux y Superpoderes Flux

Los superpoderes son independientes entre sí, pero están conectados a través del centro. Cuando tu mentalidad de cambio está abierta, los superpoderes pueden ponerse a trabajar.

Tal vez ya te hayas dado cuenta de que hay un enfoque poco convencional en esto: estos superpoderes lo son solo si has abierto una mentalidad Flux y crees que un nuevo guion es tu mejor camino hacia delante. Si estás atascado en tu viejo guion, entonces verás estos superpoderes como pasivos o de alguna manera trastornados. Dirás que correr más despacio es ser perezoso o que soltar el futuro es rendirse. Pero esto no es lo que dice el nuevo guion en absoluto.

Del mismo modo, el nuevo guion no dice que nunca se deba correr rápido o usar la tecnología en ocasiones. Tampoco implica creer que los trabajos no tienen mérito o que no debamos trabajar duro. Estas acusaciones sacan de contexto la teoría de Flux.

Más bien, el nuevo guion —y por extensión, la teoría— reconoce que hemos estado corriendo demasiado tiempo y demasiado rápido detrás de las cosas sin detenernos a considerar si hacerlo es sabio o sostenible, o si es lo que realmente queremos. ¿Qué persigues y por qué? ¿Cuáles son tus objetivos?, ¿reflejan realmente tu mejor yo?

Los superpoderes Flux no se manifiestan de la forma en que se nos ha enseñado, ya que forman parte de un guion nuevo y emergente. Pero estos son tan disciplinados como sus homólogos de antaño, los «viejos hábitos» (que son conservadores). Como en la rueda de un hámster, hay tanta disciplina —algunos dirían que mucha más— en correr más despacio que en hacerlo cada vez más rápido. Hay tanta disciplina —y, de nuevo, algunos dirán que incluso más— en dejar ir como en aferrarse a suposiciones que ya han pasado a mejor vida. La paz no es pasividad. Estas revelaciones pueden ser chocantes, especialmente si tienes el viejo guion grabado en tu mente, pero con un nuevo guion… ¡cuidado, mundo!

Así que hablemos ahora de ese nuevo guion, ¿de acuerdo?

PASO 3: ESCRIBIR EL NUEVO GUION

El tercer y último paso para poner en práctica la teoría de Flux es aplicar tus superpoderes para escribir tu nuevo guion. Este te permitirá transformar tu relación con el cambio y aportar tu mejor yo al mundo.

Al igual que el antiguo guion de cada persona es único, pues está basado en su experiencia vital, el nuevo reflejará lo que es único en ella. Esa es una de las cosas más emocionantes del nuevo guion: ¡solo tú puedes escribirlo! Nadie puede hacerlo por ti ni nadie puede escribir el mismo que tú. Es un guion a medida.

No puedo predecir con exactitud lo que dirá tu nuevo guion, pero he aquí algunas formas en las que a menudo veo que se traducen los superpoderes Flux en los nuevos guiones adaptados a un mundo en cambio:

Suena muy bien, ¿verdad? Y eso no es todo.

Con el tiempo, estas cosas —tu nuevo guion, tus superpoderes y tu mentalidad Flux— se refuerzan mutuamente. Cuanto más desarrolles uno de ellos, más fuertes y claros serán los otros. Podrías pensar en esto de la siguiente forma: 1 + 1 = 11.

Cuanto más practiques y perfecciones tus superpoderes Flux, mejor será la preparación de tu mentalidad de cambio. Cuanto más practiques y perfecciones tus superpoderes, mejor será el funcionamiento de tu mentalidad Flux.

Me gusta pensar que esta mentalidad es como un cohete propulsor para la vida y la relación con el cambio. Tus superpoderes son el combustible del cohete. Ambas cosas son esenciales para alumbrar un nuevo guion. Funcionan en tándem: ofrecen un viaje interminable, en constante evolución, increíblemente emocionante (e incluso fuera de este mundo) a través del flujo.

Así que, tanto si estás evaluando tu carrera como si estás revisando tus valores, repensando el diseño de un producto, liderando la transformación de toda una organización, intentando inspirar a tus colegas, o simplemente tratando de vivir más plenamente en el mundo, aplicar tus superpoderes Flux para escribir tu nuevo guion te capacita para fluir mejor.

MI VIAJE HACIA FLUX

Desde aquella tarde crucial de junio en la que me llamó mi hermana, me he sentido fascinada por cómo nos adaptamos al cambio, ya sea individual, organizativo o social. Mi curso intensivo de duelo incluyó ansiedad y ataques de pánico, así como la reconstrucción de mi vida y la búsqueda de un sentido, todas ellas formas diferentes de adaptarse al cambio. Más tarde conocí el futurismo y la teoría de la complejidad, que también pretenden comprender mejor el cambio y adaptarse a él… pero cuyo punto de partida es un mundo sin dolor. A pesar de todo, seguí encontrando inspiración y conocimiento a través de los viajes, aprendiendo sobre otras culturas y lo que nos conecta: nuestra humanidad compartida. Empecé a mezclar y combinar ideas de lugares muy diferentes.

Mi punto de partida fue, como mínimo, accidentado. Poco después de la muerte de mis padres, desarrollé un temor irracional, aunque en esencia real, de que me quedaba menos de un año de vida. Si las dos personas más cercanas a mí habían desaparecido sin previo aviso, ¿por qué no iba a ocurrirme a mí también o a cualquiera? Y si muriera mañana, ¿habría importado mi existencia en esta tierra? Daba igual que tuviera veinte años: también podría haber sido una crisis de la mediana edad en toda regla.

Menos de dos años después de la muerte de mis padres, me gradué en la universidad, lo que me hizo caer otra vez en picado: era el momento de entrar en el «mundo real» (como si no hubiera tenido suficiente realidad) y hacer algo por mí misma. No solo eso, sino que tenía que cumplir los deseos de mis padres y honrar su legado. Tenía que saber exactamente lo que debía hacer y hacerlo a la perfección, más allá de lo que ellos o cualquier otra persona pudiera imaginar. También sentía que tenía que hacer todo esto lo más rápido posible porque podría morir mañana.

¿Verdad?

Estaba muy equivocada.

Como veremos en los próximos capítulos, en muchos sentidos esta época de mi vida plantó las semillas de Flux. Cuando mis padres murieron, tenía un total de cero Superpoderes para fluir, y mi mentalidad era cualquier cosa menos abierta. Tenía un enorme déficit de Flux. Estaba fuertemente atrapada en el viejo guion y no conocía a mucha gente que hubiera escrito sus propios guiones. Mis padres eran de mente abierta, e incluso un poco rebeldes, pero también vivían conforme a sus propios guiones antiguos.

Mi relación con el cambio —y, especialmente, con la apertura de mi mentalidad de cambio— ha mejorado a medida que he ido experimentando cambios en más direcciones. Cuando murieron mis padres, se me impusieron enormes cambios en la vida, en la familia, en el futuro. No tuve elección: tuve que enfrentarme a ellos, me gustaran o no, fueran difíciles o no, trágicos o no. Mi mentalidad Flux comenzó a abrirse. Desde entonces, también he buscado el cambio, he notado que se aproximaba y lo he experimentado en mí misma y en muchos otros. Todas estas experiencias me han enseñado que cada «tipo» de cambio, sea bienvenido o no, abre aún más la mentalidad Flux. Cuantos más cambios se produzcan, más fuerte será esta mentalidad si te apoyas en ella.

El nuevo guion para el liderazgo en el cambio

Si estás leyendo este libro, es probable que seas tanto un líder como un buscador. Pero ¿qué tipo de líder?

El viejo guion tiene una definición bastante limitada del liderazgo: los líderes son las personas que están en la cima de la escalera. Los líderes gestionan, dirigen, mandan y a menudo controlan las acciones de los demás. Se espera de ellos que tengan respuestas, mantengan el poder con firmeza y persigan el protagonismo. En el ámbito empresarial, los líderes aplastan a la competencia. Pero en un mundo que cambia, y con un nuevo guion en la mano, lo que hace a un buen líder cambia claramente, tanto en sus características distintivas como en lo que respecta a quién cumple los requisitos como líder. Con el guion antiguo, ser un «gran líder» no es garantía de un gran liderazgo cuando el mundo está del revés. De hecho, las antiguas habilidades pueden ser una desventaja. Todo depende de tu relación con el cambio: tu capacidad para guiarte a ti mismo y a los demás a través y más allá del cambio.

Por ejemplo, un estudio de 2019 realizado por Leaders on Purpose encontró que la principal habilidad de liderazgo necesaria hoy en día es la comodidad con el riesgo y la ambigüedad. Los mejores líderes pueden convivir con la ambigüedad, navegar por ella y confiar en ella de un modo que otros no pueden 9. En otras palabras, en el cambio el gran líder busca lo contrario a la certeza. Más bien su objetivo es la claridad de visión, lo que también significa saber cuándo dar saltos de fe que desafíen las métricas de los viejos guiones.

Más aún, el nuevo guion deja claro que muchas personas son líderes, no solo las que se abren camino hacia la cima del escalafón. El liderazgo en un mundo en transformación puede venir de cualquier lado: no se limita a la cima. Aprovecha los principios del «nuevo poder» de las redes, los ecosistemas y la sabiduría colectiva 10. (Recuerda: el nodo más fuerte de una red no es el más grande, el más elegante, el más antiguo o el que tiene más credenciales, es el más conectado). Los líderes del flujo buscan liderar con otros, no liderar ellos solos.

Por ejemplo, Greta Thunberg suspendería casi todas las métricas de liderazgo de los viejos guiones: es joven y luchadora, y le importa poco lo que piensen los demás. Sin embargo, su claridad de visión sobre el catastrófico cambio climático y su deseo de incitar a actuar a los demás —no para su propio beneficio, sino para lograr un objetivo colectivo— hacen que sea el tipo de líder que entiende el nuevo guion.

Para que empieces a evaluar tu propia capacidad de liderazgo en el flujo y cómo puedes mejorarla, he aquí algunas preguntas para empezar:

En una escala del 1 al 10, ¿cómo calificarías tu capacidad personal para liderar en el cambio hoy en día? ¿Cómo calificarías la de tu mejor amigo?

¿Tiendes a pensar en términos de «yo» o «nosotros»?

¿Cómo te sientes al compartir el poder con los demás?

¿Cómo calificarías la capacidad de cambio de tu organización? ¿Son ciertos temas los que provocan el cambio? ¿Hay personas, equipos o departamentos que fluyen mejor que otros?

Dentro de cinco (o dos o diez) años, ¿qué tipo de líder o buscador quieres ser? ¿De qué tipo de organización?

Ten estas respuestas cerca mientras lees el libro.

Cuando mi mentalidad Flux se abrió, empecé a tener en cuenta mis superpoderes. La sensación era abrumadora. Tenía mucho que aprender, así que opté por centrarme primero en el superpoder que no podía ignorar: cómo dejar de lado el futuro. Perder a mis padres también significaba perder lo que creía que sería mi futuro… hasta que no lo fue. Pero gradualmente, con el paso de los años, empecé a experimentar, a imaginar y a hablar con gente nueva, y en el proceso empecé a ver lo poco que mi antiguo guion se ajustaba a mi personalidad. Empecé a dibujar una imagen distinta de mi futuro: diferentes trayectorias profesionales, diferentes prioridades, diferentes formas de ser. Cuando la sociedad me decía que girara a la derecha, aprendí a escuchar mi voz interior, que a menudo me empujaba a girar a la izquierda.

Eso sí, no había una ciencia perfecta para esto en aquel entonces, ni tampoco la hay hoy en día. Pero, cuanto más practicaba, mejor lo hacía. Hoy puedo pintar docenas de imágenes distintas de mi futuro (o de cualquier futuro). Y, sin embargo, como al final solo se desarrolla uno, me he vuelto experta en dejar de lado el resto (es decir, la mayoría de los futuros posibles y la mayor parte del tiempo).

Más o menos entonces, empecé a probar mi suerte con la confianza y con perderme. No hay nada como una tragedia sin sentido para saber que no se puede confiar en el mundo. Sin embargo, ¿qué clase de futuro sería vivir atrapado en el miedo y la desconfianza? Desde luego no era el que yo quería. Así que empecé a indagar en mi antiguo guion y me di cuenta de que tenía la confianza al revés. Empecé a abrirme, tanto para sanar mi corazón lastimado como para ver si la confianza podía funcionar. Nunca he mirado atrás. (Como verás más adelante, empezar con confianza no significa confiar ingenuamente, ni que las cosas se ajusten a lo planificado. Simplemente, es establecer un valor predeterminado diferente que te permita dar la bienvenida al cambio con confianza).

Mi capacidad para perderme de verdad, de verdad, se puso en marcha gracias a dos fuerzas: las emociones y los viajes. La muerte de mis padres fue la primera que conocí. Mi primer funeral fue el suyo. Emocionalmente me encontraba en una situación de desorientación, sin brújula, ni hoja de ruta, drishti o cualquier otra cosa. Día a día, aprendí nuevas formas de orientarme, desde escribir un diario hasta descubrir el asombro (en lugar del miedo) en las profundidades de mi alma. Más tarde, cuando me aventuré a ir de un rincón del planeta a otro, descubrí el asombro (en lugar del miedo) al no saber con quién me encontraría en un día determinado o dónde descansaría mi cabeza esa noche. Una y otra vez vi que creamos el miedo o hacemos que este desaparezca en función de las historias que nos contamos a nosotros mismos.

Hoy, más de dos décadas después, tengo una carrera profesional que refleja mi nuevo guion. Desarrollar este superpoder me llevó bastantes repeticiones. Sin embargo, aunque mi trayectoria profesional no ha sido convencional según la mayoría de los parámetros —podría decirse que es como saltar de un nuevo precipicio profesional cada pocos años—, la pregunta que me guía y me sirve de base sigue siendo la misma: si muriera mañana, ¿qué necesitaría el mundo que hiciera hoy?

(Esta pregunta tiene una ventaja añadida: cada año en el día de mi cumpleaños me sigo maravillando de estar viva).

Tardé más en identificar y perfeccionar otros superpoderes, pero sigo trabajando en cada uno de ellos todos los días. Escribir mi nuevo guion es una búsqueda para toda la vida, pero he aprendido que, aunque nada es seguro, probablemente no voy a morir mañana… así que ¿qué mejor misión en la que invertir toda la vida?

TU HOJA DE RUTA HACIA EL CAMBIO

A lo largo de los últimos veinticinco años, he tenido numerosas oportunidades de reflexionar sobre mi propio viaje hacia el cambio —lo que suele funcionar y lo que no— y también de guiar a otros a través del cambio. En este proceso hay algunas observaciones y reflexiones que tienden a sobresalir. Considero estas cosas como puntos de referencia para navegar por el propio paisaje de cambio y escribir un nuevo guion para ese flujo: tu hoja de ruta hacia el cambio.

La vida te dará muchas oportunidades para practicar la apertura de tu mentalidad Flux y de desarrollar tus superpoderes Flux. No le des demasiadas vueltas a las cosas: empieza con cualquier reto relacionado con el cambio que tengas en ese momento. Y sea como sea, recuerda: no se trata de habilidades solo para hoy, o para este año, o para el problema que puso tu mundo patas arriba ayer. Son superpoderes que puedes aprovechar para siempre.

CÓMO LEER ESTE LIBRO

La estructura de Flux es sencilla: cada capítulo es un superpoder. Puedes leer estos capítulos en el orden que desees; de principio a fin funciona bien, aunque no es obligatorio. Encontrarás referencias a los demás superpoderes a lo largo de todo el libro, así que dirígete a ellos cuando la curiosidad te lo pida. Cada capítulo contiene ejercicios y preguntas que te ayudarán a desarrollar y practicar un superpoder determinado, lo que fortalecerá tu mentalidad Flux y pondrá las semillas de tu nuevo guion en el proceso. Al final de cada capítulo hay cinco preguntas que sintetizan los temas clave y proporcionan una pausa para la reflexión.

Este libro enriquece nuestro lenguaje al ofrecer un léxico incipiente para poder fluir. Tu nuevo guion y la teoría de Flux forman parte de su base. El cambio constante, su ritmo cada vez más rápido y navegar por lo desconocido son cosas que mucha gente ha sentido, pero en general seguimos careciendo de un vocabulario rico para hablar de ellas. Por supuesto, la simple definición de un problema no lo resuelve, pero es difícil que surja una conversación importante sobre algo si no tenemos las palabras adecuadas. Este libro sirve para concienciar y suscitar debates sobre cómo aprender juntos a fluir.

Cambio es la palabra de moda de nuestro tiempo y del futuro. Flux es también un libro para nuestro tiempo y para el futuro, para que te ayude a ti y a todas las personas cuyas vidas te importan.