Empecemos con lo básico. El gobierno necesita dinero para cubrir todos los gastos del Estado. Imagínate lo caro que debe ser construir nuevas carreteras, mantener limpias e iluminadas las vías públicas, construir hospitales y escuelas públicas a nivel nacional. Lo anterior nos lleva a nuestra primera pregunta: ¿de dónde viene el dinero del gobierno?

Según la Auditoría Superior de la Federación, los ingresos del gobierno provienen de dos fuentes:

Ingresos tributarios. Son los ingresos que se obtienen de la recaudación de nuestros impuestos, que a nivel federal son tales como el impuesto sobre la renta (isr), el impuesto al valor agregado (iva) y el impuesto especial de producción y servicios (ieps); a nivel estatal el impuesto sobre nóminas, tenencia vehicular, y a nivel municipal, el impuesto predial. Más adelante ahondaremos en ellos.

Ingresos no tributarios. Son aquellos que se obtienen por el cobro de derechos, productos y aprovechamientos. En este rubro destacan los ingresos por el cobro de derechos para la extracción de petróleo, multas y recargos, así como las cuotas del imss, issste, cfe y otros ingresos subnacionales.

Para que te des una idea, de acuerdo con el Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al cuarto trimestre de 2020, divulgado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (shcp) en enero de 2021, 86% de los ingresos del gobierno federal provienen del pago de nuestros impuestos —ahora léelo sin llorar—, mismos que son recaudados por el sat, quien a su vez rinde cuentas a Hacienda. Así que, en términos coloquiales, podríamos decir que el sat es como el señor de la renta que cada mes viene por su dinerito y no se anda con juegos.

Si quieres conocer a detalle los ingresos del Sector Público te sugiero consultar https://www.finanzaspublicas.hacienda.gob.mx/work/models/Finanzas_Publicas/docs/congreso/fp/2020/FP_202012.pdf.

¡Oblígame prro!

De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (art. 31, fracc. IV), todos los mexicanos o residentes extranjeros que realicen una actividad económica en nuestro país están obligados a contribuir con el gasto público, es decir, a pagar impuestos. Y ojo, aunque todos pagamos impuestos, no todos pagamos los mismos impuestos.

Poniéndolo de manera más realista, pagar impuestos es como pagar la renta para vivir en México, aun cuando esto signifique tener calles llenas de baches del tamaño de un cráter, topes que no se ven, hospitales públicos sin medicinas o suficiente capacidad para atender a toda la población, escuelas públicas que se la viven en huelga la mitad del ciclo escolar por las precarias condiciones laborales que sufren los maestros, tener niveles altísimos de pobreza y disfrutar de un sinfín de síntomas de vivir en un país en vías de desarrollo. Y peor aún: pagar impuestos es darte cuenta de que tu dinero sirvió para patrocinar el nuevo Ferrari de un funcionario público o la fiesta de cumpleaños de algún político en un yate. C’est la vie.

Es aquí cuando por fin conocerás a tu némesis de la vida adulta: el sat. Una sigla con apenas tres letras, pero que definitivamente te causará más daño psicológico que tu ex, pues se quedará con una parte de tus ingresos y su fantasma te perseguirá a donde sea que vayas; es decir, cada vez que cobres, pagues, ahorres, inviertas y retires efectivo del cajero. Es más, todavía no habrás hecho ningún movimiento con tu dinero y ya estarás pensando en cuánto se va a ir en impuestos.

Si bien la función principal de este organismo público del terror es recaudar los impuestos federales, también realiza otras actividades (Westreicher, 2020):

• Fiscaliza a los contribuyentes para que cumplan con sus obligaciones.
• Gestiona las inscripciones al Registro Federal de Contribuyentes (rfc) para otorgar un número de identificación único ante las autoridades recaudadoras.
• Registra y en ocasiones genera los comprobantes fiscales digitales (cfdi) que permiten llevar un registro de cada compraventa realizada y el monto correspondiente del impuesto generado.
• Gestiona el cobro de impuestos por la entrada o salida de productos del país e inspecciona esas mercancías.
• Brinda asesorías y tutoriales por medio de su página web para ayudarte a entender el proceso tributario e inscripción a regímenes fiscales ¡GRATIS!

México mágico

No sólo fuimos bendecidos con los taquitos al pastor, el tequila y los chilaquiles para curar la cruda, sino que México es uno de los países donde se pagan menos impuestos. *Pretends to be shocked.*

Te sorprendería saber que México ocupa el lugar 40 de 41 países evaluados por la Tax Foundation, que en 2020 realizó un estudio para clasificar a los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) que pagan más impuestos. La tasa impositiva marginal efectiva mide la cantidad de impuestos recaudados, por ejemplo, Suecia fue clasificado como el país que paga más, con una de 76%, mientras que México ocupa el penúltimo lugar con una tasa de 42 por ciento. En promedio, la tasa marginal impositiva es de 56%, como explica Stephanie Cuevas en el artículo “Estos son los países que pagan más impuestos” (2020).

Pero ojo, pagar menos impuestos vs. otros países no significa que tengamos un sistema fiscal eficiente. De hecho, México se encuentra en el lugar 31 de 36 países evaluados en el International Tax Competitiveness Index 2020 realizado por la Tax Foundation. De acuerdo con Agustín Gordillo (2020), el índice de competitividad fiscal mide qué tan competitivos y neutrales son los sistemas tributarios, y ayuda a detectar áreas de oportunidad en el desarrollo económico de los países para promover un mejor entorno fiscal a través del riguroso análisis de 41 variables. Según este reporte, existen tres debilidades importantes en el sistema fiscal mexicano:

1. El tiempo promedio que nos toma cumplir con el pago de nuestros impuestos es de alrededor de 100 horas POR IMPUESTO.
2. La tasa del isr para personas morales es más alta (30%) en comparación con el promedio de la ocde que corresponde a 23.3 por ciento.
3. Las empresas tienen un periodo limitado para usar sus pérdidas operativas netas con el fin de compensar las ganancias futuras.

No todo es miel sobre hojuelas

Tal vez leíste por ahí que el sat alcanzó una recaudación histórica en 2020 tras fiscalizar más de 3.3 billones de pesos provenientes del pago de impuestos, lo cual representó 14.5% del pib (la cifra más alta en los últimos 10 años), de acuerdo con el Informe tributario del cuarto trimestre del 2020 publicado por el sat (2021). A simple vista, el incremento parece una buena noticia, peeeero en realidad México se encuentra por debajo del promedio de la ocde, que corresponde a 20.3% del pib, según las cifras presentadas en el último informe de la ocde, las cuales fueron reconocidas por Hacienda.

Seguramente te parecerá un poquito sospechoso que el sat haya logrado una recaudación histórica en el mismo año en el que se desató una pandemia global que paralizó temporalmente la actividad económica de muchas industrias, pero no es casualidad ni coincidencia. Según medios especializados como Forbes (2020) y Expansión (2020), la economía se contrajo 8.5% a causa de la afectación económica por el covid-19, de acuerdo con la información presentada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi). Entonces, ¿cómo es que se logró una recaudación histórica?

Digamos que al contraerse la economía el valor del pib baja, por lo tanto, el valor de los ingresos tributarios parece ser mayor; como diría Paulina Rubio: “Es la ley de causa y efecto”. En una definición un poquito más elaborada pero entendible para los simples mortales que no estudiamos economía o finanzas, se puede decir que cuando pones el valor de los ingresos tributarios en el numerador y el valor del pib en el denominador, el valor del numerador valdrá más, tal como lo explicó Raymundo Tenorio, catedrático del Tecnológico de Monterrey en una entrevista para El Economista (Saldívar, 2021).

Si bien el efecto de la contracción económica contribuyó a la famosa recaudación histórica, el factor que realmente aportó al cambio en la fiscalización fue que el sat obligó a las grandes empresas como América Móvil, Walmart, Grupo Modelo, femsa, ibm y muchas otras más a caerle con el pago de sus impuestos y deudas millonarias que estaban pendientes. Como resultado, el sat fiscalizó más de 1.7 billones de pesos a grandes empresas, lo cual conformó 52% de los impuestos totales que se pagaron en México durante 2020, de acuerdo con el comunicado oficial publicado por el sat en enero de 2021. Aun así, todavía hay una GRAAAN oportunidad para fortalecer la fiscalización.

Es por esto que el sat anda más heavy que nunca, presionando a todos los contribuyentes para cumplir con sus obligaciones fiscales en tiempo y forma, e incluso, ha extendido los plazos para presentar la declaración anual y así evitar que apliquemos la vieja confiable de ay, se me olvidó, no me enteré.

PANORAMA FISCAL

Como mencioné en el punto anterior, una de las estrategias para aumentar la fiscalización fue ir tras las grandes empresas, lo cual generó excelentes resultados. Además, el sat ha implementado otros métodos para ampliar la base de contribuyentes y obtener más recursos.

Mayor vigilancia. ¿Has notado que desde hace un tiempo recibes más correos del sat invitándote a cumplir con tus obligaciones fiscales? O peor aún, ¿te han hecho alguna auditoría en los últimos meses? Si respondiste que sí a alguna de las preguntas anteriores, es nada más y nada menos que el sat poniéndose las pilas y aumentando la vigilancia en términos de cumplimiento de obligaciones fiscales.

De acuerdo con Raquel Buenrostro, extitular del sat, gracias al uso de inteligencia artificial y herramientas de machine learning, el organismo ha logrado incrementar la recaudación y detectar prácticas fraudulentas para alertar a los contribuyentes. Esto significa que si no pagas tus impuestos en tiempo y forma, es muy probable que el sat te tenga en la mira y te envíe un par de correítos hasta que hagas caso.

Algunas personas han tomado estas nuevas medidas de recaudación como terrorismo fiscal. Sin embargo, el sat insiste en que únicamente está haciendo valer el cumplimiento de la ley. O sea, sí, pero ¿por qué la agresividad?

Reclutamiento de nuevos contribuyentes. En un esfuerzo por acrecentar la base de contribuyentes, el sat hizo grandes cambios a su reforma fiscal en 2022. Primero, agregó una nueva obligación en relación con el rfc: a partir de ahora todos los mexicanos deberán realizar su inscripción en el rfc al cumplir 18 años, sin importar si están generando ingresos por una actividad económica o no. En segundo lugar, creó un nuevo régimen fiscal con atractivas tasas de isr para aumentar la base de contribuyentes.

Enfrentar la economía informal. El GRAN problema al que se enfrenta el sat no es perseguir a todos los contribuyentes que ya tiene registrados, sino reclutar al 56.6% de los trabajadores mexicanos que forman parte de la economía informal, de acuerdo con la “Actualización de la Medición de la Economía Informal, 2003-2019 preliminar. Año base 2013” que elaboró el inegi (2020). Según este documento, la participación de la economía informal en el pib fue de 23%, la cual no había tenido este nivel desde 2014, y generó 5.3 billones de pesos provenientes principalmente del comercio minorista, construcción, industria manufacturera, actividades agropecuarias, servicios de transporte, logística y servicios turísticos. Se espera que esta cifra aumente en la siguiente medición gracias a la crisis ocasionada por la pandemia y la lenta reactivación de la economía.

La economía informal ocurre cuando una persona o empresa genera ingresos por una actividad económica pero no opera dentro de un marco regulatorio fiscal formal. Digamos que es como ponerse el manto de la invisibilidad de Harry Potter, en donde ni el sat ni Hacienda saben cuánto dinero están generando. Por lo tanto, estos trabajadores no pagan impuestos y no tienen acceso a prestaciones ni seguridad social.

Un clásico ejemplo de esta invisibilidad tributaria es cuando te pagan algo en efectivo para que no tengas que declararlo y, en consecuencia, no pagues impuestos, pero también es una forma de que el patrón, o el tercero, tampoco los pague. Así que el dinero llega directamente a tu bolsillo, donde hasta ahora (tocamos madera) el sat no tiene ojos ni oídos, hasta que te lo gastas o lo metes al banco (¡aguas con esto!).

Burocracia virtual

Por otro lado, otra causa que afecta a la recaudación tributaria es la ineficiencia en el sistema de pago de impuestos. De acuerdo con el reporte Paying Taxes 2020, elaborado por PwC y el Banco Mundial (2020), México ocupa el lugar 120 de 189 del Ranking de Sencillez para pagar impuestos. Esto quiere decir que mientras en Bahréin invierten 23 horas de cumplimiento para pagar sus impuestos, en México pasamos 241 horas tratando de pagar a través de la página del sat. Sí, leíste bien, 241 horas; y eso con ayuda de los contadores, si no probablemente serían años.

Imagínate. Te levantas a las 6 am con mucho ánimo de demostrar que eres un adulto responsable que ya sabe cómo cumplir con sus obligaciones fiscales, o al menos lo aparentas. Prendes la computadora e ingresas a la página del sat, que se tarda hoooras en cargar —no importa qué navegador uses, la experiencia del usuario es terrible en todos—, así que mientras tanto, te preparas un café.

Una vez que carga la página, introduces tu rfc y contraseña. Oh no, algo salió mal: captcha inválido. Here we go again.

Después de tres intentos de descifrar los jeroglíficos del captcha para demostrar que no eres un robot, logras ingresar y seleccionas la pestaña en donde está el trámite que quieres realizar. Hasta aquí todo parece ir bien, hasta que de pronto te sale la leyenda Ups, algo salió mal, intenta más tarde.

Así que te levantas por otra taza de café, le das refresh a la página y resulta que como pasaron varios minutos debes ingresar nuevamente tus datos de acceso pues tu sesión ya expiró.

Haces todo de nuevo. Esta vez logras avanzar más y llegas hasta el final del trámite sólo para darte cuenta de que no lo puedes concluir por internet, y deberás acudir necesariamente a las oficinas presenciales. Haces berrinche, obvio, porque no hay peor cosa que iniciar con todo el papeleo, perder tiempo y no poder concluir el trámite.

Después, buscas la opción para agendar una cita. No hay nada libre hasta 2025, año en el que seguramente formarás parte de la lista de los 10 más buscados por el sat. No te rindes, buscas más opciones, incluso estás abiertx a la posibilidad de ir a otro estado cercano sólo para finalizar tu trámite.

Uff, afortunadamente se liberó una cita de último momento, así que no dudas dos veces y le das clic en Agendar. Sin darte cuenta ya es media noche, de modo que no queda de otra más que ponerte la pijama y tratar de conciliar el sueño, para mentalizarte sobre la larga fila que deberás hacer al día siguiente con tal de que el sat no te meta a la cárcel.

Como puedes ver, el sat está haciendo un gran esfuerzo por recaudar más dinero y atacar de primera mano la evasión fiscal para cumplir con las metas establecidas en la Ley de Ingresos de la Federación (lif). Y le está dando resultados: gracias a su incansable persecución, logró un cumplimiento de 103% en la recaudación tributaria del primer trimestre de 2021, al obtener 26 mil millones más de lo previsto en la lif, según el comunicado de prensa Cierre del primer trimestre 2021 satisfactorio: sat, publicado por la schcp y el sat (Gobierno de México, 2021). Esto significa que en los próximos años probablemente aplicarán nuevas reformas tributarias que les permitan avanzar una o dos casillas en el ranking de la ocde y así dejar de dar pena ajena con nuestros compañeritos de América Latina. Para los simples mortales eso se traduce en más de esas maravillosas invitaciones para cumplir con nuestras obligaciones fiscales, mientras que para los políticos probablemente signifique una nueva casa en Miami. Se sabe.

Por cierto, si aún no has recibido uno de esos correos significa que Dios te tiene en sus close friends.

Pausa técnica

Antes de entrar en detalles sobre los trámites que te esperan, te sugiero conseguir las siguientes provisiones: