DESÉALO CON TODAS TUS FUERZAS

Seguro que lo has oído alguna vez. Puede que incluso tengas una taza, una libreta o incluso una camiseta que lo diga. A lo mejor hasta lo repites por las mañanas como un mantra porque lo leíste una vez en un libro, ¿o era un blog?, de crecimiento personal: «Si deseas algo con todas tus fuerzas, sucederá».

Vaya estupidez.

Y es que por muchas veces que se diga, se repita, se insista, se imprima y se recomiende algo, esto no lo convierte en verdadero. Esta idea, expresada de mil maneras (que si quieres puedes, que si pones todo tu empeño las cosas suceden, que si te esfuerzas alcanzarás tus sueños, que el universo conspirará para ayudarte), es un clásico de la autoayuda y el emprendimiento desde hace muchos años. El enunciado cambia, pero el mensaje siempre es el mismo: tus ganas bastan para lograr lo que te propongas.

Y no es cierto.

Métete esto en la cabeza. Al universo le importa una mierda lo que tú quieras y lo motivado que estés.

Desear algo con todas tus fuerzas, pensarlo, soñarlo o necesitarlo no tiene ninguna incidencia sobre la realidad.

En mi experiencia, el mundo es un lugar a menudo injusto, cruel y caótico, donde suceden constantemente cosas sin sentido. Vender que existen relaciones causa-efecto más allá de las leyes de la física o de las matemáticas es, en el mejor de los casos, irresponsable. Mira a tu alrededor y verás que gente con dinero la hay de todo tipo: buenos, malos, listos, tontos, guapos, feos, famosos, desconocidos… Un variopinto elenco de personajes; algunos que se lo han currado muchísimo y otros que nada, algunos que lo habrán deseado con todas sus fuerzas y otros que se lo han encontrado de cara.

Te lo digo desde ya: no existe una fórmula para hacerse rico.

En Crece y hazte rico no te voy a dar la receta del éxito ni vamos a implicar al universo en esto, sino que voy a transmitirte mi experiencia desde un punto de vista escéptico y pragmático, con el objetivo de librarte de creencias irracionales, desarrollar en ti un espíritu crítico y desaprender mucho de lo que crees cierto.

Y lo vamos a hacer porque, cuando yo tenía veinte años, llegué a creer que los sueños se hacían realidad. Con toda la ingenuidad y la estupidez de la juventud, estaba convencido de que sería una estrella del rock, una de las grandes, como los Rolling Stones. Así que monté un grupo, y tanto yo como mis compañeros lo deseamos con todas nuestras fuerzas y lo dimos todo durante ocho años de nuestras vidas para conseguirlo.

¿Resultado?

Un par de años muy felices, muchas historias que contar en las sobremesas, pero poco más. Ni dinero, ni fama, ni nada. ¿Qué pasó? ¿Es que no lo deseamos con bastante fuerza?

Por supuesto que no.

De hecho, mientras fui un loco motivado que creía que si lo deseaba muy fuerte llegaría a ser una estrella del rock, no llegué demasiado lejos, y ahora, en cambio, he ganado millones sin desearlo.

¿Qué pasa? ¿Que el universo se ha liado? ¿Le llegó tarde el pedido?

La mayoría de los títulos clásicos del crecimiento personal, la autoayuda y los negocios son peligrosos porque están llenos de afirmaciones tajantes pensadas para que sus lectores se sientan culpables por cosas de las que no tienen ninguna culpa. Supongo que forma parte del negocio. Al fin y al cabo, cuanto peor te vaya, más libros comprarás. Pero recuerda que el universo no decide nada y que la vida está llena de factores que no puedes controlar: no puedes controlar a tu competencia, no puedes controlar que estalle una pandemia, no puedes controlar las desgracias ni los golpes de suerte.

Así que yo te propongo otra cosa.

En este libro no vas a encontrar respuestas absolutas. Es más, te aseguro que voy a contradecirme más de una vez. Nadie dijo que esto fuera fácil. Pero te garantizo que todas y cada una de las leyes que encontrarás a continuación te ayudarán a aumentar tus probabilidades de éxito.

Sin cuentos de hadas.